Leccion de Escuela Sabática 2012 (1)

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¿CUESTIÓN DE OPINIÓN? Mateo 16:13

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ivimos en una era dominada por toda clase de encuestas de opinión pública. La multitud influye en la toma de decisiones, y hasta cierto punto es bueno. Los sondeos pueden informarnos sobre las experiencias de la gente con determinados productos, y esto nos ayuda a comprar mejor. Mientras que la información recogida es una cuestión de opinión personal, puede servir para determinar qué decidir en diversas cuestiones. Sin embargo, en lo que respecta a la pregunta más importante para toda la eternidad, una encuesta de opinión pública no puede darnos la respuesta, sino que debemos responder en forma personal. La pregunta del texto de hoy planteada por Jesús tuvo varias respuestas, todas se complementaban, pero ninguna era la adecuada. Por esta razón, el Señor después inquirió: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro tuvo la contestación correcta: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». La opinión pública puede ser útil para responder a ciertos interrogantes, pero no a la pregunta esencial que definirá tu eternidad: ¿Quién dices tú que es Jesús? Si concuerdas con las Escrituras y pones tu fe en Cristo, tendrás vida eterna. Bill Crowder- RBC

DIOS, LA ÚNICA ESPERANZA Romanos 8:24-25

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n su libro “El puente sobre el Río Kwai”, Ernest Gordon escribió sobre sus años como prisionero de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. Este hombre, de alrededor de 1,90 metros de altura padeció

malaria, difteria, fiebre tifoidea, beriberi, disentería y úlceras tropicales. Además, el trabajo forzado y la escasez de comida lo hicieron adelgazar rápidamente, hasta llegar a pesar menos de 45 kilos. La mugre del hospital de la prisión impulsó al desesperado Ernest a pedir que lo trasladaran a un lugar más limpio: la morgue. Acostado en la suciedad de la casa de la muerte, esperaba morir. Sin embargo, todos los días, un compañero de prisión le lavaba las heridas y le insistía para que comiera parte de sus raciones. Mientras el tranquilo y sencillo Dusty Miller atendía a Ernest hasta que este recuperó la salud, le hablaba al agnóstico escocés sobre su fe en Dios y le mostró que, aun en medio del sufrimiento, hay esperanza. La esperanza de la que leemos en las Escrituras no es un optimismo vacío y endeble, sino una expectativa firme y segura de que Dios hará lo que prometió. La tribulación suele ser el catalizador que produce constancia, temple y, finalmente, esperanza. Hace más de 70 años, en un brutal campo de prisioneros de guerra, Ernest Gordon aprendió, por experiencia, esta verdad, y dijo: «La fe aumenta cuando la única esperanza que queda es Dios.» Cindy Kasper – RBC

ENFRENTAR EL MIEDO Jueces 6:12

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na madre le pidió a su hijo de cinco años que fuera a la despensa a buscar una lata de sopa de tomate, pero él se negó y protestó, diciendo: «Está oscuro». La mamá le aseguró a Juancito: «Está bien. No tengas miedo. Jesús está ahí». Entonces, el niño abrió la puerta lentamente y viendo la oscuridad, gritó: «Jesús, ¿podrías alcanzarme una lata de sopa de tomate?». Esta historia nos recuerda a Gedeón. El Señor se le apareció y lo llamó «varón esforzado y valiente», y después le dijo que librara a Israel de la mano de Madián (v. 14). Pero su respuesta temerosa fue: «He aquí que mi 157

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de Jesús, debemos escuchar lo que Él quiere que sepamos y, después, utilizar esa información para guiar a otros para que también sean amigos suyos. Julie Ackerman – RBC


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