Liahona Marzo 2013

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FOTOGRAFÍA POR GEIR WEGGERSEN.

CÓMO VENCER LAS DIFICULTADES PARA CONTRAER MATRIMONIO En un discurso pronunciado en una charla fogonera para jóvenes adultos, el élder Earl C. Tingey, miembro emérito del Primer Quórum de los Setenta, se refirió a seis factores que pueden inquietar a los jóvenes acerca del matrimonio: “1. Tal vez parezca que a los ex misioneros ya no se les alienta tanto a casarse. Si piensan así, están equivocados. Se debe alentar a todo ex misionero a que cuando regrese a su casa se mantenga activo en la Iglesia, obtenga una formación académica, desarrolle aptitudes laborales y se disponga a buscar a una compañera eterna. “2. Quizás haya algunos que piensen que no están a la altura de las expectativas de ciertas jóvenes… Con buena comunicación se puede resolver esa duda. “3. El dar excesiva importancia a los estudios o a la carrera puede colocar al matrimonio en un plano secundario. El matrimonio, los estudios y el trabajo pueden ir de la mano. El logro de una carrera profesional sin tener una familia, cuando hay posibilidades de formarla, es una tragedia. “4. No permitan que su vida sea simplemente una existencia divertida o egoísta. La vida es más que un parque de diversiones. No se conviertan en adictos a las posesiones materiales; acepten responsabilidades. “5. Una percepción negativa del matrimonio… puede disuadir a algunas personas de casarse. Hay quienes dicen: ‘¿Para qué casarse si hay tantos divorcios?’. El que haya divorcios no quiere decir que ustedes no puedan tener un matrimonio feliz y exitoso. No permitan que las acciones de los demás decidan por ustedes. Tomen la determinación de que su matrimonio no será un fracaso. “6. Algunos aplazan el matrimonio por razones económicas. No es prudente posponer el matrimonio hasta tener el dinero suficiente para mantener un alto estilo de vida. Muchos aspectos de la vida en común —como el superar las dificultades, el adaptarse y el aprender a enfrentar los problemas de la vida— se pierden cuando eso sucede”. Tomado de “Tres mensajes para los jóvenes adultos”, véase Liahona, abril de 2007, pág. 30.

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JÓVENES ADULTOS

bendiciones del sacerdocio. Muchas de las personas que al principio te­ nían una actitud negativa han llegado a reconocer que mi decisión fue buena y correcta. Ven que verdade­ ramente he encontrado la felicidad; y me han agradecido el haber confiado en mí misma y en el Señor”. Después de casarse, los jóvenes se mudaron a otra ciudad donde ambos empezaron sus estudios universita­ rios. Un tiempo después recibieron a su hijita, Olea, y Ane suspendió sus estudios temporalmente; pero los continuará más despacio y por internet, lo cual le permitirá tanto estudiar como estar en su casa para criar a la niña. Aunque sabe que ese arreglo significará un gran esfuerzo, todavía le será posible obtener la carrera que desea. “Quizás algunas personas hayan pensado que tuve que sacrificar mu­ chas cosas para casarme y empezar una familia”, comenta, “y podría pare­ cer así; pero en realidad, lo he ganado todo. Sé que cuando decido poner al Señor en primer lugar, se me dará todo lo demás. Me siento muy emo­ cionada y agradecida de obtener un título, ¡pero más que nada, agradezco la oportunidad que tenemos de ser una familia eterna!”. Benjamín está de acuerdo: “Dios ha guiado mi vida de tal manera que se me ha enseñado a ponerlo a Él en primer lugar. Para mí, no era cuestión de optar por tener una familia o una carrera; la familia estaba primero y los estudios al mismo tiempo. Hay otras decisiones similares; no es o Dios o nada; es Dios primero, y todo lo de­ más después”. ◼


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