Una nueva mirada Es el mismo horizonte, solo otra forma de mirar. Es la misma mĂşsica, solo otra forma de escuchar. Es la misma amiga, solo que la debes amar. Es la misma vida, dĂŠjate inundar por la alegrĂa.
Extiende tus manos al gozo del Señor, olvídate del fracaso. Entiende con tu gozo, camina con tu fe. Escucha las noticias de Dios, no escuches los susurros del viento. Sonríe, el mundo es tuyo si te atreves a ver con los ojos del corazón.
Es el mismo sol, la misma mirada, las mismas palabras. Solo es tu corazón el que decide el color. Pinta tu mundo de hermosos colores. Déjate guiar por el Señor, levanta tu mirada al sitio que te espera.
Deja atrás la amargura, la venganza, el odio. Deja esa mirada oscura, ya todo lo pones a los pies de Cristo. Ahora te espera un mundo en libertad. Resplandece, deja ver la luz que el Señor te da.
Quien puede andar tu camino, sino solo tú. Los que recibirán de tu mano la vida, te esperan. Los que escucharan tus palabras de vida, te postean de lejos. Extiende los límites de tu corazón, dale cabida a la vida.
Personas como tú le dan color a esta vida. No es de los entendidos la carrera, sino de los llamados por el Señor. Y tú has escuchado el llamado. Ahora eres un siervo de Dios. Henry Padilla Londoño