Nares, George S._ Viajes al Polo Norte por el Capitán Nares (1875-1876) y por el Doctor Nordenskio

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VIAJKS

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At.

dospnos una capa dp niovo niodio liclada,

y

oirá do

reducida

soca,

iii(;vo

vo. El hielo rocionlo so de la nieve,

lia

lino pol-

i'i

cedido bajo

y desprendióiidoso

tado del Ituque, lü'dlaso ahora hajo

descendido d

aunque

la

pe-

(juiíico

hetemperatura haya

centinietros do agua, la cual no

lado todavía,

el

del con-

se ha

10°.

<'i

mucho que Aldrich y

alegro

hom-

sus

La nieve, rechazada por el viento, se acumula en montones que cubrirían A un hombre hasta la cintura; y aun debe elevarse más en tierra; pero nos hemos guardado muy bien bres se hallen seguros A l)ordo.

de

ir

verlo.

i',

á nuestro observatorio,

cientos metros dol

acercarme

El puente se ha llenado de

continuas avalanchas de nie-

tines. Estas

ve blanda

un hecho nuevo en

son

la costa oeste

do Groolandia al-

go parecido. Temo que nuestros viajeros hayan de sufrir mucho; pero al menos no les faltarán

las ¡¡rovisiones.

En

cuanto á

mí, no podría decir quó aborrezco más, tencia.

Es imposible hacer trabajar á

nes para ellos.

Las brisas de ayer han alejado de

la orilla; desd' el

Rawson háse

tarde se disipa

la

y en

mar.

8. halla

los

declives protegidos

Brisas ligeras,

peratura de

calma;

2°, la

:'i

el

íloe

esta

se

tem-

nieve que cae de cones ya de sesenhumedece mucho y

y cuya profundidad

centímetros,

liasta le disuelve

le

en parte; no nos ha cos-

tado poco traer aquí

un

trineo cargado de

hielo, extraído de la superficie

de un floe-

berg A cien metros del buque. A fuerza de golpes con la pala se consigue abrir un camino, mas apenas separada la nieve, el

agua de

mueve

se

la superficie

conviértese en

una

al

cabo

en pocas horas un

abiíjrto

im-

los

mas paréceme que no

tanto.

— Esta mañana ha cambiado

completamente;

to

el vien-

temperatura es do

la

23"; y parece que se nos alijera el corazón á medida que la bruma, expulsada por la brisa

norte, nos

del

nubes.

deja ver

un

cielo

cambio infundirá nueva energía á nuestros viajeros, que esperan sin duda con viva impaciencia un termómetro menos alto, y de consiguiensin

en un estado deplorable:

tinuo, ta

velo de

ráfaga ha barrido las

cimas inmediatas: Viltimas nieves en los hielos del

el

pack

el

cabo Sheridan

paso de doscientos á trescientos metros de

.'>.

bruma y nos permite contemplar un momento las la

los

perros, porque no podríamos iabricar pati-

de tiempo.

Por

si

continua ó esta nieve sin consis-

la niebla

pulsos de la marea;

la oscuridad antes

los

anales polares; sólo la expedición alemana

nadie parece agradarle la idea de ver nues-

buque invadido por

sonl

á los pa-

anchura. El pack es aun sensible á

tro

¡i

do Markhaní;

una vía y apelar

modo, que se discute un momento sobre ái convendrá protegerle durante el invierno con una tienda de campaña; mas íi tal

>:

que sólo dista trosno ho jiodido

l)U(|ue;

al depósito

necesario abrir

observó en

El 7 sopla el viento del oeste, acompañado de trombas de nieve; nada se distinla distancia de cincuenta pasos, y gue

me

POLO NonTK.

te

Este

feliz

una nieve más firme y un

floe

más

seco.

A

las

ocho y tres cuartos hemos visto,

por espacio de algunos minutos,

elevaba

el sol

enlandia.

como se Gro-

sobre las montañas de

Su ruta

es tan

que á medio día estaba

sólo

poco inclinada á

un grado

del

horizonte; las colinas nos le ocultan por el

sur completamente.

Ha

estado seis horas

como

pasta viscosa que se resiste á la congela-

en nuestro

Las cosas están peor en la donde he necesitado media hora de

en Inglaterra en su día más corto: dentro de setenta y dos hcas habrá desaparecido

ción.

zos,

orilla,

esfuer-

arrastrándome de rodillas, para llegar

cielo, casi

por algunos meses.

tanto tiempo


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