Informe de Población Mundial 2012 del Fondo de Población de Naciones Unidas:

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de planificación de la familia tienen más probabilidades de reducir los riesgos de mortalidad para ellas mismas y para sus hijos (Bongaarts, 1987). Pero esas relaciones no pueden interpretarse como causales debido a diversos factores que introducen confusión, entre ellos, la duración y la intensidad del amamantamiento, los partos prematuros y algunos efectos todavía no especificados de índole biológica, de comportamiento, ambiental, socioeconómica o de atención de la salud, que comprobadamente causan grandes diferencias en la mortalidad de lactantes entre distintas familias. Por otra parte, recientemente se realizó un estudio en que se comprobaron los efectos de varios de esos factores, y se constató que al aumentar los intervalos entre alumbramientos es posible reducir la mortalidad neonatal, de lactantes y de niños (Rustein, 2005). Dicho estudio llegó a la conclusión de que, con solamente espaciamientos de entre tres a cinco años, sería posible prevenir en los países en desarrollo hasta un 46% de la mortalidad de lactantes. Las pruebas recogidas en programas para determinados países confirman esa conclusión. Por ejemplo, un estudio sobre Colombia ilustra que la disponibilidad local de clínicas y camas de hospital y los gastos per cápita en planificación de la familia están asociados con menor mortalidad infantil y menor tasa de fecundidad de las mujeres residentes en zonas urbanas (Rosenzweig and Schultz, 1982). En Filipinas, la presencia de un programa de planificación de la familia tuvo efectos directos sobre la salud de la infancia (Rosenzweig and Wolpin, 1986). En Bangladesh, el mejor acceso a servicios de salud reproductiva, el mayor espaciamiento de los embarazos y la reducción de la cantidad de embarazos de alto riesgo se combinaron para reducir la mortalidad infantil y mejorar la supervivencia del niño (Phillips et al., 1998; Muhuri and Preston, 1991; Muhuri, 1995; Muhuri, 1996; Joshi and Schultz, 2007). Se comprobaron efectos similares de un programa realizado en Navrongo, Ghana (Binka, Nazzar and Phillips, 1995; Pence et al., 2001; Phillips et al., 2006; Pence, Nyarko and Phillips, 2007). En recientes investigaciones sobre la salud a lo largo de toda la vida se utilizaron mediciones antro-

pométricas en la medición de la salud en la primera infancia. Un ejemplo particularmente importante es la estatura de la persona, que se considera un indicador latente de la nutrición a edad temprana y de la salud a lo largo de toda la vida: los niños con insuficiencia ponderal al nacer, por ejemplo, alcanzan una estatura menor, incluso cuando reciben nutrición adicional en la infancia. Aun cuando la estatura es consecuencia de determinantes genéticos, se plasma debido en parte a la nutrición satisfactoria y a las condiciones de atención de la salud, particularmente en la primera infancia. En las últimas décadas, la estatura aumentó en las poblaciones donde aumentó el ingreso nacional per cápita y se ampliaron las medidas de salud pública. En un estudio sobre la provincia de Laguna. Filipinas, que recopiló información sobre estatura, peso y contacto con programas de planificación de la familia entre 1975 y 1979, se constató que el contacto con programas de salud y de planificación de la familia redundaba en mejores proporciones

En Costa Rica, un seminario práctico sobre planificación de la familia. ©UNFPA/Alvaro Monge

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