Zombie Journal

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Zombie Journal El periódico que volvió del más allá Desde Miraflores de la Sierra para el mundo Otoño 2012

3€

INCREÍBLE: una mujer francesa encuentra la letra A

L a p o é s i e e s t p a r t o u t , contestó la descubridora.

El suceso tuvo lugar de manera casual, cuando la mujer abrió un libro de Vicente Huidobro, el poeta chileno, que había dejado en una estantería del pasillo y que no había vuelto a abrir durante veinticuatro años de matrimonio.

Sus compañeros de estantería dicen que parecía un libro normal, con su rutina, almacenando polvo y que era muy callado. Lo normal, por lo que no sospecharon nada raro de él,

Finalmente la descubidora involuntaria nos contó Nos comenta que ella recordaba que ese libro que No podía pensar que la letra A se escondiera en podía ser algo raro, pero nunca pensó que allí en- un libro. Pero, finalmente, como dijo ella misma, la poésie est partout. contraría la letra A. Hoy amor, como siempre, el diario no hablaba de ti. Este si , Joaquín , este si . Joaquín Sabina Jorge García Torrego


EDITORIAL

por Jorge García Torrego Zombie Journal es un periódico que murió hace años. Un periódico cotidiano, con sus noticias y fotos como otro cualquiera. Diario con sus idas y venidas, con su redacción y sus tiros a canasta en la papelera. Hasta que llegó la CRISIS DEL PAPEL. A medida que la crisis se comía los ingresos de los medios de comunicación como si estuvieran recién salidos del horno, Zombie Journal, como el resto de medios de papel, tuvo que reducir sus sueños y su tirada fue bajando y bajando y bajando y bajando hasta que ya no se pudo bajar más y se dijo a los empleados que bajaran al primer piso y allí ah, se me olvidaba. No vuelva mañana ni pasado. La rotativa no se cambiaba y un día llegó a tatarabuela, con sus tuercas centenarias y sus letras melladas. Se redujeron costes, los pilots por bics, las tintas chinas por tintas de calamar y, poco a poco, el periódico, que en algún momento fue ejemplo de buen hacer, con sus investigaciones y análisis internacionales, murió con estrépito y harakiris de llaves que ya no sirven, secciones ingeniosas que ya nunca más harán reír ni llorar.

Así pasaron los años, internet fue haciendo régimen a todas las publicaciones físicas, manchadas, olorosas, y llegó el momento en que ya nadie podía meterse ninguna revistilla ni ningún diario bajo el brazo porque, sencillamente, ya no existían. El estanquero ahí no se, yo ahora trabajo de diseñador web y el resto de la gente con sus pantallas, pantallitas, pantallotes por todos los lados sin que nadie ponga fin, sin que nadie desenchufe y agote todas las pilas mientras el papel se pudre en los cajones, en los contenedores de reciclaje, porque los ojos ya solo quieren leer el cristal, el plástico, la fría superficie perfecta. Y en este momento dramático aparece Zombie Journal. Del fondo de una papelera de periódico, compuesto por noticias y fotos antiguas que tomaron forma y se pusieron de pie gracias al virus de la literatura. Aquí les dejo con las noticias infectadas de este querido periódico resucitado del papel, la tinta y el sudor de tantos periodistas que ahora están muertos o que han renacido como publicistas, putas de lujo, o políticos. O todo junto. Que lo disfruten.

¡LARGA

VIDA

AL

PAPEL

ZOMBIE!

(Tengan cuidado porque pueden encontrar ilustraciones de Elvira Amor Melones, patonera, bonaerense y artista. Su arte engancha) 2


INTERNACIONAL Costumbre postmosuicida En Tokio, los jóvenes que se suicidan piden antes, por escrito, que pongan con ellos en la tumba su IPOD y su PLAYSTATION. Por si acaso.

El amor es la primera causa de terrorismo amoroso en los países occidentales Terrorista eres un peligro, una amenaza letal; Tus ojos atentan, rabiosos, contra la oscuridad y su paciencia.

y degüellas sin piedad a tus víctimas cada vez que te mojas los labios. Terrorista temible preciosa y brutal que explotas de gusto de dinamita de lengua cada noche bajo mis sábanas.

Eres precisa, sangrienta

Mi Santiago de Chile ¿Para qué volver a Santiago si tú ya no corres por el parque Forestal? ¿Para qué volver si ya no te salvo de las lágrimas y el Mapocho?

Para qué perseguir al pasado para qué abrir los puños si ya vacíos hace tiempo.

Mi Santiago de Chile con mi raíz torcida Mi Santiago de Chile con cicatrices Mi Santiago de Chile y mi calor hundido

Para qué tanta Alameda, para qué tanta chela y Pablo Neruda si tú no estarás nunca más desnuda nunca más presente en aquel departamento triste de Lastarria.

Mi Santiago de Chile, la herida donde fui feliz.

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Los saharauis siguen hablando bajo la arena. Nadie les escucha Los saharauis , con sangre en la boca y arena en la herida aparecen entre las ruinas. Su grito es sangre, sangre de cárcel de arena que a nadie mancha que a nadie importa.

Los saharauis, sedientos de ojos humanos hermanos con la misma sangre. Náufragos en la arena se levantan y miran hacia abajo al enemigo. Mant(r)a de arena.

El oro es agresivo, mortal, te escuece el hígado y la sal.

En las calles invisibles del desierto se hunden tus pies, hijos de lo gris mentiroso. Las mujeres son torres, blandas, de tela, con hijos de ojos de estrella. Saltan y trabajan los niños, callos en las manos y el alma.

El agua muere en tu bañera y tres niños se seca n po r tu

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Descubierto un manuscrito que relata la conquista de América desde el punto de vista indígena

Se ha descubierto un manuscrito que relata la conquista de América desde el punto de vista indígena. El hallazgo fue hecho por un grupo de estudiantes de Alicante que bebían como cosacos adolescentes en las playas de “La española”. Aquí adjuntamos el legajo: -Yo te bendigo en nombre de la Reina Isabel, Castilla y nuestro querido…-se movió la maleza y apareció alguien. -Eh, un momentito, por favor. Buenas tardes, a ver, los papeles.

mitido aparcar, ¿es que no ven ustedes la señal? -Pero es que nosotros venimos a conquistar estas tierras para la gloria de Castilla y de su majestad la Reina Isabel.

-Vamos a ver, que no nos esta-¿Pero cómo que los papeles? Yo mos entendiendo usted y yo. soy Cristóbal Colón, y he llegado Los papeles, y por favor, dígale a estas lejanas tierras… a sus amigos que dejen de mirar las tetas de nuestras mujeres. -Me parece muy bien señor Colón. Yo me llamo Toparu, -Mire, usted no entiende. y soy agente de inmigración, Nosotros debemos cristianizar encantado. Vamos a ver, me ense- y humanizar estos lugares para ña usted su pasaporte y le dice a la gloria de nuestro señor Jesusus amigos que hagan lo mismo. cristo. Aunque sea por la fuerza. En segundo lugar, debe usted -No hombre no, tampoco es eso. aparcar las carabelas en otra Yo he venido aquí a pedirle los cala, porque aquí no está per- papeles y eso, pero es más una 5

formalidad que otra cosa. Es que mire, nosotros aquí estamos bastante tranquilos, entonces, para una vez que pasa algo, pues, claro, hay que aparentar que se hace algo porque si se entera el jefe que no les he pedido la documentación y todo lo demás…menuda me lía. Por eso, tampoco vamos a perder la cabeza, ¿no? venga, vamos a tomar algo al bar del Unset, que pone unos rones que no veas. -Me parece bien, pero luego os conquistamos en el nombre de Dios, de Castilla y de la Reina Isabel. -Que sí, pesado, que si…


ESPAÑA El INE esperaba un aumento mayor Crece un 22 % el número de padres que pretende devolver a sus hijos al hospital porque lloran demasiado.

Preguntas ajenas

¿Cuánta risa le queda al rumano antes de convertirse en martillo? ¿Cuánto niño, cuanto mar para la africana antes de ser puta y maltrato? ¿Cuánto cartón hace falta para reciclar al vagabundo? ¿Cuánta familia le queda al chino antes de ser máquina? ¿Cuánto sueño le queda al anarquista antes del orden y la corbata? ¿Cuánta lluvia cuanto cóndor al ecuatoriano antes de la artesanía, antes del grito ahogado antes del alma robada?

¿Cuánta serpiente Cuánto asco Cuánta envidia nos queda a nosotros antes de entregar la vida?

Reportaje: La conjura de los suecos Reportaje llevado a cabo por “El señor que tiene la garganta hasta el principio del estómago” y publicado en el periódico gracias a su entrega por parte de una gallina mensajera: Al final saltó a los periódicos. Un día u otro debía pasar. Nos creemos que no sirven, que solo responden ante poderes económicos e intereses particulares, sin importarles una mierda la ética, la honradez, y la moral

periodística. En nuestro país, si, simo. Desde el año noventa y cinpero en el resto, también. co ha pasado ya mucho, pero lo importante es que haya salido Además, cualquier periódico por fin a la luz. Y la verdad es quiere ser como un buen por- que el hombre que lo provocó tero: tener todo cubierto. Claro todo tuvo mucho valor. que pasó mucho tiempo, muchí6


Un valor que le provocó, por supuesto, la muerte. Este hombre es, como ya sabéis todos, Don Alfredo Muñoz Manrique.

Desde el año ochenta y uno estuvo al lado del presidente del gobierno y fue su sombra hasta que llegó a la presidencia en el año ochenta y dos. Era un doble espiritual del presidente García que conocía todos sus secretos. Don Alfredo nunca habría hablado. Jamás. Nunca habría contado nada sobre “la intriga de los rubios”, como se conoció la trama en la prensa.

Era un hombre de palabra, pero cuando el señor Zapatero, a través de uno de sus funcionarios, de esos con cara gris, manos grises, y nudo perfecto en los cordones, (doble lazo y equidistancia entre ambos lados) eliminó la pensión vitalicia del señor Muñoz para evitar gastos “superfluos”, este tuvo que estallar. Sus corridas de toros y las botellas de Merlot estaban en peligro. El hombre tenía ya setenta y siete años y mantenía con celo sus discretos pero a la vez necesarios vicios.

Todo el mundo sabe que en los pasillos de los ministerios, en aquellos despachos de puertas de roble macizo, pasan cosas que solo conocen unos pocos. Los necesarios. Y a veces, incluso son demasiados. Y uno de esos pocos era el señor Muñoz Manrique. No fue él el encargado de negociar directamente con los suecos, claro que no.

El señor M. Manrique disponía de un equipo altamente cualificado preparado para llevar a cabo este tipo de relaciones clandestinas y de alto estado.

Pero él, por supuesto, supervisaba todos los asuntos que se trataban en aquellas enormes salas con plantas enormes, cuadros de paisajes y suelos encerados. Cuando se enteró de lo que estaba pasando, mejor dicho, de lo que los suecos pretendían que pasara, se quedó impactado. No pensaba que España, fuera de nuestras fronteras se viera como un país de mierda al que se puede someter así porque si. Aunque fueran suecos, joder. Lo primero que hizo, viendo el tamaño y la importancia de la operación, fue consultarlo con el mismísimo presidente García, para cubrirse las espaldas. Pero el señor Manrique no podía sospechar lo que le iba a decir el presidente. En su visita diaria para informarle de las novedades, se presentó en su puerta, se ajustó la corbata más de lo normal, se pasó la mano por el pelo intentando corregir algún pelo rebelde, llamó a la puerta y tras contestarle el presidente, la abrió con entusiasmo: -Buenos días señor presidente. -Hola, Alfredo, pasa, pasa.

El presidente García la sonrió detrás de una mesa demasiado grande, llena de teléfonos, folios y un cenicero metalizado y enorme. Ese día, el presidente tenía los pies encima de una silla, y garabateaba algo en una hoja. Cuando su empleado empezó a hablar, encapuchó el bolígrafo y le miró. -Mire, venía a preguntarle una cuestión que tengo en la cabeza desde hace un tiempo. Hace un par de días, mis colaboradores 7

me comentaron una reunión que tuvieron con unos responsables del gobierno sueco…

-Ah, lo de los suecos…No se preocupe por eso, Manrique. Ya está todo hecho. Era algo necesario para el país. -Pero…señor presidente... -Si, Manrique, es algo doloroso aunque inevitable. Además, ¿Usted sabe el dinero que tienen los suecos? -No, no lo sé señor presidente. -Pero señor presidente, ¿Qué pensarán los ciudadanos? -No tienen que enterarse, eso es obvio. Imagínese el escándalo. Además, con el dinero de los suecos podremos hacer carreteras, hospitales…de todo. Y eso si que es útil para los ciudadanos, y no que pertenezcan a un país o a otro. Eso son tonterías. -Pero señor presidente, perdóneme que discrepe, pero no me parece legítimo que disponga de la soberanía nacional como usted quiera. -Mire, le tengo mucha estima y sabe que es una persona de mi completa confianza, pero debe usted entender la situación. Nosotros, España, somos una mierdecita de país que se acaba el verano, y ale, el dinero a tomar por culo. Ante esta situación podemos hacer dos cosas. Podemos tirar de casta, de orgullo, ser nacionalistas, patriotas o lo que sea, y coger el poco dinero que tenemos e intentar hacer cosas con él sin pedir dinero a nadie. La otra opción es dejar que nos ayuden. -Ya, señor presidente, pero es que esa ayuda supone que los suecos se queden en propiedad las Islas Baleares. Me parece un precio muy alto. -Bueno, según como se mire.


Oficialmente, nadie sabe nada y esperemos que esto siga así para siempre. Los suecos nos dejan el dinero, nosotros lo utilizamos para revitalizar el país, y por cierto, para ganar las próximas elecciones, y se lo vamos pagando en cómodos plazos. Poco a poco.

te supeditada a lo que decida Europa. Punto. Eso es así y nadie se ha tirado de los pelos, joder, y es algo obvio. Ahora que decidimos alquilar, porque es alquilar y nunca vender, una parte de nuestro país para generar riqueza, gente como usted, preparada, pragmática, se opone. ¡Imagínese si esto sale a la luz! -Ya, señor presidente, pero Me mentan a los Reyes Católimientras que las Islas Baleares cos, a la unidad de España y me sean suyas, estén bajo su domi- llaman comunista por lo menos. nio, ellos ¡Pueden hacer en la práctica lo que les de la gana y Además, si no negociamos con lo nosotros no podremos hacer que podemos negociar, nuestra nada para evitarlo!-Aquí el se- economía estará en desventaja ñor Manrique se sorprendió con otros países que definitivapor haberle levantado la voz al mente si que están dispuestos a presidente. Tras un momento, negociar partes de sus territose sintió orgulloso de haberlo rios con países más ricos. Alguhecho. nos incluso venden partes a perpetuidad. Para siempre. El sur -Mire Manrique, los suecos son de Madagascar, esa isla enorme gente correcta, formal, y no ha- que hay en el pacífico al lado rían nada que pudiera levantar de África, fue comprada por los sospechas. chinos para plantar soja y arroz en sus campos. En Portugal los Además, a ellos tampoco les franceses han comprado unas interesa que esto se descubra. provincias en el norte del país Internacionalmente tienen la para desarrollar el vino de la reimagen de ser gente tolerable y gión y sacar beneficio. En el sur conciliadora, casi lo opuesto a la de Argentina los Estados Unidos idea de colonialismo, que por un han alquilado, porque ya sabe tiempo muy corto les dejaremos usted como son los argentinos, desarrollar en nuestro territo- que se mosquean por nada, rio. parte de la Pampa para hacer pruebas militares. Ya ve señor -Ya, pero es que precisamente Manrique. Si no accedemos a alese es el problema. Es nuestro quilarle las Islas Baleares a los territorio. No podemos negociar suecos, otros países emergentes con él, señor presidente. nos pasan por encima. -Si, si podemos negociar con él. En el año ochenta y seis, y aunque usted, ¡ni siquiera usted señor Manrique!, fíjese, tenía ni tiene ni idea de lo que supone nuestra entrada en la Comunidad Europea. Ni idea. A partir de ese momento nuestra soberanía se ve completamen-

No me gusta la situación, pero es lo que hay, y yo, como presidente del gobierno, elegido por todos los españoles, debo hacer lo que considere mejor para el conjunto de la nación, no para retóricas anticuadas sobre nacionalismos y demás estupideces. Estamos en a las puertas del siglo veinte, 8

los idealismos se han ido a la basura, y ahora lo más parecido al idealismo es tener un coche en la puerta y una tele muy grande. Y para que la gente tenga estas cosas, debemos conseguir dinero. Es la única solución. -De acuerdo señor presidente. Pero usted no es libre de hacer lo que quiera, usted deberá responder de sus acciones para bien o para mal en un futuro. -No responderé ante nada porque esto nunca saldrá públicamente. Es un secreto de estado y ya sabe cómo se castigan este tipo de delitos. Nadie se atreverá a decir nada. -Señor presidente, usted debe estar tranquilo conmigo. Aunque discrepe de sus decisiones, nunca sería capaz de traicionarle a usted y a la patria. Jamás. -Lo se, lo se, señor Manrique. Usted es una persona de mi completa confianza. Por eso le otorgué la capacidad para tratar estos temas tan delicados. -Muy bien presidente. Ahora debo ausentarme y seguir con mi trabajo. Buenos días. -Muy buenos días, Alfredo. Los suecos, pese a la idea que tenía el señor presidente de ellos, y que suponía que representaban a nivel global, no se portaron del todo bien. Dos meses después de la conversación entre el señor Manrique y el presidente, se cerró el pacto y un destacamento de la Svenska diplomatiska se ubicó en un edificio enorme del centro de Palma de Mallorca, para ir manejando los asuntos que les competían. Era Julio, y como es normal en las islas Baleares, hacía calor, y la llegada de casi ochenta rubios, (la mayoría eran rubios y blanquísimos de piel, aunque había algún hijo de inmigrante que daba un poco de color al destacamento), pasó


desapercibida para los de la zona, acostumbrados a la llegada masiva de turistas en estas fechas. La toma efectiva, y por supuesto clandestina de poder tendría lugar, escalonadamente, en unos tres meses y hasta entonces deberían ir asumiendo poco a poco y sin levantar mucho polvo, las responsabilidades que los políticos y funcionarios de las islas les iban a otorgar. Por cierto, a toda esta masa de gente que trabajaba para el gobierno balear, y que por supuesto, debían estar a partir de ahora bajo mando de los suecos, no se les informó de nada. Los suecos, para no levantar sospechas, y con un equipo de ochenta personas, pretendía controlar los principales despachos y otorgar los puestos de menos importancia a políticos de la zona. Los suecos y sus familias empezaron a comprar masivamente casas y chalets en Menorca, Mallorca, Ibiza y en menor medida, Formentera. Los isleños estaban acostumbrados a acoger a turistas, pero no a que compraran casas tan masivamente como lo hacían ahora. Y por supuesto, el precio de la vivienda creció muchísimo hasta el punto de que los baleares de a pie que querían comprarse una casa debían hipotecarse hasta las cejas.

los funcionarios. Estos chavales y chavalas, acostumbrados a venir a España de vacaciones con sus amigos, desvariar durante un par de semanas y volverse a su país. Pero cuando se dieron cuenta que la fiesta y la juerga que había en las islas no podía durar para siempre, habían pasado ya unos cuantos meses. Y así, aquellos inocentes jovencitos que llegaron, se convirtieron en poco tiempo en unos adictos al sol y a las drogas, provocando unos cuantos problemas a sus familias y a la gente de la isla. Pero poco a poco, y a base de abandono parental o inclusión de los vástagos en puestos influyentes, estos rubios y rubias nórdicos fueron haciéndose hippies drogadictos por un lado, y si podían reconducirse a tiempo, en unos jóvenes y ambiciosos ejecutivos por otro. Los años fueron pasando. El Partido Popular ganó las elecciones del noventa y seis y la economía, sorprendentemente, creció muchísimo. Se liberalizaron empresas, se construyó masivamente y los fondos de cohesión europeos hicieron que pudiéramos creernos europeos por fin. Además, gracias a este dinero fresco, se pudieron recomprar las Baleares.

Después de un par de años de colonialismo Express, no hubo apenas restos de aquel alquiler Hubo alguna protesta, pero pasó interestatal, salvo en la memoel tiempo, se dejaron de com- ria de algunos funcionarios, poprar tantas casas, y el precio fue cos, y algunos hippies que cuanbajando poco a poco hasta lle- do los suecos se volvieron a las gar a precios normales. Pero la frías y verdes praderas suecas , llegada masiva de responsables ellos ya estaban demasiado liadel Svenska diplomatiska, tam- dos con el New age, las drogas y bién hizo que llegaran jovenci- todo ese jaleo. tos y jovencitas, hijos y nietos de En las entrañas del gobierno, el 9

señor Manrique, junto a muchos funcionarios fueron despedidos aunque a los más delicados, como el señor Manrique, se les otorgó una generosa paga vitalicia que no pretendía otra cosa que callarles la boca de por vida.

El señor Manrique, con su paga en el bolsillo y con una familia desconocida por descubrir después de tanto tiempo trabajando en las altas esferas, se mudó a un pueblo pequeño de Galicia para vivir, tranquilamente, el resto de su vida. Allí pasó en la clandestinidad bastantes años, en una casa pequeña, cubierta de musgo y hecha con pizarra. Sus hijos fueron con ellos, pero al poco tiempo se casaron, hicieron sus familias, y se desperdigaron por otras partes de España. La vida era feliz para el señor Manrique. Hicieron amigos, iban a cenar con ellos, conocían a Julia, la panadero y Felipe el del kiosko. Pasaron allí el cambio de milenio y el atentado de Atocha. Cuando llegó Zapatero al gobierno, y pese a que ya era muy mayor para poder optar a un puesto en el gobierno, al señor Manrique le nació una renovada esperanza política.

Tan solo tendrían que pasar un par de meses hasta que una carta, entregada un día lluvioso de otoño, y que resaltaba violentamente contra la pizarra del suelo de su porche, iba a provocar el enfado visceral del ya anciano Adolfo Muñoz Manrique, cual persona importante, decían no conocerle.


En ese momento, el señor Manrique se cagó en la socialdemocracia, en todo el funcionariado que no sabe reconocer los méritos de alguien como él, y sobre todo en el tontolaba de la sonrisita, el señor Zapatero.

llamar al periódico El Dato para contar todo lo que sabía, todo lo que había tenido que callar durante tantos años. La verdad es que fue la única salida que le quedó. Juró no decir nada, si, pero a él también le prometieron que iba a tener una pensión A los pocos días y después de vitalicia, que ahora, por recortar hablarlo con su mujer, decidió gastos, le han quitado.

A la semana, el señor y la señora Manrique aparecieron muertos en su cama. A nadie le importó una mierda la vida de este señor (y mucho menos la de su señora), que en la sombra, luchó por defender lo poco que quedaba de un país a la deriva.

X inmigrantes muertos

Hoy han encontrado a X inmigrantes muertos en las costas de Algeciras, X inmigrantes muertos que no tuvieron Blackberry ni flores, X inmigrantes muertos que no podrán vender Cds piratas, X inmigrantes muertos que no podrán servirte entregarte, darte regalarte ni ser ya los puntos negros de la calle ni tus esclavos. X inmigrantes muertos que nunca tuvieron cara, X inmigrantes muertos que nunca compraron (ni robaron), X inmigrantes muertos que no podrán ser maniquíes del Zara,

Hoy han encontrado a X inmigrantes muertos en las costas de Algeciras, que son carne, como nosotros, que se comerán los gusanos.

La presencia de personas efervescentes altera el panorama político español un 15 de mayo Al borde del camino más allá del cajón y los lunes crecen suaves sencillos el verde y los tornados.

Desde los callejones y la basura nacen, como Dioses de carne o verdades bocas que gritan manos que aman.

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LA

ECONOMÍA

MATA

Nuevas oportunidades en tiempos de crisis A causa de la actual crisis y falta de trabajo, ha aumentado escandalosamente el número de delitos. Al menos, dicen, en la cárcel hay techo y comida.

El calor de los mercados Suben un 3 % los pulgares. La ropa baja 15. Valor en caída libre. Los activos no suben tanto pero suben.

bolas de la camisa.

Las fusiones se acercan los especuladores especulan.

La saliva hace expansión de caInesperadamente pital, Desajuste entre botón y ojal sus empleados y la nieve sueca cae dos puntos. con trajes y corbatas firman unos senos, La cremallera pierde activos se frotan contra el capital del grita cuello, doscientas persianas se abren estallan la curva caliente que en Brasil surge, y entra el sol en las oscuras cha- con potencia económica, bolas de la camisa. desde el fondo de una empresa de jeans. Las fusiones se acercan los especuladores especulan. El ritmo es ágil: hay liquidez Desajuste entre botón y ojal (torrentes rabiosos, llamas que y la nieve sueca cae dos puntos. engullen pelo, ojos) La cremallera pierde activos kilómetros de pieles. grita doscientas persianas se abren Las manos se expanden y arden en Brasil por su miedo a la estabilidad y entra el sol en las oscuras cha- al estancamiento monetario.

Ya no hay gris y los economistas hierven los porcentajes chocan, los dedos se aprietan.

Resuenan ríos bajo las butacas y las cifras, llenas de metal y sangre resuenan por el suelo como lluvia de pequeños dioses: Materia prima líquida recién importada.

Un parado echó a andar Con sus manos paradas, sus zapatos callados y limpios, ansiosos, ve la tarde pasar, el parado. Sus ojos reposan, descansan, esperando, tan solo,

volver a trabajar.

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Pero el parado, un día, echa a andar. Recoge sus manos, las ganas de nadar, se lanza loco, decidido, contra el dinero y la cal.


Parado que caminas, que tienes sangre y arrojo, no te dejes derrumbar, y sal, y grita.

Tú, parado, un día de arena en las pestañas, de hambre empezaste a caminar, a romper montañas, a coser heridas.

Ánimo, parado, tan solo quedan unos millones de parados más.

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Los mandamases nos abren su corazoncito para que podamos salir por fin de la crisis Hoy, ante el sobredimensionado flujo de capitales monetarios que circulan por el orbe, y siendo estos meros datos sin respaldo materia real (lector, no te aburras) y que es, en último término, la causa del momento de ajuste que estamos padeciendo, el FMI junto a los diversos organismos mundiales y los máximos dirigentes de los países, (aguanta, ya falta poco) han propuesto en primer momento y más tarde han impuesto, que a partir de mañana día 2,hora 12 GMT, el dinero que conocíamos ya no tiene valor y el nuevo vehículo monetario, (casi, casi...)

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el representante legítimo de nuestra riqueza, el símbolo de nuestro potencial en desarrollo, serán los sacapuntas. Los de metal tendrán preferencia. Los de plástico serán útiles pero menos, y cada uno equivaldrá a la mitad del valor que tiene uno de metal. Los rojos serán comodín. Fdo; los gobernantes mundiales que rigen las economías macroeconómicas y controlan sus fluctuaciones.


Asombroso descubrimiento Científicos checoslovacos acaban de descubrir que en la composición de los billetes de todos los países del mundo hay veneno. Y del fuerte, con mala leche. Cada billete tiene un veneno, un puñal reluciente, el mordisco económico perfecto.

Cada billete envenenado te obliga a matar a tus hermanos. Debajo de los precios hay un temblor de bocas calladas, lanzas empuñadas.

El brillo mata, tortura luciérnagas esclavas. Nosotros, con las bocas calladas y las lanzas lanzadas, esperamos, que la tinta sea llama, ardiendo en la nieve.

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MI MADRID

Se descubre que en nuestra sangre no hay ni rastro de Europa Madrid Gran Vía trozos de manos, de miradas, humo en los flequillos y un deseo de mar.

Nos dejamos caer en barras eternas y sucias salvadoras y humanas.

Nunca seremos suecos recién talados y rectos.

Nos gusta embadurnarnos los ojos, sentados en los suelos o en banquetas. Reímos a chorros con labios rojos y brillantes con cualquiera que consiga mirarnos y la noche, a Madrid, le debe la vida.

Desfile militar ¿Cuánto cuesta un avión militar? ¿Cuánto cuesta una bala? ¿Cuánto cuestan esas ganas de disparo? ¿Cuánto esas ganas de sangre ajena? ¿Cuánto cuesta un tanque? ¿Cuánto cuesta un rey?

¿Para qué cuesta un avión militar? ¿Para qué cuesta una bala? ¿Para qué cuestan esas ganas de disparo? ¿Para qué cuestan esas ganas de sangre ajena? ¿Para qué cuesta un tanque? ¿Para qué cuesta un rey?

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¿Para qué cuesta un avión militar? ¿Para qué cuesta una bala? ¿Para qué cuestan esas ganas de disparo? ¿Para qué cuestan esas ganas de sangre ajena? ¿Para qué cuesta un tanque? ¿Para qué cuesta un rey?

¿Por qué somos nosotros los que queremos avión militar bala ganas de disparo sangre ajena tanque rey?

Rebelión en las calles Para esta tarde está convocada una manifestación por el sindicato Niños en busca de sus padres por las calles aledañas a la Castellana. El lema es

Queremos que los padres jueguen con nosotros y que apaguen la tele de una vez.

El Ayuntamiento de un pueblo de la sierra de Madrid, Miraflores de la Sierra, ha denunciado a la Comunidad de Madrid por contaminación visual

Lejos, del rumor gris cárcel de escaparates y sudores, la sierra saca roca respira limpia y dura bajo nubes cómplices. Y ahí abajo, en la sombra,

cayendo lento, reposamos entre ríos y tejas de barro. Nietos de cabreros agricultores, obreros, aún tenemos las manos, rotas, y llenas de vida.

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Tranquilos y sonrientes, paseamos, y nos sentimos dichosos, cuando miramos, entre las cortinas, o el vapor de la lluvia, a la sierra que nos protege.


A falta de buena educación, buenas son hogueras La luz de la luna se extiende sigilosa y huidiza por las piedras de la plaza, por las caras de la gente, por sus mejillas hundidas de gente hambrienta y las convierte, por un momento, en calaveras. La plaza está llena, rebosa pobreza y rabia. Son casi las once de la noche en la plaza del pueblo, bajo la enorme torre de la iglesia y su afilada sombra.

En el centro de la multitud un cuerpo está atado, inmóvil a un mástil. Es el cuerpo de Tomás, el profesor de la escuela. En pocos minutos su cuerpo ancho y lleno de vida no podrá distinguirse del palo que lo sostiene. A las once se le va a prender fuego para demostrar a los presentes cuál es la costumbre que se debe aplicar a los que quieren enseñar al resto.Se ensañarían con él. El hereje moriría por fin.

sucias, a jóvenes musculosos y sedientos, a las amas de casa aburridas.

Camina orgulloso, sabiendo que va a hacer algo justo, necesario para el pueblo. “No se puede consentir que este hereje del capitalismo siga diciendo sandeces a nuestros futuros compradores”, dijo en el juicio. Si, hubo juicio. En apenas veinte minutos se consideró culpable a Tomás por desobedecer reiteradamente las órdenes de la entidad económica del municipio, y además, enseñó a leer a dos niños textos no imprescindibles que no eran etiquetas de productos. Se le acusó y condenó en un tiempo record.

El banquero llega al borde de la plaza, mira al maestro un momento, ve su pobreza, su indecencia, su incapacidad económica para adquirir bienes y, Debajo de él, un espeso montí- sin pensarlo, prende las ramas. culo de ramas y hierbajos secos Arriba, en el palo, Tomás ni se lo sujeta y condena. La gen- inmuta. El fuego crece, se multite se impacienta. Siempre tan plica en cientos de caras calienlisto, tan orgulloso, tan altivo. tes que lo miran impresionados Siempre lo sabía todo. Además, por su fuerza, por su pureza. cuando volvía de la ciudad se El culpable va a morir. Desde convertía en alguien refinado y la muchedumbre alguien grita: pedante que era insoportable. ¡Enseña ahora, hijo de puta!, se Menos mal que el señor Ferrán escuchan algunas risas desdenconsiguió ejecutarlo. Todo el tadas que se apagan con los primundo le odiaba. meros gritos de Tomás. Atravesando la calle principal que lleva a la Plaza, se acerca el señor Ferrán, el banquero del pueblo, con la antorcha en la mano, poderosa. La luz del fuego rebota en el traje y deslumbra a la gente. Deslumbra a los ancianos con caras rotas y

En una casa oscura, con las cortinas bajadas, una familia llora en una mesa pobre, de madera. En otros lugares niños y adultos se acuerdan un segundo de las letras, de cuando rozaban las aes y las bes con sus dedos índices mientras el señor To17

más les enseñaba el mecanismo suave de leer. Pero nadie hace nada.

Las llamas rozan al profesor que empieza a gritar. Los gritos chocan contra las paredes, contra las sucias orejas. En poco tiempo Tomás se convierte en un bloque negro, irreconocible. y la gente que lo rodea siente alivio, tranquilidad. El mal está muerto, negro y seco por el fuego. Ahora son mejores. Ya no tendrán que temblar ante aquellos libros llenos de letras, llenos de ideas y de imágenes. Ya no temblarán cada vez que se abre un libro.


Tragedia en la ciudad Se fue la luz. Toca volver a hablar.

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La superheroína discreta Superputa es una mujer seria. Aprieta y estira su pelo hacia la espalda y pinta de nubarrón sus ojos de gata. Vive en un séptimo piso, pero eso no le impide hacer bien su trabajo. Cada noche de luna triste, se enfunda su traje negro de subma-

rinista y se lanza entre los colchones de su cama. Bucea bajo las ventanas, las iglesias y los colegios y vuelve a nacer donde un cuerpo se lo pide. Cómo una planta negra en los colchones de personas necesitadas. Pero ella siempre, y en esto es irreductible, lleva su pelo hacia atrás

Centro comercial Tenemos un aparato locomotor de estar por casa, un jabón con pelos y zapatos de agua para noches de chapuzón. También un cepillo de lana, y un jersey de madera abrazador color granate para gente grata.

Cuchillos sin mango, relojes sin hora, sombreros de acero y colesterol.

Hay libros líquidos, penachos de hojas, y una tinta, caprichosa, volátil, que siempre vuela entre tú y yo. 19

para que le estire los ojos y hace un poco más lluviosos sus ojos felinos. No quiere que nadie descubra su identidad secreta.


La publicidad indigesta Aquella mañana Mario se despertó un poco revuelto. Le dolía la tripa y tenía la sensación de que las sábanas lo agobiaban. Era jueves, su día preferido, y Mario aún no se había levantado de la cama. Su madre fue a buscarle. Hijo, ¿estás bien? Tienes mala cara.

Mamá, me duele la tripa. Al niño no le dio tiempo a decir nada más. Una arcada cobarde le llegó sin avisar. La segunda hizo que el niño vomitara y dejara la cama llena de devuelto. Pero el vómito no era normal. Sobre el pijama del niño y la colcha de cochecitos se podían ver detergentes, ropa para jóvenes, una videoconsola, mujeres semidesnudas, coches, joyas, y algún jugador de fútbol. Todo brillante y asqueroso. El niño empezó a llorar. Su madre, asustada por ver así a su hijo, le abrazó e intentó calmarle con palabras suaves y acariciándole la cabeza. Bueno hijo, no pasa nada, ahora te cambio, metemos las sábanas y las mantas a lavar y llamo al cole para decir que hoy no puedes ir. Eso sí, hoy nada de televisión.

El niño se levantó de la cama con cuidado. Una vez de pie, su madre le quitó la parte de arriba del pijama por las mangas y se quedó de pie, con el pecho desnudo mientras veía a su madre recogiendo el vómito. Mamá, ¿y qué hago si no puedo

ver la tele?

cargada con la manta y la caja de herramientas llegó al salón. Fue Nada, tú no te preocupes que detrás de la televisión, la desenluego inventamos algo. chufó, se sentó enfrente y puso la manta en el suelo justo enDiana metió el pijama, las sába- frente de la tele. Mario la miranas y la manta en la lavadora. ba sorprendido a unos pasos de Luego cogió a Mario y lo llevó distancia. Diana le dijo a Mario a la bañera donde le limpió un que fuera detrás del sillón, que pie de modelo que se le había quizá fuera peligroso. El niño quedado entre los dedos de la obedeció al momento. mano. La madre cogió la televisión, Ala hijo, mira que limpito estás. antigua y de plástico, y la Ya no tienes publicidad por nin- tumbó encima de la manta gún lado. Mario sonrió. Diana le vieja. Abrió la caja de herrapuso la ropa y fueron a desayu- mientas y sacó un martillo. nar. Un poco de zumo de naranja recién exprimido, unas tostadas Lo miró y lo agarró con más con mermelada, y dos tazones fuerza, y dio un golpe seco y de cola cao y galletas. fuerte en el centro de la pantalla. Esta, en vez de saltar por Una vez recogida la mesa, fue- los aires, se contrajo y emitió un ron al salón, se sentaron en ligero quejido. Luego Diana fue el sofá y se quedaron miran- quitando todo el cristal hasta do la tele apagada. A Mario le que pudo ver perfectamente el dio una pequeña arcada, pero interior. Ahí, revueltos con cano pasó de ahí. Eran las ocho bles y lucecitas, pequeños seres de la mañana y Diana tenía se entrechocaban y gritaban fuque ir en media hora al traba- riosos. Había un conejito blanco jo. Pero hoy no iría al trabajo. que anunciaba un detergente, Hoy no. Hoy tenía que quedar- guerras, armas, niños llorando. se con su hijo. Diana miraba la televisión apagada mientras También había un futbolista o pensaba en algo. un modelo, que encogido en una El reflejo de ella misma y su hijo esquina lloraba sin parar. Dos en ese ambiente oscuro le dio coches deportivos tenían las un pequeño escalofrío, como si ruedas pinchadas y en uno emfueran algo irreal. pezaba a salir humo. Un rebaño de modelos rubias y morenas se Venga Mario, que ya sé qué va- tiraban de los pelos. Había dos, mos a hacer. ya calvas, que se habían cortado las venas y se desangraban poco Ambos cruzaron el salón, el a poco. Varios hombres con abpasillo, y llegaron a la habita- dominales de acero echaban ción de los trastos. Allí, en una pulsos y a uno le habían arranestantería, estaba la caja de cado el brazo. herramientas. Antes de salir, cogió una manta vieja. Diana 20


El resto de pequeñas personas que se podían ver ahí dentro gritaba y aplaudía todo ese espectáculo mientras bebían y fumaban.

Diana, aún con el martillo en la mano, empezó a masacrar a aquella sociedad macabra que existía dentro de su televisión. Con apenas unos cuantos golpes, todos aquellos seres murieron dejando una sensación de bienestar en Diana. Se dio la vuelta, y miró a su hijo. Estos ya no nos molestarán más, dijo. Le cogió de la mano y fueron a la habitación a leer un cuento toda la mañana.

Jóvenes a mitad de precio Me ofrezco: Jovencito tierno 3000 madrugones recién licenciado.

Tengo la piel aún blanda en la espalda para aguantar el palo y la crisis.

Necesito poco, me alimento del aire seco

que desprende el salario.

Que nadie se altere no tengo ni voz ni mirada y soy licenciado en “Manos de costra” (cinco años hiriendo las manos limando el calor de las puntas)

Reclamo un trabajo convertirme en arandela en pequeño martillo que golpee y que no mire nunca 21

nunca hacia el futuro ni el pasado.


Café multisensorial. Te seducimos los cinco sentidos El café de los escritores está en una pequeña calle en el barrio más antiguo de la ciudad. Las casas vecinas sufren de problemas de piel, y sus fachadas se desconchan a jirones hasta el suelo. Todo está abandonado y maltratado. Pero no sucio. Solo gastado, usado, con vida.

sobre como acariciar una tinta o como agitarla y sacarla de su letargo. Nunca escatiman en amabilidad y siempre te pasan una mano por el hombro como señal de camaradería.

joven camarero que se llama José y le ofrece el menú de comidas: Para empezar tenemos: m i croc u e n t o s M o n t e r r o s i a n o s salteados con breves Cortazarianos, o unos antipoemas Nicanorparrianos, que La cafetería tiene humos y dejan un gusto existencialista h u m o r e s d i v e r s o s . Y a en el paladar. estés en la barra, o sentado en En otra época este barrió debió una mesa, hay un revoloteo de También tenemos un Demián de tener encanto. Estos portales pensamientos que no le dejan Hessiano muy crujiente y y balcones ahora maltratados, en paz a uno. profundo a la salsa de psicolodebieron de esconder algo de gía. luz. Pero ya no. Eso es evidente. El dueño del café es un señor Y por último les puedo ofreSin embargo, pese a que el en- muy mayor llamado Miguel que cer nuestra especialidad de la torno es frío y yermo, una puerta inmediatamente te atiende y te casa. Se trata de un papel que al aparece de las calles y comer- ofrece algo para beber: saborearlo, suena como cuando cios, y da paso al café de los la tierra seca absorbe el agua. escritores. En la ciudad ya casi Té a la tinta roja. Una delicia. Es un Don Quijote nadie lo conoce, y para llegar a Café con tinta. reluciente y brillante. Estamos él hay que perderse al menos Tinta con leche. orgullosos de él. Es nuestro metres veces. jor plato. Bebidas con elevado porcentaSe puede elegir, barra y conver- je de tinta (Estos solo los ofre- El postre, como no, solo es sación o bien, mesa y degusta- ce más tarde de las ocho de la uno. Se trata de un libro en el ción de los mejores papeles de noche. Tiene prohibido vender que siempre quedan hojas en la ciudad. Si se elige la primera hasta entonces). blanco para que el cliente pueda opción, a este café suelen acuescribir lo que le de la real gana. dir los paladares más selectos Si se ha elegido mesa y degustay siempre dan consejos útiles ción, en unos momentos llega el

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CULTURA

En una mesilla de noche encontrada en Hamburgo se ha descubierto que Hitler inventó el mando a distancia No ganaron la guerra. No consiguieron la sangre roja de nuestros cuerpos frescos, pero la técnica, el rugir escondido,

entre bombas y enchufes, entre cilindros y cables, ha degollado miles de hombres, y mujeres, mientras veían la televisión.

Cortázar no acaba nunca

Ayer por la tarde, en la que fuera la casa de Cortázar hasta su muerte en el año 1984, encontraron unos cronopios y unas famas escondidas detrás de la pared de la cocina. Decían que estaban esperando a que volviera Julio.

Humilde homenaje a Nicanor Parra Apareció un Nicanor en la sopa del desarrollo, del paripé. La mosca es emperador de los chistes malos de las caricias sucias. Nicanor que navega

en la Vega de Chile, empapado en olores de zapallo, de porotos.

Salta entre las verjas Nicanor asustando a las viejas merendando a los niños locos como él.

Artefacto del señor Parra, realizado en el año 1972 23


Encierro de 400 años Gran sorpresa en la galería Borghese de Roma. Unos operarios que tenían que restaurar la escultura del David de Bernini, han descubierto que la escultura era en realidad una capa de mármol que recubría el cuerpo de un atlético joven.

La Violeta de Violeta Violeta que se desangra Violeta que huele a flores que salen en los vasos, en la frente de los niños que sueñan con gallinas de oro. A veces, la cordillera es esa sierra que corta las venas pero otras

peina la melena con sus picos blancos y la voz rota.

La cantante que sangraba telares la pintora que paría canciones la escultora, que cosía violetas.

rompe que nace de la caída, del llanto que se abre que rompe contra el suelo y que llena la guitarra de palomas heridas y gavilanes.

Violeta excesiva, Violeta que no para, que se

Violeta Parra en La Serena, Chile, en 2007. 24


GENTE

Ángeles María nos presenta su preciosa mansión Vigésimo tercera página de la revista HOLA

Acompañados por el encanto de Ángeles María, llegamos hasta el salón donde nos enseña sus innumerables preciosidades. La mesa de caoba reluce en mitad de la estancia como una estrella en el océano. La lámpara francesa de techo data del siglo XVII y cuenta con lujosos remaches de oro anudados a sus patas condimentadas con pulidos cristales de bohemia. La belleza exquisita de esta lámpara da un aura real a la habitación. Seguimos visitando la espléndida casa de nuestra anfitriona, y llegamos a la habitación principal que comparte con su marido, el famoso cantante de salsa Antonio Ramíres. Un es-

tampado fucsia de terciopelo engalana la puerta, que se abre haciendo un sonido de esmeralda. Al entrar, podemos ver la cama de agua con una colcha de espumillón dorado complementado con dos cojines persas que ha hecho ella misma con su aguja de plata e hilo rojo. Antes de llegar al baño donde se encuentra la sinuosa y deslumbrante bañera azul cielo moteada de amarillo pimiento, la puerta de la entrada chirría y tanto Ángeles María, como yo misma, Puri Mercedes, nos escondemos detrás de un sillón de orejas forrado que está al lado del dormitorio principal. Ninguna de las dos nos esperábamos que viniera nadie, y el escondernos fue la solución más rápida que deslumbró nuestras mentes. Las dos co-

ordinadas como dos aves que vuelan haciendo una hermosa figura en el cielo.

El señor Antonio llegó del brazo de una jovencita del club donde es propietario. La jovencita, aparentemente un poco mareada, no paraba de rascarse la nariz y gritar mientras su acompañante la sujetaba como podía. “Verónica”, me dijo la señora que se llamaba. “Es una de sus preferidas, pero nunca pensé que sería capaz de traerla aquí, a nuestro hogar, a nuestro nido de amor”, y mientras me decía esto, su cabeza iba descendiendo y no pude ver cómo caía, desde sus ojos condimentados en morado, una enorme gota que fue el inicio de un chaparrón de tristeza de esposa ultrajada.

La caza mayor gana adeptos en España (sobre todo en espectadores de Telecinco) El cazador se esconde entre la espesa selva. Repta y se ensucia, pero no le importa. Hace ya más de media hora vio a su presa, a lo lejos, y esa visión le da fuerzas para llenarse de barro, para soportar el sol, la sed y esos remordimientos odiosos que siempre aparecen.

Es muy pronto todavía, pero la sangre ya golpea con fuerza en sus venas.

Va a ser difícil capturar a esta presa. Es un ejemplar ya maduro, no viejo, sino maduro, casi en plenitud y no se dejará atrapar. Además, puede ser que haya más cazadores acechando. Eso El cazador conoce a su presa y sabe que se dirige nunca se sabe. Se va acercando lentamente, sin con su pareja a una pequeña cala en la que nadie levantarse apenas del suelo, encogido por la prulos molestará. Desde la distancia los observa. No dencia y también por el miedo. tan cerca como para tenerlos a tiro. No. Aún no. 25


¡La acaba de ver! Pero aún no está a tiro. Pero queda poco. Un fallo a esta distancia haría perder la presa. El cazador hiede a sudor y tiene hambre. Esta es su oportunidad. Nunca se ha visto en una situación tan buena como esta. Avanza un poco más sin quitar la vista de su presa. Un crujido aparece a su lado izquierdo. Está cerca. Él mira hacia esa dirección, pero solo ve marrón y verde. Debe de ser otro cazador. Tiene que darse prisa si no quiere que le quiten la pieza. En cuclillas esquiva los troncos y ramas caídas, mientras avanza decidido. Ahora los ve a los dos. Macho y hembra. Él es más grande que ella. Ella es más valiosa, mucho más, pero su piel ya no es tan tersa y lustrosa como antes. Él es más joven y atlético. Tiene la piel más oscura y huele a frescura desde lejos.

El cazador saca el arma, lo mueve, lo ajusta hasta que, entre sus manos, queda perfecta. Apunta, regula un poco más, así, eso es.

Ahora está perfecto. Y dispara varias veces. La hembra recibe uno de los disparos en pleno rostro pero no siente nada, y siguen ahí, en la playa, desnudos y felices. Dos días más tarde el país se despierta y ve la sangre de las víctimas en la portada de una revista: “La reina Margarita fotografiada con un amante en las playas de Costa Rica”. La presa agoniza de dolor en su casa. El teléfono no deja de sonar. El cazador, tranquilo en el sofá de piel de su casa, observa orgulloso la pared donde cuelga la fotografía. El disparo que acabó con su presa.

La propietaria de Hola confiesa que solo va al baño a decorar el bidé

Vosotras que queréis ser princesas y leéis el Hola, ¡qué dura vida de verdad verdadera os espera!

Su excelencia quiere amigos reales para jugar El príncipe llora solo en su castillo.

semen corrompido.

Las lágrimas tienen audiencia con el príncipe y sus ojos secos.

El príncipe llora y piensa en putas y en puertos, en entradas calientes.

El príncipe sueña con palacios irreales, llenos de sirvientas y vino, llenos de dolor y vida.

La puerta del castillo huele a cárcel huele a sudor de armiño

Vegetacción

La primera vez que vi tus ojos fue en aquel programa dedicado] a los leopardos.

aún tan caliente.

Me cazaste, y tu generosa humedad de iguana me dio tres besos.

Te acercaste tanto que ya no puedo dejarme cazar fumarme los cigarros en tu césped rojo, lamiendo y aspirando el humo como si tuvieras aún savia en los árboles.

Yo te paseaba te meaba en las esquinas alejadas tocaba la tierra y las escamas de tus peces.

Te escondías como un recuerdo, entre pelícanos y tarzanes.

Te acercaste y fuiste dócil, parque urbano con tus niños en bicicleta, el césped rojo, y tu lago de agua

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ESQUELAS Y HOMENAJES

Uno más en la lista de espera

Por favor sea breve. Vale. La cara de mi madre, la primera luz, las manos de mi padre, cada rincón de mi casa, mis hermanos, la bañera, las letras, aquella primera niña, las siguientes que nunca la alcanzaron. Las palabras, mis otros hermanos, la curiosa saliva del primer beso, lo oscuro del primer sexo. El amor y el dolor”. Muchas gracias. El siguiente, dijo Dios.

Julián Bartolomé Lozano escapó de la muerte Julián el periodista, el vital e intenso escritor que nunca había dejado de contar la realidad, llegó a anciano sin darse cuenta. Por accidente. No pudo hacer nada por evitarlo.

A partir de aquella visita, además del intenso dolor en la cabeza, súbitos mareos atacaban al anciano dejándole inválido en la cama durante días enteros. Un día, Julián agarró la mano de Su vida desde dentro seguía su esposa y mirándola desde siendo la misma que veinte o unos ojos hundidos ya en más treinta años antes, pero cada hueso que carne, le dijo qué vez que se miraba las manos quería que hiciera con su cuero se miraba en un espejo, su po una vez que hubiera muerto. presente le dolía un poco más. Teresa bajó los ojos y asintió Su vida la pasó entre imprentas en silencio. Al día siguiente, la y sucesos, siempre grapado a lo anciana registró cajones, armarelevante del mundo. Siempre rios, baúles, carpetas, cajas de con la pluma y la tinta frescas zapatos, reuniendo cientos de para atrapar lo sucedido. Pero recortes de prensa, periódicos hace ya casi dos meses, Julián se antiguos y desgastados, fotoenteró que se estaba muriendo. grafías ennegrecidas y misterioDesde hacía unos días le dolía sas. Julián, postrado en la cama, intensamente la cabeza y junto observaba con una sonrisa en a Teresa, su mujer, decidieron los labios a su mujer caminanir a la ciudad a ver al médico. do y registrando de lado a lado. Cuando salieron de allí, la vida se había terminado para ambos. “Le quedan dos meses de vida”, les había dicho el doctor. Julián y Teresa volvieron a casa a vivir lo que les quedaba.

Aquella mañana, Julián despertó muerto. Los sueños se lo habían llevado durante la noche. Teresa llegó pronto a la habitación, llevando como siempre el desayuno a su marido, pero nada 27

más entrar, el aire ya no olía a Julián y supo en ese momento que ya nunca más lo haría.

Un profundo agujero se le abrió a Teresa en el pecho. Un agujero que lo quería succionar todo. Pero Teresa era fuerte y quería mucho a su marido. Tras secarse algunas lágrimas, salió a la calle a buscar a las personas que Julián le había dicho y volvió en apenas minutos. El pueblo era pequeño. Siete ancianos, tres ancianas y Teresa se reunieron en la habitación, mirando el cuerpo ya sin vida y sin Julián. Antes de llevarlo donde debían, Teresa tomó la bolsa donde estaban aquellos trozos de periódicos viejos y salió con el cuerpo de Julián y el resto de amigos. “Quiero que me enterréis al lado del sendero Riofrío, junto a la alameda que se ve en lo alto. Revisa todas mis buenas noticias, las que publiqué en el Heraldo durante tantos años y que tengo guardadas aquí en la habitación y mételas allí conmigo.


Pon también la primera foto que tenemos juntos, esa que nos hizo aquel fotógrafo en la primavera del cincuenta y ocho. Pide a Roberto, Rebeca, Tomás y al resto que te ayuden”.

quedar tumbado sobre la tierra tumba se perdió para siempre. negra y húmeda. Sin embargo, unas generacioTeresa abrió la bolsa y empezó nes más tarde, un pequeño ára cubrir a su marido con buenas bol empezó a penetrar la tierra noticias. Pronto, la cara, los bra- hacia arriba, luchando por conzos, los pies, se ocultaron por seguir luz. Poco a poco, un peA pesar de tener más de sesen- pequeñas y grandes noticias queño tallo fue asomándose al ta años, Roberto y Tomás to- del pasado. Al final, la foto de mundo. Y así llegó el nacimiendavía eran fuertes y en apenas dos jóvenes también se terminó to de su primera hoja: una hora hicieron un agujero posando sobre el cuerpo del ande más de un metro de pro- ciano. Teresa, en lo que duró su “Científicos británicos demuesfundidad. Lentamente, como si vida, no faltó nunca a su visita tran que el amor aumenta la tuvieran miedo de romperlo, diaria a Julián. Los amigos, uno calidad de en enfermos termitomaron el cuerpo de Julián y a uno fueron muriendo y llegó nales. Autor Julián Bartolomé lo bajaron hasta el fondo, hasta el día en que la ubicación de la Lozano”.

La corta pero intensa vida de un cigarrillo Al principio, antes de ser seleccionado, me pasé más de mil vidas dentro de mi casa, apretado junto a mis hermanos. Lo malo es que con esa oscuridad nadie veía nada y nos creíamos todos iguales y nadie sabía muy bien quién era quién. Pasaba el tiempo y nuestra vida la pasábamos charlando. Solo eso. Pero un día, se hizo la luz. Ante nosotros apareció ella, aquella enorme y superlabial boca que nos prometía una vida corta pero intensa. Ese día también fue triste porque sabíamos que algún día tendríamos que morir. Consumirnos. Sabíamos que tras esa luz que nos iba a dar la vida, uno a uno iríamos yéndonos y perderíamos la amistad que habíamos trabajado durante tanto tiempo. En apenas un día se fueron casi todos, y cuando llegó la noche, tan solo quedábamos tres compañeros y yo. Yo no se que estaría pasando ahí fuera con esos labios sugerentes, esa saliva pegajosa que prometía aspirarme todo, pero intuía que mi salida del cartón era inminente. Esa noche, Irene, la propietaria

del paquete de tabaco donde está nuestro amigo, camina hacia la casa de su novio Tomás. Tan solo les separan 3 calles, pero para el camino, se va a fumar un cigarro. Abre el bolso, busca el paquete de tabaco, lo encuentra, abre la tapita rectangular y escoge uno. No es nuestro amigo. El cigarro elegido surca el aire y se posa suavemente, como una caricia, en la boca de Irene, que tras buscar de nuevo, encuentra el mechero. Enciende el cigarro, lo llena de luz y fuego. Lo crea y lo mata. Sigue andando por la calle y ya está a punto de llegar a la cada de Tomás, cuando de repente, aparece un vagabundo que le pide un cigarro. Irene no puede decir que no fuma, porque lleva uno en la boca y se siente mal cuando piensa en mentirle, “pobre hombre”. Al final saca otro cigarro rápidamente y se lo ofrece. No. Tampoco es nuestro amigo. Tras unos pocos pasos, la chica llega a la casa de su novio. Llama a la puerta, y este le abre con una sonrisa en la cara. “Cuanto has tardado”, dice él. “No he podido correr más, dice ella”. 28

Pasan al salón e Irene deja la chaqueta y el bolso en el sofá. “A ver qué te parece lo que he hecho de cena”, “a ver, a ver”, dice ella. Mientras, en el paquete de tabaco, nuestro cigarro espera su turno y desea que la chica no lo haya olvidado. La pareja cena un poco de sushi y bebe una botella de vino blanco. Con el tiempo los montaditos de arroz se van acabando y el nivel de la botella va bajando. Tomás, en un ataque de pasión y tras unas frases recurrentes, se levanta y, tras tambalearse un poco por el vino, coge a Irene en brazos y la lleva trastabillándose hasta el dormitorio. Allí se desvisten y se besan, se acarician y se disfrutan. Cuando los gemidos acaban, Irene, desnuda, llega al salón y busca el bolso. Abre el paquete de tabaco, agarra con sus dedos aún calientes de placer aquel último cigarro, y se lo pone en la boca. Lo sujeta sensualmente con los labios ligeramente apretados, mientras vuelve a buscar el mechero en el bolso. Lo enciende y vuelve a la cama. Para él fue una luz. Un resplandor mortal,


ese calor, que le tocó sutilmente y le encendió. Su vida acababa de empezar. El cigarro fue pasando de boca en boca. Los dedos lo estrujaban cada vez como en una caricia, como si aquel tubito fuera parte también del ser amado. Aspiraban cerrando un poco los

ojos, disfrutando, sintiendo las volutas de humo y ese aroma a tabaco. Esto era la vida. Por esto aquellas manos en China rellenaron mi interior y me crearon. Todo fue para esto. Y merece la pena. Ya casi soy más huesos que carne, pero qué intensidad, qué

Mi primo Alberto

gusto, qué sensa…y justo ahí, en ese momento, antes del estremecimiento total, la chica tomó lo que quedaba de ese cuerpo ya casi todo naranja, y lo espachurró en el cenicero de la mesilla de la noche. “¿Cariño, tienes por ahí más tabaco?”

Me dicen que estás muerto que ya no estás y se secan los caballos de mi sangre, de mi Chile. Me dicen que ya no estás que te fuiste y que tu abrazo se fue contigo y tu mirada.

Yo que encontré el dorado en tu sangre el dorado en tu boca cuando me decía en tus borracheras y en las mías.

Quería volver volver y celebrar contigo lo que fuera pero ahora solo me queda esta muerte de plomo esta muerte tramposa esta muerte fría que intenta brindar conmigo, un vaso del que no quiero beber.

Yo que nunca hablo de la muerte nunca porque no la conocía porque era de otros, no sabía el dolor que era que es y que ahora viene y te arrastra a ti que estabas lleno de semillas y yo me quedo con la hierba seca con esta rutina de ausencia que no aguanto y que me sangra.

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DEPORTES

CR7 sufre desamor futbolístico

Cristiano Ronaldo, vestido con la camiseta del Real Madrid y penetrado de lado a lado por una barra de hierro, es el delantero centro de un futbolín cualquiera. Es delantero centro, sí, juega en el Real Madrid y marcará, seguro, muchos goles, pero Cristiano está triste. Solo lo animan tres borrachos del bar, y no hay ninguna fan que lo llame guapo.

Cambio de delantera centro Me dirijo a ustedes para comunicarles mi decisión:

rodillas y los encuentros fortuitos a media tarde y que ahora uyyyyyyyyyyyyyy, cuando antes Después de haber trotado las hat-trick, fuera los disparos a bandas de mis brazos duran- bocajarro que antes siempre al te seis años, después de meter centro de la cama. cientos de goles de noches rojas y puntapiés, tantos puntapiés Y ahora, el vacío en el área peque las lenguas quedaron rojas queña de mi habitación me ha y torcidas, he tomado la deci- llevado a sondear el supermersión de traspasar a mi delantera cado de fichajes y conseguir, en centro titular. un adelantamiento de carrito en el supermercado de verano, el Elena,mi delantera estrella, mi contacto de María, una potenequilibrista de quince kilates te jugadora de 236 besos-goles que ya no brilla, oxidadas las por marcar y un regate en corto

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que hace pestañear al defensor en lugar de meter la pierna (que se le ocurra meterle algo a cualquier defensor a mi jugadora estrella, a mi crack en las tripas, a la recientemente bautizada como “disparo a la escuadra si me mira”). El contrato, que acaba de ser firmado a través de una noche vinculante, durará lo que duren las naranjas fresca sobre el terreno de besos.


Mi primer partido Era la primera vez y yo tan fresco, tan novato y con el nueve en la lengua, tan primera vez que yo no sabía dónde estaba la escuadra de su labio dónde el portero de sus dientes ni dónde el gol furioso de su lengua.

Regateé por instinto subiendo por sus manos manos frías de defensa que me miraba (tendrás que apuntar bien esa lengua que tienes. No soy una portera fácil). Hubo mucho toque entre sus dedos y mi sudor, entre su torre y mis escaleras, hasta que el minuto 90 del partido el área llena de soldados, de Piqués, de patadas en la rodilla, pero me lancé al área como Falcao, como un rematador con casco, con la lengua y las velas hinchadas:

Caí al suelo, miré a la portería de su cara y no oí el pitido del árbitro, tampoco los gritos de mis amigos ni la grieta rompiendo de la infancia tan solo como lluvia suave sobre el campo, el sonido de redes de su boca cuando mi balón rojo acarició su césped.

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GRACIAS

Paula Cano, por revisar los textos y los espacios, por inspirarme y suspirarme. Y por todo lo demás. Elvira Amor Melones, artistaza que no veas que ha puesto color al periódico. A mi familia, por todo. A Alberto Oropesa Celedón, amigo que falleció en septiembre en Chile, en un accidente, y al que dedico este periódico. A mis amigos, por venir a los recitales y por reírse o llorar conmigo. A los veintitantos editores que me dijeron No, no porque..., tenemos mucho material, no, imposible, y cosas parecidas. Sin ellos este periódico no existiría. Las quejas a ellos, por favor.

ACLARACIONES

Portada, La foto pertenece a un periódico ruso que compré en Gran Vía Página 3, Foto del río Mapocho, en Santiago de Chile. Año 2008, cuando estuve estudiando allí. Página 4, Detalle de El perro en la arena, de Francisco de Goya, 1820. Página 10, Fotografía original de la playa de Elche, en una visita que hice a César y Cabesa. Página 13, Ilustración de Elvira Amor Melones Página 15, Fotografía de la Puerta del Sol de Madrid Página 16, Fotografía de las vistas de Miraflores de la Sierra Página 17, Fotografía de la iglesia de Torrelaguna Página 18 y página 19, ilustraciones de Elvira Amor Melones Página 19, Obra de arte de Meret Oppenheimer, en el MoMa de Nueva York Página 21, Obra de arte en las calles de Valparaíso, 2007 y el del careto y traje soy yo Página 22, Ilustración de Elvira Amor Melones Página 23, Artefacto del señor Nicanor Parra, realizado en el año 1972 Página 24, Retrato de Violeta Parra en La Serena, Chile, en 2007 Página 29, Fotografía de mi amigo Alberto. Página 30, Fotografía de algunos de los “futbolinistas” del bar Herrero, en Miraflores de la Sierra Página 31, Ilustración de Elvira Amor Melones

El resto de fotografías han sido sacadas de internet con licencia libre (o eso creo y espero). En los bordes de las páginas de cultura he puesto a artistas que son referencia para mi: Nicanor Parra, John Steinbeck, Elvira Daudet, César Vallejo, Julio Cortázar, Federico García Lorca, Vicente Huidobro, Oliverio Girondo y el gran Jorrrrdi Hurtado, al que conocí hace unos meses. Si os ha gustado, por favor, pasádselo a algún conocido, a algún amigo. Si no os ha gustado, pasádselo a vuestros exnovios, a vuestros enemigos, pero que se mueva. Gracias por adelantado. El Zombie Journal se puede ver de manera gratuita por internete en mi blog Archipiélago Realidad (http://jorgegarciatorrego.blogspot.com) pero claro, si lo compráis, pues mucho mejor (para mi). Muchas gracias por haber llegado hasta aquí. Un abrazo y hasta pronto.

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