Go Mag # 124 Septiembre 2011

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THE DRUMS BOMBAY BICYCLE CLUB JUNIOR BOYS CONNAN MOCKASIN AZARI & III BILL WELLS & AIDAN MOFFAT MARCUS DOO & THE SECRET FAMILY THE JAYHAWKS TRIPLE HEX METRONOMY

124 SEPTIEMBRE 2011 CONSIGUE LA EDICIÓN CON CD EN TU QUIOSCO

GO SERIES 83: ARCTIC RODEO RECORDINGS

Incluye temas de Joshua, Frontier(s). Atlantic/Pacific, I Hate Our Freedom, Jonathan Inc., Hoch/Tief, Kevin Devine, Able Baker Fox, Solea, Far, Southerly, Walter Schreifels... € 4,90 (€ 5,05 en Islas Canarias) 00124 8

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THE RAPTURE DISKJOKKE



124

sumario

SEPTIEMBRE 2011

22 METRONOMY

staff Edita UNIPRENSA S.A. GO MAG Directora: Janina Canet. Jefe de redacción: Manu González. Director de arte y diseño gráfico: Fabián Taranto. (www.ftdesignlab.com) Redacción GO MAG. Muntaner, 492, bajos. 08022 Barcelona. Tel. (+34) 93 417 68 67 / (+34) 93 418 50 05 Fax (+34) 93 417 33 63 E-mail: go@go–mag.com Suscripción y logística: 93 418 50 05 solicitudejemplares@uniprensa.com Web: www.go–mag.com MySpace: www.myspace.com/gomagbarcelona Facebook: www.facebook.com/gomagspain Twitter: www.twitter.com/gomagspain Coordinador de cine y literatura: Philipp Engel. Coordinadora de moda: Ana Tomás. Coordinador de tecnología: Xan Pita. Corrección: Nati Arco. Web: Virginia Arroyo. Redactores: María Adell, Virginia Arroyo, Leticia Blanco, Octavio Botana, David Broc, Óscar Broc, Javier Burgueño, Matías Bosch, Sergi Canovas, Philipp Engel, Albert Fernández, Laura Fernández, Laura Gamundi, Álex Gil, David Giménez, Daniel Gómez, Gloria González, Manu González, Carola Guerrero, Violeta Kovacsics, Milo J. Krmpotic’, Carolina León, Pepo Márquez, Luís Meyer, Àlex Montoya, Half Nelson, María Ovelar, Banessa Pellisa, Marc Piñol, Xan Pita, Alicia Rodríguez, Vidal Romero, Jesús Sáez, Silly Savage, Everett True, Toni Vall, Daniel López Valle, Álex Vicente, Alberto Vidal y Pablo Vinuesa. Fotógrafos: Stian Andersen, Josefina Andrés, Charo Celis, Mariana Juliano, Jo McCaughy, Stuart McDonald, Tom Oaxley, Marc Pallarès, Saccenti & Glauer, Ruvan Wijesooriya y www.oscaromi.com. Fotografía de Portada: Ruvan Wijesooriya. Publicidad Barcelona Tel. (+34) 93 418 50 05 / 93 417 68 67 E-mail: publicidad@go–mag.com Agentes comerciales: Ramón Villarquídez, Gina Selicorni y Eneida Fonseca. Dep. Legal: B-19124-00 Fotomecánica, impresión y encuadernación: Tu Grupo Gráfico 2005 S.L. Distribución gratuita: Barcelona (Blind Records). Resto de España (Envialia). Distribución en quioscos: Coedis.

08 BITES 11 AGENDA FESTIVALES 12 INTRO

16 EN PORTADA: THE RAPTURE

23 BOMBAY BYCICLE CLUB 25 TRIPLE HEX 27 CONNAN MOCKASIN 31 AZARI & III 32 BILL WELLS & AIDAN MOFFAT

38 THE DRUMS

30

33 MARCUS DOO & THE SECRET FAMILY

DISKJOKKE

34 ARCTIC RODEO RECORDINGS 38 THE JAYHAWKS 41 IN & OUT 42 DISCOS, MAXIS, ÚLTIMO CLÁSICO...

28 JUNIOR BOYS

24 CSS

54 AGENDA MUSICAL Y LIVE 68 GADGETS Y MODA 77 CINE Y LIBROS GO MAG se distribuye gratuitamente en las siguientes ciudades españolas: A Coruña, Alicante, Barcelona, Bilbao, Burgos, Cáceres, Cartagena, Castellón de la Plana, Ciudad Real, Donostia, Girona, Granada, Lleida, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Pamplona, Gijón, Vigo, Santander, Sevilla, Tarragona, Valencia, Vitoria y Zaragoza. GO MAG está disponible en los quioscos de España, Portugal, Argentina, México, Chile, Costa Rica y Perú.


004/005

concurso

¡Sorteamos 2 abonos para el Amnesia Ibiza Festival en A Coruña! Sorteamos dos abonos individuales para el Amnesia Ibiza Festival 2011 (www.amnesiaibizafestival.com) patrocinado por Estrella Galicia donde actuarán Ricardo Villalobos, Chris Liebing, Óscar Mulero, Alexander Kowalsky, Gaiser, Henry Saiz, Mark Marzenit, Tiefschwarz y muchos otros en A Coruña. 15 horas de la mejor música del club ibicenco el próximo 17 de septiembre en ExpoCoruña. Más info en http://blogs.estrellagalicia.es/soneg Participa a través de nuestra web www.go-mag.com y en www.facebook.com/gomagspain

¡Sorteamos 3 abonos dobles para la fiesta de clausura de We Love Space Ibiza! ¿Quieres asistir a la macrofiesta de clausura de las sesiones We Love Space Ibiza? El 25 de septiembre actuarán en este acontecimiento único pesos pesados como Aphex Twin, Fatboy Slim, 2manydjs, Technasia, Clive Henry, James Zabiela, Joris Voorn, Rob da Bank, Jozif y muchos más. Regalamos tres abonos dobles para esta fiesta inigualable. Más info en www.welove-music.com. Participa a través de nuestra web www.go-mag.com y en www.facebook.com/gomagspain





008/009

bites

San Miguel Primavera Club 2011

Stephen Malkmus y St. Vincent encabezan las nuevas confirmaciones

Bites

// La Sala Multiusos de Zaragoza volverá a acoger una nueva edición del Festival de Música Independiente de Zaragoza (FIZ), que este año tendrá lugar el sábado 1 de octubre a partir de las 20h. Las primeras confirmaciones ya han sido anunciadas: James (en la foto), Vetusta Morla, Standstill, Delorean y The Faith Keepers. A la espera de más nombres que completen el cartel de esta undécima edición, las entradas ya están a la venta y hasta el 31 de agosto costarán 25 €. A partir del 1 de septiembre saldrán a 33 € y a 40 en taquilla. www.fizfestival.com

Ya se conocen las nuevas confirmaciones para la próxima edición de San Miguel Primavera Club, que se celebrará el próximo mes de noviembre entre el 23 y 27 simultáneamente en diferentes espacios de Madrid y Barcelona. Encabezan estas nuevas propuestas Stephen Malkmus & The Jicks (en la foto), el proyecto en solitario del cantante y guitarrista de la influyente banda americana de los 90 Pavement, y St. Vincent, cantautora de sonidos delicados y etéreos que aprovechará sus conciertos para presentar su nuevo disco, titulado “Strange mercy”. Les acompañarán la experimentación de los portugueses Gala Drop, el pop teñido de sonidos africanos de los pujantes Givers, la irresistible mezcla de psicodélica, pop y funk lo-fi de los neozelandeses Unknown Mortal Orchestra, las melodías lisérgicas de los californianos Gardens & Villa, el dreampop de los británicos Still Corners, los sonidos oscuros frecuentemente relacionados con el witch house de Holy Other, el pop lento y planeador del trío de Austin Pure X y sus amigos y vecinos SLEEP ∞ OVER, más centrados en los sonidos electrónicos oscuros. Además, en sus conciertos en Barcelona y Madrid, Fleet Foxes se verán acompañados por Vetiver, la banda liderada por Andy Cabic y autora del reciente “The errant charm”. www.primaveraclub.com

Monkey Week

San Miguel Imperdibles

Ya están a la venta los abonos para el festival Monkey Week 2011, que se celebra en el Puerto de Santa María de Cádiz del 28 al 31 de octubre, a un precio de 55€ en Ticketmaster.com hasta el 15 de septiembre. Apenas vistos en nuestro país, Oneida actuarán en el escenario del Monasterio de la Victoria con su única actuación en España tras su paso por el festival ATP I’ll Be Your Mirror, donde fueron seleccionados por los mismísimos Portishead. Otros artistas confirmados son Herman Düne (en la foto), Chrome Hoof, Mugstar, Holloys, Zombie Zombie, Novedades Carminha, K-X-P y Ken Stringfellow & Ledatres interpretando las canciones del musical de culto “Hedwig & The Angry Inch” y el Circuito de Showcases. www.monkeyweek.org

Una nueva edición del San Miguel Imperdibles llega este otoño con una gira por varias ciudades españolas de bandas internacionales como Mogwai (en la foto), que actuarán en octubre en Bilbao (día 25, Kafe Antzokia), Madrid (día 26, sala San Miguel), Zaragoza (día 27, sala Oasis) y Barcelona (día 28, Casino l’Aliança del Poblenou); Explosions In The Sky, que visitarán España en noviembre con la banda invitada The Drift, el día 4 en Madrid, día 5 en Zaragoza y día 6 en Barcelona. Y finalmente, Elbow, acompañados por Howling Bells, el 19 de noviembre en Madrid y el 20 en Barcelona. El precio de las entradas es de 20€. Más información en www.facebook. com/sanmiguel

Ya a la venta los abonos para 2011

Mogwai, Explosions In The Sky y Elbow en otoño

// Del 1 de octubre al 3 de noviembre se celebrará en CaixaFòrum Madrid un ciclo de música experimental con artistas como Tim Hecker, uno de los máximos exponentes del drone y el ambient contemporáneo; Pulshar, con un show audiovisual; el directo sublime de Darkstar y Actress; la belleza hipnótica en clave de ambient, noise y experimentación de Fennesz y tres propuestas de música avanzada: Aki Onda, Michael Snow y Alan Licht. // Sónar Sao Paulo se celebrará los días 16, 17 y 18 de marzo de 2012 en Anhembi, uno de los mejores y más versátiles recintos de la ciudad dedicados a eventos y congresos. Sónar Sao Paulo será el mayor festival organizado por Advanced Music, promotores de Sónar, fuera de territorio español. El evento espera atraer a unas 50.000 personas durante tres días y dos noches. // El próximo 1 de octubre se inaugura un nuevo club en Barcelona de la mano de Depósito Legal: Depo Nightclubbing, una nueva propuesta en horario de club con sesiones de DJs de la casa y actuaciones de bandas independientes. El horario será de 2.30 a 6 en la discoteca Lennon de Hospitalet. // En su sexta edición, los Premios Pop-Eye vuelven a seleccionar lo mejor de la cultura pop nacional en las más de 30 categorías en que varios contendientes se disputan la estatuilla. Este año Go Mag destaca como una de las revistas nominadas para llevarse el premio a la mejor publicación de 2011. La resolución se dará a conocer el 12 de noviembre en el Gran Teatro de Cáceres en la sexta gala de los Premios de la Música y la Creación Independiente. A partir del 1 de septiembre, el público podrá votar a sus favoritos de cada categoría en la web www.premiospop-eye. com. ¡Esperamos tu voto!

Rock In Way Estrella Galicia

Pop-rock made in Galicia

El Rock In Way Estrella Galicia anuncia una última incorporación: Siniestro Total, un referente en el rock gallego y español, con el que son ya diez las bandas de Galicia presentes en el cartel. El festival quiere ofrecer así un amplio panorama del pop-rock que se hace hoy por hoy en Galicia, al tiempo que presenta algunas de las bandas más potentes del panorama internacional y estatal como The Offspring, The Specials, The Charlatans, The View, Bad Manners, Rinôçérôse, Delorean o Sôber. Los DJs encargados de cerrar el festival serán DJ Cro y DJ Santi La Rock. Rock In Way se celebra el 9 y 10 de septiembre en Monte de Gozo, Santiago.


Bites Heineken Music Selector

Loop Festival 2011

El próximo día 1 de septiembre el Teatro Circo Price de Madrid albergará el esperado estreno de la segunda temporada de Heineken Music Selector con un doble programa de lujo. Por un lado, el directo de The Drums (en la foto), una de las bandas pop más destacadas en los últimos años, presentando los temas de su inminente nuevo disco “Portamento”. Junto a ellos compartirán escenario Okkervil River, uno de los grandes nombres del rock americano reciente y que ofrecerán en directo su último trabajo hasta la fecha, “I Am Very Far”. Okkervil River también actuarán el 11 de noviembre en la Sala Milwaukee de Puerto de Santa María (Cádiz) y el 12 de noviembre en la Sala Mirror de Valencia, también dentro del ciclo Heineken Music Selector. Más info y venta de entradas: http://musica.heineken.es

//El festival internacional de arte experimental MEM de Bilbao cumple 10 años. Del 26 de octubre al 24 de noviembre visitarán Bilbao y Vitoria-Gasteiz artistas de todo el mundo, que trabajan la experimentación con la música, la danza, el cine y el vídeo, la El sábado 12 de noviembre se celebra la cuarta edición del Loop fotografía, la performance, las artes plásticas Festival en la sala Industrial Copera de Granada, uno de los even- y la robótica, y mostrarán sus trabajos en tos musicales más importantes de Andalucía. La calidad artística diferentes espacios de estas dos capitales del cartel es incontestable. Es el primer concierto en Andalucía de vascas. Para celebrar su décimo cumpleaños, dos de los seis grupos y el primer concierto en Granada de cinco el festival MEM propone disfrutar de forma de ellos. Una oportunidad única pues de ver a estas bandas nagratuita del mítico grupo psicodélico japonés cionales e internacionales por primera vez en tierras granadinas: Acid Mothers Temple, el 2 de noviembre el cantautor folk de Nebraska Josh Rouse & The Long Vacations, en un espacio privilegiado, Bizkaia Aretoa, la folktrónica de los británicos Tunng (en la foto), el blues de nuevo paraninfo de la Universidad del País raíces de Guadalupe Plata acompañados del músico de Chicago Vasco, situado en Abandoibarra y diseñado Walter Daniels, el cuarteto de Austin Wiretree y los españoles por el arquitecto Álvaro Siza. También de Tokyo Sex Destruction, The Marzipan Man, Florent y Yo & Puto forma gratuita se podrá disfrutar del especAmo y Loop DJs. Entradas ya a la venta en atrapalo.com. Más táculo cyberpunk de la taiwanesa Shu Lea información en www.loopgranada.com Cheang el 18 de noviembre.

The Drums y Okkervil River inauguran la temporada

Cinco grupos nunca vistos en Granada


010/011

bites

Ebrovisión

Micah P. Hinson interpretará “Trompe le Monde” de los Pixies

Bites

// En septiembre llega la tercera edición de Mountainbass, encuentro estatal dedicado a la cultura breakbeat, que se celebra en Fiscal, pequeña localidad situada en el Pirineo Aragonés, enclavado en un valle precioso del Pirineo Aragonés —cruzado por el Río Ara—, muy cerca del Parque Nacional de Ordesa/ Monte Perdido. Una cita al final del verano que permite disfrutar de la música jungle, al mismo tiempo que gozamos de unas pequeñas vacaciones con distintas propuestas y posibilidades (excursiones, actividades deportivas, culturales, gastronomía...). www. mountainbass.com

La décima edición del festival Ebrovisión, que se celebrará en Miranda de Ebro entre el 15 y 17 de septiembre, contará con las actuaciones de un total de 22 grupos. Una de las últimas confirmaciones es la de Micah P. Hinson (en la foto), acompañado en el escenario por los zaragozanos Tachenko, que interpretará el disco “Trompe le Monde” de The Pixies, uno de sus referentes musicales. La presencia del quinteto escocés The View es uno de los atractivos de la cita musical de Miranda de Ebro, presentando los temas de su tercer trabajo discográfico, “Bread and Circuses”. Otras propuestas internacionales incluyen a Lost Acapulco, exponentes del mejor surf-rock mexicano; el power-pop de los australianos The Wellingtons; el trío londinense Erland & The Carnival; y la cantante chilena Javiera Mena. Por la parte nacional, las últimas incorporaciones son las del trío de Vitoria-Gasteiz The Brontës y los murcianos Varry Brava, sumándose a Delorean, Vetusta Morla (presentando su nuevo disco “Mapas”), el ex deluxe Xoel López, Supersubmarina (una de las bandas revelación de la temporada con su álbum “Electroviral”), los andaluces Pony Bravo y The Meeting Point. Se completa el cartel con Maga, Nudozurdo, Bigott, Mendetz, Lápido, Atom Rhumba, Estereotypo, o Elodio y Los Seres Queridos. www.ebrovision.com

11º Aniversario Razzmatazz

BAM 2011

Razzmatazz cumple este próximo mes de noviembre su 11º aniversario y lo celebra una vez más con la música en directo como principal protagonista de la fiesta. Este aniversario se complace en ser testigo de la vuelta de la banda neoyorquina The Rapture, tras cinco largos años de silencio discográfico. The Horrors vuelven a Razzmatazz tras su arrolladora actuación en el 2009 en la sala 2 presentando su reciente tercer álbum “Skying”. La presencia de la revelación musical del año, el británico James Blake, y los siempre bailables Junior Boys, ponen la guinda al cartel, junto a Bill Wells & Aidan Moffat, Hi Tek Soul feat. Derrick May + Kevin Saunderson, Bok Bok, Belle & Sebastian DJ Set, D/R/U/G/S, Egyptrixx, FM Belfast o Friendly Fires.

El Festival BAM (Barcelona Acció Musical) se celebrará los días 22, 23 y 24 de septiembre en diferentes escenarios repartidos por Barcelona. En la órbita folk, el BAM contará con el dúo francés Herman Düne (convertidos en éxito del verano gracias al anuncio de Estrella Damm), Bedroom (proyecto minimalista de Albert Aromir), la cantautora canadiense Little Scream y los valencianos Senior i El Cor Brutal. El pop independiente estará representado por Grupo de Expertos Sol y Nieve, Parade y Remate. Los sonidos más bailables vendrán de la mano del rapero Aloe Blacc, el productor de dubstep Zomby y el catalán Guillamino. Los americanos Man Man (en la foto) pondrán la guinda con su pop-rock tribal extravagante y delirante.

Orgía de pop, rock y electrónica en noviembre

Avance de programación

// El 24 y 25 de septiembre se celebra una nueva edición del festival Turborock en Valencia (Spook), Cantabria (Mercado de Sarón) y Madrid (Rock Kitchen) con conciertos de Redd Kross, Mudhoney, Hoodoo Gurus, Sex Museum, Los Coronas, The Muffs, The Soundtrack Of Our Lives, The Meanies y The Right Ons, entre otros. www.turborock.es // Y otro festival, En Vivo, esta vez en Getafe, se celebra el 8, 9 y 10 de septiembre con actuaciones de Bad Manners, The Specials, The Toy Dolls, Los Suaves, Los Delinqüentes, The Offspring, Söber, SFDK, Kiko Veneno y Tote King. // La 16ª edición del festival Lemon Pop tendrá lugar el 2 y 3 de septiembre en el Parque Fofo de Murcia con Al Supersonic & The Teenagers, Ellos, Cooper, Astrud & Col.lectiu Brossa, Parade, Wild Honey, Airbag o Papa Topo. // Los fans de Stephin Merritt están de enhorabuena y es que el cerebro tras The Magnetic Fields lanzará el 5 de septiembre un disco de rarezas bajo el nombre de “Obscurities”. 14 temas grabados todos antes del “69 love songs” de The Magnetic Fields. Entre ellos se encuentran tres temas del musical inacabado de Merritt y Daniel Handler “The Song From Venus”, diversos singles de 7” de los Magnetic Fields, un tema del otro proyecto de Stephin The 6ths, un track de un audiolibro, otro de una compilación de Oh, Merge y una rareza sólo publicada previamente en cassette en K Records. También ha entrado en el álbum “The Sun and the Sea and the Sky”, que fue grabada durante la época de “69 love songs” pero no aperció finalmente en el disco. “Obscurities” estará disponible en CD, LP y descarga digital a partir del 5 de septiembre.

Sitges Film Festival 2011

“Eva”, de Kike Maíllo, inaugurará el Festival “Eva”, ópera prima de Kike Maillo, explora la ciencia ficción con un planteamiento muy coherente con el leit motiv de la 44 edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya Sitges 2011, una nueva apuesta por los jóvenes talentos, siguiendo la línea del Festival en los últimos años (J.A. Bayona, Guillem Morales...). Además de “Eva”, el cine de producción catalana y española contará con títulos tan esperados como: “Mientras duermes” de Jaume Balagueró, “La mujer del Eternauta” de Adán Aliaga, la coproducción hispano cubana “Juan de los Muertos” y “Emergo” de Carles Torrens, entre otras. www.sitgesfilmfestival.com



012/013

intro

Skeletons

Lo complicado es no disfrutar No parece descabellado afirmar que existe un miedo bastante generalizado al término ‘experimental’ cuando se aplica a la música, porque existe una percepción —errónea y también generalizada— de que para disfrutar de eso es necesario ser un experto o, al menos, estar familiarizado con la cosa. “En absoluto”, dice sin embargo Matt Mehlan, líder de Skeletons, una banda tachada muchas veces de (¡ouch!) experimental. “Hay una falsa impresión en la mayoría de la gente de que cualquier estilo de música requiere una serie de puntos de referencia. Sin embargo, si se da la situación adecuada, cualquiera es capaz de disfrutar o de encontrar algo especial incluso en las ideas más experimentales. Hasta el término ‘experto’ es algo que fue creado por, a falta de una palabra mejor, jerarquías sociales o intelectuales. Si no fuera por la gente cerrada de mente que tienen poder, el mundo sería mucho más interesante”. Entenderán ustedes el porqué de que semejante declaración capitalice los primeros compases de esta entrevista. A veces algunos andan tan ocupados poniendo etiquetas a todo que se olvidan de disfrutar de manera inocente de la música. Incluso de la que está hecha por gente que viene de contextos más experimentales (lo siento, trataré de no volverlo a hacer). “La gente es la parte importante de los conciertos, no la ciudad”, continúa Mehlan. “Me gusta tocar en sitios como St. Louis en Missouri, o Erfurt en Alemania, o Lyon en Francia, donde existe una percepción bastante asentada de comunidad y una apertura de miras patente. Esto puede encontrarse en cualquier sitio y depende exclusivamente de la gente que se dé cita cada vez”.

En este punto, cualquier curioso que haya dado con esta entrevista por casualidad y que no supiera nada de este trío asentado en Brooklyn, Nueva York, habrá notado que estos no deben de hacer música corriente. ¡Enhorabuena si eres uno de ellos, porque eres buen observador! La situación es la siguiente: estos zambos han sacado un disco —el sexto, nada menos— llamado “People” (Crammed / Karonte, 11) que corre el riesgo de no ser disfrutado a no ser que, de una vez por todas, algunos pierdan el miedo a etiquetas que, sinceramente, tampoco son del todo adecuadas. Skeletons, sin ir más lejos, tienen canciones tarareables. ¡Lo digo en serio! Y encima es porque ellos quieren. “No diría que la melodía en nuestra música sea cuestión de coincidencia”, explica Matt. “Trabajamos muy duro para hacer la música que hacemos con una intención muy específica. Al mismo tiempo, la coincidencia y la sorpresa son dos de

los mejores aspectos de la música: si no hubiera nada nuevo por encontrar, ¿para qué íbamos a intentarlo?”. Recientemente, Skeletons han estado girando por Europa bajo el nombre de Congotronics Vs. Rockers en una especie de tótum revolútum junto a grupos que brillan tanto que hay que leerlos con gafas de sol: Konono No. 1 y Kasai Allstars, Deerhoof, Juana Molina y Wildbirds & Peacedrums. Como no podía ser de otra manera, Matt se muestra “súper agradecido de formar parte de algo semejante. Yo empecé grabando cassettes cuando iba al instituto. Grababa canciones de pop raro y en cierto modo es lo que sigo haciendo ahora, con significado diferente. En la universidad estudié ‘tecnología musical’ y también tomé clases de teoría, historia, jazz y músicas del mundo. Hoy por hoy, sólo busco música que sea honesta”. ¿A que le han entendido? Pepo Márquez www.myspace.com/skeletonsandthegirlfacedboys

The Good Company Buenas tierras

Y siempre tras la tormenta llega la calma, gracias al sendero de la reflexión. Pero sin una no hay lugar para la otra, y The Good Company lo saben. De ahí que hayan parido —doy fe que en parto doloroso, largo y sin epidural— “Dearland”, su álbum con mayores tensiones y distensiones emocionales. Como Vicks, máximo responsable de esta banda, reconoce: “éste es un recurso que funciona muy bien”. Un disco que toma el título de una canción de Elvis Perkins como inspiración. “Tenía el disco en casa y pensé que Dearland debía ser un sitio en el que todos quisiéramos

estar. Luego asocié Dearland con la tierra de origen de cualquiera de nosotros. Películas como ‘Juegos secretos’ o ‘Crónica de un verano’ están construidas con esas premisas también. Intenté llevar algo de eso a nuestra música”. “En ‘Dearland’ muchas canciones tienen un momento de mirar hacia dentro, casi de silencio, nos gustó jugar con eso entre partes muy intensas, porque realmente cuando te paras a reflexionar es justo después de que haya pasado algo gordo, así funcionamos en el día a día”. El segundo disco de Vick (voz y guitarras), Sergio

Miró (batería), Gorka Molero (voz, teclados), Marco Valero (bajo) y Alby Ramírez (guitarras, lap guitar) lucha por desvincularse de su estigma de banda épica, como les sucedió con “28”, su primer trabajo. En “Dearland” suenan más contenidos pero igualmente instintivos y expresivos, gracias a la producción conjunta de Vick con Luca Petricca. “Intentamos no caer en la épica salvo cuando era el momento. Al final es como en la vida. Si estás siempre feliz o siempre disgustado, a la larga tú mismo y los que te rodean no van a tomar en serio ninguno de tus estados de ánimo”. “Dearland” suma más voces, utiliza más arreglos, como los de vientos, y juega con más estructuras. Y también es fruto de múltiples viajes, idas y venidas, aunque para Vick “quizás se centre más en el sitio al que quieres llegar después de muchos viajes. Quise poder recrear un sitio totalmente fuera de contexto, al estilo ‘Dogville’ (¡aunque más amable!) donde desarrollar los textos y mostrar que las cosas pueden torcerse incluso con el telón de fondo más favorable e idealista. Y viceversa, claro. Aunque encuentres un Dearland idílico, al final querrás largarte de ahí”. Y si no que se lo digan a ellos: el álbum se gestó en una casa que estaba desmoronándose. “En dos meses salió de verdad todo lo que puede haber en el disco. El piso de repente se quedó en un estado semiruinoso, sin gas, ni agua caliente, ni cocina, poco más que un gran salón donde se vivía sólo para la música”. Alicia Rodríguez www.myspace.com/thegoodcompany


Digitalism

Disciplina y pop “En realidad, han pasado volando”, reconoce Jens Moelle, cincuenta por ciento de Digitalism, cuando le pregunto por los cuatro años transcurridos desde la publicación de “Idealism” (Kitsuné, 07), un plazo que se antoja excesivo en un mercado tan volátil como el de la música electrónica. “Estuvimos más de dos años girando sin parar”, explica, “luego descansamos una temporada y comenzamos a hacer sets de DJ, mientras construíamos un nuevo estudio. Pero en el fondo creo que la espera ha sido para bien; que la gente se hubiera olvidado de nosotros ha servido para quitarnos presión de encima, para escribir las canciones sin atender a plazos”. El resultado, “I love you dude” (V2 / Coop, 11), insiste en la vena más pop de la pareja, en esas canciones ruidosas, armadas alrededor de estribillos adhesivos, antes que en los desarrollos ácidos o en los acercamientos al electro. “Es una clara consecuencia de haber tocado tanto en directo”, admite Moelle. “Cuando estás en el escenario es mucho más divertido tocar canciones como ‘Pogo’, que son directas y hacen que la gente salte y baile, que otras piezas más experimentales o cercanas al techno”. Y eso que “producir canciones en un sentido clásico es bastante más complicado. En el primer disco había muchas pistas que estaban hechas a base de unir fragmentos”, prosigue, “cosas como ‘Anything new’, que empezaban de una manera y luego iban cambiando”. Una estrategia que, “en el fondo, utilizábamos para no tener que trabajar la estructura de las canciones, y que nos ha dado muchos problemas a la hora de tocar en

directo. Por eso en esta ocasión hemos intentado que todo fuera más coherente, aunque nos obligara a trabajar mucho más: después de todo, no somos compositores de canciones y hemos tenido que aprender sobre la marcha”. Y es que, los chicos de Digitalism no saben “tocar la guitarra, así que no podemos desarrollar las canciones en un sentido tradicional, probando con acordes y estructuras. Lo que hacemos es buscar samples y texturas que nos motiven, y a partir de ahí diseñamos las melodías de los temas”. Unos temas que se benefician de la presencia de una batería real, “algo que da mucha más fuerza a la producción y que queríamos incorporar de cara al directo”, que han afilado sus características (“los fragmentos melódicos son más melódicos y los ruidosos son mucho más ruidosos; en ese sentido es un disco más extremo”), y que hasta esconden alguna sorpresa inesperada, como la colaboración de Julian Casablancas en “Forrest Gump”, una canción cuya gestación “fue bastante complicada”, según reconoce Moelle. “Teníamos una versión instrumental, Julian la escuchó y enseguida aceptó escribir una letra y cantarla. Pero ya sabes, los Strokes tienen esa agenda infernal, se iba acercando la fecha de entrega de nuestro disco y Julian apenas nos había mandado varios trozos de la canción por internet. Trozos que al final tuvimos que recomponer como pudimos, hasta dar forma a la versión que aparece en el disco. No es exactamente lo que queríamos, pero creo que ha quedado bastante bien”. Vidal Romero / Foto Tom Oaxley www.myspace.com/digitalism

Olivemoon

Ain’t no mountain high enough Surgidos en 2007 tras el ocaso de Vegetable Horse, Marc Navarro (guitarra y voz), Jonatan Oliva (bajo y percusiones) e Ignasi Canals (batería, percusiones) fueron aumentando progresivamente la familia Olivemoon al sumar a Kim Peratt (guitarra, teclados) y a Laura Resina (viola) a sus filas. Ellos son los responsables de esa pequeña maravilla que es “The thickest forest EP”, una cuidada presentación en sociedad que acaban de autoeditarse y que representa una de las mayores y más agradables sorpresas de lo que llevamos de año para todos los amantes del folk. “Nos encantan las pequeñas percusiones que se esconden en Bon Iver, los recursos melódicos de Andrew Bird, la tranquilidad de Josh Tillman, la potencia de Pearl Jam y la creatividad de Patrick Watson. Creemos que los detalles son capaces de crear ambientes, de generar sensaciones no tan inmediatas y es precisamente eso lo que nos gusta”. Y lo consiguen, sin duda. Este trabajo encierra ocho astillas que se clavan gustosamente, como ocho postales de esquinas muy afiladas, en los rincones vitales del oyente. “La verdad es que no hay ninguna decisión consciente detrás de todo ello. Quizás muchas veces nos falten palabras para intentar contar algo que nos supera, y de una forma intuitiva acabamos haciendo paralelismos con la grandeza o lo terrorífico de algunos escenarios naturales. Es el máximo nivel sensitivo en el que todos coincidimos. Al final se trata de una forma de transmitir una sensación más que una historia definida. Por ejemplo, en la canción ‘As we grow’, hay una parte en la que cantamos ‘corriendo a través del bosque más denso’ y que para muchos puede ser la sensación del transcurso de la vida. Hay verdades detrás de cada letra, pero contadas de una forma quizás poco concreta”. Rico en matices instrumentales, sus letras no quedan en un segundo plano. “Hay pocos relatos contados con un principio y un fin, pero sí hay descritos estados de ánimo que aparecen antes o después de algunos hechos reales. En el acto de escribir, grabar y publicar una canción hay algo curioso. Lo haces para contárselo a alguien pero, muchas veces, se trata sencillamente de hacerlo para ti mismo”. Su web es un refugio de obligado tránsito. “Hemos intentado crear una imagen de nuestra música, donde queremos reflejar lo que se puede encontrar en nuestro disco. El bosque, la montaña, los cinco pájaros volando, el alce... todo tiene su significado, aunque hay margen para que cada uno lo interprete como quiera”. David Giménez / Foto Marc Pallarès www.myspace.com/olivemoonmusic


DJ LEAN ROCK TEXTO GEMMA GLENDON 03 14-15

...“Para mí, la música y la vida son la misma cosa. Es pasión, creatividad, amor y muchísimas otras cosas. Ser deejay y b-boy es mi profesión y lo que hago en mi tiempo libre. ¡El hip hop es mi vida!”


ARTE

LEAN ROCK ROCKIN’ BEATS Braun CruZer acerca el espíritu del break a todos los rincones del mundo con la Braun Battle Of The Year, uno de los concursos de breakdance más conocidos del planeta, que da a jóvenes de todas las nacionalidades la oportunidad de expresarse de un modo creativo y único -como las afeitadoras Braun cruZer-. La Braun Battle Of The Year lleva en activo desde 1990, ganando miles de adeptos con cada edición que se celebra. La Braun Battle Of The Year está teniendo lugar a lo largo de este año por todo el planeta, empezando en el norte de Francia en abril y terminando en el mes de octubre en Dubai. Una vez seleccionados los finalistas, la gran final se celebrará en Montpellier el 19 de noviembre, con la presencia de los mejores b-boysy b-girls todo el mundo. La música y el breakdance están estrechamente unidos, por lo cual no es de extrañar que la Braun Battle Of The Year cuente con embajadores de lujo de este campo. Uno de ellos es el DJ americano Lean Rock, que empezó como b-boy en sus inicios. Desde muy joven, a Lean Rock ya le chiflaba la música, para bailar. “Me ayuda a ser creativo y a innovar”. A través de fiestas, jam sessions y competiciones de breakdance, su interés por la música fue en aumento, y buscar discos se convirtió en una obsesión. La música y el breakdance van de la mano para DJ Lean Rock. “Tu entorno siempre te condiciona, también en cuanto a tus gustos musicales. En mi caso, la música que más me ha influenciado ha sido la de la era dorada del hip hop, con grupos como A Tribe Called Quest, Kool G Rap, Big Daddy Kane, EPMD, Nas, Wu-Tang Clan, Gangstarr... A parte del hip hop, también me crié escuchando música de Jimi Hendrix, Prince, Led Zeppelin, Pink Floyd y U2, entre muchos otros. Sin duda, ser un b-boy me ha influenciado mucho en cuanto a la música que pincho”. La lista de reproducción de DJ Lean Rock es infinita, pero si tuviera que escoger sólo algunos temas, nos recomienda, entre otros, “Stop It” de Edo. G. “Es una canción que hace que te olvides de todo y te centres en lo que quieres”. Para animar una buena fiesta, no falta en su maleta “Blast That” de Nottz: “Te llena de energía y de buen rollo”. Para momentos más relajados, nada mejor que “Almost A Year Since” de Oddisee, y si lo que quieres es no parar quieto en la pista, recomienda “Hard Times” de John Legend & The Roots. “Es una canción que me hace creer en trabajar duro y conseguir lo que me propongo, sea lo que sea, música, hacer surf, snowboard o lo que sea que te apasione”. DJ Lean Rock, con sólo 22 años, ha viajado desde su Boston natal por todo el mundo, pinchando en capitales mundiales como San Francisco o Taiwan, y ha trabajado con DJs de la talla de Spinna, DJ Scratch y Jazzy Jay. Su carrera ha despegado en los últimos cinco años y ahora colabora con Braun Battle Of The Year. “Es un evento que ha marcado mucho otras competiciones del estilo, y es una experiencia increíble. Está muy bien que el equipo de Braun apoye este tipo de eventos, ya que sus productos también sirven para que cada uno pueda expresarse y hacer las cosas a su manera”.

¡Encuentra más material sobre DJ Lean Rock escaneando este QR tag con tu teléfono móvil! Las condiciones y política de privacidad de este código se aplicarán cuando lo escanees. www.braun.com/cruZer www.braunbattleoftheyear.com


016/017

en portada The Rapture


THE RAPTURE LA LUZ EN LAS ENTRAÑAS Texto

Vidal Romero

Fotos

Ruvan Wijesooriya

Es bien sabido que las situaciones extremas, los dramas de cualquier clase, pueden ser un excelente caldo de cultivo para la creación. Una fuerza con tanta capacidad de destrucción que, tras su paso, sólo puede quedar o la ruina más absoluta o una situación completamente renovada. En el caso de Luke Jenner, una particular crisis personal produjo tantas tensiones que estuvo a punto de provocar la desaparición de su banda, The Rapture. Pero al escoger canalizar esas tensiones mediante la música, se obligó a limpiar el desastre y a expulsar a sus fantasmas. Se obligó a perdonar a la gente que tenía a su alrededor, incluso llegó a perdonarse a sí mismo. Escogió salir a la luz, y esa decisión se ha trasladado a una colección de canciones de una luminosidad cegadora; un disco con el que la banda se reinventa y abre nuevas, insólitas vías en su discurso. Se titula "In the grace of your love" y está llamado a ser uno de los grandes álbumes de la temporada.


018/019

en portada The Rapture

A

l otro lado del teléfono Luke Jenner, cantante, guitarrista y compositor principal de The Rapture suena nervioso e impaciente. Habla a la velocidad de la luz, sin cesar de dar información, añadiendo detalles aquí y allá, deseoso de explicar todos los secretos que esconde su nueva criatura. Da la impresión de que quiere sacudirse de encima cualquier rastro de las tensiones que le han llevado a escribir "In the grace of your love" (DFA / Coop, 11), un disco que de algún modo rompe con el pasado de la banda. Que aligera el tono de su discurso, que se abre hacia maneras de componer más luminosas y cálidas y transita por géneros desconocidos hasta la fecha. Casi parece un punto y aparte, un nuevo comienzo; una reflexión con la que Jenner, por cierto, está de acuerdo. "Es que en cierta manera lo es", asiente. "Es un nuevo comienzo porque hay muchas cosas que hemos tenido que aprender desde cero. Por ejemplo, ahora que Matt Safer ya no está con nosotros ha sido preciso redefinir el papel que teníamos cada uno en la banda. Y eso, unido a que estamos enfocando las canciones desde nuevos puntos de vista y a que hemos perdido el miedo a experimentar, nos convierte en un grupo muy distinto al que éramos hace cinco años". Además, "In the grace of your love" marca el retorno de los hijos pródigos a DFA, un sello que ayudaron a levantar en sus inicios, y que después explotaría el sonido desarrollado para The Rapture de manera extensiva: incluso el propio grupo del jefe, LCD Soundsystem, ‘suena’ muchas veces a The Rapture. "DFA es lo más parecido a una casa que se me puede ocurrir en este momento", confirma Jenner, "y desde luego, volver a casa era un paso necesario para que el disco llegara a buen puerto". Y es que, si algo ha descubierto nuestro hombre durante su carrera es que "trabajar con multinacionales es muy molesto. Se supone que estás allí, que te han fichado, porque realmente les gusta lo que haces, pero al final siempre terminas teniendo que explicar tu música, tus canciones, a alguien que no está preparado para entenderte. Y eso es algo en lo que no me apetece perder el tiempo. A mí lo único que me interesa es estar en una banda y hacer música". Claro que durante una larga temporada esos intereses pasaron a un plano muy secundario. Y es que las razones que han provocado la demora de "In the grace of your love", un disco que llega cinco años después que el anterior, "Pieces of the people we love" (06), tienen mucho que ver con el particular paseo por el lado oscuro que ha vivido Jenner. "Los cinco últimos años no han sido precisamente un período sencillo en mi vida", explica. "Con muy poco tiempo de diferencia mi madre se quitó la vida y nació mi primer hijo, dos circunstancias que no supe muy bien como enfrentar y que me llevaron a pelearme con mucha gente cercana, con muchos de mis familiares y de mis amigos". Uno de los grandes damnificados fue Matt Safer, bajista de la banda y mano derecha de Jenner a la hora de escribir los temas de The Rapture. "Prácticamente habíamos desaparecido: no quedábamos para tocar, no teníamos ilusión por escribir canciones o resolver los problemas que se habían creado. Todos mis compañeros estaban metidos en proyectos nuevos, desarrollando otras ideas. Y para Matt ese fue un camino que, una vez tomado, no tenía marcha atrás". De hecho, el propio Jenner se planteó "publicar el disco en solitario. Las canciones me parecían tan personales que a priori no sabía como compartirlas. Pero después de algún tiempo haciendo maquetas me di cuenta de cómo echaba de menos a mis amigos, y de que sin ellos sería incapaz de sacar adelante el proyecto. Así que les llamé y, por suerte, respondieron a la llamada". Lo que más llama la atención en "In the grace of your love" es su carácter optimista. A pesar del trasfondo de algunas letras se trata de un disco luminoso. Es

un contraste curioso, sobre todo teniendo en cuenta lo delicado que ha sido para ti escribir esas canciones. En realidad es algo totalmente premeditado. Mientras hacía las maquetas me di cuenta de que, cuando era joven, lo discos que más me impactaron fueron aquellos que reflejaban un gran dolor. Discos como "Siamese dream" de Smashing Pumpkins y "Nevermind" de Nirvana, las producciones de esa época de Butch Vig, incluso "Ok computer" de Radiohead. Discos fantásticos, que tienen en común el acento nihilista; el hecho de que están desconectados de la realidad porque sus autores estaban atravesando un mal momento. Es esa la cualidad que los hace tan hermosos, su condición autodestructiva, la oscuridad que transmiten. Y me pregunté si sería posible trabajar en un disco que fuera fruto del dolor, pero que no reprodujera un mensaje tan negativo. Estaba cansado de resultar confuso y enrevesado, y decidí apostar por la luminosidad. ¿Es por eso por lo que escogisteis trabajar con un productor tan alejado de vuestro sonido, al menos a priori, como Philippe Zdar? Así es. Como ya te he contado, quería que el disco fuera cálido, pero no quería correr el riesgo de que quedara demasiado meloso o edulcorado. Y tenía la sensación de que él podía encontrar el enfoque adecuado. Desde luego, se nota su mano en varias de las canciones. Nunca antes habíais sonado tan electrónicos y asequibles. Bueno, eso no es sólo cosa suya; todos dentro del grupo teníamos muchas ganas de experimentar. Pero es cierto que se implicó durante la grabación a un nivel muy profundo, casi como si fuera un miembro más de la banda. Y desde luego, nos aconsejaba acerca de cómo debía sonar cada una de las canciones y de qué instrumentos podíamos utilizar para sacar más partido a los arreglos. Es un ingeniero muy bueno, y cuando está grabando escucha cosas que los demás ni siquiera soñamos con percibir. Cuenta también Jenner que "In the grace of your love" es un disco que gravita alrededor de un tema espinoso: la idea del perdón. "De un perdón en sentido abstracto, que afecta tanto a la gente que te rodea como a ti mismo", puntualiza. "De la necesidad de reconocer los sentimientos, incluso los sentimientos negativos, para poder seguir adelante". Una idea tan imbricada en el disco que incluso afecta a su portada, una vieja imagen en blanco y negro de un hombre haciendo surf. "Es una fotografía de mi padre, tomada cuando él era joven y era una pequeña celebridad dentro del circuito de surf de California. Colocar esa imagen en un sitio tan delicado es un símbolo de reconciliación, porque cuando murió mi madre mi dolor era tan grande que necesitaba culpar a alguien, y ese papel le tocó a él. Estuve casi dos años sin hablarle antes de darme cuenta de que necesitaba hacer las paces con él, necesitaba poder decirle que le quería y que le respetaba. Hablé también cara a cara con mi hermana, y comencé a sentirme parte de la familia otra vez. Y aunque en un principio parecía que les había perdonado, al final llegué a la conclusión de que era al revés: de algún modo les había pedido que me perdonaran a mí, por no haber sido capaz de manejar mis sentimientos". En tan espinoso caldo de cultivo es donde han germinado las letras de un disco que, no por casualidad, en muchas ocasiones parece estar hablando de relaciones de pareja rotas, de amores perdidos que se echan de menos. Un ejemplo muy claro es "I miss you", una canción que "trata sobre mi madre, y de cómo lamento su pérdida", pero que podría entenderse como el lamento de un amante despechado. "Tienes razón, pero es una confusión


que me parece interesante. En realidad, es un problema de perspectiva", remata, "porque en ambos casos se trata de resolver los problemas de una pareja que tiene un poderoso vínculo sentimental". En cuanto a la relación con sus compañeros de banda, Jenner confirma que la producción del disco ha resultado balsámica, la mejor manera de cerrar las heridas que pudieran haberse abierto. "Una de las mejores cosas que nos han sucedido con este disco es que hemos aprendido a liberarnos. Antes, probar cualquier cosa implicaba largas discusiones y peleas en el local de ensayo: cualquier idea, por pequeña que fuera, resultaba en un gran debate, antes incluso de que alguien pulsara una nota. Pero en esta ocasión hemos trabajado con una libertad absoluta", sin miedo a experimentar. "Cuando empezamos a preparar el disco yo llegué al local con un montón de maquetas muy avanzadas", prosigue. "Canciones casi terminadas, con melodías muy definidas. Y durante semanas nos dedicamos a moldear esas canciones, a probar todo tipo de cosas extrañas con ellas, a investigar hacia dónde podíamos llevarlas y hasta dónde podíamos llegar nosotros mismos, aunque eso significara introducirnos por vías desconocidas". Es por eso que en "In the grace of your love" conviven estilos tan distintos como el dance punk característico de la banda, particulares reinterpretaciones del house con acento de Chicago (ese hit estratosférico que es "How deep is your love?"), experimentos cargados de psicodelia ("Roller coaster"), caprichos de aire tropical ("Come back to me") y hasta una elegante pieza de soul,

"It takes time to be a man". Todo encaja en el interior de un disco "cinemático, de estructura circular, en el que las canciones están dispuestas para contar una historia. Es una suerte de viaje, pero un viaje interior", en el que se refleja la transformación que Jenner ha sufrido a lo largo del último lustro. Es inevitable, en fin, percibir una cierta capacidad terapéutica en las once canciones que han sobrevivido a la criba final, un poder de sanación que él también había detectado hace tiempo. "Una de las razones más importantes para escribir canciones es precisamente que me ayudan a descubrir cosas acerca de mi personalidad; me ayudan a descubrir qué hago y hacia dónde quiero ir. Así que cuando termino un disco me siento agotado en el sentido creativo, necesito pasar página y no escribir nada durante algún tiempo. Una necesidad que las giras satisfacen a la perfección, porque envuelven tanta actividad que apenas queda tiempo para pensar, y mucho menos para sentarse a componer. Podríamos decir", concluye, "que tocar en directo es una manera de avanzar, de seguir hacia adelante. Y escribir, en cambio, es una forma de retracción, de mirar hacia dentro y olvidar el exterior". www.myspace.com/therapture ¤ The Rapture tocarán el próximo 22 de noviembre en Razzmatazz 1 (BCN).


020/021

en portada The Rapture

DISCOGRAFÍA THE RAPTURE DE LA REVOLUCIÓN PUNK A LA REVOLUCIÓN DISCO Texto

Vidal Romero

"In the grace of your love" DFA / COOP, 11

Curiosamente, el disco más experimental y atrevido de The Rapture es también el más amable al oído y el que contiene una mayor cantidad de hits potenciales (prácticamente cada una de las once canciones lo es). Es cierto que las letras reflejan estados de ánimo poco halagüeños, situaciones de tensión y dolor, pero eso no se traduce en el tono de la música, que es descaradamente optimista y luminosa, y que huye casi por completo de los ambientes opresivos y de la estética post-punk que hasta ahora caracterizaba a la banda. Sólo un par de cortes, "Blue bird" y "Can you find a way?", recuerdan de algún modo a los Rapture de los discos anteriores. Todo lo demás son experimentos y búsqueda de sonidos inéditos, como el tropicalismo amable de "Come back to me" (que hacia el final del tema se transforma en una oscura pieza disco) o ese tobogán psicodélico que es "Roller coaster", que podría haber escrito Jason Pierce si frecuentara los clubes de Nueva York. Pero más allá de detalles puntuales, y como ya se encarga de señalar el propio Luke Jenner en la entrevista de las páginas anteriores, "In the grace of your love" es un disco de estructura circular y espíritu cinemático. Una condición que se reconoce desde el principio, con un "Sail away" expansivo, que se lanza al vacío a tumba abierta, envuelto entre sintetizadores ampulosos y una voz al borde del desgarro, y que tras un breve interludio instrumental, psicodélico e informe, desemboca en el primer gran hit del disco: "I want you", una canción de aire clásico y estribillo pegajoso, que abre la veda hacia el carrusel de emociones que marcan "Blue bird", "Come back to me" y la homónima y desgarrada "In the grace of your love". Otra pieza infecciosa, "Never die again" anima el ecuador del disco antes de la llegada de "Roller coaster", y a partir de ahí un par de auténticas bombas (la muy luminosa y emocionada "Children", la nerviosa "Can you find a way?") conducen hacia esa gran explosión climática que es "How deep is your love?", construida alrededor de una línea de piano que es puro Chicago, un bajo zumbante y expansivo, un ritmo de palmas infeccioso y un par de estribillos complementarios y demoledores. Uno de los grandes temas de la temporada, que lleva al disco directamente hacia su final, ese epílogo soul que es "It takes time to be a man", que cierra el viaje conjurando el espíritu de Otis Redding y despide entre arrullos al oyente. "¿Sabes esa sensación de felicidad que te asalta cuando vas al cine y has visto una buena película?", pregunta Jenner. "¿Cuando estás tan satisfecho que te quedas a ver los títulos de crédito, sólo por prolongar un rato la sensación de felicidad y disfrutar el momento? Pues bien, si este disco fuera una película, 'It takes time to be a man' sería la canción que sonaría durante los títulos de crédito". Poco queda que añadir.

"Mirror"

"Out of the races and into the tracks"

"Echoes"

"Pieces of the people we love"

GRAVITY, 99

SUB POP, 01

DFA / VERTIGO, 03

UNIVERSAL, 06

En el principio todo era crudo y seco. Con una formación en la que sólo eran fijos Luke Jenner y el batería Vito Roccoforte, y los bajistas se sucedían a velocidad de vértigo, The Rapture se dedicaban a copiar a sus ídolos (Suicide, P.I.L., The Cure) con más voluntad que resultados; algo a lo que no ayudaba una producción opaca y pobre en recursos. Eso sí, canciones como "Olio" o "Notes..." anticipaban el advenimiento del post-punk, en su versión del siglo XXI, un par de años antes de su estallido ‘oficial’.

The Rapture sólo comenzaron a ser The Rapture cuando se sumó a la banda el bajista Matt Safer y los chicos de DFA (es decir, James Murphy y Tim Goldsworthy) se ofrecieron a producirles unas cuantas canciones. De aquellas sesiones salió "Out of the races and into the tracks", un disco que borraba la oscuridad inicial de la banda pero dejaba intacta su capacidad para el baile. Ritmos secos y cinéticos, guitarras rasposas, continuos cambios de tensión y unas voces que lanzaban consignas (levemente) politizadas desde el fondo de la mezcla, todo ello envuelto en una producción que era, a la vez, cruda y acariciante. La semilla estaba plantada.

La adición del teclista Gabriel Andruzzi, un tipo de espíritu aventurero, criado en el calor de los clubes, acentuó la capacidad de la banda para hacer bailar a su público, y de la semilla plantada en el EP anterior germinó ese himno del dance punk que es “House of jealous lovers”, que multiplicó por mil la fama de la banda, llenó los bolsillos de DFA y provocó peleas a navajazos entre varias multinacionales. Una onda expansiva que "Echoes" certifica desde su minuto uno, mediante una nueva versión de “Olio” que llega sometida a un profundo y rejuvenecedor baño sintético, y las varias pistas que hunden las corvas en aguas electrónicas ("I need your love", "Sister saviour"). Tecnificación que convive a la perfección con las canciones que conservan el espíritu dance punk ("Heaven", “The coming of spring”, “Echoes”) y con esas otras piezas que mezclan guitarras incisivas, ritmos secos y detalles electrónicos. Temas como “Sister saviour” o “Love is all” que, no por casualidad, terminarían definiendo los estándares de sonido de DFA y las coordenadas estéticas de la invasión post punk.

La elección para las labores de producción del equipo formado por Paul Epworth y Ewan Pearson ya avanzaba que el cuarteto neoyorquino buscaba expandir su sonido, contaminar aún más sus canciones con recursos propios de la música electrónica, pero sin perder su espíritu rock. Un deseo que Pearson y Epworth satisfacieron a base de manipular sutilmente el material original de la banda, estrategia que se intuye en los ritmos cinemáticos, de espíritu disco, que propulsan "Get myself into it" hacia la pista de baile, en los bajos expansivos y los filtros ácidos que adornan "First gear", en ese ejercicio de ciberdelia noventera que es "Live in sunshine". Todo esto junto a un par de cortes que insisten en el sonido prototípico de la banda; cosas como "Down for so long" o "Yeah... uh huh", que hasta parece escrita a medias con James Murphy. Una robusta colección de canciones, en fin, perfectamente punteada por esos dos hits, profundamente adhesivos, que la banda firmó a medias con Danger Mouse: "Pieces of the people we love" y "Calling me".



022/023

report Metronomy / Bombay Bicycle Club

METRONOMY CASTILLOS DE ARENA

Hay personas que cogen sus recuerdos y hacen cosas terribles con ellos (“Cuéntame”), otras los ensalzan como si de verdad todo pasado hubiera sido mejor, otras los sepultan en el subconsciente cruzando los dedos para que nadie despierte a la bestia. Joseph Mount, por el contrario, los ha utilizado para construir una oda a su infancia playera: once deliciosos temas de synth-pop cargados de luces, sombras, sol, sombrillas, sal, atardeceres, olor a mar, castillos de arena y kilos de Nivea. Texto

Virginia Arroyo

M

eticuloso, ilusionado, tímido y muy divertido cuando llegó a soltarse, así se mostró el líder de Metronomy, Joseph Mount, en nuestro encuentro en la cafetería de su hotel durante su última visita a Barcelona. Está tranquilamente recostado en un sofá con su road manager y con el bajista, Gbenga Adelekan. En cuanto aparezco, tras una breve presentación de rigor, Gbenga y el roadie desaparecen. Supongo que la entrevista será sólo con Joseph, pues. Cosa curiosa, teniendo en cuenta que parecía que Metronomy estaba dejando poco a poco de ser el proyecto de Joseph junto con unos músicos para pasar a ser una banda a todos los efectos. “Bueno, sigue siendo algo más personal para mí porque yo soy el que ha estado aquí desde el principio. Todavía soy el único que escribe las canciones y el que tiene la visión, por así decirlo”, explica Joseph. “Pero hace tres o cuatro años me di cuenta de que la existencia de Metronomy se centraba básicamente en las giras: te pasas 6 meses haciendo un disco y 18 de gira, así que esos 18 meses que pasas con los otros te hacen sentir más parte de un grupo. Pero bueno, ellos ni siquiera están aquí para decírtelo... (Risas) En directo, de hecho, ya somos plenamente una banda. No obstante, en el estudio creo que aún me llevará un poco más de tiempo confiar en otra gente”. A su manera, Joseph me está intentando decir que sí, que “cada vez hay más sentimiento de banda” y que por primera vez ha abierto mínimamente el proceso de composición a otros seres humanos. Aunque el timón, claro, lo sigue llevando él: “Éste es el primer álbum que he sacado fuera de mi habitación. Hacía la maqueta, la llevaba al estudio y allí probábamos diferentes combinaciones”. Al contrario que muchos músicos, que al profesionalizarse empiezan a ver la música estrictamente como un trabajo y se aburren, cuanto más crece Metronomy, más ganas le pone Joseph. “Cuanta más música haces, más te interesa, más aprendes y más seguro de ti mismo te sientes. Aunque sí que es cierto”, concede, “que una parte de mí también intenta alejarse de la música en el tiempo libre. Recuerdo leer sobre un guio-

nista de televisión que estaba seguro de que le encantaría ‘The office’, pero no la veía por miedo a robar ideas. Es lo mismo. Yo no escucho mucha música moderna porque me da miedo saquear ideas. Y también porque me gusta más la música antigua que me recuerda a cuando era joven”. La lista de afinidades e influencias dista, pues, de ser una ristra de nombres de la nueva oleada de synth-pop: “Durante la concepción de este disco he escuchado, en esencia, lo mismo de siempre. La única diferencia es que he permitido que algunos de los artistas se filtraran como influencias”. Pese al sonido ochentero de su nuevo álbum, Joseph se ha centrado mucho en artistas de los 70: “Los discos de los 70 de los Beach Boys, Michael McDonald, Fleetwood. Ese tipo de cosas que escuchaba cuando era pequeño y pensaba: ‘¡Esto es un horror!’ (Risas). Cuando te haces mayor, las empiezas a asociar con ser pequeño”. Y es que en este “The English Riviera” (Because / Warner, 11) hay mucha nostalgia de la infancia. Ese título, para empezar, es el nombre de la zona costera donde Joseph pasó todos los veranos de su niñez. “Cada vez que voy allí es muy evocativo, me siento conectado a ese lugar de un modo difícil de explicar”. El disco trasmite muy bien esa nostalgia alegre: melancolía y tardes soleadas. “Me gusta enfocar los discos como un todo, como algo muy natural, como la vida, con luces y sombras, con sus procesos y sus momentos. Así es como se consigue que tenga cierta forma y yo creo que si lo haces de esa manera, de forma natural te van a salir unos cuantos singles. En cierto momento de mi vida intenté grabar solamente pero es imposible, y además no apetece”. Así que los temazos “The look” o “The bay” nacen de un maridaje estricto y exquisito de las dos pasiones de Joseph: “Tuve una época muy dance y siempre me ha gustado el pop. Por eso, cuando hago algo demasiado pop o demasiado bailable, no me siento cómodo con ello. No es ni una fórmula ni una intención, es un instinto hacer algo que tenga algo de los dos”. Un equilibrio prácticamente perfecto. www.myspace.com/metronomy


TANDOORI POP

BOMBAY BICYCLE CLUB Llevo ya un rato esperando, y me pregunto si, quizás, detrás de la cortina que flanquea la entrada a la cocina de este restaurante indio los platos se cuezan al momento en lugar de calentarse. Por sorpresa, el camarero me obsequia con medio pan de queso con el que entretener la lengua y dar asiento a la Cobra de más de medio litro que me ha servido minutos antes como si fuera agua mineral. Texto

Banessa Pellisa

C

on una libreta en la mano y la grabadora en pausa empiezo a transcribir la entrevista que hace unos días le hice a Bombay Bicycle Club por teléfono. Tengo muy presentes sus canciones. "A different kind of fix" (Mmm / Universal, 11) cumple la función que el disco de Stornoway tuvo el año pasado más o menos por estas fechas: canciones que acompañan el calor con imágenes de jardines y ríos que flanquean las bibliotecas antiguas de ciudades universitarias. Sólo que, en lugar de facturar un folk campestre como el de Stornoway, Bombay Bicycle Club apuntan en la dirección contraria. La producción del disco es pesada, mastodóntica y encierra canciones sencillas y evocadoras en un globo de gas espeso que suena moderno, distinto y, en cierto modo, arriesgado. Nadie que haya probado un buen naan, terso y elástico como el corazón de un croissant de mantequilla, se atreverá a calificar el chicle blanquecino que sirve este restaurante como pan indio. Pero, como decía, ya llevo un buen rato esperando mi comida y el camarero ha sido muy generoso al traerme media ración de algo que no había pedido para distraerme. Mastico y sigo con la entrevista. Re-escucho un diálogo con Suren de Saram, batería de la banda, en el que iniciamos una conversación que no va a ninguna parte. "'Flaws' era un disco más folk", me dice. Le comento que creo que hay un salto importante entre su primer disco y el segundo, de un sonido de pop más convencional a un folk de cierta intensidad y que este cambio es aún más radical en este tercer disco. "¿Sí? Ah. 'Flaws' es más un collage de temas acústicos que un disco en sí mismo". Le pregunto si, de ser así, debería considerar este disco que tengo entre las manos como su segundo álbum 'oficial'. "Bueno, tenemos la sensación de que este disco es más 'nosotros', más quienes somos en realidad". ¿Más quienes sois como banda?, le replico. "Sí, bueno. Aunque las canciones las escribe Jack. Este disco es, más bien, su proyecto, su composición. Las trajo al local ya muy pensadas, con el ochenta por ciento de los temas acabados y nosotros teníamos que hacer poco más que aprenderlas". Holland Park está lleno de bandas como Bombay Bicycle Club y restaurantes como éste. El tipo de local que cambia de manos de vez en cuando, que pese a las constantes renovaciones siempre parece gastado por dentro, con las sillas invariablemente

desencajadas y, al menos, una de las cadenas de lavabo que no funciona. Nadie viene a este restaurante expresamente. Aquí viene gente que tiene hambre y, justamente, pasaba por delante. Bombay Bicycle Club son los nuevos niños mimados del crítico musical Paul Lester (The Guardian), aunque quizás Lester ya haya cambiado el chip y ahora el grupo esté en el contenedor de reciclaje. Tan rápido mueren sus promesas de amor. Hablamos de la recepción del disco. Puede que no sea la pregunta más incisiva del mundo, me digo mientras observo a la pareja de ejecutivos que se sienta a mi lado con más hambre que yo. "Estoy contento de como se ha recibido el disco”, dice Suren en mis auriculares. "A la gente le ha gustado mucho y los conciertos son, sí, guau, muy divertidos. Lo pasamos muy bien". El plato llega finalmente encaramado a un bol gigante casi a tiempo de pedir otra Cobra y un lassi. El aroma es delicioso pero no veo el pollo de mi pollo madurai por ninguna parte. Grumoso y tebio, el curri no se deshace en mi lengua, ni provoca la oleada de calor que promete el 'very spicy' y los tres chillis que señalaba el menú al lado del precio del plato, 6,95 libras, que, visto lo visto, bien podría haberme gastado en un Big Mac. El arroz es bueno. Me lo como con un trozo de pollo que ha aparecido debajo de un tropezón de curri. Sigo con mi grabadora, ya apurando los últimos minutos de charla cada vez más decepcionada. Lamentablemente, la conversación no está a la altura de la excitación que provocan canciones como "Shuffle" o "Bad timing" (que podría haber firmado Pale Saints veinte años atrás). El tercer disco de Bombay Bicycle Club merece mejor promoción que la que puede garantizarle su batería. ¿Dará él las entrevista al Guardian? Lo dudo mucho. Mientras espero la cuenta me bebo el lassi con resignación, algo aliviada, pues al menos el batido está rico. El camarero se acerca y me pregunta si estaba todo bien y yo le respondo exageradamente que todo es magnífico, muy bien, 'perfect'. Vuelve con una cajita de bambú y un paquete de chicles de cortesía que me meto en el bolso. Admito mi derrota y salgo del local humillada. Me han cobrado el pan. www.myspace.com/bombaybicycleclub


024/025

report CSS / Triple Hex

CSS LA BANDA PERPETUAMENTE NERVIOSA

El quinteto brasileño regresa, tras tres años sin publicar. “La liberación”, un álbum de sintetizadores con sonido chicle y un obsesivo intento de experimentación, los devuelve a su lugar. Volverán a reinar en los festivales. Este tercer disco corrige la monotonía de Donkey. Pero lo hace sin frescura. Hablamos con la cantante y la batería sobre la grabación del álbum, las colaboraciones con Ratatat y Gillespie y sobre su emancipación. Texto

L

María Ovelar / Foto Mariana Juliano

o suyo no son los circunloquios. A CSS le gusta ir directo al grano. “Éramos unos punk borrachos hace siete años. No teníamos un duro. Bebíamos tequila en la calle, atábamos cables de un lado a otro de la carretera y disfrutábamos viendo qué les pasaba a los coches. ¿Recuerdas el Cow Parade? Odiaba esa mierda. Así que secuestrábamos a las vacas y luego las pintábamos”. Lovefoxxx, la menuda cantante del quinteto brasileño, no tiene pelos en la lengua. Ni ella ni su guitarrista, Ana Rezende, una chica alta y espigada. Están en Madrid para presentar su tercer álbum, “La liberación” (V2 / Coop, 11) , un disco tan electrofestivo como los anteriores, pero mucho más depurado y maduro. Su álbum anterior, “Donkey” (Sub Pop, 08), dejo a la crítica y al público tibios. Le faltaban “Let's make love…” y “Alalalas” (ambas de su debut homónimo). “Lo grabamos nada más termina la gira, no estábamos inspirados”, corrobora Lovefoxx, una vedette del siglo XXI. Para “La liberación” han cambiado de costumbres. Han descansado durante tres años antes de lanzarlo. Para sus fans ha sido demasiado tiempo. “Estábamos agotados. Llevábamos cuatro años tocando sin parar... Ya no teníamos casas. Habíamos abandonado nuestros apartamentos de São Paulo… Estábamos hechos unos gitanos. No entraba dentro de nuestros planes dejar transcurrir tanto tiempo”, admite Lovefoxxx. Pero lo necesitaban. Sobre todo, después de la debacle del segundo álbum. “Si hubiésemos hecho lo mismo, nos hubieran salido temas amargos y aburridos”. Nada que ver con el resultado. Cortes nerviosos, sintetizadores baratos y mucha experimentación. Abrazan nuevos horizontes: sonidos flamenco (“City girl”), reggae (“Hit me like a rock”) o piano disco (“You could have it all”). No siempre con buenos resultados. Se pasan intentando demostrar su valía. “‘Donkey’ se grabó del tirón en tres meses; ‘La liberación’, por partes. Ha sido la primera vez que hemos podido echar tanto tiempo en el estudio. El único problema es que nos daba por repetirlo casi todo…”. Y de tanto hacerlo han perdido parte de su frescura. CSS no logran igualar el desparpajo de su début. Empezaron a grabar en su estudio de São Paulo en febrero de 2010; el punto final lo pusieron el pasado marzo. “Tocamos varios temas de ‘La liberación’ en una gira por Australia. Me entraron

ganas de regrabar algunas voces y cambiar algunas cosas”, explica la solista. Más bien le dieron la vuelta. Un ejemplo es “Hit me like a rock” donde Bobby Gillespie acompaña a Lovefoxxx. “Lo conocimos en Brasil hace siete años, coincidíamos en casi todos los festivales. Hicimos migas”, explica Lovefoxxx. Le enviaron “Hit me like a rock”, una composición country. El líder de Primal Scream les grabó unas voces. “Flipó cuando escuchó el resultado final: cuando escuché su grabación, lo convertimos en una canción reggae”, relata la solista. Internet fue un aliado en sus inicios. Sin esa plataforma no estarían donde están hoy. Antes del lanzamiento de “La liberación”, una remezcla de “Hit me…” se coló en el ciberespacio. “Dillon Francis (nueva estrella del género dance moombahton) incluyó una parte de su remezcla en una mixtape. Cómo terminó en la red es un misterio”, explica la guitarrista Rezende. ¿Un desliz a su favor? “No lo sé… Desconocemos cómo promovernos, de eso se encarga la promotora y no parecían muy contentos ante la noticia”, confiesa Rezende. Otra colaboración es la de los neoyorquinos Ratatat. “Quería que ‘Red alert’ fuera un rap. Pensé en Snoopy Dog para que la remezclara, pero no nos lo podíamos permitir. Fui a un concierto de Ratatat y me pareció muy rap. Es lo mismo pero sin letra”. El dúo de Brooklyn jugó con el tema. El resultado apasionó a CSS. “Lo preferíamos al nuestro”. Suena político pero no lo es. El título del álbum y de la canción es un símbolo de su emancipación. “Se iba a llamar así desde el principio. Es bueno mirar atrás y ver que por fin eres una mujer fuerte a pesar de ser frágil en esencia”, comenta Lovefoxxx. Su compañera añade: “Tocar en una banda, ganar tu dinero y tener una familia de amigos es muy liberador. Hacemos lo que nos gusta”. ¿Se han sentido oprimidos alguna vez? “Sí”, responde Lovefoxxx. “Cuando tenía 13 años mi hermano se mudó a Nueva York. Me describía la ciudad, su vida. Yo cerraba los ojos y me veía paseando vestida a mi manera, comportándome de forma salvaje… Y pensaba ‘allí a nadie le iba a importar’. Todos están demasiado ocupados con sus vidas. En mi país no era así”. www.myspace.com/canseidesersexy


TRIPLE HEX CAFÉ POR BOURBON

Es importante saber hacia dónde moverse una vez que los pies han iniciado la marcha. Dave Attitudi es alguien que sabe dar dirección y sentido a sus pasos. No podía ser menos, con ese apellido. Junto a Julie Hex y Miss Chip forma Triple Hex, una banda de paramecios desgreñados donde no hay lugar para el detenimiento o la especulación, tan solo la intención afilada de rasgar oídos con guitarras enhiestas, baterías trogloditas y un órgano eléctrico. Texto

Albert Fernández

P

or eso no hace falta explicar su tercer disco, “Triple Hex” (Thigh High, 11), pero sí escucharlo. Es viejo rock’n’roll aderezado con blues. Algo grave y contundente, melodías de media sonrisa dibujadas por gente que no sabe estarse quieta, que baila a la huida. Desde el primer acorde de “Gotta move”, sentí la compulsión de emborracharme, con tal de encajar en esa especie de aliento directo y desgastado de vuestras canciones, unas melodías que significan mucho ahora, pero al tiempo recuperan el rock’n’roll puro y sin concesiones de otros tiempos, con un puñetazo de música concisa y atenta. Así que imagino que la pregunta sería, ¿estabais borrachos mientras grababais estas canciones? No, no se consumió alcohol mientras se escribían estas canciones. Su combustible fue más bien la cafeína (y algo de hierba). Es duro escribir sobrio, y diría que requiere mucha más concentración. Pero escribimos canciones con cierta imprudencia, algo con lo que bailar y fiestear. Queremos que nuestras canciones consigan hacerte sentir vivo, que te dejes llevar. Siguiendo la misma senda etílica, ¿podríamos decir que vuestra música es tan sincera como un borracho hablando? No hay restos de mentira, premeditación o gestos sofisticados en lo que hacéis. Cada canción dura cuanto debe, el coro se repite a vuestro antojo, tantas veces como haga falta, y el sonido varía de suave a áspero, en consonancia con el alma de cada canción… Bueno, ¡gracias! Creo que eso describe exactamente quiénes somos y lo que hacemos. No tratamos de moldear cierto estilo o sonido, simplemente escribimos desde el corazón y las entrañas. Resulte la canción que resulte. Sin pretensión, sólo el simple fluir de idea y sentimiento. Gasto mucho tiempo trabajando en la estructura de las canciones, con tal de asegurarme de que no son más largas de lo que debieran. Es fácil decir que lo vuestro recuerda a Stooges o a Cramps. ¿Créeis que vivimos un momento en el que esta suerte de retro-garage-rock está siendo proscrito, y sobrevive para la adoración de unos pocos, o pasa que esta onda vuelve con fuerza, consiguiendo más seguidores cada día? ¿Cuáles son vuestros lazos personales con esta tradición musical? Parece que el garage-rock tiene sus más y sus menos con la popularidad. La gente nos considera garage-rock, y creo que de alguna manera lo somos, pero yo suelo decir que simplemente somos una banda de rock’n’roll. Toco la guitarra, nos gusta

meterle caña, y eso es el rock para mí. Las raíces de Triple Hex se encuentran, para empezar, en todas las bandas de Nueva York: The New York Dolls, The Ramones, Heartbreakers, Shangri-Las, The Ronettes, Elle Greenwich, Velvet Underground... Añádele a eso algo de viejo blues como Slim Harpo, John Lee Hooker o Howlin’ Wolf. ¡Ah!, y también algo de Jimi Hendrix. ¿Cuál es el ancla para vuestro sonido? ¿Encontráis primero un riff de guitarra, la línea melódica de la voz, o viene todo junto, atronando? Suele ser un riff de guitarra. A veces acompañado de algún ritmo, y a partir de eso empezamos a trabajar. Me gusta pensar que todas las partes se combinan para dar forma a nuestro sonido, pero como escribo desde la guitarra, diría que probablemente ella es el ancla. Suele considerarse como una ventaja para una banda el hecho de ser un trío, como si el flujo de ideas fuera más rápido o natural que cuando se involucra un mayor número de gente. ¿Es así en Triple Hex? ¿Se da un buen equilibrio en la formación de dos chicas y un chico? Sí, creo que un trío es la mejor formación para hacer música. Además, nos llamamos Triple Hex, así que no podríamos añadir otro miembro ni aunque quisiéramos. Quadruplet Hex no suena tan bien. Esto va a quedar obvio, pero debo preguntarlo, ¿cómo fue la grabación con Matt VertaRay, mano derecha de Jon Spencer en Heavy Trash? ¡Grabar con Matt fue genial! Julie y él vivieron en el mismo barrio durante mucho tiempo. Así que le preguntamos si nos produciría. De él he aprendido a no repensar las cosas demasiado en el estudio, sino hacer lo que parezca natural. En algunas canciones, como “Driving”, “Gotta move” o “Night train baby”, se da un sentimiento de vagabundeo vital. ¿Os identificáis con la idea de trascender con el viaje?, ¿es este disco una odisea por los estados mentales de América? Sin duda, sufro un permanente anhelo por el viaje, y adoro vagabundear. Nunca estoy contento en un sitio. Si hay un humor o una textura común en todas las canciones, es sin duda la noche. Soy una criatura nocturna, escribo canciones de medianoche a las 6 de la mañana. Noche y ansias de conocer mundo, eso es el disco. www.myspace.com/triplehex


026/027

report The Drums / Connan Mockasin

THE DRUMS POCO MÁS VIEJOS, MUCHO MÁS SABIOS

Hace un año, The Drums irrumpían en el panorama musical con un debut en largo que los alzaba como el hype del momento. Recorrieron los festivales y las salas de medio mundo, tuvieron cientos de revistas con sus caras en portada y, claro, la presión pudo con ellos. Concretamente, con el guitarrista Adam Kessler. Ahora en formato trío, vuelven con un disco más maduro y sombrío, donde las soleadas melodías surferas dejan paso a unas composiciones más cercanas al dream-pop cabizbajo y noventero. Eso sí, su frontman, Jonathan Pierce, sigue siendo un cachondo. Texto

Virginia Arroyo

S

ólo ha pasado un año desde que lanzasteis vuestro debut (“The Drums”). ¿De dónde habéis sacado el tiempo para girar por medio mundo, escribir nuevas canciones y grabarlas? En realidad no lo hemos hecho, hemos contratado a alguien para que hiciera el disco por nosotros (risas). No, en serio, supongo que es el resultado de una total y absoluta locura. Al día siguiente de que Adam (Kessler) dejara la banda el año pasado, hicimos la primera canción de “Portamento” (V2 / Coop, 11), “What you were”. Sin su marcha probablemente no habríamos hecho tan rápido el disco. Hemos crecido mucho en sólo un año, en gran medida debido a esa sensación de urgencia. Además, cuando salió el primer álbum ya hacía 6 meses que el disco estaba acabado, de modo que ya no nos sentíamos demasiado unidos a esas canciones, y no hay nada peor que tocar temas con los que no conectas. Por eso queríamos tener pronto nuevo material que indicara dónde nos encontramos como individuos y como banda.

en la segunda parte, cuando el disco se va volviendo cada vez más oscuro. Vamos, que no quiero saber cómo será el tercer disco. Y eso si llega, que igual nos hemos suicidado (Risas).

¿Y en qué punto estáis? Porque efectivamente en el disco se refleja una importante evolución en vuestro sonido. Se siguen notando las influencias surferas (“Days”, “Money”), pero ahora vuestra forma de hacer pop es mucho más cercana al dreampop de los 90. El sonido evoluciona porque principalmente lo hemos hecho nosotros como personas y como conjunto de personas. Hace tres años de nuestro primer concierto y no hemos parado de trabajar desde entonces. Tu vida cambia, estás con los otros tres componentes de la banda constantemente… Y es genial poder estar a todas horas juntos, pero a la vez da miedo porque los quiero más que a nadie en este mundo y cuando te embarcas en un proyecto con amigos… puede ser desastroso. Y de esto nos hemos dado cuenta de una forma muy real: casi rompemos como 3 o 4 veces. Somos muy extremos y muy pasionales, y creo que todas esas emociones se han traducido en las canciones del disco. Por otro lado, hemos aprendido mucho en este tiempo. Yo, por ejemplo, he llegado a un punto en que empiezo a saber quién soy y qué creo de la vida y de la muerte y de todo lo que hay entre medio. El primer disco estaba tan centrado en la estructura de los temas, que a veces esa misma estructura me impedía convertirlas en algo realmente personal. En el nuevo disco, por el contrario, hemos dejado que respiren y han salido más comunicativas, directas y personales.

De hecho, hace unas semanas, cuando todavía no se sabía el título del álbum y no se había escuchado ningún tema, generasteis un montón de buzz posteando un misterioso vídeo con la palabra “portamento” y con un pequeño fragmento musical que dejó descolocada a mucha gente… Bueno, estábamos muy emocionados con este disco y teníamos muchísimas ganas de poder compartirlo. Y creo que la idea del vídeo pegaba mucho porque este álbum es mucho más misterioso y el tema que se oye resume muy bien el estado de ánimo de “Portamento”. Además, como dices, nos divierta despistar y que alguno se pensara que ahora íbamos a sonar como Kraftwerk (Risas). Queremos ser consistentes y coherentes, pero no predecibles, y otra cancion sobre el océano o la playa hubiera sido muy previsible y tampoco nos hubiera salido de manera natural.

Y también bastante más oscuras y maduras, ¿no? La primera parte de “Portamento” no lo es tanto, pero sí, creo que el desmoronamiento de nuestra relación ha influido

¤ The Drums tocarán en el Heineken Music Selector el próximo día 1 de septiembre en el Teatro Circo Price de Madrid.

Aparte de este crecimiento personal, ¿ha habido algún cambio en la música que escucháis que se haya filtrado de algún modo en este pequeño giro estilístico? Siempre nos han gustado las mismas cosas, sólo va variando la relevancia que va adquiriendo cada influencia. En el primer disco estábamos escuchando más las Shangri-Las y las Supremes, mientras que últimamente hemos vuelto a nuestras raíces, que están en la electrónica y en gente como por ejemplo Wendy Carlos. Por eso este disco a medida que va avanzando es más sintético. Me pregunto si el próximo será puramente electrónico…

Oye, ¿y por qué la palabra portamento? ¿Por qué habéis llamado así al disco? ¿Habéis utilizado mucho glissando? Bueno, es que para nosotros tiene un significado especial, más allá del estrictamente musical, del glissando. Para nosotros es el viaje de una cosa a otra cosa (ya no sólo de una nota a otra). Encapsula bien el momento en el que estamos tras un año de transformación. www.myspace.com/thedrumsforever


CONNAN MOCKASIN LOS DÍAS DISTINTOS

Cuando escuchas cierta música, las personas, incluso las que hacen esa música, pierden relevancia. Pero hay ocasiones en los que la conjunción del ser humano y su arte hacen que todo cobre otra dimensión. Connan Mockasin es una banda de un solo hombre, un individuo dulce y extrañado que proviene de un lugar tan particular como Te Awanga, Nueva Zelanda. Sólo una sonda abisal es capaz de medir la profundidad de su nuevo disco, “Forever dolphin love” (Because Music / Karonte, 11), una navegación sin igual por los reinos de la más espléndida psicodelia. Texto

Albert Fernández

C

onnan Hosford jura que desde pequeño aprendió a tocar, e incluso se vanagloria de un tema que grabó a los cinco años. Como si en parte nunca hubiera crecido, nuestra conversación se va adornando con una infantil alternancia entre la duda y la gran determinación, a través de peculiares respuestas, llevadas por el leve tartamudeo de quien gasta un humor diferente, alguien para quien no todas las mañanas son iguales. Hace un tiempo, este músico tenía una banda, Connan And The Mockasins. Las cosas les iban decentemente bien; en los conciertos Connan salía bien presentado, con sus pantalones de pinza y una autoharpa, pero el resto se disfrazaba de gallina y cosas similares. Así que en algún punto se rompió un nervio, y desde entonces firma en solitario como Connan Mockasin. Ahora es él quien se disfraza, y sus videoclips suelen consistir en cabezas de cartón, niños saltando, maquillajes escalofriantes y tiesas pelucas. A grandes rasgos, diríamos que es un genio. Tal vez por eso sólo él podría resolver la incógnita de por qué “Forever dolphin love” es de alguna manera una revisión de su anterior disco “Please turn me into the snat” (Phantasy, 10), conjuntado con un segundo disco en directo, “Forever dolphin live”. “Bueno, básicamente el disco apareció con una pequeña tirada en Reino Unido, así que, pasado un año, en el momento de ser editado para el resto del mundo, una de las primeras cosas que pensé es que quería cambiar el título. No me gustaba, así que me pareció una buena oportunidad para cambiarlo (risas). Fue así de simple, el resto vino como consecuencia”. Es de intuir que pronto aparecerán nuevas canciones del artista, dado que la parte de estudio no ha cambiado en este disco, y que la grabación se dio hace algún tiempo. “Sí, ya hace un par de años que grabe el álbum. Lo hice porque mi madre me dijo que grabara, que hiciera algo, porque no hacía nada (risas). No tenía dónde grabar ni maquinaria para llevarlo a cabo, y nadie quería escuchar lo que yo hacía, de manera que no sentí ninguna presión. Planteé un esquema de cómo debía ser el disco, y de repente apareció Eron Alkan con su sorprendente versión del tema que da título al disco. Entonces todo cobró otras dimensiones”. Sobre Connan se pueden

escuchar todo tipo de historias barrocas, como que para grabar el primer disco junto a su anterior banda, Connan And The Mockasins, decidió encerrarse en una casa encantada, y que su nuevo disco posee tantas reminiscencias porque tuvo lugar en un viejo estudio de los sesenta. “Nooo, el disco se grabó sobre todo en casa de mis padres. Mmmm, lo cierto es que el anterior sí se grabó en una casa encantada, tal vez por eso regresé a la de mis padres (risas). Pero no ha habido estudios, en absoluto”. De ahí, lo lógico sería indagar qué sucedió con su anterior formación, si los Mockasins se desbandaron o simplemente se trata de un paréntesis temporal. Nadie lo hubiera dicho un minuto antes, pero de repente Connan se encrespa con el asunto. “No hay demasiado que explicar. Éramos un trío, una banda de mierda. Era mi proyecto, pero no iba del todo bien, por lo que tuve que finalizarlo y seguir mi camino. ¿Eso tiene sentido? Lo cierto es que en aquellos tiempos me sentía expectante por llevar algo adelante sin tener a alguien diciéndome qué hacer a cada rato. La verdad es que había un personaje cargante en la banda, al que no pude soportar más, sólo eso”. Entonces, esta es una obra de aislamiento, verdaderamente de músico solitario. “Sí, básicamente volví a empezar por el principio. Grabé las cuerdas y algunas baterías, pero por supuesto necesité ayuda con algunos teclados, trompetas y voces. ¡De lo contrario, no hubiera logrado que sonara así! Quería que el disco durara 36 minutos, y grabarlo sin prisas, pero en el orden preciso del cancionero. Es una especie de función, más que un disco”. Sobre estas canciones, sorprende que al tiempo parecen no tener un patrón definido, pero de alguna manera responden a un crecimiento, un tempo interno que progresa hasta marcar inflexiones. Los diez minutos de la canción que da título al disco se vuelven adictivos y definitivos, pero hacen pensar en una miríada de posibilidades para cada melodía, un multiverso de canciones. “Lo cierto es que no medité demasiado sobre los caminos a seguir. Era más bien cómo tratar de atrapar sueños, sedimentar la idea, la imagen de cómo has imaginado cada canción”. www.myspace.com/connanmockasin


028/029

report Junior Boys

JUNIOR BOYS EN LOS EXTREMOS Muchos los daban por perdidos tras el incomprendido “Begone dull care” (09) pero, sólo dos años más tarde, Junior Boys vuelven más fuertes, más maduros y más extremos que nunca. En “It’s all true” (Domino / Pias, 11) el dúo canadiense igual se casca un baladón épico de llorar abrazado a la almohada que te descoyunta la cadera poniendo patas arriba la pista de baile. Y por el camino flipan con Orson Welles y con la música tradicional china. Así son los nuevos Junior Boys.


Texto Foto

Virginia Arroyo Saccenti & Glauer

E

l pasado verano no fue un buen momento para Jeremy Greenspan. Él prefiere no ahondar en el tema, pero en este bache tuvo mucho que ver la clásica crisis de los treinta y pico. “Creo que ha quedado reflejado en las canciones de este nuevo disco, especialmente en las letras”, apunta el vocalista de Junior Boys. “Son letras sobre esta edad en la que estoy en que te empiezas a dar cuenta de que ya no eres un niño, de que muchas de las cosas que te gustan o se te daban bien antes ya no te apetecen, la sensación de estar haciéndote mayor pero no serlo aún del todo. En nuestros anteriores discos hablábamos más de una inquietud y una confusión más adolescente. Nuestra confusión es ahora más madura, como nosotros”. Tampoco ayudó la injusta mala recepción (sobre todo a nivel de prensa) del último álbum del dúo, “Begone dull care”, lanzado el año anterior. Por suerte, Jeremy encontró alguien en quien apoyarse para seguir adelante, en (ojo al dato) Orson Welles. “Siempre lo he considerado un tipo muy interesante, como persona y como cineasta. Y lo más curioso es que en muchas de sus películas los protagonistas se parecen descaradamente a él en algunos aspectos. Por ejemplo, en ‘Ciudadano Kane’ y ‘The magnificent Ambersons’ (“El cuarto mandamiento”) presenta a personajes jóvenes y prometedores que creen que se van a comer el mundo, pero cuya confianza se va desinflando como un globo, poco a poco. Su vida fue un poco así, siempre había tenido mucha confianza y una alta noción de sí mismo pero poco a poco la fue perdiendo al enfrentarse al mundo. Tenía que luchar contra una industria que no entendía y en la que sentía que no encajaba. Yo me sentí un poco así tras ‘Begone dull care’ y la historia de Orson Wells me dio mucha fuerza para no hundirme”. Fue entonces cuando el visionado de “F for Fake” (“Fraude”) del director de Wisconsin lo iluminó. “Ha sido posiblemente mi mayor influencia a la hora de hacer este disco, más que cualquier banda, canción o disco. Es un documental fantástico y profundiza mucho en los conceptos de autenticidad y autoría en el arte. Me llegué a obsesionar con el tema realmente. Me hizo reflexionar mucho sobre la crítica, el mercado y todos los agentes en la industria del arte en general y, en la parte que me toca, en la de la música. El hecho de que la música sea un negocio en ocasiones es un inconveniente porque lo convierte casi todo en cuestión de dinero, de ganancias y de pérdidas, de cosas que se pueden vender y cosas que no. Darme cuenta, ver esto expresado de una manera tan clara y precisa, me hizo reconocer todavía más el mérito de las cosas que no aspiran a ser vendidas en su concepción y acaban teniendo éxito”. Tanta reflexión, tanta crisis y madurez han hecho que este álbum supusiera posiblemente su mayor ejercicio de introspección. En “It’s all true” Junior Boys vuelven la vista a sus raíces R&B y las retoman con más fuerza que nunca en temas como “Playtime” o la fantástica y sensual “The reservoir”. “Es difícil juzgar la evolución de nuestra carrera desde dentro”, me confiesa la otra mitad del dúo, Matt Didemus. “Habría que verlo dentro de un tiempo, con perspectiva. En cualquier caso, sí que es cierto que muchos de los sonidos de este nuevo trabajo se emparentan con los de ‘Last exit’ y ‘So this is goodbye’. Supongo que, aunque el R&B siempre ha sido una influencia muy importante para los dos, en este disco hemos dejado que vuelva a salir a la superficie con fuerza”. Pero no ha sido éste el género que más han consumido durante la concepción y parto de este disco: “También hemos escuchado muchas otras cosas, sobre todo música rock de los 70. Hemos estado realmente obsesionados con 10CC”, explica Matt. “Pero no nos hemos centrado en eso a la hora de hacer el disco, sino más bien en probar muchas cosas e instrumentos dife-

rentes: africanos, percusión latina… Jeremy incluso grabó cosas desde China con instrumentos ancestrales de allí. Y es delicado intentar meter instrumentos tradicionales en la música pop, porque puede quedar como un pegote. Sin embargo, nosotros hemos intentado incorporarlos a nuestra propia paleta sonora, hacer que encajen, y creo que en conjunto el experimento ha resultado bastante bien”. Tras haber escuchado varias veces el álbum, hay algo que falta, una pieza imprescindible que no se ha mencionado y que es la que hace que la imagen completa de este puzzle sea tan resultona, ¿qué hay de la música de baile? “¡Claro! No te pienses que nos hemos olvidado de ella, también hemos estado escuchando mucho house y mucho techno. Es también parte de lo que somos”. Eso es, ahí Matt ha dado en el clavo. Los Junior Boys de “It’s all true” son todo lo que ha mencionado: sentimiento y profundidad R&B , sensibilidad y melodía pop y una visión muy pausada y personal de la música de baile. El resultado es una deliciosa electrónica de cámara, un compendio de melodías preciosas e irresistibles y beats que en un universo paralelo son rompepistas pero que en éste suenan a terciopelo, a paz, a armonía y a cerrar la puerta de la habitación y bailar a solas contoneando los hombros. Pero no confundan este universo de calidez y de madurez con aburrimiento o depresión. Todo lo contrario, “It’s all true” es un disco upbeat como él solo y sobre todo muy extremo. Podemos encontrar en él chutes de morfina como “Playtime” pero también la que probablemente sea la canción más pistera de toda la carrera del dúo, “Banana ripple”, el TEMA-ZO del disco, así, en mayúsculas y silabeado. “Sí, estoy totalmente de acuerdo, es nuestro disco más extremo”, admite Matt. “Aunque no ha sido un esfuerzo consciente, la verdad. Nos dimos cuenta de ello sobre todo al escucharlo una vez acabado, vimos que tenía más temas popero-dancefloor y temas mucho más tristes y totalmente antidancefloor, mientras que antes siempre nos habíamos movido en un terreno intermedio”. El hit que despunta y más se sale de este terreno intermedio es el que habíamos comentado, “Banana ripple”, el primer single y tema que cierra el disco: pop de melodía contagiosa, de estribillo perfecto, de ritmo noventas, de vocación discotequera y de rebobinar y volver a darle al play mil y una veces hasta que el latido del tiempo se detenga para siempre. Y todo ello en casi diez minutazos en los que cada segundo, cada nota, cada beat es esencial; en los que no sobra nada, en los que todo suma y convierte al tema en una odisea de pop electrónico que se sitúa desde ya entre los mejores temas del año. “La canción es sobre la locura, sobre empezar perdiendo la autoconfianza y acabar perdiendo la cabeza. Tenía que ser una odisea, tenía que ser algo largo y que pareciera totalmente fuera de control. Y de hecho está fuera de control: a medida que avanzaba en la confección de la canción iba añadiendo cosas y más cosas y al final perdimos la noción de lo que queríamos hacer realmente. Pero supongo que de eso se trataba, al fin y al cabo”. De todas formas, teniendo en cuenta la duración habitual de los temas de Junior Boys y dejando de lado este fantástico y larguísimo tema pop, lo que resulta si cabe más sorprendente es que algunos tracks como “Itchy fingers”, “Playtime” o “The reservoir” apenas superen los cuatro minutos. Jeremy admite que ése era uno de sus objetivos. “Creo que la duración de las canciones siempre se me va un poco. Me dejo llevar, me alargo y no soy capaz de cortarlas. Así que para este disco he intentado frenarme un poco en algunos casos y dejarlas en su mínima expresión”. La odisea versus la contención, la sensualidad frente a lo bailable, la calma y la diversión: los extremos se tocan en este disco que se postula como una de las joyitas del año. www.myspace.com/juniorboys


030/031

report Diskjokke / Azari & III

FLEMÁTICO

DISKJOKKE Joachim Dyrdahl se ha convertido por méritos propios en uno de los valores más seguros de la escena electrónica noruega, junto con pesos pesados como Prins Thomas y Lindstrøm. Con su reciente publicación, “Sagara”, pega un portazo momentáneo al space disco que tanto le ha catapultado a la liga de los mejores para producir un bellísimo y ensoñador trabajo de tintes ambient. Texto Foto

Alberto Vidal Stian Andersen

S

on las 5 de la tarde de un poco caluroso día de julio en Barcelona, cuando al otro lado el teléfono se prodiga un flemático Diskjokke para darme una gélida bienvenida. “Estaba trabajando en mi próxima sesión, ¿sabes?”, informa el noruego capaz de infiltrar su space disco con aromas de house, dub, italo disco y funk en las mejores pistas de baile europeas. Sin ánimo de molestar, intentamos indagar qué se le ha pasado por su cabeza a la hora de componer los hermosos paisajes sonoros de “Sagara” (Smalltown Supersound, 11), su último y tan ambiental trabajo que le acerca por momentos a su compatriota Biosphere. “Bueno, sé que la gente no esperaba esto, pero todo nace de intentar hacer algo nuevo con mis producciones. La cosa empezó como un viaje de enriquecimiento personal y poco a poco se fue transformando en un interés creciente en la cultura musical de la región. Digamos que es la razón que me ha movido a crear este disco. Estuve tres semanas en las islas de Java y Bali en una especie de academia grabando instrumentos y jam sesions de unos músicos autóctonos (la banda llamada Sambasunda) y a la vez también grababa sonidos de ambiente. Yo no toqué casi nada, solamente estuve ahí observando cómo manipulaban el gamelán, intentando comprender como podría acoplar los sonidos a mi música”, informa un Joachim en un tono agradable. Resulta de capital importancia conocer la pieza que hace funcionar todo el engranaje del álbum: el gamelán, un instrumento folclórico musulmán muy utilizado en Indonesia. Diskjokke quedó prendando del poderío del mismo en su visita al país asiático. “Efectivamente, mi principal inspiración está en el gamelán”, nos descubre Joachim, “que aprendí un poco a tocarlo con un compañero de viaje australiano. Fue una experiencia increíble, difícil de explicar con palabras”. Tan importante como conocer el instrumento es también no caer en la ignorancia que estamos ante un álbum techno de música hecha con gamelán. Nada más lejos de la realidad, ya que prácticamente no se aprecia el instrumento a lo largo de los 35 minutos del disco. “No quería que apareciera claramente por sí mismo. Intentaba mostrar cómo fui influenciado por éste,

sin la intención de que sonara en primer plano. Algo que concuerda con mi manera de trabajar en el estudio: intentar acoplar todo lo absorbido de mis experiencias, como por ejemplo jugar con los sonidos más armónicos o arrítmicos que proporciona el gamelán”, aclara el noruego. Una vez encerrado en su estudio hogareño desde el cual me habla y con todos las ideas coleccionadas encima de la mesa, Joachim se dispuso a crear el precioso rompecabezas ambiental. En vez de construir un nuevo álbum para ser bailado —todavía retumba en nuestros oídos su disco del pasado año “En fin tid”—, vomita sus experiencias adquiridas en el mejor de las vertientes ambient de antaño. “Hice el disco en varias sesiones. En cuanto me inspiraba me sentaba y producía. Cuando hago música dance, está claro que estoy forzado a hacer una estructura entendible, ya que lógicamente no podría ser bailable. Aquí intenté no hacer nada predecible, pero sí confortable. Entonces me centré en crear paisajes sonoros sin pensar en una estructura. Fue algo difícil al principio porque estaba acostumbrando al dance, pero al final resultó muy placentero cuando le cogí el truco”, desvela el artista. Si algo por suerte no ha cambiado es el elemento cósmico siempre presente en las obras de la bendita generación noruega de space disco, tal y como apunta: “Sí, la verdad es que me gusta que en todo mi entorno todos hagan música parecida a la mía, creo que esta oda al space disco es muy sana y contiene mucha personalidad”. ¿Existe entonces una escena noruega abrazada por el excelente sello Smalltown Supersound? Joachim se ríe y comenta que “sí, la verdad es que puedes hacer lo que quieras, existe una total libertad en el sello. Cierto es también que hay homogeneidad en cuanto al space disco, pero no sabría decirte si es una escena. Todo el mundo está muy activo por aquí, incluso por el indie o el avantgarde. Todo cambia muy rápido. Ahora mismo yo por ejemplo me estoy metiendo más en la música house (me enseña un sampler de lo que estaba pinchando en ese momento subiendo el volumen a todo trapo), pero es sólo por prepararme para mis próximas sesiones”. www.myspace.com/diskjokke


AZARI & III FILTROS DE AMBICIÓN

Más allá de su habilidad para mezclar house de vieja escuela, synth pop y disco enfebrecido; más allá de su capacidad para tomar al asalto los clubes de medio mundo con una fórmula tan evidente como efectiva; más allá de todas esas características, que convierten al cuarteto canadiense en el mejor ejemplo de la explosión disco que lleva un par de temporadas dominando el mercado, lo más asombroso de Azari & III consiste en su ambición: quieren comerse el mundo, y tienen claro que la clave para conseguir su objetivo reside en (ejem) la esfera indie. Texto

Vidal Romero

E

l propio Dinamo Azari lo reconoce abiertamente: “hemos sacado el disco con Loose Lips porque queremos triunfar entre el público indie”, cuando le pregunto por qué han rechazado ofertas de sellos como Permanent Vacation o Turbo, mucho más afines a su sonido, para publicar "Azari & III" (Loose Lips / Coop, 11). "No me malinterpretes", prosigue, "es un honor que gente tan interesante quiera trabajar con nosotros, pero tenemos la sensación de que ya hemos tocado techo en el mercado del techno y de que debemos dirigirnos hacia otros nichos; hacia el público indie, que es mucho más numeroso y fiel". Y ahí es precisamente donde entra Loose Lips, la recién creada división discográfica de una poderosa agencia de management londinense, Machine Management, entre cuyos clientes se pueden encontrar nombres como los de Friendly Fires, Mika o Goldfrapp, exactamente el perfil de artista (respetado en el mundo de los clubes, pero también en el de las radios universitarias) al que quiere plegarse este cuarteto canadiense. Los miembros de Azari & III me cuentan todo esto sin ni siquiera pestañear, arracimados alrededor de mi grabadora en la pequeña terraza de su hotel en Barcelona, mientras se lamentan porque su tardía prueba de sonido (tocan esa misma noche en Razzmatazz) les impide acercarse al Sónar para el concierto de The Human League, “uno de nuestras bandas favoritas y un modelo a seguir”, según reconoce Alixander III. Nada de lo que sorprenderse. Alixander y Azari, productores y mentes creativas del invento, decidieron comenzar a trabajar juntos hace unos años, tras descubrir que compartían la afición por el house clásico y por los cacharros analógicos. De hecho, según reconoce el segundo, "nuestro sonido es en gran medida consecuencia del equipo que utilizamos". Y el equipo que utilizan es consecuencia, a su vez, de la música que les marcó cuando eran jóvenes: EBM, synth pop, acid primitivo, electro, industrial y, en fin, toda la música electrónica que se publicó entre finales de los ochenta y los primeros noventa. "Por eso no nos gusta que nos cataloguen como house", advierte, "porque en realidad hay muchas más cosas que nos interesan a la hora de producir". "De hecho", prosigue Alixander, "siempre intentamos añadir un cierto componente pop a nuestros temas. Trabajamos mucho

las melodías porque no queremos que nuestras canciones sirvan únicamente para la pista de baile. Queremos que la gente se las ponga en casa o en el coche, que las disfrute ahora y que las siga disfrutando dentro de diez o quince años". Algo que, según apunta Cedric (aka Starving Yet Ful), uno de los dos vocalistas de la banda, "hemos cuidado de manera particular en el disco, y también en nuestro nuevo espectáculo. Antes viajaban sólo Azari y Alixander, pero ahora también vamos Fritz y yo, y para darle más color al espectáculo no nos limitamos a cantar, sino que cada uno lleva su particular set de percusión". Es decir, lo mismo que hace Yelle (ah, querida, cuánto daño has hecho), pero en versión diva lánguida. Y es que Cedric tiene mucho que ver con esa filiación house que tanto parece molestarles ahora. Suya es esa irresistible voz de diva, que añade un poderoso componente adhesivo a los temas de Azari III, y que resulta fundamental a la hora de explicar el éxito de "Hungry for the power" y "Reckless (with your love)", los dos temas que lanzaron a la banda hacia la gloria. Temas que, por cierto, también están incluidos en "Azari & III" porque, según Alixander "aunque en los clubes de techno son viejos conocidos, existe un público muy amplio que todavía no las conoce". Cosa sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta la innumerable cantidad de remezclas que existen de, por ejemplo, "Reckless (with your love)". Claro que la actual política de remezclas tampoco hace demasiada gracia a los chicos. “Se supone que las remezclas deberían servir para potenciar el éxito de un tema, para aumentar su periodo de vida en los clubes”, explica Azari, “pero entre las remezclas oficiales y la infinidad de edits que circulan por internet, hemos llegado a un punto en el que resulta casi imposible escuchar la versión original de un tema cuando vas a un club. Y eso, como artista, puede resultar muy frustrante”. "Es algo que no sucede en los clubes indies", prosigue Alixander, "donde suelen ser mucho más respetuosos con este asunto, posiblemente porque a los DJs no les preocupa demostrar que están a la última. Lo que les interesa es que el público baile, grite y se lo pase bien. Y nos parece fantástico", concluye, "porque ese es también nuestro objetivo". www.myspace.com/azariandiii


032/033

report Bill Wells & Aidan Moffat / Marcus Doo & The Secret Family

VIEJOS AMIGOS

BILL WELLS & AIDAN MOFFAT El paso de los años no sólo da quebraderos de cabeza, sino que también contribuye positivamente a fortalecer la experiencia. Con Arab Strap muerto y enterrado, la unión profesional entre Bill Wells y Aidan Moffat es lo mejor que les podía pasar a ambos. “Everything is getting older” (Chemikal Underground / ¡Pop Stock!, 11) es un inspirado fruto de la madurez que sintetiza pop, jazz y sutiles pinceladas de música de cámara que decoran unos textos, los de Moffat, siempre entre el arrebato confesional y la comedia negra. Texto

Matías Bosch

G

racias a una excelente labor de promocional, consigo acceder a conversar con los dos artífices de “Everything is getting older”. Eso sí, en dos llamadas, en primer lugar Aidan y después Bill. El resultado fueron más de 35 minutos de declaraciones. He aquí su contraste. AIDAN MOFFAT. (VOCALES, LETRAS)

¿Cuáles son tus memorias de la primera colaboración con Bill? Hace cosa de ocho años, en la gira de “Monday at The Hug & Pint” Bill tocaba el piano con nosotros junto a Arab Strap. Un día me preguntó si podía añadir vocales en uno de sus temas que estaba previsto aparecer como single. ¿Estaban tus textos preconcebidos para llevar música? En este caso no. No comencé a escribir hasta que no me llegó la música. La inspiración vino directamente tras las escuchas de las maquetas de Bill y simplemente escribí sobre lo que me hacía sentir. Previamente tenía algunas notas preparadas, pero nada preciso. En “Ballad of the bastard” hay mucho resentimiento, como en muchas de las letras que escribiste junto a Arab Strap. ¿Has utilizado alguna vez tus letras como una represalia? No creo que la venganza sea un arma efectiva en la música. Me hace sentir bien escribir sobre cosas del pasado con la intención de captar gente que alguna vez se hayan sentido de una manera similar. Las personas sobre las que hablo en las canciones no significan nada para mi, me preocupo más por el feeling que las letras puedan transmitir. ¿Sigue vigente tu relación profesional junto a Malcom Middleton? Por supuesto, Malcom y yo seguimos viéndonos y quizás volvamos a colaborar juntos pronto, pero nunca más como Arab Strap. Arab Strap está definitivamente muerto. Formó parte de una etapa de nuestras vidas a la que no tendría sentido volver. BILL WELLS (MÚSICA)

¿Cuáles son tus memorias de la primera colaboración con Aidan? Inicialmente le envié una demo de una canción que estaba componiendo y me sorprendió mucho

porque al cabo de unos días Aidan apareció con “If you keep me in your heart” acabada. Después de eso decidimos descubrir cuál sería la mejor manera de trabajar juntos, ya que al principio yo mismo grababa y mezclaba los temas, pero a él no le gustaba la idea de no poder participar en el proceso. Así que estaba claro que debíamos escoger un momento en el que pudiéramos estar juntos para hacerlo. Años después, Chemikal Underground jugó un papel muy importante porque fueron quienes nos propusieron entrar al estudio. A partir de ahí todo fue más fácil. A lo largo de esos ocho años hubo mucho tiempo durante el que no nos dedicamos al disco. La mayor parte del trabajo la hicimos en los últimos tres años. Nos costó mucho empezar, pero cuando lo hicimos, funcionó muy bien. ¿Sueles componer música con el propósito de que se combine con textos? De alguna manera suelo imaginar cómo podrían quedar algunas de mis composiciones instrumentales junto a una letra. En alguna ocasión lo he hecho yo mismo, no como un resultado final, pero sí para probar que puedo hacerlo. Obviamente en este caso es diferente, porque yo le entregaba la música a Aidan y él volvía con las letras. Así es como funcionamos durante la mayor parte del tiempo que compusimos el álbum. Tanto el diseño de portada del disco como su título, letras y música parecen inspirados en el paso del tiempo. ¿Puede entenderse vuestro trabajo como un disco conceptual sobre la vejez? Yo creo que sí, podría entenderse fácilmente como un álbum conceptual. No es algo que nosotros mismos decidiésemos, sino que fue algo más perceptivo. Precisamente porque el disco no fue un producto instantáneo, sino que tuvieron que pasar muchos años para darnos cuenta de que teníamos material suficiente para grabar un disco. De ahí surgió la idea. ¿Cómo pensáis adaptar el disco al directo? De momento interpretamos los temas de una forma simplificada. Queremos que se parezca lo máximo al disco. Podría ser una combinación de viola-contrabajo y yo al piano, o piano-viola-trompeta... todavía no lo tenemos del todo claro. También nos gustaría contratar a un batería para algunos de los temas. www.myspace.com/aidanmoffatmusic


MARCUS DOO & THE SECRET FAMILY SENTIMIENTOS DESBORDADOS

Los que se alzaran con el triunfo en el Proyecto Demo 2010 —concurso de nuevos valores organizado entre Radio 3 y el FIB— tienen la virtud de pertenecer a un reducido grupo de artistas que demuestran poseer un amplio conocimiento musical, un excelente dominio instrumental y la madurez y sinceridad necesaria para que su debut, “The magpie returned the ring” (Lola Bourne, 11), deba ser reconocido como uno de los trabajos más destacables que se han publicado en nuestro país en los últimos años. Texto Foto

David Giménez Josefina Andrés

F

olk, rock, post–rock, americana. Éstas son algunas de las etiquetas que pueden asociarse a vuestras canciones. Supongo que hay algunas entonaciones americanas en la música, algunas estructuras y quizás algo en la forma de tocar, pero siendo honesto, en lo que se refiere a mi estilo con la guitarra acústica aprendí, sobre todo, de escuchar el estilo ‘finger-picking’ británico: Hamish Imlach, Archie Fischer, Bert Yanch. Suelo tocar con tres dedos, estilo ‘claw-hand’, que es similar al estilo del banjo. No se me da demasiado bien hacerlo a lo ‘flat-picking’. Supongo que hay muchas influencias americanas también, pero siento que los temas, musical y líricamente, son más británicos que americanos. De cualquier forma, digo esto a título personal, porque somos una banda multinacional y realmente no sabemos de ni de dónde somos...excepto aquí y ahora. Los acordes folk que abren “Lion”, primer corte del álbum, dan paso a una descarga eléctrica que muestra un común denominador en la mayoría de las composiciones Marcus Doo & The Secret Family: la intensidad. “Sarah-Anne” es una canción monumental, cuya fuerza real palpita amenazante hasta que el sonido de la armónica decide liberarla. Estamos ante un excelente álbum que, por momentos, templa la épica de algunos sentimientos (sin dejar por ello de alimentarlos) y que, en otras ocasiones, libera toda su potencia. ¿Dónde radica el epicentro de toda esa energía? Hay una necesidad, tanto en lo musical como en las letras, de ser honesto de un modo que no me resulta fácil ser en mi vida diaria. A veces creo que esa sinceridad está causada por la desesperación que proviene de la falta de la elocuencia. Quizás me equivoque, pero siempre está esa necesidad de hacer de estos sonidos, de estas palabras, algo con valor. Que lleven la carga de algo. No tocamos para mostrar lo bien que lo hacemos y no escribo para demostrar lo bien que lo hago. Eso sería cínico. El cinismo es la forma más perezosa y falta de creatividad de la expresión personal o social. Los cínicos siempre parecen saberlo

todo, tener la razón. Nunca dicen “no lo sé”. Así que, ¿dónde está la exploración?, ¿dónde el aprendizaje sin ego? Fui un cínico durante muchos años en Escocia. Siempre sentía que estaba mintiendo, que estaba perdiendo el tiempo. Creo que era así por que me faltaba el coraje de ponerme a mí mismo en la línea de tiro. Tenía miedo de no tener razón o no ser lo suficientemente bueno. Así que simplemente no ponía demasiado esfuerzo y si lo intentaba, entonces sonar inteligente me parecía más importante que ser honesto. Ya no vivo así. En el álbum, cuando digo “…the highland hills are like old mens teeth, an unrepentant flag of grief that never lets me go…”, no canto esto porque me parece algo guay, sino porque realmente lo siento (o quiero que el narrador de la canción lo sienta). Hablad de vuestras letras. Creo en el oficio de escribir letras porque puedes ser todo lo emocionalmente puro que desees pero si no hay arte, si no hay oficio, no le podrás llegar a nadie más. Hay una gran diferencia entre sentir algo y expresarlo a través de una canción. Parece una tontería pero, por ejemplo, nunca le he dicho a mis padres que les quiero. No sé por qué es tan difícil para mí, pero no lo he hecho. Les quiero, pero las palabras no salen de mi boca. Así que, cuando llaman desde Escocia y dicen “Te quiero”, yo siempre contesto “yo también”. Los espacios entre las palabras “Te quiero” y “yo también”, coloreados sólo por el crujido de la línea de teléfono, alguna respiración ocasional y el entendimiento que no se pone en palabras, son un ejemplo del peso que me gustaría poner en una canción. Una parte de mí quiere hacer música que la gente pueda bailar, algo a lo que respondan de manera natural, sin pretensiones ni chorradas, pero al mismo tiempo quiero que haya otra parte dentro de la canción que sea potente. A veces ese matiz puede ser muy sutil. Si podemos conseguirlo sin ser unos capullos pretenciosos, entonces hemos hecho bien nuestro oficio. www.myspace.com/marcusdoo


034/035

sello del mes Arctic Rodeo Recordings / Joshua

EL RUMBO DEL RUIDO

ARCTIC RODEO RECORDINGS Frank Georgiadis y Frederic Klemm conocen el beneficio inmediato de responder a las convicciones. Amigos cuyo primer y único lazo fue siempre la música, hace casi un lustro fundaron Arctic Rodeo Recordings, una discográfica de rock emocionado para el corazón de Europa. Sin cuartel general, pero sin excusas: mientras Frederic reside en Stuttgart, Frank responde a nuestras preguntas desde su hogar en Hamburgo. Las líneas de identidad de este sello se definen iluminando de nuevo lo que en su tiempo se dio en llamar movimiento emo, esto es, el hardcore melódico y sus más sentidas derivaciones, a través de artistas clásicos de la talla Ian Love, y de prometedoras incógnitas como Hoch / Tief. Texto Foto

Albert Fernández Billy Hicks

L

a de Arctic Rodeo Recordings, ¿es la historia de un par de amigos tratando de editar la mejor música con la que se topaban, o consiste más bien en el relato de un millón de bandas llamando a todas las puertas, con tal de encontrar un sello que llevara sus discos a la calle? Bueno, imagino que es un poco de ambas historias. Al principio tuvimos la idea de crear el sello, y como nadie más nos conocía, tuvimos que escoger los primeros lanzamientos de nuestro entorno. Pero la palabra no tardó en extenderse, y pronto fueron los artistas los que se pusieron en contacto. Imagino que fue de mucha ayuda el hecho de que nuestra primera referencia fuera el primer disco en solitario de Ian Love. Mucha gente conoce a Ian de tocar la guitarra en Rival Schools, además de llevar su propio estudio y colaborar con un montón de bandas. ¿Desde cuándo os conocéis Frederic y tú? ¿Es la música vuestro lazo principal? ¿Habéis tocado en alguna banda, o lo hacéis ahora? Ambos crecimos en Stuttgart. Creo que nos conocimos por primera vez en 1994 o 1995. Por entonces yo tocaba en una banda; Frederic tenía también la suya, y conocía a nuestro cantante. Empezamos a tocar juntos en algunos conciertos. Así que todo empezó con música, y siguió así cuando estuvimos tocando en la misma banda durante un par de años, cuando ambos vivíamos en Hamburgo hace cerca de diez años. Pero diría que nuestra amistad va algo más allá. Seguiría ahí incluso aunque no hubiera banda o sello que nos uniera. ¿Consideráis estos buenos tiempos para reforzar una idea? O dicho de otra manera, ¿hay que ser muy emo para editar música? Mmmmm. Interesante que la línea estilística parezca tan obvia. Para mí no lo es tanto y, honestamente, en realidad nunca tuvo ninguna importancia. Estoy de acuerdo en que muchos de los artistas pueden conectarse a la etiqueta emo, pero no tenemos una guía de estilo ni nada parecido. Los dos estamos muy abiertos a casi cualquier variedad musical, y

desde el principio acordamos que el criterio primordial para sacar algo era que nos gustara, no que sonara como esto o como aquello. Por supuesto, ambos estamos muy influenciados por la escena punk-rock, hardcore, emo, post-hardcore o como quieras llamarlo, y esos gustos se ven reflejados en el sello, pero hay muchas otras cosas que nos gustan. Así que si en Arctic Rodeo no se ha editado ahora un álbum de trashmetal es simplemente porque no hemos encontrado una oferta suficientemente buena para hacerlo. ¿Estáis inmersos en la línea estética de vuestros discos? Lo menciono porque detecto algunas similitudes en el ambiente de las portadas, la página web… Desde luego hay cierta estética que Arctic Rodeo representa. Pero tiene que ver más con la presentación del producto. Por ejemplo, nuestros vinilos siempre son coloreados, y escogemos los tonos en función del arte del disco. Para los CDs usamos fundas sin bandeja de plástico, se empaquetan a mano, y la descarga de MP3 se sirve en una pequeña funda similar a un vinilo. Hay más detalles, pero lo importante es tratar de mantenerse fiel a una imagen, aunque no seamos responsables del arte de cada disco. Son los artistas quienes deben sentirse satisfechos con el arte en primer lugar. Eso sí, hasta el momento hemos tenido suerte con el gusto de las bandas y los artistas que hemos editado. ¿Cuál es vuestro mayor orgullo, devolver a la escena bandas que significaron tanto para la causa emo como Chamberlain o Joshua, o descubrir nuevos artistas como Vs. Antelope? Siempre es emocionante trabajar con ‘viejos héroes’. Hasta cierto punto, fue su música la que nos motivó a hacer música y nos llevó a crear un sello. Pero también es emocionante permanecer alerta y encontrar algo nuevo que te levante del suelo, y entonces tratar de convencer a la gente para que se sienta igual de emocionado. Para nosotros, Arctic Rodeo es sobre todo una manera de poner en contacto a buenas bandas con la audiencia.


JOSHUA CARRETERAS DIVERGENTES

Por mucho que a uno le marquen el camino, o quizás precisamente por eso, siempre tendemos a dar el giro contrario. Diez años después de la presumible disolución de Joshua, su líder Dan Coutant se muestra turbado cuando se le sugiere que formó parte del estandarte emo de la década de los 90. Recogido en ensoñaciones de pop, Coutant ha reunido de nuevo a los miembros de Joshua bajo el seno de Arctic Rodeo, y el resultado son nueve canciones certeras y contagiosas. Él dirá que “Choices” no es hardcore melódico, pero suena como el vivo emo de siempre; tal vez las ideas estén más reposadas, pero el corazón sigue igual de combativo. Texto

Albert Fernández

C

on el sol golpeando mi frente durante todo el verano, “Choices” (Arctic Rodeo Recordings, 11) ha estado en mi estéreo, sonando en el coche, o emergiendo entre los crujidos de lata desde el ordenador. Y creo que al final entendí el tono y el sentimiento: lo cálido afuera, mientras el frío se cuela bien adentro. Tras todo este tiempo, ¿os habéis vuelto expertos en emociones? Es difícil decir en qué nos hemos convertido, porque se han dado pausas muy largas entre los discos, ahora somos personas diferentes y una banda diferente. Este disco tiene un recorrido más pop, porque ese es el material en el que me encuentro sumergido estos días.

A lo largo del resto del disco, sentimos la melodía como ancla básica de vuestro sonido. Hay tiempo para crescendos de tensión, solos de guitarras resplandecientes y algún hiato cuesta abajo, pero siempre hay un claro sendero de cuerdas que sirve un destino concreto. ¿Se da esa intención de darle dirección y sentido a las canciones? Realmente, no. Para mí, escribir música es un proceso orgánico, pongo sobre el papel lo que emerge de manera natural. No pienso demasiado, en cierto modo las canciones se escriben a sí mismas. Pruebo una parte de guitarra que me gusta, y escucho una melodía vocal en mi cabeza. Y de ahí, la música me guía.

¿Cómo decidisteis reuniros de nuevo? Después de estos años, ¿créeis que encontraréis a los viejos seguidores, o nuevas orejas? Al fin y al cabo, “Choices” parece una buena bienvenida para recién llegados… La banda volvió porque yo tenía algunas canciones que quería grabar, y pensé que esa sería una gran excusa para estar juntos de nuevo. No tenemos aspiraciones de ser otra vez una banda a tiempo completo. Sólo tratamos de disfrutar del tiempo del que disponemos para hacer música, y no nos preocupa alcanzar ningún nivel de éxito. Este es un disco que hicimos para nosotros, para mantenernos fructíferos, y hemos tratado que fuera el mejor disco que podíamos dar en esta etapa de nuestra vida, tras todas las lecciones aprendidas en el pasado.

Hay además un gran despliegue emocional en el ambiente de cada canción. Las líneas melódicas tienden a la perfección matemática, pero se da siempre un componente de sentimiento desatado. Esto es emo, ¿no? Wow, ¡creo que lo es! (risas). No sé como lo describirías tú, pero para mí este disco cae en el reino del pop, no lo siento tan agresivo. Incluso cuando lo es, es rabia templada. Imagino que el disco ‘rockea’, pero al tiempo se deriva del tipo de música que adoro actualmente, bandas como Phoenix y Mew. Es un disco de rock melódico con algún giro.

Habéis decidido introducir el disco con una especie de nana breve y gentil, “Goodbye grey afternoon”, unos versos tranquilos que casi invocan las últimas líneas de un libro, un día, un disco, o una vida. ¿Cuál es la relevancia de empezar con esta especie de fascinación por los anocheceres tenues? Esta canción lleva escrita varios años, y me pareció una buena manera de abrir el cancionero, eso es todo. Gran parte del disco surgió improvisadamente, no hubo demasiadas consideraciones sobre qué forma iba tomando. De hecho, “Goodbye grey afternoon” ni siquiera iba a estar en el álbum, pero al final íbamos algo cortos de temas y pensé que sumaría con tal de diversificar un poco el material.

¿Cómo se dio inicio a la relación con Arctic Rodeo Recordings? Diría que no tienen una oficina o algo similar, así que no sé si alguna vez os habéis visto o el contacto es siempre por teléfono o mail… Esos tipos son increíbles. Se presentaron y mostraron su interés, y sentimos enseguida que apreciaban de veras nuestra música y lo que hacemos. Eso significa mucho para nosotros, porque establece una conexión personal que no sueles tener con la mayoría de sellos. Es un honor trabajar con ellos. Por desgracia, aún no hemos podido sentarnos en la misma mesa, pero seguro que ese día llegará. www.myspace.com/joshuanoise


036/037

go series 83 Arctic Rodeo

83 go series Arctic Rodeo Recordings Este CD promocional se vende exclusivamente con el número #124 de GO MAG disponible en quioscos de toda España.

Texto

Albert Fernández

01Joshua “Jet black”

07I Hate Our Freedom “It´s no first 7””

02Vs.Antelope “Brown bells”

08Atlantic/Pacific “Meet your new love”

La semilla de la emoción viene capitaneada por esta experimentada banda de Nueva York, reaparecida tras años de retiro. “Choices” demuestra que Dan Coutant y los suyos no han perdido el filo de sus guitarras, ni la capacidad de abstracción y desasosiego. Este es su vuelo más oscuro. La tensión te rasga con la insistencia de un riff que trata de escalar algo resbaladizo, mientras Spanky Van Dyke exclama desde el fondo de un pozo del cual no espera pueda llegar a salir nunca. Cuando ex-miembros de hitos como Jets To Brazil o Texas Is The Reason se unen bajo la batuta del gran Ian Love, sólo nos queda mirarnos los zapatos.

03Vs.Rome “Places”

Cada final tiene su principio, por eso en su debut, “The end is important in all things”, estos alemanes saben dar una dinámica cortante, de despegue interrumpido, ahora fervoroso, ahora detenido, a cada uno de sus cortes. “Places” nos eleva por encima del paisaje, para luego dejarnos caer a plomo.

04Jonathan Inc. “Waiting for morning”

Jonathan Anderson lleva cerca de quince años haciendo gala de su saber como multi-instrumentista desde Vancouver. Tanto el espacio entre cada surco como la intensa y profunda intensidad de cada muesca en el vinilo son importantes en su última lanzamiento, “Lost:Time”. La extrañeza de cada nuevo día se plasma en esta mañana que nunca llega.

05Hoch/Tief “Wolkenhunde”

El rock alemán actual se significa en el debut homónimo de este trío cargado de rabia. Hoch/Tief son en realidad músicos experimentados, que llevan años tocando en diferentes formaciones, siempre con el sonido de grandes bandas como Helmet o Quicksand en el retrovisor.

06Walking Concert “Audrey”

La vertiente más pop de Arctic Rodeo Recordings la representan combos como Walking Concert. “Run to be born” plasma canciones de aire inmediato y despreocuapado, como este amor entre guitarras que Walter Schreifels le declara a la misteriosa “Audrey”.

Como ellos mismos dicen, esto es tan sencillo y atronador como imaginar a ex-miembros de Garrison, Texas Is the Reason, Thursday y Milhouse, cuatro tíos blancos con guitarras que casi se volvieron sordos antes de conocer a la primera chica. Eso es justo lo que son I Hate Our Freedom. En serio. La canción que da título al disco de Atlantic / Pacific consuma todo ese amor lavado de rabia, bañado en ecos de Fleet Foxes, Beach House o The Smiths. Esta vez, Garrett Clan, ex-Texas Is The Reason, y John Herguth, de House & Parish, han querido tomárselo con calma. Y juro que eso, paz, es lo que transmiten.

09Frontier(s) “Sea of Galilee”

La crudeza con la que se expresa la voz de Chris Higdon es sólo comparable a la fenomenal escalada de sentimientos que conforman las guitarras y el bajo a caballo de una batería atropellada en este mar obstinado. “There will be no miracles here” marca la última frontera de este quinteto de Louisville.

10Far “Deafening”

Nadie va a quedarse sordo escuchando esto, aunque no descarto que a alguno le entren ganas de lanzarse contra el muro o rodar por el asfalto. Estos nativos de Sacramento liderados por Jonah Sonz Matranga llevan más de veinte años de actividad interrumpida, y pueden sacudirte como Nine Inch Nails o The Deftones.

11Walter Schreifels “Arthur Lee’s lullaby”

Después de haber formado parte de estamentos del punk como Gorilla Biscuits y Youth Of Today, o dar vida al posthardcore en bandas tan recordadas como Quicksand y Rival Schools, podemos concederle a Schreifels un descanso melifluo. Vamos a dejarnos mecer con las nanas de su nueva misiva musical, “An open letter to the scene“. Él tipo ya aulló todo lo que tenía en su momento.

12Juta “Marigold”

La sola voz de Barbara Adly es una promesa de algo mejor. El talento de esta intérprete confiere una carga de sentimiento incontestable al moderno folk de “Running through hoops“. A veces, la música opera milagros, como esta banda a medio camino entre Bologna y Montreal.

13Kevin Devine “I could be with everyone”

“Brother’s blood” es el quinto álbum en la carrera de Kevin Devine, y el primero que graba para Arctic Rodeo. Este músico de Brooklyn se ha sentido siempre cómodo en todo tipo de estilos, por eso sigue pisando alfombras de pop para arrastrar baladas de cantautor que a menudo acaban hirviendo con aire de punk aguerrido. Carácter no le falta.

14Southerly “Close to the crime”

Krist Krueger parece un tipo singular. De ahí que su obra también lo sea. Este artista de Portland grabó su segundo disco, “Storyteller and the gossip columnist”, haciéndose cargo de todos los arreglos de una orquesta. Aunque ahora dispone por fin de una banda que le acompañe, dicen que sus aires íntimos nunca se perderán.

15Solea “This time”

La sola presencia de Sergie Loobkoff, guitarrista de los míticos Samiam, es motivo suficiente para interesarse por Solea. Por si eso fuera poco, el cantante de esta banda intermitente es Garrett Klahn, quien ya aullaba en Texas Is The Reason. “Finally we are nowhere” es su primer largo, todo melodía e introspección.

16Able Baker Fox “Dead space”

El sonido del rock de los 90 se manifiesta una vez más en las canciones de este cuarteto americano. “Voices” suena poderoso y emotivo como la historia de esta banda, con guitarras que reverberan evocando los mejores recuerdos de un grupo de amigos, de hermanos.

17The New Amsterdams “Without a sound (Elanore)”

Un cosquilleo de guitarras y una batería al compás nos vuelven cómplices inmediatos de la banda de Matt Pryor. “At the foot of my rival” da vía libre al pop con coros de hombros encogidos y almas expansivas.

18In The Pines “On the table”

Desde Missouri se sirve la despedida de esta carta de presentación de Arctic Rodeo Recordings. Entre violas y violines, este sexteto de Kansas City nos invita con dulzura a continuar escuchando el sello alemán, sugiriendo que el futuro traerá sonidos insospechados para los nacidos del punk.


Nueva entrega GO SERIES_OCTUBRE 2011

LOLA SHANGHAI ESSENTIALS ElegidocomomejorclubdeShangaide2011,Lolanosproponeuna sesión de delicias techno que incluye los temas esenciales de este 2012... con artistas como DJ Phono, Sex Judas, Jin Choi And Daso DJ T.,BloodyMary,DannyBenedettini,LaidBack,MartinButtrich,Kollektiv Turm-strasse,System7(remezcladoporCarlCraig),AlexNiggemann, Mic Newman y muchos más...

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038/039

retrospectiva The Jayhawks

THE JAYHAWKS ARTESANOS DE LA MELODÍA

La mejor banda desconocida del planeta regresa al panorama musical con ánimos renovados. Los norteamericanos publican en septiembre “Mockingbird time”, un trabajo discográfico que nace con la honestidad de quien ha acabado por aceptarse a sí mismo tal y como es, con pequeños defectos y, sin duda, un sinfín de virtudes. Lejos parece quedar aquella obsesión por una fama siempre tan merecida como denegada. Un motivo más que suficiente para que realicemos un breve repaso a una intachable trayectoria. Texto

David Giménez y Víctor Partido


E

n esta revisión un servidor cuenta con la ayuda de Víctor, cantante y compositor del grupo barcelonés Partido —que en apenas unos meses ha cautivado los oídos de Neil Halstead y un Eef Barzelay que los ha reclutado para que estos se transformen en sus Clem Snide españoles durante la gira española, que a comienzos de octubre, celebrará el décimo aniversario del ilustre “Ghost of fashion”—. Víctor es, posiblemente, el músico contemporáneo que posee un mayor conocimiento del universo de The Jayhawks. La idea de una conversación relajada versando en torno al cuarto de siglo del grupo alegra a Mark Olson que inicia su interlocución pronunciando un “Happy birthday” al enterarse que es el cumpleaños de Víctor. “Siempre es agradable que un medio como el vuestro esté interesado en repasar nuestra carrera. Sé que tenemos numerosos fans en España. También es una idea acertada para aquellos que nos puedan descubrir ahora con la salida del nuevo disco”. Repasando al completo la discografía de The Jayhawks, hemos caído en la cuenta de la similitud entre “She walks in so many ways”, tema escogido como single de adelanto, y “Falling star” y “Let’s the critics wonder”, canciones incluidas en aquel debut titulado homónimamente, aunque rebautizado como “The bunkhouse album”. Estáis en lo cierto. Aunque para esta nueva entrega nosotros sólo hemos tratado de ser nosotros mismos, todos coinciden en que las nuevas canciones recuerdan principalmente a “Hollywood Town Hall” y “Tomorrow the green grass”, opinión que yo también comparto. Pero ahora que lo decís, yo también veo un paralelismo entre esas dos canciones. De hecho, os puedo adelantar que tenemos pensado recuperar ambas canciones para nuestros nuevos directos. ¿Cómo lo ves ahora con la perspectiva del tiempo y cómo lo definirías dentro del contexto de su época? Para mí se trata de un muy buen álbum. Fue una magnífica manera de comenzar nuestra carrera. Y aunque lo veo como un disco de raíces country nunca pensamos al componerlo en si estaba más o menos influenciado por este o aquel estilo. Siempre hemos compuesto la música que hemos querido. Suelo reivindicar nuestro primer álbum, que siempre ha permanecido un poco oculto. Como hemos comentado antes creo que tienen un nexo de unión que continúa vigente, sobre todo ante la salida del nuevo álbum. “Blue Earth” (89), el segundo álbum, se publicó tras unos años accidentados. El debut no tuvo el impacto que vosotros esperabais y comenzasteis a grabar demos con la intención de enviarlas a discográficas. Gary Louris sufrió un accidente de coche y abandonó temporalmente el grupo retomando su profesión de arquitecto. Se trata de un disco muy redneck surgido en medio de una escena que comenzaba a polarizar dos vertientes: la mass media, de arreglos y producciones horribles, y la ‘indie’, en período de gestación. Es cierto que nos tomamos un tiempo, entre el 86 y el 89, para trabajar en este álbum, dedicándonos a componer a lo largo de esos años y tratando de escoger de entre todas las canciones aquellas que considerábamos que eran las mejores que teníamos. También aprovechamos para tocar bastante en directo. De este disco siempre destaco “Two angels”, una muy buena canción que recuperamos para nuestra siguiente grabación. Además (y hace hincapié) a partir de aquí Gary y yo comenzamos a trabajar de manera equitativa, a un cincuenta por ciento. En 1991 The Jayhawks ficha por Def American gracias a George Drakoulias. En septiembre del 92 se pone en circulación el primero de vuestros álbumes más reconocidos “Hollywood Town Hall”, siendo recibido con elogios por parte de la crítica. Además su difusión radiofónica era constante. El tercer disco posee un sonido deudor de los setenta, de Graham Nash y los Flying Burrito Brothers. ¿Estás de acuerdo con la idea que tenemos nosotros de que se trata de un álbum muy yanqui en cuanto a localizaciones, temática y sonido? No creo que sea un disco tan americano como parece. Para mí se trata de un trabajo universal que, aunque con unas sonoridades americanas, habla de la vida cotidiana, de lo que le sucede a cualquiera de nosotros en su día a día, de las interrelaciones, de sus mejores y peores momentos. Al comenzar la gira de presentación de ese disco invitáis a la teclista Karen Grotberg a formar parte de la banda. Karen es, musicalmente, un apoyo fantástico para el grupo, pero además es una gran persona y tiene un gran espíritu de banda y mucho peso específico dentro de ella.

Entre “Hollywood Town Hall” y el siguiente disco, hay numerosas actuaciones por todo el mundo. Las cosas os van bien y alcanzáis un momento de eclosión creativa. Gary y tú os encerráis y grabáis una cuarentena de canciones originales (las conocidas “Mistery demos”). Algunas de estas aparecieron posteriormente en “Tomorrow the green grass”, pero la gran mayoría permanecieron en el olvido hasta que incluisteis muchas de ellas tanto en vuestra antología titulada “Music from the North Country” (09), como en las recientes reediciones del “Hollywood…” y el “Tomorrow…”. ¿Barajasteis la posibilidad de que “Tomorrow the green grass” fuera un álbum doble? Lo cierto es que no. Como bien dices tanto Gary como yo estuvimos un tiempo componiendo y llegamos a reunir un gran número de canciones, pero nuestra única intención era la de seleccionar las mejores para hacer el mejor disco posible. Y, ¡vaya si lo consiguisteis! “Tomorrow the green grass” está a la altura de otro álbumes generacionales como el “Out of time” de R.E.M. o el “Nevermind” de Nirvana. De pronto el público fija su atención en vosotros, todo os va bien y parece que ese va a ser el disco que, por fin, os va a colocar en lo más alto de las listas de popularidad. Pero nuevamente algo sucede y el grupo no logra atravesar las puertas de la fama. Jayhawks seguimos tocando muchísimo durante esta época y recuerdo que no dejábamos de aparecer regularmente en todo tipo de medios (prensa escrita, radio y televisión). De todas maneras, al contrario de lo que la gran mayoría piensa, nunca pensé demasiado en ser más o menos popular. La música y las vivencias que teníamos en torno a ella es lo que realmente movía a la banda. Y en plena gira decides abandonar para pasar más tiempo con tu esposa, la cantante y compositora Victoria Williams. ¿Qué supuso para ti tener que tomar esa decisión? Hubo un cambio en mi vida y decidí parar. Quizá, ahora, con el paso del tiempo las cosas puedan verse de otra manera, pero aquello que hice es lo que sentí que debía hacer en aquel preciso momento. A partir de aquí Gary Louris decide apostar por otros proyectos, como el supergrupo Golden Smog —junto a Marc Perlman, Dan Murphy (Soul Asylum), Jeff Tweedy (Wilco), Jody Stephens (Big Star)— y su carrera en solitario. The Jayhawks vuelven al estudio, primero para publicar un desconcertante “Sound of Lies” (97) y posteriormente, ya sin Karen, “Smile” (00), un álbum más rockero que tiene como productor a Bob Ezrin (Lou Reed, Pink Floyd). Dos años más tarde el (pen)último capítulo en la discografía de los Jayhawks, “Rainy day music”. Cuando The Jayhawks anunciaba un nuevo disco, ¿cómo te sentías? Supongo que extraño. De todas maneras son dos álbumes que a mí me gustan mucho. De hecho queremos incorporar algunas canciones al directo, sobre todo del “Rainy day…”, como “Angelyne” y “Stumbling through the dark”. En 2008 las aguas vuelven a su cauce y Gary y tú publicáis un álbum conjunto, “Ready for the flood”, un álbum más oscuro y más crudo que cualquiera de The Jayhawks. ¿Crees que ese disco fue el germen que consiguió vuestra actual reunificación? Le tengo un gran cariño a ese álbum. Volvimos a tocar juntos de manera natural y lo hacíamos lejos de la presión que suponía hacerlo bajo el nombre de The Jayhawks. Probamos bastantes cosas locas, musicalmente hablando. Y de hecho considero se trata del mejor álbum que he hecho, líricamente hablando. Hubo mucho feeling. Sin duda ese fue el instante en el que supimos que volveríamos a grabar un disco con el resto de los chicos. De la gira de aquel disco guardo un especial recuerdo del concierto que dimos en el Teatro Zorrilla de Badalona en noviembre del 2008. A Jayhawks os pudimos ver en el Primavera Sound del 2009. Desde entonces todos esperábamos la noticia que ha acabado produciéndose, la edición de un nuevo trabajo con material totalmente nuevo. ¿Qué puedes decirme sobre él? Es algo que nos apetecía mucho, creo que antes incluso de ser conscientes de querer hacerlo. El álbum ha sido producido por vez primera por alguien que no es ajeno a la banda. Pero aunque de esa tarea se ha encargado Gary, en el fondo se trata de un trabajo coral bajo su tutela, en el que todos hemos dado mostrado abiertamente nuestras opiniones y hemos dado nuestras ideas. En cuanto a la temática del disco… seguimos cantando a los aspectos relativos a la vida, los sentimientos, las cosas que nos suceden a nosotros y a nuestras familias y amigos, aportando un toque de cierta espiritualidad. www.myspace.com/thejayhawks


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retrospectiva The Jayhawks

DISCOGRAFÍA SELECCIONADA Texto

David Giménez

La trayectoria de The Jayhawks se extiende a lo largo de veinticinco años, ocho discos de estudio, una antología e innumerables bootlegs que hacen las delicias de todos sus seguidores. A lo largo de su discografía han transitado por los terrenos de estilos como el country-rock, el pop anglosajón, el folk y la psicodelia. Algunos críticos defienden que los de Minneapolis fueron los culpables del nacimiento de la etiqueta 'altcountry' o 'americana'. Aquí encontrarán sus más significativos trabajos.

"Mockingbird time" ROUNDER / UNIVERSAL, 11

La reunión del grupo era una noticia que no sorprendió a ninguno de sus fans. El primer aviso vino con el trabajo a medias entre Mark Olson y Gary Louris titulado “Ready for the flood" (08). Desde entonces la banda se reunificó y no ha dejado de dar conciertos (recordemos que pasaron por el Primavera Sound) y de componer nuevas canciones. Grabado en Minneapolis, el grupo ha trabajado conjuntamente tal y como lo hicieran en “Tomorrow the green grass” (94). La más significativa diferencia con respecto a entonces es que esta vez es el propio Gary Louris el encargado de la producción, que aquí suena preciosista y pulida, clásica y atemporal. El disco se abre con “Hide your colors”, un tema que retrotrae a la época del “Rainy day music” (03) y que coquetea con un cierto aire McCartney. “Closer to your side” es un reencuentro con el sonido más clásico de The Jayhawks, acompañándose de un soberbia orquestación de cuerdas. “Tiny arrows” es un medio tiempo algo más oscuro que mira de reojo al “Hollywood Town Hall” (92),

a pesar de esos coros tan californianos, el sonido de la pedal steel y unos punteos que parecen tomados de un Neil Young o los Aerosmith de los setenta. “She walks in so many ways”, escogida como single de adelanto, es una canción feliz, fiel al mejor sonido de siempre del grupo, en el cual predomina el sonido clásico de la Rickenbacker y donde Karen añade un contrapunto coral destacable. “High water blues” también pertenece a ese grupo de temas con clara influencia musical de la primera mitad de los setenta, se trata de un tema de power-pop psicodélico en la honda de Big Star. Todavía en esa década “Stand out in the rain” recuerda por momentos a Crosby, Stills, Nash & Young y a Boston. A partir de este momento el disco se torna un tanto irregular. Estamos ante un notable regreso, aunque lejano al nivel de sus mejores álbumes, muy probablemente por una falta de punch en la mayoría de aquellos temas que podrían haberse convertido en verdaderos hits y una aparente dispersión general.

“The Jayhawks (aka The Bunkhouse Album)”

“Tomorrow the green grass”

LOST HIGHWAY, 86/10

AMERICAN ,95

Corría el año 1985 cuando unos jovencísimos The Jayhawks abrían los conciertos de la gira norteamericana de Big Star. El por entonces cuarteto de Minnesota apostó, un año después, por la autoedición gracias en buena mediada a la aportación económica de su, por entonces, su mánager Charlie Pine. De aquel debut se imprimieron tan solo dos mil copias de un vinilo que hoy es buscado como el oro de California en el año 1849. Por suerte para todos sus seguidores, Lost Higway lo reeditó por primera vez en formato CD a mediados del pasado año. En este álbum encontramos a una banda todavía lejos de dar con su fórmula mágica, alejada del concepto melódico del pop, con un sonido casi revisionista de algunos grupos de referencia como Crosby, Stills, Nash & Young, The Flying Burrito Brothers y Johnny Cash. Un buen inicio que quedó enmudecido durante años por su desaparición y la larga sombra de sus dos obras maestras.

George Drakoulias vuelve a encargarse de las tareas de producción tres años después de la publicación de “Hollywood Town Hall”. Entra a formar parte del grupo Karen Grotberg (pianista y corista) que dará el toque definitivo para que el grupo alcance su cima creativa mostrando un inmejorable estado de forma. “Blue” posee todos los ingredientes para ser la canción que les abra definitivamente las puertas de la fama a nivel mundial. En éste disco las voces de Mark y Gary suenan, al fin, completamente empastadas la una con la otra de principio a fin. Asoma por primera vez el sonido pop en su concepto más británico. Ecos de McCartney y Lennon en algunas armonías vocales y en distintos arreglos musicales que conviven y enriquecen los sonidos característicos de The Jayhawks. Cuando ni una sola de las canciones de un disco está de más, como en este caso, sólo podemos hablar de un trabajo magistral.

“Hollywood Town Hall”

"Rainy day music"

DEF AMERICAN, 92

LOST HIGHWAY, 03

La primera de estas dos auténticas cotas de genialidad es “Hollywood Town Hall”. Recién fichados por Def American (ahora conocida como American), el concepto del pop comienza a asomar tímidamente en sus canciones aunque las canciones siguen fieles a sus deudores (aquí, sobre todo, a los Crosby, Stills, Nash & Young). Existen muchas opiniones que sustentan que este álbum fue el primero que obligó a crear la denominación de ‘alt-country’ por mostrar un sonido que, aunque fiel a las raíces, buscaba un nuevo (y propio) lenguaje musical dentro de la corriente del por entonces recién nacido movimiento ‘indie’. Todo está en su sitio. Las voces de Mark Olson y Gary Louris se descubren finalmente como un conjunto vocal armónico irresistible, las melodías son sencillamente perfectas, el disco está tocado de manera impecable, y las letras son muy notables. La perfección existe y se titula “Waiting for the sun”.

Tercer álbum publicado tras la marcha de Mark Olson. Gary Louris continúa buscando el éxito, con el que siempre ha coqueteado pero que jamás ha alcanzado, dando una nueva vuelta de tuerca al sonido del grupo. Si en “Smile” (00) se buscaba el hermanamiento con el sonido rock más contemporáneo, aquí The Jayhawks (ahora reducidos a un trío compuesto por el propio Gary, más Tim O'Reagan y Marc Perlman) apuestan por una producción más añeja y para ello contratan a un Ethan Jones habitual por aquel entonces en los trabajos de Ryan Adams. “Rainy day music” suena melancólico en su camino de regreso a casa, a los sonidos de Buffalo Sprinfield o Graham Nash. Ahí radica gran parte de su belleza. Como viene siendo habitual encontramos maravillosas piezas como “Angelyne”, que muestran esa virtud de la que siempre ha hecho gala la banda, la de aunar elegancia, calidad y comercialidad a partes iguales.


in & out Clubbing BCN C/ ARC DEL TEATRE, 3. TEL. 93 318 59 66. Techno-house, incursiones en el electro y la música disco. Miércoles, invitados internacionales. Vie-Sab., sesiones con el DJ residente Robert X. Todas las noches de 23.30 a 5 h.

SALA RAZZMATAZZ 2. C/ PAMPLONA, 88. TEL. 93 272 09 10 Tech-house, hard techno y techno con los residentes MouseUp, Undo, Vicknoise, además de las residencias de James Holden, Felix da Housecat, Miss Kittin o Tiga. H: Vie-Sab. y vísperas de festivos de 1 h. a 5 h. Entrada única a Razz Club: 15 € (c/i).

SALA APOLO. C/ NOU DE LA RAMBLA, 113. TEL. 93 301 00 90 La meca del eclecticismo: house, techno, breakbeat y pop electrónico, según el día. Alberga residencias de Kompakt, Bpitch Control, Bungalow, Cristian Vogel, etc. Nitsa selectors: Fra, Marc Piñol, DJ Coco y Graham. H: Vie-Sab. y vísperas, a partir de las 24.30 h. Precio: 12 € (c/i).

Clubbing Madrid electro-pop, deep house y leftfield de mano de MouseUp, Undo, Vicknoise); Rex (technopop). H: vie-sab. y vísperas de festivos de 1 a 5 h. Entrada única: 12 € (c/i). www.salarazzmatazz.com

B LOUNGE @ HOTEL BARCELÓ RAVAL RBLA. DEL RAVAL 17-21. TEL. 93 320 14 90 El lugar más cool de la ciudad, el nuevo punto de encuentro de Barcelona. Tapas sorprendentes, extensa carta de cócteles y la mejor música. Terraza Plaza Manuel Vázquez Montalbán. Jueves, viernes y sábados DJ en directo de 23 h a 02 h. Entrada libre. www.BarceloRaval.com

C/SANTA ANNA 14, L’HOSPITALET. T. 93 337 76 16. Más de 25 años ofreciendo la alternativa desde L’Hospitalet. Conciertos de pequeño formato y sesiones de DJs... de la mano de los DJs Jordi Monamí, Marty Mcfly, Crtl+alt+supr, Gato. Actuaciones musicales en pequeño formato. www.depositolegal.com.

@ SALA APOLO. C/NOU DE LA RAMBLA, 113. Residencia semanal para la noche de los jueves en el Apolo. Powder Room acoge las mejores noches de deep funk, breaks y rare grooves en Barcelona. H: todos los jueves, de 24.30 a 6 h. 9 €.

C/ FONTRODONA, 33 (BCN). TEL: 93 441 80 15 Antigua nave industrial convertida en enorme y comfortable lounge club. Urban & soulful music + laid-back atmosphere + underground attitude. www.maumaunderground.com. H: jueves 23 - 2.30 h., vie-sáb 23 - 3 h., domingos tarde (excepto verano).

SALA CITY HALL C/ RAMBLA CATALUNYA, 4. Lun: Internacional Party. Mar: Budah Hall Night. Mie: Pigs & Diamonds. Jue: Club 4 (techno & minimal techno). Vie: 100% Uhm Underground (tech-microfunk). Sab: Pure City Nights (house, deephouse, latin). Dom: Zen Club (techhouse/ electro).

C/ ALMOGÀVERS, 122. TEL. 93 272 09 10 5 clubs en un mismo espacio: Razz Club (Viesab. DJ Amable y Dj Gato, el mejor indie y rock de todos los tiempos. Jue. Bongo Palace (latin house); Pop Bar (vie-sab. lo mejor en pop, electro y sixties); The Loft (tech-house, hard techno y techno); Lo*Li*Ta (techno-pop,

C/ LINCOLN, 15. T. 93 238 07 22 Martes: Glitter and Glamour. Miércoles: Strawberry & Chocolate. Jueves: Buziós - Brazilian soul. Viernes y Sábado: 3 floors open- hip hop and R&B, house music, classic garage 80’s-90’s. www.ottozutz.com

C/ VALLDONZELLA, 40 / PLAZA MILANS, BARRIO GÓTICO. Tel. 627 73 30 81 En el bar Manchester se dan cita amigos y seguidores de la música de los 80 y 90 y sus tendencias más brit. Desde Joy Division hasta Placebo, pasando por The Smiths y Happy Mondays.

RAMBLAS, 27. T. 93 301 16 289 INFO@BOULEVARDCULTURECLUB.COM Boulevard Club, ubicado en La Rambla, donde antes se encontraba Fellini, ofrece la localización más céntrica y de más fácil acceso al público. House, techno, electrónica, hip hop, R’n’B, rock... DJs residentes: D’Julz (Bass Culture, París), Andre Buljat (4line, Indigo Raw) y Dr. Barry (BLV). http://boulevardcultureclub.com

C / ESCUDELLERS BLANCS, 3 (BARRI GÒTIC) Con una acertada mezcla de graffiti, videos, skate y grunge. Su amplia sala alberga cómodamente a los personajes más diversos de la fauna barcelonesa, que se pierden entre detalles y acordes, cubatas y chupitos, chicas y kickflips. A tres pasos de la turística Plaza Real se esconde el secreto mejor guardado del Gótico, Nevermind. Abierto todos los días hasta las 3 h. www.nevermindbcn.com

SALA 1 AV. CARRILET 235 - SALA 2 AV. CARRILET 301, L’HOSPITALET. T. 93 337 06 02 La Salamandra es el espacio de referencia de las noches de L’Hospitalet. Dos salas que ofrecen la mejor programación de conciertos y sesiones de DJs de la escena indie y mestiza. Sala 1: Musicollage con Nafentt & Darkomedia. Sala 2: Indie-pop-electro con YoSET & McFly, visuals de High Distortion & Mon Feijóo. H. Abierto todos los viernes, sábados y vísperas de 24 a 6 h. Entrada única: 8 € (c/i). Gratis hasta las 2 h. www.salamandra.cat

C/AMPLE, 46 (GOTICO) T 663 710 095 El bar rockero por excelencia en el centro de Barcelona. Casi tocando Correos se encuentra este sitio con aires de estación de metro abandonada donde cada día, entre riffs y whiskey, se dan cita aquellos que llevan el rock en la sangre. Todos los días desde las 19 h a las 2.30 / 3 h www.bollocksbcn.com

Clubbing Bilbao C/ RAFAEL DE CASANOVA, 3. SANTA COLOMA DE GRAMENET. [M] L1 SANTA COLOMA La Sala Pop tiene una programación semanal de conciertos cuidadamente seleccionados dentro de la escena independiente tanto catalana como estatal. Los conciertos se realizan viernes y sábado pero la sala ofrece sesiones de indie, pop, rock, electrónica a cargo de DJ Oki One y programación cultural los domingos. H: mie-dom 19 - 3.30 h. www.myspace/popclubsantacoloma

EN SANTANA 27. POL.IND.SANTA ANA. TELLERÍA 27. BOLUETA. WWW.FEVER.ES Pink Fever: tecnopop & electropop. Gold Fever: pop-rock & hits. Black Fever: hip-hop, reggae, soul & funk. Blue Fever: tech house & tecno. Desde su inauguración en 2005, Fever se ha convertido en el club de referencia del norte de la península. Una iniciativa de ocio de calidad incontestable que sitúa a Bilbao en el pelotón de cabeza europeo de la cultura del baile. H: Vie y Sab 24 h, 12€ c/i.

@ LA RIVIERA - Pº VIRGEN DEL PUERTO S/N. @ HEINEKEN - C/ PRINCESA , 1. Actualmente es el club de referencia en Madrid por su excelente e inagotable programación dedicada al indie rock y la electrónica, con residencias de sellos como Ed Banger Records y DJ sessions de Boys Noize, Rex The Dog, Felix Da Housecat, Steve Aoki, Peter Hook... www.intromusica.com

C/BAILÉN 16, 28005. MADRID ContraClub es un bar donde coinciden varias tipologías de noctámbulos con un denominador común: su gusto por la calidad y variedad musical. ContraClub pretende romper barreras entre disciplinas y generaciones, ser un lugar de encuentro de artistas y un escaparate para todo tipo de espectáculos de calidad. Un lugar abierto y dispuesto a juntar funk con flamenco, cabaret con música electrónica. X y J de 22 a 05:30 h. V y S de 22 a 06 h. www.contraclub.es

C/FOMENTO 30 (MADRID) Desde 1997 el Home Bar es un referente para los amantes de la música. El pop, la electrónica y el indie son el eje central de las sesiones de nuestros DJs, desde los clásicos imprescindibles hasta las últimas novedades. En el Home podrás escuchar desde Depeche Mode, REM o The Smiths hasta White Lies, Hot Chip y Temper Trap, pasando por Placebo, Massive Attack, Muse, Royksopp, Radiohead, Ladytron, Foo Fighters, Interpol... Abierto los viernes y los sábados a las 23h.

Clubbing Galicia COMPLEJO PLAYA CLUB. AVENIDA DE LA HABANA, ESTADIO DE RIAZOR (LA CORUÑA). WWW.PLAYACLUB.NET Pop, indie y electrónica. Más de 60 conciertos de música alternativa al año. Sesiones los jueves, viernes, sábados y vísperas de festivos desde las 3 h. +info en www.playaclub.net


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discos

La selección Jäger

discos Teeth “Whatever”

Disfruta de un consumo responsable 35o

MOSHI MOSHI / COOP

Release The Beast

Electropunk. El disco de estos tres es una locura. Pero en serio, de cogerlos y atarles las camisas por detrás. Y lo mejor de todo es que aún así este trío afincado en Londres se las apañaría para seguir aporreando sus cacharritos con los brazos del revés, la cabeza dándole vueltas al estilo “mira lo que ha hecho la guarra de tu hija”. Teeth han perfeccionado en su primer largo lo que llevaban un tiempo cocinando en sus demos: la receta del caos y la demencia más absoluta. Ya desde que entran la batería y la histérica voz de Veronica en el tema que abre el disco, “Confusion”, lo que sigue es pura epilepsia sónica. Berreos, ruidazo y sonidos sintéticos retorcidos y centrifugados hasta quedar más secos que la mojama: ésas son las claves de “Whatever”, el debut más enajenadamente brutal de la temporada. Sirva como ejemplo/advertencia que “See spaces”, primera referencia que publicaron en Moshi Moshi hace más de un año y que se incluye en este largo, es el tema más tranquilo del álbum. Sí, con sus crashes demenciales, el bombo implacable y ese rollo pseudo-disco, así que agárrense porque lo que viene, como las mejores fiestas, no siempre es bonito. De hecho, para quien no esté acostumbrado al estilo de la banda o similares, el dolor de cabeza en la primera

los falsetos en el sencillo “Black water”— una relectura de su faceta como compositor y artista dentro de la escena electrónica. Por ello muestra entrega y emite destellos de calidad (“A bang in the void” y los arreglos orquestales de “The soft voices die” son más que brillantes). Pero en conjunto, quizás echemos en falta mejores canciones y menos espavientos. Alberto Vidal Apparat Band “The devil’s walk” MUTE / PIAS

Autrokratz “Self help for beginners”

Biosphere “N-plants” TOUCH — IMPORT

BAD LIFE / ¡POP STOCK!

Electrónica épica. Los lectores asiduos a este magazine ya saben de qué va el asunto: Sascha Ring decide, después de echar pestes de la cultura de club y sus excesos, focalizar su enorme talento en formar una banda más madura y sólida que la constituida en los directos de su anterior álbum “Walls”. Cambiar los technics por instrumentos, vaya. El giro, un tanto inesperado después del respeto cosechado en su “DJ Kicks” del año pasado, dejará desconcertado de bien seguro a más de un fan acérrimo. Porque este nuevo proyecto tiene varias posibles lecturas. La primera y más fácil: el aroma algo fuerte a la épica de Radiohead que sin disimulo parece enquistarse en varios tema del disco. “Song of los”, que abre las primeras estrofas después de una preciosa intro celestial, podría haber sido compuesta por Yorke, tal y como pudimos observar en su directo del Sónar. Incluso Jonsi muestra sus plumas en algún tema. La lectura positiva es la persistencia en mostrar esa inteligencia emocional que tan bien sabe aplicar a sus composiciones, colocando aquí y allá su personalidad marca de la casa. Apparat demanda a gritos —o más bien a base de una depurada y sorprendente técnica vocal, como demuestran

Pop electrónico. En 2008 Autokratz irrumpieron en la escena británica como una de las propuestas nacionales más molonas y frescas, que cogía el electro francés, lo estrujaba, lo centrifugaba y sacaba de la mesa de mezclas temazos tan gordos como “Stay the same”. Luego vino “Animal”, su primer largo, donde el synth-pop empezaba a ganar presencia, las melodías vocales se volvían la piedra angular y las esperanzas en que el dúo formado por Russell Cox y David Crank lo re-petara empezaban a desvanecerse. Las sospechas se confirman con la última entrega de la pareja, “Self-help for beginners”, a la que le falta fuelle, gancho y hasta diría que ganas. Las melodías vocales (con uso ocasional y no demasiado acertado del vocoder) se vuelven sonrojantes a ratos y ni siquiera Peter Hook es capaz de remediarlo. Sin embargo, hay hueco para la esperanza, amigos. Pese al poperismo mal llevado del conjunto del álbum, un par de temas recuperan el espíritu de su EP debut: la sucia y brutal “The seventh seal” y “Skin machine”, un estupendo ejercicio electro oscuro y demencial. Habrá que cruzar los dedos.Virginia Arroyo

Ambient. Cuenta Geir Jenssen que su nuevo disco como Biosphere iba a tener como eje temático el milagro económico en la sociedad japonesa posterior a la Segunda Guerra Mundial, pero que buscando información descubrió varias imágenes de centrales nucleares ubicadas en la costa de Japón, comenzó a preguntarse qué hacían allí y qué sucedería si se produjera un tsunami, y decidió que aquel era un tema mucho más interesante que el de los áridos vaivenes económicos. Cuenta también que el accidente de Fukushima le sorprendió con el disco ya masterizado y en la planta de prensado, pero que aún así estuvo a punto de parar el proceso, asaltado por ciertas dudas morales. Un arrebato que, por suerte, no llegó a buen puerto, porque nos habría privado de uno de los mejores discos que su autor ha grabado nunca; un título que, de alguna manera, se asienta en ese particular zeitgeist de la nostalgia por los primeros noventa y el intelligent techno en el que parece que andamos metidos. Y es que “N-plants” recupera muchos de los modos que Biosphere manejaba en sus primeros tiempos: los ritmos limpios y maquinales, el zumbido en el plano de fondo, los colchones de aire cósmico, el acento

escucha no se lo va a quitar nadie. No obstante, luego, una vez imbuidos en la poética del caos, el festival va a ser de los que no se olvidan. Más de uno se despertará algún domingo a las cuatro de la tarde con “Care Bear” tatuado en el culo. Este single es la mejor muestra de lo que hacen Teeth: electropop fiestero que ronde al electroclash y le guiña un ojo para luego coger sus sintes, aporrearle con ellos en la cabeza hasta dejarlo KO y muy probablemente vomitar encima de su cadáver (aunque este hecho no está del todo contrastado). Y es que cuando hablaba de electropop no me refería a la nueva generación de niños bonitos (que me suelen encantar, que conste) que en vez de aprender a tocar la-mi-sol en una guitarra lo hacen sobre un teclado, no: me refería a una música fiera, enmarañada, eminentemente electrónica, no siempre agradecida, tocada básicamente como buenamente pueden y que no renuncia al gancho, si es que alguna vez le saliera alguno de los puñetazos que le dan a sus aparatos. O sea, do it yourself (and fuck them all). Punk electrónico elevado a la vigésima potencia y caído en picado desde las alturas. Que alguien llame a la policía, a la ambulancia o a sus padres, que aquí va a haber heridos. Virginia Arroyo

futurista y la utilización extensiva de sintetizadores analógicos. Un arsenal de recursos que puebla los nueve cortes del disco con guiños a la IDM y al ambient house (piensen en The Orb, en Global Communication, en los Autechre del “Amber”), que nos devuelve a un Jenssen nostálgico y emocional, más interesado en desarrollar florituras melódicas y en abrazar ambientes cinematográficos, en perfilar su estilo de toda la vida, que en buscar nuevos caminos: incluso el trozo de spoken word que aparece en “Fujiko” parece un guiño a los tiempos de “Substrata”. Y eso, ténganlo claro, sólo puede significar algo bueno. Vidal Romero Benjamin Biolay “Pourquoi tu pleures?” NAÏVE

Películas. Benjamin Biolay es tan tremendamente francés que casi que es varios franceses a la vez. Cantante y compositor, publica ahora un disco “inspirado en” una película de Katia Lewkowicz, que va sobre un novio que no está seguro de querer casarse, en la que hace de actor protagonista al lado de Emmanuelle Devos. Cantando temas propios y ajenos (alguno muy previsible, como el himno galo “C’est magnifique”, popularizado por Luis Mariano), Biolay flirtea sin parar con un sinfín de influencias, más o menos confesables: ahora parece querer jugar a ser Thomas Fersen para deleitarse entre juegos de palabras (“Pas la forme”), después suena a Art Mengo entre instrumentación funk caduca (“L’amour à mes pieds”) y, tras muchos momentos de arrogancia sentimental à la Miossec, acaba evocando como quien no quiere la cosa al humorista Franck Dubosc. En su conjunto, el disco se deja escuchar (menos cuan-


Zomby “Dedication” 4AD / ¡POP STOCK!

do canta Ana Zimmer, todo tiene un límite), aunque se olvidará tan rápido como una intrascendente comedia sentimental francesa. Gloria González

Brian Eno / Rick Holland “Drums between the bells” WARP / PIAS

Ambient pop. Hay que ser un genio para explayarse en mil colaboraciones y proyectos guardando cierta coherencia y un nivel de calidad relativamente elevado, o, al menos, digno. Brian Eno, que es un genio, una institución, presenta ahora un disco compuesto con el poeta Rick Holland. “Drums between the bells” son quince temas en los que va declamando gente, de manera no siempre especialmente agraciada, frases sobre autobuses que van por las calles de Londres, la materialidad de las cosas en sí, la bolsa de Tokio y las tazas de café. Por suerte, las voces de Eno, de Holland y de los numerosos invitados (son muchos, por lo que sólo citaré a Anastasia Afonina, que es la que tiene el nombre más bonito) no impiden del todo oír la música que, sutil, entre pop y ambient, sigue su propio ritmo y su propia lógica e, incluso desde el silencio, consigue decir muchas más cosas (y mejor) que las palabras de Holland. Por lo visto también existe una versión instrumental, lo que tiende a confirmar que aquí algo sobra. Gloria González Cashier Nº9 “To the death of fun” BELLA UNION / COOP

Indie-pop. El espectacular e irrefrenable sonido de Cashier Nº9 los convierte de inmediato en uno de los mejores debuts de lo que llevamos de año. Tomemos como ejemplo ese himno pop que es “Goldstar”, una maravillosa canción bailable y vitamínica que aúna los certeros arreglos de los discos más orquestados de The Divine Comedy, la fuerza melódica de las mejores piezas de The Last Shadow Puppets y un cierto aire The Beach Boys acompañando todo el minutaje. Intachable. Si a ello le sumamos que “To make you feel better” podría haber estado perfectamente incluida en el debut de los mancunianos The Stone Roses —siendo una de las canciones más destacadas—, que “Lost at sea” parece tener la autoría de The Byrds, o que “Good human” coquetea intachablemente con el sonido surf psicodélico de los más entonados Super Furry Animals, sólo resta decir que “To the death of fun” sitúa, con todo merecimiento, a los de Belfast en lo más alto del trono del indie-pop británico. La nueva joya de la corona británica. David Giménez Cosmin TRG “Simulat” 50 WEAPONS — IMPORT

Techno. A medida que avanza el año vamos desgranando con paciencia quiénes serán los productores que zarandearán con orgullo sus debuts en las listas de lo mejor del año. Apunten en su libreta una nueva sorpresa: Cosmin Nicolae, aka Cosmin TRG, rumano en su partida de nacimiento pero con ADN

musical más bien tirando a la locomotora de Europa. Pese a que desde 2007 viene dando la brasa con varios maxis en distintos sellos como Hotflush, Rush Hour o Tempa, es justo ahora cuando los buscadores de trufa techno Modeselektor decidieron ficharlo para su prenatal label 50 Weapons. Si bien los ‘selectores de modo’ ya acertaron con el gran Siriusmo, la apuesta por Nicolae no iba a ser menos. Nos encontramos con un atrevido debut que funciona con combustión lenta: temas que transcurren por la mecánica rítmica de Berghain, fluctuando entre el músculo techno (“Fizic” debería ser uno de los temas de la temporada) y paisajes electrónicos más sosegados (“Star motel” o la letárgica “Infinite Helsinki”). Esto suena bastante fresco, señoras y señores. Alberto Vidal

Damo Suzuki & Cuzo “Puedo ver tu mente” ALONE

Space rock. Cualquiera que tuviera la buena fortuna de tropezar con alguna de las escasas fechas que Damo Suzuki, el mítico cantante de Can, y la banda barcelonesa Cuzo compartieron por la geografía española a finales de 2009, podrá imaginar lo que contiene “Puedo ver tu mente”: una orgía de drones y space rock, repleta de ritmos monolíticos y maquinistas, guitarras infectadas de ruido y sintetizadores que supuran ácido, sobre la que el venerable japonés deja caer hipnóticas letanías y mantras alucinógenos. Grabado en Huesca, en la primera fecha de aquella gira, “Puedo ver tu mente” alterna explosiones ruidistas y momentos de calma envenenada en tres piezas de forma libre y duración generosa, de tacto viscoso y vocación progresiva. Un documento que no llega a transmitir del todo la intensidad de la experiencia (la poderosa imagen de la banda en trance es algo que sólo se puede vivir en directo), pero que funciona como un placebo de muchísima calidad, que conseguirá arrancar una lagrimita a los que asistieron a la cita, y hará que los que se la perdieron se tiren de los pelos y recen porque el invento (tal y como los protagonistas han insinuado en más de una ocasión) llegue a repetirse. Vidal Romero Cymbals Eat Guitars “Lenses alien” MEMPHIS INDUSTRIES / COOP

Rock paranormal. Es posible que la verdad esté ahí fuera, pero discos como este lo atrapan a uno dentro, muy dentro. Después de un debut sensacional y consternado como “Why there are mountains” (09), es agradable comprobar que la banda de Joseph D’Agostino no trata de alcanzar costas más estables con su segunda aventura musical. Eso hace que “Lenses alien” se convierta en una experiencia extraterrestre desde la primera escucha, un calidoscopio de disonancias y fenómenos extraños que lo mismo alberga melodías ordenadas como abruptos abandonos al ruido. Sin duda es una afortunada credencial el presentar el disco con un corte de más de ocho minutos como “Rifle eyesight (proper name)”, una odisea descompensada y rocosa, hecha de tantas partes que

Dubstep. Tan amigo del misterio como del escándalo (son bien conocidos sus desplantes a la hora de tocar en directo), el inglés que se hace llamar Zomby lleva un lustro desperdigando maxis por un sinfín de sellos; maxis en los que ha ido desarrollando una particular visión del dubstep, que funciona fagocitando elementos del jungle y la IDM, utilizando extensivamente arreglos de 8-bits, y guiñando el ojo al electro, el techno y el R&B. Un babel de estilos, en fin, que el productor gusta de hacer colisionar en sus temas, en un juego de despistes y de zancadillas que, hasta la fecha, ha funcionado mucho mejor en formato pequeño (donde es más fácil asumir la rareza y la dispersión) que en largo, como demuestra el irregular “Where were you in ‘92?” (08). A pesar de esos antecedentes, la prensa y sus colegas productores insisten en nombrar a Zomby el gran genio del post-dubstep, el tipo encargado de llevar el continuum rave hacia un nivel superior. Un papel que posiblemente a él, un jovenzuelo cuyos intereses tienen mucho más que ver con fumar porros y jugar a videojuegos que con ejercer de visionario, le viene grande, le incomoda. Sólo así se entiende ese ánimo autodestructivo que le lleva a ‘estropear’ adrede muchas de sus grabaciones; que le hace comportarse como un enfant terrible, dispuesto a despreciar el éxito para permanecer en las oscuridades de la bohemia. Basta escuchar “Natalia’s song”, el single de adelanto de su segundo disco, para entender lo que digo: una canción preciosa, construida alrededor de un sample vocal en ruso, que él mismo se encarga de pervertir al procesar todos los ritmos y sonidos a través de filtros repletos de suciedad. Una estrategia de autoflagelación que se repite en muchos momentos de “Dedication”. Y eso que entre las manos tenemos un disco “dedicado a la memoria de alguien muy querido, al que echo mucho de menos” (persona que, dicen en los mentideros, podría ser su padre); un disco que se pretende delicado e intimista. De ahí el tono fúnebre

necesitarás días para asimilarla. Más tarde, bellezas como “Shore points” y “Plainclothes” demuestran que los de Staten Island son capaces de dar forma más accesible a su esquizofrenia musical. Pero Cymbals Eat Guitars nacieron para zumbar y hacer temblar el suelo, por eso “Keep me waiting” te hace correr, “Another Tunguska” parece la nana que nunca te cantaron y “Secret family” te trae la locura de la rabia contenida. El paisaje ondula, se confunde, pero ningún animal cae dormido. Albert Fernández Emerge “Te dije que algún día nos reiríamos de esto” RECORDINGS FROM THE OTHER SIDE

que gobierna en todo momento, la melancolía que transmite en muchos de sus tramos; de ahí el gusto por utilizar tonos menores y ritmos poco agresivos, tanto en los sonidos escogidos (poco punzantes, casi amables) como en la velocidad, que casi siempre es comedida. Y de ahí también la voluntad de reducir al mínimo el esqueleto de los temas: ”Dedication” ventila sus dieciséis pistas en poco más de media hora, en gran medida porque la mayoría de ellas parecen antes bocetos a medio diseñar que temas terminados. Una teoría creíble que se apoya en el liviano carácter estructural que siguen la mayoría de los cortes, que se conforman con presentar los distintos elementos que los componen antes de desaparecer; pero también una idea que se puede rebatir, en tanto que cada pista se disuelve en la siguiente con un facilidad pasmosa; con demasiada facilidad, de hecho (apenas hay cortes bruscos ni degradados de volumen), como para que sea producto de una casualidad. Y es ese enlazar temas sin descanso lo que convierte a “Dedication” en una unidad continua, en una suerte de disco conceptual en el que hay muchas menos incógnitas y azares de los que parece a primera vista. Además, el dubstep no es precisamente algo que abunde en el disco, más allá de algunos guiños ocasionales (“Vortex”, “Mozaik”) que más bien parecen encaminados a acentuar esa ausencia. En su lugar, Zomby se permite experimentos con géneros que apenas había tocado: house mutante en “Riding with death”, marcianos acercamientos al pop (la citada “Natalia’s song” o “Things fall apart”, con la voz de Noah Lennox maltratada y manipulada), ritmos tribales en “Salamander”, delicados caprichos melódicos, plenos de melancolía (“Digital rain”), visiones de aire cinematográfico (“Haunted”) y hasta una pieza de piano solo, “Basquiat”. De nuevo un incontrolable babel de estilos que, a pesar de la línea estructural que atraviesa el disco en segundo plano, provoca dispersiones y desajustes, pérdidas de control y momentos de duda que restan valor al conjunto. Que confirman que “Dedication”, a pesar de ser un disco notable, no es la obra maestra que muchos esperaban, sino la obra de un autor con una personalidad desbordante, que todavía tiene que aprender a domar sus fantasmas. Vidal Romero

cionadas las virtudes anteriores, no llegar a ningún sitio en particular. El estilo en el que se mueve esta banda madrileña está lleno de trampas y arenas movedizas y a pesar de los esfuerzos, caen en algunas de ellas. El peligro de caer en el ejercicio de estilo, de enredarse en unas formas a veces excesivamente conceptuales y de extenso desarrollo, y la dificultad de mantener altos niveles emocionales y de tensión a lo largo del gran minutaje de las composiciones acaban resultando un lastre para un disco que deja buenas apuntes, pero que necesita más logros para aflorar con la fuerza necesaria. Jesús Sáez Faust “Something dirty” BUREAU B / GREEN UFOS

Post-rock. Hay que reconocerle a Emerge las intenciones de dar su propia perspectiva de aquello que finalmente vino a ser el post-rock. Con una instrumentación abierta y diversa, buscan ir más allá del juego de dinámica con pedales de distorsión, aportando sonoridades diferentes y momentos de profunda calma e intenso lirismo, aportados principalmente por la presencia de cuerdas y piano. El problema es cuando los cuatro temas que conforman este disco parecen, men-

Krautrock. Ya lo decía Julian Cope: “no existe banda más mítica que Faust”; una condición que los miembros que quedan parecen decididos a mantener, aunque sea a costa de esquilmar su leyenda y marear a sus seguidores. Y es que ahora mismo existen dos bandas diferentes que se hacen llamar Faust: una, capitaneada por Hans Joachim Irmler, se ha quedado con


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discos

Beirut “The rip tide” POMPEII / ¡POP STOCK!

Folk-pop. Escuchar el nuevo trabajo de Beirut significa hacer las maletas y viajar a un lugar que sólo su mastermind, Zach Condon, sabe dónde está: un enclave paradisíaco entre los Balcanes, su Santa Fe natal, alguna posada mexicana y la ciudad que da nombre a su proyecto. Un hogar donde las trompetas, los ukeleles, los violines y el acordeón conviven en paz y armonía, sobrellevando sus diferencias y sin reñir por sonar el uno más alto que el otro, permitiendo que el piano adquiera una renovada relevancia y que el exotismo quede exclusivamente al servicio de la canción, y nunca al revés. Porque si hay algo que caracterice esta nueva entrega de Beirut, eso es la contención. Zach Condon firma con “The rip tide” su “Seda” de Baricco, una obra que es puro esqueleto, que va al hueso, a la esencia sonora, a la emoción genuina. Nada sobra y nada falta en estos nueve temas de 33 minutos. Ese joven genio que es Condon ha decidido colgar los barroquismos y coger la podadora antes de lanzar este tercer largo en su propio sello y ha conseguido orquestar media hora de folk de ascendencia pop que ya quisieran para sí, cada uno en su registro, otros niños prodigio como Owen Pallett o Sufjan Stevens. Es difícil destacar un puñado de temas del álbum, primero porque hay muy pocos y segundo porque son todos prácticamente obras maestras. Tal cual se lo digo. Los nueve temas de “The rip tide” van a ir el uno

el legado más intelectual y experimental de la banda (ya saben, todo aquello de los collages, los drones y las atmósferas), y la otra, con Jean Hervé-Peron y Werner ‘Zappi’ Diermaier a la cabeza, recupera la vertiente más cazurra y ruidosa del invento. Y lo único que tienen en común esas dos formaciones es que ambas reclaman para sí la hegemonía faustiana utilizando de manera descarada el símbolo clásico de la banda: la mano huesuda que ilustraba la portada de su primer disco. Una mano que también aparece, difuminada pero en primer plano, en el artwork de “Something dirty”, la nueva entrega de la facción dirigida por Peron y Diermaier; y eso a pesar de que el interior es más bien un reciclaje de los hallazgos contenidos en el mítico “Faust IV” (73). Reciclaje que es casi literal en “Tell the bitch to go home”, un descarado remedo de “Kraut rock”, y que está más difuminado en “Herbststimmung” y “Something dirty”, que juegan a ensuciar un pop al que el cuarteto se aproxima de manera (muy) oblicua. Lástima entonces que después de tan brillante comienzo, el disco naufrague en su segunda parte, cuando la banda decide abandonar el acento rockista para seguir senderos más, digamos, experimentales. Es entonces cuando se producen deslices como el numerito cabaretero de “Je bouffe”, el capricho noventero que es “Invisible mendings”, las inocuas improvisaciones de “Dampfauslass” y “Pythagoras” o el risible interludio medievalista de “Save the last one”. Sólo al final recupera la banda la cordura, con un “La sole dorée” pleno de cambios de intensidad y atmósferas enrarecidas, que demuestra que quien tuvo retuvo, y que las cosas que funcionan es mejor no tocarlas. Vidal Romero

detrás del otro y sin ningún orden particular del uno al nueve a mi lista de lo mejor del año (o quizá cuele entre medio el “Synchronize” de Discodeine, algo de Fleet Foxes y el temón adelanto de M83, pero eso ya es otro tema). Y no digo lo de “sin ningún orden particular” gratuitamente, ya que en una muestra de esa acertadísima contención que caracteriza al conjunto del álbum, ningún tema grita más alto que otro y todos se funden en una deliciosa marea sonora, un vaivén que te acurruca entre sus cuerdas y te promete que, sí, que el pasado fue precioso, pero mira esta puesta de sol. Y es que si la característica formal más notable de “The rip tide” es su comedimiento, su mayor virtud emocional es la vitalidad: escuchar a Beirut da ganas de vivir. Deberían plantearse desde ya ponerlo como el hilo musical en el teléfono de la esperanza. Nadie, NADIE podría plantearse no volver a escuchar jamás ese “East Harlem” que acaba de sonar, nadie desearía despedirse del mundo si está sonando “Vagabond”, cómo no querer abrazar a tus seres queridos y a tus peores enemigos a la luz de “A candle’s fire”… Eso por no hablar de ese experimento casi electropop (muy a su manera) que es la fantástica y muy pegadiza “Santa fe” (la única que emparenta este largo al anterior EP “March of the Zapotec/Holland”), un cántico para agarrar a tus hermanos, darles de beber y acabar haciendo una catártica conga beoda alrededor de una hoguera llena de papeles con vuestros deseos escritos. Este disco es una carta llena de buenos deseos, un compendio de canciones humilde, cándido, sencillo, escrito con el corazón en el ukelele. El disco que todos querrán escuchar, que muy pocos osarán criticar y que sólo Zach podía firmar. Felicidades (a todos). Virginia Arroyo

Jay-Z & Kanye West “Watch the throne”

(“My beautiful dark twisted fantasy”) en el que letras tan poco afortunadas (hoy en día) como la ya comentada “Otis” conviven con temas más políticos (siempre desde el punto de vista local de la comunidad negra norteamericana) como la preciosa “Made in America” (gran fichaje el de Frank Ocean del colectivo OFWGKTA) o “Murder to excellence”. Una batería de hits instantáneos (enormes los dos temas Swizz Beats) que apunta muy alto pero que, francamente, no podría haber sido publicado en peor momento. West y Carter parecen dos dinosaurios que se han quedado anclados en el oropel de principios de la primera década del siglo XXI y no se han enterado todavía de los problemas que existen actualmente en el mundo. Manu González

Fionn Regan “100 acres of sycamore” HEAVENLY / COOP

Folk. Crítica y público han ido engalanando al irlandés, gracias a sus dos primeras publicaciones, con unas condecoraciones de alta distinción al compararle con artistas como Nick Drake, Bob Dylan, Van Morrison e, incluso, Ryan Adams. El tan maravilloso como doloroso tercer disco de Fionn Regan es, sin duda alguna, su mejor trabajo hasta la fecha, una bala que se ha ido fabricando con mimo en lo más profundo del alma. “100 Acres of Sycamore” fue grabado en España, en cinta analógica y tan sólo siete días. La gótica oscura del tema que abre y titula este álbum, muestra un común denominador en todas las composiciones que aquí se encuentran: el regreso a su faceta más acústica e intimista espléndidamente arropada por una justa y medida orquestación, lo cual beneficia al conjunto de una obra que nos expone a un artista desnudo de inútiles artificios. Cuando el corazón habla, dejando a un lado el ruido distorsionado del cerebro, la honestidad se impone como la noche al final del día. Esencial. David Giménez

ROC-A-FELLA / UNIVERSAL

Hip hop. Es imposible reírles las gracias a West y Carter cuando escuchas temas como “Otis” (“I pulled up in my other Benz / Last week I was in my other other Benz”), el segundo single de este dorado, ostentoso y superlativo “Watch the throne”. “Otis” es como si Emilio Botín y Isidro Fainé comentaran con el micro abierto lo ricos que son y los Mercedes que tienen mientras los mercados se hunden y la crisis amenaza con dejar en la pobreza más absoluta a millones de personas en todo el mundo. Simplemente insultante. “Watch the throne” es el nuevo juguete de, seguramente, las dos personas más importantes e influyentes de la música norteamericana actualmente. Un disco en el que no se han ahorrado recursos: a West le acompaña en la producción gente como Swizz Beats, RZA, Q-Tip o The Neptunes, un baile de productores que no hacen ningún favor a este álbum que suena bastante disperso, acostumbrados como estábamos al férreo control que Kanye suele tener sobre su obra. El resultado es un álbum bastante superior al último trabajo de Jay-Z (“The blueprint 3”) pero que no se acerca a la excelencia del laureado disco de Kanye West del año pasado

Girls “‘Father, Son, Holy Ghost” TRUE PANTHER / PIAS

Indie. Hace un par de años se depositaron muchas esperanzas sobre los frágiles hombros de Chris Owens, sobre su despeinada melena (de la que tan solo queda un flequillo tembloroso) y en la capacidad de Girls de evocar, con una torpeza entrañable y un desparpajo muy californiano, todo el pop ingenuo de la historia universal, de Buddy Holly al indie pop de los 90. El grupo vuelve con un álbum que ni convence ni deja de convencer, lo que debería irritar tanto a sus impacientes fans como a sus incontables detractores. “Father, Son, Holy Ghost” conserva parte del encanto de la frescura que les caracterizaba (en “Alex”) pero tiende a dispersarse entre bromas insustanciales (“Die”), aburrimiento (“How can I say I love you”) y peligrosos sueños de grandeza que empujan las enclenques cancioncillas de Owens hacia el folk pastoral melifluo (“Just a song”) y hacia el gospel, como quien ha escuchado demasiado a The Verve, o como quien se asoma al mismo precipicio durante demasiado tiempo. Qué Dios los coja confesados. Gloria González

Givers “In light” GLASSTONE / COOP

Indie-pop. El título del debut en largo de Givers no engaña. “In light” es todo luz, sol, color, calidez, alegría y felicidad. Tras girar con gente como Dirty Projectors o Ra Ra Riot, el quinteto de Louisiana presenta diez temas que beben del folk, el pop sesentas y el afropop y que ponen un especial énfasis en la percusión y las melodías vocales. El resultado son canciones donde la polirritmia y el cambio rítmico son la constante y donde el juego vocal femenino-masculino y sus divertidas armonías resultan la mar de frescas. Lo mismo pasa con los elementos tropicales, que hacen respirar a sus temas y les aportan una brisa marina que te hace pensar en piña coladas y hamacas bajo cocoteros. De hecho, “Meantime” y el pedazo de temón “Up up up” van de cabeza a mi lista de canciones que me ponen de buen humor. Ambas abren el disco y ponen el listón tan alto que en ningún momento se vuelve a sobrepasar, pero con lo bien que se lo pasarán escuchando el álbum ni siquiera van a acordarse de aquel listón: sólo sonreirán y seguirán bailando hasta que la música se acabe. Virginia Arroyo

Jim O’Rourke “Old news #5” EDITIONS MEGO — IMPORT

Laptopismo. Siempre inclasificable, siempre cambiante, Jim O’Rourke lleva años editando pequeñas tiradas en CD-r donde rescata viejas grabaciones de su catálogo, a veces capturadas en directo y otras tocadas en estudio, que por una u otra razón nunca llegaron a ver la luz. “Old news” es el gráfico nombre que ha escogido para una serie que, a partir de su quinto volumen se centrará en la vertiente más electrónica del de Chicago (es decir, experimentos con sintetizadores, ordenadores y máquinas de cinta) y será editada en lustrosos vinilos por Editions Mego, ese sello en el que piensan que, como del cerdo, de O’Rourke se aprovecha todo. Una máxima que, a tenor del contenido de este volumen, va a haber que tomarse en serio. “Detain the to whom”, grabada en 1992, es un ejemplo de noise de vieja escuela, con varias cortinas de ruido chocando entre sí y patrones rítmicos de carácter azaroso. Una estética que aparece mucho más refinada en “Mother and who” (03) y “It’s not his room anymore” (10), piezas en las que ya es posible reconocer los dos niveles de composición que suele manejar nuestro hombre: uno, de carácter minimalista, que ocupa el plano de fondo y le da sentido a la pieza, y otro más nervioso y alocado, que se sitúa en primer plano, y que da a las composiciones un aire de máquina estropeada. Eso sí, lo mejor del lote es “Pedal on pedal”, una pista grabada en directo, en 2010, en la que un babel de colchones sintéticos, dispuestos en oleadas, va creciendo en busca de un clímax repleto de luminosidad. El O’Rourke más marciano en su estado más puro. Vidal Romero


AraabMUZIK “Electronic dream” DUKE — IMPORT

John Maus “We must become the pitiless censors of ourselves” UPSET! THE RHYTHM / ¡POP STOCK!

Synth-pop. Hay propuestas que caminan peligrosamente sobre un delgado hilo que apenas les separa de la gloria de alcanzar el éxito o de la caída. El nuevo trabajo discográfico de John Maus es de esos. ¿Genialidad o tomadura de pelo? ¿Moderno o ridículo? La primera escucha sorprende por una sonoridad que mimetiza las producciones lo-fi de los ochenta. Es inevitable que asalten a la imaginación las grabaciones de aquellas filmaciones recuperadas en las primeras cintas de vídeo, los programas musicales de media tarde donde los sintetizadores eran los protagonistas invariables para los grupos de tecnopop o los del heavy más distraído. Pero aquí hay mucho más, y es ahí donde se decanta la balanza a favor del aplauso enfervorizado: el de Austin ha puesto sobre este tapiz unas enormes canciones, tiznadas de una oscuridad que, acompañadas de una voz que recuerda por momentos a ilustres como Ian Curtis o Peter Murphy, convierten este álbum en el reverso lúgubre de la banda sonora de “Movida en el Roxbury”. David Giménez

la vagancia, sino al mimo que el neoyorquino pone en cada una de sus obras, y a las particulares necesidades espaciales que requieren. Y es que en la música de Kirschner el espacio es el elemento fundamental: espacio a nivel físico, porque son los silencios y las resonancias, el contraste entre lleno y vacío, la materia prima con la que da forma a sus obras; pero también espacio a nivel temporal, porque su particular visión del minimalismo le exige embarcarse en tours de fuerza cada vez más largos, en los que cualquier formato parece quedarse pequeño. “Twenty ten” no es una excepción: en los tres discos que contiene apenas hay espacio para cuatro piezas. Cuatro piezas que, además, pueden entenderse como un episodio de transición dentro de la carrera de Kirschner, porque además de dos (fantásticas) obras que se pliegan por completo a su estilo extático, sereno y evocativo (una que mezcla pianos, cuerdas y delicados toques de celesta, y otra con dos pianos en diálogo sutil sobre un fondo repleto de zumbidos), aparecen otras dos que suponen vías de investigación inéditas en el neoyorquino: “January 4, 2011”, que superpone distintos instrumentos de percusión (xilófonos, marimbas, metalófonos) en una suerte de collage que tiene mucho de gamelan; y “September 25, 2010”, que deja caer acordes (muy) dispersos, tocados con cuerdas y metales, sobre un fondo de absoluto silencio que se extiende a lo largo de tres cuartos de hora, creando una impresionante pieza de música contemplativa, de altísimo poder emocional. Lo que confirma que, sea cual sea el camino que siga en el futuro, la música de Kirschner seguirá siendo sobrenatural. Vidal Romero

Joan Colomo “Producto interior bruto, vol. 1”

Trance-hop. Nueva Inglaterra tiene la mejor fama dentro del conglomerado multiétnico que son los Estados Unidos. Allí se gestaron los primeros conatos de literatura norteamericana. También los primeros atisbos de filosofía vieron sus alas levantar allí. Desde ese mismo estado, hacia 1775, se expulsó la última colonia de ingleses. También en Nueva Inglaterra se originaron los primeros movimientos en favor de la abolición de la esclavitud que desembocaron en la revolución industrial. Hoy en día, Nueva Inglaterra es la punta de lanza —Silicon Valley come aparte— en nuevas tecnologías, educación no tradicional y medicina avanzada. Estamos hablando pues de una tierra de progreso, fértil en historia y con grandes arraigos europeos. No viene mal recordar que en el estado de Providence se criaron H.P. Lovecraft, Sage Francis, Cormac McCarthy o el famoso crítico cinematográfico A.O. Scott. También de allí viene el cerebro tras AraabMUSIK, Abraham Orellana (apellido especialmente sugerente), de ascendencia dominicana y guatemalteca, además de un gran amante de la MPC 2500 de Akai. “Electronic dream” es toda una machada en el mundo discográfico actual, una suerte de electrocución que te levanta en armas la primera vez que lo pones en modo play y te sacude y te marea a la segunda escucha. Empecemos por los sampleados: el eurobeat noventero del hit “Right in the night”

de Jam & Spoon con esa guitarra que bien podría ser de nuestro patrio Raúl Orellana, la más pastelito “4am” de Kaskade (toma ya) o la trancera “Why don’t you dance with me” de Future Breeze, una de esas que martillean a la primeras de cambio. No tenemos un referente próximo del que meter mano, puede que lo más aproximado en intenciones, no en sonido ni en resultados, sea el reciente trabajo de Magnetic Man, ese Tïesto descontextualizado que tan buena acogida tuvo entre la parroquia dubstep hace ahora un año. El álbum en sí, es una edulcorada y excitante macedonia de trance filtrado, beats exóticos a lo Sheila Chandra que rozan algunas veces lo cheesy, otras son simples comparsas apoyadas sobre melodías pegajosas y sintetizadores de los que tanto te ponen patas arriba la fiesta de cumpleaños de Paul Van Dick como te recuerdan que El Último Mohicano (“Free spirit”) ha sido una influencia para toda una generación. Hay un momento especialmente desconcertante a mitad del disco, cuando en “Underground steam”, una crujiente base rítmica se cruza por encima de un sintetizador al más puro estilo gabber holandés. En “Make it happen” y “Lift off”, la épica llega a sus máximas cuotas, pero la gloria smiley se la llevan “Feelin so hood”, con un sampleado vocal femenino que sacaría los colores a los Pitufos Maquineros y “Lost in a maze”, planeadora y reconfortante. “Electronic dream” es sin duda una de las sorpresas de la temporada: parte en dos la sensación general de que muchos de los géneros antagónicos de la música actual son irreconciliables y deja abiertas las puertas para quien quiera traspasarlas en un futuro, que, definitivamente, se antoja excitante. David G. Balasch

BCORE

Rock. No se le puede negar a Joan Colomo el valor a la hora de firmar un disco como “Producto interior bruto, vol. 1”. Buscando constantemente sacar a flote su personaje como seña de identidad y factor distintivo de la gran masa de repetitivas novedades discográficas, como suele ocurrir en estos casos, su discurso peca de irregularidad: a veces genial, en ocasiones ridículo. Cuando se acerca a Albert Pla, en temas como “Màgic” u “Hort mort”, depura los impulsos demagógicos y superficiales que le ahogan en composiciones como “Pirotecnia barata”, así como las sonoridades más acústicas se ajustan mejor a sus melodías y su forma de cantar que la electricidad que impera en esa chorradilla titulada “Tengo fé en el acné”. Uno de esos personajes que hay que dejar crecer, porque, antes o después, llegará esa obra en la que sea capaz de equilibrar todos los factores que ahora es incapaz de manejar simultáneamente, y que sin duda, tiene en el sentido del humor y la ironía una de sus mejores herramientas. Mientras tanto, disfrutamos con discos tan curiosos como efímeros. Jesús Sáez Kenneth Kirschner “Twenty ten” 12K — IMPORT

Ambient minimalista. Aunque mantiene una agitada presencia en la red, donde no cesa de desperdigar bocetos, piezas menores y algún capricho excesivo, resulta bastante caro ver el nombre de Kenneth Kirschner estampado en un disco. Aparte de las colaboraciones con Taylor Deupree (la seminal serie “Post_piano”) y André Gonçalves, “Twenty ten” es apenas su cuarta entrega tras casi dos décadas de carrera; una parquedad que no se debe a

Ladytron “Gravity the seducer” NETTWERK / COOP

Pop electrónico. Que no os engañen, Ladytron han perdido totalmente el ‘mojo’ y se han convertido tardía pero certeramente en el bluff oficial del Reino. Aunque, sinceramente, salvo tres o cuatro temas, ¿eran tan buenos Ladytron? “Destroy everything you touch” no puede alzar un imperio y yo por lo menos no puedo seguir justificando mi apego por la banda con tan poco a lo que agarrarme. Mira que Helen Marnie y Mira Aroyo nunca han sido estandartes de la fuerza, la garra y el poderío vocal, pero es que en este “Gravity the seducer” resultan especialmente desganadas y soporíferas. Claro que semejante colección de temas no ayuda demasiado (ni a motivarlas a ellas ni a nosotros). Lo más parecido a un temazo es “Ritual” o “Age of Hz”, el single, que muy probablemente ya habrán oído y estarán de acuerdo conmigo en que tampoco es la repanocha, aunque al final se le acaba cogiendo cariño. El resto de temas ni siquiera se ganan ese apego del has-been que lo sigue intentando. Me voy a dormir. Virginia Arroyo Le Petit Ramon “Brou” BANKROBBER

Rock. Siempre digo “el esperado disco de Le Petit Ramon” porque yo espero los discos de Ramon Faura como agua de mayo, no puedo evitarlo. Llega pues el quinto álbum des-

pués del fantástico “Acusticus replica”, con la incombustible formación de power trío habitual, conocida como Le Petit Ramon 3 Experimenta, que incluye a Ramon Faura as himself, la violoncelista Elvis JV y el percusionista Xavier Tasies. Con ellos Ramon acomete diez temas (más un hidden track) divertidos, sangrantes, apabullantes. La cosa comienza con unas risas nada enlatadas y primera bofetada: “Autoretrat a les 3”, acordes y arreglos muy “Blonde on blonde”, un directo a la mandíbula. “Qui vol consells?” es una canción de cuidados arreglos, subidón (crescendo, para los puristas) y una frase que merece ser citada hasta la saciedad: “¿Quién quiere consejos cuando queda ginebra?”. Seguimos con la versión de Willie Dixon que cantó en 1962 el grandioso Bo Diddley (“You can´t judge a book by its cover”) reconvertida aquí en “No pos jutgar el formatge per la seva olor”: rockabilly, blues del delta, lo que haga falta. Ah, sí, la voz de Ramon Faura ha mutado un poco: cavernosa a veces, bluesera siempre, dylaniana de repente, por momentos he pensado en un coyote cantando a la luz de la luna barcelonesa: Screaming Jay Faura. “Atropellament” es el primer medio tiempo con letra de abandono amoroso y consiguiente desgarro (por favor, que alguien premie el vídeo de esta canción pero ya). “Idiotes” recuerda a aquellos temas menores que aparecían en el disco blanco de The Beatles y tardamos demasiado tiempo en percibir su grandeza. Otra joya de Ramon a la que le siguen “No sóc prou”, “Idiotes”, “Guapa” —que retuerce los mágicos riffs de Pete Townsend obteniendo petróleo garajero demoledor—. “Martell” es sencillamente preciosa, con esos delicados coros y arpegios. Dice el propio Ramon en su facebook que la resaca es el estado más creativo. Pues oye, Ramon, por nosotros no pares de beber. Octavio Botana

Let’s Wrestle “Nursing home “ FULL TIME HOBBY / PIAS

Indie rock. Steve Albini es un tipo listo, muy listo, y si alguien le pone a tiro producir un disco para una bicoca de banda como Let’s Wrestle no va a dejar escapar la oportunidad. Su primer álbum, editado el pasado 2009, no pasó desapercibido. La combinación de unas letras irónicas y graciosas que no caen en el chiste fácil con unas robustas y trabajadas melodías indies les granjeo un alud de buenas críticas y comparaciones con Art Brut, The Fall o The Wedding Present. Su segunda entrega mejora y profundiza en los aciertos de su debut. Las letras siguen siendo frescas e ingeniosas (el patetismo de individuos que sueñan con encontrarse a una estrella de rock en la habitación o que idealizan una vida en los suburbios cenando con su madre y jugando a la consola todas las noches), mientras la producción marca de la casa de Albini, que casa perfectamente con la banda, confiere a las melodías una aspereza que sienta a los temas de maravilla. Permaneceremos atentos a los siguientes pasos de una banda que paso a paso progresa adecuadamente mientras disfrutamos del refrescante “Nursing home”. Javier Burgueño


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discos

Four Tet “Fabriclive 59” FABRIC / PIAS

Mix. La cosecha anual de sesiones enlatadas, un reclamo habilidoso a la hora de rescatar las denostadas ventas y remover los catálogos de los sellos, siempre trae algún pelotazo que otro. Como ya es habitual, la casa Fabric nos la trae entre algodones: Kieran Hebden aka Four Tet firma el número 59 en formato live. Es decir, el probablemente artista electrónico más en forma a los mandos de una de las más respetadas series de sesiones. En la nota de prensa Kieran ya daba pistas de lo que buscaba transmitir, abogando por evocar el espíritu de la mítica sala así como de la capital inglesa. Básicamente, excavar en los recuerdos del propio artista para invocar a los espíritus de aquellas grandes fiestas que tanto le inspirarían en su paso a convertirse en productor. De hecho, ya pudimos comprobar un adelanto los asistentes a la edición del Sónar de hace unos meses. Por tanto, el mago Kieran escarba, “diggea” y se deja la piel en confeccionar un tracklist a la altura de las circunstancias. Construye con su habitual sensibilidad un relato en primera persona (hay inclusión de grabaciones de campo de la propia discoteca que actúan a modo de pausa para volver a la superficie y coger aliento así como para dividir conceptualmente la mezcla) a medida que enlaza cada tema con mano de santo. Su sagacidad nos devuelve a los oídos perlas de los

noventa, y es precisamente donde se nota la calidad diferencial y el esfuerzo extra en la búsqueda arqueológica de rarezas y artistas ninguneados durante la historia (cuenta Kieran, por ejemplo, cómo tuvo que ripear “Feel da vibe” de un vinilo encontrado milagrosamente a un usuario de Discogs, ya que Persian no tenía el original al ser editada como white label). Porque es una delicia exhumar frescos cadáveres del calibre de “First born” de Crazy Bald Heads (delicioso 2step primitivo que el propio Kieran remezclaría sin ser nunca publicado y también incluida en la sesión) o el himno garage “Pulse x” del ignorado Youngstar (¡qué bien suena con los altavoces al máximo, por dios!). Obviamente Four Tet no iba a olvidar la fértil escena actual. Al lado de los grandes deja espacio para sus grandes colegas, como su amigo Burial —¿o es él mismo?— y su imperial “Street halo”, Manitoba con “Webers”, Ricardo Villalobos (cuanta clase al incluir “Sieso”) o bien Floating Points con la incisiva “Sais”. Temas nuevos también hay, claro. El artista risueño vuelve a desmarcarse del resto de productores de su generación con el pelotazo “Pyramid”, un track algo inusual en el artista por el uso agresivo de la línea de bajo y vocales. “Locked” cierra la mezcla con maestría, como sólo los grandes saben: 2step de rítmica burialesca que serpentea alrededor de una cálida y punzante melodía y ensalza el momento dulzón que vive la bass music británica. Un trabajo excelso y titánico tanto en lo técnico (ha sudado horrores para masterizar sin perder el sonido vintage de los temas antiguos) como en lo práctico, que diferencian este “Fabriclive 59” del resto, así como de cualquier otro álbum de sesiones. Alberto Vidal

Matana Roberts “Coin coin chapter one: Les gens de couleur libres” CONSTELLATION / ¡POP STOCK!

Mark Boombastik / Eduardo Delgado López “Adiós Berlin” SHITKATAPULT — IMPORT

Techno / beatbox. Dejen a un lado prejuicios y varas de medir, olvídense de las comparaciones y no se mareen intentando clasificar a este tipo mediante ninguna etiqueta. Punk, techno primitivo y cortante, beatboxing, canto a capela y más se dan cita en el debut en solitario de Mark Boombastik, que deja de lado sus distintos alias y proyectos conjuntos (Anaerobic Robots, Khan Of Finland…) para, compinchado con el polivalente bajista Eduardo Delgado López, grabar el primer disco a su nombre auspiciado por el sello Shitkatapult. En “Adiós Berlin” Boombastik da rienda suelta a todas sus inquietudes, pervirtiendo punk y techno primitivo a su antojo, experimentando con sonidos rugosos y aprovechando su depurada técnica vocal fruto de su larga trayectoria como beatbox humano para, utilizando su voz como un instrumento más, asfixiar en temas como “Arbeit” o “Zucker”, o resultar demoledor en las revisiones de antiguos hits (“Putzen”, “Plastik/Lieb”). A pesar de la amalgama, o mejor dicho gracias a ella, el disco funciona, convirtiéndose en una deslumbrante sorpresa en el catálogo del flamante sello de Apparat, Shitkatapult. Javier Burgueño

Jazz y más. Más que música, es teatro, y, más que teatro, historia. Matana Roberts, reputada saxofonista de Chicago afincada desde hace años en Montreal, presenta ahora el primer disco compuesto por ella misma, donde no toca casi nada, sino que habla, canta y dirige. Se trata, en realidad, de la grabación de una actuación en la que se narra en primera persona el largo y doloroso camino de una mujer negra desde la esclavitud hacia la libertad. Usando elementos de free-jazz, de be-bop, de spoken word, de gospel y algo de rock moderno, la orquesta de quince miembros que lidera Roberts (el llamado Coin Coin Group) alterna sacudidas y estridencias (incluyendo gritos escalofriantes, como en “Pov Piti”, y descripciones crudas en dos idiomas) y momentos de profunda belleza y de poética sobriedad (como en “Lulla/Bye”, en el temible lenguaje universal de la tristeza). En definitiva, un canto a la esperanza no siempre fácil de escuchar y, de hecho, cantado sólo a ratos, pero muy interesante. Gloria González Miles Kane “Colour of the trap” COLUMBIA / SONYBMG

Pop. Una lástima cuando tu talento sumado al de los demás se convierte en algo interesante pero no alcanza unos mínimos cuando lo sacas a relucir en soledad. La carrera de Miles Kane con The Rascals, a pesar de ciertos altibajos, es digna de admiración y respeto. Su escarceo con Alex Turner en The Last Shadow Puppets cosechó alabanzas por do-

quier y subió el listón hasta el punto de tener a muchos fans esperando un segundo asalto que no llega. ¿Qué ha pasado pues con su debut en solitario? Pues que elegancia —palabra mil veces usada por reseñadores musicales para designar un estilo siempre con miras a décadas pretéritas, aires soul y arreglos orquestales de calidad— y voluntad no son suficientes para dar en el clavo. A ver, no es un mal disco, pero es difícil recordar algún corte del mismo por su intensidad, su lirismo o su pegada. Cumpliendo todos los mínimos para agradar, guiñando el ojo a todos ‘los padres del invento’ (Paul Weller, Neil Hannon, Scott Walker), Miles Kane tiene que aprender a componer hitazos que estén a la altura del corte de sus trajes. Octavio Botana

My Morning Jacket “Circuital” V2 / COOP

Rock. Casi todo aquel que haya tenido la oportunidad de sumergirse en sus trabajos preliminares —como “At down” (01) y el posterior “Still it moves” (03)—, sabrá que la coartada de bichos raros del rock americano funcionaba de maravilla y cumplía con el requisito inapelable para convertirles en una de esas bandas de culto que se pasan dos décadas enteras editando discos que sólo un determinado modelo de público puede disfrutar, o sea, el indie. Hasta que llegó su obra maestra. El inesperado pero bien merecido salto a la popularidad que supuso “Z” (05) probablemente sea el motivo por el que los de Kentucky se exigieran a sí mismos más de lo que eran capaces de ofrecer y resbalasen años después con el atropellado “Evil urges” (08). Afortunadamente “Circuital” recobra la inspiración que antaño les pagó con el respeto internacional y contiene más de cuatro temas sublimes, lo que ya lo convierte en un producto de elevado interés. En este caso la producción corre a cargo de Tucker Martine (Decemberists) apostando por una depuración de su sonido, deparando en todo tipo de detalles y arreglos (los coros infantiles en “Holding on to black metal” son deliciosos). Destacan el fulgor Beattle de “The day is coming”, ese himno para jóvenes inadaptados que es “Outta my system” o la balada satinada “Movin´ away” que pone fin a un disco muy bien parido. Matías Bosch Motor City Drum Ensemble / Varios Autores “DJ kicks” !K7 / ¡POP STOCK!

DJ mix. ¿Es posible mezclar y empalmar de una tirada a Sun Ra, el dub gaseoso de Rhythm & Sound y el soul de Electric Wire Hustle? Sí, es posible. Danilo Plessow, aka Motor City Drum Ensemble, es el encargado de mezclar esta correctísima nueva entrega para la inmortal serie “DJ kicks”. Su contrastada elegancia produciendo en sellos como Rush Hour o 2020Vision nos tapaba la vista a la hora de ver el pedazo de dj que teníamos en las narices, a tenor de la selección ecléctica realizada para la sesión que nos ocupa: podemos picotear free jazz. Hay más música cósmica que otra cosa, es decir, tirando al italo. Hay techno manchado de dub. Pero sobre todo hay housete del que a todos nos gusta,

como la inclusión del infalible Mr Fingers (“The juice”). Pero es en la segunda parte del mix donde Danilo se pone más terco y regala más temazos por minuto, enchufando por ejemplo la dupla technoide de Robert Hood (“The pace”) y Loose Joints (“Pop your funk”). El detallazo del disco reside en la inclusión de la mítica “Actium” de Aphex Twin. En definitiva, una sesión muy bien apañada, consumible tanto con cascos tumbado en el sofa como con una copa en la mano. Alberto Vidal Paramount Styles “Heaven’s alright” CYCLE — IMPORT

Rock. A Scott McCloud la madurez le está sentando de maravilla: sabedor de que tiene el recurso de Girls Against Boys para salir de gira de vez en cuando, y de que ese recurso le sirve tanto para engrasar su cuenta corriente como para liberar sus buenas raciones de mala leche, se dedica a construir discos a su propio nombre en los que el estallido eléctrico y la velocidad se sustituyen por grandes dosis de intimismo y mucho amor por el detalle. “Heaven’s alright” llega tres años después que su primera aventura en solitario, “Failure american style”, pero las coordenadas son las mismas: historias a media voz, sostenidas sobre un manto de guitarras acústicas y punteadas con bonitos arreglos de cuerda y piano. Una veta, de atmósferas acariciantes y tiempos recogidos, de la que un McCloud sereno y maduro extrae diez canciones que funcionan como viñetas costumbristas; canciones que de alguna manera conservan el perfume de la banda madre (algo a lo que ayuda el reconocible sentido rítmico de Alexis Fleisig) y la inevitable cuota de mala baba, pero que prefieren el guante de seda al puño americano. Vidal Romero

Popol Vuh “Revisited & remixed (1970-1999)” SPV - IMPORT

Kosmische musik. Como ya glosamos todas las maravillas de Popol Vuh hace un par de números, a raíz de la publicación de “The Werner Herzog soundtracks”, esa fastuosa caja que documenta la fructífera colaboración entre la banda del mítico Florian Fricke y el (aún más mítico) director de cine, me limitaré a señalar que todo aquel que ande buscando una puerta de entrada hacia el universo de la banda tiene una, algo errática pero bastante apreciable, en el primer compacto de esta recopilación. Errática, porque se centra sobre todo en los dos primeros discos del grupo, mucho más orientados hacia la música electrónica, y en las citadas bandas sonoras, dejando sin explorar títulos tan fundamentales como “Hosianna mantra” (72) y gran parte de su obra de carácter más litúrgico. Pero también apreciable, porque es cierto que todos los temas incluidos son brillantes, y en el fondo esa es la mejor manera de conseguir nuevos adeptos a una causa como ésta. Lo que resulta más discutible es la colección de remezclas que contiene el segundo disco, porque en casi ningún caso los artistas involucrados han sido capaces de conservar el espíritu entre mesiánico y meditativo de las piezas originales. De hecho, sólo unos sorprendentes Peter Kruder


The Units “Connections” OPILEC — IMPORT

y Stereolab (sorprendentes, porque precisamente de ellos no se esperaba gran cosa) son capaces de insuflar nueva vida a “Aguirre (Lacrima di rei)” y “Hossianna mantra”. Entre los demás, y dejando a un lado las estimables revisiones de Mika Vainio y Haswell & Hecker, que ya había publicado Editions Mego hace años, todo son decepciones; y eso incluye a tipos como Moritz Von Oswald, Thomas Fehlmann o Mouse On Mars. Flaco favor le han hecho al tito Fricke. Vidal Romero

a Nick Cave, y a 11 temas más que mantienen el nivel de interés notable. Jesús Sáez

Varios Autores “If this is house, I want my money back II” PERMANENT VACATION — IMPORT

Southern Arts Society “Another life” COLECTIVO KARMA / GREEN UFOS

Rock. Tras el notable “Burning sand” (08) y todavía con el buen sabor que dejaron en el paladar sus colaboraciones junto a Roger Quigley y François Breut, vuelve el combo sevillano con el británico Andrew Jarman al frente. Lo que se disponía a ser un EP con vistas a ser publicado en el sello Clifford, ha acabado convirtiéndose en un larga duración de once temas que verá la luz en ambos formatos, vinilo y CD. “Another life” acentúa aún más que sus trabajos predecesores esas ambientaciones dotadas con un distintivo toque de elegancia que les establece en la misma liga de bandas como Jack, Tindersticks o los añorados Knife in the Water. Probablemente “Another life” se convierta en su trabajo más sólido hasta la fecha gracias a la indiscutible sugestión argumental de las letras de Jarman (“Unknown soldier” se acerca a Cohen) y una linealidad musical fortificada a lo largo de los once temas del disco que subraya el buen estado de forma de la banda. Matías Bosch UNKLE “Where did the night fall – Another night out” SURRENDER ALL / PIAS

Trip-everything. La perspectiva rock enfocada desde materia prima electrónica ha sido óbice para grandes obras y tremendos batacazos en los últimos años dentro de la industria discográfica. La coartada de la vanguardia ha sido una trampa para muchos, que han optado por intensas atmósferas bajo líneas rítmicas contundentes y han acabado abonados al macarrismo garrulo digitalizado. James Lavelle y los suyos han sido grupo prototípico dentro de esa complicada carrera de obstáculos. Por eso “Where did the night fall” (junto a ese Bonus Disc, titulado “Another night out”) son muy buenas noticias, para los que esperábamos señales cercanas a aquel “Science fiction”. Sin la inspiración y la rotundidad de aquel inicio (y algún pinchazo, como “Falling stars”, o la blandengue “The healing”), entre los últimos Massive Attack, y los Death in Vegas más acertados, su quinto disco plantea interesantes piezas como “Follow me down”, “Joy Factory”, “Caged bird” (con una Katrina Ford poseída) y “Another night out” (con Mark Lanegan) en las que mantiene un interesante equilibrio entre ritmo y texturas densas, creando una dinámica rock con querencias psicodélicas, reforzadas con unos graves bien gorditos, de esos que te masajean el colon, y la colección de colaboraciones vocales, entre las que repite Gavin Clarke. Y mención aparte ese CD bonus que incluye un impagable “Money and run” junto

House. Conscientes de que el panorama de la música de baile sigue hecho unos zorros (dividido como está entre un minimal sobado y pasado de rosca y un deep house formulaico y falto de alma), los chicos de Permanent Vacation entregan el segundo volumen de “If this is house, I want my money back”, una recopilación que, como ya sucedía en su primera parte, se pliega a una manera de entender el house que tiene mucho de antiguo; que mira con nostalgia a esa época, no tan lejana, en la que se bailaba a baja velocidad y los productores dedicaban más esfuerzo a desarrollar atmósferas húmedas y melodías oníricas que a inflar bombos con clembuterol. Es a eso, a humedad y sudor, a lo que suenan los infecciosos arreglos electro de Beautiful Swimmers en “Excited”, los sonidos gomosos que utilizan Trickski & Soul Clap o la estupenda “Let’s not talk about love”, de Mano Le Tough, construida alrededor de una línea de bajo que se pega al estómago. En un aire más jazz están las pistas de Jacob Korn & Cuthead y la vibrante “A study in wild” de Hunee, mientras que los propios Permanent Vacation prefieren añadir cierto aroma dub a “Hendiadyoin” y nuestro Pional destapa su particular tarro de las esencias en la bonita “Just passing through”. Claro que, si existe un órdago en la colección, ese es el “Leave me (Friendly Pattern version)” de John Talabot, un hit estratosférico con un piano que es puro Chicago, que pone el broche de oro a una recopilación brillante, en los dos sentidos de la palabra. Vidal Romero

Synth-pop. Naturales de los alrededores de la bahía de San Francisco, The Units se jactan de ser uno de los primeros grupos de punk americanos que usaron exclusivamente sintetizadores en vez de guitarras. Razón no les falta, que conste, aunque antes ya hubieran hecho sus pinitos grupos como Suicide, Nervous Gender o The Screamers. Casi nada, vamos. De todas formas, cabe apuntar que grupos de guitarras —puntualicemos, de aquella manera— como Devo o Gang Of Four les influenciaron hasta el punto de que su único y buscadísimo LP, “Digital Stimulation” (415 Records, 80), más bien se asemejaba a un remedo en clave mainstream de uno y otro grupo. Sea como fuere, y a pesar de que un single tan enorme como “High pressure days” llegara a copar las listas de ventas, la llama del grupo se apagó. Por el camino quedó un EP, “New way to move”, en que parecían haber pasado a escuchar a Talking Heads y The Human League; quizá demasiado, de hecho. Luego tuvieron que pasar casi treinta años para que el grupo fuera redescubierto. Primero a través de un recopilatorio del sello Community Library, luego a través de un excelente 12” en Relish —aún resuena el tremendo remix de Rory Phillips— y ahora, pasada ya la tormenta, sale a la venta una recopilación de remezclas de todo tipo en la que hay chicha como para montar una charcutería. Tres CDs, más un link de descarga exclusivo, donde po-

demos encontrar más de una sorpresa. Y de dos. La mayor de las sorpresas es la siempre grata presencia de Daniele Baldelli. El Ron Hardy italiano, el DJ que desde la discoteca Cosmic, y en pleno año 1979, se dedicó a mezclar música africana con disco, synth-pop con punk, new wave con krautrock. Después de muchos años en la cuneta se ha puesto las pilas a raíz del auge de la música disco y remezcla “The right man”, “Contemporary emotions” y, sí, “High pressure days”. También hay otras viejas glorias como Maurizio Dami con su alias Alexander Robotnick, N.O.I.A. y un sorpresón de órdago: Klein & M.B.O. Hacía años que no se sabía nada de Mario Boncaldo y Tony Carrasco, así que los completistas del italo estarán frotándose las manos. Por lo demás, hay drone con bombo (gigantesca “Bird river” a cargo de Sinner DC, deliciosas “Cowboy” a cargo de Nick Chacona y Vaghe Stelle), disco lo-fi (Losoul haciendo de las suyas), minimal wave con tufo a alcanfor (remixes casposísimos y muy disfrutables de Eclipse Soul y Dominatrix), new wave sin tapujos, ciberdelia de la que sonroja los carrillos —para bien y para mal, ya es lo que tiene la ciberdelia—, italo del de ponerse kilo y medio de laca por patilla, baladas horteras (estupendísima revisión de “Straight lines” por Portable Morla ft. Rubin Hood), disco cósmico (cómo no), y mucha conga, mucho amateurismo y mucho vejete recuperado para la ocasión, lo cual es enternecedor. Como en aquella escena de “Cocoon” en que sale la panda de abueletes dándole al breakdance, “Connections” no decepciona en absoluto. Es más, asombra, refresca y le hace pensar a uno, y mucho. Gerontofilia rocks the house. Marc Piñol

Tropics “Parodia flare” PLANET MU — IMPORT

Varios Autores “Macrospective”

Wu Lyf “Go tell fire to the mountain”

MACRO – IMPORT

LYF RECORDINGS / PIAS

Recopilatorio. Hay quién dice que hoy por hoy montar un pequeño sello discográfico de cariz electrónico en la capital germana es algo así como blanco y en botella. Sea esto una exageración o un disparate —me inclino por lo segundo—, el hecho de que existan más labels que diferentes tipos de pilsner rubias no ha de nublarnos la vista a la hora de contar las verdaderas perlas con los diez dedos de nuestras manos. Apuesten un pulgar a que Macro, creado hace un lustro por Stefan Goldmann y Finn Johannsen, es uno de ésos a tener muy en cuenta, conservando una fuerte personalidad y respeto dentro del variopinto circuito electrónico de Berlín. Dada la efeméride, qué menos que empaquetar con esmero un recopilatorio de doble cd —cada capo se encarga de pinchar con precisión una parte—, grabado en formato live para posteriormente ser mezclado exclusivamente con vinilos. “Macrospective” resultará una delicia para todo aquel aficionado al techno reposado de aires minimalistas y vanguardistas (ahí están Raudive, los eléctricos Elektroguzzi o Namlook), así como un testigo exclusivo que muestra las altas cotas alcanzadas por el sello germano en tan solo cinco años de vida. Imprescindible. Alberto Vidal

Rock. Vamos, dibuja un horizonte entre las llamas de la hoguera y el contorno de esa montaña que sabes trazar incluso con los ojos cerrados. Sí, bate las alas y deja que los coros ululen entre teclados desnudos y reverberantes bases de bajo, guitarra y batería. No desveles el misterio, mantén la mística en consonancia a lo volátil de tu sonido y pronto las redes harán el resto. Wu Lyf son cuatro chicos de Manchester que han sabido prender la mecha de la leyenda a partir de unas cuantas canciones carismáticas y crepusculares, al tiempo que cubrían su imagen e identidad entre velos intrigantes. Sin duda, estas líneas ni siquiera existirían si no fuera porque el altivo montaje se corresponde con música realmente poderosa e ingrávida, canciones que merece la pena escuchar. Son fabulosas las cúspides de lisergia que alcanzan las exclamaciones de estos mancunianos, en versos donde órganos tan humildes como grandilocuentes acompasan baterías impetuosas y punteos dirigidos siempre al cielo. “Spitting blood” será recordada y bailada, pero las estrellas resplandecen también cuando suenan “Cave song” o “Summas bliss”. Sí, vamos, incendiemos el cielo. Albert Fernández

Pop hipnagógico. Tropics, el proyecto de un jovenzuelo inglés llamado Chris Ward, se estrenó en Planet Mu con un maxi que parecía escarbar en esa veta inacabable del pop sintético de los ochenta que todo el mundo parece frecuentar estos días. Nobleza obliga, además de los guiños a la década del VHS había en sus temas un cierto componente IDM y un indudable latido disco; elementos que justificaban su presencia en el sello de Mike Paradinas y que, unidos a la baja velocidad con la que el chaval suele manejarse, otorgaban al maxi un hálito de misterio, una cierta grandiosidad sintética que hacía esperar lo mejor. Una confianza que, por desgracia, “Parodia flare” no parece capaz de justificar. Y es que, quitando algunos cortes que conservan ese aire entre nostálgico y pastoral que prometía el maxi (“Figures”, “Telassar”, “On the move”), el discurso de Ward ha evolucionado hacia un pop de texturas líquidas y fuerte componente psicodélico, en el que se suceden las instrumentaciones floridas, las producciones emborronadas y las melodías con ramalazo hortera. Un pop en el que todo parece diseñado para resultar meloso y sobrecargado, desde el exceso de reverb que inunda las mezclas a la sobredosis de arreglos, pasando por la incómoda voz de púber que se gasta el autor. Un conjunto que convierte a “Parodia flare” en un disco correcto pero también cansino, y que gustará mucho más a los seguidores de Toro And Moi que a los de Ohneotrix Point Never. Cosa que, aunque suene a contrasentido, debe entenderse como una involución. Vidal Romero


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discos maxis / libros/dvds-cómics

+maxis

Textos

A Taut Line / BD1982 “DSK005”

Unknown “Sicko cell/knock knock”

DISKOTOPIA, 12”

SWAMP 81, 12”

Firmado a medias por dos productores a los que no se les conoce ni en su casa a la hora de comer, el nuevo maxi de Diskotopia reformula las directrices de lo que vendría a ser aquel sonido Planet Mu tan reconocible y a la vez tan difícil de explicar. Entre la IDM, el acid, el 2step y el nu rave, cada una de las canciones de “DSK005” tiene algo que la hace merecedora de escucha. Desde el rollo brasileño pasado por el tamiz intelligent de “Calenture” al deep house en clave dubstep de “In this heat”. Los remixes no se andan por las ramas: un tal Pacheko (sí, vale) firma una visión verbenera hasta decir basta de “Calenture”, mientras que por el otro lado los dos mejores de todo el lote son los remixes de Murlo y PhOtOmachine para A Taut Line. El primero firma un remix ciberdélico, mientras que el segundo se marca un remix épico, ácido y con ritmos rotos pero sintéticos a más no poder. Nada mal. MP

Una sustanciosa raya de cocaína, tirada sobre la mesa a cara de perro y de cualquier manera, anuncia desde la portada que en su nueva aventura no (ejem) acreditada, Joy Orbison transita por terrenos más duros, más agresivos. Una agresividad que tiene que ver con las formas, porque supone un retorno a un sonido anclado en el post-dubstep, en detrimento a sus inclinaciones house. Pero también con el fondo, porque la suciedad ambiental y las grávidas líneas vocales añaden fuertes dosis de opresión a estos dos áridos temas: la demostración de que el niño Orbison puede merendarse a cualquier cachorro de la escena sin apenas arquear las cejas. VR

Jonathan Kusuma “Mixed signals” SPACE.REC, 12”

¿Se acuerdan de aquella torridísima escena de “Instinto básico” en que Sharon Stone se intercambia el bistec con una guarrindonga después de meterse una loncha en los mingitorios de una discoteca? Pues “Mixed signals” está a la erótica altura —bueno, seamos sinceros, casi— de la canción que sonaba de fondo, ni más ni menos que la célebre “Blue” de LaTour. Jonathan Kusuma, productor indonesio del que poco se sabe, ha firmado otro nuevo hito en su cortísima carrera. Primero fue en clave disco (enorme “Misi”) y ahora, en el que es su cuarto trabajo hasta la fecha. Se acerca ligeramente al sonido Gavin Russom —ya saben: sonido épico, psicodélico, repetitivo y sexual a partes iguales, todo ello aderezado con un cierto aire lo-fi—. Y, para que no se note, entrega dos joyas disco en clave dub del calibre de “Certain curtain” e “Invisible stream”. Indonesia, no les digo más. MP

Basic Soul Unit “Soulspeak” DOLLY, 12”

El sello de Steffi es uno de esos sellos que a veces, de la clase que tiene, se hace hasta un poco aburrido y previsible. Sí, aunque suene un poco contradictorio y a pesar de sacar trabajos excelentes de Jakob Korn, Dexter, Tyrez, Brooks Mosher —“Mass transit” es obra maestra— y de recuperar a uno de los pesos gordos del acid underground para su penúltima referencia (Jared Wilson, con remix de Conforce incluido), a pesar de todo eso, su tufillo hi-class para inmensas minorías a veces juega en su contra. Pero llega un 12” como el de Basic Soul Unit y es dejarlo todo a un lado. Un sonido carnoso y mugriento, repetitivo y oscuro a la par que cuco y feliz, con remix de Shed a la altura de las circunstancias. Discazo, coño, discazo. MP

Botany “Feeling today EP” WESTERN VINYL / ¡POP STOCK!, 12”/CD

Mucho más hábil a la hora de diseñar entornos climáticos que desarrollos melódicos (de hecho, las pueriles líneas vocales en el corte

titular constituyen el único talón de Aquiles de este bonito EP), el imberbe tejano Spencer Stephenson construye su canciones mediante la superposición infinita de capas y efectos. Un auténtico laberinto de guitarras manipuladas, loops efervescentes, samples oníricos, voces susurradas y ritmos gaseosos, que bebe a partes iguales del dream pop de finales de los noventa y de la psicodelia según los recopilatorios “Nuggets”, y que se revela como un bálsamo ideal para esas mañanas de domingo que vienen envueltas en resaca. VR

Gavin Russom “Night sky” Fall On Your Sword “The first time I saw Jupiter” DFA , 12” + 12”

Hombre de múltiples proyectos y heterónimos, Gavin Russom utiliza por primera vez su nombre para una pieza, “Night sky”, en la que vuelca su particular visión del rock progresivo, Tras una larga introducción, cargada de turbulencias cósmicas y volutas analógicas, se van sumando un bombo difuminado, una guitarra de aires setenteros, voces airadas y arabescos ácidos en una espiral climática que (ah, felicidad) no parece tener fin. Una estética parecida a la que cultivan Fall On Your Sword, amigos también de la estética kosmische, de los sintes analógicos y de los temas de largo recorrido, regalan los oídos con dos piezas de naturaleza astral, repletas de sintes planeadores, ritmos metronómicos y melodías de inspiración new age, que se deslizan por el espacio exterior con una ligereza absoluta. Pasajeros para Plutón, embarquen por esta puerta. VR

FunkinEven “Rolands jam” EGLO, 12”

Fennesz “Seven stars” TOUCH, 10”

Dejando de lado las múltiples colaboraciones en las que siempre anda envuelto, es cosa sabida que a Fennesz le cuesta cada vez más trabajo producir material propio. Él mismo ha reconocido, en diversas entrevistas, que esa carencia se debe a una cuestión de autocensura: que se siente incapaz de publicar algo que no le convenza por completo y que además no suponga un paso adelante dentro de su carrera. De ahí que haya tardado tres años en completar los escasos

cuatro temas que contiene este bonito diez pulgadas. Cuatro temas de nivel altísimo, eso sí, que intentan introducir destellos de luz en el particular universo del vienés, y que confirman su viraje hacia una estética donde los instrumentos ‘reales’ y los aspectos melódicos tienen cada vez más presencia. Así, “Liminal” mezcla guitarras acústicas y eléctricas con distintos grados de manipulación (en ocasiones hasta parece que suenan arreglos de cuerda), que asaltan la mezcla en oleadas, trazando en el aire volutas melódicas plenas de melancolía. Una estrategia que se repite y amplifica en el tema titular, en el que la acariciante batería de Steven Hess aumenta la dosis de calidez, y que también se intuye, en menor medida, en ese plácido viaje hacia las estrellas que supone “Shift”, la pieza más ambiental del lote. Sólo “July”, con sus tonos metálicos, sus clusters desvaídos y sus trazos improvisados, recupera el gusto por las sombras y la oscuridad del penúltimo Fennesz, completando un maxi que sabe a poco, pero sólo por su escasa duración. Vidal Romero

Cochino y desaforado, pero también respetuoso con las reglas no escritas del género, FunkinEven se trabaja un acid de aires retros y filos afilados, en el que brillan los sintes analógicos y se adivina la herencia de Chicago. “Rolands jam”, ya lo advierte el título, es una bacanal de ritmos gruesos, filtros chirriantes y efectos especiales que avanza sin rumbo ni horizonte, con varias cajas de ritmo lanzadas en una espiral de violencia. Más ácida, pero también más asequible, la cara B contiene dos temas de aire electro-pop (es un decir), en el que los samples vocales se asoman como buenamente pueden entre la maraña de ritmos, bajos y ocasionales líneas melódicas. Para retozar como marrano en el barro, vaya. VR

Philipp Quehenberger “Uffuff” EDITIONS MEGO, 12”

Aunque hace ya dos años que se publicó “Hazard”, el último disco de Quehenberger, es ahora cuando aparece un curioso volumen de remezclas, posiblemente porque en el mundo mágico de Editions Mego ven a estas canciones como hits en potencia. Algo que en el caso “Uffuff”, con su tempo marcado, sus melodías que bullen en el fondo de la mezcla

Marc Piñol y Vidal Romero

y su lejana inspiración disco, hasta podría llegar a ser cierto, pero que desde luego no se cumple en el caso de las remezclas, que van de la EBM hiperbólica de Patrick Pulsinger en “New beat” al techno hipercomprimido de Altroy en “Keep talking”, pasando por el electro malsano de Elin en “Hey Gert”. Todo muy Mego, ya saben. VR

The Sight Below “N-plants remixes” TOUCH, 12”

Touch prosigue su serie de white labels (tiradas ridículas, diseño minimalista) con tres estupendas remezclas que The Sight Below ha cocinado alrededor del último disco de Biosphere. Tres profundos baños de dub, que arrancan de cuajo toda la nostalgia que atesoraban los temas originales, y que van creciendo en intensidad: arranca fantasmal y deshuesado, casi gaseoso, en “Shika 1.1”, añade ritmos profundos y de naturaleza maquinista, capas y más capas de atmósferas burbujeantes y una guitarra henchida de emoción en “Shika 1.2”, y finalmente estalla en una sinfonía de ambient techno planeador y preciosista en “Ikata”. Y siempre es tan fino y elegante como un buen traje de Hugo Boss. VR

Kowton “Show me” [NAKEDLUNCH], 12”

Parece que, por fin, vuelve a estar un poco de moda saturar la mesa de mezclas hasta que saque chispas. Después de la asepsia pura en la que se había metido de cabeza toda la escena de baile es el momento de recuperar la suciedad, el funk y la profundidad de los edits de Ron Hardy. Joe Kowton juega a medio camino del deep house al más puro estilo Chicago con el dubstep hecho con caja de ritmos, a la vieja usanza, y sin pensar demasiado en los alardes de producción tanto como en el sentimiento. El resultado es un 12” maravilloso —entra por los ojos, también, vinilo rojo— que será capaz de ponérsela tiesa a cualquier hijo de vecino. A Boddika e Instra: nota mental, compañeros de sello, les ha salido seria competencia. MP

Chicago Skyway & DCook “Bad driver” M>O>S, 12”

Que la gente de M>O>S está en formísima es algo que sabe todo quisque. Pasaron del dubtechno al house lo-fi si despeinarse ni parecer unos chaqueteros, y todo eso por la simple razón de que es una música que les gusta tanto o más que la (única no, pero casi) que publicaban hasta la fecha. En esta ocasión nos entregan un vinilo de color amarillo con tres grandes tracks a cargo de artistas no especialmente conocidos pero que destilan honestidad por todos los poros de su piel. “Bad driver” es puro Larry Heard de la etapa Gherkin Jerks (Juno 60 y TR-808 a cascoporro), es decir, sucio y a la par que sexual. “Lager nord” tira más hacia Analord: pads desafinados, bleeps y subgrave que revienta bafles. De regalo, un remix en claver Detroit de “Lager nord”. Casi nada. MP


Benjamín Biolay / Laetitia Masson “Si tu suis mon regard / Dans ta bouche” NAÏVE

Tras conseguir superar la nada despreciable cifra (sobre todo en estos tiempos que corren) de doscientas mil unidades vendidas en toda Europa de su último trabajo discográfico hasta la fecha, “La superbe” (Naïve, 09), el que está actualmente considerado por muchos como legítimo sucesor de Serge Gainsbourg y elevado a la categoría de estandarte de la chanson francesa contemporánea, recaló en ese prestigioso recinto que es el Casino de París durante siete veladas consecutivas, como colofón a una dilatada y exitosa gira por todo el viejo continente. “Si tu suis mon regard” recoge tan sólo algunas de las canciones que formaron parte del repertorio durante las noches del siete y el ocho de mayo de dos mil diez, donde el músico muestra todo su magnetismo y carisma sobre el escenario. Se trata pues de una selección que llevó a cabo el propio Benjamín Biolay, pues según cuenta, disponía de un total de cincuenta y seis canciones de la cuales decidió conservar tan solo las dieciocho que aparecen aquí. El concierto se acompaña de un segundo DVD, un documental que convive con el artista durante las agotado-

ras, a la par que triunfantes, jornadas de la gira, lo cual nos permite descubrir en unos casos y confirmar en otros, el perfil personal y artístico de este genio galo a través de las propias imágenes y de las opiniones de algunas personas y artistas cercanos al autor —como es el caso de Coralie Clément—. Ambos documentos vienen firmados de la mano de Laetitia Masson, directora francesa cuyos trabajos cinematográficos son todavía desconocidos para la gran mayoría del público español, pero que atesora sobre sus espaldas una decena de películas. Existen hasta tres ediciones diferentes: una sencilla, de dimensiones de un DVD-book de tapa dura, que incluye el concierto y el documental, otra se trata de un pequeño cofre que además adjunta el doble CD del laureado último álbum de Benjamín Biolay (sólo hay que recordar que gracias a este trabajo consiguió alzarse con dos premios Victoire de la Musique en las categorías de Artista masculino del Año y Disco del Año), y finalmente un tercero, una edición de lujo que se acompaña de un libro de fotografías de M/M Paris, con trescientas treinta páginas de fotos de la gira, con textos de Mathias Augustyniak de M/M y también de Benjamin Biolay. El proyecto parece lógico y coherente si recordamos las palabras con las que el francés definió “La superbe”: “Se trata de un disco cinematográfico, como un sueño a modo de largometraje...”. David Giménez

+libros/dvds Jorge Fernández Gonzalo “Filosofía zombi” ANAGRAMA

Phil Sutcliffe “AC/DC Rock & Roll de alto voltaje. La historia ilustrada definitiva” GRIJALBO

Tomando como timón la analítica fílmica del maestro del género George A. Romero, el finalista del reciente Premio Anagrama de Ensayo, Jorge Fernández Gonzalo, indaga en las consecuentes manifestaciones del zombi en el amplio espectro del arte contemporáneo —mayoritariamente el cine, pero también el cómic o los videojuegos— así como los soportes mediáticos de mayor peso divulgativo como la televisión, la publicidad o las redes sociales. En sus páginas se sondea la evidente asignación de la figura del zombi como una metáfora del ser humano dentro de la sociedad de consumo que se contrasta con un profundo estudio filosófico recala en la obra de figuras como Deleuze, Debord, Foucault o Virilio, entre otros. “Filosofía zombi” supura realidad que procede directamente del más allá mostrando ante nuestra mirada todo aquello que ni siquiera nuestras manos pueden ocultar. Sin duda, es ya el ensayo más completo sobre el género que se ha escrito jamás. Imprescindible. Matías Bosch

Objeto imprescindible para los amantes de la banda australiana más famosa de la historia, este volumen ‘definitivo’ lo tiene todo para acabar de completar la colección de producto AC/DC, uno de los grupos con más éxito y repercusión de la escena rock de siempre. Surgen serias complicaciones para intentar concentrarse en el texto que firma el periodista Phil Sutcliffe debido a las casi quinientas fotografías incluidas, muchas de ellas inéditas, mientras leemos que el hermano mayor de Angus y Malcolm era el batería de la banda The Easybeats, descubrimos que la familia era originaria de Glasgow y muy pronto emigró a Sydney, y nos reímos cuando nos dicen que la ‘actitud rockera’ de Angus Young a sus dieciocho años pasaba por tomar té y galletas en los ensayos con su primera formación. Venerados por indies, hordas metaleras y clásicos rockeros por igual, AC/DC conocen de sobras la fórmula del éxito y la repiten a sabiendas, pero, ¿verdad que ningún disco de AC/DC suena como cualquier otro de cualquier banda? Pues eso. Octavio Botana

cómics “Irredeemable” Mark Waid y Peter Krause NORMA

Muchos han querido ver en “Irredeemable” una continuación filosófica de lo ya apuntado por Mark Waid en “Kingdom come”. Nada más lejos de la realidad. Si en aquella obra maestra dibujada por Alex Ross Waid, disecciona el género superheroico sobre la duda de si el fin justifica los medios (esa delgada línea que separa la justicia de la ley), “Irredeemable”, como bien apunta el escocés Grant Morrison en el prologo. “se atreve a enseñarnos lo que podría suceder cuando lo mejor de nosotros sucumbe ante lo peor”. Bien ilustrado por el clásico Peter Krause, “Irredeemable” nos cuenta como el perfecto Plutoniano (superhéroe casi divino parecido a Superman) se convierte en el villano más inhumano. Waid teje una compleja red de flashbacks para contarnos el proceso de corrupción de un héroe. La serie comenzó a publicarse en abril de 2009 en Norteamérica y todavía sigue imprimiéndose (van por el número 28), con lo cual todavía no tenemos muy claro hacia donde variará esta terrible historia. En España Norma ha publicado tres tomos con 12 capítulos. Manu González

“La muerte del Capitán América” Ed Brubaker y Steve Epting

“El vendedor de estropajos” Fred Vargas y Edmon Baudoin

PANINI

ASTIBERRI

“Sargento Rock: Entre el infierno y algo peor” Brian Azzarello y Joe Kubert PLANETA DEAGOSTINI

El final de la saga “Civil war” (con guión de Mark Millar y dibujo de Steve McNiven) le dio al guionista Ed Brubaker la excusa perfecta para profundizar más en el universo del supersoldado con su muerte en el número 25 de la serie regular del “Capitán América”. Junto a su inseparable Steve Epting (quien dota a este cómic de superhéroes de un dibujo realista muy adecuado a la trama), Brubaker desarrolló en 18 números (por ahora Panini sólo ha recopilado los seis primeros) las consecuencias del asesinato de uno de los mitos del Universo Marvel. Como Grant Morrison con la muerte de Batman (en DC), Brubaker comprendió que para hacer crecer las personalidades de las amistades y relaciones de Steve Rogers tenía que eliminar al Capitán de la ecuación. Con esta larga saga/tragedia volvemos a redescubrir a personajes como Bucky Barnes, Sharon Carter, la Viuda Negra, Sam Wilson (Halcón) o el mismísimo Iron Man. Manu González

Comenta Edmond Baudoin que le cuesta acostumbrarse a dibujar paisajes urbanos, puesto que no sabe como ‘contar’ las calles o los techos del extrarradio de París. Dice que lo hace por Fred Vargas, quien le ‘invita’ a dar paseos por la calle. Baudoin quiere que en sus páginas se pueda escuchar como arranca una moto, sentir el ahogo del aburrimiento en la respiración de una ciudad, pintar esa soledad. Y cree el artista francés que todo eso se queda poco más que en un intento. No podía estar más equivocado. Porque si algo fluye en este segundo relato que une al ilustrador con la escritora policíaca —tras “Los cuatro ríos”— es la forma en que sus trazos de tinta articulan cada escenario por donde el comisario Adamsberg da sus largos paseos en compañía de Pi, ese clochard que cierta noche presenció un asesinato. El resto, son caras apelmazadas. Eso sí, son caras como estropajos. Albert Fernández

A principio del siglo XXI la editora de Vertigo, Karen Berger (una de las personas más inteligentes del cómic norteamericano), llamó al mítico y octogenario Joe Kubert para pedirle que dibujara las portadas de una nueva serie limitada dedicada a Sgt. Rock, el impasible y heroico Sargento de la WW II que crearon en 1959 el guionista Robert Kanigher y el propio Kubert en la revista “Our army at war”. Al final fue el propio Kubert quien le pidió volver a dibujar su mítica creación en una novela gráfica. El padre de Adam y Andy Kubert sugirió a Berger que el guionista ideal para esta nueva reencarnación del Sargento Rock tenía que ser Brian Azzarello, el hombre que ha revolucionado el cómic noir junto a Ed Brubaker y Greg Rucka. “Sargento Rock: Entre el infierno y algo peor” es una entretenida novela gráfica sobre los límites de la moralidad en el campo de batalla que nos devuelve al Joe Kubert más inspirado. Manu González


050/051

songwriters / último clásico

songwriters

Tengo la sensación de que entre todos hemos matado a Amy Winehouse. Su padre, Mitch, mató a Amy cuando se aprovechó de su popularidad para sacar tajada y dinero; su ex marido, Blake FielderCivil, mató a Amy cuando la arrastró al mundo de las drogas, presentándosela a sus mejores amigos, el crack, la heroína y la cocaína; se casó con ella, la hizo débil y co-dependiente, como una yonki en una jaula de oro. Los medios de comunicación mataron a Amy Winehouse cuando la convirtieron en carne de cañón de la prensa más frívola, objeto de rídiculo y esperpento para las masas adictas a la fama vacua, como un animal sacrificado en ofrenda al pueblo que reclama la expiación de sus pecados. Los papparazzi mataron a Amy Winehouse a la caza de su foto más esperpéntica; buscaron sus puntos débiles, los encontraron y los expusieron al público para que todo el mundo pudiera ver en qué se había convertido la diva del soul. La industria musical mató a Amy Winehouse presionándola para crear otro hit comercial aprovechando el tirón de su obra maestra, “Back to black”, exprimiendo su legado con un nuevo disco de canciones a medio hacer y otras terminadas que seguramente verán la luz estas Navidades, por no hablar de los cientos de recopilatorios, tributos y rarezas que se publicarán en los próximos años. En cierto modo, desde hace cinco años hemos asistido a la retransmisión en directo del proceso hacia la muerte de Amy Winehouse. ¿A alguien le ha cogido por sorpresa? Nos encantan los escarnios públicos, y Amy era nuestra ‘idiota’ favorita. Nos reímos de sus tropiezos extramusicales, de sus ridículos, de sus trastornos de alimentación, de sus moños imposibles, sus tatuajes y su maquillaje corrido. El circo mediático era gigantesco, imparable, se la llevó de por medio y seguirá rodando sin ella. Esta figura humana, falible y defectuosa deja un bonito cadáver y dos discos que ya son parte de la historia de la música. Sobre todo uno, “Back to black”, el disco que la encumbró como diosa del soul blanco, una réplica moderna de aquellos maravillosos discos de la Motown; una chica blanca británica de clase obrera con la voz de Diana Ross o Sarah Vaughan y un registro vocal que se adaptaba igual de bien al jazz, el soul y el blues. Amy componía la mayor parte de sus canciones, mostrando su talento como compositora y letrista, algo que no habían conseguido hacer muchas de sus predecesoras. A la edad de 27 años, el pasado 23 de julio, Amy Winehouse fue encontrada muerta en su apartamento de Londres. Su familia dio a conocer recientemente los análisis de toxicología que mostraban que “no había drogas ilegales” en el cuerpo de Amy en el momento de su muerte. La policía describió las causas de su muerte como ‘inexplicadas’. Quizás eran demasiadas. Descanse en paz, Amy, si la dejan.

Amy Winehouse

Ilustración

“Rehab”

Pablo Moreno Janina Canet

Texto

Compositora: Amy Winehouse. Incluida en el álbum “Back to black” (Island, 2006).

They tried to make me go to rehab but I said ‘no, no, no’ Yes, I’ve been black, but when I come back you’ll know know know I ain’t got the time and if my daddy thinks I’m fine He’s tried to make me go to rehab but I won’t go go go

Trataron de que fuera a rehabilitación, pero les dije ‘no, no, no’ Sí, he sido mala, pero cuando vuelva lo sabrás, lo sabrás, lo sabrás No tengo tiempo y si mi padre piensa que estoy bien Él ha intentado que fuera a rehabilitación, pero no iré, iré, iré

I’d rather be at home with Ray I ain’t got seventy days Cause there’s nothing There’s nothing you can teach me That I can’t learn from Mr. Hathaway

Antes prefiero quedarme en casa con Ray No tengo setenta días Porque no hay nada No hay nada que puedas enseñarme Que no pueda aprender de Mr. Hathaway

I didn’t get a lot in class But I know it don’t come in a shot glass

No aprendí mucho en clase Pero sé que no se encuentra en el fondo de un vaso

They tried to make me go to rehab but I said ‘no, no, no’ Yes I’ve been black but when I come back you’ll know know know I ain’t got the time and if my daddy thinks I’m fine He’s tried to make me go to rehab but I won’t go go go

Trataron de que fuera a rehabilitación, pero les dije ‘no, no, no’ Sí, he sido mala, pero cuando vuelva lo sabrás, lo sabrás, lo sabrás No tengo tiempo y si mi padre piensa que estoy bien Él ha intentado que fuera a rehabilitación, pero no iré, iré, iré

The man said ‘why do you think you’re here?’ I said ‘I got no idea, I’m gonna, I’m gonna lose my baby so I always keep a bottle near’ He said ‘I just think you’re depressed’ This me ‘Yeah baby, and the rest’

El hombre me preguntó ‘¿por qué crees que estás aquí?’ Le dije ‘No tengo ni idea, voy a perder, voy a perder mi niño así que siempre tengo una botella cerca’ Él dijo ‘Creo que estás deprimida’ Y yo ‘Sí, y todo lo demás’

I don’t ever wanna drink again I just... ooh... I just need a friend I’m not gonna spend ten weeks have everyone think I’m on the mend

No quiero volver a beber nunca más Sólo necesito...ooh... sólo necesito un amigo No voy a irme diez semanas para que la gente piense que me he enmendado

It’s not just my pride It’s just ‘til these tears have dried

No es sólo mi orgullo Es sólo hasta que se sequen las lágrimas


Texto

el último clásico

“Lethal Injection” es un disco fantasma. 18 años después, muy pocos recuerdan el cuarto trabajo en solitario de Ice Cube. La crítica lo despedazó, por supuesto, se le atragantó el radical giro g-funk de un MC que, hasta aquel momento, había articulado la rabia del gueto a través de un catálogo de sonidos harto ambicioso. Pero han pasado muchos veranos y el LP, escuchado ahora, se revela como una obra mayúscula del sonido West Coast. El tiempo le ha dado la razón al pitbull de South Central. No fuiste, tú, O’Shea, como siempre fuimos nosotros, los putos periodistas musicales.

Óscar Broc

Ice Cube

“Lethal injection” PRIORITY, 1993

ANTES DE LA INYECCIÓN

Ice Cube será recordado en las leyendas artúricas del gangsta rap por la trilogía que le vio nacer, crecer y estallar como rapper en solitario. Lejos del yugo de NWA y con las picaduras del manager corrupto Jerry Heller todavía frescas en las nalgas, O’Shea Jackson viajó primero a Nueva York para encamarse con los gorilas coléricos de The Bomb Squad. Precedido por el EP “Kill at will”, “AmeriKKKa’s most wanted” (90), su primer larga duración, mantenía la inquina machista, el resentimiento racial y la ultraviolencia lírica de su anterior etapa junto a Eazy, Dre, Yella y Ren, pero añadía radicalismo político al discurso y contenía las rimas en una paisajística sonora mucho más afín a los escritos de Public Enemy que al gangsta rap de las favelas californianas. Bocas abiertas. Las cosas le iban bien. Su participación en la película de John Singleton, “Boyz’n’hood” (91) le hizo subir como la espuma en el star system negroide. Pero el Cube de principios de los 90 era un felino hambriento y rabioso. Había mucha jungla todavía en sus entrañas. Ni siquiera el brillo dorado de Hollywood podía domarle. El siguiente álbum, “Death certificate” (91), fue para el de South Central como un drenaje en una herida pustulosa. Envuelto en un caparazón lleno de espinas dentadas y hardcore para adultos, Jackson se dejó de hipocresías y concesiones a lo políticamente correcto

para narrar en primera persona las fobias del gueto negro. No se salvaron de la quema ni siquiera las licorerías regentadas por coreanos, establecimientos que Cube animaba a incendiar sin remilgos en la polémica (y censurada) canción “Black Korea”. Y sin apenas tiempo para saborearlo, un año después, llegó la tercera cima. Se trata del apabullante “The predator” (92), con un sonido mucho más ecléctico y musical, menos sangre en las rimas y algún que otro hit perfectamente equilibrado entre la radio-fórmula negra y el underground. Número uno en las listas de pop y R&B nada más salir, casi nada. BUSCANDO LA VENA

Esto nos deja en un difícil impasse para el angelino en términos musicales. Estamos en el 93 y, en respuesta a la pujanza de los fat beats neoyorquinos, la ciudad de Los Angeles decide mostrar plumaje y revindicar su sonido, sus raíces: el G-Funk puro y duro. Muy duro. El increíble “The chronic” de Dr. Dre hace que los soldados de la Costa Oeste ejerciten más que nunca los dedos buscando con orgullo la doble uve. Y Cube, que siempre ha sido un encarnizado defensor del California sound, decide contentar a los suyos, y sólo a los suyos, enviando a tomar por saco todo lo que antes había conseguido en el estudio. El sonido expansivo de “The predator”, el hardcore inteligente de “AmeriKKKa’s most wanted”, la riqueza musical de “Death certificate”, todo se transforma en un bloque granítico de funk unidireccional que enoja soberanamente a la crítica. Los plumillas que antes le habían ensalzando, le crucifican por este giro monotemático, sin tener en cuenta, diablos, que la sangre de nuestro hombre se compone, desde el minuto uno, de low riders, bermudas negras, Chuck Taylors, discos de George Clinton, barbacoas de 24 horas y hierba triposa en bolsa extra large. Fuera de la burbuja

californiana, nadie se percata de ello, pero “Lethal injection” es eso. Es Los Angeles en tu cara. Un álbum local, cerrado en sí mismo, para unos cuantos, con cero ambición… “A la ambición le pueden dar por el culo”, parece que nos diga. El disco fantasma de Ice Cube, pues, resulta ser una bomba purista; una pequeña Biblia de costurería West Coast sin impurezas. El legado de George Clinton se convierte así en la única piedra filosofal de esta religión. Hay beats intimidantes (“Really doe”), bajos soleados (“When I get to heaven”), himnos (“Ghetto bird”) y samples de P-Funk hasta en el gazpacho. Los pasajes sesteantes son joyería porrera fina. “Down for whatever”, por ejemplo, apela al summer funk más relajado, el de media tarde después de la fumada: beats lentos, apuntes psicodélicos en los teclados, sonido West Side depuradísimo y rimas masticadas a paso de tortuga. El wah wah obsesivo y el pellizco de guitarra womanizer de “You know how we do it” —obra maestra—, y el tono estival para amigos del petardo de “Make it ruff, make it smooth” también entran sin vaselina, te colocan, te enrojecen los globos oculares, te despiertan el hambre… Pero donde se aprecia con mayor intensidad la afiliación incondicional de Cube al sonido L.A. es en “Bop gun (One nation)”, un tour de force de 11 largos minutos en compañía, cómo no, del mismísimo George Clinton (toma declaración de intenciones). Una interminable fiesta de groove veraniego en el patio trasero de casa, con el micro encendido, el aroma de las costillas de cerdo, las alitas de pollo, las hamburguesas y las mazorcas a la brasa, y el perfume ácido de la hierba en cada rincón. Es el broche con incrustaciones para uno de los mejores discos de G-Funk de la historia. Después de todo, parece que el tiempo le ha dado la razón a Cube, you love to hate.


052/053

open mic

+net labels Columna

David Broc

+import

Columna

EL CIELO ES EL LÍMITE Los 90 no serían lo mismo sin tres canciones: “Luchini aka This is it”, “Black connection” y “Dead Presidents II”. Las dos primeras formaban parte de “Uptown saturday night”, puesta de largo del dueto del Bronx Camp Lo; la última, difícil no saberlo ya a estas alturas, era uno de los incontables temas estrella de “Reasonable doubt”, presentación pública de Jay-Z y para quien esto escribe el mejor debut post-“Illmatic” que ha visto el hip hop hasta la fecha. Todas ellas tenían un elemento en común, su productor, un personaje nacido en Carolina del Norte que se instaló en Nueva York y tuvo la fortuna de toparse con Damon Dash, por entonces, a inicios de la década, manager de Original Flavor, uno de los tantos grupos de culto de la golden era neoyorquina que aparecieron y desaparecieron sin levantar más ruido de la cuenta. Su nombre, Ski Beatz, underdog de la escena de la Gran Manzana que tiene suficiente currículo e historial como para haber merecido mejor suerte artística, popular y económica pero que nunca ha acabado de personarse como alternativa seria a los grandes popes del beat. Quizás por ello, por esa militancia voluntaria o forzosa en el underground más rabioso, hemos podido redescubrirle hace relativamente poco y nos hemos congratulado de que su legado no haya sido adulterado o sobrexpuesto todos estos años. Damon Dash una vez más se interpuso en su camino para recuperarle con todos los honores: libertad total para publicar lo que le viniera en gana, para colaborar con quien le saliera del forro de los caprichos y, sobre todo, para capitalizar y liderar su sello, DD172. Y en menos de dos años y medio hemos sido testigos de un renacimiento artístico apasionante que nos ha legado tres discos notables. “24 hour karate school Pt. I”, “24 hour karate school Japan” y, recién salido del horno, “24 hour karate school Pt. II”. Los tres mantienen diferencias más o menos apreciables, pero en todos ellos subyace la rotundidad y la solidez de un discurso que ha sabido actualizarse, permutar y consolidarse desde todos los puntos de vista. Incluso en la metodología del beatmaker se perciben cambios notorios que ponen de manifiesto el crecimiento y maduración de su propuesta, como la adopción meticulosa e inspirada de instrumentos o la filtración con sentido de influencias procedentes del rock o del blues. Los tiempos cambian, y aquella obsesión por el sample y el loop funkoide de perfecta sincronía ha dejado paso a un trabajo en estudio más espaciado, con acompañamientos puntuales de una banda al uso y con un concepto general de mayor libertad de movimientos. Si la primera entrega de esta díptico, que incluye como tercera vía ese recomendable añadido japonés con nuevos beats para la plana mayor de MCs nipones, suponía una actualización consciente de su sonido, con un deje de clara ascendencia weed-rap, este segundo capítulo que acaba de salir a la venta le sirve a nuestro protagonista para explorar las posibilidades de la vertiente más minimalista y desafiante de su propio discurso. Como si le sobrara una parte del equipaje que llevaba en su predecesor, en “24 Hour Karate School Pt. II” suena más crudo y desnudo, desprovisto de muchos recursos expresivos hasta ahora indispensables en su carrera. Más radicalizada e inaccesible, la producción de Ski Beatz, que una vez más vuelve a rodearse de MCs interesantes (Cassidy, Freddie Gibbs, Locksmith o Stat Quo) para redondear el contenido, supone todo un ejemplo de confianza y arrojo y convierte esta segunda parte en uno de los títulos de la temporada en la materia.

Gloria González

CUADRO ESTACIONES Este verano ha sido particular para mucha gente. El japonés Politru optó por quedarse encerrado en casa jugando a reconstruir la música occidental sonido a sonido, como quien pinta píxel a píxel, con material barato: su EP “Politru 1” evoca influencias chiptune, electro y hasta de folclore balcánico y está muy alegremente disponible en Bumpfoot (http://bumpfoot.net). Otros se han dedicado a poner en pie proyectos algo más sociales y comprometidos. Así, ha nacido Micropolitica (http://micropolitica. rakumin.org), sello subtitulado “archivos de audio” que ha ofrecido ya, al filo de la actualidad, dos referencias que invitan a la reflexión, por lo menos: una firmada por Mao Sound System, profunda meditación ambiental sobre el futuro del euro dedicada a “Grecia”, y un recopilatorio que bajo el título “15M: Un minuto para la Historia” ofrece una quincena de minutos de experimentalidad política y sonora, con muchos invitados. Pertinente y prometedor. Mientras tanto, el francés Un Escargot Vide? (sí, se escribe así, con el interrogante) prefiere por lo visto cultivar el arte por el arte, o la lechuga por la lechuga, y produce una música lenta, dulcemente surrealista, como compuesta por caracoles que sólo salen a pasear tras tormentas de ideas: su entrega “~1escV?” consta de dos temas llenos de poesía y carentes de pretensión que pueden y deben descargarse ahora mismo desde Elegirl (http://elegirl.net). Los austriacos de Laridae (http://laridae.at) no se fueron de vacaciones sino que trabajaron duro hasta darle el toque final a “Seand”, un ambicio-

so recopilatorio editado ahora que celebra que alcanzaron hace ya tiempo la referencia número 50 y lo hace reflejando la variedad estilística de su catálogo y la calidad de sus apuestas. Un mar de sorpresas entre las que navegar horas. En Berlín, a todo esto, debe de haber hecho mucho frío porque Audiophil ha vuelto a surgir con un disco que, entre elegantísima exquisitez indie-pop y electrónica contundente, puede helarte de pena las venas. Se llama “Call myself”, lo publica Phonocake (http://phonocake. org) y es imprescindible para todos los fans de B. Fleischmann, como mínimo. Para el valenciano Fighting Lion, en fin, el verano probablemente nunca existió: “When I see the fallen leaves turning red by the setting sun my heart is overwhelmed” es un EP que confirma que lleva desde la primavera soñando con un otoño perfecto entre ukelele y caja de ritmos. Está en No Source (http://full-source.com) y allá vamos.

+jander Columna

LA LÍNEA RECTA Durante once años, el washingtoniano Richard Chartier ha dirigido con mano firme los designios de L-ne, un sello con el objetivo declarado de “acercar el ambiente de las instalaciones sonoras al salón de los oyentes”, y que en la práctica funcionaba como la sección radical de 12k. La que escarbaba en el mundillo de las galerías de arte a la caza de “composiciones e instalaciones de artistas sonoros que trabajaran en los dominios del minimalismo digital”. En todo este tiempo, Chartier ha mantenido el rumbo de su criatura casi sin alteraciones, tanto en el aspecto estético (los discos se presentan en un formato de fundas de cartón, con un diseño de la información fijo y una fotografía o dibujo que funciona como una traslación del contenido sonoro) como a un nivel conceptual, ya que artistas tan poco dados a la música ligera como Bernhard Günter, Mark Fell, Alva Noto, Steinbrüchel, Asmus Tietchens o William Basinski han publicado algunos de sus discos

Vidal Romero

más difíciles (que a veces son también los más hermosos) en el sello. Es precisamente esa rectitud la que parece explicar que, tras una década de colaboración, Chartier haya decidido partir peras (sólo a nivel laboral, no se asusten) con Taylor Deupree, su antiguo socio, para volar en solitario. Y es que, a diferencia de lo sucedido en L-ne, en 12k la evolución ha significado una apertura del sonido hacia territorios más cercanos al pop y al post rock, cada vez más vinculados a la instrumentación acústica y, por tanto, alejados del minimalismo radical que defiende Chartier. Una apuesta por buscar la belleza en los márgenes, por documentar acciones que ponen en crisis tanto las fuentes del sonido como su manipulación, en la que insisten los últimos discos publicados por el sello. Así, Seth Cluett introduce instrumentos extravagantes (como aire comprimido o papel amplificado) en el centro de las piezas de espíritu orquestal y atmósfera enrarecida que dan forma a “Objects of memory”. Richard Chartier, por su parte, compone en “Transparency (performance)” una hermosísima sinfonía, repleta de crujidos, ecos y mantos de sonido en descomposición, elaborado con el Gran Tonómetro, un set único de casi setecientos afinadores, que recorre todo el espectro audible. Y Seth Horvitz (aka Sutekh) utiliza en “Eight studies for automatic piano” un piano automatizado, controlado por ordenador, con el que traza piezas que apelan al imaginario del oyente (que de manera extraña se siente inmerso en un mundo ‘familiar’), pero cuya ejecución resulta imposible para un músico de carne y hueso.


+all that jazz Columna

Pepo Márquez

GIGANTE DEL JAZZ Quienes sigan puntualmente esta columna (que espero sea alguien, ciertamente), sabrán de sobra de mi pasión por los libros de música (biografías, autobiografías o de los que repasan históricamente un movimiento o un estilo, da igual). No sé si lo leí o simplemente lo inventé —no es relevante—, pero siempre he pensado que para saber de música hay que leer mucho. Sí, obvio que hay que escuchar discos, pero no podemos olvidar la lectura, es la ayuda que necesitamos para completar el entendimiento. En un estilo como el jazz, con un calado sociopolítico tan profundo y con una historia tan rica y tan (odio la palabra, ¡odio la palabra!) auténtica, es complicado no disfrutar como un peregrino en el JMJ con el libro que nos ocupa. Josep Ramon Jové (Lleida, 1962), es uno de esos expertos que da gusto tomar como ejemplo: escritor de varios libros —que hablan desde el jazz hasta Bob Dylan—, ensayista musicólogo, ex director de la revista Jazzology en los años noventa, asiduo colaborador en otras publicaciones de jazz, productor musical en más de un centenar de discos (de jazz, de folk, de pop, de rock…) y actualmente director del sello independiente Quadrant Records (casa de figuras nacionales e internacionales como los ex miembros de aquel grupo seminal de folk psicodélico que fue The Incredible String Band, Clive Palmer y Robin Williamson, el cantautor Xavier Baró o el saxofonista Víctor de Diego) y Quadrant Producciones, que organiza conciertos por toda España durante el año, además de responsable de programación del Jazztardor, el Festival de Jazz de Lleida. Resumiendo, un tipo autorizado que sabe lo que dice (y lo que escribe). “Gigantes del jazz” (Ma Non Troppo, 2011), es un libro eminentemente pedagógico y funciona bien a varios niveles.

El lector experto va a ver saciado su apetito de datos y de anécdotas, mientras que el novato tiene ante sí una guía bastante bien organizada de cómo surgió, dónde, por qué y cómo eran los protagonistas principales que alimentaron y engrandecieron el jazz. Desde tiempos remotos en los que la tradición musical afroamericana vio nacer sus primeros brotes entre los esclavos de las plantaciones de algodón del sur de los Estados Unidos, el jazz ha manteniendo inalterable su condición de arte en continua evolución. Cada una de las etapas que han conformado su historia ha contado con figuras visibles que finalmente se han convertido en nombres de referencia en la historia de esta forma de hacer y entender la música. Durante el transcurso de los últimos cien años el público y la industria discográfica han podido disfrutar de muchos y sorprendentes cambios, desde la consolidación del estilo en manos de Louis Armstrong en la Nueva Orleans de principios del siglo XX a la explosión de las vanguardias en la convulsa sociedad norteamericana de la década de los sesenta. Entre medio de ambas manifestaciones, músicos como Duke Ellington, Charlie Parker, Miles Davis o John Coltrane, recorrieron los tramos más significativos de este itinerario intenso. La singularidades y experiencias de las vidas de cada uno de esos creadores, los contextos sociales en los que sus días transcurrieron, las luchas e ideologías que formaron parte del complejo tejido social donde una manifestación artística como el jazz puede calar o las ineludibles vinculaciones con los aspectos más oscuros de la realidad, son elementos que sin duda afectaron al resultado final de las sonoridades propuestas por cada uno de los maestros que aparecen en este libro. Insisto, para saber de música, hay que leer muchos libros. Y “Gigantes del jazz” es uno de esos libros.

+the true report Columna

Everett True

MIS CANCIONES FAVORITAS DE 2011 1. PJ Harvey “Let England shake” No tiene ni una sola nota repetida, ni una sola nota malograda. “Let England shake” es un triunfo de la contención. O para decirlo de otro modo: el nuevo disco de Radiohead dura 37 minutos, pero sólo contiene 37 segundos de música. “Let England shake” dura 39,6 minutos y contiene exactamente 39,6 minutos de música. 2. Pris “Blu-tack baby” Una manera práctica y original de juzgar a un grupo es hacerse preguntas como... ¿Se está divirtiendo el grupo mucho más que yo? ¿Quiero emborracharme y perder el control con ellos? ¿Quiero bailar como un maníaco y hacer el ridículo en sus conciertos? ¿Son el antídoto a Tori Amos? ¿El antídoto a The Kings Of Leon? ¿Tocan en ropa interior? ¿Se lo pasan mejor ellos que las otras 50.000 personas que hay en la sala? Sí, sí, sí! 3. Gyratory System “New harmony” Su sonido bota y se retuerce como el castañetear de unos dientes. Me encanta no saber qué esperar de ellos, no saber ubicarlos, y lo que mejor les describe es esta frase del NME sobre su primer disco “Kraftwerk se encuentra con Looney Tunes”. Yo añadiría también algo de Metronomy y 23 Skidoo. 4. Karaocake “It doesn’t take a whole week” “1-2-3-4-5-6-7 days and it’s over/I fucked up big time/You screwed up everything/You screwed up everything/You screwed up everything” entona la chica con acento francés sobre un ritmo trepidante de Casiotone —exactamente como un puñado de Gameboys desatados sobre le encimera de la cocina en “Gregory’s girl”—. 5. Shannon And The Clams “Sleep talk” Imaginad a Etta James montándoselo con la cantante de The

Detroit Cobras sobre capas y capas de reverb con mucha actitud punk. Le podría gustar hasta al Chico Blanco Indie Intentando Dejarse Crecer La Barba Como La de Fleet Foxes, si se acordara de cómo divertirse. Es un poco agresivo. Pero así es la vida. 6. Cults “Go 0utside” Esta banda es demasiado buena para dejarla en manos de los hipsters. Sí, la he descubierto tarde. Ya sé, no soy nada cool. ¿Pero sabes qué? Cuando uno se muda a Brisbane desde el otro lado del mundo aprende que descubrir música antes que nadie es sólo un pequeño placer comparado con poder escucharla. Música para dejarse llevar. 7. Katie Stelmanis “Natural woman” Me encanta esta versión. Me dan ganas de practicar sexo. 8. Skinny Girl Diet “Fourteen” Esta canción es increíble: descarada, fresca y femenina. Adolescente. Me recuerda un poco a Skinned Teen. Riot Grrrl como siempre lo he entendido, dejando el poder a las mujeres, sin miedo a experimentar con nuevas formas musicales. Excitante, porque la música podría ir por cualquier sitio. 9. Crystal Stilts “Through the floor” El disco es brillante. Me enamoré de él en el instante en que escuché las primeras notas que abren esta canción: el cantante suena como Steve Jones (Sex Pistols) en aquella canción power-pop “Silly thing” que aparece en “The great rock’n’roll swindle”. La música se apoya descaradamente en el reverb del bajo: la estructura melódica me recuerda a The Smiths... sí, quizás no es C86, pero no suena revivalista ni trillada, sino maravillosamente viva. 10. Barbara Panther “Moonlight people” Algún día sabré todo lo que hay que saber sobre Barbara Panther. De momento me contento con conocer su música.

11. Art Brut “Bad comedian” Una banda sardónica en la tradición sardónica de Yeah Yeah Noh, I, Ludicrous y Nightingales. Los sentimientos, la emoción, la falta de decoro, los patéticos recuerdos de ‘Martin Kemp Welch Five-A-Side Football Rules!’... aquí hay algo con lo que puedo identificarme. 12. Micachu And The Shapes “Everything” Con esta canción se puede creer en el poder de la música: para expandirse, fusionarse, encontrar nuevos caminos de exploración sin olvidar entretener.


054/055

agenda

Vertical Pop: Agnes Obel

Teatro Lara (Madrid), 21/09/11

agenda

Barcelona Viernes, 2 de septiembre _FM Sintonitzza: Atom Rhumba, Eric Fuentes, Surfing Sirles... Parc D’Europa (Santa Coloma. 22 h. Gratis. _Gambeat Weekend: Obsidians & The Metalettes, Wau y los Aaarghs!!!... La [2]. 19:30 h. Precio S/C. _Midnight Juggernauts + Carte Blanche. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Jaumëtic. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €. Sábado, 3 de septiembre _FM Sintonitzza: The New Raemon, Pony Bravo, Ornamento y Delito... Parc D’Europa (Santa Coloma. 22 h. Gratis. _Gambeat Weekend: Imperial Surfers, Higher State... La [2]. 19:30 h. Precio S/C. _Emerge. Moog. 21 h. 6 €. _Ralph Lawson. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Neil Landstrumm. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Robert James. BeCool. 24 h. Precio S/C. Domingo, 4 de septiembre _The Star Band. BeCool. 21 h. 10 €. Lunes, 5 de septiembre _The Sadies. Sidecar. 21:30 h. 15 €. Martes, 6 de septiembre _Face To Face. Razzmatazz 2. Hora y precio S/C. Jueves, 8 de septiembre _Altaveu: Sr. Chinarro, Very Pomelo, Nu Niles... Jardins de l’Ateneu (Sant Boi). 20:40 h. Gratis. _Micah P. Hinson plays Pixies. Apolo. 21 h. Precio S/C. _Holy Piby. La [2]. 22 h. Precio S/C. Viernes, 9 de septiembre _Altaveu: Manel. Jardins de l’Ateneu (Sant Boi). 20:40 h. 17-20 €. _Luap & The Bellychordss + DJ 2D2. Convent de Sant Agustí. 20:30 h. Gratis. _Sounds Of Death Walley + Warm Up. Sidecar. 22 h. Gratis. _Mason. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €.

_Marc Piñol + Coco. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 13 €. Sábado, 10 de septiembre _Megapoolparty: Steve Rachmad, Michel de Hey, Dosem... Mac Arena. Hora y precio S/C. _Altaveu: Antònia Font. Jardins de l’Ateneu (Sant Boi). 20:40 h. 17-20 €. _DJ Vadim’s The Electric + Beatspoke. La [2]. 20 h. Precio S/C. _San León + Verkeren. Sidecar. 22 h. 10 €. _Exxasens. Espai Jove Boca Nord. Hora y precio S/C. _Grushenka. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). 22 h. Gratis. _The Advent. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Marble Players + Jeremy Jay. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Marcel Fengler. BeCool. 24 h. Precio S/C. _Dave Mack + Andrea L. Boiler Club@Jazz Room. 24 h. 10 €.

24:30 h. 15 €. _John Talabot + Permanent Vacation DJs. BeCool. 24 h. Precio S/C. Lunes, 19 de septiembre _Mujeres. El Sucre (Vic). Hora y precio S/C. Martes, 20 de septiembre _Ximena Sariñana. BeCool. 21:30 h. 14 €. Miércoles, 21 de septiembre _Emeralds. La [2]. Hora y precio S/C. _Alan Fitzpatrick + Miki Craven. Moog. 24:30 h. 10 €. Del 22 al 24 de septiembre _BAM: Astrud & Col·lectiu Brossa, JC Brooks, Wooky, Zomby, John Vanderslice, Little Scream, King Midas Sound, Pional, Single... Varios escenarios. Hora S/C. Gratis.

Martes, 13 de septiembre _Kathryn Calder. Monasterio. Hora y precio S/C.

Jueves, 22 de septiembre _Millencolin. Apolo. 20 h. Precio S/C. _Owl City. La [2]. 20:30 h. Precio S/C.

Miércoles, 14 de septiembre _Solvent. Moog. 24:30 h. 10 €.

Viernes, 23 de septiembre _Vive La Fête. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Technasia + Oscar Mulero. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €.

Jueves, 15 de septiembre _Kathryn Calder. Teatre Atlàntida (Vic). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de septiembre _Heineken Music Selector: Anna Calvi. KGB. Hora y precio S/C. _I Am Dive. Depósito Legal (L’Hospitalet Llbr.). 22 h. Gratis. _The Bizztones + Dear Alice. BeCool. 21 h. 8 €. _Audio Bullys DJ + Felix Da Housecat. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _DJ Fra + Sic Alps. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 13 €. Sábado, 17 de septiembre _Julieta Venegas. Apolo. 21 h. Precio S/C. _The Good Company + El Síndrome del Martes. La [2]. 20 h. Precio S/C. _Napoleón Solo. Sidecar. 22:30 h. 12 €. _AtletA. Jazz Cava (Vic). Hora y precio S/C. _Susan’s Red Nipples + Ed Wood Lovers. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Superpitcher + Ada. Nitsa/La [2]@Nitsa.

Sábado, 24 de septiembre _Madnass. BeCool. 19:30 h. 10 €. _Angel Molina. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Jackmaster + Spencer. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €. Jueves, 29 de septiembre _Munchi. Razzmatazz 1. Hora y precio S/C. _The Baseballs. Razzmatazz 2. Hora y precio S/C. _The Idiot! + Santa Rita. Sidecar. 21 h. Precio S/C. Viernes, 30 de septiembre _Kitty, Daisy & Lewis. Apolo. 21:30 h. Precio S/C. _The Shoes + Robert Hood. Razzmatazz Clubs. 1 h. 15 €. _Hostage + Zea. Nitsa/La [2]@Nitsa. 24:30 h. 15 €. _Frank Debrin. BeCool. 24 h. Precio S/C.


Heineken Music Selector: Anna Calvi

Plateruena (Durango), 15/09/11 KGB (BCN), 16/09/11 Wah Wah (Valencia), 17/09/11

Madrid Jueves, 1 de septiembre _Heineken Music Selector: The Drums + Okkervil River. Teatro Circo Price. Hora y precio S/C. _MTV Madrid Beach: Fucked Up, Triángulo de Amor Bizarro... Explanada del Puente del Rey. 21 h. Gratis. _Tweak Bird. Nasti. Hora y precio S/C. Viernes, 2 de septiembre _MTV Madrid Beach: Delorean, Japanese Popstars... Explanada del Puente del Rey. 21 h. Gratis. Sábado, 3 de septiembre _MTV Madrid Beach: Miss Caffeina, No Way Out... Explanada del Puente del Rey. 21 h. Gratis. _Shlomi Aber. Audium. Hora y precio S/C.

Hai... Recinto Festival (Getafe). Hora S/C. Abono 40 €. _Los Madison. El Sol. 22 h. 10 €. _HD Substance. Café La Palma. 24 h. Gratis. Domingo, 11 de septiembre _The Fresh & Onlys. Moby Dick. 21 h. 11 €. Jueves, 15 de septiembre _The Movement. Gruta 77. 21:30 h. 10 €. _Sic Alps. El Perro Club. Hora y precio S/C. _Red Bull Thre3style: Jackmaster. The Fame. 24 h. Gratis. _Oscar Mulero + Cristian Varela. La Riviera. 23 h. Precio S/C. _Javier Orduña. Café La Palma. 24 h. Gratis. Viernes, 16 de septiembre _Love Division, Yakuzas, Noiah... Gruta 77. 22:30 h. Gratis. _AtletA. Wurlitzer Ballroom. Hora y precio S/C.

Domingo, 4 de septiembre _The Sadies. Wurlitzer Ballroom. Hora y precio S/C.

Sábado, 17 de septiembre _Kamikaze Queens. Gruta 77. 23 h. 8 €. _Steve Rachmad. Audium. Hora y precio S/C.

Martes, 6 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Heineken. Hora y precio S/C.

Domingo, 18 de septiembre _Los Coronas + Lost Acapulco. Gruta 77. 20 h. 12 €.

Miércoles, 7 de septiembre _Face To Face. Caracol. Hora y precio S/C.

Lunes, 19 de septiembre _Emeralds. Charada. Hora y precio S/C.

Jueves, 8 de septiembre _Getafe Open Air: Bad Manners, Foreign Beggars... Recinto Festival (Getafe). Hora S/C. Abono 40 €. _No More Bulshit + Dr. Martin’s Band. El Sol. 22 h. 10 €. _Void Union. Gruta 77. 23 h. 10 €. _Bomba Estéreo + Meneo. Casa de América. Hora y precio S/C. _Void Union. Gruta 77. Hora S/C. 10 €. _Steve Aoki. Heineken. 24 h. 18 €.

Martes, 20 de septiembre _Ximena Sariñana. Moby Dick. 21 h. 14 €.

Viernes, 9 de septiembre _Getafe Open Air: The Specials, The Toy Dolls, Tote King... Recinto Festival (Getafe). Hora S/C. Abono 40 €. _Edith Crash. Caracol. 21 h. 9 €. Sábado, 10 de septiembre _Getafe Open Air: The Offsprings, SFDK, Sho

Miércoles, 21 de septiembre _Agnes Obel. Teatro Lara. 22 h. 20 €. _JC Brooks & The Uptown Sound. El Sol. 22 h. 20 €. Jueves, 22 de septiembre _Turborock: The Soundtrack Of Our Lives, The Muff... Rock Kitchen. 20:30 h. Abono 65 €. Día 25 €. _Wu Lyf. Moby Dick. 21 h. 18 €. _English Dogs. Gruta 77. 21:30 h. 11 €. Viernes, 23 de septiembre _Turborock: Redd Kross, Hoodoo Gurus... Rock Kitchen. 20:30 h. Abono 65 €. Día 35 €. _Fiesta Nuevo Moby Dick. Moby Dick.

23 h. Gratis. _María Minerva. Astoria. 22 h. 9 €. _Watch TV. Café La Palma. 24 h. Gratis. Sábado, 24 de septiembre _Turborock: Mudhoney, Young Fresh Fellows... Rock Kitchen. 20:30 h. Abono 65 €. Día 30 €. _Man Man. Charada. Hora y precio S/C. _The Monochrome Set + Los Alambres. Wurlitzer Ballroom. 22 h. 17 €. _Toundra. Caracol. Hora y precio S/C. _Patrick Codenys. Audium. Hora y precio S/C. Martes, 27 de septiembre _Scott Matthew. Teatro Lara. Hora S/C. 22 €. Jueves, 29 de septiembre _Nicolás y los Papeles del Gobierno. El Sol. 22 h. 10 €. _Mirrors Frequency. Moby Dick. 21 h. 11 €. _Ruins Alone. La Faena II. Hora y precio S/C. Viernes, 30 de septiembre _Red Bull Thre3style: Gran Final. The Fame. 24 h. 15 €. _The Ugly Beats. El Sol. 22:30 h. Precio S/C.

Andalucía Viernes, 2 de septiembre _Lektrono + Popout!. Ghostel (Sevilla). Hora y precio S/C. Viernes, 9 de septiembre _South Pop Isla Cristina: Pony Bravo, Dominique A, Montevideo... Auditorio del Parque (Isla Cristina). 19 h. Abono 46 €. Día 30 €. _Lektrono. Ghostel (Sevilla). Hora y precio S/C. Sábado, 10 de septiembre _South Pop Isla Cristina: Micah P Hinson, Exsonvaldes, Saint Etienne... Auditorio del Parque (Isla Cristina). 19 h. Abono 46 €. Día 30 €. _AtletA. Louie Louie (Estepona). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de septiembre _Popout!. Ghostel (Sevilla). Hora y precio S/C.


056/057

agenda

Viernes, 23 de septiembre _Lollypop DJ. Ghostel (Sevilla). Hora y precio S/C. Sábado, 24 de septiembre _Heineken Music Selector: Delorean. Vivero (Málaga). Hora y precio S/C. Viernes, 30 de septiembre _DJ Mike. Ghostel (Sevilla). Hora y precio S/C.

Aragón Jueves, 1 de septiembre _The Tormentos + The Dust Bowl. López (Zaragoza). 21 h. 10 €. Viernes, 16 de septiembre _Mountainbass: Akrog, Budfather, Magma... Recinto Festival (Fiscal). Hora y precio S/C. Sábado, 17 de septiembre _Mountainbass: Akrog, Budfather, Magma... Recinto Festival (Fiscal). Hora y precio S/C. Domingo, 18 de septiembre _Mountainbass: Akrog, Budfather, Magma... Recinto Festival (Fiscal). Hora y precio S/C. Viernes, 23 de septiembre _Los Turbios. López (Zaragoza). 21 h. 3 €. Sábado, 24 de septiembre _JC Brooks & The Uptown Sound. La Casa del Loco (Zaragoza). Hora y precio S/C. _Remates. López (Zaragoza). 21 h. 10 €.

Cantabria Viernes, 16 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Black Bird (Santander). Hora y precio S/C. Viernes, 23 de septiembre _Turborock: Redd Kross, The Muffs, Los Coronas... Mercado de Sarón (Santa María de Cayón). 16:30 h. Abono 75 €. Día 40 €. Sábado, 24 de septiembre _Turborock: Mudhoney, The Soundtrack Of Our Lives, The Right Ons... Mercado de Sarón (Santa María de Cayón). 16:30 h. Abono 75 €. Día 40 €.

C. Valenciana Viernes, 9 de septiembre _The Dirt Tracks. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 6 €. Sábado, 10 de septiembre _Lost Acapulco + Wau y los Arrrghs. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 6 €. Viernes, 16 de septiembre _Red Bull Thre3style: Toy Selectah. La 3 (Valencia). 24 h. Precio S/C. Sábado, 17 de septiembre _Heineken Music Selector: Anna Calvi. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 20 €. Viernes, 23 de septiembre _Turborock: Mudhoney, The Soundtrack Of Our Lives, The Right Ons... Mercado de Sarón (Santa María de Cayón). 16:30 h. Abono 75 €. Día 40 €. _Barrance Whitfield And The Savages. Wah Wah (Valencia). 22 h. 18 €.

Sábado, 24 de septiembre _Turborock: Redd Kross, The Muffs, Los Coronas... Spook (Valencia). 16:30 h. Abono 75 €. Día 40 €. _Sexy Sadie. Wah Wah (Valencia). 22 h. 15 €. Sábado, 30 de septiembre _La Habitación Roja. Wah Wah (Valencia). 22:30 h. 15 €.

Castilla León Jueves, 15 de septiembre _Ebrovisión: Maga, Estereotypo... Recinto festival (Miranda de Ebro). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de septiembre _Ebrovisión: The View, Mendetz, Bigott... Recinto festival (Miranda de Ebro). Hora y precio S/C.

Galicia Sábado, 3 de septiembre _Metamovida: Za!, Betunizer... Mondo (Vigo). 21 h. 12 €. Viernes, 9 de septiembre _Rock in Way: The Offspring, The Toy Dolls, <<rinôçérôse>>... Monte Do Gozo (Santiago). Hora y precio S/C. _Eladio y los Seres Queridos. Náutico O Grove (Pontevedra). Hora y precio S/C. Sábado, 10 de septiembre _Rock in Way: The Offspring, The Toy Dolls, <<rinôçérôse>>... Monte Do Gozo (Santiago). Hora y precio S/C. _La Bien Querida. A Cidade Da Cultura (Santiago). Hora y precio S/C. Miércoles, 14 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Pop Torgal (Ourense)). Hora y precio S/C.

Sábado, 17 de septiembre _Ebrovisión: Erland & The Carnival, Micah P. Hinson, Delorean... Recinto festival (Miranda de Ebro). Hora y precio S/C.

Jueves, 15 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Le Cool (A Coruña). Hora y precio S/C.

Euskadi

Viernes, 16 de septiembre _Kathryn Calder. Torgal (Ourense). Hora y precio S/C.

Viernes, 12 de septiembre _Tweak Bird. Le Bukowski (Donosti). Hora y precio S/C. _Jueves, 8 de septiembre _Jet Lat Flashak: Ahotps Jokuak, Bard... Bilbaorock (Bilbao). 19 h. Gratis. Viernes, 9 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Parque Igueldo (Donosti). Hora y precio S/C. _Jet Lat Flashak: Enkore, Holly Brandy... Bilbaorock (Bilbao). 19 h. Gratis. Miércoles, 14 de septiebre _Sic Alps. Jimmy Jazz (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C. Jueves, 15 de septiembre _Heineken Music Selector: Anna Calvi. Plateruena (Durango). Hora y precio S/C. Viernes, 16 de septiembre _Single. Museo Balenciaga (Getaria). Hora y precio S/C. Sábado, 17 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Kafe Antzokia (Bilbao). Hora y precio S/C. Jueves, 22 de septiembre _Villa de Bilbao: Velocista, MTG, Giranice. Bilbaorock (Bilbao). 20 h. Gratis. Miércoles, 28 de septiembre _Villa de Bilbao: DR. Skyloop, Electrik Disco Noize, La Omega. Bilbaorock (Bilbao). 20 h. Gratis. Jueves, 29 de septiembre _JC Brooks & The Uptown Sound. Kafe Antzokia (Bilbao). Hora y precio S/C. _Villa de Bilbao: Green Desert Water, Escándalo, Anaiarrebak. Bilbaorock (Bilbao). 20 h. Gratis. Viernes, 30 de septiembre _JC Brooks & The Uptown Sound. Helldorado (Vitoria-Gasteiz). Hora y precio S/C. _Jet Lat Fest: Kalemonsters, Urban Knitting... Bilbaorock (Bilbao). 18:30 h. Gratis.

Sábado, 17 de septiembre _Amnesia Ibiza: Ricardo Villalobos, Chris Liebing, Tiefschwarz... Expocoruña (A Coruña). Hora y precio S/C. _Kathryn Calder. Iguana Club (Vigo). Hora y precio S/C. Miércoles, 28 de septiembre _JC Brooks & The Uptown Sound. Capitol (Santiago). Hora y precio S/C.

Illes Balears Domingo, 11 de septiembre _Micah P. Hinson plays Pixies. Teatre Lloseta (Mallorca). Hora y precio S/C. Miércoles, 14 de septiembre _2 years of Alma. Khumaras (Ibiza). Hora y precio S/C. Domingo, 25 de septiembre _Aphex Twin, Technasia... We love Space (Ibiza). Hora y precio S/C.

Murcia Jueves, 1 de septiembre _Lemon Pop: DJ Coco. La Yesería (Murcia). 22:30 h. Gratis. Viernes, 2 de septiembre _Lemon Pop: Ellos, Franc3s... Auditorio Parque Fofo (Murcia). 20:30 h. Precio S/C. Sábado, 3 de septiembre _Lemon Pop: Cooper, Astrud & Col·lectiu Brossa, Wild Honey... Auditorio Parque Fofo (Murcia). 20:30 h. Precio S/C.

Navarra Sábado, 10 de septiembre _Electropop Pamplona: Columpio Asesino, Souvenir... Ciudadela (Pamplona). Hora S/C. 15 €.


THE HIGH LLAMAS

JOHN GRANT

THE BLUETONES

ARNAUD FLEURENT-DIDIER

PATRICK WOLF

Faraday 2011

MOLÍ DE MAR (VILANOVA I LA GELTRÚ), 01-03/07/11

Viernes. Descorchamos el mes de julio con una cita ineludible en el Molí de Mar de Vilanova i la Geltrú. El Faraday (¿el festival más cómodo del mundo?) te permite ver a los grupos y a los DJs tan de cerca que a veces miras hacia atrás para chequear si es cierto lo que estás viviendo. Samitier dieron el pistoletazo de salida con un sol de justicia y escasa veintena de valientes con ganas de marcha en el Escenario Estrella Damm. Su pop convenció y calentó motores para Litoral y su folk mediterráneo en la onda Beirut. Solana en lenta retirada, público en rítmico goteo y buenas vibraciones. Aparecen Espanto en la Carpa Juanita y la brisa del Garraf acaricia nuestra cabezas mientras coreamos “A ver si nos vemos” y “Dichosos los ojos” y pensamos un poco en Vainica Doble y un tanto más en Le Mans. Y cambio de escenario para el pop urgente de Aias, que volvieron a demostrar que lo suyo no es un hype. Klaus & Kinski ofrecieron el que fue el concierto redondo de la noche. Hits inmediatos, presencia, sonido redondo, conexión. ¿Qué más se podía pedir? En el bolsillo desde el primer minuto, vamos. Saltamos de nuevo al escenario Estrella Damm para el primer grupo internacional de la noche, los ninguneados The High Llamas y su pop cristalino y preciosista. En las primeras filas alguien corea sus estribillos mientras ellos están demasiado pendientes de sus instrumentos y de ellos mismos. Pausa para rascarse los tobillos (implacables los mosquitos de Vilanova) y tomarse algo esperando de The Bluetones. El líder de este cuarteto inglés que un día (96) hiciera temblar las listas de medio mundo con varios hits indiscutibles estaba exultante. “No somos tan buenos”, dijo a la cuarta canción, pero ya no importaba porque el Faraday estaba en lo más alto. Y siguieron Polock con su precisión y su encanto habituales, Za! rizando el rizo a su delirante directo (¡hubo headbanging!) y una carpa Juanita con Louie Louie y Modena Summit DJS

(Miqui Puig, la próxima vez mejor tú solo) que selló una primera noche perfecta. Octavio Botana Sábado. La presencia del poeta Eduard Escoffet y sus textos cotidianos, terrenales aportó a Bradien una mayor concreción a sus habituales loops melódicos. Apadrinados por Pau Vallvé los Inspira de Jordi Lanuza presentaron su segundo LP “Escapistes” (Amniòtic, 10) en un set de amable y creciente folkpop urbano. Debutante en nuestros escenarios, el británico Tom Williams defendió las canciones de su primerizo “Too slow” (Wire Boat, 11) para pasar al olvido en cuanto los franceses Da Capo se subieron al escenario a rescatar mientras anochecía su pequeña obra maestra “Minor swing” (Lithium, 97; reeditada en la actualidad por Grabaciones en el Mar, cosa que agradecieron a Pedro Vizcaíno). Si ya en su momento aquel fue un disco que parecía suspendido en el tiempo (con el aire californiano de los obvios guiños a Love) ahora los hermanos Alex y Nico Paugam acentúan esa excepcionalidad defendiendo su obra con convicción y elegancia y no pocos guiños a una psicodelia inglesa a la que dicen sentirse más cercanos. No hay duda de que Ron Sexsmith es un notable compositor y un competente intérprete, pero no ha conseguido todavía hilvanar un directo que le confirme como un grande. Los temas pasan dejando una incómoda sensación de excesiva pulcritud que estuvo a punto de romper al arrancarse con varios versos del “Eres tú” de Mocedades al inicio de “Just my heart talking”. Lo contrario hizo Arnaud Fleurent-Didier. De total desconocido pasó a estrella del evento con su pop ampuloso tocado por la mano de Gainsbourg (sexualidad explícita, egocentrismo…), guiños electrónicos y proyecciones políticamente incorrectas. Con tan sólo tres músicos sobre el escenario, Fleurent-Didier demostró que su repertorio merece una mayor difusión en nuestro

Fotos

Mireia Carulla

país. Sin duda la intimidad del escenario pequeño del Faraday es el clima ideal para la descacharrada mezcla de folk urbano, hip hop y stand up comedy del gallego Emilio José. Siguiendo con las personalidades fuertes, Standstill condensaron en un breve set lo mejor de su neverending tour con lo mejor de “Adelante Bonaparte” (10) y de “Vivalaguerra” (06): repertorio impecable, interpretación sólida, carisma a raudales… ni una sola fisura. The Suicide of Western Culture quieren ser los Fuck Buttons locales… aún les queda mucha trecho y les falta mucha personalidad. Comparado con el elegante y creciente set de Fibla a los platos (el primer DJ verdaderamente electrónico de la historia del festival, cosa que se agradece) lo de Els Surfing Sirles, rozó la escatología al pretender hacer gracia. Half Nelson Domingo. Las puertas del Molí de Mar se abrieron a las seis de la tarde, con DJ Mayfield encargado de amenizar la espera de la aparición en escena de Renaldo & Clara, los cuales concierto a concierto van asentando una propuesta de pop-folk delicado cada vez más interesante. Los seguiría Nacho Umbert & La Compañía que repasaron su disco de debut y presentaron varios temas de su inminente segundo ábum. Con John Grant llegaba el cierre y también uno de los momentos álgidos del festival. Acompañado tan solo por otro teclista, Grant se lanzó a bocajarro sobre las descarnadas historias que conforman “Queen of Denmark”. En formato dúo las canciones quizás pierdan en arreglos, pero ganan en intimidad y cercanía, un hecho amplificado todavía más por las dimensiones del escenario pequeño del festival, desbordado por la voz y la desarmante personalidad y los comentarios de Grant. Las revisiones de “Drug” y “Little pink house” de The Czars en el tramo final pusieron el broche de oro a una actuación memorable. Javier Burgueño


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live FIB 2011

ARCADE FIRE

ARCTIC MONKEYS

ANNA CALVI

BEIRUT

FIB 2011 RECINTO FESTIVAL (BENICÀSSIM), 14-17/07/11 JUEVES 14 DE JULIO

El sonido castañeante de la chicharra estival precedía a la XVII edición del FIB. Un cartel de astros internacionales que logró una media de 50.000 asistentes por día. La primera de las cuatro jornadas fue la más floja, pero contó con grandes nombres. En el Escenario Fibclub, el clásico arranque de Aldo Linares, tuvo la novedad de saltar fuera de los platos e interpretar sus propios temas de pop electrónico con letras nostálgicas. Una propuesta interesante fue la de Anna Calvi que no defraudó a los que la esperábamos. A esta mujer elegante de aspecto duro y sensual se le augura un gran futuro artístico. Su voz de cuchillo navegó en clave de soul y rozó el rock más duro. Impactante como guitarrista en la soltura de sus punteos, brilló su disco homónimo a través de “Desire”, “Rider of the sea” o “Black out”, pasando por unas tétricas versiones del “Surrender” de Elvis Presley y el “Jezebel” de la siempre grande Edith Piaf. Solo le faltó tiempo, nocturnidad y mayor volumen. La impopular inclusión de Julieta Venegas se confirmó inadecuada con un concierto por el que pasó sin pena ni gloria. Demostró que a pesar de su larga trayectoria como cantante es capaz de aburrir a una ostra sobre el escenario. El joven escocés-italiano Paolo Nutini fue el primero en llenar su escenario (el Maravillas) en este FIB. Su voz country de señor de sesenta y tantos años cautivó en directo con sus discos “These streets” (Atlantic, 06) y el posterior “Sunny side up” (Atlantic, 09). Temas que parten del pop-rock para viajar por el blues o el folk. Algunos temas tomaron un giro más rockero, como el comercial “New shoes”. Con un look más glam que nunca hizo bailar al númeroso público que lo estaba disfrutando y enterneció con hermosas bala-

das como “Candy”; versionó dulcemente a Hot Chip con su “Over and over” y se fue con la fresca “Common truth” de Amazorblades. Algunos recibimos a Congotronics Vs. Rockers como un experimento gratificante ya que se hace necesario que en estos días de africanismo pop, esta propuesta estilística sea ejecutada por grupos africanos como esta formación compuesta por los congoleños Konono Nº1 y Kasai AllStars e indies de bandas como Deerhoof, Skeletons o Wildbirds & Peacedrums. Fue una propuesta colorista como lo es la música africana y donde ésta fue la que prevaleció. Plan B comenzó con un extenso beatbox de Benjamin Paul Ballance-Drew, haciendo un repaso por algunos conocidos rompepistas como el fabuloso “Runaway” de Kanye West. De esta forma enlazó con un concierto de música negra, funk y soul en el que volvimos a los 70 con ritmos a lo Barry White y Jackson Five haciendo que el trasero de los presentes cobrara vida. Los cabeza de cartel de la noche, The Streets, fue otra demostración del discreto nivel de la jornada. El grupo de Mike Skinner está inmerso en su gira de despedida. Empezaron con fuerza con temas como “Don’t mug yourself” o “Fit but you know”, pero se desinflaron con un extenso nuevo repertorio más blando y aburrido. El público, en general, se fue aletargando. A la misma hora, los Crystal Fighters lo petaban en un Fiberclub que se les quedó pequeño y ante un público enfervorecido. Las alegrías que ha dado esta banda anglo-navarra con su primer disco, “Star of love” (Zirkulo, 10), crecen con un potente directo. Julia Córdoba VIERNES 16 DE JULIO

La coruñesa Elba Fernández y su banda (aka Jane Joyd) fueron los encargados de inaugurar la tarde. La

ganadora del Proyecto Demo 2011 desarrolla (acústica en ristre) melodías tenues, delicadas y sedosas, tan prístinas como sus ojos de un verde-mar cantábrico. La pena es que su desnudez intimista requiere de un contacto directo y de una serenidad atmosférica difícil de mantener cuando empiezan a sonar en el escenario vecino sonidos más vigorosos que acaban robándote la intimidad. Ella lo dijo (“tocar estas canciones aquí es arriesgado”) pero pese a todo supo mantener el tipo sin acobardarse lo más mínimo. Mientras tanto, los londinenses The 1945, ajenos a todo ello, jugaban a recrear un soul-rock rítmico, desenfadado y festivo. Sin la contundencia escénica de The Rifles, sin los recursos melódicos de los Rumble Strips, pero frescos y divertidos, se marcaron un concierto de apenas 25 minutos que dejó con ganas de más. Por su parte los irlandeses O Emperor conjugaron un neo-folk con rasgos de pastoral americana y punteos de sonoridad africanista (a medio camino entre Fleet Foxes, Local Natives y Forest Fire). Redondos. Los vascos Atom Rhumba se estrenaban en escenario grande y su rock and roll musculoso y suciote ponía la nota de color (oscuro) en un atardecer sediento de chicha y mala leche. “Follaos pensando en nosotros” fue su declaración de intenciones. Puro rock way of life. “Mis canciones buscan la luz” había afirmado Leo Mateos, alma mater de Nudozurdo y puede que así sea, pero hay que reconocer que lo hacen por el camino más torcido, oblicuo y esquizoide. Su universo es doloroso y cortante, pero su personal forma de contar/cantar sus historias convierte a su banda en una de las más excitantes que se menean por aquí. A los Undertones y a los Stranglers les tocó cubrir el cupo ‘reencuentro con viejunos’ del día. Entre el proto-punk de los primeros y el post-punk denso y oscuro de los segundos,


PORTISHEAD

PRIMAL SCREAM

ELBOW

CONGOTRONICS VS. ROCKERS

Fotos

lo bueno de estas reuniones es que descerrajan torpedos en la línea de flotación de todo aquel aficionado al pop del siglo pasado y al final uno de los recuerdos más perdurables del festival es haber podido disfrutar, por ejemplo, de un “Teenage kicks” de manos de sus progenitores. Impagable. Brandon Flowers trató de trasladar a escena esa épica emocional de consumo rápido que tan buenos resultados le ha dado con su grupo matriz. Para el que esto escribe, tan indistinguible es la música de uno y de los otros por lo que, de tan azucarada y hueca, la sensación que queda tras la apoteosis final de luz y de color es de un vacío totalmente anodino. Herman Dune volvieron a demostrar (una vez más) su capacidad de hacer de cada concierto una celebración cercana y desenfadada de entrañable pop lo-fi. Apuesta segura. El pop expansivo y ceremonial de Elbow (entre consejos y agradecimientos varios Guy Garvey cada vez semeja más un telepredicador del buen rollo) entretuvo de manera solvente a los fans entregados que esperaban la llegada de los más esperados del día, los renacidos The Strokes. ¿El sabor de boca que dejaron los cabezas de cartel? Pues una sensación más agria que dulce, más cansina que excitante. El concierto comenzó algo frío, a remolque y sin mucha vidilla. La actitud pasiva de Casablanca y compañía tampoco es que ayudara mucho y no fue hasta que a la media hora entonaron “Last nite” que el público se acabó de calentar. Lo que pasa, es que, una vez contemplas con perspectiva un set cuya mayor baza (incontestable, eso sí) es una colección impecable de hits, te embarga la sensación de que parece que el fin último que persiguen es parecerse, en cada cosa que hacen, más a ellos mismos, en no desmarcarse lo más mínimo del patrón prediseñado. Una lástima, los preferíamos cuando

eran más novatos y les quedaba toda su carrera por delante (aunque fuera a riesgo de poderse equivocar). El declinar de la jornada aún reservaba dos de las citas más memorables del día: los Art Brut demostrando por qué siguen siendo una de las bandas con más personalidad del panorama británico (Eddie Argos, cronista de lo chungo, tiene más peligro al micrófono que Jarvis Cocker en su día más inspirado) y un James Murphy que regaló (y se regaló) una sesión de ritmo y subidón incontestable. Javier M. Carpi SÁBADO 17 DE JULIO

Prácticamente a la misma hora dos bandas patrias exponían su filosofía sonora; unos, los McEnroe, desde su atalaya privilegiada (escenario Maravillas, gente curiosa tomando posiciones), aunque bajo un sol de justicia, ondeaban su bandera de entramados apaisados y tormentas contenidas, los otros, Nadadora, desde sus laberintos ruidistas circulares y expansivos (como unos Slowdive capaces de enmarañarse en la dulzura pop y susurrar melodías deliciosas). Dos conceptos diferentes de cómo utilizar la instrumentación corpórea para expresar emociones. Algo cansinos y faltos de rasmia los primeros, cada vez más afianzados los segundos. Los australianos Tame Impala definen su música como psychedelic hypnogroove melodic rock, conceptualización que de tan enrevesada, el simple hecho de imaginársela da una pereza brutal. En la práctica, psicodelia-pop luminosa, lisérgica y fraternalista. Agradable para la caída de la tarde. El tándem Astrud y el Col·lectiu Brossa emocionaron con un proyecto que redefine el imaginario singular del grupo bajo un nuevo prisma academicista. El suyo fue uno de los shows más especiales del día y para especial (genios y figuras) su ‘gran final’:

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el “Voglio vederti danzare” de Batiatto enlazado con “Hay un hombre en España”. Gloriosos. Lo de situar a Lori Meyers en el escenario grande era casi ya una cuestión de justicia poética; los granadinos llevan años ganándose el puesto de mejor grupo vocal de pop luminoso y colorista. El hecho de que salieran a escena uniformados enfatizaba aún más esa pátina de simbología sixty que impregna todo lo que hacen. Pop directo, fácilmente asimilable y de aspiraciones generalistas. Justo lo que hace falta para revitalizar el pop de consumo masivo en este país (y no otras presuntas apuestas más vetustas). Los Bombay Bicycle Club jugaban el papel de grupo británico de segunda o tercera fila (en cuanto a repercusión mediática), de escaso nombre en nuestro país, pero con suficientes atractivos para consolidarse como apuesta segura (lo que el año pasado representaron Two Door Cinema Club, vaya). Su set fue compacto y contagioso. Justo lo que se esperaba de ellos. Curioso lo de Mumford and Sons, que en un año han cambiado de escenario, llegando al principal, con una apuesta aparentemente extraña para lo que en ellos habitualmente se estila (banjo, contrabajo y ecos tradicionales) y sin haber publicado aún nuevo trabajo Se agradece que defiendan su propuesta de manera honesta y sin ínfulas. Aunque para curioso lo de Beirut; un tío de Nuevo Méjico con nombre de ciudad de oriente medio y con una propuesta teñida de reminiscencias balcánicas. A punto de ver la luz su nuevo trabajo, el bueno de Zach Condon readapta el concepto de orquesta zíngara de metales en un proyecto dinámico, nada encorsetado y animado de principio a fin. Y los indies, que lo bailan todo, como no podía ser de otra forma, asumen el reto y comparten su filosofía. Si el señor Power aceptara carta a los Reyes Magos le pediríamos


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live FIB 2011

THE STRANGLERS

lo siguiente: malabarismos de viento en conexión Tucson-Nuevo Méjico. Beirut & Calexico en comandita podrían hacer temblar cualquier escenario. Los Arctic Monkeys venían con el impresionante “Suck it and see” bajo el brazo (un trabajo que comienza de manera tan contundente como “She’s thunderstorms” se convierte inmediatamente en incuestionable), a mayor gloria de su nuevo papel de salvadores del rock con actitud. Los de Sheffield han pasado en los pocos años que separan su primera epifanía en el FIB (entonces Heineken) de esta segunda visita, de jóvenes imberbes representantes del más acelerado angst-pop a concienzudos creadores dotados de una magia especial para lustrar el rock del nuevo siglo. Con un público totalmente entregado (tremenda la euforia desatada cuando sonó “I beg you look good on the dancefloor”) y un Alex Turner que maneja los tiempos como quiere, el éxito estaba asegurado de antemano. Y ellos no defraudaron (ni tropezaron siquiera). ¿Fue “Screamadelica” tan relevante para la música popular como el “Nevermind”? Está claro que para el morbo finisecular no (el martirologio popular enterró a un Cobain depresivo y suicida mientras que Gillespie sigue cumpliendo años a la par que pasea sus excesos pasados y presentes con mayor o menor decoro), pero a la hora de abrir los ojos a las nuevas formas de expresión de la juventud probablemente sí (el hastío existencial por un lado, la huída hacia adelante por la vía del hedonismo y el placer pasajero por el otro). Es por eso, que cuando se cumplen 20 años de la publicación de aquel trabajo de los Primal Scream, la ocasión la pintan calva para rememorar todo lo que significó. Y ahí estaban ellos recreando un espíritu, unos hallazgos y unos resultados reveladores. Y el público con la sensación

THE JOY FORMIDABLE

THE STREETS

de estar viviendo un momento único, que lo fue. Una forma perfecta de volver a las tierras amigas castellonenses. Javier M. Carpi DOMINGO 18 DE JULIO

Cuando el sol dejaba de apretar de lo lindo, Antònia Font se lanzaba al Escenario Fiberfib.com. Esa banda que ha aportado un buen grano de arena a la diversidad lingüística de la música y otro al buen pop actual llegó con su último trabajo “Lamparetes” (Robot Innocent, 11) y lo abrieron para desplegar temas tan bonitos como “Clint Eastwood” o “Coses modernes”. El sol se escondía y venía al dedillo para bordar el espectáculo. Mientras tanto salían al Escenario Maravillas, CatPeople arrancaron con “Sorry” de su nuevo “Love battle” (December, 11). Concierto de un rock y punk más clásicos sin dejarse atrás los dos primeros trabajos de estudio que también atesoran. En cambio no consiguieron establecer un buen diálogo con el público y en los últimos minutos fueron abandonados por una buena parte que se apresuraba para oír a una banda en tendencia como es The Joy Fomidable. Ese torrente de travesura y simpatía, la rubísima Ritzy Bryan lo arrasó todo en un breve concierto de media hora con un rock ruidoso y la vuelta del shoegaze de los 90. Con el tiempo justo, Noah & The Whale nos esperaban en el Maravillas para empezar con su indie de aire folk y tono melancólico. Entusiasmados, se marcaron fragmentos frenéticos en los que las cuerdas de guitarras y violín entraban en trance, aunque no deben confiarse porque tampoco son algo del otro mundo y quizás vivan su momento de gloria. Desde luego difícil lo tuvieron para alcanzar a Por-

THE STROKES

tishead, quienes ocuparon el mismo escenario poco más tarde. Uno de los momentos más ansiados del festival llegaba con esta madura formación que sigue sobrevolando cualquier etiqueta sonando siempre contemporáneos. Es la magia de los buenos. Con Geoff Barrow al mando y el elegante lamento de Beth Gibbons construyeron una ficción sonora de espacios claustrofóbicos e hipnotizantes. The Go! Team nos hicieron sudar en el Fiberfib.com. El ritmo no bajó en ningún instante. La formación aglutina el sonido más divertido y un saber musical muy fresco. Con el liderazgo de la incansable Ninja sobre el escenario, el hip hop, el funk y el garage enloquecen a un público que quería quemar todos los cartuchos en el último día del festival. En el setlist de los de Brighton, su “Rolling blackout!” casi enterito y éxitos como “Lady flash” o “Huddle formation”. Cualquier cifra astronómica para la contratación de Arcade Fire es rentable, porque los astros son ellos desde el momento en que comienzan su show. “Ready to start”, sobre el fondo de la película de Spike Jonze a propósito de su nueva obra maestra “The suburbs” (Merge, 10), es toda una declaración de intenciones que corta la respiración. La excelencia instrumental, la calidad en todas sus voces y el entusiasmo que desprenden convierten un concierto de los canadienses en inolvidable. Sonaron temas de sus tres discos casi sin parones. “Neighboorhood #1” y “#3”, “Month of may” (al que sólo le faltaron fuegos artificiales) y preciosa “Rococo” en vivo. Placer al saber que llegaba el bis. Con “Wake up” empezábamos a despertar y con “Spawl II (Mountains beyond mountains)”, ese gran revival del synth-pop de los 70, soñaremos para siempre con este final exquisito en esta última edición del FIB. Julia Córdoba


Arcade Fire

EXPLANADA MUSEO GUGGENHEIM (BILBAO), 14/07/11

Insólito emplazamiento el del Guggenheim, con su explanada al aire libre, sus vistas laterales del imprescindible museo y las verdísimas colinas vizcaínas acogiendo ‘la cita indie’ de este verano en Euskadi. Abrieron a pleno sol los voluntariosos L.A. con acordes musculosos y voces algo lineales ante los recién llegados al recinto, todavía asombrados con la ubicación. Siguieron The Walkmen, elegantes y precisos frente a un respetable algo despistado (escuché a alguien decir “público raruno”) que no supo apreciar la calidad y la

entrega de los de New York, que se dejaron la piel. Entonces se anunció el clásico “Coming soon: Arcade Fire” en las pantallas que acompañan a los canadienses, y el —ahora sí— concentrado público no quiso esperar más. Puntuales pues, Arcade Fire abrieron con la genial “Ready to start” y siguieron con la batería de hits de su alabada discografía, calculada sucesión de temazos, coros litúrgicos y comentarios medidos (“Me han dicho que los vascos sois muy entusiastas”, soltó

Dcode Festival

RECINTO DEPORTIVO DE CANTARANAS DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA (MADRID), 24-25/06/11

Tres escenarios embutidos en zona deportiva universitaria; Kasabian y My Chemical Romance como cabezas de cartel; menores a diestro y siniestro y sin permiso para beber alcohol. Sobre el papel, el Dcode sonaba exótico. Pero a pesar de algunos problemas —calor sofocante por falta de toldos, colas en los baños, barras atestadas—, la cosa no se dio nada mal. El fin de semana cerró con 24.000 asistentes Si los australianos triunfaron en el Día de la Música; en el Dcode lo hicieron suecos y estadounidenses. La actuación de los británicos fue mediocre

en algunos casos (Ting Tings y Vaccines) y deplorable en otros (Kasabian). The New Raemon están en plena forma. “Consciente hiperconsciente”, “El refugio de Superman”, “Soñar la muerte” (de la que dijo: “Es la canción más alegre que he escrito”)… Rodríguez recorrió el repertorio ataviado con una camiseta de Sunny Day Real State y una chaqueta. No dudó en regar al público con agua. Falta hacía. Foster The People son un hype, una copia de los primeros Strokes que suena, desgraciadamente, a la

Win Butler. “Pos vale”, pensamos algunos). Y fueron cayendo “Keep the car running”, “Intervention”, “We used to wait” o la que fue sin duda la interpretación de la noche: “No cars go”, en plena comunión con la audiencia, interpretada con el temple idóneo y merecida pegada. Las gigantescas láminas de titanio que Frank Gehry moldeó para el Guggenheim recibían a la par el reflejo de la cristalina ría bilbaína y la reverberación de un sonido que sin duda fue mejorable, pero el despliegue habitual de luces, las proyecciones en loop y algunos fragmentos del largometraje que Spike Jonze ha rodado bajo el título “The suburbs” suavizaron el impacto. Los de Montreal desgranaban un cancionero que no por epatante dejaba de ser a ratos cansino, incluso previsible. Quizá fuera el agotamiento, quizá el aforo (estaba lleno, pero no a rebosar), quizá una producción tan milimétrica que no deja lugar a la chispa o la improvisación, pero la cosa resultó finalmente algo mecánica e incluso sosa, a pesar de la voluntad desgranada. Entonces, cuando habían rebasado la hora y cuarto de show y muchos parecían esperar el éxtasis que algunos otros les habían explicado, Arcade Fire se sacaron de la chistera las tracas finales: “Wake up” y “Sprawl II (Mountains beyond mountains)”. La primera levantó ánimos y brazos por igual. Coros mesiánicos en el cielo vasco, achuchones de emoción. La segunda, ay, no llegó a tanto porque Régine Chassagne insiste en buscar unas notas que no alcanza con un teclado que no atina, y el despropósito —muy visible— convirtió un clímax aparentemente apañadito en una noche correcta. Octavio Botana / Foto Stuart McDonald

última. Y de Sum 41 mejor ni hablar… los canadienses son una versión mala de Offspring (si éstos últimos alguna vez fueron buenos). Mark Oliver Everett salió al ruedo eufórico. Ni rastro de los fantasmas que acompañan a sus canciones y de los que habla en “Cosas que los nietos deberían saber” (Blackie Books, 2009). Con sus gafas y su barba de hombre lobo, desempolvó el himno noventero “Novocaine for the soul”. Con su banda —bajo, batería y una sección de vientos—, Eels firmó un concierto tosco y algo duro. Band of Horses (en la foto) repitieron lo imposible: reprodujeron la maravilla de directo que dieron el pasado febrero en la Heineken. “Laredo”, “Compliments”, “Is there a ghost”, “Funeral”… ¿Con ese repertorio y las ganas que le ponen, como no iban a conseguirlo? Respondiendo a la pregunta que hacen los Vaccines en su début (“What did you expect from The Vaccines?”): mucho. El sábado en el DCode dieron su primer directo en la península (habían actuado en Ibiza y Palma). Y defraudaron. Les falta rodaje. ¿Pero acaso no les faltaba también a los Artic Monkeys en 2003? The Hives no son una banda más. Nunca fallan. El quinteto sueco incendió el escenario con “Hate to say I told you so” y “Main offender”. Otros suecos que la liaron fueron The Sounds. Su cantante se movió como una diosa. Ting Tings estuvieron correctos. Sin más. Se les empieza a agotar la fórmula de la Blondie saltarina. Lo de Kasabian no tiene nombre. Rezumaron soberbia. Tom Meighan no se corta: se mueve como Liam Gallagher y se atreve a destrozar canciones ajenas: como “Misirlou” de Dick Dale (famosa por “Pulp fiction”). El cierre lo pusieron Crystal Fighters con su electro-punk de 8 bits. María Ovelar


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live

RUSSIAN RED

MANDO DIAO

EL COLUMPIO ASESINO

THE TING TINGS

PATRICK WOLF

Santander Music Amstel 2011 CAMPA DE LA MAGDALENA (SANTANDER), 22-23/07/11

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a tercera edición del Santander Music Amstel volvía a tener lugar en la Campa de la Magdalena, con esas preciosas vistas a la Bahía de Santander y sus paseos diarios de camino al recinto, siempre a pie de playa. El clima apacible y el marco geográfico son dos de las principales bazas que juegan a su favor y que complementan un cartel que cada año cobra más fuerza, aunque quepa reconocer que se echan en falta más actuaciones en horario diurno. Tras el aperitivo del día 21 de julio, con entrada gratuita para todos los asistentes que quisieran disfrutar de la música de Tulsa, Betacam y El Columpio Asesino, el día 22 inauguraba oficialmente el festival con un cartel que combinaba un menú más que aceptable de propuestas nacionales e internacionales. El pop colorista de los valencianos Polock daba el pistoletazo de salida de los conciertos y de muy buena manera: ofreciendo una sorprendente lectura en directo de su debut “Getting down from the trees” y conectando de inmediato con un público tan fresco como los cogollos de Tudela. Más lozanos que su audiencia eran los neoyorquinos The Pains of Being Pure at Heart. Aún así demostraron una simpatía a ratos desvergonzada —su vocalista, Kip Berman, dejó bien clara su intención de compartir un kalimotxo cuando abandonara el escenario— y se hicieron rápidamente con el podio de la jornada a través de arrebatos shoegazers y estribillos de oro. Su excelente “Belong” brilló, tronó y advirtió que su madurez sobre las tablas crece en perfecta armonía con su estado

de gracia compositiva. Continuó una insípida sesión de los DJs Patrullero & Lavegui en un refrito de hits que instaba a acudir hacia las barras a refrescarse el gaznate. Llegó el turno de los suecos Mando Diao, entre bastidores de seda malva, lamparillas situadas con estrategia por todos los rincones del escenario, ataviados en trajes hechos a medida y acompañados por un excelente cuarteto de cuerda. La banda de Björn Dixgard y Gustaf Norén hizo gala de su dominio sobre las tablas e interpretó a la perfección cada unos de sus temas estrella, metiéndose así a la mayoría del público en el bolsillo excepto a un servidor que no profesa simpatía por su repertorio ni su galantería. El directo de Crystal Fighters y su síntesis de pop electrónico con pinceladas tribales consiguió levantar una polvareda entre los asistentes a través de una puesta en escena contundente y vitalista. Como no, a El Guincho no le hacían falta efectismos; su “Pop negro” irradia más luz que la mismísima pista sobre la que bailaba Tony Manero; aún así en la explanada no se movió un alfiler y hasta había gente que abandonaba el recinto mientras sonaba la cósmica “Bombay”. Insólito. La segunda jornada daba comienzo con un regusto amargo tras el conocimiento de los datos sobre el atentado en tierras noruegas —durante todo el festival se convirtió en la obsesión de un servidor— y la posterior noticia del fallecimiento de Amy Winehouse. Tal como estaba establecido, el dúo de DJs Plastic

Texto

Matías Bosch Charo Celis

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Adict se encargaba de inaugurar la velada mientras que instantes después el pop psicodélico de Hola a Todo el Mundo saludaba con su disco de título homónimo a la rezagada audiencia que iba llegando al recinto. Puntual salió después al escenario Russian Red acompañada de su orquesta cocktail para desplegar el pop lánguido de sus dos LPs “I love your glasses” y “Fuerteventura”. La noche pasaba sin el menor atisbo de sobresalto y parecía que iba a ser la nota dominante. Plastic Adict volvieron a los platos con una bizarra selección de estilos que tan pronto se decantaba por el grunge como lo hacía por la electrónica. Hasta que la noche cayó en manos del dúo The Ting Tings. Como era de esperar, la pareja británica dejó bien claro quién mandaba en el festival. Desde el momento en el que su rotunda puesta en escena entró en juego, no hubo descanso. Ametrallaron con sus hits a diestro y siniestro —“That´s not my name”, “Great DJ” o “Shut up and let me go”...— e impusieron la diversión por encima del menor atisbo de modorra. Con esto y la suma del magnetismo de Katie White sobre el escenario, cayó tal desmadre que el post-punk de Jamaica quedó en agua de borrajas y pasó sin pena ni gloria cual tormenta veraniega. Un rato después, con cara de palo y sin mediar palabra, apareció en escena James Murphy ofreciendo un set que desprendió técnica y, sobre todo, un gusto exquisito que invitó a danzar hasta horas intempestivas. Todo un profesional. El año que viene más y mejor.


BEADY EYES

TV ON THE RADIO

SUEDE

THE CHEMICAL BROTHERS

BBK Live 2011 KOBETAMENDI (BILBAO), 07-09/07/11

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a jornada del jueves comenzó bastante temprano, poco después de las 5 de la tarde, aunque no veríamos ningún concierto con bastante público hasta el directo del auditorio de Russian Red, quien deshojó más dulce que nunca, sus temas de aire a soul y folk. Lourdes expresó su gozo por tocar en el escenario más grande de su carrera, aunque quizá empalagara un poco a un público que aún estaba distraído. Uno de los más esperados del jueves fueron Beady Eye de Liam Gallagher. Su sonido es como Oasis en el túnel del tiempo pero sin nervio. Aunque sonaran bien, se echa de menos la riqueza compositiva de Noel. Debbie Harry demostró que a sus 66 años puede mover a masas de jóvenes desgranando los temas de Blondie de ayer y de hoy. Entre los de siempre, “One way or another”, “Heart of glass”, “Call me” o “Maria”. Entre los del último “Panic of girls” (Eleven Seven, 11), “What I heard”, que ya suena a clásico. Papelillos en forma de mariposa, inmensos balones technicolor y un sinfín de láseres. ¿Una macrofiesta de cumpleaños? No, es el directo que presentó Coldplay a su paso por Bilbao. Los constantes problemas de sonido del inicio auguraban que aquel concierto no sería algo destacable para los no devotos. “Viva la vida”, “Clocks” o la nueva “Every teardrop is a waterfall” suenan correctas en directo, quizá demasiado correctas. Al comienzo de la jornada del viernes un cisne negro irrumpió en Kobetamendi. La vocalista y bajista de

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los londinenses The Noisettes, Shingai Shoniwa, se presentó con paso sinuoso, plumas de pájaro exótico y unos imposibles tacones. Regalaron indie-soul con estampas sonoras del arquetipo femenino de los 60s. Aún bajo el sol de la tarde, The Mars Volta desgranaba su propuesta de rock progresivo tintada de oscuro con menos psicodelia que en sus discos anteriores sorprendiendo a sus seguidores con una extensa pila de nuevos temas no editados. TV On The Radio fueron uno de los platos fuertes del festival. Sin apenas ensayar juntos, sonaron demoledores haciendo suyos estilos dispersos que van del indie-rock o el funk. Kasabian no acabó de brillar por culpa de un sonido opaco aunque hicieran un repaso de sus temas más fiesteros (adelantando dos temas de su próximo álbum “Velociraptor!”). Quienes si lo hicieron fueron Suede, dirigidos por el timón de un Brett Anderson que se declaró nuevo rey del glam. Anderson interpretó sus éxitos “So young”, “Animal nitrate” o “Trash” como si fuera su último concierto. Arrodillándose al borde del escenario, intentó transmitir el elixir de su eterna juventud a un público apático que se notaba que no estaban allí por ellos. Suede sustituyeron en el cartel del BBK Live a la ya tristemente desaparecida Amy Winehouse, después de que la artista suspendiera toda su gira europea. Al mismo tiempo que caía uno de los chubascos del festival, Kaiser Chiefs comenzaban en el escenario principal. Su riqueza musical es mínima y la novedad

Texto Julia Córdoba www.oscaromi.com

parece haberse agotado desde el éxito de “Employment” (05). !!!, sin embargo, hicieron sonreír y contonear al público con sus ritmos. Nic Offer y su inconfundible balanceo supieron muy bien como animar la noche: diversión en calzones al ritmo de dance punk. Casi sin darnos cuenta nos encontramos en la tercera y última jornada del BBK Live. Al atardecer del sábado, la cálida timidez y el plácido sonido de Jack Johnson hicieron que nos trasladáramos al ocaso de una playa hawaiana. Con una naturalidad contagiosa y en chanclas, Johnson interpretó una veintena de sus cristalinas melodías regalandonos una versión de “I wanna be your boyfriend” de Ramones. La noche ya se cernía sobre el cielo del Kobetamendi cuando llegó la hora de The Black Crowes, maestros del más rock puro. El público enloqueció como en el mejor concierto de sus vidas viendo a ese Chris Robinson retorcerse. Los seis monstruos de Georgia no tuvieron flaquezas, todo fue explosión, empezando con temas gigantes como “Jealous again” o “Illnes”. Además de repasar casi toda su trayectoria hicieron dos versiones: “Poor Elijah” de Delaney And Bonnie y “Hard to handle” de Otis Redding. La fiesta continúo con Chemical Brothers, que cerraron una nueva edición del BBK Live con su batería de hits dance y un mastodóntico espectáculo audiovisual. El concierto alimentó más las ganas de fiesta de un público que se despedía del festival de la mejor manera posible, bailando como locos mientras se esperaba el retorno del sol.


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FANGORIA

KLAXONS

MIKA

OK GO

PATRICK WOLF

Low Cost 2011

Texto

María Ovelar

CIUDAD DEPORTIVA GUILLERMO AMOR (BENIDORM), 21-23/07/11

E

l Low Cost lo lleva en el nombre. Bajo coste, la misma etiqueta de agencias de viajes, compañías de alquiler de coches y aerolíneas. Las mismas que se publicitan en Benidorm, tierra de arquitectura kitsch, karaokes y discotecas bakalas. Pero tiene su gracia porque por muy barato que resultara el festival celebrado el pasado julio en la localidad alicantina, las instalaciones y los conciertos se salieron. Eli ‘Paperboy’ Reed no se olvidó en casa (como haría unos días más tarde en Madrid, donde actuó en chanclas y en plena calle) los zapatos. Ni su tupé, ni su vozarrón soulero, ni sus ganas. Acompañado por seis músicos (sección de vientos incluida) rescató su repertorio con sabor a Otis Redding. El chico de la puritana Boston firmó un concierto diez. Algo más flojos estuvieron The Pains of Being Pure At Heart. Tal vez empiecen a resentirse de tanto festival. O no consigan enamorar tanto con su último disco. En su caso, el pasado sí fue mejor. Otros triunfadores de la noche fueron los Lori Meyers. “Luciérnagas y mariposas”, “Religión”, “Luces de neón”… El público recorrió con ellos su repertorio. La mayoría coreaba junto a Noni (Antonio López) sus temas. Sudaron energía y mucha actitud. ¿Dónde quedan los Lori Meyers de “Viaje de estudios”? ¿Aquellos que tropezaban con el sonido en casi muchas de sus actuaciones? Ni rastro. Como el Low Cost se han hecho mayores. Noni, por cierto, no dudó en descamisarse y romper la pulcritud del sexteto (corbata incluida). Hasta se cayó de espaldas cuando descendió al

foso… Un traspiés que lo hace más humano. Alaska, la siguiente en salir al ruedo junto a Nacho Canut (Fangoria), felicitó a los granadinos por su directo. Su actuación encajaba como un guante en el Low Cost. Vedettes ligeras de ropa, mucha purpurina y lentejuelas. “¿Dónde está nuestro error?”, “Quiero ser santa”, “Bailando”… clásicos regados con novedades infalibles. Ya, el viernes, Mika demostró que una diva es una diva. Tras algunos problemas para llegar a la localidad y varios caprichos solicitados a la organización compareció tarde en el escenario principal. Su timbre empalagoso y correctísimo no defraudó. Tampoco su despliegue de banderas, cariñitos al público ni su ostentosidad. El festín de juventud de Cut Copy no funcionó. Nada que ver con la explosión techno pop que ofrecieron el pasado marzo en la sala Heineken de Madrid. Llevan meses en los escenarios y se les notó cansados. Mucho antes (22.15) los levantinos Oh! Libia presentaron su álbum de debut. Letras intimistas envueltas en melancolía pop. O dicho de otro modo, un amargo dulce para empezar la noche. Los canadienses Crystal Fighters están en buena forma. El espectáculo del hombre con capucha pegado a los sintetizadores y de su delgada chica enganchó. Aunque siempre se eche de menos ver aparecer (o escuchar) a Robert Smith cantando “Not in love”. Seguramente lo mejor que ha hecho el cantante de The Cure en los últimos años. El sábado atardecía con la muerte de Amy Winehouse.

Y en Benidorm, capital de vacaciones británica, eran muchos los turistas con el Sun bajo el brazo. Triste noticia. Klaxons dedicaron un tema a la artista. Los alicantinos Dei Suoni mezclaron el ruidismo de Sonic Youth con la voz de su cantante Bea a lo Laura Veirs. Ha llovido mucho desde Método Milton (el anterior grupo de El Lupi), Pili Perkins (el de Bea) o los Westpoles (José). Para Sexy Sadie no pasa el tiempo. Siguen tocando igual de mal que en los noventa. Ángeles González- Sinde dio su beneplácito a la cita. La ministra de cultura se dejó caer por la zona VIP junto al alcalde de Benidorm, Agustín Navarro. Se dice que en el festival actuaban varios de sus grupos favoritos. Love of Lesbian estaba entre ellos. Lo de los barceloneses fue un no parar. Sus fans habían votado el setlist por internet y claro, el escenario y la platea temblaron con tanto grito, cántico y baile. Los Mando Diao ofrecieron una sobredosis de guitarras sobre un escenario con cortinas de terciopelo. Sus flequillos lacios y su posturismo a lo Paul Weller arrasaron. Les sienta requetebién llevar unos vientos de acompañamiento. “Sheepdog”, “The band” o la melosa “You can’t steal my love” sonaron insuperables. Standstill volvió a dar un conciertazo. Los catalanes no pierden oportunidad. Su batería sonora no dejó indiferente. A nadie. Una pena que muchos se lo perdieran por la coincidencia en el horario con Love of Lesbian y Klaxons. Los que escogieron las segundas opciones perdieron: “¿Por qué me llamas a estas horas?” y “Todos de pie” son ya himnos.


MOBY

THE PAINS OF BEING PURE AT HEART

RUSSIAN RED

Vigo Transforma 2011

YANN TIERSEN

Texto

Ana Veiga

PUERTO (VIGO), 30/06/11 Y 01-02/07/11

T

ranquilamente. Así transcurrieron las horas de esta segunda edición del festival frente a un mar en calma chicha que armonizaba con el ambiente. Eso sí, la chicha era mucha y nos dejó con la lengua fuera para seguir la intensa programación. Empezó la gincana de grandes grupos el neoyorquino Moby, que fue la verdadera inauguración del festival celebrado en el Puerto de Vigo. Como regalo a sus fans, no sólo presentó su disco “Destroyed” sino que puso toda la carne en el asador, haciendo un repaso de sus 30 años de trayectoria con temas como “Lift me up”, “Natural blues” o “Disco lies”. Con menos años en el currículum pero con un número nada despreciable de fans llegó Xoel López, el antes conocido como Deluxe al que —para su desgracia— sus seguidores se resisten a llamar por su verdadero nombre. El coruñés, llegado hace poco de su etapa de reflexión y reconstrucción en Argentina, presentó una —según afirma— nueva cara de su música que, a pesar de su intento, suena muy similar a la anterior. Quizá por esa continuidad de estilo consiguiera que las casi 5.000 personas asistentes corearan sus letras. Especial momento de la noche con su “Qué es lo que está pasando”, que empatizó con el convulso sentimiento social protagonista de los últimos meses en el país. Los también coreados Vetusta Morla se convirtieron en unos de los más seguidos del festival. Los guiños al público fueron constantes, desde su “¡Boas noites Galicia!” hasta jugar con la letra de su canción “En el río” para hablar de la Ría de los orgullosos anfitriones. “Valiente”, “Un día en el mundo” y “La cuadratura del círculo” fueron sus piezas más populares en un con-

cierto propenso a generar arrumacos. Abandonamos la calma con los controvertidos Los Campesinos!, cuya valoración entre el público osciló de un extremo al otro. Desde “son los nuevos Arcade Fire” hasta un “me duermo con el xilófono” fueron algunas de las variopintas reacciones. Y es que nunca llueve a gusto de todos. O sí, si lo que suena es “It’s you, it’s me, it’s dancing”. Este tema ya mítico de la banda junto con “Sweet dreams, sweet cheeks” consiguieron arrancar un baile —o al menos un meneíto— a todos los asistentes. Los canadienses Junior Boys pusieron el toque electrónico del que, por horario, la mayoría disfrutaron ya desde la zona chill out y en posición horizontal. NOCHE AGRIDULCE

Aunque dicen que segundas partes nunca fueron buenas, y nada que decir de las terceras, en el Vigo Transforma el sábado fue el día grande. Al menos, en taquilla. Entradas agotadas que, si bien parecían un buen síntoma, se tornaron agridulces al descubrir que Toro y Moi había cancelado su concierto. La consecuencia directa fue su sustitución por parte de Colectivo Oruga, que dejó su espacio en los conciertos diurnos —y gratuitos— para convertirse en espectáculo de pago. Superado ese shock inicial —que hizo mella en el ánimo de los que pagaban el pase sólo por verles—, la noche retomó su espíritu festivalero y entró en calor con el pop psicodélico de Hola a Todo el Mundo. Russian Red fue el primer plato fuerte de la noche. Muchas niñas con vestidos de lunares y otros tantos niños de pelo cuidadosamente descuidado inundaron

la pasarela de moda en que se convirtió el puerto. Por su parte, Lourdes se dejó el rojo —ese del que está harta que le pregunten— para sus shorts retro, cambiándolo por un rosa intenso en el cartel de neón que coronaba el concierto. Prometió acompasar el fin de su repertorio con la puesta de sol pero no lo consiguió y su actuación medida y sin bises acabó a los escasos 45 minutos. Quien acabó ya envuelto por la penumbra estival fue el camaleónico Yann Tiersen, que volvió a sorprender con sus conciertos “adaptados al medio”. En este caso, apostó por sus piezas más edulcoradas dejando las bases electrónicas para otra ocasión. El clímax de la noche lo puso The Gift con su increíble actuación de voz envolvente, sonido nítido, ritmo potente y, en definitiva, una amalgama de color y emociones única en el festival. Piezas míticas como “11.33” se mezclaron con la presentación de su nuevo trabajo “Explode” en un espectáculo con fuerza y carisma en el que, como promete el nombre de su disco, explotaron igual que el confeti repartido entre el público. Chapeau. Tras el conciertazo de los portugueses, dEUS lo tuvo difícil para destacar y, a pesar de que lo intentó repetidamente en una larga actuación, sólo le sirvió para dejar a Colectivo Oruga con media hora frenética de electro rock. Y entre subidas y bajadas de ánimo —y de ritmo— acompañadas por los escenarios diurnos y aderezados por Vasos Comunicantes —el programa cultural del Vigo Transforma—, el festival llegó a su fin ratificando a Vigo como la trendy city por excelencia de la comunidad gallega.


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maschine!, maschine!, maschine!

Apps musicales para iPad, iPhone e iTouch Textos

Xan Pita y Manu González

Biophilia La venta de CDs es cada año más baja, lo que significa que muchos sellos y artistas se estrujan las neuronas para crear ‘formatos’ diferentes para atraer a los consumidores. Por ahora, la tecnología 3G de los móviles y las tabletas (con Apple y el iPad y el iPhone a la cabeza) están convirtiéndose en el patio de experimentación de muchos sellos y artistas. Apps-discos en iPad e iPhone ya habían salido antes, pero no tienen nada que ver con lo que propone la amiga Björk con su nuevo trabajo, “Biophilia” (One Little Indian / Universal, 11), una aplicación en la que puedes explorar la música del nuevo disco de la creadora islandesa. Una galaxia tridimensional permite navegar por todos los secretos del nuevo disco de Björk, alrededor de constelaciones de estrellas brillantes/canciones. La aplicación, gratuita, incluye el tema “Cosmogony”, una intro con la voz del siempre grande Richard Attenborough. Por ahora se han puesto a la venta dos de los singles de “Biophilia”: “Virus” y “Crystalline”, el segundo con vídeo de Gondry. El próximo será “Moon”, que se pondrá a la venta el 6 de septiembre. Desarrollador: Second Wind Ltd Apps, One Little Indian, Ltd. y Well Hart, Ltd. Soporte: iPad, iPhone, iTouch PVP: App gratis, 1,99 € por cada canción.

Korg iElectribe

Pianist Pro

iElectribe-R es todo un clásico en la creación de música electrónica. Y ahora, le ha salido un hermano. Se llama Korg Electribe y es la reencarnación para iPad, un clásico en la creación de música electrónica. ¿Sus grandes argumentos? Que la creación de sonido es fácil, sencilla e intuitiva.

Todo el mundo habla de Pianist Pro. Esta aplicación se ha ganado titulares en medios como The New York Times, The Independent o Rolling Stone. Y no es para menos. Si buscas una aplicación capaz de emular a un piano, aquí la tienes. Conserva todo lo que puedas encontrar en Pianist, el exitoso piano virtual para iPhone.

Desarrollador: Korg INC. Soporte: iPad PVP: 15,99 €

Desarrollador: MooCowMusic Soporte: iPad PVP: 4,99 $


MoDrum

bleep!BOX Player es la combinación perfecta de una caja de ritmos y un sintentizador... en tu iPhone o iPod. No incluye samples: cada sonido es generado en tiempo real. Ideal para house, hip hop, R&B, electronica, drum’n’bass, trance o techno.

Si le quieres sacar el máximo provecho al CoreMIDI API, aquí tienes la app que estabas buscando. Podrás crear tus loops en tiempo real, sin utilizar samples. Y si quieres compartir beats, tienes a tu disposición la función de exportación, tú eliges cómo. Pasteboard, E-Mail o, por supuesto, iTunes File Sharing.

Desarrollador: White Noise Audio Software Soporte: iPad, iPhone, iTouch PVP: Gratis

Desarrollador: Finger Soporte: iPad, iPhone, iTouch PVP: 3,99 $

Bloom

Raindrops for iPad

“Bloom es una interminable máquina musical, una caja de música para el siglo XXI. Puedes hacerla sonar y puedes ver cómo suena por sí sola”, nos contaba Brian Eno en la promo de su generador de drones. Cuatro años después sigue siendo de los mejor de la tienda iTunes. Desarrollador: Opal Limited Soporte: iPad, iPhone, iTouch PVP: 2,99 €

Vale. Hasta ahora nos habíamos puesto más o menos serios. Pero recuerda que estamos hablando de aplicaciones para iPad. Y este es terreno abonado para la curiosidad. Raindrops es el perfecto ejemplo: crea música tocando las ‘gotas’ de la pantalla.

ReBirth for iPad

Reactable mobile

Otro clásico que está de vuelta, perfectamente adaptado para iPad. ¿Qué hace Rebirth? Ni más ni menos que emular a tres de los grandes pilares de la música dance: el alma del acid house, Roland TB-303, y las dos cajas de ritmos Roland TR-808 y 909. Imagínate todo lo que puedes conseguir combinándolos.

El Reactable, el de verdad, ha sido utilizado por artistas como Björk durante el que fue su Volta Tour. Nosotros te presentamos la versión para móviles y tabletas. Pero básicamente funciona más o menos igual. De hecho, está basado en el mismo motor de sonido y gráfico que el original.

Desarrollador: Propellerhead Software AB Soporte: iPad PVP: 14,99 $

Desarrollador: Reactable Systems SL Soporte: iPad, iPhone, iTouch PVP: 9,99 $

Desarrollador: Junpei Wada Soporte: iPad PVP: 1,99 $

maschine!, maschine!, maschine!

bleep!BOX Player


MODAGADGETS Palladium Boots y Pharrell Williams

68-69

01

TEXTO ANA TOMÁS

MODA GADGETS

La temporada pasada Palladium Boots nos sorprendió con la exploración Detroit Lives de la mano de Johnny Knoxville. Con el listón tan alto, Palladium se calza las botas de nuevo con una campaña que lleva por título Tokyo Rising. El director de orquesta en esta ocasión es Pharrell Williams, uno de los miembros del dúo musical The Neptunes y de la banda de hip hop/ funk N.E.R.D. Williams es el maestro iniciático de un viaje que destapa los tesoros de la ciudad tras la catástrofe natural del 11/3. Un documental de fotografía y video en busca de la rebelión de la subcultura de Tokyo. El mensaje principal de Palladium empieza con “nos pusimos nuestras botas y nos fuimos a explorar” para descubrir lo que está fuera de las guías turísticas. Tokyo como personaje alegórico vibrante y en ebullición gracias a jóvenes creativos que tras la secuela empiezan a configurar una nueva visión de futuro de la ciudad. Puedes ver el ‘teaser’ del documental aquí: www.palladiumboots.com/video/tokyorising#part1.

Hilfiger Denim Kids Of America La línea que separa música y moda es fina. Sobre ella ha caminado Tommy Hilfiger desde hace mucho tiempo. La nueva campaña de Hilfiger Denim refuerza aún más el legado musical de la firma que encuentra su alter ego en las sesiones Hilfiger Denim Live, una serie de conciertos itinerantes que recorren las principales ciudades de Europa con el fin de unir moda y música en una misma celebración. La línea joven de Hilfiger Denim para el próximo otoño 2011 presenta una nueva visión de la campaña Kids Of America que erige a la ciudad de Nueva York como la capital americana cool por excelencia. La campaña cuenta con los más brillantes talentos de la joven escena neoyorquina incluyendo músicos, DJs y promotores culturales como Heartsrevolution, Theophilus London, Mia Moretti, Alexandra Baker y Nik Mercer, que posan con prendas de la colección Hilfiger Denim FW11 en un escenario muy especial, The Bunker, un nuevo club del ecléctico Meatpacking District que fue un refugio de emergencia durante la Segunda Guerra Mundial, convertido hoy en uno de los clubs nocturnos más interesantes de la ciudad. www.hilfigerdenim.com

Durex Love Box

ES Collection Athletic streetwear

Imprescindible para reaccionar ante flechazos inesperados, responder a relaciones apasionadas o para ir siempre preparados... La condonera más juvenil y práctica de Durex está pensada para que te acompañe en los momentos más placenteros. Con Love Box llevarás discretamente tus preservativos, bien protegidos, a salvo de rasguños y humedades, dentro de un pack cómodo y juvenil. Es perfecta para regalar o regalártela, se presenta en 16 estampados diferentes, para gustar a los trends, a los tímidos, a los lanzados, a los románticos... pero, sobre todo, para aquellos que saben que disfrutar se hace de forma responsable.

ES Collection acaba de presentar su nueva colección Athletic Street Wear. La firma, nacida en 2006, está especializada en ropa de baño, interior, deportiva y complementos como toallas y pareos. Su éxito se debe a la gran innovación en las piezas. No tan sólo hablamos de modelos nuevos de alta calidad cada temporada, sino de verdadera vanguardia creativa con elementos inéditos que otras marcas no se atreverían a incluir en este tipo de prendas. ES Collection está dirigido a todos aquellos hombres que les gusta cuidarse, vestir bien, ir al gimnasio y estar a la última; es decir, todos aquéllos que quieren sentirse bien con su cuerpo.


MODA

Amy x Fred Perry Back to basics

Levi’s Monochrome

La recién fallecida Amy Winehouse era una ferviente diseñadora de ropa. Contando con el permiso de la familia de la cantante, Fred Perry ha decidido poner a la venta las prendas que la reina del soul creó para otoño/invierno 2011 y primavera/verano 2012, dos colecciones con diseños basados en los años cincuenta. Amy se sentía apasionada por su colaboración con la firma del laurel, como lo demuestra su dedicación mantenida en los pasados años, en los que conseguía impregnar con su estilo cada una de las piezas. La colección de diseños en ropa, bolsos y guantes se pondrá a la venta destinando gran parte de lo recaudado a la fundación Amy Winehouse. www.fredperry.com/ women/amy-winehouse

Levi’s acaba de lanzar una nueva colección cápsula de jeans monocromáticos para chicos jóvenes. Disponibles en una gran variedad de estilos y acabados, definen y fortalecen un estilo limpio y relajado, perfecto para llevarlos tanto de día como de noche. Cuatro tipos de fits forman la gama monochrome; desde el más pitillo al más tapered pasando por el slim y el recto. Están disponibles en una paleta de tonos oscuros que incluye negros, grises e índigos. Estos jeans también defienden la iconografía monocromática en los detalles: pespuntes en los mismos tonos, cremallera negra, patch de cuero y botones de metal. El producto actúa como un lienzo en blanco donde estampar tu estilo más original y personal. No importa con qué combines estos jeans, ya sea con una cazadora bomber, camisa denim y botas para un look más de noche o con deportivas y una camiseta básica para un look más diurno.

Feiyue A.S. High

Stüssy California boys Stüssy vuelve la vista atrás y reinventa para esta temporada otoño-invierno el street wear de los ‘80, con toda la esencia del street y un toque depurado de diseño made in USA. La marca californiana invita a disfrutar de un look vintage: beisboleras, polos rugby, las sobrecamisas militares, los cárdigans de punto grueso y botones de trenca, prendas con toques flúor y camisas de cuadros. Descubre la colección aquí: www.stussy.com

Este humilde calzado, que guió los pasos de todas las clases sociales en China, fue descubierto y relanzado en Europa en 2006 por un grupo de jóvenes franceses apasionados por las zapatillas deportivas y la cultura urbana. Conservando su estilo vintage y su autenticidad, pero con una completa revisión de sus patrones originales, Feiyue ha sabido renovarse sin perder su tradicional esencia. Además del modelo LO, simple, ligero y lleno de historia, este otoño no puedes dejar de calzarte el modelo A.S. HIGH. Elegante, en formato de botín tobillero cuenta con sugerente estilo retro. Desmarcándose de la línea habitual de la marca, el modelo LADAKH, en cuero negro, presenta la parte superior acolchada y ojales dorados propios del trekking, con cordones en rojo para un mayor contraste. Inspirada en las botas militares del desierto, el modelo VELT establece un nuevo estilo para Feiyue. Unas zapas que combinan el color neutro con el cuero marrón. www.feiyue-shoes.com

Hedi Slimane You’re a rock’n’roll suicide Después de documentar la escena musical indie londinense y redefinir la silueta masculina de este nuevo milenio al frente de Dior Homme, Hedi Slimane ha focalizado todo su talento y visión en la fotografía. Fascinado por la cultura americana, la exposición fotográfica “California Dreaming, Myths and Legends of Los Angeles” se estructura alrededor de símbolos, signos, fragmentos y semántica reducida, a partir de una mezcla de varias generaciones de artistas, como John Baldessari, Chris Burden, Bruce Conner y John McCracken, entre otros. Mezclando retratos de estrellas del rock icónicas como Courtney Love y John Lydon con imágenes de personajes anónimos y símbolos patrióticos americanos, la exposición ofrece una nueva lectura de la escena rock’n’roll de Los Angeles. También se incluye una pieza audio del director de cine Gus Van Sant y esculturas de Oscar Tuazon. A través de su tumblr, Slimane continúa su personal indagación en las estéticas juveniles en relación a la música como factor de construcción y transformación de la identidad. No tiene pérdida. http://hedislimaneforever.tumblr.com y www.hedislimane.com.


MODA

TENDENCIAS OTOÑO 2011 Gafas de sol de Topshop

Sombrero borsalino de Topshop

70-71

01 / 02

TEXTO ANA TOMÁS

TENDENCIAS OTOÑO 2011

Camisa con pajarita de H&M

Vestido Agatha de Monki

Blazer oversize de Topshop

Mocasines negros de Monki

Shorts con cinturón de Topshop

Annie Hall El look masculino que popularizó Diane Keaton en el papel de “Annie Hall” es una de las tendencias más claras de este otoño. Corbatas, pajaritas, pantalones de corte masculino, camisas boyfriend y blazers en tamaño XXL como fondo de armario para una temporada marcada por la dualidad masculino/femenino. Los mocasines y los zapatos Oxford seguirán pisando fuerte. La guinda del pastel: el sombrero borsalino.


MODA

Boina de Topshop

Top de Monki

Camiseta de Monki

Blazer de Mango Túnica de Monki

“La Parisienne” de Inés de la Fressange

Paris Chic

El mito de “la parisina” esta más en voga que nunca. La razón: la guía lifestyle de la perfecta parisina publicada por Inès de la Fressange, ex modelo francesa. Directrices de estilo: la camiseta marinera, al más puro estilo Coco Chanel, la boina, las blusas holgadas con lazo al cuello y, para cuando el viento azote, un blazer. Las firmas más atrevidas proponen americanas con elementos de cuero y en negro total. Carmín rojo en los labios y el Sena a nuestros pies.

Chaqueta corsé de Lavand

Rouge Allure Enthusiast de Chanel


MODA

TENDENCIAS OTOÑO 2011

Gorro de cazador de piel sintética de Topshop Jersey de lana de Topshop

TEXTO ANA TOMÁS

TENDENCIAS OTOÑO 2011

Cárdigan de lana Bambi de Loreak Mendian

03 / 04

Cárdigan de lana de Eleven Paris

72-73

Parka con capucha de Diesel

Camiseta Oh Deer de Quiksilver

Nórdico Vaqueros de Nudie Jeans

Nos guste o no, el inverno está a la vuelta de la esquina y esta temporada no vamos a pasar frío. Ponchos, jerséis en lana gruesa y mucho animal print, vestidos de lana con capucha, sweaters de punto, anoraks con cuello en piel sintética y bufandas teñidas con motivos geométricos. El estilo alpino se muestra como uno de los pilares básicos de la nueva temporada de calzado, mientras que el pelo y el borrego se alzarán como protagonistas indiscutibles de todo tipo de diseños: botas y botines Après Ski, bailarinas y zuecos forrados interna y externamente con suaves tejidos, botas de agua customizadas con estos materiales.

Botas impermeables de United Nude

Abrigo de lana de Diesel


MODA

Bufanda Marylin Monroe de Andy Warhol by Pepe Jeans

Abrigo de piel sintética de Andy Warhol by Pepe Jeans

Camiseta Mick Jagger de Eleven Paris

Jersey de Andy Warhol by Pepe Jeans

Camiseta Marylin Monroe de Andy Warhol by Pepe Jeans

Camiseta Campbells de Andy Warhol by Pepe Jeans

Jersey de Adidas Star Wars

Pop Icon Camiseta Laras Lips de Markus Lupfer

El estilo retro y el pop art están de moda. No es nada nuevo, porque llevan ya en el candelero algunos años, pero parece que no nos cansamos de este estilo propiamente americano e icónico. Colores vivos, iconos pop, motivos de cómic y mucho contraste. Andy Warhol fue y continúa siendo uno de los artistas más admirados de todos los tiempos. Sus creaciones marcaron un antes y después en el mundo del arte... y también de la moda. Pepe Jeans se ha inspirado en las obras del artista para crear una colección juvenil con motivos pop icon en camisetas, vestidos, chaquetas y hasta complementos.

Camiseta Sid Vicious de Eleven Paris


MODA

TENDENCIAS OTOÑO 2011

Americana Vampire de Eleven Paris Chaqueta de cuero de Eleven Paris

05 / 06

TEXTO ANA TOMÁS

4 LOOKS : NAÍF-SKATE CHIC

Chaqueta militar de Eleven Paris

73-74

Camiseta Collage de Converse

Pantalón Vampire de Eleven Paris

Camiseta Love Will Tear Us Apart de Eleven Paris

Gafas Cape Town Red de Alex & Chloe

New Wave La moda con reminiscencias ochenteras del post-punk y la new wave vuelve fuerte esta temporada; la marca francesa Eleven Paris lanza una propuesta invernal nacida de la mezcla de la cultura indie y un crisol de extrañas criaturas. Inspirada en la escena underground de los 80 y 90 y en films del género de “Lost Boys”, “The Crow” y “The Hunger”, la joven marca francesa apuesta por siluetas depuradas y sencillas que ofrecen una simbiosis perfecta entre el rock y el estilo escandinavo. Las chaquetas militares, con doble botonadura, son otro must de las colecciones de este invierno.

Camiseta What Else Is There de Eleven Paris

Pendientes de Alex & Chloe


MODA

Cárdigan con animal print de Monik

Sombrero de Gorin Chaleco forrado de borreguito de Lee

Bolso con flecos de Topshop

Poncho con flecos de Odd Molly

Falda de Topshop

Chaqueta de punto Future Folk de Wrangler

Pendientes de Topshop

Boho Chic Algunas prendas que no pueden faltar en el estilo boho chic este otoño/invierno son las faldas largas modelo gypsy y los cárdigans holgados con prints inspirados en el espíritu, los colores y las raíces de Tierra del Fuego, las chaquetas de punto, los ponchos y las botas, incluso en cuña y con flecos Pocahontas. Para dar un toque menos folk y más rock a este estilo, se puede combinar con chaquetas de cuero y apliques metálicos.

Bota de Diesel


625 líneas Wilfred / cine Monte Hellman

625 líneas

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Wilfred ESTE PERRO ESTÁ MUY VIVO Consume marihuana como si fuera el último día antes del Apocalipsis. Bebe como un auténtico cabrón. Es perverso. Manipulador. Le gusta jugar con el subconsciente de los débiles de espíritu. Es el cánido más chungo y escatológico de la televisión y ha venido a joderle la vida, o no, a su nuevo amigo Ryan. ¿Dónde diablos está el Encantador de Perros cuando realmente se le necesita? Texto

Óscar Broc

R

yan es un pobre desgraciado, un perdedor nato que decide quitarse de en medio y abandonar este mundo con una bonita sobredosis de barbitúricos a modo de gran despedida. Pero el tipo es tan miserable que la jugada le sale mal —las pastillas son placebo— y no le queda más remedio que seguir entre los vivos. Sin embargo, y aunque parezca mentira, lo peor está por llegar: después del intento fallido de suicido, su existencia se convierte en una suerte de pesadilla alucinógena gracias a Wilfred, un extraño ser que irrumpe en su vida y se convierte en confidente, amigo… y enemigo. Un auténtico mal nacido, vamos. El meollo del asunto es que su nuevo colega no es humano, básicamente se trata del perro de la vecina, una rubia de curvas dionisiacas y cerebro en ‘stand by’ a la que Ryan quiere beneficiarse. En realidad, y a ojos de todo el mundo, el bichejo no es más que un labrador bastante idiota y alelado, pero para el protagonista, el animal se transforma en un humanoide mantecoso, inquietante y parlanchín; una bola de sebo adicta a la marihuana y embutida en un asfixiante disfraz de chucho que deja el traje de Espinete de Chelo Vivares en un simple pareo ibicenco. Aunque lo primero que uno piensa después de leer la sinopsis, es que los porros y la mescalina han causado estragos entre los guionistas, no hay que dejarse llevar por el allure drogota que desprende el invento. “Wilfred” es una de las comedias más interesantes, innovadoras y mind fucker que servidor ha catado

esta temporada, una vuelta de tuerca que combina humor negro, escatología, filosofía, nerdismo, existencialismo y apología del cannabis en un marco surrealista de referencias constantes a la cultura pop. Y sin despeinarse demasiado, claro: el 80% de la serie se sustenta en las maratones de adoración al cáñamo que Ryan y su colega perruno mantienen en el sofá de casa día sí, día también. Sus conversaciones son el combustible que hace arder este cóctel molotov; intercambios absurdos de información sobre tele basura, cine comercial, celebrities, porno duro, experiencias sexuales y otras veleidades que suelen acabar con Wilfred llevando a su colega humano a caminos oscuros y lugares donde no se atrevería a ir por sí mismo. La nueva comedia de la cadena FX está basada en una serie australiana del mismo nombre que fue acribillada a elogios. Seguramente muchos habrán arrugado la nariz cual acordeón, pero que nadie se alarme, pues se mantienen las constantes de calidad. De hecho, después de hacerlo en el formato original, Jason Gann, co-creador del invento, vuelve a ponerse en la piel (o mejor dicho en la pelusa) del cuadrúpedo fumeta. Su presencia es tranquilizadora Y lo cierto es que su interpretación, enfundado en un plumón infecto de acrílico gris, es lo mejor de la serie. Wilfred es un hijo de la gran puta, no nos andemos con rodeos. Tiene la mirada sucia. Aunque vaya por el mundo vestido como una mascota de Terra Mítica, no es más que una serpiente venenosa que sacará lo peor de ti. De hecho es la ruti-

na que sigue con su nuevo ¿amigo? Ryan. Lo narcotiza con sus dos pasiones, la cerveza y la marihuana, y se dedica a manipular al pobre pazguato cual marioneta fumada. ¿Aburrimiento? ¿Maldad gratuita? No se sabe. Eso sí, lo más divertido es que cuando ya le tomas por una persona disfrazada, Wilfred se encarga de recordarte que en realidad no es más que un estúpido perro y, al fin y al cabo, se guía por instinto canino: orina donde le place, monta a todas las féminas que le hacen cariñitos y restriega su escroto por la alfombra del coche con ostensible felicidad. Es el complemento perfecto para el personaje interpretado por Elijah Wood, un tipo tímido, torpón y agilipollado, un mentecato vamos, que tiene Nestea sin azúcar en las venas. Sea una proyección mental post intento de suicidio o no, lo cierto es que el chucho humanoide —pese a ser un manipulador de cojones— termina revelándose como una suerte de revulsivo emocional para Ryan. Se crea un vínculo de extraña dependencia entre ellos que va creciendo y creciendo a medida que avanza la serie. Admito que he necesitado un par de capítulos para acostumbrarme a las exigencias de tan extravagante amistad, pero este dúo surrealista termina consolidándose en tus entrañas como una de las parejas más apetitosas de la actual comedia adulta estadounidense. Un producto que definitivamente va a más. Y por suerte no tendremos que degollar un cordero para contentar al Dios de las audiencias: habrá segunda temporada.


Paradigma del director independiente, responsable de una cinta de culto como “Carretera asfaltada en dos direcciones” y propulsor de los primeros pasos de Tarantino, Monte Hellman es una institución que pasó veinte años inactivo antes de volver con “Road to nowhere”, una película sugerente y fascinante que demuestra que este veterano francotirador sigue dispuesto a iluminar a las nuevas generaciones de cinéfilos. Texto

Violeta Kovacsics

Monte Hellman LA CARRETERA, SIN ASFALTO

“R

oad to nowhere” se abre con el plano de un DVD en el que se puede leer escrito con rotulador “Road to nowhere”. Junto al disco, un ordenador en el que se ven las imágenes de una película. Porque “Road to nowhere” es dos filmes en uno: es la cinta de Monte Hellman y es el proyecto de un ficticio Mitchell Haven, director dispuesto a relatar los secretos de una misteriosa dama. Tras la pirueta de película con varias capas y tras el halo de misterio digno de “Mulholland Drive”, se esconde un poso eminentemente autobiográfico sobre los esfuerzos de un director y sobre el amor del cineasta por su actriz. La película evoca la figura de Laurie Bird, actriz de “Carretera asfaltada en dos direcciones”, piedra filosofal de Hellman. Quizá por este poso nostálgico o quizá porque Hellman llevaba veinte años sin dirigir, la entrevista estuvo marcada por dos tiempos: por el presente de “Road to nowhere” y por el pasado del Nuevo Hollywood y de sus inicios junto a Roger Corman. Entre medio, veinte años inactivo. AYER

“Con Corman no firmabas ningún contrato, sino que simplemente te dabas la mano. Lo bueno de trabajar con él es que trabajabas con una única persona. Ahora no es así. ¿Quién es Sony? Son cien mil personas, son muchos los que tienen que decir sí para que se pueda hacer un proyecto. En el fondo, Corman seguía la tradición de los grandes estudios, de las

compañías llevadas por una única persona. No importa si se era independiente o no: Metro-Goldwyn-Mayer era Louis B. Mayer. Corman era Corman”. Catapultado por Corman y perteneciente al grupo de cineastas que en los años setenta dinamitaron el cine de Hollywood, Hellman recuerda aquella época como algo especial. Fue en 1971 que realizó “Carretera asfaltada en dos direcciones”, paradigma del cine independiente, esta road movie describía el ánimo de toda una generación. “Fue increíble, pero no nos dimos cuenta de que era algo único. Gracias a ‘Easy Rider’ pude hacer una película como ‘Carretera asfaltada en dos direcciones’, todo fluía, pero en aquel momento no imaginamos que aquella manera de hacer cine duraría tan poco”. En cierto modo, “Road to nowhere” no dista tanto de las libertades y la marginalidad con la que Hellman hacía cine en aquella época: “Hoy en día no necesitas dinero para hacer una película. Antes, era necesario comprar la película, revelarla… En cualquier caso, queríamos que ‘Road to nowhere’ tuviera la apariencia de una película hecha en cine, así que sí que necesitamos algo de dinero para la iluminación. A los actores se les pagó, y al director de fotografía… ¡Pero yo no querría volver a pasar por un proyecto así, pues yo no cobré!”.

HOY

De un periodo emocionante, a otro de distinto calado. Hellman habla poco de sus veinte años inactivo. Vio

“Me gusta mucho el cine turco. Me gustan mucho Nuri Bilge Ceylan, Fatih Akin... y también Tsai Ming-liang”, dice un Hellman que parece haberse empapado de los nuevos cines. “De hecho, hay una escena en ‘Road to nowhere’ que es un homenaje concreto a Tsai Mingliang”. Hellman, que en “Carretera asfaltada en dos direcciones” quemó el celuloide, habla ahora con autoridad del digital y del cine contemporáneo. Presenta una película fascinante, marcada por un humor extraño y por el misterio: “El cine negro me apasiona desde pequeño por su oscuridad. Mezclar una comedia con esta oscuridad me parece apasionante. Hay algo en el cine negro que ahonda en emociones más fuertes”. Hellman parece haber abandonado por completo la nostalgia para instalarse definitivamente en un presente al que tutear: “Este el primer proyecto que ha sido sobre todo mío. Normalmente trabajé por encargo. Los dos westerns que hice, por ejemplo, eran idea de Roger Corman, por mucho que luego fuera yo quien los desarrollara. ‘Road to nowhere’ es una película muy personal”.

nico de la Filmoteca catalana. Sin embargo, su retrato de un adolescente en plena efervescencia sexual no pasa necesariamente por la ternura sino por el terror. La película se instala eminentemente en los pasillos de la piscina donde trabajan el chico y su objeto de deseo, un escenario que no desentona con los interiores de Karlovy Vary. En el momento en que lo mejor de un festival son las retrospectivas, se puede ver que la cosa no funciona. Como la ciudad, que mira al ombligo de su pasado glorioso, el festival echó la vista atrás, hacia los maestros, hacia Samuel Fuller, Jerzy Skolimowski o Monte Hellman. Todos ellos, nombres que pueden eclipsar a cualquiera. Lo tuvieron muy fácil ante una Sección Oficial que fue un auténtico catálogo de miserias

humanas, narradas sin esfuerzo ni sutilidad alguna. No se pudo rescatar nada. No primó el riesgo, sino la celebración del tema, de lo social y de la explotación de la desgracia. No desean ahondar ni en los porqués ni en las posibilidades de la imagen. Bajo el amparo de “la vida es así”, los realizadores han decidido dejar de pensar, dejar de sugerir, de narrar y de crear. Con el efectismo se bastan. Tan sólo hubo un salto mortal (aunque fuera con red): la canadiense “Laurentie”, exploración de la frustración y los desajustes afectivos y sexuales de un joven retraído. Rodada con rigor, con unos planos largos propios del cine de Carlos Reygadas, la película traza un crescendo lento pero intenso. Los directores, Mathieu Denis y Simon Lavoie, no inventan nada nuevo, pero se manejan bien en el intento de ahondar —esta vez sí— cinematográficamente en las miserias de un joven en el Québec actual. Violeta Kovacsics

INTERLUDIO

Karlovy Vary, sudar la gota gorda La cosa fue de piscinas. Karlovy Vary se asienta entre montañas, con un extraño señorío centroeuropeo roto por un imponente hotel de arquitectura soviética que preside el pueblo y el festival. Se conoce por sus aguas termales; y, de hecho, en lo alto de ese hotel que parece no haber cambiado desde antes de la caída del muro, se sitúan unas piscinas de largos y laberínticos pasillos, en la que bien se podría rodar un filme de terror. Esa posible película se parecería a “Deep end” (1973), de Jerzy Skolimowski, reestrenada en Karlovy Vary en impecable copia restaurada y acompañada por un jugoso making of. Dirigida por un polaco, ambientada en Inglaterra y rodada en algunos casos en Alemania; por su arranque, “Deep end” podría haber colado en el pasado ciclo de cine britá-

películas y se dejó inspirar por la vida. Y fue productor ejecutivo en el debut en la dirección de un jovencito llamado Quentin Tarantino: “Me gustó mucho el guión de ‘Reservoir dogs’ y luego conocí a Quentin y tenía una personalidad muy fuerte. Resulta emocionante estar al principio de la carrera de alguien”.


078/079

cine

Columna

Texto

Josep Lambies

Albert Fernández

“El árbol de la vida” DE TERRENCE MALICK (EE.UU., 2011)

“Cowboys & aliens” DE JON FAVREAU

Parece que se ha montado algún que otro tiroteo entre la crítica estadounidense con tal de dilucidar si la nueva aventura fílmica del director de “Iron Man” y su díscola secuela da en el blanco con esta nueva adaptación de cómic, o si esta vez el tiro le ha salido más bien por la culata. Habrá que ver qué tal se calan el sombrero los que fueran carismáticos James Bond e Indiana Jones entre el silbido de los láseres; y también qué responde un alienígena cuando el sheriff le pregunta, “¿de donde vienes, forastero?”.

el cine que viene “Dinero fácil”

“Cómo acabar con tu jefe”

DE DANIEL ESPINOSA

DE SETH GORDON

Jens Lapidus lleva tres novelas escarbando en los bajos fondos de Estocolmo. El escritor judío se enriquece escribiendo best-sellers sobre toda la mugre de los toxicómanos, presidiarios y traficantes de su ciudad natal, y ahora Daniel Espinosa parece tener firmadas también las dos secuelas a esta primera adaptación fílmica, mientras un estudio estadounidense planea ya el remake con Zac Efron de protagonista. Umm, ¿alguien está buscando llenarse los bolsillos con esto?

No me negarás que no has pensado en esto alguna vez. Lo que está claro es que, cuando nos ponemos básicos, la cosa no da para mucho: tres tipos acosados o ninguneados de una u otra manera por sus jefes deciden contratar un asesino para que se los cargue. Si partimos del tráiler, lo único que hace gracia es el aspecto de Colin Farell. Creo que a la mayoría la premisa les resultaría más atractiva para un caso real que para una historia de ficción.

“Las acacias”

“Los pasos dobles” DE ISAKI LACUESTA

A priori mezclar los llantos de un bebé con la verborrea argentina no parece una gran combinación. Tal vez por eso Pablo Giorgelli decidiera dar más fuerza a los silencios que a los diálogos en su debut. Su cinta pasó de ser aplaudida en un cine de barrio de su país a recibir tres grandes premios de la Semana de la Crítica de Cannes. Una mujer paraguaya, su niño, un rudo camionero y 1.500 kilometros de carretera lo hicieron posible.

Junto con “La voz dormida”, de Benito Zambrano, y “No habrá paz para los malvados”, de Enrique Urbizu, el nuevo experimento cinematográfico del singular Isaki Lacuesta compite en la sección oficial del Festival de San Sebatián. Inspirada en la biografía del pintor y escritor francés François Augiéras, que cubrió de pinturas un búnker militar en el desierto, Lacuesta enumera cosas como baobabs, amuletos y peces de piedra para describir su nueva Caja de Pandora.

“Dancing dreams”

“El arte de pasar de todo”

DE PABLO GIORGELLI

DE RAINER HOFFMAN Y ANNE LINSEL

DE GAVIN WIESEN

Como la revolucionaria que siempre fue, Pina Bausch abandonó el mundo dando un último gran espectáculo. Poco antes de fallecer en 2009, la coreógrafa alemana reunió a 40 adolescentes que jamás habían oído hablar de ella para participar en su obra de danza Contact Zone. Durante diez meses tras los telones, los jóvenes pudieron buscar su senda creativa y alcanzar una nueva perspectiva de sus propios cuerpos. Este documental es el ardiente testimonio.

Antes las películas de adolescentes trataban de inspirar un recorrido acertado para los años del cambio. Hoy en día deberían mostrarnos más bien que se han desdibujado las fronteras, que no hay ruta clara a seguir. En vez de eso, films como este se refugian en un pretendido desaire generacional que, cómo no, desembocará en romance. Y eso justo este septiembre trágico en que se estrena otra tontería de Moccia. Por favor, que nadie mencione a Salinger cuando hable de esta película.

“La deuda” DE JOHN MADDEN

“Los tres mosqueteros”

Helen Mirren y Tom Wilkinson son pilares suficientes para sostener cualquier drama, por torpes que resulten sus jóvenes partenaires e incluso el director de la película. Esta vez, el irregular director de “Shakespeare in love” versiona el thriller israelí “The debt”, dirigido en 1997 por Assaf Bernstein, para abrumararnos con los recuerdos de una antigua agente del Mossad que debe seguir el rastro de un criminal nazi, supuestamente muerto hace 30 años.

Claro, es que Dumas ya lo andaba meditando: los tres mosqueteros son tres, pese a ser cuatro, fueron tres desde un principio, para algún día llegar a ser 3D. Sin muertos vivientes, pero con todas las explosiones y menciones al Apocalipsis que le han entrado en el objetivo, el director de “Resident evil” promete marearnos a estocadas. 3D para todos, y todos para el váter.

DE PAUL W.S. ANDERSON

Terrence Malick dejó la picota más ensangrentada que nadie en la última edición de Cannes. Seguidores y acérrimos detractores riñeron durante los días que siguieron al estreno de “El árbol de la vida”, haciendo acopio de virtudes y miserias, y discutiendo si lo que tenían delante era un panfleto de segunda o una obra maestra de las que calan hondo. Ambas partes están tan en lo cierto como equivocadas. Malick es un maestro prodigioso y a la vez un metafísico de tres al cuarto, pero lo que no se puede discutir es que su cine quema como el alcohol de grado. Y ése es un logro que casi nadie se puede atribuir. Desde su debut en 1973 con “Malas tierras”, ha conseguido retener en la pantalla algo que muchos directores han buscado en cada nuevo asalto dando palos de ciego: un cine que bombee sangre y respire. Igual que el mago que esconde una docena de palomas blancas en el forro del chaqué, Malick suelta una bandada de grandes interrogantes tan cegadores como engañosos que sobrevuelan la película reduciendo siglos de filosofía a una pastilla de caldo. Bebe de la misma agua que Kubrick cuando quiso explicar la evolución del hombre en la famosa elipsis del hueso-nave de 2001, cambiando el simio por un dinosaurio bonachón. Pero ni ese corsé de mil varillas llega a frenar el hormigueo que vibra bajo cada imagen. Con la misma valentía que lo llevó a filmar las tremendas matanzas de la campaña de Guadalcanal en “La delgada línea roja”, (1998) se traslada a un hogar en medio de su Texas natal en los años 50, los de su propia infancia. Si en un caso era un pelotón americano ganando terreno al enemigo japonés, aquí son tres niños en sus juegos y aventuras por el campo, con una cámara que los sigue como un miembro más de la partida. Y ahí da con la auténtica piedra filosofal, captar la vida. Las obras maestras asustan, y algunas veces caen mal en el estómago. “El árbol de la vida”, como todos los títulos de Malick, es un músculo en movimiento constante, una enorme bola de fuego tan difícil de digerir como un plato de ostras, timoneada por un elenco de actores de primera línea con Brad Pitt de cabecilla. No es extraño que el director tejano tenga miedo a dar la cara ante el público, como el recluta que suelta una granada y después se agazapa en la trinchera para no ser visto. Y también es comprensible que después de cada rodaje se le deshinche el globo y necesite años de convalecencia —después de “Días del cielo” (1978) fueron veinte— para recuperar energías y volver a reunir el suficiente coraje para una nueva película.

autopsia


cine

“Stella”

“Los amos de Brooklyn”

DE SYLVIE VERHEYDE (FRANCIA, 2008)

DE ANTOINE FUQUA (EE.UU., 2009)

“Super 8” DE J.J. ABRAMS (EE.UU., 2011)

¿Por qué vas al cine? No, para. Está claro que responder a eso sería demasiado. La pregunta adecuada sería más bien, ¿por qué ibas al cine antes de hacerte mayor? Yo recuerdo aguantar durante horas en colas quilométricas, impaciente hasta pisar la moqueta de la sala, y esperar con los ojos como platillos que apagaran la luz y sobre la pantalla se proyectaran maravillas. Rendir homenaje a ese ‘sense of wonder’ infantil que dejó el cine de los ochenta es algo excitante y sentido, y como chaval crecidito no puedo sino celebrarlo, por poco que tenga de profundo o trascendente. Emoción y fantasía, nada más. Que Spielberg y Abrams hayan unido sus artes para enlazar 112 minutos de nostalgia es adorable, aunque también predecible como los compases argumentales de esta aventura, o su uso de personajes arquetípicos. Tal vez “Súper 8” no vaya a ser recordada, pero tiene todas las credenciales de un producto de culto: el tránsito hacia la madurez, el acierto de emplazar la historia en la misma época que se tributa, el miedo a lo desconocido, un extraterrestre, y un humor pasado de moda. Incluso el póster es como los de antes, con sus caras flotantes y la representación de algunas escenas. La lástima es que Abrams sea como ese crío de la peli, el rubito con aparatos que no puede parar de tirar petardos. Albert Fernández

Todo país tiene sus mitos. En Francia existe uno menos conocido que el de los irreductibles galos, pero tan definitorio o más, que reza que la escuela es el motor del ascensor social. Inspirada en la autobiografía de su prometedora directora, “Stella” supone una ilustración en imágenes de esa construcción nacional. La protagonista acaba de entrar en un colegio de niños pijos, justo en las antípodas del café popular que sus padres regentan en la otra punta de París. Convertida en cuota barriobajera de un universo de privilegiados, Stella acaba intuyendo que la salvación podría no encontrarse demasiado lejos. Escapar a un destino de tabernera comporta sacrificios y humillaciones, pero también alegrías inesperadas, como describe esa bonita escena en la que Stella se descubre llorando al leer a Marguerite Duras. Dos relatos se entrecruzan: la estampa costumbrista de las escenas en el bar —donde Benjamin Biolay se revela como un actor impresionante, al lado de un Guillaume Depardieu dandy y espectral— contra el sofisticado monólogo interior de la niña, artificioso y a la vez realista, igual que una redacción escolar. La directora contrapone la aspiración individual y el caldo de cultivo, aunque a ratos insinúe que se puede querer tanto a Stella como a Marlene Dietrich. Su película lo demuestra con creces. Álex Vicente

La sombra de “The wire” es alargada, y la de Sidney Lumet y sus crónicas sobre la corrupción policial, también. Antoine Fuqua ya puso en práctica su propia visión de la jugada en “Día de entrenamiento” (2001), y ahora interpreta una variación en re menor del mismo asunto: los agentes de la ley forman su propia banda en un entorno tóxico en el que los sobornos, las redadas y las tentaciones en forma de fajos de billetes son el pan nuestro de cada día. Retrato de tres hombres, policías en pleno conflicto vital (uno, a punto de la jubilación y todo un experto en mirar al otro lado; el segundo, acongojado por la culpa de no poder mantener a su numerosa familia; el tercero, un infiltrado que pelea entre el peso de la placa y la fidelidad hacia sus amigos traficantes), “Los amos de Brooklyn” es un drama de personajes menos potente de lo que pretende. Discurre por lugares comunes y abusa de ciertos tópicos (el coqueteo suicida, el divorcio, el alcoholismo... etiquetas habituales en el retrato robot del detective hundido), aunque mantiene un ritmo preciso en la alternancia de las tramas paralelas (los protagonistas no coinciden más que casualmente, al estilo de las altmanianas “Vidas cruzadas”) y disfruta de cierto estilo (algunos planos secuencia o persecuciones excelentemente filmadas) que muscula el tono de un thriller tan predecible como sumamente efectivo. Àlex Montoya

“La piel que habito”

“La boda de mi mejor amiga”

“Nader y Simin, una separación”

DE PEDRO ALMODÓVAR (ESPAÑA, 2011)

DE PAUL FEIG (EE.UU., 2011)�

DE ASGHAR FARHADI (IRÁN, 2011)

Almodóvar podría haberle arrebatado a Von Trier el Premio a la boutade del pasado Festival de Cannes cuando, en respuesta a las carcajadas que resonaron en el pase de prensa de “La piel que habito”, soltó que “El humor no era mi intención”. Pero hay que resituar sus palabras en el marco del personal duelo que mantiene con la crítica más reaccionaria de este país, ya que su último film contiene elementos de una comicidad que no puede ser involuntaria, como la inclusión de un personaje disfrazado de tigretón que habla de sí mismo en tercera persona para bramar que está hambriento de sexo. Por lo demás, a excepción de un gag final que parece de teleserie de Tele5 (lo siento), el tono seriocómico que recorre el metraje tampoco representa ningún problema, pues lo que tenemos ante nuestros ojos, si no nos engaña la vista, es un elegantísimo giallo donde el manchego vuelve a conseguir el equilibrio entre el homenaje cinéfilo y el reciclaje de su estilo y obsesiones personales. Con una Elena Anaya estupenda y un Banderas correcto, cosa que ya es todo un logro, más que cambiar de piel o de género, lo que ha logrado Almodóvar es aplicarle a su cine una mascarilla exfoliante con resultados la mar de rejuvenecedores. Bravo. Philipp Engel

Desde su brillante inicio (una embarazosa y, admitámoslo, reconocible situación post-sexo), “Bridesmaids” despeja las dudas derivadas de su disuasorio título español y se sitúa en el terreno de la comedia pura. En una jugada maestra, Judd Apatow ha dejado esta vez en el banquillo a los titulares (tras la cámara, Gregg Mottola o él mismo; en pantalla, Seth Rogen o Jonah Hill) y ha sacado a unos suplentes de excepción. Por un lado, Paul Feig, creador de “Freaks & geeks”, serie de culto de cuya única temporada surgieron James Franco y Jason Segel, y curtido en mil batallas televisivas (su trabajo en “The office” explicaría ciertos dispositivos cómicos de la película, como las continuas digresiones temporales). Por el otro, y éste es el auténtico tesoro enterrado del filme, la arrolladora Kristen Wiig, relegada hasta el momento a personajes secundarios y que aquí interpreta su primer papel protagonista a la vez que firma el guión. Fogueada en el directo del “Saturday night live”, Wiig es una cómica desbordante, cuyo prodigioso trabajo gestual y corporal la sitúa a la altura de otra de las grandes, Anna Faris. Ya sea desplegando su artillería en solitario (la secuencia del avión) o dando la réplica a Rose Byrne en la delirante, y dilatadísima, escena de los discursos, Wiig brilla con una cegadora luz propia. María Adell

Si hay un director que las mata callando, ese es Asghar Farhadi. Quizá porque su paso haya sido por Berlín —un festival de tiempo y de carácter gris— y no por Cannes —certamen de altos vuelos—. El caso es que hace unos años pasó por la capital germana y como quien no quiere la cosa dejó una de las mejores películas de sección oficial, “A propósito de Elly”. En la última edición le ha pasado la mano por la cara al mismísimo Béla Tarr llevándose el Oso de Oro por “Nader y Simin, una separación”. Nada en contra. Más que nada, porque se trata de una película rodada con pulso y con un discurso social (y sutilmente político) que no necesita de eslóganes pues se basta con la narrativa. Los nombres del título corresponden a los de una pareja en plena fase de divorcio; entre ambos, se sitúa una hija que no quiere aceptar la situación. Hasta aquí, el dramón. Lo interesante de la película es la manera en que Farhadi se instala en la intriga: el padre de familia recibe la denuncia de una mujer que afirma haber perdido a su bebé después de que él la empujara por las escaleras. Rodado con una cámara furiosa —que no desordenada—, el filme se adentra en una auténtica espiral de tensión, en la que todos son buenos y malos y en la que el espectador vive este drama a la manera de un thriller trepidante. Violeta Kovacsics


080/081

libros Elif Batuman

american most wanted Texto

“El mapa y el territorio”

Michel Houellebecq ANAGRAMA

Philipp Engel Tamara (Anacronic)

Ilustración

Dan Fante

LOS ANGELES (CALIFORNIA), 1944

“E

l estúpido era yo y Dios había encontrado una forma nueva de darme por el culo. Me burlé de mí mismo y maldije mi corazón. Últimamente Jimmi rehusaba besarme, y yo debí haberme dado cuenta entonces. Esa mujer chupaba pollas con la naturalidad con la que otros dicen ‘hola’ en el ascensor. La odié por ser la puta que era”. Dan Fante (“Mooch”). Dan Fante luce gafas al estilo de Raymond Chandler, un sombrero con el que Hemingway hubiera podido salir a cazar elefantes y dispara al aire con un revólver como el que usaba Hunter S. Thompson. Pero se lo debe todo a su padre, John Fante (1909-1983), uno de los más grandes escritores norteamericanos, tanto al menos como los tres que hemos citado. Y cabría recordar aquí que costó lo suyo que la obra de John Fante calara entre nuestros queridos y despistados lectores. La primera edición, muy cuidada, de “Pregúntale al polvo” (Empúries, 1989) pasó casi completamente desapercibida y el maestro no llegó a ponerse de moda hasta que Jorge Herralde tomó cartas en el asunto, 17 años después. La joven y atrevida editorial Sajalín ha apretado el acelerador con el hijo, que no se merece menos, pues es algo más que el digno continuador de la obra de su padre, con quien comparte estilo y una cierta visión de la vida impregnada de humor desesperado. Tras la publicación de su celebrada opera prima —“Chump change” (original de 1998)—, Sajalín ilumina la rentrée con la no menos enorme “Mooch” (2001), su secuela, y promete para marzo de 2012 el ansiado libro de memorias “Fante: Un legado de escritura, alcohol y supervivencia”, que acaba justo de publicarse en Estados Unidos, una auténtica bacanal para fanáticos de esta saga en la que familia y literatura resultan absolutamente indisociables. Si en “Chump change” Dan rendía un conmovedor homenaje a su padre, “Mooch” está explícitamente

dedicada a la memoria de Nick, su hermano, mayor favorito del padre, que también pudo ser el más talentoso de la familia, aunque no llegó a escribir ni una sola línea. Fue por lo menos el más atormentado, el que se dejó ganar por completo por la falta de esperanza que le corría por las venas; bebió y enloqueció hasta acabar como “un perro atropellado en la calle”. Dan, al que este cronista tuvo el inmenso honor de entrevistar en la pasada primavera, lleva el nombre de su hermano tatuado en el antebrazo y todavía se le humedecen los ojos al evocarlo. “Era un auténtico genio, pero bebía a todas horas y se dejaba devorar por sus obsesiones. Lo sabía todo, por ejemplo, del maldito Tercer Reich, cada uno de sus generales y todo lo que dijeron. El sótano de su casa era como un museo de memorabilia nazi. Era como uno de esos predicadores locos con la Biblia”. Pues bien, en breve sabremos más de Nick y de su madre, que tampoco tiene desperdicio, amén de John y el propio Dan. Por lo pronto, toca disfrutar de “Mooch”, segundo y especialmente emocionante episodio de las desventuras de Bruno Dante, un alter ego tan emblemático como lo fueron en su día Arturo Bandini o Nick Molise. Nótese también que, en el trasvase generacional, el espacio para la ficción se ha visto reducido a no más de una letra en el apellido, como para reivindicar la veracidad de esta literatura basada en el fuego de las entrañas. Aclaremos finalmente que persisten en el Club Fante severas discusiones sobre qué novela del Ciclo Dante es la mejor de todas (quedan por traducir, Sajalín se apiadará de nosotros). Este cronista confiesa que vota por “Mooch”, algo así como el “Pregúntale al polvo” de Dan Fante. Despiadada, tierna e hilarante, retrata a la perfección todo el mal que un hombre puede hacerse cuando pierde los papeles por una mujerzuela. Aquella Jimmi Valiente tiene ecos de Camila, pero en versión mucho más degenerada, más de hoy en día.

“El Goncourt debe ser un espejo de su tiempo”, aclaraba el pasado noviembre el portavoz de la Academia que concede el galardón más importante de las letras francesas tras recaer este en “El mapa y el territorio”. Ciertamente uno de los logros de la nueva novela de Michel Houellebecq reside en su agudeza a la hora de captar la sociedad contemporánea y sus dementes engranajes; y en materia de zeitgeist (polémicas aparte, claro) pocos escritores franceses pueden medirse con el autor de “Las partículas elementales”. La sociedad que despliega “El mapa y el territorio” está dominada por el dinero y la fama (hasta aquí nada nuevo) y sus síntomas de hipocresía occidental son tan detectables en los circuitos culturales parisinos (con sus galeristas, magnates y agentes de prensa) como en la impostura lírica de esas guías de hotelitos “con encanto” de la campiña francesa (con su charcutería fina, su pan rústico y sus vinos caros). Si hay una idea que prevalezca en “El mapa y el territorio” es la de que todo (personas, objetos, relaciones afectivas…) es consumo: “También nosotros somos productos, productos culturales. Nosotros también llegaremos a la obsolescencia”, sentencia un personaje. Y no por casualidad todo en esta novela parece estar condenado a desaparecer. Su protagonista, Jed Martin, un artista solitario que no tarda en convertirse en el protegido de la famosa casa de neumáticos Michelin por haber elegido fotos de mapas antiguos como eje temático de su obra, decide encargarle el catálogo de su exposición al escritor Michel Houellebecq. Y es aquí cuando al introducirse dentro del relato, Houellebecq empieza a orquestar su propia desaparición (llega incluso a autodefinirse como “una vieja tortuga enferma”) y hace virar la trama de una novela esencialmente metafísica al género negro salpicado de gore. La cita del poeta Charles D’Orléans, “El mundo está harto de mí y yo estoy harto de él”, que abre la novela está, pues, justificada de principio a fin. Pero no contento con desaparecer del todo, Houellebecq opta por concederse la eternidad a través de su propio retrato valorado en millones de euros, obra de Jed Martin, y que lleva por título “Michel Houellebecq, escritor”. De este modo el autor consigue colocarse al nivel de artistas globales vinculados al negocio y tan ‘dudosos’ como puedan serlo un Damien Hirst o un Jeff Koons. Eso sí, siempre estirando al límite, y de manera magistral, las posibilidades de la autosátira. Laura Gamundí


Elif Batuman CABALLERÍA Y DEMONIOS

Texto

Albert Fernández

Cuesta imaginar a Elif Batuman sentada junto a una ventana y leyendo reposadamente un librito de Chéjov. Esta es una chica de determinaciones fijas y nervio incisivo. Por eso, para escribir “Los poseídos” (Seix Barral), un estudio cómico-intelectual y confesional sobre la literatura rusa, Batuman ha llegado a viajar a Samarcanda para aprender el idioma, responder a las agrias hijas de Isaak Bábel por qué llevaba un juguete del Happy Meal colgando del retrovisor del coche, concebir misteriosos casos à la Conan Doyle sobre un posible asesinato de Tólstoi, y relacionar a King Kong con los bolcheviques.

I

magino que si buscamos un sitio por donde empezar, lo primero sería resolver el interrogante que despierta “Los poseídos” cuando alguien lo sostiene en las manos, con esa cómica portada que parodia a varios grandes de la literatura rusa y el subtítulo “aventuras con libros rusos y las personas que los leen”. ¿Qué es “Los poseídos”, un estudio literario, un diario, una compilación endemoniada? ¿Cómo surgió? En un inicio, todas las piezas que conforman el libro surgieron como ensayos dispersos. Pronto supe que quería escribir un libro. No era nada académico, simplemente quería ser escritora. Un día mi editor me dijo: “¡pero si ya has escrito un libro! Sólo tienes que coger todos esos artículos y convertirlos en un libro”. Me dijo que mucha gente piensa que no está metida en la literatura rusa, que no tienen nada que ver con la teoría literaria, pero en realidad no se daban cuenta de que se trata de algo muy divertido. Así que esa es la idea principal del libro. El primer capítulo que escribí fue “Bábel en California” y seguí a partir de ahí. La parte teórica que se desprendía de mis líneas era en cierto sentido absurda, pero no hay nada tan malo en eso: hay abogados que sueltan parrafadas sobre derecho, doctores que hablan majaderías de medicina, así que no es tan extraño que los académicos suelten también sus locuras. Encuentro muy inspirador que haya gente que se pase los días en sus oficinas, escribiendo sobre literatura, tratando de interpretarla para nosotros, me parece genial que una civilización haya llegado a producir eso, pero al mismo tiempo me daba cuenta de que si juntaba todo lo que sabía daría lugar a algo así como un informe académico. Tal vez hubiera sido un buen libro, pero no el que quería escribir. Quería asimilar todos los aspectos de lo que sucedía durante el estudio, los pensamientos que tenía, algunos de ellos sobre lite-

ratura, pero con otros matices. Así que ahora me doy cuenta de que no soy un buen ejemplo sobre cómo escribir crítica literaria; creo que he hecho algo ligeramente diferente.

en la biblioteca de Stanford (risas).

Desde luego, has vivido algunas experiencias privilegiadas, como ir a buscar al aeropuerto a las dos ancianas hijas de Isaak Bábel y ver cómo se comportaban durante unos días de conferencias sobre su padre en Stanford… Sí, ese es un ejemplo de algo que no podrías incluir en una tesis o un informe académico. Yo relato anécdotas, pero también cosas completamente irrelevantes de mi vida, o sobre lo que hablaba tomando algo por la noche. Creo que esa interacción entre la vida y la literatura es lo que hace que la gente no escriba simples listas de lo que les pasa, o ensayos y nada más. La idea era contar una historia con significado, decir que la vida tiene algún significado.

¿Puedo deducir entonces que, incluso una estudiosa como tú, tiene unos cuantos libros rusos por leer? Oh, claro, ¡hay una tonelada que no he leído! Tolstói escribió tanto, que no he podido leer todo lo que hizo. No he leído todos los libros de Dostoievski, como su primera novela, por ejemplo, y ahora mismo estoy leyendo Turguéniev. Leí “Primer amor” y alguna otra cosa cuando me gradué. La literatura rusa es muy poco conocida en relación a otras, como la anglosajona o la española, y eso es algo que me resulta atractivo. No se conocen libros rusos anteriores al siglo XVIII, pero la producción de cada autor es tan vasta, que tomaría una vida estudiarla. Y cuando llegas a la época soviética, la cosa se complica más incluso. Hace poco estaba leyendo un artículo en el New York Times, un texto de una escritora rusoamericana, y me enfadé mucho, porque mencionaba una obra de Platónov que no había leído. Así que sí, siempre hay más que leer. En cierta manera, la última parte del libro está dedicada al posible lector de Dostoievski que no ha leído “Los demonios”, pues es algo que suele pasar. Básicamente, este es un libro sobre perseguir aquello que adoras, sobre la obsesión y la monomanía, sobre viajar y estar vivo. Y eso es algo que se puede apreciar sin ser especialista.

Con todo lo que viajaste en tus investigaciones, resulta sorprendente que cierto día, estés en Stanford, en la universidad donde trabajas, y allí descubras cantidades increíbles de material: fotografías de Bábel junto a Merian Cooper, el director de “King Kong”, y justo en el mismo lugar, carteles de propaganda antibolchevique donde un mono rojo amenaza a Europa entera. Es como si Stanford fuera el centro del universo o algo así. No sé si te llegaste a plantear incluir toda esta documentación gráfica en el libro. Eso hubiera sido genial, pero no creo que lo hubiera logrado nunca. En primer lugar, el libro debía ser muy barato, ya que pronto debían editarlo en bolsillo. Después, los copyrights son un universo de dolor. Al menos, sin esas fotografías el libro conserva cierto aire de ficción. Aunque está claro que la realidad siempre la supera, como demuestra ese vórtice de documentos

¿Y sobre la gente que no lee libros rusos? Ya. ¿Quizás no sea un buen servicio público, ¿no? (risas).

Bueno, y he oído que tu nuevo libro se acercará a tu última obsesión, Charlotte Brontë… ¡Sí, me encanta! ¿Cómo sabía tú eso? Bueno, iba a decirte que tengo espías rusos, pero…


082/083

libros

libros “El demonio” Hubert Selby Jr.

“El viejo y yo” Elaine Dundy

“De vidas ajenas” Emmanuel Carrère

HUACÁNAMO

DUOMO

ANAGRAMA

Harry White es un neurótico hijo único (neoyorquino) descaradamente atractivo y visceralmente perverso al que le basta con salir a almorzar y sonreír a la primera hembra con la que se cruza de camino al baño para llevársela a la cama de cualquier motel. La sensación de estar haciendo siempre lo correcto se funde en su esquizoide universo (la cabeza de White golpea una y otra vez contra las paredes de su vacía existencia, tratando de buscar una salida, tratando de ahogar el llanto rabioso al que se entrega su apenas palpitante corazón) con su deseo de dejar de ser el Hijo Perfecto y hacer el Mal (así, con mayúsculas). El Mal que empieza siendo un juego (conquista a la chica, destrózale el corazón y todo lo demás), se convierte en algo estúpido (comprar compulsivamente plantas, tratar de cuidarlas, fingiendo creer que la culpa se cura regando cosas verdes, para luego abandonarlas) y acaba volviéndose escandalosamente enfermo (volverse adicto a sentir el peso de la culpa, el peso, sí, de la muerte). La mejor (está sin duda a la altura de “Última salida para Brooklyn”, su obra cumbre, y resulta aún más compacta, pues exprime todo aquello que Selby Jr. debió de sentir en su descenso a los infiernos, algo parecido a “que el cuerpo entero se te atragante en la garganta”) y más honda novela de Selby, un “Crimen y castigo” posmoderno (y decididamente urbano) que cambia a la huraña casera por la vomitiva Humanidad, y al malogrado Raskolnikov por un tipo corriente al que, simplemente, todo le sale demasiado bien. Laura Fernández

Betsy Lou Saegessor es tan joven como guapa, ambiciosa y práctica. Irradia soltura y despreocupación americanas, chispa neoyorquina y como toda heredera de la ciudad de los rascacielos, daría brazo y medio por proteger la fortuna que está destinada a asegurarle una vida de lujo. Pero hay un problema. Ese dinero está en manos de C.D. McKee, un reputado escritor londinense entrado en años, carnes y canas al que se ha propuesto liquidar para recuperar su futuro y su cuenta corriente. Aunque ello implique tener que seducirle, llevarle a la cama y acabar, quién sabe, hasta enamorándose de él. También puede que él, quien sabe, se deje hacer y acabe enamorándose, y eso que, viejo lobo como es, algo se huele. ¿Pero quién va a resistirse a una inocente yanqui recién aterrizada en el Soho que asegura buscar ambiente bohemio y té servido en porcelana a cualquier hora? Corre el año 1962 y falta poco para que Carnaby Street se convierta en el centro del universo. “El viejo y yo” (Duomo) es una divertidísima novela del pre-swinging London en la que Elaine Dundy habla de las incestuosas relaciones entre dos primos que se aman tanto como se detestan, americanos y británicos. Graciosa, trepidante, escrita con garra y furia, es el perfecto ejemplo de que las chicas malas son mucho más interesantes que las buenas, siempre. También es una pequeña joya para la fecha en la que fue escrita, cuando toda la literatura era testosterona y angry young men enfadados con el sistema. Toda una fiera. Tres hurras por Ms. Dundy. Leticia Blanco

“Asesinato en América” Simone Barillari

“Una comedia en tono menor” Hans Keilson

ERRATA NATURAE

MINÚSCULA

La realidad siempre superará a la ficción. Emmanuel Carrère lo sabe. En sus novelas acostumbra a penetrar en los rincones más oscuros de la existencia a través de una serena narrativa que se inspira directamente en los sucesos que le rodean. A él no le tiembla el pulso cuando escribe; a nosotros sí cuando le leemos. Si en el capotiano “El adversario” (Anagrama, 2001) rastreaba las huellas de un personaje muy cercano a su entorno que un día decide liquidar a toda su familia, “De vidas ajenas” es otra crónica devastadora (o novela de no-ficción, como prefieran) que tiene su punto de partida en Sri Lanka, tras el tsunami de 2004 que arrasó con la vida de miles de personas. Él fue protagonista indirecto al estar presente cuando sus compañeros vacacionales pierden una hija de cinco años tras ser engullida por el mar. Como perseguido por la catástrofe, a su llegada a París descubre la noticia de que su cuñada Juliette —una joven magistrada y madre de tres criaturas— está muriéndose de cáncer. Sin apenas tiempo para digerir los hechos, le llega el encargo de escribir sobre ello y se adentra en el ojo del huracán. Ahí da comienzo un intensivo rondó de entrevistas a parientes, entre ellos, el carismático personaje de Etiénne, un juez íntimo amigo de Juliette, será una de las piezas fundamentales en la novela. “De vidas ajenas” despierta los temores primarios que hibernan en nuestro interior, aquellos que apelan a la separación perpetua de los seres queridos y la cicatriz imborrable que dejan tras sí. Arrebatador. Matías Bosch

“Sobre la felicidad a ultranza” Ugo Cornia PERIFÉRICA

Varios disparos y ni un atisbo de luz, así es la narración cruda y realista de ocho crímenes que convulsionaron la sociedad norteamericana. Todos cubiertos por periodistas de raza que merecieron el Pulitzer por estas ocho piezas clave para entender las características del periodismo americano del siglo XX, el mismo que Stephen Crane modeló antes de que a Truman Capote se le helase la sangre en una cárcel de Kansas. Crane creía en la importancia absoluta del hecho observable a la contra de las informaciones confeccionadas en una habitación y estas crónicas perpetúan la tradición privilegiando el valor del exhaustivo trabajo de campo y de la primicia. Abre el fuego el reportaje sobre el Caso Leopold y Loeb, que inspiró “La soga” de Hitchcock. Escrito en 1924, ya siluetea la forma del nuevo periodismo que Tom Wolfe desarrollaría 40 años después. Se acerca al relato para humanizarse y dota a los implicados de atributos propios de personajes literarios. El reportaje sobre el magnicidio de JFK es otra pieza significativa: Merriman Smith fue el primero en comunicar los hechos, y media hora después ya estaba sentado en el Air Force One asistiendo a la toma de posesión de Lyndon B. Johnson. La matanza de Columbine o los asesinatos perpetrados por la secta de Miami son otros de los crímenes convertidos en obras maestras del periodismo que preservan y nos recuerdan los antiguos métodos de investigación, justo ahora que el nuevo periodismo digital se construye a base de tweets que podrían relatar, segundo a segundo, un crono-crimen. Beatriz Montalvo

Con un sigilo imperdonable, el pasado 31 de mayo desapareció Hans Keilson. Este escritor, que trabajó como médico para el movimiento de resistencia durante la ocupación alemana, sumaba ya 101 años de edad el día de su muerte, pero su imponente obra continúa pasando desapercibida para la gran mayoría. Gracias a la misma gentil editorial, recientemente conocimos su poderoso relato sobre el advenimiento del nazismo, “La muerte del adversario”, una profunda introspección en el odio pausado y la destrucción del orgullo. Interiores, eso es también todo lo que hayamos en “Una comedia en tono menor”. En ambas novelas, la barbarie de la guerra y el horror de los campos de concentración quedan fuera de plano, aunque su impronta marque el melancólico devenir de sus personajes. Tan solo se nos muestra el encierro en una casa, el exilio de cada uno en sí mismo. La cautela y la sutileza definen la prosa de Keilson, quien enhebra en una misma línea diferentes momentos del relato. Así, el miedo y los tensos gestos del matrimonio holandés formado por Marie y Wim el primer día en que acogen en su casa al hombre que se hace llamar Nico, un judío huido de Alemania, se entremezclan con la grotesca fatalidad sobre qué hacer con su cuerpo una vez enferma y fallece. Esa fabulosamente inopinada dislocación en la estructura temporal de la trama y la ironía del título son sólo algunas de las hazañas de este maestro anónimo, que jamás hizo ruido al pisar las tablas del suelo. Albert Fernández

Uno sospecha que algún día va a morir, pero resulta mucho más complejo que se le cruce por la cabeza que un ser querido vaya a desaparecer. Al despertar en una espléndida mañana primaveral, uno debería poder imaginarse que está a punto de tener su primera relación sexual completa. Y tampoco. O uno sale con su padre a pasear y disfruta de lo lindo para, al día siguiente, odiarlo y querer verlo bajo tierra. También uno puede confiar que siempre va a tener bajo control lo que ocurre con sus pedazos y resultar que una de sus piernas acaba bajo un camión y ya no la ve más. Este tipo de incongruencias asaltan todo el tiempo al protagonista de esta novela, que es más bien el diario de un ocurrente hipersensible o la recapitulación reflexiva de un nostálgico perfecto. En cualquier caso, un encadenado de tiernos recuerdos familiares y de lecciones involuntarias sobre cómo negociar con el dolor y de cómo demonios puede salir a cuenta seguir respirando un día sí y otro también. Ya bastaría la pena recomendarla a gritos por comprobar cómo es capaz de obrar una proeza: sortear el campo minado de cursilerías y recetas new age que supone reformular una y otra vez el lema “la vida es realmente increíble”. En gran medida, Cornia elude el peligro brindando una visión de los muertos y de su ausencia que, lejos de fórmulas de consuelo o trampas emotivas, aproxima al máximo sus coordenadas a las de los supervivientes. “Pero es que el universo es en su totalidad un inmenso cementerio del que nosotros somos la capa exterior”. Antonio Lozano




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