0091287001373819731

Page 14

C

2

14

OPINIÓN_

EL TIEMPO D o m i ng o 14 de julio de 2013

SUSU COMENTARIO COMENTARIO NOS NOS INTERESA: INTERESA: x x xoxpxixnxióxnx@eltiempo.com.ve @eltiempo.com.ve

< PUEDO DECIR ALGO >

El asilo como derecho JESÚS PEÑALVER DESDE CARACAS

L

a Constitución Nacional reconoce y garantiza los derechos de asilo y refugio, como principios reconocidos universalmente por los instrumentos internacionales de protección de derechos humanos. Así lo establece el artículo 69 Constitucional Existen dos clases de asilo: el diplomático o político, que surge cuando la persona que es perseguida, solicita protección ante una representación diplomática de un país diferente al que se encuentra, fundamentándose en la noción de extraterritorialidad de sus sedes, la cual constituye una excepción al principio según el cual, todas las personas que se encuentren en el territorio de un Estado se encuentran sometidas a su jurisdicción. Y el asilo territorial, que es aquella protección que un Estado presta, en su territorio. al acoger en el mismo, a determinadas personas que llegan a dicho Estado, perseguidas por motivos políticos, y cuya vida o libertad se encuentra en peligro en el Estado de procedencia. El caso de Nixon Moreno –harto conocido en el país- encuadró dentro de la primera noción, es decir, del asilo diplomático o político, y así lo asumió libremente la Santa Sede como Estado Vaticano, responsable y soberanamente, a través de su embajador en Venezuela, que no es otro que el Nuncio Apostólico, decano de todos los diplomáticos. Vista la institución del derecho de asilo, la soberanía del Estado Vaticano y los convenios respectivos firmados por Venezuela, resultó impertinente y demostrativo de ignorancia el pronunciamiento de la Asamblea Nacional de entonces -trocada en juez- que rechazó peregrinamente el asilo dado o reconocido por el Vaticano a Nixon Moreno, incluso, se atrevió torpemente a solicitar su rescisión o revocatoria. No conforme con tal desaguisado, la roja y sumisa AN aludida, solicitó al gobierno rojo rojito que revisase el convenio diplomático que mantiene la República con la Santa Sede. Viene a cuento el asunto en comentario, porque mucho se ha especulado con el caso del espía gringo Edward Joseph Snowden antiguo empleado de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), quien ha hecho públicos documentos clasificados como alto secreto sobre varios programas de NSA, y hoy se encuentra en un “limbo aeroportuario” en Rusia, en una suerte de tierra de nadie, y desde donde se dice ha pedido o le han ofrecido “asilo”. Al respecto diremos, más allá de las implicaciones políticas y del beneficio que ello pudiera conllevar para alguno de los países del nuevo mundo que se pelean tener a este sapo, que este no está en una representación diplomática venezolana en el exterior –en este caso- en Rusia. Y como es obvio, tampoco se halla en Venezuela. De modo que no procede, salvo mejor criterio, la figura del asilo como ha quedado descrito. Por cierto, oído el audio del inefable tarifado Mario Silva, espía querido también de La Habana, más que asilo, refugio o bendiciones, por todo cuanto pronunció desde sus cuerdas vocales ubicadas en su duodeno, lo mínimo que merece es ser investigado, así como el grupete de presuntos delincuentes que allí denuncia con tanta vehemencia, que parece incontrovertible.

< TIEMPOS MODERNOS >

Venezuela, ¿una cleptocracia?

L

a organización no gubernamental, “Transparencia Internacional”, que mide los crímenes corporativos y la corrupción política en el mundo, publicó recientemente el informe sobre los países más corruptos del planeta. La triste lista es encabezada por Sierra Leona, Liberia, Yemen, Kenia y Zimbabue. Países inmersos en dictaduras, guerras civiles, diferencias raciales y pobreza extrema. En Latinoamérica, la lideran Bolivia, México, Argentina y Venezuela; mientras que en Europa, destacan Grecia, Italia, Ucrania y Rusia como los países más corruptos. Que se mezclen los nombres de estos países tan diferentes entre sí, no tiene nada de raro, ya que todos, absolutamente todos, tienen algo en común. Y es que la corrupción no tiene nada que ver con la cantidad de población, ni con el nivel educativo alcanzado, y mucho menos con el número de veces que se anuncia una nueva lucha contra la corrupción. La corrupción está ligada al grado de independencia y

NOEL VALDERRAMA DESDE LECHERÍA

transparencia que tienen los poderes e instituciones del Estado. Todos los países de la lista tienen sus instituciones dependiendo de la decisión de uno o de un grupito; generalmente, de quien ejerce la Presidencia de la República y sus más cercanos colaboradores. Obviamente, la falta de independencia hace imposible el control sobre el Estado, lo que conlleva a impedir fugas de dinero, abuso de poder, violaciones a las leyes, etc. La cleptocracia es el sistema de gobierno donde el poder está basado en el robo de capital. Es decir, la cleptocracia tiene “institucionalizada” la corrupción. El nepotismo, el clientelismo, el fraude y el desfalco son delitos que quedan impunes porque todos los sectores del poder están totalmente corrompidos. Desde la justicia, pasando por los funcionarios públicos (policías, parlamentarios, gobernantes, etc.) hasta los empresarios, inversionistas y ciudada-

nos comunes. Todo el sistema político, económico y social convive entre la corrupción y la complicidad que los une. Un país que depende de lo que un jefe de Estado anuncie, es sinónimo de que la omnipresencia de este, volcará a la nación a dirigir su destino en función de lo que la idea de país del gobernante signifique. Todo se justificará en nombre de esa idea de país. Incluso, no importará más nada (ni siquiera las leyes), sólo importará lo que piense el líder. Lo peor, es que el país se acostumbre a obedecer y quienes forman parte de las cúpulas del poder, se hacen ricos. Mientras los corruptos tienen el poder, nadie se atreve a enfrentarlos porque la impunidad no sólo les favorece, sino que también pudieran terminar acusados de crímenes quienes denunciaron la corrupción. Al final, los ciudadanos lo verán como la única forma de vivir y hasta aceptarán, como parte de su existencia,

el corromper y ser corrompidos. Si se analizan los casos de Italia y Venezuela, es fácil reconocer que no son naciones que vienen de una guerra civil, luchas raciales, ni pobreza extrema. Son naciones que tienen todo para alcanzar el desarrollo, pero no terminan de llegar. Siempre consiguen “problemas” que evitan alcanzar ese nivel. La corrupción le cuesta a Italia, 60 mil millones de euros al año. En Venezuela, el ministro de Finanzas, Jorge Giordani, confesó que se perdieron, sólo por vía del Sitme, 25 mil millones de dólares, sin contar el dineral que se pierde en pagos a dólar paralelo y en “pagos” a fiscales para evitar cierres o multas. La preocupación que muestran estas líneas es la de reflexionar sobre el presente de nuestro país y preguntar si acaso será demasiado tarde para los venezolanos evitar la instauración de una cleptocracia o ya se forma parte de una nación sumida en la corrupción “institucionalizada”. valderrama.noel@ gmail.com

< FUEGOS COTIDIANOS >

Chávez, el verbo y la botica

E

l comandante Hugo Chávez Frías tuvo el don de la palabra. Es una bendición de Dios que no la da la escuela. Es el manejo preciso y encantatorio del verbo que algunos llaman carisma. Sus adversarios buscaron minimizar este atributo –craso error- comparando al líder bolivariano con “un predicador portorriqueño”. Otros lo llamaban “el locutor de Sabaneta”. Cuando vinieron a ver, la burla se les transformó en mueca. Los epítetos no eran suficientes para detener a este hombre ni para romper su empatía con el pueblo. El carisma, la creatividad y la imaginación se conjugaban para que toda frase suya, palabra o alusión, el pueblo se la apropiara de inmediato, la hiciera suya y la empleara como arma de ataque o defensa. Se han escrito libros que recogen sus frases. Se pudiera re-

EARLE HERRERA DESDE CARACAS

dactar un diccionario con el sentido o connotación que daba a cada palabra. Cierta derecha, aunque tarde, advirtió sobre este aspecto. Decidió estudiarlo para desarticularlo o neutralizarlo. Lo analizaron publicistas, semiólogos, historiadores, politólogos, analistas del discurso, gramáticos, lexicógrafos y lingüistas. Por lo general, para terminar decepcionados o deslumbrados. Algunos de estos expertos llegaron a creer que Hugo Chávez dominaba al país a través del lenguaje. La paranoica “sociedad civil” terminó por pensar que el “tirano”, como lo tildó la autollamada “Venezuela decente”, la tenía secuestrada por la palabra. Puro empiriocriticismo, diría Lenin. Alguien tenía que darle soporte científico a la

cosa, como exigía el maestro Mario Bunge. El diario El Universal encontró a un especialista, autor de un libro titulado La lengua de Chávez, y lo entrevistó (19/12/ 2009) para que le llevara luz y paz a la comarca. Se trata del linguísta Germán Flores. El experto acotó que “el mandatario ha convertido su idiolecto –rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo- en lenguaje oficial de Venezuela”. Advirtió Flores que “palabras como soberano, pueblo, socialismo, imperio, revolución, capitalismo o golpe de Estado, tienen un significado distinto en el idiolecto de Chávez, quien ha logrado imponer en el país el sentido que le da a esas expresiones”. El estudioso no se queda allí. Concluye con una afirmación, casi una sentencia,

que no sabemos si es lingüística, ideológica o ambas a la vez. De acuerdo con su investigación y análisis, “Chávez se apoderó del idioma y, en la medida en que él se apodera de la lengua, perdemos nuestra libertad”. Se da entonces una suerte de síndrome de Estocolmo semántico. El opresor verbal vendría a ser Chávez y los oprimidos –los de la “Venezuela decente”- terminarían seducidos por la palabra de quien los somete. Esto explica por qué a Capriles Radosnki le dio por imitar al presidente Chávez. No sólo en vida. Ahora lanzó un programa de televisión para llenar el vacío que dejó “Aló Presidente”. Para lograr su ansiado objetivo, al “presidente” Capriles, como se hace llamar, sólo le hacen falta dos cositas: el verbo de Hugo Chávez y su carisma. La botica de la esquina está abierta.

Editores Orientales, C.A., No se solidariza ni comparte las ideas, juicios y opiniones emitidas por los colaboradores de esta página a través de sus escritos. Es exclusiva responsabilidad de quienes los firman.

M

Y

K


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.