Estética y Salud NOVIEMBRE 2012 - Perder-peso

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relajado durante el tratamiento, pero puede responder a preguntas o al tacto. Los sedantes se pueden administrar por boca, por inhalación o por inyección antes, durante o después de los procedimientos dentales. En el caso de la anestesia general, los fármacos causan la pérdida temporal del conocimiento.

EFECTOS SOBRE EL FETO Cuando se trata de mujeres embarazadas, explica Otero Cardona, se debe diferir el tratamiento dental lo más posible. Pero en caso de que sea indispensable hacerlo antes del alumbramiento, el procedimiento se debe realizar durante el segundo trimestre del embarazo con drogas no teratogénicas, es decir, que no le hagan ningún daño al feto. Se debe evitar hacerlo durante el primer trimestre del embarazo porque es el período de la organogénesis (se forman el cuerpo, los miembros, la cabeza y todos los órganos internos del bebé). Aunque el tratamiento no dañará directamente al feto, se deben disminuir al mínimo los riesgos potenciales. Igualmente, durante el último trimestre de gestación se deben evitar las cirugías dentales, porque es muy incómodo para la paciente. Además, al colocar la espalda en la silla dental durante este período del embarazo, el útero puede aumentar la presión sobre la vena cava inferior produciendo hipotensión y dificultad para respirar en la madre. Por ende, si en última instancia el tratamiento debe ser

practicado en este período, se debe permitir que la paciente cambie de posición cada tres a siete minutos.

LOS RIESGOS Las complicaciones asociadas a la aplicación o inyección de un anestésico local son muy raras. Cuando suceden, las más comunes son reacciones alérgicas al anestésico o una depresión pasajera del sistema nervioso central, la cual está relacionada a la cantidad de anestésico que es inyectado. Mientras mayor sea la cantidad, es mayor el riesgo que el paciente sufra de mareos, sudoración, agitación, nerviosismo, náuseas, palpitaciones y hasta vómitos. Sin embargo, las complicaciones debido a la anestesia general suelen ser un poco más comprometedoras y son muy parecidas a las que pueden surgir en una cirugía de cualquier otra índole. Según Otero Cardona, puede haber complicacio-

nes de diferentes tipos como respiratorias (hipoxia, apnea, disnea y bronco-aspiración), circulatorias (taquicardia, hipotensión) y gastrointestinales (náuseas y vómitos). Los riesgos relacionados a la sedación son prácticamente nulos. Sin embargo, algunos pacientes han presentado náuseas, vómitos, o un intenso dolor de cabeza después de despertar del estado de relajación. Para evitarlas o reducir su incidencia, el odontólogo además de conocer la historia médica del paciente, debe contar con los equipos médicos (monitores, oxígeno, etcétera) e instrumentación necesaria, así como la presencia de un personal de salud altamente calificado para realizar este tipo de procedimientos. Es de suma importancia que el centro de salud tenga las condiciones higiénicas y operativas recomendadas para cualquier intervención odontológica.


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