LAS INDUSTRIAS
DE DEFENSA Fueron establecidas para satisfacer las necesidades de seguridad interna aunque, la mayor parte de sus actividades actuales no están relacionadas con esas requisitorias. El cambio de las condiciones logró que fuese necesario reevaluar los futuros roles estratégicos y económicos; encontrando un nuevo equilibrio entre el suministro de necesidades nacionales y las relacionadas con las exportaciones y clientes en el extranjero. La realidad surgió de la necesidad. Primero se llegó a la autosuficiencia (relegada a un segundo lugar), dando lugar a la necesidad de proporcionar al ejército exclusivas soluciones tecnológicas para la multiplicación de la fuerza. Esos factores crecieron por el avance tecnológico acelerado del campo de batalla. Las soluciones originales eran indispensables por la
creciente globalización del mercado y la proliferación resultante de las nuevas tecnologías militares. Las condiciones, que agudizaron la era post-Guerra Fría, reforzaron la idea de que sólo los desarrollos locales podrían dar ventajas cualitativas y capacidad de sorpresa. El nivel de mecanización creció. Se introdujeron sistemas avanzados de control de calidad en las fábricas y esas mejoras permearon a través de muchos sub-contratistas. Cualquiera que fuera la cuestión, el gobierno adopta una política activa en cumplimiento de la misión y las prioridades de la industria de defensa. Esa decisión alentará y apoyará los cambios estructurales, satisfaciendo las futuras necesidades.