De Yare a Miraflores. El mismo subversivo

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José Vicente Rangel

Entrevistas al comandante Hugo Chávez Frías (1992-2012)

Sin embargo, tanto usted, doctor Rangel, como la gran mayoría de los compatriotas que nos están observando en estos momentos y nosotros estamos conscientes de que una situación tiene dos niveles de análisis, un nivel superficial, el nivel fenoménico, allí donde se observan los hechos, los fenómenos —valga la redundancia—, y un nivel genosituacional, en el cual existen las estructuras ocultas de la situación, y precisamente es allí, en ese nivel profundo, donde se gestan los verdaderos cambios de cualquier situación como la que actualmente vive el país nacional. Cualquier observador descuidado puede ser sorprendido por esta verdad, o para decirlo en buen llanero, cualquier bonguero descuidado, puede ser sorprendido por las corrientes escondidas del Arauca en estos tiempos de invierno, doctor Rangel.

degenerar en un conflicto de grandes proporciones parecido a aquel del siglo pasado, conocido en la historia como la Guerra Federal, pues no sería por voluntad del Movimiento Bolivariano y es buena la ocasión para aclararlo. Nosotros, los oficiales y suboficiales del Movimiento Bolivariano, no estamos de ninguna manera promoviendo una salida violenta. Hemos estado, sí, pendientes del acontecer diario de la situación nacional. El torrente de una situación violenta sería producto de la terquedad de esa clase política, del estilo de engaño con el cual se han venido manejando sus propios intereses a espaldas del clamor nacional. Ellos serían los verdaderos culpables de una situación de violencia expansiva, generalizada, como la que usted ha traído a colación en este diálogo tan interesante que estamos manteniendo. Ahora, nadie puede venir aquí a profetizar acerca de la forma de acción que se haría concreta en el panorama nacional. No podemos decir que sería una acción militar parecida o similar a la conducida por nosotros el 4 de febrero, o una acción popular parecida a la que se desarrolló en Caracas en los días 27 y 28 de febrero de 1989. Incluso por allí hay una expresión algebraica que se ha dejado correr, donde la sumatoria del 27F más el 4F, equivale a un 31F, para simbolizar una tercera opción, una tercera forma de salir de este juego trancado. Esta forma sería la combinación del elemento civil con el elemento militar para producir una insurrección cívico-militar.

— Admitamos que lo que usted dice es cierto; ¿está planteado acaso otro 4 de febrero para usted? — Un comentario, para traer acá el pensamiento universal del maestro Simón Rodríguez, cuando en su obra Luces y virtudes sociales, publicada conjuntamente con otra gran obra titulada Sociedades americanas, en el año 1840, en Valparaíso, el maestro señalaba que el curso natural de las cosas es un torrente que arrastra con lo que encuentra y vuelca lo que se le opone. Nosotros lo hemos dicho, al país nacional. Verdaderamente, si la clase política dirigente continúa aferrada a sus privilegios, si esta clase política no es capaz de comprender la evolución del proceso político venezolano, si se resiste tercamente —repito— a los cambios necesarios, será inevitable que la sociedad venezolana como un todo vuelva a utilizar el derecho a la rebelión consagrado en el artículo 250 de nuestra Constitución Nacional. Si el torrente robinsoniano produce esa situación, que pudiera perfectamente 38

— ¿No cree usted que incurre en un error al hacer conjeturas en torno a esa posibilidad? Los golpes de Estado no se anuncian. pienso que uno de los éxitos parciales del 4 de febrero fue que nadie estaba enterado de lo que iba a ocurrir. El factor sorpresa es muy importante en tales circunstancias. ¿Qué opina usted al respecto? 39


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