GUIA PARA MEJORAR TU SALUD Y LA DEL PLANETA

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la salud permanente de los seres humanos y, por tanto, del planeta. Transcribo a continuación parte del texto que redacté para enviarlo dentro del boletín informativo nº 7 de Huelga Tranquila, el día 2109-2010: “…La principal motivación para escribir sobre lactancia ha sido el hecho de vivir y presenciar durante cuatro años y medio cómo mi hijo se ha beneficiado de tan natural alimentación. También ha influido mi conocimiento que sobre la misma he adquirido, sobre todo gracias a mi pareja y madre de nuestro hijo. Comienzo explicando las grandes ventajas de la lactancia materna, siendo además ésta la primera y más importante demanda de consumo que hacemos al llegar a este mundo; como veremos, sus repercusiones sobre la salud, la sociedad y el planeta no pueden ser ignoradas.”

Criar a un bebé con biberones y potitos durante el primer año de vida, aparte del coste económico y perjuicios para la salud del recién nacido, supone un impacto ambiental de gran magnitud. La OMS y UNICEF recomiendan la lactancia materna en exclusiva durante los seis primeros meses de vida, aunque según La Liga Internacional de la Leche y otros colectivos afines podría alimentarse perfectamente a un bebé solo con leche materna hasta los ocho meses de vida e incluso más. Siguiendo con las recomendaciones de tales instituciones, a partir de los seis meses de vida del recién nacido se le puede empezar a dar otros alimentos complementarios, manteniendo la lactancia natural hasta los dos años como mínimo. A partir de aquí, también recomiendan, continuar suministrando al niño leche materna hasta que el niño o la madre decidan, sin que exista ningún límite de tiempo. Realmente, no se conoce cuál es el tiempo máximo para el destete natural en la especie humana. Los estudios antropológicos publicados al respecto, concluyen que la franja natural de lactancia para bebés humanos se encuentra entre los dos años y medio y los siete. Quizás siete años sea el límite natural si se tiene en cuenta que es a esa edad, aproximadamente, cuando salen los primeros molares definitivos y además ha terminado de madurar el sistema inmunológico del niño. En el caso de mi hijo, actualmente con 8 años de edad, tomó leche materna en exclusiva durante los siete primeros meses de vida y continuó haciéndolo a demanda hasta que él mismo decidió dejarlo a los cuatro años y medio. Las ventajas que he apreciado por este hecho son la excelente salud de la que goza, el fuerte vínculo afectivo, sobre todo con la madre, y aun no siendo muy objetivo 36


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