50 apatía y resistencia al momento de aplicar este instrumento con una metodología idónea que garantice una formación integral. El docente ha tomado este instrumento como una carga más a sus responsabilidades cotidianas de formación, y se aferra a metodologías tradicionales rígidas que dificultan más aun su aplicación.
Los principales ejes transversales y su correcta aplicación en los centros de estudio son el punto de partida para que nuestra sociedad tenga una oportunidad de salir del subdesarrollo, que tengamos profesionales capaces de enfrentar cualquier desafío local o internacionalmente y formar parte de un crecimiento y fortalecimiento de nuestra sociedad y en el mundo globalizado en el cual vivimos.
No existe un compromiso real por parte de las autoridades educativas en preocuparse porque los docentes, padres de familia y alumnos se incorporen hacia la aplicación de este instrumento, no se brinda en primera instancia la atención necesaria y requerida hacia los estudiantes, hacia sus necesidades, carencias, motivaciones y mucho menos se hace un estudio específico y riguroso de lo que el medio en el que el alumno se desenvuelve se vive realmente y acorde a ello implementar los recursos que se acoplen y ayuden a mejorar su ambiente. Los docentes no hemos tomado conciencia de lo que nuestra labor puede llegar a reflejar en el futuro de nuestros estudiantes y profesionales y de nuestra sociedad. Estamos acomodados a una forma de trabajo que no solo ha provocado el estancamiento no solo de los alumnos sino también el de nosotros mismos, puesto que si no aportamos algo positivo, si no desarrollamos competencias y habilidades y formamos íntegramente, nuestro crecimiento profesional y personal también queda en un estado de mediocridad y nos hace incompetentes frente a la realidades y necesidades de nuestro entorno.