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Bilbao verde
Una de las grandes apuestas del Bilbao Metropolitano ha sido en los últimos años la de dotar de valor paisajístico a la ciudad y a su entorno. El mantenimiento y creación de zonas verdes es una de las partidas más importantes de las arcas municipales. En Bilbao hay 22 parques, el más pequeño con una extensión superior a los 8.000 metros cuadrados. El mayor de ellos es el Parque Etxebarria con 186.000 metros cuadrados y el más antiguo el de Doña Casilda, con cerca de un centenar de años de antigüedad. A estos parques hay que sumar los jardines, plazas, zonas ajardinadas y taludes verdes urbanos hasta completar toda una trama verde repartida por todos los distritos de la ciudad. A todo ello, el área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao trabaja para acercar al ciudadano de la capital las más de mil hectáreas de zonas verdes en montes. “Es un lujo poder estar en casa, en Bilbao, y salir a dar un paseo por un parque forestal. Tenemos más de dieciocho áreas recreativas en montes, que ocupan hasta 140 hectáreas y hemos habilitado un camino de Gran Recorrido de más de setenta kilómetros”. Quien así habla es el concejal del departamento José Luis Sabas, orgulloso del cambio de gris a verde experimentado por la ciudad. 6
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La capital vizcaína cuenta con 22 parques urbanos, 40 áreas de disfrute y un anillo de itinerarios de más de 70 kilómetros.
En la última década la capital vizcaína ha pasado de 6 a 24 metros cuadrados de zonas verdes por habitante y, gracias a ello, la imagen de una ciudad de cemento se está cambiando poco a poco. “Esa etiqueta nos la estamos quitando gracias a nuestro trabajo. Tenemos a disposición del ciudadano 3.500.000 metros cuadrados de zonas verdes urbanas, repartidas entre los ocho distritos”, enfatiza Sabas. Otro de los grandes avances ha sido la creación de distintos itinerarios desde el propio centro de la Villa hasta los parques forestales que rodean Bilbao. Artxanda, Arraiz, Arnotegi, monte Avril o Pagasarri, son ejemplo de ellos. Todas estas mejoras verdes, sumadas al giro que ha dado la ciudad hacia la Ría, ha permitido que el visitante descubra un Bilbao mucho más acogedor y con una mejoría sustancial en la calidad de vida.