De Yare a Miraflores. El mismo subversivo

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José Vicente Rangel

Entrevistas al comandante Hugo Chávez Frías (1992-2012)

— Pero, ¿cómo asumes tú el tema militar? Tú, ¿como un militarista o como un ciudadano que vistió circunstancialmente el uniforme militar? — Nosotros asumimos. Hablo no solamente por mí, hablo por una concepción de una nueva generación a la cual pertenezco. Concebimos el tema militar como una necesaria confluencia entre grandes fuerzas potenciales, especialmente morales, que hay en las Fuerzas Armadas. Una confluencia con una realidad que necesita, como una esponja, la inyección de esa fuerza potencial. No puede ser que Venezuela, teniendo recursos humanos tan calificados, como están en las Fuerzas Armadas, no los vaya a utilizar en este momento de emergencia nacional. Los militares debemos ir definiendo, en conjunción con el país, los modos de intervenir en la realidad para transformarla.

las Fuerzas Armadas, en los grados más altos, especialmente. Y el resultado de esa evolución interna, de esa degradación mejor dicho, porque evolución no sería el término más adecuado. Tú recuerdas aquellos varios generales ex ministros de la Defensa que se fueron del país durante varios años por casos de corrupción.

— ¿En qué medida tocó la corrupción a las Fuerzas Armadas? ¿Cuál fue la reacción de las Fuerzas Armadas frente a la corrupción? —Desde los años más mozos que tuve en el Ejército, después del 75, cuando salimos de la Academia, comenzamos a olfatear los mecanismos de corrupción que iban introduciéndose en

— ¿Cómo percibe la mayor parte de la institución a esa gente? — Los rechaza. Por supuesto que ellos tenían y seguirán teniendo sus macollas de oficiales, un grupo pequeño que pierde el sentido patriótico de lo que es ser militar y se valen de esos pequeños grupos para cometer sus fechorías, sus hechos de corrupción. Pero la gran mayoría de los militares, especialmente de los grados de comandante hacia abajo, rechaza esa política, porque además hay una unión allí, que es la corrupción y el llamado prusianismo. Los corruptos militares fueron los que lanzaron durante años aquellos eslóganes: “El superior siempre tiene la razón, más aún cuando no la tiene”. Nosotros desde jovencitos comenzamos a luchar contra eso, que es ideológico. Es cercenar la capacidad creativa del hombre militar. “El subalterno tiene que bailar al son que le toquen”. Eso es del discurso de los corruptos militares que destruyeron la moral de las Fuerzas Armadas. Ahora, una generación que se vino en tropel, que llaman “Los Centauros”, un poco por la carga poética esa a la cual tú aducías, está aquí presente. Y no nos hemos ido del Ejército. Allí estamos. Hoy me despedí de dos oficiales subalternos en la Academia Militar que estaban de guardia y les dije, lo que les digo en este momento a todos mis compañeros militares: “Los buenos soldados nunca se van, se quedan confundidos en el viento”, decía un viejo poeta. Entonces, allí estamos presentes. Esa es una nueva generación, te

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— Ahora, ¿ese pensamiento es mayoritario o minoritario en el seno de la institución? — Estoy seguro que es mayoritario, y basta ver las manifestaciones de solidaridad de la gran mayoría de oficiales, especialmente en los rangos más bajos, en los grados más bajos de la pirámide, con nosotros, para que tú puedas apreciar. Eso es comprobable científicamente. Hay una encuesta que ordenó el general Ochoa a las Fuerzas Armadas y quedaron abismados, sobre la concepción del problema político venezolano que tienen las nuevas generaciones de militares venezolanos. Tengo una copia de la encuesta, incluso pudiéramos discutirla.


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