Acudo a una casa de citas a ampliar mis conocimientos.
¡Aquellos rosarios llenos de rosas! ¡Aquellos osarios rebosantes de oseznos!
No existe la muerte: solo palabras borradas a medias.
El cabello de los ángeles es dulcísimo.
Tratar a las personas como si fueran muebles: limpiarlos, encerarlos, abrillantarlos, quemarlos …
El intolerable egocentrismo de Dios. 174
“¿No son nada los gritos de los hombres? / ¿No pasa nada cuando pasa el tiempo? / No pasa nada. Solo un parpadeo / del sol, un movimiento apenas. Nada” (Octavio Paz). “Las galaxias son detalles en el espacio cósmico / Y un millon de años como un parpadeo” (Ernesto Cardenal). “¿Quién, si gritase, me oiría entre las jerarquías de los ángeles?” (R. M. Rilke).
Hay coitus interruptus y cogitus interruptus.
¡Aquellos versos suyos, en compacta formación de falange griega, bosque de lanzas donde ensartarnos!
Quienes se dejan usar y tirar con placer (aunque no siempre por virtud de humildad) ¿serán también santos?
“Ah la mentira en el corazón vaciado por un cuchillo invisible. / Ah la mentira, ciencia del silencio” (Antonio Gamoneda). / “La mentira es fundamental en un sistema de estorbos” (Vicente Núñez).