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La Revista Argentina
AGOSTO 2008
EDUCACION
Un mundo nuevo para los más chicos Por Adriana Spik
E
l inicio de la escolaridad de los más chiquitos viene acompañado de dudas, temores, marchas y contramarchas. Las preguntas giran en torno a cuándo, dónde, cómo y para qué. Es natural que surjan estos interrogantes, así como necesario y tranquilizador encontrar las respuestas. Podemos afirmar que hasta en la oferta educativa se han dado cambios significativos. Comenzaron llamándose guarderías, jardines maternales, más adelante jardines de infantes y hoy se nos presentan como pre escolares, o escuelas infantiles. Estos cambios de nombres no son azarosos ni caprichosos,
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Mario Mariné
sino que indican un cambio conceptual. Porque no se trata de “guardar chicos” o “cuidar chicos durante el día” (day cares) cual si fuesen objetos. Los chicos sienten, tienen necesidades e intereses y, aunque manifiesten características comunes (como todos los seres humanos), son diferentes entre sí, y por eso merecen mucho más que ser “guardados”. Es indudable que necesitan afecto y seguridad. Quizás de allí partió la idea de “maternal” en algunos países. Pero mamá y maestra son dos roles diferentes. Y el amor, a su vez, no es sólo privativo de las mujeres-madres-maestras. Lo es también de los hombres-padres-maestros, que cada vez más se animan a poner la ternura en palabras y gestos. Hoy al hablar de pre escolares o escuelas infantiles, se está queriendo poner el acento en el carácter sistemático, la intencionalidad pedagógica, aun para y desde los más pequeños. Un ámbito en que la propuesta esté fundamentada y sea gradual. ¿Qué es, concretamente, lo que ofrece el jardín de infantes (pre escolar) o escuela infantil? Veamos: Provee a los chicos de un grupo estable de pares-parejos. Este les permite ir consolidando vínculos, dar y recibir, hacerse un lugar, sentir la pertenencia. Estimula el crecimiento, la autonomía, el juego, los hábitos, la sociabilidad, los aprendizajes y la expresión en sus diferentes lenguajes: con la palabra, con el movimiento, la plástica, los sonidos, las dramatizaciones... Están aquellas instituciones cuya oferta de promesas resulta apabullante: idiomas, computación, deportes. Se deben buscar profesionales con experiencia y capacitados que le brinden respaldo a la educación de su pequeño/a. En los padres recae la responsabilidad de elegir lo más adecuado para sus hijos. ¿Qué priorizar entonces? ¿Un lugar cercano a su casa o su lugar de trabajo? ¿Qué reúna las condiciones de seguridad (protectores en puertas y ventanas, servicios de urgencias), las condiciones de higiene en baños y cocina? ¿La cantidad de alumnos por clase? ¿La cantidad de alumnos por maestro? También deberá tenerse en cuenta el proyecto pedagógico: ¿qué se prioriza, objetivos, actividades, relación con los padres, currículum, filosofía de la escuela…? Por lo demás, también aquí cuenta la intuición. Es decir, como se sienten los padres en ese lugar. ¿A gusto? ¿Les inspira confianza? ¿Se imaginan a su hijo/a allí? Entonces, adelante. La decisión ya está hecha. Bienvenidos al mundo de la escolaridad...©