M6
capItulo XV.
óinotro de
por
ol sur,
d
el
liielo
hubieran podido recorrer sin aquel inesperado auxilio. Combinando la hora de
modo que no
tida do
la par-
interrumpiese
so
al
y sus hombres mientras descansaban, emprendimos la marcha por teniente Aldrich
)n dojando
bandadas del mediolentemonfo a de la esi
noche y encontramos A nuestra gente li unos nueve kihjuietros del buque. El escorbuto minaba A todos, y habíase la
mucho. De
l»adecido
los
Markham;
Aldrich y Giffard sei)aráronse de nuestro amigo, y con sus el
dos trineos
1 1
de
al)ril,
península de
atravesaron la
Keilden, cuya línea de altitud se eleva A ciento setenta
y cinco metros sobre
Santiago Ross; en
ocho hombres que
cuíitro liel)res, las cuales
teniente Aldrich
inmodiatamonto á
y cazaron
fueron destinadas
va se acla-
formaban
Adam
tenía esperanza de encontrar otras;
na dol ( )1)Egerton so
Ayles eran los únicos que podían trabajar aun; Jacobo Doidge y David Mitchell
que debían comer durante
un satisñicbre
el hielo
volvería
10
tanto po-
3
valerosamente con
echarse en
y después
liabía
es
el
decla-
i'i
rarse en la primera parte del viaje; pero no
la vuelta.
después de emEntonces manifestáronse
todos los síntomas del mal,
gos opusieron
y nuestros amimás enérgica resistencia;
la
y su puñado de hombres mostrároncuando ya no distaba más de
el jefe
se heroicos;
que suele e junio),
de
ije
y
May
empie-
ives
n ya
inViti-
las
aguas;
un
kilómetro
el
El 16 av^anzan por
cabo José Enrique, cuatro
fijo si se
la
de
''
los vientos del oeste,
muy
por
la línea
cum-
ó en la
á causa
nieve.
compañeros. Imposible
los
sí
hielo esté
grandes dificultades para
es describir la ale-
mar
hallan sobre el
hombres de los ocho se declararon vencidos y Ayles iba á marchar en busca de socorro cuando se presentaron May y sus gría de todos, pero abreviáronse
sin saber á
la bahía,
Ninguna grieta indica que el próximo á romperse, 'Uio no sea cerca de la orilla, donde aparece lijeramente levantado, sin duda por el movimiento del reflujo, lo cual prueba que si las aguas del golfo Jacobo RoSs no se desembarazan nunca completamente de su coraza cristalina, no se hielan tampoco hasta el fondo. La bahía está resguardada de
comenzado
so sospechó el peligro hasta
que
fuéles forzoso
el trinto.
La epidemia
prender
un mi-
el viaje.
costa; tan semejantes son entre
naturaleza,
tiene la nieve
neos. Aldrich visita
fijo
del
de
el
cual se man-
el
paso de los
separa el hielo
en verano, parte de un
plidos porque el deshielo
promontorio situado á cinco kilómetros
oeste del cabo José Enrique; pasa á dos ki-
taría aven-
franqueado
nás
hielo
lómetros de la isla y parece prolongarse á corta distancia del cabo Hecla. El 19 se
allá
de
cabo José
il
atitud Ínulas
angus-
corazon di beneficio. nxAs tarde el
nt
teniente
y
il
camino
comenzó á derretirse, de lo cual tuvieron una prueba Parr y Feilden por haberse retrasado veinticuatro horas.
diéndose hasta la
la
cintura en el agua
abríase otro abismo bajo sus pies; ser por
s\i
vigor
físico
jamás hubieran podido paso.
htl-
La buque
y
atraviesa la península de Parry,
que mide
cinco kilómetros de anchura,
se llega á
fría
la isleta
y
y á no
su robusta salud,
salir
de aquel mal
una
mismo tiempo que
(l|
la
el
comandante
de Clemente
y
Markham
(l).
Desde
altura de setecientos pies se ve la ca-
dena continua de hummocks, que extendiéndose al oeste cruza por una caleta inmediata en dirección al cabo Colan, donde
partida del oeste había salido del al
al
Hun-
nieve pastosa, apenas recobraban ánimo
los
eíapa que
la
avanzaba y era Apenas hubieron bahía de la Roca Negra, el
Clemente Markham, primo del comandante de
Alerta, y presidente de una sociedad geográfica do
Londres.
I
tri-
preciso andar de prisa.
tranqui-
fe
17 la isla Crozier;
hummocks que
flotante,
lo
ii
blanda, ofreciendo esto
rticular de
)s
ti
mas por
desgracia, ésta fué la única carne fresca
mana
que colora de gloria,
cacerolas, pues se
punto
es irisados,
ira
las
ayuda de sus bastones; los otros cuatro habían resistido tanto como lo permite la hu-
llegada do
po aparece
arrastraban
se
y
ni-
camino vieron hue-
el
de perdices de las nieves
llas
algunos do
la partida, el
el
vel del mar. El 15 llegaron á la bahía de
'
í
i