Barrio de Tultenco Fascículo 2

Page 1

El Barrio de Tultenco

Fasc铆culo 2: Cr贸nicas del Barrio


Vista del desfile de los competidores del evento ciclista sobre la calle Juan A. Mateos. Vemos a niños de la categoría 5-6 años con bicicletas de todo tipo, que se disponen a tomar la calle de José Sotero Castañeda para pasar frente a la Parroquia de San Francisco. La gran cantidad de niños y padres nos da una idea de la magnitud e importancia del evento. (Foto del Archivo Orlando Horta)


El Barrio de Tultenco Fasc铆culo 2: Cr贸nicas del Barrio


Amigos del Barrio de Tultenco Alejandro Alvarado Granados • Armando Renato Porraz Ortega • Armando Ruiz Aguilar Eduardo Alvarado Granados • Héctor Mancilla López • Lourdes C. Rico Delgado Jorge Alvarado Granados • Juan Carlos Rangel • Ma. del Carmen Rangel Cárdenas Orlando Horta • Rebeca Díaz Ziehl

Editor: Juan Carlos Rangel Redacción: Juan Carlos Rangel, Armando Renato Porraz Ortega, Héctor Mancilla López, Rebeca Díaz Ziehl. © Amigos del Barrio de Tultenco, Diciembre de 2008. Registro en trámite.

Diseño de logotipo: Héctor Mancilla Díaz

Comentarios y sugerencias: barriodetultenco@gmail.com Se autoriza la reproducción de los materiales que aparecen en el fascículo, siempre que sea con fines no lucrativos, citando la fuente y previa notificación escrita a la redacción. Los artículos firmados son responsabilidad de sus autores.

Visita nuestro Blog


ÍNDICE

Los antecedentes prehispánicos del Barrio de Tultenco...................................................... Armando Renato Porraz Ortega

p. 6

Destellos históricos para no olvidar el origen de nuestra querida Colonia Vista Alegre......... Jorge Alvarado Granados

p. 10

Relato Histórico de la Colonia General Paulino Navarro.................................................. Rebeca Díaz Ziehl

p. 15

Valente Quintana el Sherlock Holmes mexicano................................................................. Juan Carlos Rangel

p. 20

Las carreras de bicicletas en el Parque de la Vista Alegre.................................................. Héctor Mancilla López

p. 26

Tesoros fotográficos del Barrio de Tultenco........................................................................

p. 29

Agradecimientos....................................................................................................................

p. 40


Reconstrucción de la Gran Tenochtitlan 1325-1519, según José Rogelio Álvarez (Imagen de la Gran Ciudad, 1985). El parte derecha inferior del mapa podemos apreciar la pequeña isla de Tultenco que coincide geográficamente con lo que hoy es el barrio de Tultenco.


Zoquipan Barrio de la Gran Tenochtitlan


ANTECEDENTES PREHISPÁNICOS DEL BARRIO DE TULTENCO Armando Renato Porraz Ortega De acuerdo con Alfonso Caso, siguiendo a los puntos cardinales los mexicas seccionaron el territorio que rodeaba a la Gran Tenochtitlan en cuatro grandes parcialidades o barrios llamados Calpullis: el de San Pablo Teopan, Zoquipan o Xochimilca; el de San Sebastián Atzacualapa o Atzacoalco; el de Santa María la Redonda Cuepopan o Tlaquechiuhcan; y el de San Juan Moyotlan. Si trazamos dos ejes perpendiculares cuyas líneas de intersección se cruzan al centro y fijamos este punto o axis mundis justo en el Templo Mayor tenochca, tendríamos que, en función al orden del enlistado anterior, el primer gran Calpulli estaría ubicado en el cuadrante sureste, el segundo en sector noreste, el tercero en la zona noroeste y el cuarto hacia el suroeste. Es importante mencionar que estos grandes Calpullis no sólo eran entidades territoriales, sino también se identificaban entre sí por sus lazos de

sangre y sus actividades económicas. Al interior de cada uno de estos cuadrantes existían pequeños Calpullis llamados Tlalxilicallis, los cuales consistían en pequeñas unidades de producción familiares. Con el arribo de los conquistadores españoles y la caída del imperio mexica, el proceso emergente de urbanización en la isla tenochca tuvo grandes impactos entre la población oriunda. Los nativos y los antiguos pobladores fueron expulsados en su gran mayoria a las periferias, ya que la competencia por el suelo “firme” y las condiciones de seguridad que les permitia a los conquistadores españoles asentarse en la antigua capital mexica constituyeron la prioridad en los incipientes procesos de urbanización isleña. En el transcurso del tiempo fue necesario para los españoles controlar ideológicamente a los indígenas expulsados y que ahora residían en estos barrios periféricos establecidos fuera de la traza urbana. Para


ello y también para apropiarse tanto de ubicaciones estratégicas, como de las fértiles tierras y de la fuerza de trabajo indígena ubicada en estos grandes Calpullis, los españoles construyeron grandes iglesias y antepusieron a dichos calpullis los nombres de los santos occidentales que se veneraban en estos recintos católicos. Particularmente al gran barrio de Zoquipan, llamado también Teopan o Xochimilca se le antepuso el nombre de San Pablo en función a la importante iglesia que fue construida en la calle del mismo nombre, la cual se ubica cerca de la Merced y se corta en Av. Circunvalación hacia el oriente y en Calzada de Tlalpan al poniente. La circunscripción territorial del Calpulli de Zoquipan adquiere la forma de un cuadrilátero irregular delimitado al norte por la mencionada calle de San Pablo (antes Cuauhtemotzin), al sur por el río de la Piedad (hoy Viaducto), al oriente por la Calzada de la Viga e inclusive en ciertas épocas se ampliaba hasta la Av. Del Congreso de la Unión (Paseo de Balbuena); y al poniente colinda con Av. San Antonio Abad (Calzada de Tlalpan). En consecuencia el Barrio de Tultenco se ubica precisamente como un Tlaxilicalli o Calpulli menor que se ubicaba en este gran Calpulli de Zoquipan. Siguiendo al Mtro. Caso: “Tultenco (término del tular). Al norte una línea irregular que partiendo del cruce de

Miguel Othón con Xocongo, iba al cruce de la Cazada de la Viga con la calle de la Cruz o Canarios y seguía por esta calle hasta encontrar otra línea paralela a la Calzada de la Viga, pero más al oriente. Bajaba luego una línea irregular siguiendo probablemente una zanja, hasta encontrar la calle del Chabacano en su cruce con la calle de Camécuaro, en la Colonia Asturias y al sur, la calle de Chabacano hasta la de Antonio Torres y al poniente, esta calle. Olaguibel le llama Santa Cruz Tultenco. Hay una iglesia de la Santa Cruz en el plano de Alzate y la Avenida del Taller se llamaba hasta hace poco Calzada de Santa Crucita.” 1 Recordemos que lógicamente alrededor de Tenochtitlan y después en torno la capital de la Nueva España todo era agua excepto algunas islas, isletas o peñones. En estudios cartográficos hemos localizado que hacia el año de 1325 justo donde está actualmente la iglesia de San Francisco Tultenco había una isla, la cual junto con la de Magdalena Mixihuca eran las porciones más próximas de tierra relativamente firmes hacia esta parte del suroriente. Sabemos por información oral que cuando estaban haciendo trabajos de consolidación estructural en la iglesia de San Francisquito se encontraron los cimientos de lo que fue un templo prehispánico. Entre las formas de administración políticoterritoriales que se han sucedido en el barrio de


Zoquipan encontramos además del Calpulli y los Tlaxilicalli; paulatinamente y al irse desecando el lago, surgieron las ciénagas (la ciénega de Tultenco); luego los potreros (el potrero de Tultenco); mas tarde los pastizales o sementeras; los curatos con sus vicarías y curatos mayores, menores, parroquias y capillas (San Pablo, San Antonio Abad, Santa Cruz Acatlan, Santa Crucita y San Francisquito Tultenco); y paulatinamente los cuarteles mayores y menores durante la época del México Independiente (el cuartel menor No. 22); los Mayorazgos; los

ÍNDICE

En esta fotografía vemos al centro al entonces Jefe del Depto. de D.F., Javier Rojo Gómez (1940-1946) y a la izquierda al Sr. Wulfrano Martínez, presidente de la Junta de Mejoras de la Colonia General Paulino Navarro. La foto data de principios de los años cuarenta, en un acto al estilo del gobernante Partido Revolucionario Institucional.

Ranchos (el Rancho de la Providencia y el Rancho del Chabacano); las Haciendas; las Colonias (Progreso, Tránsito, Esperanza, Asturias, Gral. Paulino Navarro y Vista Alegre); Municipios; Delegaciones (Delegaciòn Cuauhtémoc) y Subdelegaciones y/o Direcciones Territoriales (Obrera-Doctores). ± _______________ 1 Caso, Alfonso, 2006, “Los barrios antiguos de

Tenochtitlan y Tlatelolco”, en: El México Antiguo (Nahuas), Obras 6:233-276, El Colegio Nacional, México, 2006. Nota: El nombre correcto de la calle es Manuel José Othón.


OrĂ­genes de la Colonia Vista Alegre


DESTELLOS HISTÓRICOS PARA NO OLVIDAR EL ORIGEN DE NUESTRA QUERIDA COLONIA VISTA ALEGRE Jorge Alvarado Granados 1 Fue a mediados del siglo XIX cuando en el sur de la ciudad de México se localizaban terrenos llanos, desérticos y pantanosos pertenecientes a ciénegas, potreros, ranchos y haciendas ubicadas en el contorno. El caserío de la ciudad de México terminaba en la barriada de San Pablo, próximo a la parroquia de Santa Cruz Acatlán edificada a finales del siglo XVI para dar atención a una minoría de fieles que habitaban por estos rumbos. Cercana a esta construcción se instaló la capilla de Santa Crucita en referencia a la anterior, es decir, más pequeña, y poco tiempo después, a poca distancia, la de San Francisco Tultenco (San Francisquito) que en mexicano quiere decir “a la orilla del tular”, que refleja el terreno fangoso y húmedo que predominaba en la zona; lo que ocasionaba frecuentemente serias averías a las construcciones religiosas mencionadas. Queda registro que el 4 de febrero de 1834 fue 10

bendecido el atrio de la capilla de Santa Crucita para servir como cementerio a los cuerpos, víctimas de la epidemia del cólera que afectó la capital de la república, quedando clausurado pocos años después por el Consejo Superior de Salubridad.1 Por su cercanía al canal de la Viga que era muy visitado principalmente en semana santa y pascua, esta zona recibía a muchos visitantes aprovechando una derivación del canal mencionado que unía a esta con el barrio de la Romita en lo que ahora es la calle de José Tomás de Cuellar. La capilla de San Francisquito colindaba con este arroyo y con el ferrocarril de San Rafael-Atlixco. Este bello ejemplar de humilde edificación religiosa era uno de los pocos que conservaban su estilo franciscano primitivo hasta mediados del siglo XX en que fue “modernizado” perdiendo su genuino tipo franciscano muy característico de los primeros tiempos de la dominación española.


La expansión de la ciudad de México rebasó la traza española diseñada por los españoles en el siglo XVI que perduró durante trescientos cincuenta años expandiéndose hacia el sur aprovechando lo plano del terreno, así como su escasa infraestructura y es como en el último tercio del siglo XIX se acuerda por Cabildo de la ciudad lo siguiente: Formación de la Colonia Progreso 2 Los que suscribimos ante el honorable Ayuntamiento comparecemos y decimos: que deseándo formar una Colonia que titularemos “del Progreso” en los potreros de San Nicolás Tultenco, Santa Crucita, Santa Cruz y San Francísco, citas: al sureste de esta capital entre las calzadas de san Antonio Abad y el paseo de la Viga que por circunstancias higiénicas, solidez de terrenos, vientos favorables reinantes e inmediaciones de canal de Chalco, será bien pronto poblado; para lo que necesitamos el alineamiento o prolongación de las calles “Cañahuátl de cuevas” y del “Puente del Molino”, así como las transversales convenientes, para comodidad y ornato de la nueva Colonia. A. V. S suplicamos ordene, si lo tiene por conveniente, la traza de las prolongaciones citadas y de las transversales. Igualmente suplicamos acepte para la necesidad

del Municipio un lote con cada una de las calles prolongadas que quedan trazadas en los terrenos de la nueva Colonia con una extensión de 20 metros por frente y 30 de fondo, cuya escritura otorgaremos cuando esta honorable corporación lo disponga y cuya entrega hará por nosotros el ingeniero P. Alcocer. Otro que decimos, es que queda subsistente la oferta que hicimos el 1 de octubre del año anterior de la donación al Municipio del terreno necesario para la formación de las calles de la nueva Colonia. México, Diciembre 15 de 1883 Eduardo Soraya y Santiago Kerem (rúbricas).” Con estas previsiones y autorizaciones se propició la utilización de estos terrenos para uso habitacional y fue en el primer tercio del siglo XX cuando el Sr. Don Gabino Ezequiel Rivera adquiere el 4 de Mayo de 1935 la superficie de 149 110 m2 por un monto total de $ 449 130.00 con el objeto de fraccionar y construir la Colonia Vista Alegre colindante con la famosa Plaza de Toros del mismo nombre y en los siguientes linderos: Al noreste 453.93 m con la avenida Claudio Bernard en una línea quebrada de 35.0 m de norte a sur; y otra de oriente a poniente de 25.0 m con los terrenos adyacentes a la iglesia de Tultenco; al suroeste en 426.18 m con la calzada de Chabacano; al oriente en 224.77 m con el ferrocarril de San Rafael a Atlixco y al 11


poniente en 499.80 m con la calzada de San Antonio Abad.3 A partir de esta fecha el paisaje y el uso del suelo empezaron a transformarse en forma definitiva edificándose a gran velocidad casas-habitación, así como departamentos con diseños de muy afamados arquitectos como es el caso de don Juan Segura, dejando atrás en el recuerdo los potreros, zonas agrícolas, terrenos fangosos, tiraderos de basura y hasta un cementerio informal que fue utilizado por el ejército mexicano durante la revolución mexicana, como fue el caso de la manzana formada por las calles de Juan A. Mateos, José Antonio Torres y Francísco Ayala. Conviene mencionar que durante la construcción de la Línea 8 del Metro fueron rescatados restos de cerámica azteca, lo que hace suponer que hubo un asentamiento prehispánico de carácter disperso. Finalmente se debe recordar que las calles de la nueva Colonia en los años cuarentas fueron adornadas con gran cantidad de plantas de ornato del tipo mimosa que embellecían notablemente sus amplias banquetas y que confirmaba el tipo de construcción

urbanística considerada como de primera ya que se ofrecía a la venta como zona residencial con todos los servicios necesarios para una nueva población “lejos” del centro de la ciudad. En la calle de Juan A. Mateos esquina con la calle del Ferrocarril se localizaba la oficina de uno de los principales contratistas que contribuyó a la construcción de magnificas edificaciones que embellecieron y le dieron fama a nuestra hermosa Colonia. ± _______________ 1 Jorge Alvarado Granados es Licenciado en Economía por la UNAM, consultor y bibliófilo, nacido en la colonia Vista Alegre. Entre otras actividades se dedica a la cría de Xoloitzcuintles, raza de perros de origen Mesoamericano. Es miembro fundador del Grupo de Amigos del Barrio de Tultenco. 2 Iglesias y conventos de México, 1946, Lauro E. Rosell, México, Editorial Patria. 3 La ciudad de México y el Distrito Federal (1824-1928), Departamento del D.F. e Instituto de Investigaciones Doctor José Ma. Luis Mora, tomo 2, pág. 96. La cita se ha tomado del texto, conservando la ortografía original. 4 Antecedentes en diversas escrituras de propiedad de la

ÍNDICE

12


OrĂ­genes de la Colonia General Paulino Navarro

13


Primeros asentamientos y trazos de la Colonia General Paulino Navarro (ca. 1939). El trazo que vemos en primer plano es la actual calle de Topacio. Fotografía propiedad de la señora Gloria Carrizales Vásquez. 14


RELATO HISTÓRICO DE LA COLONIA GENERAL PAULINO NAVARRO Rebeca Díaz Ziehl La siguiente información son fragmentos de un documento escrito por el señor Wulfrano Martínez, quien fuera presidente de la Asociación Civil de colonos de la organización denominada “Colonia General Paulino Navarro”, el cual nos fue proporcionado por la señora Gloria Carrizales Vásquez, vecina de la citada colonia. La Colonia Paulino Navarro se fundó en los últimos días del mes de noviembre de 1937, siendo presidente de la República el General Lázaro Cárdenas. En su relato el señor Wulfrano nos cuenta los problemas por los que tuvieron que pasar los colonos antes de lograr ser propietarios de los lotes que ocupaban. Estos son los antecedentes que narra: En 1937, la Cooperativa Tránsito adquirió los terrenos ubicados en la siguiente demarcación: al Norte, calle de Boturini, al Sur avenida Del Taller, al Oriente, Calzada de la Viga y al Poniente la prolongación de la calle de Francisco Xavier Clavijero. En dichos

terrenos se encontraban viviendo como 50 familias pobres que, al notificarles que esos terrenos los había comprado la Cooperativa Tránsito, se alarmaron y esa alarma creció cuando un grupo de agentes de tránsito se presentó con el propósito de tirarles sus casas, por lo que se unieron con el fin de entrevistarse con el Sr. Presidente y pedir su intervención. El grupo estaba encabezado por el señor Guadalupe Castañeda, quien consiguió una entrevista con el presidente Lázaro Cárdenas y quien prometió intervenir, les aconsejó que formaran una cooperativa para que, en caso de que el gobierno tuviera que expropiar algunos terrenos, fuera dicha cooperativa la que se encargara de los trámites. Con este fin y para impresionar al presidente, echaron mano hasta de cargadores de La Merced para aumentar el número de personas. En agosto de 1937 el presidente Lázaro Cárdenas hizo un visita a los terrenos y ya que efectivamente habían sido comprados por la Cooperativa Tránsito, 15


ordenó al entonces jefe del Departamento del Distrito Federal, Cosme Hinojosa, localizara otro terreno para expropiarlo y dotarlo de servicios de urbanización, para asentar a los colonos que iban a ser desalojados del terreno de la Cooperativa Tránsito. El gobierno del D. F. procedió a levantar el plano de los terrenos que se localizan: al Norte, el Callejón de San Francisco Tultenco, al Sur, la Calzada del Chabacano, al Oriente , la Calzada de la Viga, y al Poniente, la vía del ferrocarril de Atlixco. Pero en dicho plano quedaron incluidas muchas propiedades habitadas por sus propietarios. Sin embargo, en su relato el Sr. Wulfrano nos cuenta que siendo presidente de la cooperativa el Sr. Castañeda repartió los terrenos a otras personas que no eran las afectadas y que consiguió que el Departamento del D.F. comprara una superficie de 8,000 m2 y además invadió un lote de 35,593 m2 que pertenecía a la familia Terrazas. Ante tales inconvenientes se desconoció todo lo relacionado con la Cooperativa Paulino Navarro y se procedió a formar un Comité de la Junta de Mejoras Materiales que fue presidido el señor Wulfrano Martínez. La Junta de Mejoras Materiales consigue que el Lic. Elguezabal de la oficina de Cooperación y en representación del Departamento del D.F., diera posesión a los colonos que habitaban los terrenos sujetos a expropiación, el día 2 de diciembre de 1939. 16

Los colonos pidieron los contratos sin resultados favorables por lo que empezó la desconfianza y se dice que los fraccionadores de la colonia Vista Alegre, estaban en tratos con los propietarios, así que propusieron a la oficina de cooperación hacer depósitos a cuenta de sus lotes, pero les contestaron que ello no era posible. La inquietud aumentó y dado que era el último año de gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas realizaron un plantón de tres días en la residencia de Los Pinos para la solución de su problema, pero sin resultados. En los primeros días del año 1940 los representantes de los colonos se reunieron con los apoderados de la familia Terrazas, quienes manifiestaron que estaban en disposición de vender el terreno, siempre y cuando se derogara el decreto de expropiación de 19 de noviembre de 1937. La Junta de Mejoras tenía verdaderos deseos de entrevistarse con el presidente de la República, pues él conocía el problema de la colonia, y el 4 de febrero al enterarse que el Gral. Cárdenas haría un recorrido por los volcanes, el Sr. Wulfrano y 4 personas más se lanzaron en pos de él, y en la cumbre del cerro Xaltepec el presidente les concedía la entrevista que tanto anhelaban. Y escribe así el Sr. Wulfrano Martínez: “Nuestros majestuosos Volcanes ofrecían a la histórica entrevista una solemnidad inenarrable, en


la cima del Xaltepec, todos atentos a las palabras del Sr. Gral. Cárdenas, quien dirigiéndose a la comitiva, integrada por cuatro señoras y por un servidor, éstas serían las primeras que atendería. Dos de las señoras que me acompañaban le manifestaron al Sr. Gral Cárdenas que, estando presente su representante, fuera él quien le expusiera el motivo de la entrevista, a lo que accedió el Sr. Presidente. Retirándose unos pasos de la comitiva hasta quedar solos, el Sr. Gral Lázaro Cárdenas nos estrecha la mano, con esa sinceridad muy propia de él , y el acto fue emocionante, pues me hizo entrega de un memorándum y por espacio de 15 minutos escuchó nuestra petición. Nos dijo que él pensaba que esa colonia ya no tenía problemas pero que estaba dispuesto a que se cumpliera lo ofrecido, dándome órdenes para que personalmente entregara al Lic. Castellano, el memorándum con el acuerdo respectivo e indicándole que se lo presentara en el próximo acuerdo. Nos despedimos de él, con la alegría que se siente cuando se estrecha la mano del primer magistrado de la Nación, que sólo puede ser descrita por quien haya tenido esa oportunidad de tratar al presidente mas querido del Pueblo”. El memorándum en cuestión decía: “Al Sr. Lic. Castellano, le ruego atienda a los colonos de la Paulino Navarro, en lo cual tengo deseos de que se les ayude, llévemelo en el próximo acuerdo, a 4 de febrero de 1940, rúbrica”.

Después de hacer la entrega y en espera de los resultados, el 14 de febrero de 1940 recibieron un oficio que decía: “No se podrá decretar la expropiación solicitada. Y los interesados deberán de entenderse directamente con los propietarios de esos terrenos”. Ante dicha resolución los representantes convocan a una asamblea con carácter urgente para que en definitiva se fijaran el precio y las condiciones de pago del terreno invadido, y en cuanto al terreno sujeto a expropiación se gestionara la derogación del decreto para estar en condiciones de tratar directamente con los propietarios. El precio se convino en $3.00 m2 en forma global. Y los colonos harían el pago de $5.00 m2 en el que se incluía los gastos de notaría y la superficie perdida en calles. Sin embargo los problemas no terminarían ahí, ya que había personas inconformes con este acuerdo. Después de conseguir la derogación del decreto de expropiación de los terrenos de la familia Terrazas y la expropiación definitiva del predio marcado con el número 116 de la calzada Del Chabacano, y debido a que la Junta de Mejoras no tenía personalidad jurídica para realizar la compra-venta, el 10 de febrero de 1941 forman una nueva organización que se denominaría “Colonia General Paulino Navarro, Asociación Civil de Colonos” quedando como presidente de la misma el Sr. Wulfrano Martínez. Y el 25 de abril de 1941 se 17


lleva a cabo la operación de compra-venta. No obstante el grupo de inconformes mete una queja ante el jefe del Departamento del D.F. Javier Rojo Gómez, de haber simulado la compra-venta y que los terrenos deberían ser expropiados. El Lic. Javier Rojo Gómez decide poner fin a los problemas y junta a los dos grupos para que lleguen a un acuerdo. El grupo que estaba descontento era de 50 personas de las cuales 30 aceptaban pagar $3.00 el m2 y absorber los costos de la superficie en calle que les corresponda. El resto desconoce el convenio y asesorados por un abogado de nombre Régulo Juárez, demandaron a la Asociación Civil, alegando que sus representados ya

tenían el tiempo que marca la ley para ser propietarios por estar viviendo en forma pública, pacífica y a título de dueño desde hace mas de 20 años, cuando en realidad era público y notorio que apenas tenían de 5 a 6 años comprobados, según con el padrón levantado en 1940. Toca pues a su fin este relato sobre los orígenes de la Colonia General Paulino Navarro, escrito por el señor Wulfrano Martínez, el 2 de julio de 1946. Reiteramos nuestro agradecimiento a la señora Gloria Carrizales Vásquez por habernos proporcionado copia del escrito original y algunas fotos extraordinarias.

ÍNDICE

18


Personajes del Barrio de Tultenco Primera parte

19


Valente Quintana El Sherlock Holmes Mexicano Juan Carlos Rangel* 20


El primer indicio para buscar información sobre el Sherlock Holmes mexicano, fue una placa hecha con mosaico que dice: “Valente Quintana, detective”. Está colocada en el edificio cuyo número es el 7 de la calle de Ramón Aldana esquina con Juan de Dios Arias, en la colonia Vista Alegre. Eso era todo. Allí dio inicio esta investigación. Pero... ¿Alguien se acuerda del detective Valente Quintana? Gerardo Australia publicó un artículo en el periódico Reforma, que nos arroja algunos datos sobre su identidad: hijo de padre español, nació en la fronteriza ciudad de Matamoros, Tamaulipas, el 21 de mayo de 1889. Valente Quintana pasó de ser un policía de crucero en 1917, a Jefe de la Comisión de Seguridad del DF (la policía capitalina) en 1929. A los 17 años cruzó la frontera y trabajó como ayudante en una tienda de abarrotes. Alguien cometió un robo en dicha tienda y él fue acusado como responsable del hurto. Decidió emprender una investigación para demostrar su inocencia y tuvo la fortuna de encontrar al ladrón. Se puede decir que esa fue la primera investigación de su vida. Esto lo llevó a inscribirse en una escuela de detectives, ocupación muy en boga en los inicios del siglo XX. Ya con su diploma de detective, Valente Quintaba empezó a trabajar como agente de la policía en Corpus Christi, Texas, pero le pidieron que renunciara a la ciudadanía

mexicana, no aceptó y tuvo que dejar el empleo. Regresó a México con su diploma y cien dólares en la bolsa. Solicitó una plaza en la Comisión de Seguridad pero siempre recibió la negativa. Así que se enlistó como gendarme y a partir de ese momento realizó una meteórica carrera dentro de los cuerpos policíacos de nuestro país, hasta llegar a ser designado Jefe de la Policía, por el entonces presidente Emilio Portes Gil. Pero muy pronto fue relevado en el cargo por el general José Mijares Palencia. Es curioso pero ha sido de los pocos civiles que han ocupado un cargo de tal envergadura. Al dejar la jefatura, Valente Quintana instaló un bufete de investigaciones en el edificio de Ramón Aldana, y trabajó como detective privado hasta su muerte, en 1968. Es comparado con el personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, pues tenía una extraordinaria habilidad para disfrazarse. Atentado contra Portes Gil Uno de sus compañeros y colaboradores, Alfonso Frías, narra a sus 85 años de edad, con el eco de su memoria intacta, el atentado al entonces presidente de la república Emilio Portes Gil, ocurrido el 10 de febrero de 1929. Lo que sigue es el relato. Portes Gil regresaba a la capital después de efectuar una gira de trabajo por el norte de la República, en el 21


tren presidencial, con escolta militar y civil. A bordo iban el Secretario de Guerra y Marina, General de División Joaquín Amaro con su Estado Mayor, varios miembros del gabinete, el Inspector General de Policía, Valente Quintana y cuatro de sus hombres, entre ellos Alfonso Frías. Un puente del ferrocarril fue volado con dinamita al paso del convoy. Esto sucedió en el kilómetro 376, cerca de la Estación de Chamacuero, ahora Comonfort, Guanajuato. Sin embargo la explosión se produjo cuando el tren entraba al puente, y solamente la locomotora y un vagón cayeron al vacío. Murieron el maquinista y el fogonero, pero el Presidente de la República y sus acompañantes resultaron ilesos. Eran tiempos del movimiento cristero. Los soldados que formaban la escolta presidencial encabezados por el general Joaquín Amaro, descendieron del tren, listos para el combate, pero no fueron atacados y no encontraron a nadie en los alrededores. El presidente Portes Gil llamó a Valente Quintana y le ordenó que se quedara a investigar en el lugar del atentado. “Nos quedamos a investigar en pleno campo -dice Frías- Desde la vías observamos unas colinas y subimos. Entre varios pinos encontramos un garrafón de barro con agua, un sombrero de palma nuevo, un botón de ropa de mezclilla, parte de una hoja de papel con membrete de El Puerto de Liverpool con la 22

dirección de un comerciante de Celaya, y fragmentos de una carta manuscrita, llena de excremento, dirigida a Esteban Anaya, con domicilio en Celaya”. Ello fue suficiente para dar con los responsables del atentado, que eran integrantes del movimiento cristero en el estado. El lado oscuro de Sherlock Quintana Valente Quintana llevó también el caso del asesinato del líder estudiantil cubano Julio Antonio Mella en 1929, a quien dieron muerte mientras caminaba de la mano con su enamorada, la fotógrafa italiana Tina Modotti. Mella fue asesinado la noche del 10 de enero de 1929 en la esquina de Abraham González con Morelos, de dos tiros: la primera bala atravesó el codo izquierdo y el intestino, la segunda perforó un pulmón. Tina es retenida como sospechosa y el interrogatorio corre a cargo de Valente Quintana, quien la involucraba en un crimen pasional, como una manera de tender una cortina de humo sobre los hechos y de hacerse publicidad a sí mismo. Elena Poniatowska en su novela Tinísima recuerda este acontecimiento: “‘Tina ese cuate es un desgraciado’ le advierten los dirigentes comunistas Hernán Laborde y Luis G. Monzón, a propósito del detective Valente Quintana. Y ella les responde ‘no puede ser’. Laborde la anima:


Valente Quintana es llevado al cine Bajo la dirección de Zacarías Gómez Urquiza el hábil detective Valente Quintana llega al cine en las cintas El mensaje de la muerte y El misterio del carro express (1953) protagonizadas por el polifacético actor Miguel Torruco como Valente Quintana. En El mensajero de la muerte, Valente, apoyado por su novia periodista que encarna Rebeca Iturbide consigue liberar a un millonario secuestrado, y en El misterio del carro express, captura a los

Tina Modotti. Foto de Edward Weston.

Julio Antonio Mella. Foto de Tina Modotti.

“Tranquilízate, Tina, el partido no va a dejarte sola’”. En pocos días la prensa hace del líder cubano y de Tina Modotti, enemigos de México. La presión internacional, los alegatos de artistas como Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, y la participación del Partido Comunista Mexicano hacen que Portes Gil decida quitar a Valente Quintana del juicio en contra de Modotti. Finalmente el detective no pudo dar con los asesinos de Mella y Tina fue puesta en libertad. Algunas fuentes plantean que el asesino fue Vittorio Vidali, líder comunista italiano.

23


responsables de un asalto al tren de Veracruz, en un par de argumentos inspirados en hechos reales, y cuyo guión estuvo a cargo de Carlos Novi. De acuerdo con información proporcionada por la IMDb (The Internet Movie Database) el propio Quintana hizo su aparición, como extra, en algunas escenas de dichas películas. Por cierto, en ambos filmes aparece el mismo cabaret que es el lugar donde la escultural Yolanda Montes Tongolele, demuestra sus dotes dancísticas y comparte el escenario con otras figuras como Matilde Sánchez “La Torcacita” y The Nicholas Brothers. Las “Balmoreadas” Los hechos aquí narrados del detective Quintana son sólo algunos de los muchos en que se vio involucrado. Sin embargo hubo un caso muy sonado que no pudo resolver. Una noche fue invitado a una fiesta que daba Carlos Balmori, excéntrico millonario español, BIBLIOGRAFÍA SOBRE VALENTE QUINTANA El cenit del Servicio Secreto, Gerardo Australia, diario Reforma, 19-10-2004. El mejor caso de Valente Quintana: Los “corta mechas”, Carlos Isla, México, Fontamara, 2004, 149 p. Memorias de Valente Quintana, Valente Quintana, “Episodio Número Cinco. El Asalto Al Tren de Laredo”, México, El Universal Ilustrado, 1925. Tiníssima, Elena Poniatowska, México, Era, 1992, 663 p. 24

para que descubriera a una señora que, según él, cada noche le robaba sumas importantes de dinero en una de sus fábricas, y esa ocasión se haría presente entre los invitados. Quintana aceptó el reto y el pago anticipado. Intentó reconocer a la mujer entre las señoras que habían asistido a la velada, hasta que se dio por vencido. Fue entonces cuando en medio de risas el millonario Balmori, que regañaba al detective por su ineficiencia, se despojaba de sus ropas y barbas, hasta mostrarse como una anciana de voz tipluda. Se trataba de Concepción Jurado, mitómana, mitotera, excéntrica y travestida pero divertida mujer, nacida en el DF en 1865, que llevaba años haciéndose pasar por Carlos Balmori. Estos sainetes llamados “balmoreos” fueron concebidos por Conchita a finales de los años veinte para engañar a los ingenuos, como al famoso detective Valente Quintana. ÍNDICE

* Juan Carlos Rangel es Licenciado en Comunicación por la UNAM y egresado de la Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas del ILCE. Docente en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y en la Universidad Pedagógica Nacional. Es el editor y miembro fundador del Grupo de Amigos del Barrio de Tultenco.


En esta fotgrafía se puede apreciar la nutrida participación de vecinos del barrio y de otras colonias del Distrito Federal, así como la expectación que suscitaban la carreras de “bicis”. En el círculo podemos ver a los señores Orlando Horta y Eduardo Lazo, organizadores de la justa deportiva. También podemos ver la transformación que ha sufrido el parque “El Pípila” durante los últimos 50 años. 28


En esta fotografía podemos ver a don Orlando Horta acompañado del campeón mundial de peso pluma Vicente Zaldívar, “El Zurdo de Oro”, quien acudió a la premiación de los participantes de la competencia ciclista en la Colonia Vista Alegre.

Orlando Horta Promotor del Deporte

25


LAS CARRERAS DE BICICLETAS EN EL PARQUE DE LA VISTA ALEGRE Héctor Mancilla López Quien haya vivido en el barrio durante la década de los sesentas recordará con emoción las competencias ciclistas que organizaba el Sr. Orlando Horta Prado. Don Orlando, de origen cubano, llegó a México hacia 1951 para cumplir un contrato como cantante de un grupo de música tropical. Al vencimiento del contrato y desintegrado el grupo, él decide quedarse a vivir en nuestro país, mientras que algunos de los músicos decidieron regresar a Cuba, y otros emigrar hacia los Estados Unidos. A la edad de 19 años, y en un país donde la obtención de la ciudadanía era un trámite complicado, don Orlando tiene que buscar los medios económicos para subsistir. Las opciones no eran fáciles, pues por un lado no era conocido en el medio artístico de México, y por el otro, el oficio de peluquero que había aprendido en su natal Cuba requería de capital para instalar un local. En estas circunstancias conoce al Sr. Enrique Arnáez, un español dueño de la panificadora 26

Vista Alegre, quien lo anima a poner un negocio de jugos en el exterior de su establecimiento. Ahí conoce a la que llegaría a ser su compañera de toda la vida, pues en la panadería laboraban dos guapas hermanas nativas de Cardel, Veracruz; la mayor de ellas, de nombre Ofelia Aburto, se enamoró del apuesto cubano e iniciaron un noviazgo para posteriormente casarse. Ya unidos en matrimonio juntan sus talentos y alquilan una accesoria ubicada en la esquina de Ramón Fabié y Juan A. Mateos con el propósito de establecer una lonchería, pues doña Ofelia tenía un sazón especial para los guisos y antojitos mexicanos. Esta lonchería fue bautizada con el nombre de “Rincón Criollo” y de inmediato se conviertió en un centro de reunión de vecinos y de algunos miembros de la colonia cubana en México, que gustaban de las tostadas de carne deshebrada o del famoso mole poblano que preparaba doña Ofelia, entre otros platillos. Al calor de las pláticas que


desembocaban invariablemente en temas deportivos, surgió la idea de organizar una competencia de ciclismo alrededor del parque de la colonia. La idea contagió de entusiasmó a muchísimas personas que veían en éste evento, las ventajas de iniciar a sus hijos en una sana actividad deportiva. Y fue don Orlando quien cargó a cuestas con la enorme responsabilidad que significaba organizar este evento, pero gracias a su tesón y al apoyo de personas como Eduardo Lazo (compositor y pianista), los logros superaron las expectativas que se vislumbraron al principio, ya que las competencias que iniciaron en el año de 1955 se prolongaron exitosamente hasta 1972. La razón por la cual no se siguió efectuando esta competencia fue que don Orlando fue requerido para la organización de los Juegos Panamericanos, tarea que ocupaba todo su tiempo. El día de la competencia se iniciaba con la colocación del templete, que servía como lugar de observación donde el mismo don Orlando mediante un micrófono y grandes bocinas reseñaba los pormenores de cada competencia. También servía como podio de premiación, en el que personajes invitados por el propio don Orlando, como Vicente Zaldívar, José Ángel “Mantequilla” Nápoles y Ultiminio Ramos, todos ellos flamantes campeones mundiales de boxeo, entregaban los trofeos, medallas y diplomas a los triunfadores. También en éste día se iniciaba el registro

de los participantes a los cuales se les exigía el equipo de protección necesario y la bicicleta o triciclo con que participarían, según fuera el caso, pues llegaron a competir pequeños de apenas cuatro años de edad. Algunos vecinos y padres de los competidores se ocupaban de barrer las calles del perímetro para dejar la pista libre de piedras, basura o vidrios que pudiesen causar algún incidente; se colocaban barreras con lazos y cuerdas para contener al público y finalmente se bloqueaban las calles para evitar que cualquier automovilista invadiera la improvisada pista. En el desfile inicial las abanderadas recorrían las calles del parque, seguidas de los competidores y del público que deseaba integrarse. Todo esto se realizaba con la autorización del gobierno de la ciudad, que incluso comisionaba personal de policía y motociclistas de tránsito para el buen desarrollo del evento. Al finalizar la competencia ciclista, un hombre de edad avanzada llamado Obel se había autoimpuesto algo inusitado: iniciaba la carrera de maratón alrededor del parque hasta completar cien vueltas, que equivalían a 40 km aproximadamente. El aspecto de Obel después de tan tremendo esfuerzo era desastroso, pero sus amigos de parranda premiaban su esfuerzo ofreciéndole una jícara con pulque. Resulta enigmático que un hombre que tomaba te de canela con “piquete”, tuviera tanta resistencia física. ±

ÍNDICE

27


Tesoros Fotogrรกficos del Barrio de Tultenco

29


Camioneta repartidora de la Pierce Oil Company que distribuía los productos Sinclair. Podemos ver en el costado del vehículo una “bomba” rociadora de insecticida que se utilizaban en los años treintas. La caminioneta está afuera de la casa de Rosa María Veramendi sobre la calle de Vicente Beristáin. ____________________________________ Las fotografías de esta página y la siguiente son propiedad de Rosa María Veramendi Alcántara. 30


En la foto podemos ver un lujoso camión cisterna propiedad de la recién nacionalizada empresa Petróleos Mexicanos (PEMEX), en el año de 1938. En esta misma imagen podemos inferir que aún no se contruía el paso a “desnivel “ de José T. Cuéllar, que actualmente cruza la Calzada de San Antonio Abad. 31


Seguramente el primer negocio de la Colonia Vista Alegre es la Panificadora El Faro que está en la esquina de Ramón Aldana y Vicente Beristáin. Esta es la construcción original inagurada en 1936. Fotografía proporcionada por sus propietarios. 32


Parroquia de San Francisco Tultengo. Sin embargo, hemos encontrado en diccionarios de náhuatl que el nombre original es Tultenco, que significa “Lugar de Tules”. En la imagen podemos apreciar la construcción anterior cuyo frente daba hacia la calle de José Sotero Castañeda. La foto está tomada de un calendario que difundió la propia parroquia en el año de 2008. El arco floral de la entrada dice: “Señor San Fco. ruega por nosotros tus hijos”. 33


Marcador del estadio de futbol Parque Asturias, donde hoy día se encuentra la Comercial Mexicana. El fotograma pertenece a la película “Los hijos de Don Venancio” en la que actúan Joaquín Pardavé y Horacio Casarín, ídolo del futbol en los años cincuentas. 34


Vista del CallejĂłn de San Francisco en los inicios de la colonia General Paulino Navarro, a principios de los aĂąos cuarentas. Al fondo podemos apreciar los ĂĄrboles que estaban a la orilla del Canal de La Viga. Tras los muros de adobe estaban las casas de los habitantes que formaban vecindades. _______________________ La foto es propiedad de la Sra. Gloria Carrizales. 35


En esta fotografía podemos ver a los niños recibiendo los libros de texto gratuito en la Colonia General Paulino Navarro. 36

Las fotografías de las páginas 36, 37 y 38, son propiedad de la Sra. Gloria Carrizales.


Fotografía histórica para los habitantes de la Colonia General Paulino Navarro, pues registra la inauguración de una de las primeras tomas de agua potable a fines de 1938. Uno de sus principales promotores fue el señor Wulfrano Martínez. 37


Acto político en el local de la Junta de Mejoras de la Colonia General Paulino Navarro. Se registra la visita del político tabasqueño Carlos Alberto Madrazo Becerra, acompañado por su esposa la señora Graciela Pintado Jiménez. En medio de ambos podemos ver a los niños Carlos y Roberto Madrazo Pintado. 38


ÍNDICE

Este competidor, si bien se nota un poco tenso, vistió su bicicleta con rehiletes de gala para el gran día.

Las altas velocidades que este intrépido competidor espera alcanzar, van acordes con su gran equipo de protección 39


Agradecemos la colaboración de las siguientes personas e instituciones: Adrián Mancilla Díaz • Alejandro de San Juan Club “La Edad de Oro” de la Casa de Cultura “Alfonso Reyes” Gloria Carrizales Vázquez • Héctor Mancilla Díaz José Estrella • José Velázquez Hernández • Rosa María Veramendi Alcántara Propietarios de la Panificadora El Faro Secretaria de Cultura del GDF Subdirección de Programas Comunitarios Delegación Cuauhtémoc Casa de Cultura “Alfonso Reyes”

c•d Proyecto de Rescate de la Memoría Barrial Amigos del Barrio de Tultenco Nos reunimos todos los sábados de las 10:00 a las 12:00 en la Casa de Cultura “Alfonso Reyes”, en José María Roa Bárcena esquina Ramón Fabie, Colonia Vista Alegre. ÍNDICE

40


Fotografía de la obra del Metro, línea 8: Garibaldi-Constitución de 1917, sobre la calle de Juan A. Mateos. Se habían expropiado diversas casas y edificios a ambos lados de la calle, que fueron demolidos para dar paso a la obra. La foto fue tomada a principios de la decada de 1990. (Archivo fotográfico de los Amigos del Barrio de Tultenco. Foto: Juan Carlos Rangel)


Amigos del Barrio de Tultenco

Casa de Cultura “Alfonso Reyes”


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.