Nares, George S._ Viajes al Polo Norte por el Capitán Nares (1875-1876) y por el Doctor Nordenskio

Page 132

capItülo

tan

confusas,

exporiüiontaii las

so

qiio

mismas sonsacionos quo cuando

anda

so

entro linidilas: se vacila, so palpa, y no so sabo si al dar ol paso siguiente so oncontrará torrono ürmo, alguna

molo caída

(')

ol

borde de un precipicio. Kii su úllima excursión,

Rawson adelantó

su pió sobro

el

tran(iuilamont(í

vacío y rodó al fondo do

IX.

pieza e.xije

mucha

lim-

la

asiduidad.

El doi)artam(Mito do

oficiales

los

es

un verdadero Aontilador: os un gran tubo que se abre á la altura de ocho pies sobre el puente

y baja después hasta el suelo del cuarto; perfet'tamonte para airear, pero en

sirvo

cambio nos trae mucho

llena.

En la nieve blanca y pura del lloe, sombra del buque reproduce la nii'is pequeña cuerda con escrupulosa lidelidad.

pero la atmósfera

la

da

Nuestros pobres marineros helados siguen

veces de cinco centímetros de reneve,

bien; pero la triste luz del quinqué no les

fresco tan refrigerante,

Miguel, nuestro famoso perro Miguel, ha terminado ya sus correrías, pues ayer so le encontró muerto. El trabajo no le asustaba; pero era un animal poco sociable quo vivía separado de sus compañeros, los cuales se vengaban teniéndole en cuarentena.

Ih.

como

— La luna nos abandonará la

todos se

noche será entonces muy apresuran á reunir cerca del bu-

que una cantidad de hielo masque sulicíente para no morirnos de sed antes del regreso de la viagera. La cu alera se halia

á trescientos metros

do aquí, y

dero que conduce á ella es lo;

no

me

parece

el sen-

sumamente ma-

prudente aventurar á

nuestros hombres en

el

conduce hielo

dédalo de los

hum-

no

(le

exterior,

el aire le

frío.

los

Como

sólo

cristales

de

más húmeda y

la habitación deposita

rarefica-

sobre

el

tubo

esfloresconcias cristí'linas,

á

La nieve te

en

se

la costa

ha endurecido

más en nuestras dad y

al fin

bastan-

para quo podamos adelfiritar correrías; pero la oscuri-

impiden alejarse demasiado. El doctor Colan ha utilizado nuestros raol frío

de ocio para trazar un paseo de

cionto.s

tras conservas (por

supuesto vacías), colo-

cadas á diez metros unas de otras.

Este

camino cómodo y llano, al que hemos dado el nombre de Avenida de las Damas, será

Desde

la colina

uua charca á

la

de

observación

vemos

entrada del estrecho de Ro-

más

las lineas del

resultado,

aristas vivas de las

la

das por el fulgor grisperla que es ahora

lentando

aire cáli-

la corriente fría

allá del cabo

Vistas con esta tranquila claridad lunar,

sas;

sólo

paisage son vagas é indeci-

á medio día se distinguen las

cimas del sur, ilumina-

todo nuestro crepúsculo.

ÍS.

— En vez de

las sesiones literarias

y

lo

musicales del jueves, hemos inaugurado de

llega

nuevo esta noche, después de un intervalo

que baja á

i

nicas del invierno.

Las manr/as de aire que atraviesan las cúpulas de nieve han producido muy buen

la parte central, ca-

>

excelente para las peregrinaciones higié-

Rawson.

columna de

MI

escalonado por montones de latas de nues-

beson, cuatro kilómetros

do que sube, pasa por

!U

oclio-

á nuevecientos metros de longitud,

mocks, y por otra parte, si se desprenden moles á la luz de la bela, sería fácil excavar hasta el hielo de agua salada.

interior del tubo; la

|i

reque ha sido necesario retirar el tubo del centro de la pieza para revestirle de una cubierta de madera.

las

y nos sirven para dos finos: humedad congelada se acumula en el

H'

obstruyen nunca interiormente;

magníficas

tos

20, y oscura,

el

la

única habitación donde funciona

una f^riota de tres metros de prol'undidad. La bruma se disipa por la noche, y pódenlo.-, leer un diario á la luz do la luna

consuela mucho.

y

III

modificada ya seusiblemonte; poro

fl.

largo de las paredes heladas,

y nos

!l

I


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.