Nares, George S._ Viajes al Polo Norte por el Capitán Nares (1875-1876) y por el Doctor Nordenskio

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VIAJES

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Al.

algún paso mejor protegido, por el oeste de la Tierra de EUesuiere. Kn ausencia del capitán Stephenson, los de la fJcscnlnt'i-f'i hicieron un sondeo que

veíanse

in(Uc(i cuar-'^nta y dos brazas. La temperatura mínima del agua entre esta profun-

de

inmediaciones

los

(i

casorios»

numerosas osamentas de bueyes almizcleros, de focas, morsos y narvales.

Mucho

siento que nuestra limitada per-

manencia en

estos parajes, no

al

haya

noü

qué atenernos respecto Hayes. ¿Ks un canal qne

permitido saber

¡'i

estrecho de

conduce á un mar occidental, ó S(M.'íí simplemente un fiordo, os d 'i' un golfo sin

Lo

salida?

cierto

marca parecía otra

parte, el

de los

más

.

s

que

en

mismo re-

el

sultado.

La temperatura de Smith, excepto caldeada

Océano

¡¡or

el

estrech;>

ligera capa exterior

la

como

verano, es

el

r4

agua en

del

siempre bajo

la del

pierden naturalmente una parte de su es-

roíiore

ciiandc

el

im])ulso de la marea, lo cual,

este bajo el

diversos puntos nos dieron

que dos

concienzudos,

mas por

;

buque estaba anclado, notó que el hielo de la gran corriente se encaminaba hacia el t

Un

PaiT, obseivador

corriente de

dirigi.-se al oeste

teniente

1". didad y la superficie era de 5. gran número de observaciones hechas

punto de fusión del hielo do agua dulce. Las monta1°. ñas de hielo flotante en un mar A 55

la

veces, hallándose de guardia

!

POLO NOnTK.

duda la li. uii/stíc(vti/s,) cuyos pedazos median cinco pies do longitud por uno de ancho, iiabian servido de annazon para construir una de las cabanas; en las (sin

llena

¡i

astral,

el

pesor en

los

rayos

en enormes

-'uhos

expuestas

porciones

del sol, convirtiéndose

íi

allanados que tienen por cima la primitiva superficie del glaciar de emisión; arrastra-

^

no obstante,

se

podría atribuir á vientos

locales ó remolinos del Unjo.

No vimos

cas vivas, poro sí sus osamentas

das

aci'i

y

bIIí'i

al

¡o

I

'•

I

í

;'i

la

bahía de Baffin,

tomp(;ratura

si la

ruta que

deaba

los glaciares

de

bahía de Baffin, ó

la

sin

duda

parajes:

pero

procedentes

de

la

siguieron Ijorcosta si

occidental

aprovecharon

las

aguas

disgregan

pronto las partes sumergidas, y la línea de flotación cam])ia según se van hundiendo esas moles, que desigualmente de-

popularizadas por

tribus,

superior

muy

rretidas, adquieren las

no sabemos

V

de una

que no so observa en una bahía cerrada, donde el agua se hiela mils pronto que en un canal.

Algunas

I

prueba

la región, cosa

del sur, frecuentaron estos

i

cual

das después

suficientemente que aquellos anfibios 'ibun-

dau en

i

disemina-

rededor de antiguos cam-

pamentos de esquimales,

'

fo-

los viajeros polares.

guna

formas fantásticas

los relatos

de esas montañas

Montañas

el

mar en

dibujos de visto

al oeste del

cho de Hayes; sin duda bajan hasta

y

No hemos los

ninestre-

glaciares

no

estas orillas, que las

del Príncipe de Gales protegen

probablemente contra del sudoeste.

los

húmedos vientos

ti


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