Si algo caracteriza a Eduardo Espinosa Abuxapqui es su capacidad de gestionar recursos, su olfato político, la serenidad para realizar su trabajo, la resistencia a los golpes bajos y las campañas sucias, y la mano dura como alcalde de uno de los Municipios de Quintana Roo que terminó financieramente quebrado por las autoridades municipales salientes en septiembre del 2013. El Ayuntamiento capitalino de Othón P. Blanco no tenía condiciones ni capacidad para satisfacer ni los servicios públicos más básicos para la ciudadanía, para pagar a sus empleados, e incluso las arcas estaban tan vacías que tampoco había dinero para refacciones de su flota vehicular.