Diario La Nacion Argentina

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Política

Miércoles 25 de junio de 2008

LA NACION/Página 7

EL CONFLICTO CON EL CAMPO / El debate en el Congreso

El kirchnerismo teme perder la mayoría que tiene en el Senado

Reproches y un gesto político de la Presidenta

No sumaría los votos para el dictamen Por Gustavo Ybarra De la Redacción de LA NACION La tranquilidad que imperaba en el kirchnerismo del Senado, en el que tiene asegurados los votos en el recinto para ratificar las retenciones, se vio conmovida en las últimas horas luego de que el sector se percató de que no le cierran las cuentas para imponer su mayoría en la estratégica Comisión de Presupuesto y Hacienda. Esto es así porque, sobre 15 miembros, el kirchnerismo tendría asegurados, en el mejor de los casos, siete votos, uno menos de los necesarios para alcanzar dictamen de mayoría. El dato no es menor, ya que un escenario de estas características obligaría al kirchnerismo a forzar el debate del proyecto en el recinto sobre tablas, para lo cual se necesita el apoyo de los dos tercios de los presentes. Una relación de fuerzas que en este momento no tiene ni por asomo cuando de apoyar sin cortapisas las retenciones móviles del Gobierno se trata. En fuentes oficialistas se mostraron confiados en revertir la relación de fuerzas actual que existe en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, pero también admitieron que, por el momento, los números le son adversos y que no tienen asegurada la mayoría para imponer dictamen.

Dos votos clave En este escenario, cobran especial relevancia dos senadores. Uno, oficialista; el otro, radical K.El primero es el cordobés Roberto Urquía que, para colmo, es presidente de la comisión en cuestión. Entronizado en ese cargo por decisión de Cristina Fernández de Kirchner, el conflicto con el campo logró cambiar en 180 grados la imagen de “empresario ejemplar” que la Presidenta tenía del legislador y propietario de grandes extensiones de campos y de Aceitera General Deheza (AGD), una de las principales plantas alimenticias de la Argentina. Fiel aliado del Gobierno kirchnerista, Urquía debió abandonar su alinea-

miento con el Poder Ejecutivo cuando se agudizó el conflicto con el campo y los productores rurales de General Deheza y sus alrededores comenzaron a cuestionar su apoyo a las retenciones móviles. La presión no se tradujo en “escraches”, aunque se le parecieron bastante. Aviones fumigadores sobrevolaron su campo exhibiendo carteles con la leyenda “Urkía traidor”. El golpe de gracia para definir su alejamiento del gobierno nacional fue la decisión del gobernador de Córdoba, el peronista Juan Schiaretti, de ponerse en la vereda de enfrente de la Casa Rosada respecto del esquema de retenciones del oficialismo. El otro nombre clave es el del radical K rionegrino Pablo Verani. Su posición sobre las retenciones es una incógnita, aunque en el kirchnerismo apuestan a que terminará alineado con el Gobierno. De todas maneras, su firma en el dictamen de mayoría sólo emparejaría la relación de fuerzas, en un empate a siete votos por lado que no haría otra cosa que sumar más presión sobre un Urquía tironeado entre su lealtad al kirchnerismo y la ya palpable condena de los productores rurales cordobeses.

Apoyos oficiales Además de Verani, apoyarían al Gobierno en la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado los kirchneristas José Mayans (Formosa), Marcelo Guinle (Chubut), Fabián Ríos (Corrientes), Guillermo Jenefes (Jujuy), José Pampuro (Buenos Aires) y Nancy Parrilli (Neuquén). Por el rechazo o un proyecto alternativo firmarían los radicales Ernesto Sanz (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy) y Roy Nikisch (Chaco); los peronistas Juan Carlos Romero (Salta) y Roxana Latorre (Santa Fe), María Eugenia Estensoro (Coalición Cívica-Capital Federal) y Delia Pinchetti (Fuerza Republicana-Tucumán). El desempate quedaría así en manos de Urquía. Una alternativa que para el kirchnerismo, acostumbrado a imponer cómodas mayorías, es poco confiable.

Mensaje al agro al anunciar obras

FABIAN MARELLI

De Angeli y uno de los amigos con los que comió anteanoche, en un restaurante porteño

De Angeli, una “estrella” de paseo por la Capital En un restaurante, la gente lo trató como a un galán de TV Fue, sin dudas, la figura del lugar. Apenas pasada la medianoche del lunes, se encontraba comiendo con cinco camaradas de ruta en el restaurante Plaza Asturias, en Avenida de Mayo y Salta. Había pasado un día de tensión, tal como le viene sucediendo desde hace más de tres meses. Pese a ello, se lo veía distendido, de muy buen ánimo, y sonriendo permanentemente con quienes compartía la mesa. No se trataba de una figura de la farándula ni tampoco de una estrella del deporte, aunque despertaba las mismas pasiones entre los comensales e incluso entre la gente que pasaba por la vereda y lo descubría. Se trataba de Alfredo De Angeli. Su presencia no pasaba inadvertida,

pero si algún cliente se había distraído, las camareras rápidamente la hacían notar. En determinado momento, se acercó una señora que le dijo que era de la provincia de Corrientes. De Angeli se levantó y le dio un beso. Enseguida se acercó otra mujer –compartía la mesa con la primera– y se repitió la escena. Las dos les pidieron a sus parejas que les sacaran una foto con el productor, que gentilmente accedió al pedido.

Aplauso Espontáneamente, la mayoría de los clientes hizo oír un estruendoso aplauso, mientras los “fotógrafos” pasaban sus cámaras a las camareras para sumarse a la foto.

Cuando se aprestaba a sentarse, se acercaron dos jóvenes que lo saludaron efusivamente, mientras uno le alcanzaba una copa de champagne para brindar. En la mesa de De Angeli, había vino tinto, pero el dirigente rural brindó con los muchachos, tomó un trago y dejó la copa en su mesa. Después de recibir más saludos y responder cálidamente a todos, volvió a su lugar y siguió la conversación con sus compañeros de mesa. Todo, claro está, sin dejar de levantar la mano o de hacer un evidente gesto con la cabeza a todos aquellos que pasaban caminando por Avenida de Mayo y, al notar su presencia, levantaban el pulgar en un claro gesto de simpatía.

Después de su reunión de anteayer con los dirigentes agropecuarios, la presidenta Cristina Kirchner volvió a mandarles un mensaje a los hombres del campo. Esta vez, a la distancia. “Es bueno que cuando se evalúan las decisiones de un gobierno se evalúen en su totalidad, todas, desde la primera hasta la última”, les dedicó, aunque sin nombrarlos, mientras presentaba un plan para canalizar el río Salado, obra que posibilitará recuperar tierras productivas en 56 municipios bonaerenses. “Traducido en producción agrícola, podríamos hablar de un millón más de toneladas de granos, de 145.000 toneladas de carne, de 11.000 toneladas de leche. En definitiva, son para la producción”, sostuvo la Presidenta. Así fue como aprovechó para defender sus decisiones y, aunque no la nombró, se refirió elípticamente a la polémica resolución que subió las retenciones: “Cuando uno toma decisiones en materia de Estado no se trata de elegir entre el Arcángel San Gabriel y Satanás; se trata de elegir simplemente entre las cuestiones que uno tiene como presidenta de la Nación”. “En este caso, la decisión de financiamiento para obras va a llegar a productores de establecimientos agrícolas ganaderos”, reforzó. Cristina Kirchner repitió tres veces: “Entendemos, y esto es importante, que son necesarias estas medidas”. Minutos antes había dicho: “Muchos de los que estamos acá no tenemos establecimientos agrícolas ganaderos, no participamos, no somos ganaderos ni productores de materia prima, pero comprendemos”. La obra que anunció la Presidenta incluye el encauzamiento del río Salado para evitar inundaciones de los campos, para lo que el Estado invertirá 900 millones de pesos. Este es, en rigor, el tercer tramo del plan total. Según anunció Cristina Kirchner, ya hubo 8000 hectáreas recuperadas de las 21.000 que el Gobierno proyectó mejorar.


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