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- Vengan y vean - Jornadas Kerigmáticas en Hurlingham - Nuestro aporte como creyentes al bien común de la sociedad - La transmisión de la fe debe ser una prioridad - Retiro Espiritual - Ser instrumento de la ternura de Dios - Fernando Leiva en concierto
Junta de Catequesis
Vengan y vean… Jornadas Kerigmáticas Decanato Hurlingham Estamos todos invitados especialmente catequistas de todas las áreas
Sábado 13 de julio de 9 a 18 hs Domingo 14 de julio de 9 a 18 hs Lugar de encuentro: Parroquia Virgen de la Esperanza Calle: ARRIBEÑOS 2466
ALMUERZO SIN COSTO A CARGO DEL DECANATO
INSCRIBITE EN EL SEMINARIO CATEQUÍSTICO Jueves de 18 a 20 hs. y sábados de 9 a 12 hs., Sra. Isabel.
En la Parroquia Virgen de la Esperanza. O por mensaje de texto Ăşnicamente al: 15-6819-0423 INVITA: JUNTA DE CATEQUESIS
Fundación Monseñor Vicente Vetrano Delegación para la Cultura y el Patrimonio Histórico
Compartiendo Saberes Ciclo 2013
"Nuestro aporte como creyentes al bien común de la sociedad" Los invitamos a la charla que ofrecerá el Dr. Gustavo Irrazábal, que tituló "Nuestro aporte como creyentes al bien común de la sociedad". Todos estamos llamados a sumar nuestros esfuerzos en el logro de una sociedad más justa. Nutridos de valores evangélicos, los cristianos en tanto ciudadanos, tenemos el compromiso de fomentar el desarrollo integral de las personas y de cada una en particular. Los esperamos para compartir pareceres y un rico café este viernes, 5 de julio, a las 20.30 hs en Abel Costa 261, Morón (altura Rivadavia 17900) Ciclo “Compartiendo Saberes” 2013 Nuestro contacto: info@compartiendosaberes.com.ar http://compartiendosaberes.com.ar
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Año de la Fe Fundación Monseñor Vicente Vetrano Delegación para la Cultura y el Patrimonio Histórico Ciclo Compartiendo Saberes
La increencia como fenómeno de nuestro tiempo -Gracias a Caterina Marotta por su colaboraciónAnte el aumento sorprendente de la increencia y la indiferencia religiosa, en un encuentro del Ciclo “Compartiendo Saberes”, Mons. Raúl Trotz, Párroco de la Iglesia Catedral y Presidente de la Fundación Vicente Vetrano, analizó nuestra cultura signada por este fenómeno y expuso sobre el reto a creer y evangelizar en estos tiempos, para ayudar a la gente a ser más feliz.
La transmisión de la fe debe ser una prioridad Al observar lo que fue la realidad hace tan solo 50 años, y lo que es hoy, se tiene clara conciencia de que no estamos en una época de cambio, sino, en un cambio de época. Una de las claves estará en tratar de comprender dónde estamos parados y cómo es la realidad que nos toca vivir. “Es un tema serio para el hombre. Frente a la realidad que nos toca vivir, uno de los riesgos más graves en que puede caer una persona es en desilusión, cierto escepticismo, en una actitud excesivamente crítica y quejosa de la vida que se convierte en un tema vital de su existencia, porque le va quitando la posibilidad de crecer como ser humano”, expresó Mons. Trotz, manifestando su intranquilidad por la fuerte dejadez en la cultura occidental de lo religioso, una transformación muy preocupante.
Pero que, en otro ángulo y capacidad de ver la realidad, puede ser al revés: Una fascinante tarea para la vida que no nos dejará aburrir en ningún momento, por la constante exigencia de dar respuestas a preguntas que no se habían hecho antes.
“¡Cuando aprendí todas las respuestas, me cambiaron todas las preguntas! Nos encontramos constantemente con situaciones en las cuales no se trata simplemente de responder o no; situaciones en las que se aplica algo vital que fui aprendiendo con los años: La vida me enseñó que cuanta más gente saco de mi vida, más me empobrezco; cuanta más gente puedo integrar a mi vida, más me enriquezco. Y la vida me enseñó que para poder lograrlo, tengo que hacer el enorme esfuerzo de hacer que no veo y no oigo determinadas cosas. Actitud que me permite seguir creciendo en el vínculo con los demás. En cambio, cuando me empecino en ver y oír todo, termino peleando con alguien seguramente, porque el cambio es muy grande”, explicó.
Una clave para nuestra fe El Pontificio Consejo para la Cultura hace algunos años, realizó un estudio que abarcó países de todos los continentes para saber cómo se iba manifestando la realidad de la religiosidad en el mundo actual. Lo primero que se destaca son las diversidades, lo distintas que son las partes. Mons. Trotz ejemplificó contando sobre su experiencia en la India y en China: “En un momento dado, uno de los guías de turismo de 27 años, bien parecido, comentó que había pedido a sus padres que esperaran dos años más para elegirle la novia (en la India, a los mil doscientos millones de hindúes todavía los padres le eligen la pareja) y que era virgen, ante la cara de asombro que puso la gente. El muchacho preguntó por qué el asombro. Es que la gente no entiende. En Argentina, si no tenés sexo sos un tonto, pero hay 1.200.000.000 de personas, más que Europa y América juntas, completamente distintas y que actúan distinto también.
En un programa de tv, un conocido periodista le preguntó a una hindú universitaria: ¿Vos estás conforme con que tu papá elija a tu novio? - Por supuesto, le respondió, nadie me quiere más que mi papá y nadie conoce más de mi vida que él. En una oportunidad en que viajé a China, quedé asombrado de la cantidad de gente que había en las pagodas rezando, y más llamó mi atención la cantidad de gente joven”, contó Trotz, aclarando que es muy importante que aprendamos a aceptar que hay muchísimas otras personas que piensan distinto. Refiriéndose entonces a nuestra cultura, en el orden religioso, el estudio señala dos factores: La disminución del ateísmo, porque al caer el imperio soviético ha caído el ateísmo militante; y el aumento sorprendente de la increencia y la indiferencia religiosa, sobre todo en la cultura occidental. “Nos encontramos con la realidad de que en el lugar donde esta cultura floreció, han hecho un gran avance la increencia y la indiferencia frente a lo religioso. La increencia es un fenómeno relativamente nuevo, que ni siquiera tiene aún un lugar en el lenguaje. Un clave para nuestra fe en esta realidad, será comprender que siempre, lo mejor es lo que está por venir. Este es el eje de la cuestión, es el corazón de la vocación cristiana, porque estamos llamados a vivir siempre algo mejor, estamos llamados a algún día, a vivir la plenitud de eso que es mejor. Por lo tanto, cuando se entra en desánimo, cuando nos asustamos o deprimimos, entonces tenemos que preguntarnos cómo está nuestra fe, cuál es la calidad de nuestra fe, cuál es la hondura de nuestra convicción religiosa, hasta dónde el mensaje de Jesús ocupa un lugar central en nuestra vida.
Me preocupa la increencia, me preocupa y asusta la indiferencia religiosa, no por
proselitismo y por decir somos tantos los creyentes, sino porque creo que es bueno para el ser humano creer y malo no hacerlo. Un importante filósofo italiano de origen marxista que, dolorido por el fracaso del comunismo viene buscando caminos en este mundo, dice: “El gran déficit existencial no es la pobreza, sino la soledad”. El hombre siempre quiere trascender, es muy difícil mutilar el ansia de trascendencia. Aunque sea un increyente, busca expresar de alguna forma ese sentimiento que aparece dentro de él. El hombre contemporáneo de alguna manera quiere resolver eso con una religiosidad encerrada en sí misma, con un gran narcisismo religioso. Sobre todo, lo que ‘no’ quiere el hombre contemporáneo es que alguien le diga que lo que está haciendo es bueno o malo. Pretende que lo religioso sea lo que él quiera, sin ninguna referencia a un Dios personal, sobre todo, sin ninguna referencia a nadie que intente decirle que lo que hace está bien o mal. Esto, cada vez se hace más profundo con una fuerte búsqueda de hedonismo y de placer, que va marcando muchísimo la cultura del hombre de hoy. Es llamativa la cantidad de cosas que se hacen por la gente que tiene necesidades, continuamente aparecen organizaciones de personas que están haciendo algo por los demás, especialmente por las personas que tienen angustia o se sienten solas. Esto es un indicador de que cada vez hay más gente que se siente sola, cada vez hay más gente que acude a adicciones para poder doblegar la fuerza del dolor que le trae la vida hoy, cada vez son más las personas que sufren el dolor que implica vivir en este presente, porque esa vaciedad existencial está en no encontrarle sentido, sabor a la vida. Y cada vez más esta cultura necesita reinventar formas para entretenerlos, porque cada vez más el entretenimiento no logra cubrir ese vacío. Por eso, nos preocupa a muchos de nosotros el tema de la increencia y la indiferencia religiosa, porque podemos observar que no se puede vivir mejor sin fe. Y vamos descubriendo que la transmisión de la fe debería ser una prioridad en nuestra preocupación”, resaltó.
Las causas Cuando el documento pontificio analiza cuáles son las causas de que tanta gente se vaya alejando de lo religioso, de la práctica religiosa, no tiene ninguna duda de poner entre las primeras a las experiencias religiosas fallidas, por ejemplo, los casos de pedofilia, de abuso y todo aquello que los que tienen la responsabilidad de conducir a la Iglesia, han hecho dañando la fe de la gente. Otro tema de fondo, es ¿quién va conduciendo interiormente la vida a los increyentes e indiferentes? Todo indicaría que es el placer del buen pasar. Otro gran tema que ha alejado a mucha gente de lo religioso, es haber puesto al hombre siempre en el centro de la realidad. El materialismo occidental que prioriza el éxito a toda costa, la máxima ganancia, la competencia despiadada y el placer individual, estos se han convertido en los grandes motores de la vida de muchísima gente, para quienes es ‘lo único’ más importante.
La medicina de la misericordia El Papa Juan XXIII cuando inauguró el Concilio Ecuménico Vaticano II, dijo: “Hay que usar la medicina de la misericordia y no la del castigo”. Uno de los grandes desafíos que tenemos los creyentes, es de transmitir al mundo la misericordia de Dios. Y para eso, primero tiene que pasar por nuestro interior. “Si los creyentes del siglo XXI no logramos hacer pasar la misericordia de Dios por adentro de nosotros, no vamos a poder transmitirla. Algo que necesita urgentemente el mundo que nos toca vivir, es gente que, desde su convicción del amor y la misericordia de Dios, aliente, estimule, a este hombre que se quiere mutilar, que se quiere encerrar en el placer, que quiere vivir solo y que nadie se meta en su vida, y que quiere mantener ese individualismo”. Pablo VI escribió una encíclica sobre la alegría cristiana, en la que subrayó que no va a haber posibilidad de transmitir la fe sin alegría, alegría por la vida, que es lo que muchas veces nos falta a los creyentes. Otro tema de fondo, es que algunos creyentes lamentablemente piensan que volviendo para atrás es como se arreglan las cosas. El creyente es por naturaleza conservador, al haber recibido algo que tiene que trasmitir. La gravedad es cuando se confunde conservador con retrogrado. Tenemos que conservar, pero para el hombre de hoy, en la realidad que hoy. Este es uno de los grandes peligros que se observan, acompañado por los fundamentalismos y el miedo, lo cual trae escepticismo, cierto cinismo frente a la vida: ‘¿A dónde vamos a parar, dónde va a terminar todo esto?’, es la incapacidad de poder transmitir un mensaje de esperanza.
Lo que necesita nuestra cultura occidental es una gran dosis de esperanza El documento analiza los grandes relatos del siglo XX que terminaron en fracasos: Aquella esperanza del progreso indefinido que iba a mejorar la condición humana; hoy tenemos que hay más gente que es indigente y es más grande la diferencia entre las personas; aquella otra utopía
que el marxismo iba a lograr, todo se derrumbo estrepitosamente. Todos aquellos relatos que fue armando la cultura occidental del siglo XX, se han ido resquebrajando, la Iglesia también entra en ese relato, también se ha ido resquebrajando. Y nos obliga a todos a replantearnos qué tipo de Iglesia queremos, cómo nos animamos a hacer los cambios que haya que hacer, para que podamos ser creíbles; pero no para tener más católicos, sino para ayudar a que la gente sea más feliz, es lo que debería importar” , subrayó al concluir.
Parroquia Santa Mónica
Retiro Espiritual Ser instrumento de la ternura de Dios Orienta: Hna. Marta Irigoy Misionera Diocesana
SĂĄbado 24 de agosto, de 10 a 18 hs. Casa de Retiro "Religiosas de MarĂa Inmaculada" Tres de Febrero 1081. Villa Sarmiento. Costo $ 35,- Almuerzo a la canasta. (Se sugiere traer Biblia y material para anotar) Tel.: 4658-3160 / 4469-0271 Cel: 15-4161-6093 (Mercedes) 15-5655-2103 (Silvia)
Región Buenos Aires Diócesis de Merlo-Moreno
FERNANDO LEIVA en concierto Sábado 6 de julio, 15.30 hs. Teatro municipal de Merlo (Colón y Riobamba – Merlo) Entradas en venta en 494-1330 / 494-2076 En la Parroquia San José – Libertad, Merlo En el Colegio San José – Libertad, Merlo En la Librería San José – Libertad, Merlo
PASTORAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL - DIÓCESIS DE MORÓN
Oficina de Prensa del Obispado de Morón Sr. Fabián Parodi De lunes a viernes de 9 a 12 horas. Buen Viaje 936 - Morón Teléfono: 4629-3143 E-mail: obmoronprensa@speedy.com.ar
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