VIAJES
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Al.
algún paso mejor protegido, por el oeste de la Tierra de EUesuiere. Kn ausencia del capitán Stephenson, los de la fJcscnlnt'i-f'i hicieron un sondeo que
veíanse
in(Uc(i cuar-'^nta y dos brazas. La temperatura mínima del agua entre esta profun-
de
inmediaciones
los
(i
casorios»
numerosas osamentas de bueyes almizcleros, de focas, morsos y narvales.
Mucho
siento que nuestra limitada per-
manencia en
estos parajes, no
al
haya
noü
qué atenernos respecto Hayes. ¿Ks un canal qne
permitido saber
¡'i
estrecho de
conduce á un mar occidental, ó S(M.'íí simplemente un fiordo, os d 'i' un golfo sin
Lo
salida?
cierto
marca parecía otra
parte, el
de los
más
.
s
que
en
mismo re-
el
sultado.
La temperatura de Smith, excepto caldeada
Océano
¡¡or
el
estrech;>
ligera capa exterior
la
como
verano, es
el
r4
agua en
del
siempre bajo
la del
pierden naturalmente una parte de su es-
roíiore
ciiandc
el
im])ulso de la marea, lo cual,
este bajo el
diversos puntos nos dieron
que dos
concienzudos,
mas por
;
buque estaba anclado, notó que el hielo de la gran corriente se encaminaba hacia el t
Un
PaiT, obseivador
corriente de
dirigi.-se al oeste
teniente
—
1". didad y la superficie era de 5. gran número de observaciones hechas
punto de fusión del hielo do agua dulce. Las monta1°. ñas de hielo flotante en un mar A 55
la
veces, hallándose de guardia
!
POLO NOnTK.
duda la li. uii/stíc(vti/s,) cuyos pedazos median cinco pies do longitud por uno de ancho, iiabian servido de annazon para construir una de las cabanas; en las (sin
llena
¡i
astral,
el
—
pesor en
los
rayos
en enormes
-'uhos
expuestas
porciones
del sol, convirtiéndose
íi
allanados que tienen por cima la primitiva superficie del glaciar de emisión; arrastra-
^
no obstante,
se
podría atribuir á vientos
locales ó remolinos del Unjo.
No vimos
cas vivas, poro sí sus osamentas
das
aci'i
y
bIIí'i
al
¡o
I
'•
I
í
;'i
la
bahía de Baffin,
tomp(;ratura
si la
ruta que
deaba
los glaciares
de
bahía de Baffin, ó
la
sin
duda
parajes:
pero
procedentes
de
la
siguieron Ijorcosta si
occidental
aprovecharon
las
aguas
disgregan
pronto las partes sumergidas, y la línea de flotación cam])ia según se van hundiendo esas moles, que desigualmente de-
popularizadas por
tribus,
superior
muy
rretidas, adquieren las
no sabemos
V
de una
que no so observa en una bahía cerrada, donde el agua se hiela mils pronto que en un canal.
Algunas
I
prueba
la región, cosa
del sur, frecuentaron estos
i
cual
das después
suficientemente que aquellos anfibios 'ibun-
dau en
i
disemina-
rededor de antiguos cam-
pamentos de esquimales,
'
fo-
los viajeros polares.
guna
formas fantásticas
los relatos
de esas montañas
Montañas
el
mar en
dibujos de visto
al oeste del
cho de Hayes; sin duda bajan hasta
y
No hemos los
ninestre-
glaciares
no
estas orillas, que las
del Príncipe de Gales protegen
probablemente contra del sudoeste.
los
húmedos vientos
ti