Diario El Labrador de Melipilla - Miércoles 13 de Febrero de 2013

Page 3

O PI N I ÓN

miercoles 13 de FEBREro de 2013 / El Labrador

Nelson Retamales Tirado

Pablo Emilio Aunque no suelo ver televisión, la serie basada en la vida real de un narcotraficante colombiano me ha llamado tanto la atención que me he vuelto asiduo televidente. Aunque lejano en el tiempo y en el espacio, varias de las situaciones que allí se viven pueden encontrarse -evidentemente en menor medida y sin muertes- en nuestro país y porque no, en nuestras comunas. La intriga, la presión, el hostigamiento, la persecución, la generación de situaciones falsas –como inventarle el cobro de un cheque al ministro de justicia, después ajusticiado- y comprar personas para utilizarlas en sus fines –políticos, policías, empleados judiciales, entre otros- o alterar los registros contables para perjudicar a quienes tenían la obligación de ser transparentes en sus empleos, sobre todo de gobierno, hacen que, guardando las proporciones, encontremos visos de aquellas imágenes en nuestro suelo. Pero, el mal nunca paga bien y aunque sabemos en qué va a terminar la historia, siempre es sabroso conocer los detalles en una serie que, al parecer, se acerca mucho a la realidad. La gente es capaz de todo y cuando hay tanto dinero de por medio, ni le cuento lo peligrosa que es. Hay una frase que me impactó y que decía –más o menos porque no la recuerdo exactamente- que a un opositor le mataría a la señora (cónyuge), a sus hijos y a la abuela y si ésta estaba muerta, la desenterraba, la volvía a matar y la enterraba de nuevo. ¡Así de escalofriante! Pablo Emilio Escobar Gaviria se llamó el poderoso hombre del Cartel de Medellín y se jactaba de decir su nombre completo cada vez que debía presentarse. Tuve un compañero colombiano en el MBA que se vino a refugiar en los estudios a Chile y me contaba que el juez que le dio la razón a su padre en un juicio por término de arrendamiento de una discoteque en contra de un narco, murió de más de veinte balazos y, medio en broma, le decía que el magistrado murió de porfiado pues había sido amenazado con que si le ponía término al arriendo y consecuencialmente le quitaba la disco –centro de sus operaciones de tráficomataría al juez, cosa que cumplió y que hoy lo tienen pagando 25 años de cárcel, aunque con un buen pasar. ¡Poderoso señor es don dinero!. Bueno, muchas de las actitudes, de los pasajes que se viven en la serie televisiva, podemos encontrarlos disimulados en nuestra tierra, incluso en muestra política pero, claro está, no se llega al nivel de violencia que allí se observa. Y no estoy hablando de quienes se dedican al rubro en Chile –cuya ley de drogas es durísima- sino, de situaciones que en la vida diaria se viven. Para no ir más lejos, en las campañas electorales es usual que se contrate un grupo de choque que proteja la propaganda del candidato, protejan a quienes salen de noche a pegar propaganda y no pocas veces han terminado en enconadas luchas cuyos resultados no son tan feroces y que, como hombrecitos que son, no denuncian. Así como en la violencia intrafamiliar existe un tipo de violencia psicológica, en política también, y es feroz. No es inusual la amenaza “Te subes al carro del candidato ‘que te da de comer` o te quedas sin pega`”, o sea sin comida y como la necesidad tiene cara de hereje, muchos, con el dolor de su alma, ceden e hipotecan su dignidad. Claro, ser digno y altivo no tiene ninguna importancia cuando se deben alimentar hijos menores que no saben de estas cosas. Por nuestro entorno hay unos cuantos Pablo Emilio pero a no desesperar pues nunca habrá muertes o torturas porque, simplemente, nuestra idiosincrasia es distinta. Y lo más llamativo es que el millonario narcotraficante tenía una capacidad única de asegurar cosas que eran falsas y la gente le creía. Eso no es difícil de encontrar por estos lares. Las opiniones vertidas en las columnas de este medio son de exclusiva responsabilidad de cada columnista y no de la editorial del diario.

3

Manuel Hernandez Leiva CURIOSIDADES

VI PASAR …EL TREN Hola, mis queridas amigas y amigos de estas “Curiosidades”, como están pasándolo, re bien, puesto que este cortito mes de Febrero, llegó con ánimo de que gocen de este verano y que ya van quedando solo 15 días y... a la escuela.

se abastecían con leña de los bosque de San Francisco de El Monte. Si…de aquí de El Monte, cerca de Talagante. Porque todavía no había carbón de piedra, era por eso que estas máquinas se abastecían primitivamente con leña. Y como la tecnología fue avanzando y avanzando tanto que crearon las locomotoras petroleras, que comenzaron a pasar por nuestra estación por allá por los años 1960, pero que rabia me dio ver lo que quedó de la Estación. Unos pequeños muros y nada de la sala de cambios, solo cuatro paredes mudas y desoladas en medio de un gran basural. Como es posible, que imagen se llevaron esos veraneantes, que pagaron un dineral por hacer un paseo turístico y Melipilla los esperó con basurales. Claro está que nadie vio esto, antes, de lo contrario, se habría limpiado, pero ya, yo me pegue el trote pensando me iba a encontrar con melipillanos esperando la pasada, pero nada, solo algunas personas en Los Cruceros.

Y bien vamos a nuestras “Curiosidades”, y que curioso lo de la pasada del tren excursionista, pensé que ese día, iba a haber gran entusiasmo por verlo pasar, pero, nada. Creo faltó que salieran por las ¡lindas! Calles melipillanas y digo lindas, porque se ven hermosas, las veredas con ese color amarillo que nos lleva al recuerdo, con ese color como color de las páginas de nuestro antiguo diario El Labrador. Pero sigamos con la pasada del tren, que la, verdad faltó entusiasmar al público con una pequeña propaganda avisando la pasa de esta locomotora, que no echaba humito como las locomotoras antiguas a vapor y a propósito, ¿sabía Ud. mi amigo lector, que estas locomotoras en un principio no usaban carbón de piedra, para calentar el agua de las En realidad, ahora me doy cuenta por calderas? lo del Metro tren…es un gran gastadeNo señor, usaban leña y tal es así que ro…es mejor el tren.

Victor Córcoba Herrero / Escritor

ELEMENTOS ESENCIALES EN EL CORAZÓN DE LA VIDA La vida, que es una permanente sorpresa en un baúl inmenso de posibilidades, tiene unas partículas básicas que deberíamos cuidar más y mejor. Por otra parte, aquel que no la valora quizás tampoco se la merezca. El agua, el aire y el suelo, además de la luz y el calor que le suministra el sol, son partes vitales para nuestra subsistencia. Lo sabemos, pero a veces se nos olvida. No protegemos lo suficiente nuestro hábitat. Pensamos que somos inmortales y nos comportamos como auténticos leones en una jungla. Sin duda, debemos escuchar más a la naturaleza y dominar nuestros instintos, que para nada favorecen la vida en la tierra. El respeto por el medio ambiente, la contemplación hacia ese entorno, es un valor que contribuye a una vida de equilibrio y sobriedad, algo que se ha perdido en los momentos actuales. Ahí están los diferentes fenómenos de degradación ambiental, recordándonos la necesidad de recuperar estos elementos esenciales para el corazón de nuestra propia existencia. Ha llegado el momento de formar una conciencia cooperante, que no debe ser obstaculizada, sino todo lo contrario, debe ser favorecida para que puedan desarrollarse otras maneras de vida más acordes y respetuosas con el propio corazón. La disminución gradual de la capa de ozono y el consecuente “efecto invernadero” han alcanzado ya dimensiones críticas debido a la creciente difusión de las industrias, de las grandes concentraciones urbanas y del consumo energético. Cada día es más frecuente ver a personas taparse la boca con mascarillas o pañuelos para protegerse del polvo y la contaminación atmosférica. Los mantos de neblina que se forman en diversas ciudades del mundo (Teherán, México, Shanghai o Bangkok, Pekin, Nueva Delhi...) son cada vez más tóxicas. Más del 80% de los europeos están expuestos a niveles de partículas en suspensión en el aire por encima de lo marcado en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, lo que resta 8,6 meses de vida a cada persona, según la Comisión Europea. Estos datos son fruto de nuestro comportamiento

contaminante. Jamás los intereses económicos deben anteponerse al bien de cada ciudadano. Es el respeto a estos elementos esenciales los que nos engrandecen la vida, más allá de cualquier línea de progreso. Lo importante es no modificar el orden interior de la cosas, dejar intacto la visión de un universo armónico, someterse a lo que somos, a ese camino hacia sí mismo, junto a los demás, deseosos de ver esa belleza profunda que es la autenticidad. Las personas, como los pueblos, deben mostrarse cada vez más solidarios en promover el desarrollo de un ambiente natural saludable. Nuestro estilo de vida permanece indiferente a los daños que se causan. Hay un desinterés por los semejantes, por el planeta, un tejido de hábitos marcados por la crueldad, que confunden y enmarañan lo que está bien y lo que es auténticamente bueno. Con estas actitudes mortíferas, propias de un sistema devorador de transparencias, resulta complicado cambiar modos y maneras en cuanto a nuestro proceder. Ya está bien de que una parte de la humanidad actúe sin pensar, mientras otra adoctrinada piense sin actuar. En cualquier caso, uno tiene que ser, y ser persona, con lo que este término conlleva de atención y de cuidado. Es importante acentuar el papel del hábitat, revela el auténtico ser que llevamos dentro. Ciertamente, el ser humano está profundamente marcado por su medio, es decir, por sus elementos esenciales, que es lo que realmente le injerta vida. Por consiguiente, a mi manera de ver, nos invade una exigencia moral de cuidar la naturaleza. Tenemos que dejar de ser obreros de mal gusto y retornar a las raíces de la poesía, donde la vida somos todos y todos somos uno mismo. No es cuestión de seguir con las luchas del medio ambiente contra el desarrollo, ni la ecología contra la economía, sino más bien de dar luz al trabajo hecho con la visión de la belleza humana, naturalmente el primer peldaño para la comprensión de las cosas que son curativas para el corazón de las gentes y de la vida.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.