Hospital General Centro Médico Nacional La Raza

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Dra. Claudia Alba Huerta

Pediatra de la Clínica 27 en Urgencias, colaborando en el Servicio de Inhaloterapia: “Yo en esos días estaba rotando en terapia respiratoria y había varios pacientes con un deterioro pulmonar que jamás había visto en mi vida, todos ellos pacientes de lo que entonces llamaron neumonía atípica. Venían con dificultad respiratoria y los entubaron, esa era la característica, dificultad respiratoria y con neumonía atípica, entonces fue cuando nos llamó la atención que se estaba muriendo gente joven, porque normalmente se mueren por neumonía a los abuelitos o los chiquititos desnutridos, no se muere un chico de 20, una señora de 40, de 30 años. Fue la semana en que nos dijeron aquí que había un brote de influenza, pero no fue sino hasta una semana después que ya se dio la alerta epidemiológica. Había pánico generalizado en todo el hospital pero ya pasó eso, hubo aprendizaje, hubo una serie de cosas, ya hay preparación para enfrentar el siguiente brote; te sigue dando miedo, pero lo más importante es educar a los que están cerca de ti, que practiquen las medidas de protección y que esa gente lo haga extensivo de boca en boca”.

María de Lourdes Domínguez Mojica

Enfermera Especialista Pediatra asignada a Servicios de Urgencias de Pediatría: “Esta área fue donde se recibió todo el paciente pediátrico que llegaba, sospechoso o confirmado. Tuvimos mucha sobrecarga de trabajo porque se recibía todo lo de la zona y traslados. Aparte aquí también hubo detección de la influenza en los consultorios y el paciente que se detectaba en el consultorio si ameritaba estar hospitalizado se quedaba, si no se iba aislado a su casa y los que venían de traslado obviamente ameritaban hospitalización. Eso obligó a hacer cambios y a tener más prevención en el manejo del paciente, lavarnos más constantemente las manos, usar medidas preventivas. Aunque los pacientes estaban aislados, no hubo algún tipo de restricciones para el acceso de familiares, todo fue normal, lo único es que se les otorgaba a los familiares el cubrebocas, alcohol en gel y se les pedía que evitaran aglomerarse. El aprendizaje que nos dejó la contingencia es un mejor manejo del paciente y fortalecer nuestras medidas preventivas, el lavado de manos, el uso de cubrebocas constante y el aislamiento del paciente. Sabemos que hay un repunte del brote, por ejemplo ahorita tenemos en aislamiento a un paciente con una influenza tipo A confirmada, es un niño de 11 años de edad con una patología de fondo que es una insuficiencia renal crónica y ahorita se presenta con este padecimiento y entonces se queda hospitalizado y se va a trasladar al Hospital de Infectología, pero ahora nuestra respuesta es mucho más rápida, efectiva y con mayor confianza”.

Esther Corona Sánchez

Olimpia Villegas Sayago

María Esther Rodríguez Romero

Auxiliar de Intendencia , área de Urgencias Adultos: “Como lo habrán dicho ya varios de mis compañeros, fue algo que nos sorprendió, no estábamos ajenos a lo que venía pero no entendíamos la magnitud de todo esto, a grandes rasgos conocíamos de qué se trataba y sí, al menos de mi parte sí hubo temor porque no sabía qué tanto me podía afectar y que tanto me podía yo cuidar. Eran los primeros días del brote, antes de que se diera la alerta epidemiológica y lo que más preocupaba a todos era qué tan contagioso y qué tan letal podría ser esto, que aunque sabíamos que era algo relacionado con la vía respiratoria no conocíamos exactamente qué provocaría. Nos vacunaron, esa fue la primera medida de prevención que tuvieron aquí con nosotros, ya posteriormente nos dieron el quipo necesario para trabajar y la orientación adecuada y pues a partir de ahí nos empeñamos en tratar de darle seguridad al derechohabiente en cuanto llegase a preguntarnos alguna duda, alguna inquietud, es lo que nos dijeron. Redoblamos nuestras medidas y nuestros esfuerzos en lo que a cada quien le corresponde y considero que en eso está gran parte del éxito que se tuvo como Servicio y como Hospital para enfrentar la enfermedad, que aunque sí causo estragos no lo hizo de la forma tan grande en que al principio se pensaba. Ahora, después de que ya pasó todo esto, nos sentimos muy satisfechos y se puede decir que ya tenemos un poquito más de conocimiento y ya estamos más preparados. Ya está un nuevo brote encima y de hecho, desde principios de septiembre nos dieron ya la orientación, nos dieron información que requeríamos y las nuevas indicaciones, por lo que nos hemos concentrado en tomar y aplicar todas las medidas de precaución. La orientación por parte de nuestros superiores y autoridades ya la tenemos, ya es más completa, nos dieron ya todo el equipo necesario para que todos tomemos las medidas requeridas y como parte de nuestro trabajo cotidiano las hemos estado aplicando ya”.

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Enf. Gral. Lourdes Andrade García

Asignada al Área de Urgencias Pediatría en Observación: “La verdad todas estábamos impactadas, porque al menos yo me preocupaba mucho también por mis niños, ya que nosotras mismas podíamos contagiarlos de forma directa, entonces las medias que yo tomé fue de llegar a la casa y separar el uniforme y todo y al igual que mis compañeras, además de tomar las medidas necesarias, pero a pesar de eso sí teníamos el temor también de contagiarnos porque realmente sí era muy riesgoso. Posteriormente se nos dieron pláticas en relación al lavado de manos, orientación y lo más importante es que aprendimos que si uno toma las medidas necesarias, que uno sabe de antemano para manejar a un paciente aislado, la satisfacción que nos queda a nosotros es que salen adelante la mayoría de las veces. Al tener contacto con los familiares, platicamos con ellos, les hacemos ver las medidas y la importancia que tienen, tratábamos de confortarlos, calmarlos, pero algunos papás se desesperaban y luego a veces eran hasta agresivos con uno, a veces nos veían como si uno tuviera la culpa, pero realmente no: todos estamos expuestos a contagiarnos a alguna manera, y por eso están las medidas de protección”. Experiencia en la epidemia de AH1N1 HGCMNLR IMSS

Técnico de Inhaloterapia, servicio de Terapia Respiratoria: “Realmente vivimos con tristeza esta epidemia porque no estábamos preparados profesionalmente para tener ese evento, ya que no contábamos en ese momento con la información adecuada de lo que realmente estaba sucediendo, se hablaba pero nadie tenía el conocimiento preciso ni conocíamos a fondo las medidas preventivas específicas de cómo llevar a cabo el manejo para los pacientes con influenza. Afortunadamente contamos con una Jefa de Servicio, la Dra. Beatriz Martínez que nos dotó con el equipo suficiente como son cubrebocas, batas, guantes, lentes para nuestra protección, nos dio el aviso de que nos teníamos que cuidar y de que teníamos que pasar esta información preventiva a nuestros familiares o a nuestros amigos. Aquí dentro del hospital se vivía un ambiente de tristeza porque no era usual para nosotros ver estos casos, realmente desconocíamos esta enfermedad. Tratamos de ser lo más profesionales que se pudiera para atender a los pacientes, nosotros damos manejo de aerosolterapia pero nos comentaron que era imposible dar ese tipo de tratamiento en este tipo de enfermedad, ya que era viral y en el momento en que el paciente estornudara o tosiera se iba a esparcir este virus y se iba a propagar para más personas, pacientes y profesionales de la salud, entonces lo único que se dio como notificación de parte de nuestra Jefa de Servicio, es que no se atendieran pacientes en darles aerosolterapia, sino que se diera el apoyo con dosificadores para la aplicación de medicamento para un broncoespasmo en el paciente. Pero realmente sí es triste ver a todo tu país en riesgo, con miles de infectados, porque no nada más era en el hospital que se viviera esta enfermedad, sabíamos de más enfermos cada vez por los medios informativos, estar en los medios de transporte o sitios con gran concurrencia con cubrebocas realmente era una situación de pánico, no nada más dentro de mi hospital sino dentro de mi país, era una situación realmente desastrosa, que se agravaba cuando veíamos que mucha gente hacía caso omiso de las medidas de protección, arriesgándose y arriesgando a todos a su alrededor. Los niños eran nuestra mayor preocupación, soy madre de familia como muchas de mis compañeras, doctores, técnicos y era nuestra preocupación también que nuestros hijos se pudieran contagiar, entonces trataba uno de cuidarse, de protegerse, porque teníamos de primera instancia nosotros contacto directo con este tipo de pacientes, entonces era protegernos nosotros para no llevar este contagio con nuestros hijos ni a los lugares por donde transitáramos”. Experiencia en la epidemia de AH1N1 HGCMNLR IMSS

Enfermera general adscrita al servicio de Urgencias Adultos: “La experiencia que tuve aquí en el Servicio de Urgencias Adultos respecto a la influenza AH1N1 fue que, como a todos, la enfermedad nos agarró desprevenidas y no preparadas, porque aunque somos personal de salud no sabíamos la magnitud ni habíamos visto antes la cantidad de pacientes que llegó. Sin embargo, conforme fueron pasando los días fuimos ganado experiencia sobre el manejo a los pacientes, las medidas de protección, el trato con los familiares. Invariablemente contamos con el material adecuado y suficiente para poder desarrollar nuestro trabajo, además de que siempre tuvimos orientación par parte de nuestros jefes y de nuestras autoridades sobre cómo íbamos a manejar a este tipo de pacientes. También se nos señaló que cuando concluyéramos nuestros turnos de trabajo, al transportarnos a nuestro hogares lo primero que hiciéramos al llegar a ellos era bañarnos y dejar el uniforme a remojar en cloro antes de lavarlo; incluso se nos dijo que era preferible cambiarnos aquí para evitar la posibilidad de ser fuente de contagio en el transporte público y en la calle. Ahora mismo ya está el tercer rebrote de la enfermedad y nos sentimos más confiadas para realizar nuestras actividades, ya estamos preparadas, ya no hay la alarma que cundió durante el primer brote, donde todo mundo estábamos sorprendidos y hasta desorientados, personal médico, enfermeras, intendencia, camilleros, dietología, pero ahora con lo que hemos aprendido y sabiendo el manejo de esta enfermedad ya estamos con mayor confianza para continuar. Sin duda alguna el mayor aprendizaje que hemos tenido de este brote epidemiológico es un mejor manejo de nuestros pacientes, entre los que hay derechohabientes y no derechohabientes procedentes de diversas zonas del Distrito Federal y de los municipio conurbados del Estado de México, principalmente la zona norte y la oriente, donde hay mayor concentración poblacional. Asimismo tenemos mayor experiencia en cuanto a las medidas preventivas, higiene, el aislamiento de pacientes, asimismo para orientar a los familiares de los pacientes en cuanto a las medidas preventivas en sus hogares y cómo manejar a sus posibles pacientes en los mismos, el tener utensilios aparte o de preferencia desechables y cómo empacarlos o deshacerse de ellos adecuadamente, la forma correcta de toser o estornudar, cubriéndose y utilizando pañuelos, no dejar pañuelos desechables ni mascarillas en la calle o a la intemperie. En fin, personalmente me siento satisfecha con el desempeño que tuve frente a esta enfermedad, y como hospital siento que el apoyo y la disposición de todos siempre estuvo presente, todos pusieron su granito de arena, desde los directivos hasta el más humilde de los trabajadores”.

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