Lupus in Fabula 2

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Confesiones

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Mundos Bizarros

“Primero fue la gravedad, luego el ácido que royó mi piel, por último, la lucha de mi mente y mi cuerpo por sobrevivir. El dolor no fue inmediato, solo cuando conseguí arrastrarme fuera de la tina me asaltó como un perro rabioso que tratase de arrancarme la vida y la piel. Pero no se la llevó, no, mi agonía duró días y sigue ahí, como un gusano que se arrastra bajo la capa superficial de la piel, alimentándose de mis células, viejo amigo.” Jocker levanta los ojos y mira a su confidente, que le observa desde el otro lado de la habitación colgado por unas cadenas de las muñecas. Apoya sus manos en las rodillas, en ese momento triunfal en que su mejor amigo y su peor enemigo, cuelgan de la misma soga, mientras su mente se debate en centenares de maneras de torturar al héroe. “Y todo ahora me parece gracioso, ¡irónica la vida, irónico el destino! ¡YO! ¡Que de pequeño odiaba los payasos! Los temía…. Ahora me hacen gracia, ahora son parte de mi vida, al igual que tú pequeño héroe enmascarado. Siempre en la oscuridad, tú que dices servir a la justicia en esta sucia ciudad condenada que forma parte de un mundo consumido por el cáncer”. Se ha levantado y mientras pronuncia su discurso lo mira largamente, como si una parte de sí mismo odiara lo que está haciendo. “Me río de tu justicia divina, fuera de Gotham los banqueros se enriquecen a costa de los que tú defiendes, los políticos reciben con las manos abiertas dinero de subvenciones públicas y los policías cargan contra chavales que intentan defender sus derechos. ¿Y yo soy el loco? Si quieres hablamos de quiénes pasan hambre y se mueren, si quieres hablamos de los ricos de esta ciudad que podrían alimentar a todas esas aldeas.” Se ha detenido frente a él, lo mira a los ojos, quizás buscando algo de vergüenza en el rostro que la máscara oculta. Apoya la mano enguantada en su hombro mientras su mano pasa por el cabello sucio y enmarañado que enmarca un rostro pálido, enfermizo, con una sonrisa quebradiza pero amplia que contrasta con las duras palabras que ha pronunciado. “Nos estamos haciendo viejos, Batman, mientras jugamos al ratón y al gato. La muerte no vino a buscarme, me encontró la locura que me acompaña y que solo me deja unos momentos de respiro, ¿o quizás es la misma demencia la que ahora pronuncia estas palabras por medio de mis labios? Mira esta carta del Tarot, el loco, que se lanza al abismo con alegría como si supiese que allí le espera el mismísimo paraíso. ¿Y si es verdad? ¿Te lo has preguntado alguna vez? La risa que sale de sus labios hace estremecer al justiciero: fría, carente de alegría, llena de amargura e ironía. La carta cae de sus dedos y se deshace en el ácido de la tina que espera con los brazos abiertos la caída del murciélago. “Piensa en ello mientras estás ahí dentro, mientras tus terminaciones nerviosas mueren, mientras tus labios se van torciendo en una mueca que jamás desaparecerá de tu rostro, que te acompañará como si fuera tu amante pero con la amargura del limón. ¡Míralo por el lado bueno! ¡Jamás dejarás de sonreír! ¡Medítalo profundamente! ¡Juntos podríamos Gotham y el mundo entero! Podríamos controlar todo lo que no nos gustara. Jocker se ha alejado unos metros, le ha dado la espalda,

vuelve a reír y niega con la cabeza. “No, olvida eso… el mundo es mío, ¡MÍO!” Coge aire, cierra los ojos, tiene los brazos extendidos a los lados y la cabeza echada hacia atrás. Comienza a entonar una canción, con la voz rota por las cuerdas vocales deformadas. Lentamente comienza a moverse, mientras su mano derecha forma un círculo indicando a sus compinches que muevan la manivela que desate el destino sobre el héroe. Mientras el payaso canta, la polea comienza a girar entre chirridos ensordecedores y el héroe se retuerce tratando de librarse de sus cadenas. Los pasos de él son elegantes, acompañados de esa magnificencia propia de los grandes reyes. Baila con una pareja invisible al son de la música que sale de sus labios, ignorante o quizás no, de la sombra que se mueve por el techo y que podría desbaratar sus planes. “Te echaré de menos, amigo mío, aunque quizás debería decir, hasta nuestro próximo encuentro…”. Una nube de gas lo envuelve, cuando el comisario encuentra a Batman, una mueca grotesca embrutece el rostro del justiciero. Puede detener a duras penas la caída, justo cuando las botas rozan el ácido. Lo llama por su nombre, trata de devolverle la conciencia y piensa en todo lo que han compartido juntos. Suspira cuando el héroe retoma el aliento perdido y abre los ojos a la luz. Tiene mucho que pensar… demasiado.

Andrea Peña. Escogi jocker por su carisma, creo que es un villano muy completo y complejo psicologicamente hablando. He intentado reflejar eso en el escrito. Espero que os guste.

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