Santapoleros en Nicaragua 13

Page 1

Santapoleros en Nicaragua

Reportaje

La ONG Icnelia invita a descu JOSÉ JUAN LÓPEZ

Fotos: José Juan López, Javier Moreno, Augusto Soler, Juan Bautista Miralles Los responsables de Icnelia veníamos trabajando desde principios del año pasado con una ambiciosa propuesta de fomento del turismo solidario en Nicaragua que perseguía tres objetivos fundamentales. El primero, dar a conocer a otras personas el enorme potencial turístico de un país verdaderamente muy poco conocido, que apenas figura en las ofertas de los touroperadores a pesar de ofrecer unos alicientes extraordinarios para el viajero: lagos, volcanes, playas en Pacífico y Caribe, islas paradisiacas, reservas biológicas irrepetibles, selva tropical casi intacta, fauna, flora, ciudades coloniales, tradiciones, fiestas, cultura, buen clima todo el año… La escasa repercusión internacional de Nicaragua como destino turístico la mantiene aislada de los circuitos habituales, y esto –dentro de lo negativo- es muy bueno para su futuro. Está todo por hacer, pero conserva gran parte de su

hábitat natural -aunque siempre existen nubarrones en el horizonte que lo van degradando, como la tala de árboles por el avance de la frontera agrícola y ganadera- y esto puede ser, a poco que sus responsables gestionen correctamente sus recursos, un filón para el desarrollo del país. El segundo objetivo se centraba en la posibilidad de vivir una experiencia humana única e irrepetible: conocer no solo las bondades del país, sino también la vida de los nicaragüenses día a día, comer lo que ellos comen, dormir donde ellos duermen… En una palabra: convivir. Y no solo en las ciudades, sino también en las remotas comunidades de la selva, el lugar al que ninguna agencia de viajes les podría llevar jamás. El tercero de los fines marcados proporcionaría a la ONG recursos económicos para desarrollar nuevos proyectos, ya que los beneficios del viaje irían destinados a ellos. Es más, las mismas comunidades de campesinos se verían beneficiados con la visita, despertando en ellos un nuevo concepto de forma de ganarse la vida gracias a la acogida de estos viajeros solidarios.

C o n apenas un año y medio de vida, la Organización No Gubernamental para el Desarrollo “Icnelia” ha conseguido calar hondo en la sociedad santapolera gracias a su trabajo humanitario en las comunidades de la selva de Nicaragua, el país menos desarrollado de la región centroamericana. En nuestra edición del mes pasado ofrecíamos un amplio reportaje de la expedición realizada en noviembre de 2007 para comprobar la puesta en marcha del primer colegio construido por la ONG santapolera y financiado íntegramente con dinero procedente l tercero de los fines marcados proporcionaría de nuestra villa. Junto con los a la ONG recursos económicos para miembros de Icnelia se desplazaban desarrollar nuevos proyectos, ya que los hasta Nicaragua tres personas más, los primeros “viajeros solidarios” de beneficios del viaje irían destinados a ellos, un ambicioso proyecto que la ONG ha beneficiando además a las comunidades de puesto en marcha. campesinos de esta zona de Nicaragua

En la fila inferior, José Juan López y Augusto Soler -cooperantes de Icnelia-, Juan Bautista Miralles, Javier Moreno -viajeros solidarios-, Oscar Chavarría -guía local- y Luis Belmar -viajero solidario-, ante el colegio “Mari Carmen”, primera escuela construida en Nicaragua por la ONG santapolera

8

Escenas nº 257 - Enero 2008

E

La expedición Nicaragua 2007 se toma un descanso en la comunidad de El Gorrión, en plena selva tropical


Reportaje

ubrir Nicaragua a través del proyecto “Viajeros Solidarios” Positiva experiencia piloto Gracias la experiencia vivida en anteriores viajes, nos decidimos a realizar una prueba piloto que nos orientase sobre la viabilidad de este proyecto. Así que en la segunda quincena de noviembre aprovechamos el viaje que Augusto Soler y yo teníamos previsto realizar -para, entre otros asuntos, supervisar la construcción del colegio “Mari Carmen” en la comunidad de El Progreso- y no fue nada difícil convencer –o mejor dicho, nos convencieron ellos a nosotros- a tres voluntarios que aceptaron el reto de convertirse en los primeros viajeros solidarios de Icnelia. Hay que advertir a nuestros lectores que se trata de una expedición que no puede realizar cualquiera. Y no estoy hablando de que sea una aventura para superhombres o supermujeres, nada de eso. Las exigencias físicas requieren unos mínimos, pero no es lo más importante. Lo verdaderamente vital es el espíritu con el que abordes el viaje. Debes saber que existe un riesgo implícito al adentrarse en la selva tropical a lomos de las bestias, que los medios de transporte y las vías de comunicación no son las que tenemos aquí, que los horarios pueden fallar, que puedes estar todo un día sin comer, que puedes dormir en una hamaca, en un banco de madera o en el suelo, que pueden surgir situaciones en las que haya que ponerse el mono de trabajo para seguir adelante… Así que hay que asumir el viaje como una verdadera aventura. Como decía el padre Miguel Ángel, “aquí, en Nicaragua, puede pasar cualquier cosa, en cualquier momento…” De modo que la elección de nuestros En el autobús de Managua a El Rama

El cráter activo y humeante del Volcán Masaya

tres acompañantes requirió una serie de reuniones previas para ser informados de todos los detalles, un verdadero curso intensivo sobre Nicaragua, lo que les esperaba allí, las vacunas necesarias, la dureza del trayecto por la selva… Finalmente, Luis, Javi y Juan Bautista asumieron el reto complacidos y

E

horas) y noche en la ciudad porque no hay tiempo suficiente para enlazar con el vuelo a Managua. A la mañana siguiente volvemos a subirnos a un avión para llegar al aeropuerto Augusto César Sandino de la capital nica (dos horas y media, en total 12,5 horas sin contar con el tiempo de estancia en aeropuertos). Allí

n la reserva natural del Volván Mombacho, casi siempre cubierto por una nube que propicia su hábitat de nebliselva, nuestros viajeros vivieron una experiencia inolvidable deslizándose entre los árboles a treinta metros de altura colgados de un cable de acero convencidos. Comenzaba la “Expedición Nicaragua 2007”. Comienza la aventura El viaje que nos iba a mantener 14 días lejos de casa se iniciaba en el aeropuerto de El Altet, desde donde volamos rumbo a la T-4 de Barajas (una hora). Desde allí, y dado que no hay vuelo directo a Nicaragua, hasta Miami (nueve

nos encontramos con nuestro guía local, Oscar Chavarría, que nos acompañará durante todo el recorrido. Los dos primeros días nos llevarían a conocer la ciudad de Managua, donde aún se aprecian las cicatrices de su casi total destrucción por el terremoto de 1.972. No se puede decir que sea una ciudad atractiva, aunque podemos encontrar lugares recomendables como

Laguna de Apoyo desde el mirador de Catarina

el Mirador de Tiscapa -desde donde se contempla una magnífica vista de la capital y del lago Xolotlan bajo la sombra del enorme monumento a Sandino y junto a una preciosa laguna- y el entorno de la Catedral Vieja herida por el terremoto. Decidimos sentar nuestra base operativa en Granada, la ciudad colonial más antigua de América que perdura desde la llegada de los españoles, fundada en 1.524, y sin duda la más turística del país. Granada ya sería excusa suficiente para viajar a Nicaragua. Se erige a orillas del lago Cocibolca –el segundo más grande de Latinoamérica- y conserva un entrañable aspecto de pueblo español, es bastante segura y es un encanto pasear por su parque central frente a la Catedral y por sus bulliciosas calles comerciales. A apenas 20 minutos de Granada visitamos la reserva natural del Volcán Mombacho, casi siempre cubierto por una nube que propicia su hábitat de nebliselva, con gran biodiversidad y aspecto de bosque prehistórico. Varios senderos recorren su cráter inactivo y es un auténtico placer para los sentidos. A la bajada nuestros viajeros vivieron una experiencia inolvidable deslizándose entre los árboles a treinta metros de altura colgados de un cable. Mombacho Canopy Tour ofrece una perspectiva inigualable de este bosque tropical en un seguro recorrido de 1,5 km. de distancia desde 15 plataformas. El día culmina con un recorrido por los pueblos blancos, con final en el mirador de Catarina sobre la Laguna de Apoyo, desde donde se disfruta de una increíble vista de Granada, el lago, las isletas o el Mombacho.

Canopy en el volcán Mombacho volando sobre los árboles

9

Escenas nº 257 - Enero 2008


Reportaje Hacia la remota costa atlántica La segunda etapa nos llevaría al extremo este del país, Bluefields, capital de la Región Autónoma del Atlántico Sur, lugar a donde no llega ningún camino. Para acceder hasta allí vivimos otra experiencia irrepetible: el trayecto en autobús desde Managua hasta El Rama, casi siete horas cruzando Nicaragua y conviviendo con sus gentes en cada parada, un auténtico estudio etnológico. Desde El Rama hay que sacar billete en la panga (canoa planeadora) para, en dos horas y media, bajar por el cauce del río Escondido hasta nuestro destino final. Bluefields es totalmente diferente a la Nicaragua del Pacífico. En esta zona nunca ocupada por los españoles deambulaban tribus indígenas, piratas ingleses, franceses y holandeses, así como esclavos africanos que llegaron aquí tras naufragar sus naves. La mezcla de culturas es muy enriquecedora y el ambiente es mucho más caribeño. En la ciudad se centra la base de operaciones de Icnelia en Nicaragua, ya que casi todos los proyectos se desarrollan aquí o en comunidades de su término municipal. Desde Bluefields nos embarcamos en un bote para cruzar su bella pero contaminada bahía e introducirnos en el río Torsuany con la misma sensación que experimentarían los descubridores hace cinco siglos. Naturaleza virgen en estado puro. Después de más de cuatro horas navegando y disfrutando del entorno, desembarcamos para comenzar la experiencia más indescriptible: atravesar la selva a lomos de las bestias. Allí nos esperaban con los caballos y mulas varios campesinos de las comunidades que íbamos a visitar, que nos guiarían por un camino tortuoso, embarrado, a veces inaccesible, pero extremadamente

Escenas nº 257 - Enero 2008 Cruzando la selva en bestia

A

llí nuestros viajeros vivieron las horas más entrañables de la expedición: la convivencia con las gentes de las comunidades que se habían dado cita en El Progreso

bello y salvaje. Después de dos horas y media hicimos escala en la comunidad de El Gorrión para refrescarnos y dormir en la capilla, saliendo con el alba y la niebla hasta El Progreso con casi tres horas más de camino. Allí nuestros viajeros solidarios vivieron las horas más entrañables de la expedición: la convivencia con las gentes de las diversas comunidades que se habían dado cita en El Progreso. El motivo era una reunión zonal que estrenaría las instalaciones del casi acabado colegio “Mari Carmen”, el primero que la ONG Icnelia financia en Nicaragua. Todos los esfuerzos valieron la pena: la dura travesía, la alimentación a base de arroz y frijoles, la incomodidad del sueño, la lluvia y la humedad… Hablar pausadamente con ellos, escuchar sus palabras, comprender cómo viven, cuáles son sus necesidades,

La navegación por el río Torsuany no estuvo exenta de imprevistos que hubo que solucionar

10

transmitirles nuestra forma de vida ante sus ojos atónitos y, sobre todo, forjar una amistad que nunca olvidaremos. Deshacer el camino recorrido fue tan estimulante como la ida. Más aún cuando, por llevar con nosotros a un niño de la comunidad herido y a su madre para que fuera atendido en el hospital de Bluefields, el sobrepeso en la panga obligó a dejar a tres de nosotros durante unas horas en una isla desierta en medio de la bahía bluefileña. Lo más parecido al programa “Supervivientes”, pero sin cámaras de televisión. Regreso sobrevolando la selva Para el viaje de vuelta a Managua elegimos la segunda alternativa: subirnos en un pequeño avión en Bluefields, sobrevolando a poca altura enormes extensiones de selva tropical entre densas nubes. En una hora estábamos

en la capital alquilando un 4x4 pick-up para nuestro siguiente recorrido. Con este vehículo descubrimos la sensación de viajar en la caja del todoterreno, algo habitual, si no casi obligatorio, en el país, lo que te permite disfrutar del paisaje y de la gente mientras viajas. Nuestro siguiente destino fue el mercado de Masaya, la capital del folclore nica. Rodeado por una muralla de aspecto medieval, concentra un sinfín de puestos en los que se puede encontrar todo tipo de productos artesanales: cerámica, tallas en madera, pinturas, textil, joyas y bisutería, cuero… con danza y música tradicional cada jueves. El penúltimo día de nuestro viaje lo destinamos a conocer la ciudad de León, antigua capital y fundada en 1524. El viaje por una buena carretera ofrece espléndidas vistas al volcán Momotombo y al lago Xolotlán, y la primera parada es precisamente en la base del volcán que arrasó en 1610 la antigua ciudad de León, que entonces fue trasladada a su actual ubicación. Las ruinas de León Viejo nos muestran cómo era la vida aquí hace cuatro siglos. León concentra una monumentalidad fuera de lo común en Nicaragua. Alrededor de su catedral gira la bulliciosa vida de la ciudad. Allí está enterrado el poeta Rubén Darío, príncipe de las letras castellanas e ídolo nacional, y nos ofrece una panorámica impresionante desde sus cúpulas visitables. En su universidad comenzó a forjarse la revolución sandinista que acabó con el régimen de los Somoza en los años 70. No desperdiciamos la ocasión de recorrer unos kilómetros hacia el oeste para visitar Poneloya, la playa de los leoneses, donde vivimos la sensación de darnos un baño en aguas del bravo Océano Pacífico.

Instalación de las hamacas en el habitáculo que hacía las veces de habitación en la selva


Reportaje Objetivo cumplido: 800.000 céntimos de euro para construir el colegio “Virgen de Loreto”

En la catedral de León reposan los restos de Rubén Darío

En el cráter del volcán Nuestra última escala nos deparaba una sorpresa: contemplar el cráter activo del Volcán Masaya. La fumarola sulfurosa que permanentemente emanan sus entrañas nos recuerda la grandeza de la madre naturaleza. El Parque Nacional Volcán Masaya comprende un área de 54km² con dos volcanes y cinco cráteres visitables y con varios senderos. Los españoles bautizaron al volcán activo como “La Boca del Infierno” y plantaron una cruz, “La Cruz de Bobadilla”, en la boca del cráter para exorcizar al demonio, en el lugar donde hoy existe un mirador desde donde se divisa todo el entorno del parque.

Hay mucho más por ver en Nicaragua, pero sin duda la Expedición 2007 fue una buena muestra de lo que el país centroamericano puede ofrecer al visitante ávido por conocer un destino diferente. En nuestra edición del mes pasado pudieron leer las vivencias de nuestros tres viajeros solidarios. Nosotros nos quedamos con el signo positivo de este proyecto que nos permitió cumplir los tres objetivos marcados. Y sobre todo por el interés que ya nos han mostrado nuevos viajeros que desean compartir esta experiencia con Icnelia, vivirla en primera persona y ser partícipes de este proyecto humanitario. La expedición “Nicaragua 2008” ya está en marcha.

Una vez más la solidaridad de los santapoleros ha quedado patente al superar el reto que la ONG Icnelia había planteado: recaudar 800.000 céntimos de euro para construir en la selva de Nicaragua un colegio que llevase como nombre el de nuestra patrona. La campaña se inició a mediados del pasado mes de agosto con la presentación de una hucha gigante que hasta finales del 2007 ha itinerado en actos y eventos, así como en establecimientos comerciales de la localidad. Además, gracias a la colaboración de la Asociación de Comerciantes, Studio 17 y al Ayuntamiento de Santa Pola se repartieron 200 pequeñas huchas en comercios y entidades públicas en las que niños y mayores han ido depositando sus monedas hasta alcanzar la cifra. Cabe destacar también la colaboración de los colegios de la localidad y varias guarderías. El presidente de Icnelia, José Miguel

Zaragoza, dio a conocer públicamente la consecución del reto en el acto de clausura del año 2007 que organizó la ONG antes de las navidades en el Baluarte del Duque, que reunió a casi un centenar de personas con las actuaciones del grupo Coralia y del concejal Daniel Carrillo al piano, quienes arrancaron sonoros aplausos del auditorio en un entrañable concierto. Gracias a la participación de todo el pueblo, el colegio “Virgen de Loreto Santa Pola” se está empezando a construir en la comunidad de Willing Key, al sur de Bluefields y en plena selva tropical. Mientras tanto, las huchas de Icnelia continuan en algunos establecimientos recaudando fondos para la tercera escuela que se tiene previsto construir este año. Desde estas líneas, Icnelia quiere agradecer la fantástica acogida que su iniciativa ha tenido, lo que les anima a continuar con este ambicioso proyecto.

Los miembros de la expedición en las ruinas de León Viejo, a los pies del Volcán Momotombo

HAZTE SOCIO Y PARTICIPA EN NUESTRO PROYECTO POR CORREO: Icnelia ONGD C/ Campoamor, 1 - entresuelo 1 03130 Santa Pola

POR INTERNET: Rellena el formulario en nuestra página web www.icnelia.com

ATENCIÓN PERSONALIZADA en el teléfono 653.844.903

Escenas nº 257 - Enero 2008

11


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.