La biodiversidad urbana con sus funciones ambientales construye paisajes con el atractivo de los cambios estacionales, movimientos, texturas, volúmenes, colores, sonidos, sorpresas, aromas, formas, que hacen menos anodino y rutinario el hacinamiento urbano. Hornero
Benteveo
Garza blanca
Zorzal
Gorrión
Tero
Carpintero real
Calandria
A lo largo del año en Buenos Aires también se pueden observar más de 300 especies de aves, muchas de ellas migratorias. Donde tanto en las reservas ecológicas de Costanera Sur o Ciudad Universitaria, como en los grandes parques, la práctica del avistaje de aves es cada vez más numerosa, mostrando un aprecio en crecimiento del disfrute de la presencia de tanta variedad de aves, con sus colores, cantos y movimientos. Las únicas especies exóticas son la paloma doméstica, el gorrión y el estornino pinto. El arbolado de calles forma corredores biológicos que conectan los distintos espacios verdes que facilitan el tránsito, nidificación y refugio de las aves, expresándonos las relaciones ecológicas en la ciudad. Pareja de horneros construyendo su nido en el parque De Flora Nativa Benito Quinquela Martín.
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