Guía Travel Pills

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Autores: Bibiana Cristina Bruna Ricart Davi Carneiro Jovana Kostic Laura Carreras Miguel Lagoma V창nia Barreto


1% olor a CURRY marroquí, 5% curtidores de CUERO en

FEZ, 3% TÉ a la menta, 4% REGATEO

en los zocos,

2% MEZQUITAS llamando a la ORACIÓN, 5% arena del DESIERTO en los zapatos, 4% sonido de tambores

BEREBERS, 3% palacios ÁRABES forrados de azulejos,

5% GATOS, 3% SARDINAS a la brasa en Essaouira, 1%

BABUCHAS con fragancia a CAMELLO, 4% callejuelas

laberínticas en las MEDINAS, 0% PERROS, 2% encantadores de SERPIENTES en

MARRAKECH,

2% ruinas

romanas en VOLUBILIS, 1% PASTELES de colores hechos con miel, 4% MÚSICA tradicional en las plazas, 3% NIÑOS

jugando en la calle, 1% bosque de CEDROS centenarios, 2%

montañas nevadas del ATLAS, 5% carne de CORDERO con

ciruelas, 2% cambio equivocado en DIRHAMS, 4% lámparas

de HIERRO forjado, 2% aceite de ARGÁN, 5% BURROS tirando de carros en

MEKNÈS,

3% murallas hechas

con ADOBE, 1% OLIVAS condimentadas con ESPECIAS, 1% cacareo de GAVIOTAS en

RABAT,

2% cuentos y

LEYENDAS en la plaza Jemaa el Fna, 3% días de ayuno durante el RAMADÁN, 5% PUERTAS de entrada a la

antigua ciudad, 1% CERÁMICA pintada a mano, 3% tatuajes

sinuosos de HENNA, 3% zumo marca POMMES, 1% TAXIS

colectivos y MOTOS a pedales, 5% HOSPITALIDAD Marroquí… ¡Así es una guía TRAVEL

PILLS!



E

n tus manos tienes una guía Travel Pills que recoge una ruta por las cuatro Ciudades Imperiales de Marruecos -Fez, Meknès, Rabat y Marrakech-, inspirada y organizada a través de los cinco sentidos. En una sociedad movida por la tecnología y los medios de comunicación, casi nos hemos olvidado de sentir. Automatizados por las imágenes y los sonidos que salen de las pantallas, la realidad urbana no nos permite prestar atención a los demás sentidos humanos. Pero, a la hora de viajar, se te despiertan todos los sentidos y te conviertes en un animal sensitivo. En esta guía encontrarás información útil para el viaje a las Ciudades Imperiales de Marruecos, pero ordenada según los sentidos. Además, está pensada para viajeros low-cost, que viajan con un presupuesto ajustado y tiempo limitado. Cinco días por ciudad a un bajo coste. Al ojear la guía encontrarás la VISTA, con monumentos de visita obligatoria y otros sitios de interés sobre cada ciudad; el GUSTO, con los platos tradicionales de Marruecos y los restaurantes donde los puedes encontrar; el TACTO, con artesanías autóctonas y tradiciones donde este sentido es el protagonista; el OLFATO, con escapadas, excursiones y parques para experimentar la naturaleza local; y el OÍDO, con costumbres, leyendas y sonidos propios del país. Te invitamos a un viaje sensorial, ¿te apuntas? ¡Nunca subestimes el poder de una Travel Pill!



ÍNDICE Top 5 Ciudades Imperiales

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Antes de viajar

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Fez .

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Meknès

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Rabat .

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Marrakech .

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Durante el viaje .

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Consejos Generales

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Cuaderno de Bitácora .

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Tu cuaderno

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TOP 5

CIUDADES IMPERIALES Vista:

Rabat - Kasbah des Oudayas

Gusto:

Meknès - Té con menta

Tacto:

Rabat - Ebanistas

Olfato:

Fez - Curtidurías

Oído:

Marrakech - Hospitalidad Marroquí

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Antes de viajar Geografía

Marruecos se ubica en el extremo Noroeste del continente africano. Apenas 20 km separan Marruecos de Europa, por medio del Estrecho de Gibraltar. La superficie del país es de 446.550 km2, y 710.850 km2 si se incluye el territorio del Sahara. Está delimitado por el mar Mediterráneo en el norte y por el océano Atlántico en el oeste. Las fronteras terrestres están delimitadas por Argelia en el este y Mauritania en el sur.

Cómo vestirse

Elegir la ropa que llevar y ponerse en Marruecos depende de la zona y de la época del año en la que viajes. Algo que no debe olvidarse es la protección contra el sol: sombreros, gafas o pañuelos. El calzado cómodo es fundamental en un país donde no todas las calles están asfaltadas.

Clima

Si vas a Marruecos no puedes permitir que te sorprenda el tiempo. Es un país muy diverso en su clima por el hecho de la diversidad de su paisaje. Tiene costa, montañas y desierto y el clima cambia de un lado al otro. En las ciudades costeras, por ejemplo, los inviernos son muy suaves y los veranos, calientes. La temperatura varía desde 12ºC en invierno hasta 25ºC en verano. Hacia el interior, los inviernos son más fríos (la temperatura puede bajar hasta -20 ºC), y los veranos, más calurosos (la temperatura puede sobrepasar 40°C). En los picos de las montañas, durante la mayor parte del año, las temperaturas son inferiores a -17 ºC y la nieve se queda mucho tiempo. La mayoría de las precipitaciones caen entre el norte del país y el Atlas Medio. Te aconsejamos llevar ropa ligera de algodón en verano y cubrirte la cabeza para protegerte del sol. En invierno, en la parte montañosa, hay que ponerse ropa de más abrigo y en la costa sería bueno si llevaras un impermeable. Y claro, si eres una mujer, no olvides vestirte con precaución para no ofender a los musulmanes con las faldas o vestidos cortos.

Oficinas de Turismo Rabat Esquina de Rue Oued El Makhazine con Rue Zalaga-BP Tel: +212 537 673 918 Fez Immeuble Bennani, Place de la Résistance, Boulevard Moulay Yousef Tel: +212 535 623 460 Meknès Place Administrative, 127, Ville Nouvelle Tel: +212 535 526 022 Marrakech Boulevard Mohamed V, 176, Ciudad Nuevs (Guéliz) Tel: +212 524 430 886 10

Hay que tener muy en cuenta a cuál de las Ciudades Imperiales viajarás, si te adentrarás en el desierto o si irás a la costa. En las ciudades del interior, como Fez y Meknès, es recomendable llevar ropa fresca, aunque la manga larga es importante para evitar la exposición prolongada al sol. En invierno no es necesaria ropa de abrigo fuerte, pero una chaqueta es básica al caer la tarde y en las primeras horas del día. En Marrakech el calor es más asfixiante en verano debido a los vientos del Sahara, por lo que hay que tener aún más cuidado con la protección solar. Si decides ir al desierto, debes llevar también ropa de abrigo. Lo mismo es aplicable a la costa, como en Rabat, con temperaturas más suaves durante el día y más frescas por las noches. Es fundamental el respeto hacia los lugareños a la hora de vestir, sobre todo si eres mujer y si visitas lugares sagrados.

Salud en Marruecos

Marruecos no presenta peligro para la salud: existen las mismas enfermedades que en Europa. Los consejos de salud son de sentido común. No hay vacunas obligatorias para viajar a este país, aunque se recomienda aplicar la vacuna contra la tuberculosis. Es conveniente, igual como en cualquier otro viaje, la inoculación contra el tétanos. En las ciudades imperiales existen clínicas privadas o estatales donde se contará, generalmente, con buenas condiciones. Las farmacias están, generalmente, bien atendidas. Abren en un amplio horario y cumplen guardias nocturnas rotativas. El agua en Marruecos es potable, aunque es


aconsejable beber agua embotellada. En cualquier tienda de venta al público puede conseguirse una botella de 1 ½ litros por alrededor de 8 DH. Es siempre recomendable lavar bien las frutas y verduras; evitar baños y salpicaduras en agua estancada; protegerse del sol de Marruecos, especialmente en zonas áridas o desérticas de temperatura elevada. El factor que más aqueja a los viajantes es la deshidratación. Es conveniente ingerir al menos dos litros de agua por día. En los viajes por zonas montañosas o desérticas, es recomendable usar calzado alto, como precaución para evitar picaduras de serpientes o escorpiones, aunque no es algo que ocurra habitualmente. Recuerda que en Marruecos algunas farmacias en vez de tener la cruz tienen como símbolo una luna y que el teléfono de servicios de emergencia es el 177. Así que, lo dicho, tranquilidad, y a disfrutar de este maravilloso país.

Festivales Marrakech Marzo, del 17 al 24 Rallye Maroc Classic Tema: deporte Mayo Caftán de Marruecos Tema: arte y cultura Junio, del 20 al 24 Festival de las artes populares Tema: arte y cultura

Meknès Mayo y Junio FICAM, Festival International de Cine de animación Tema: cine Rabat Mayo Festival Mawazine – Ritmos del Mundo Tema: arte y cultura Casablanca

Noviembre y Diciembre (del 30/11 al 08/12) Festival Internacional de Cine de Marrakech Tema: cine

Mayo El Festival del Bulevar de los jóvenes músicos Tema: arte y cultura

Fez

Essaouira

Junio (del 8 al 16) Julio (del 20 al 23) Festival de Fez de músicas sa- Festival Gnaoua y Músicas del gradas del mundo Mundo Tema: arte y cultura Tema: arte y cultura

Idioma

El árabe es la lengua que predomina en Marruecos, aunque la mayoría de personas dominan también el francés y, en los lugares más turísticos, se habla español. Existen algunas diferencias entre el idioma que se habla en la calle, el árabe dialectal y el berebere, y el de las administraciones y los medios de

Instituciones españolas en Marruecos Embajada de España en Rabat: Rue Ain Khalouya, Rte. des Zaers, Km 5, 3 Suissi Tel: +212 (0) 537 633 900 e-mail: emb.rabat@maec.es Consulado de España en Rabat: Av. Ennassar, 1 Tel: +212 (0) 537 687 470 e-mail: cog.rabat@maec.es comunicación, donde se utiliza el árabe clásico.

Días Festivos

Las fiestas musulmanas siguen el calendario lunar. Los días festivos son los siguientes: · Fatih muharram (1º de Muharram), primer día del año musulmán. · Ashura, el 10 de Muharram. · Aid al-Mawlid, fiesta del nacimiento de Mahoma, el 12 de Rabi’ al-Awwal (tercer mes). · La noche del destino (Lailat al-Qadr), el 26 de Ramadán. · La fiesta del fin del Ramadán (Aid al-Fitr), la madrugada del último día del mes e inicio del Shawal (décimo mes). · Aid al-Adha, la fiesta del sacrificio o del cordero, el 10 de Du-l-Hiyya (último mes). Además de las fiestas religiosas, en Marruecos hay fechas fijas en nuestro calendario marcadas generalmente por acontecimientos sociopolíticos: · 1 de enero: día del año nuevo cristiano. · 11 de enero: Manifiesto de la Independencia, que conmemora la presentación de este documento en 1944. · 1 de mayo: Día del trabajo · 30 de julio: Fiesta del Trono en recuerdo de la coronación de Mohammed VI. Una de las fiestas civiles principales en todo el país. · 14 de agosto: Fiesta de la Lealtad (Oued Eddahab). Conmemoración de la toma del río de Oro. · 20 de agosto: Fiesta de la revolución del Rey y del Pueblo. · 21 de agosto: Fiesta de la Juventud, que sirve también para recordar la fecha del nacimiento de Mo-

Breve vocabulario útil

Sí: Naam / Oukha No: Lá Gracias: Shukran De acuerdo: Muwáfiq / Ouakha Por favor: Min fadlik / Aafek

Buenos días: Sebah el kheir Buenas noches: Msa el kheir Adiós: Be-Slama Hasta luego: Ilál-liqá/Beslama

Perdón: Ismahlí No entiendo: Lá afhham Estoy bien: Labès Cuidado: Chouf 11


hammed VI en 1963. · 6 de noviembre: Aniversario de la Marcha verde, que arrancó este día en 1975. · 18 de noviembre: Fiesta de la Independencia, día en que Mohammed V proclamó oficialmente la independencia lograda en 1956.

Moneda

La unidad monetaria nacional de Marruecos es el dírham (DH), que se divide en cien céntimos. Un euro equivale a 11 dírhams aproximadamente. Es importante saber dónde cambiar dinero y cuáles son las formas de pago en cualquier país extranjero al que viajes. En el caso de Marruecos, no está permitido importar ni exportar moneda marroquí, así que lo mejor es entrar con divisas extranjeras y cambiarlas por dírhams allí. Hay oficinas de cambio en los aeropuertos, en algunos hoteles y en los bancos. Cuando termines el viaje, recuerda cambiar los dírhams a tu moneda antes de abandonar Marruecos. También puedes sacar dinero en un cajero con tu tarjeta de crédito. En la mayoría de ciudades lo podrás hacer sin problema, y es mejor disponer de efectivo para

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las compras del día a día. Pero no debes olvidar las comisiones que puede cobrarte la entidad bancaria.

Transportes Autobús: Marruecos cuenta con una red de autobuses nacionales que conecta las principales ciudades. La CTM, con sede en Casablanca (www.ctm.co.ma), opera conexiones diarias a Marrakech, Rabat y Fez. Además la Supratours efectúa viajes para ampliar la red de trenes. Viajar en autobús es económico teniendo en cuenta las distancias que se recogen. Es común cobrar el equipaje a parte del precio del billete de autobús. Tren: La red nacional de trenes a cargo de la ONCF (www. oncf.ma) ofrece dos líneas de transporte de pasajeros: la línea de Tánger, en el norte, hasta Marrakech, y la línea de Oujda, en el noreste, también a Marrakech. Existen dos tarifas distintas y la más económica es bastante aceptable.


Alojamiento

En Marruecos la oferta hotelera es amplia, así que hay donde elegir. Puedes dormir en hoteles lujosos y en pensiones baratas, pero te proponemos que busques los hoteles, albergues y riads recomendados en el interior de la guía Travel Pills, donde encontrarás buena relación calidad-precio y personas amables que te recibirán. La hospitalidad marroquí se siente en el trato acogedor al recibir a los turistas, tanto en albergues como en casas de huéspedes. Alojarse en un riad consiste en una casa tradicional reconvertida en residencia, que ofrece alojamiento en un ambiente auténticamente marroquí.

Horarios

Marruecos está en el huso horario de Greenwich por lo que no se hace cambio de hora en primavera y otoño. En relación a España, en Marruecos es una hora menos en invierno, y dos horas menos en verano. El horario comercial en Marruecos varía de las 9 de la mañana a las 9 de la noche. Los viernes suelen ser días de descanso, pero muchas tiendas siguen abiertas. Teléfonos y Correos En Marruecos hay cabinas telefónicas en cualquier rincón, locutorios y la mayoría de compañías de telefonía móvil tienen red propia, así que no tendrás problemas para comunicarte. De todos modos, es recomendable no hacer llamadas con el móvil español en territorio marroquí porque resulta bastante caro, y puedes comprar tarjetas telefónicas de prepago para realizar las llamadas. Sin duda, la mejor opción es encontrar un cibercafé para acceder a Internet por un coste muy bajo, y puedes realizar llamadas con Skype. Para mandar cartas y paquetes hay oficinas de correos en casi todas las ciudades de Marruecos, y en las Ciudades Imperiales por supuesto que también. Para mandar una postal, puedes comprar sellos en los quioscos, estancos y algunos hoteles.

Teléfonos de interés Prefijo del país: +212 · Teléfono Policía en ciudades de ámbito nacional : 19 · Teléfono en caso de Incendio : 15 · Teléfono de Información: 160 · Asistencia en Carretera: 177 · SOS Médecins: +212 024 404 040 · Urgencias Medicas: +212 024 433 030



Fez Enclavada entre las montañas del Alto Atlas, Fez se muestra como el centro neurálgico de la artesanía de Marruecos. Su medina aún conserva los atractivos de la antigua ciudad medieval y encierra un auténtico museo viviente de colores y olores intensos.



TOP 5 FEZ 1.Vista:

Fez panorámico

2.Gusto:

Tagine de cordero, ciruelas y cebolla

3.Tacto:

Tocar las puertas del Palacio Real

4.Olfato:

El olor de las curtidurías

5.Oído:

Balak! Balak! 17



Vista Fez panorámico

D

esde las numerosas terrazas, se puede disfrutar de la vista panorámica sobre Fez y sus alrededores. Recomendamos con fervor que subas a alguno de los puntos elevados de la ciudad para ver el laberinto de calles, callejones y callejuelas de apetito voraz, que engullen a todo aquél que cruza por Bab Boujloud, su principal puerta. Merece la pena la visión de la ciudad extendida a lo largo del valle, con los tejados de las mezquitas sobre la masa de color gris. Para tener una buena vista panorámica de toda la ciudad recomendamos ascender hasta la Fortaleza Norte. Si prefieres observar la multitud de personas por el centenar de calles, sugerimos terrazas como la del Hotel Cascade, la del restaurante La Kabash o la del restaurante Nejjarine. Pero existen muchas otras opciones: elige una de ellas, tómate un té, relájate y disfruta el momento. Seguro que no te arrepientes.

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Vista La Universidad El Qaraouyin Está considerada como una de las universidades más antiguas del mundo, ya que fue fundada en el año 859, es decir, mucho antes que la de Bolonia, la Sorbonne o la de Oxford. Su origen se debe a las hermanas Al-Fihri, Fátima y Mariam. Tras heredar una gran cantidad de dinero de su padre, las jóvenes se comprometieron a dedicar toda su herencia en beneficio de su comunidad. Mariam encabezó la construcción de la Gran Mezquita de AlAndalus y Fátima la de la universidad que, en este momento era conocida como un destacado centro espiritual y educacional del mundo musulmán. Se estudiaban diferentes disciplinas: medicina, retórica, lógica, astronomía, química, historia o música. Es considerada la institución universitaria más antigua todavía en funcionamiento por el Libro Guiness de los récords.

Foundouk Nejjarine, museo de la madera Ubicado en la plaza Nejjarine, famosa por reunir los artesanos de la madera, este edificio era un antiguo lugar de comercio de artículos preciosos. Construido en del siglo XVIII, tras su restauración se convirtió en el museo de la madera. Los objetos de madera están expuestos en tres pisos y distribuidos por diversas temáticas, como elementos arquitectónicos, instrumentos musicales, objetos litúrgicos y otros. Merece la pena visitarlo tanto por los artículos expuestos, como por el edificio en sí. Cabe destacar también su agradable salón de té situado en la terraza, el cual tiene una vista impresionante sobre los tejados de la medina.

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Vista Puerta Boujloud Punto de entrada principal de la mágica medina de Fez, así como a sus actividades más pintorescas. Esta enorme puerta, construida en el siglo XII y restaurada a principios del siglo pasado, se compone de un arco de fachadas recubiertas con zelliges pinados con los colores de la ciudad, el azul y el verde. Desde aquí parten dos de las principales arterias de la medina: las calles Talâa Kbira y Talâa Sghir. Cruzarla hace que el viajero se transporte a otro mundo, como hacer un viaje en el tiempo. Esta entrada hacia la medina poco cambió con el paso de los siglos.

Las colores de la medina Perderse en la medina es uno de los placeres más interesantes y pintorescos que te puede suceder. Allí podrás descubrir los muchos secretos y colores de Fez el Bali. La gente, siempre ataviada con ropas de vivísimo tonos, es por sí misma un espectáculo de color. En las calles del “laberinto encantado abrigado del tiempo”, como describe Paul Bowles en su libro El cielo protector, se vende de todo: ropas, productos de piel, hierbas medicinales, narguiles, alfombras, joyas, condimentos, almohadas, frutas, flores, libros, sandalias. El vaivén de personas (y mulas, por supuesto) es intenso. Regatear es obligatorio a la hora de comprar en sus interminables mercados, talleres de artesanías y zocos. 21


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Gusto Tagine de cordero, ciruelas y cebolla

L

a gastronomía de Fez es una de las mejores y más auténticas de Marruecos y es casi imposible no regresar a casa enamorado del intenso sabor de sus platos tradicionales, condimentados con mil especias extravagantes. La tagine de cordero, ciruelas y cebolla es un plato estofado que mezcla magistralmente el dulce con el salado. Para cocinarla, Se pone la carne cortada en trozos equivalentes a una de ración, con el aceite, la sal, la pimienta, la cebolla, los dientes de ajo picaditos, el jengibre, unas hebras de azafrán y se rocía toda la mezcla con caldo. Su secreto está en la forma de prepararlo: hay que dejar estofar las diferentes verduras y la carne de cordero a fuego muy lento durante más de una hora. No dejes de probar esta mezcla de sabores tan variados y de contrastantes, te sorprenderá.

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Gusto La Bastella La bastella es un gran pastel de hojaldre que se rellena de pichón o paloma, perejil y almendras. Es el plato estrella de Fez. Se dice que su origen es andalusí, ya que hay indicios de que ya en el siglo X se elaboraba esta peculiar receta. Hay diversas variantes de la bastella según su relleno: la de dulce de leche y otras con mezcla de sabores distintos, como puede ser de mariscos, carne o pollo. Se trata de un plato de mucha elaboración donde se deben tener en cuenta, sobre todo, las medidas de los ingredientes y la selección de las especias. Es típico en fechas festivas, por lo que es un poco más caro que el resto de platos.

Thami’s Restaurant Este pequeño restaurante situado bajo la sombra de un gran árbol, tiene la mejor relación calidad precio de Fez. Consta de todo tipo de platos a precios reducidos, como la tagine de pollo, cocinada con verduras cocidas a fuego lento. Lo mejor de este sitio es su ubicación, a pocos metros de la puerta Boujloud, un fantástico lugar para contemplar la medina y el espectáculo de los transeúntes. Otra de las cosas por las que se caracteriza es su servicio atento, eficiente y amable, y te atenderán en varios idiomas extranjeros para que te sientas como en casa. Lo encontrarás en: Bou Jeloud, 50 Serrajine, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 070 640 130 Cuesta de 40 a 70 DH. 24


Le Kasbah Restaurant

Gusto

Este restaurante está ubicado en un lugar inmejorable y consta de una terraza en la que tendrás una vista perfecta sobre el Bab Boujloud. Los platos son generosos pero el servicio y la calidad no son de los mejores. Sus bajos precios, con platos tradicionales marroquíes como tagines, ensaladas y cuscús, varían de entre 40 a 70 dírhams, y están ajustados a la calidad su gastronomía. Aunque el servicio no sea muy bueno, merece la pena tomarte tu tiempo: pide un té con menta y disfruta de la vista panorámica que ofrece la terraza. Lo encontrarás en: Bab Boujloud, 18, en la medina, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 035 741 533. Cuesta de 40 a 70 DH

Restaurant Dar Hatin A pesar de ser difícil de encontrar debido a su ubicación en medio del corazón de la medina, este restaurante de trato familiar, será una gran sorpresa para ti. Los propietarios, Fouad y su esposa Karima, son muy amables, atentos y hospitalarios. Es un poco más caro que los demás lugares porque aquí son servidos menús completos que constan de un entrante, un plato principal y un postre, con pan incluido y la bebida aparte. Es una apuesta segura de buena gastronomía. Tanto las tagines como la bastella, especialidades de la casa, son impecables. Si no lo encuentras, puedes llamar por teléfono y ellos te vendrán a buscar. Lo encontrarás en: Derb Ezaouia Fandak lihoudi, 19, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 066 525 323 Precio: de 100 a 20 25



Tacto Tocar las puertas del Palacio Real de Fez

A

l igual que la mayoría de las mezquitas y palacios de Marruecos, el Palacio Real de Fez no se puede visitar. A pesar de esto, vale la pena acercarse y sentir con las manos las impresionantes puertas que conducen al Palacio. Se trata de siete puertas de diferentes tamaños construidas en el siglo XIV, que representan los siete días de la semana y los siete niveles de la monarquía. Es posible notar los miles de pequeños azulejos de cerámica, en los que predominan el color azul de Fez y el verde del Islam, y que componen variadas formas geométricas. El palacio, con más de 80 hectáreas construidas, es uno de los mayores y más antiguos palacios de Marruecos. Te recomendamos que te aproximes hasta las puertas del Palacio Real de Fez, no sólo para observar su brillo y grandeza, sino para transitar por los barrios que lo rodean y contemplar sus contrastes. Las casas del barrio judío o mellah, que está muy cerca, ofrecen un aspecto completamente diferente a las del estilo árabe. Otro punto de interés es el antiguo mercado del cereal, capaz de hacerte retroceder en el tiempo. Está situado tras la puerta de Bab Sammarine.

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Tacto

La artesanía en cuero Babuchas, zapatos, cazadoras, pufs, bolsos, sombreros, billeteras, maletines, carteras, sandalias, pulseras, maletas. Aquí el cuero existe en todas sus formas. Las curtidurías se encuentran rodeadas de tiendas con terrazas desde las que se puede observar el duro trabajo de los artesanos. A la entrada de ellas, se entregan pequeños ramilletes de menta que a duras penas sirven para mitigar el nauseabundo olor que invade los alrededores de la curtiduría. Pero este es uno de los placeres más representativos de Fez: experimenta todo tipo de artesanías mientras disfrutas de un espectáculo milenario desde una de las terrazas. La curtiduría Chouwara, ubicada al noreste de la Plaza Seffarine, es la más tradicional de la ciudad.

Fósiles y Minerales del Atlas Medio El Atlas Medio de Marruecos, una cadena montañosa que se extiende a lo largo de 350 km, del suroeste al nordeste de Marruecos, situada entre el Rif y el Alto Atlas, es un paraíso para los aficionados a la mineralogía. En esta región, hay huellas humanas desde hace más de 4.000 años y gran diversidad de fósiles de diferentes épocas y de todos los tamaños. Por la carretera que va por las provincias de Khénifra, Ifrane, Boulmane o Sefrou, así como una parte de Taza y de Beni Mellal, encontrarás innumerables tiendas en las que venden piedras, fósiles y minerales. Cuarzos, azuritas, malaquitas, trilobites, crinoideos y galenas son algunos de los minerales más comunes. 28


Tacto Velos, Chilabas y Kaftanes En Fez, las diversas formas de artesanía textil son las más deslumbrantes de Marruecos. Las ropas tradicionales marroquíes, como las chilabas y kaftanes, siguen exclusivas variaciones de los patrones rítmicos, siempre con colores vibrantes y variedades de textura. La diferencia entre un caftán y una chilaba es que el caftán no tiene capucha, mientras que la chilaba la tiene. Las chilabas para mujeres son mayoritariamente de colores chillones con estampados, costuras o adornos, mientras que las de los hombres, son más sencillas y de colores neutros. Los hombres, en general, usan zapatos blandos y babuchas. Las mujeres suelen llevar sandalias, muchas veces con detalles coloridos. Vestir un velo azul al estilo bereber, alrededor de la cabeza y sobre la boca hasta cubrir la nariz, es algo típico que no te puedes perder.

Las variadas artesanías de Fez Considerada como el núcleo central de la creación artesanal marroquí, Fez puede enorgullecerse de poseer una verdadera experiencia artística en los oficios que trabajan la cerámica, la madera o el cuero. Los productos se pueden clasificar en dos categorías: urbanos, con características orientales y occidentales, y rurales, donde se sitúa el arte bereber. Los artesanos de Fez no son simplemente un sector heredero de una rica cultura, sino que están adaptados a las más variadas necesidades de la sociedad contemporánea. Barrios enteros de la ciudad están reservados a los curtidores: maletas, neceseres, zapatillas, almohadones, ollas de barro cubiertas con cinturones de cuero, sillas de montar. Tenéis que saber también que sus zocos suelen ser algo más baratos que los de Marrakech y Rabat. 29



Olfato El olor de las curtidurías

E

ste es el olor más característico de Fez y también la imagen más exportada de su medina. Pozas multicolor de tintes, un fuerte olor a podrido y un proceso que casi no ha cambiado durante siglos. Los tintoreros se introducen dentro de las pozas y pisotean las pieles durante horas para que los colores se distribuyan de forma uniforme. Finalmente, las pieles teñidas son secadas al sol sobre el suelo de piedras o extendidas sobre los techos de las viviendas. Los viajeros empiezan a subir escaleras que parece que no se acaben nunca, hasta llegar a una terraza desde donde se ve el duro esfuerzo que tienen que hacer los curtidores y los tintoreros. Un vendedor marroquí explica todo el proceso: se raspan las pieles con cal para encurtirlas y darles más elasticidad. Después se bañan con ácido sulfúrico, se secan, se engrasan para ablandarlas y se alisan. Finalmente se tintan de índigo (azul), gualda (amarillo) o cochinilla (rojo), para dejarlas secar y convertirlas en babuchas, bolsos o cinturones. Un trabajo muy duro bajo un sol que no da tregua, pero que ofrece una de las imágenes más características de la ciudad.

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Olfato Los olores de la medina La medina de Fez es un caleidoscopio de olores. La menta, las almendras, el clavo, el comino, el azafrán, las naranjas, la nuez mascada, la madera de cedro, el curry... Es el olor del cuerpo acalorado y la carne colgada en las puertas de las carnicerías. Y también los olores de los puestos callejeros anunciando alguno de sus manjares, de los de los hornos donde acuden las mujeres con velo y los de los vendedores ambulantes que sirven la tradicional b´sara, una sopa de ajo y judías espaciada. Olores que saldrán de sus plazas, nos llegarán por sus puertas y se elevarán por encima de las callejuelas apretadas de la ciudad vieja. Son estos olores, que no se veden en los paquetes turísticos, los que otorgan a Fez su característica personalidad.

El Atlas Medio A 80 quilómetros de Fez te edentrarás en el universo olfativo de las montañas del Atlas Medio. Esta sucesión montañosa se extiende a lo largo de 350 km, del suroeste al nordeste de Marruecos, ubicada entre el Rif y el Alto Atlas, y ocupando una superficie total de 2,3 millones de hectáreas, es decir, el 18 % de la zona montañosa del país. Su paisaje es deslumbrante, con bosques de cedros milenarios y monos de barbería, que son de la misma raza de los que se encuentran en el peñón de Gibraltar. En el corazón de estas montañas, nace el río más largo de Marruecos, el Oum Er-Rbia. Destacamos las ciudades de Ifrane y Azrou, así como las fuentes termales de Sidi Harzem y Moulay Yacoub. 32


Olfato La naturaleza de Ifrane Ifrane es un tranquilo pueblo de montaña ubicado a 65 kilómetros al sur de Fez. Fue construido por los franceses en 1930 como destino vacacional y su nombre, Ifrane, significa “grutas” en berebere. Su aroma es el de un olor suave a naturaleza en los parques, los lagos y los jardines. Durante el invierno, constituye uno de los destinos de esquí más importantes de Marruecos, por lo que se la conoce como “la Suiza de Marruecos”. La fauna del parque nacional incluye 37 especies de mamíferos, 140 especies de aves y 30 especies de réptiles y anfibios. Los bosques y su clima son similares a los que se encuentran en las regiones de frío intenso de algunas regiones de Europa.

El olor de cedros centenarios de Azrou Azrou es una pequeña aldea situada a 80 kilómetros al sur de Fez. Por su ubicación en medio de la naturaleza, es un excelente punto de partida para realizar excursiones que te llevarán a descubrir este otro lado del país, el Marruecos de las montañas de la cordillera del Atlas. Saliendo de la ciudad de Fez, se aprecian los cambios en el paisaje: el urbanismo desordenado de una gran ciudad deja paso a los campos de cultivo que pronto se convertirán en grandes montañas – en la zona del Parque Natural existen puertos de montaña que superan los dos mil metros. La belleza de su bosque de cedros centenarios, donde habitan los monos de Berbería, ha hecho famosa la zona.

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Oído “¡Balak, balak!”

“¡B

alak, balak!” es la cantinela más escuchada en la medina. En su interior, no están permitidos los vehículos a motor, por lo que no queda otra que echar mano de los équidos para todo tipo de reparto: el de la Coca-Cola, la comida e, incluso, el butano – ¡innumerables galones de butano que se reparten por la medina en carro! “Balak”, palabra proferida a pleno grito es un aviso: vigila allí detrás con ese burrito cargado con inmensos cestos de mercancías. El burro, con su carro, ocupa la anchura total de aquellas calles pequeñas y estrechas en las que casi no caben ni las personas sin carro. Estos gritos de los dueños de los burros, son proferidos para que los dejen pasar, y se mezclan con los mantras que murmuran los mendigos y la risa de los niños que salen corriendo de cada esquina.

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Oído La curiosidad Marroquí Los marroquís son en general muy curiosos con los extranjeros. Te harán muchas preguntas. Si, en zonas rurales, te invitan a tomar un té, responde a todas las preguntas, incluso las que parecen más indiscretas: ¿la mujer que te acompaña es tu esposa?; ¿qué haces de tu vida?; ¿cuántos hijos tenéis? A nosotros nos pasó con una niña llamada Kenza, su sonrisa fue espontánea. Nosotros esperábamos en la puerta de la Sinagoga judía de Fez, cuando ella se aproximó llena de curiosidad. Respondimos a las preguntas con cordialidad, amabilidad y, sobre todo, con mucha paciencia. La sonrisa que recibirás a cambio, será el mejor regalo.

Los animales del mercado de Fez El Mercado de Fez es un lugar donde se pueden oír sonidos muy diversos. Los sonidos más característicos emanan de los animales que allí se venden, como los gatos callejeros que piden un poco de comida, los burros que pasan por sus calles estrechas o los pavos con su cantar tan peculiar. Todo esto se mezcla con el griterío estridente de los vendedores instigándote a comprar y el murmullo de las lenguas extranjeras de los turistas. Uno de los sonidos que más sorprende son los cacareos de las innumerables gallinas, las cuales sólo tienen dos opciones: o bien ser vendidas vivas para que tú las engordes, o bien ser despellejadas de pronto y sin previo aviso.

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Oído Los niños en las escuelas Los gritos de los niños de todas las edades, las idas y venidas de sus carreras, el sonido de sus risas o de sus lloros al caer al suelo. Fez es una ciudad con un valor cultural rico y sus escuelas lo demuestran. En la medina hay varias que verás al pasar por sus calles y los gritos de los niños te harán saber dónde están. En esta escuela en específico, la maestra parecía muy estricta. Los chavales estaban en la hora del patio: charlaban animados y estaban muy dispersos. Pero cuando sonó el timbre de vuelta a los estudios, todos los niños se callaron y empezó una nueva lección.

“Babuchas bonitas, amigo, ¿cuánto quieres pagar?” Esta es una frase que escucharás constantemente durante tus compras por Fez. Regatear aquí es un arte y un juego que tiene sus propias reglas, y que te ayudará a conocer mejor la cultura de este país. Una vez que el vendedor haya dado su precio, recomendamos decirle cuánto estás dispuesto a pagar. No digas la cifra real muy pronto, si no una menor, que puede ser menos de la mitad del precio marcado por el vendedor. Él probablemente se hará el ofendido y tú, poco a poco, irás subiendo el precio inicial, mientras que él lo baja, hasta que consigas el precio de una buena compra. Es importante que no seas impaciente con los comerciantes: este proceso se caracteriza por el buen humor. Sé simpático, utiliza unas palabritas en árabe y es posible que consigas un buen precio. 37


Dormir en Fez

Hotel Bab Boujloud Si vas a Fez te va a encantar este hotel nuevo, una mezcla de tradición y modernidad. Está situado en plena medina, al lado de la famosa puerta de Bab Boujloud. El hotel dispone de 27 habitaciones y está equipado con todo lo que necesites para una estancia agradable: Wi-fi, ducha con agua caliente, habitaciones bonitas y limpias. Tómate un té con menta o desayuna en su terraza con una vista panorámica increíble sobre la medina y la ciudad nueva.

Hotel Dalila Este hotel, un poco kitch pero acogedor, tiene una atmósfera inmejorable gracias a su dueño y sus empleados, todos ellos muy amables. Los precios son correctos y las habitaciones limpias, con baño y agua caliente, cosa que no se encuentra en todos los hoteles de Fez. Lo único que falla es que no tiene aire acondicionado, pero es posible obtener un ventilador extra. Hay Wi-Fi pero sólo en la recepción y en el pequeño bar de la entrada. 38

Los encontrarás en: Place Iscesco Kasbat, 49, Boujloud, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 053 563 3118 E-mail de contacto: hotelbabboujloud@gmail.com Página web: www.hotelbabboujloud.com

Lo encontrarás en: Bab Oued Zhoun, 26, dentro de la medina, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 053 574 0657 E-mail de contacto: dalila_oud_zhoun@hotmail.com

Hotel du Maghreb Este es uno de los hoteles más baratos de Fez, con habitaciones grandes con baños dentro. La limpieza es correcta y el hotel simpático. Este hotel no dispone de conexión Wi-Fi.


Dormir en Fez Lo encontrarás en: Av. Mohammed es Slaoui, 25, en la ciudad nueva Contacta con ellos en el teléfono: +212 050 356 215 67

cuentra al lado del hotel Zalagh, donde es posible bañarse en la piscina por un precio reducido, algo básico para alejarse del calor de Fez si visitas la ciudad durante los meses de verano.

Hotel Cascade

Lo encontrarás en: Rue Abdeslam Seghrini, 18, en la ciudad nueva Contacta con ellos en el teléfono: +212 05 035 62 40 85

Si quieres alojarte en un hotel simpático y justo en la entrada de la medina, con habitaciones limpias y por un precio muy económico, este hotel es para ti. No hay ducha en las habitaciones y los baños son compartidos, pero están muy limpios y las habitaciones están muy conseguidas y decoradas con colores vivos. El hotel también tiene una terraza con una vista panorámica sobre la medina. Pagando un poco más es posible dormir en la terraza. Lo encontrarás en: Serrajine Bab Boujloud, 26, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 053 563 8442

Dar Naima Si prefieres hospedarte en una casa típica de marroquí, te aconsejamos este hotel familiar. Se trata de una casa de una familia, muy limpia y bien decorada. La familia también tiene una pequeña tienda de especias, cosméticos y jabones. Los habitaciones son grandes pero sin aire acondicionado. Hay Wi-Fi. También es posible, cenar en la terraza, con una vista muy bonita sobre Fez. Lo encontrarás en: Ferrane Couicha Chrabilyine, 7, Talaa Kbira, Fez Contacta con ellos en el teléfono: +212 050 535 635 649

Auberge de Jeunesse (Youth Hostel)

Otros Hoteles en Fez Hotel Funky Fes

Dirección: Arset Lamdelssi - Bab Jdid, 60, en la medina de Fez e-mail de contacto: funkygranada@funkyhostels.es

Hotel Volubilis

Dirección: Av. Abdellah –Chef-chaouni, 42, Fez Tel: +212 535 620 463

Pensión Talaa

Dirección: Talaa Sghira, Bab Boujloud, 14 Tel: +212 535 633 359

Hotel Central

Dirección: Rue de Brahim-Roudani, 50 Tel: +212 535 622 333

Hotel Lamrani

Dirección: al principio de la calle Sghira, a la izquierda, dentro de la medina Tel: +212 535 634 411

Uno de los mejores hoteles de Fez. Ideal para la gente joven, con una atmósfera amistosa, muy relajada y buenas habitaciones. Se en39


Comer en Fez

Restaurantes Thami’s Restaurant:

Bou Jeloud, 50 Serrajine Teléfono: +212 070 640 130 De 40 a 70 DH

Le Kasbah Restaurant: 18, Bab Boujloud Teléfono: +212 035 74 15 33 De 40 a 70 DH

Restaurant Marrakech:

Corner of rue Omar el Mokhtar and bd. Mohammed V / Ville Nouvelle Teléfono: +212 035/930876, 064437862 De 80 a 150 DH

Restaurant Sekaya:

87, Zekake lehja Teléfono: +212 06 64 46 64 08 De 60 a 150 DH

Restaurant Dar Hatin:

19, Derb Ezaouia Fandak lihoudi Teléfono: +212 66525 323 De 100 a 200 DH

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Llegar a Fez En avión

Transportes públicos

Aeropuerto de Fès Saiss

Ferrocarril Salidas a Marrakech, Casablanca, Tánger y Oujda. La estación está en la Rue des Almohades.

El aeropuerto de Fez Saïss está localizado a unos 15Km del centro, en la carretera de Azrou. Hay vuelos regulares a Casablanca, París y Girona. Royal Air Maroc: Av. Hassan II, Fez. Tel: +212 535 624 800 Tel. reservas: +212 535 948 551 Conexión centro ciudad: Autobús número 16. Precio: 15 DH Taxi. Precio: 120 DH

Autocares CTM Salidas periódicas a Casablanca, Meknès, Ténger, Tetouan, Taza, Oujda, Nador, Al Hoceima, Marrakech y Agadir. Dirección: Av. Dhar Mehrez.

Por carretera La carretera N-6, ancha y bien asfaltada, comunica con Rabat por el oeste y con Oujda por el este. La autopista A-2 viene de Rabat por el oeste, y está en construcción por el este hacia Oujda. La carretera N-8 enlaza con Marrakech al suroeste. Tiene muchas curvas y alguna vez se corta a causa de la nieve. Por este motivo, lo más rápido para ir de Fez a Marrakech es dar la vuelta por la autopista de Rabat.



Meknès Conocida como el Versalles de Marruecos, Meknès conserva la grandiosidad de una antigua capital, cuyos tejados de color aguamarina denotan un pasado glorioso. Para completar el entorno, el Atlas se presenta con toda su naturaleza como telón de fondo.



TOP 5 MEKNÈS 1.Vista:

Mausoleo de Moulay Ismail

2.Gusto:

Té con menta

3.Tacto:

Cachivaches de cobre y latón

4.Olfato: Volubilis

5.Oído:

Los sonidos de la Plaza El Hedim

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Vista Mausoleo de Moulay Ismaill

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l mausoleo de Moulay Ismail, el sultán de Marruecos que hizo de Meknès su capital en el siglo XVII, es uno de los pocos lugares sagrados de Marruecos a los que pueden acceder personas que no profesen la fe islámica. Este gran monumento, construido en 1730, consta de tres patios, una mezquita y las tumbas del sultán y su familia. Es también una de las muestras de la tolerancia del Islam hacia las demás religiones: en sus paredes se exponen los símbolos de las religiones judía y cristiana, junto a los emblemas islámicos más característicos. Pero a pesar de la apertura del edificio a visitantes de diferentes credos, las tumbas del sultán, su mujer y de dos de sus descendientes están cerradas a los no musulmanes, aunque sí se pueden admirar a través de las ventanas. Podéis ver, también, como curiosidad, algunos relojes donados por el rey Luis XIV. Está permitido hacer fotografías de todo lugar, pero los vídeos están prohibidos. Esta es, definitivamente, una parada obligatoria en el camino de los viajeros que pasan por Meknès. Horario: abierto todos los días, excepto viernes por la mañana, de 9 a 12h y de 15 a 18h. Precio: entrada gratuita Importante: exige vestimenta correcta

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Vista Puerta Bab Mansour Se trata de una puerta monumental, una de las mayores de África, que es un testimonio vivo del poder que tuvo la Ciudad Imperial de Meknès. Su estructura se eleva unos 16 metros de alto como un impresionante arco del triunfo y comunica la plaza de Lalla Aouda con el barrio de Dar el-Kebira. La puerta se encuentra justo delante de la Plaza de El Hedim, de modo que preside los eventos culturales de la plaza y supervisa los paseos de los turistas y los habitantes que llegan de la ciudad nueva. Fue terminada en 1732, bajo el reinado de Mulay Ismail, y fue renovada íntegramente en los años noventa. Los trabajos de restauración sirvieron para realzar el color verde oscuro, que es el característico de la Ciudad Imperial de Meknès.

Granero y caballerizas de Moulay Ismail Este gigantesco conjunto arquitectónico, edificado bajo el reinado de Moulay Ismael, era un almacén de alimentos, así como las caballerizas reales, con capacidad para unos 12.000 caballos de los ejércitos del Sultán. Sus muros de adobe de 4 metros de grosor mantienen la temperatura fresca en verano y suave en invierno. Al fondo del almacén podéis ver una noria, una inmensa rueda que, accionada por burros y caballos, permite sacar agua. Este es definitivamente uno de los sitios más destacables de Meknès. Muy cerca de allí, podremos descubrir una antigua destilería de perfumes donde el sultán hacía componer sus esencias favoritas. Horario: Todos los días de 9h a 12h y 15h a 18h (19 en verano) Precio: 10 DH 48


Vista Cárcel de los cristianos y pabellón de los embajadores Una escalera con peldaños muy altos te conducirá a esta particular cárcel subterránea que, a pesar de su nombre, acogía tanto a musulmanes como a los foráneos capturados durante las batallas navales. Es conocida también como la prisión de Cara, arquitecto portugués que fue prisionero en ella. Dicen las leyendas que esta prisión podría extenderse por el subsuelo de toda la Ciudad Imperial. En la parte superior, cerca de su entrada, hay un antiguo pabellón donde el sultán solía recibir a los embajadores extranjeros. En ocasiones especiales, este sitio sirve de lugar de exposiciones de arte, en cuyo caso el billete de entrada es un poco más caro. Horario: Todos los días de 9h a 12h y 15h a 18h Precio: 10 DH

Estanque de Agdal El estanque de Agdal es una gigantesca reserva de agua con 319 metros de longitud, 149 de ancho y dos metros de profundidad, ubicada a poca distancia de los graneros de Moulay Ismail. Fue edificado en el siglo XVII por el sultán para irrigar el harén, los jardines y el palacio de agua Dar el Ma (“casa del agua”), donde estaban los aljibes reales con muros de siete metros de espesor y un inteligente sistema de canalización para mantener la temperatura del agua. Para llegar hasta aquí se puede coger un “petit taxi” cerca de la plaza El Hedim (la carrera sale entre 12 y 15 DH). Hay muchos marroquíes que vienen para hacer un picnic y descansar en los jardines. 49



Gusto Té con menta

H

ay un olor característico en las calles de Meknès: el perfume del té con menta, también conocido como el whisky bereber. El aroma viene de los puestos callejeros, de las casas, de las tiendas y de los hoteles. En todos los lugares, a todas las horas. Es lógico que ésta sea la bebida nacional de Marruecos. Su valor refrescante está asociado a su inigualable sabor. Existe un componente social en compartir un vaso de té que comienza por su preparación: sólo lo prepara el cabeza de familia, o, si está ausente, su mujer o la persona mayor. Esta es la oportunidad perfecta para que el anfitrión dé una clase sobre el tema: cómo se precalientan los vasos; cómo se eligen las hojas; cómo debe caer el filo de agua caliente, etc. Además del tradicional té verde con menta, se suele acompañar con azúcar moreno, vasos peculiares y coloridos, además de bizcochos. Sin duda, es una experiencia para vivir lentamente, a su ritmo, y que no debes perderte.

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Gusto El cuscús El cuscús es el plato nacional marroquí por excelencia. Se compone de granos de sémola de trigo, cocinados al vapor en la llamada cuscusera, acompañados de diversos ingredientes. El recipiente del cuscús se arregla en tres partes: la de abajo es una olla ajustada y alta, la intermedia es más baja y ancha con perforaciones en el fondo y la superior es la tapa que también tiene algunas pequeñas perforaciones. Este famoso plato, además de riquísimo, es el más ancestral de la cocina marroquí, y se acostumbra a comer el viernes al mediodía.

Restaurante Collier de la Colombe Este simpático restaurante, situado a cinco minutos caminando a la izquierda del Bab Mansou, ofrece una cocina refinada y muy honesta. Se puede comer un clásico menú marroquí, con una entrada, un primer plato y postre, siendo recomendable la bastella, una de las especialidades de la casa. Recomendamos también el cordero a la parrilla y las tagines de pescado. Hay una hermosa vista del valle y el servicio es amable y atento. Es un poco más caro que los demás, con precios de 100 a 250 DH, pero la cocina es rica y bien elaborada. Lo encontrarás en: Rue Driba, 67, Meknès Precio: de 100 a 250 DH 52


Restaurante Omnia

Gusto

Restaurante familiar ubicado en el patio de una casa en una pequeña calle fuera de la medina. Aquí comerás en un auténtico hogar marroquí en vez de en un restaurante formal. Recomendamos los platos tradicionales marroquíes, como los tagines y la bastella. Sus precios varían entre 60 hasta 120 DH, pero ofrece una cocina casera un poco más refinada, pero tampoco excesivamente elaborada. La propietaria es simpática y habla un buen inglés, pero el trato puede no resultar excesivamente atento. Vale la pena aunque sólo sea para experimentar una auténtica comida casera de Meknès a un precio accesible. Lo encontrarás en: Derb ain el fouki, 8, en el quartier Rouamzine, Mekenès Precio: de 60 a 120 DH.

Restaurante Pavillon des Idrissides La terraza de este restaurante, situado en la plaza El-Hezin, es una buena opción para tomar un té al final de la tarde o al principio de la noche, observando el ir y venir de la gente que pasa por la principal plaza de la ciudad. La comida, que oscila entre 70 a 100 DH, resulta cara y no del todo satisfactoria, pero su ubicación y sus vistas sobre la plaza El-Hezin son, quizá, las mejores de todo Meknès. Recomendamos tomar un té con menta, a su ritmo, y observar el espectáculo de la plaza al anochecer. Es, sin lugar a dudas, una experiencia inmejorable. Lo encontrarás en: Dar Smen, El-Hedime, 147, Meknès Precio: de 70 a 100 DH 53



Tacto Cachivaches de cobre y latón

J

unto con los mosaicos tradicionales, los objetos de metal son una de las especialidades artesanales más destacadas de Meknès. Platos de cobre, lámparas tradicionales, cofres con joyas engarzadas y espejos decorativos son algunos de los recuerdos más populares. Aunque la bandeja sea la pieza más clásica, no hay que olvidar las azucareras o los botes para guardar el té, los candelabros, los aguamaniles, las teteras y demás objetos de decoración, principalmente los platos de cobre y plata. Destacamos principalmente las peculiares figuras de animales de metal con incrustaciones de hilo de plata. Sus preciosas figuras son diversas, como camellos, pingüinos, elefantes, gallos, gacelas o gatos, entre otras. Se trata de una especialidad exclusiva de Meknès entre todas las Ciudades Imperiales y es posible observar los jóvenes aprendices iniciándose en la artesanía de objetos de metal. Su origen es ancestral y proviene de la tradición bereber de las montañas del Atlas.

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Tacto El Arco de Caracalla en Volubilis Colocar las manos en el inmenso Arco de Caracalla, construido en mármol en el año 217 d.C. en honor al emperador Caracalla y a su madre, significa sentir, a través del tacto, todos los siglos de la Historia. Este monumento gigantesco está situado sobre el decumano (calle con orientación este-oeste al estilo romano) y fue construido para agradecer al emperador el haber extendido la ciudadanía romana a todos los habitantes libres del imperio. Además del Arco, Volubilis presenta una infinidad de restos arqueológicos y monumentos. Los más destacados son el foro, una basílica del siglo II y el templo de Júpiter Capitolino, situados, según la costumbre romana, en la parte más alta de la ciudad. En esta antigua ciudad romana serás capaz de sentir lo que significa hacer un viaje en el tiempo, una sensación que pocos sitios ofrecen.

Las sorpresas del mercado de Meknès Al dar una vuelta por el mercado de Meknès verás cómo tu sensibilidad táctil está a flor de piel. En la evolución de los sentidos, el tacto fue el primero en existir: es el padre de la vista, el oído, el olfato y el gusto. Es el sentido que nos colma de información y de sensaciones profundas, despertando una sensibilidad muchas veces olvidada. La ciudad antigua de Meknès se trata de una medina mucho más accesible que la de Fez, ya que podréis orientaros por ella sin mayor dificultad, y sin que resulte obligatorio contratar a un guía. Por ello resulta más tranquila, acogedora, sin dejar de estar llena de sorpresas para despertar tus sentidos, como este simpático camaleón. 56


Tacto Las alfombras Bereberes Las alfombras son, quizá, las artesanías más peculiares y bellas de Meknès. Encontrarás una gran variedad, con precios generalmente más bajos que en Marrakech y Rabat. Hay que destacar que este tipo de alfombras sigue la tradición rural y berebere, usando hilos de diversos colores. Hay muchas opciones, entre las que se incluyen los diseños cortados o en rulos, los múltiples niveles de lazos y hasta los lazos nivelados. La alfombra berebere es una compra acertada para los viajeros que tengan alergias o niños pequeños, ya que está hecha de lana, de modo que no es perjudicial ni alergénica, y podrá detener el crecimiento de las bacterias al momento. Además, son alfombras más fáciles de limpiar.

La cestería La cestería en Marruecos, con una importancia destacada en esta ciudad imperial, ha sido concebida para cubrir las necesidades cotidianas de los habitantes del país. En su fabricación se emplean materiales como la palmera enana, el junco y la caña, con los que se crea mobiliario de jardín, lámparas y diversas cestas que facilitan el transporte. Los cesteros trenzan también bolsos de distintos tamaños, salvamanteles y sombreros. Para transportar tus compras, ¿por qué no probar un gran cesto berebere como el que utilizan las mujeres marroquíes? Seguro que esta idea original y tan peculiar te encantará. 57



Olfato Volubilis

A

sólo 31 km de Meknès está una de las ruinas más importantes de África, Volubilis, antes una gran ciudad romana. Toma su nombre de una flor que era muy común en la región en aquella época. Sin duda, es uno de los sitios con mayor interés histórico y cultural de Marruecos. Las ruinas de esta ciudad, completamente conservada hasta el terremoto de Lisboa del siglo XVIII, están ubicadas en una fértil región agrícola y se alzan sobre un saliente, al extremo del altiplano, dando la espalda a las montañas de Zerhoun. Detrás está la ciudad santa de Mulay Idriss, que alberga al descendiente de Mahoma. Volubilis atrae hoy un gran interés de turistas y arqueólogos por su riqueza en mosaicos, su templo dedicado a Júpiter, Juno y su hija, y restos de grandes casas romanas. Resulta sorprendente su similitud con París debido a su arco del triunfo y un gran boulevard como son los Campos Elíseos. Volubilis fue incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1997. Es un sitio magnífico que no te debes perder.

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Olfato Las flores de la Plaza El Hedim En la plaza El Hedim, las simpáticas aldeanas, con sus grandes sombreros de paja y sus faldas rayadas de rojo y blanco, te ofrecen innumerables semillas de flores, que sirven para adornar los jardines, y ramilletes de flores cuyos aromas se extienden por toda la plaza. El olor que más sobresale, y cuya flor más se vende, es el del jazmín, ya que tiene una gran importancia en las ceremonias matrimoniales marroquíes que podrían entenderse como una especie de camino iniciático para la futura consorte. Las novias utilizan productos naturales para su cuidado personal, y los más comunes, además de la henna, son el khol, el ghasul, el suak y el aceite de argán. Entre las fragancias, la más utilizada es la de jazmín, que embellece los ojos y resalta la mirada. Su olor te va a transportar a escenas de Las mil y una noches.

Los jabones Un olor increíble es el de los jabones y aceites, que se mezclan y te llenará las fosas nasales. Tras los olores de las calles, entrar en una tienda de jabones y aceites es un verdadero placer para el olfato. El aceite de argán marroquí es muy conocido por sus efectos curativos para la piel y, mezclado con determinados ingredientes, se convierte en perfume. El aroma de los jabones penetra en la piel durante largo tiempo, por lo que se usa en lugar de otras esencias. En las tiendas te van a ofrecer muchos tipos de jabones y aceites, creados para satisfacer todos los gustos. No te pierdas el masaje típico marroquí, que puedes tener en la tienda por sólo 2 euros, ¡es una experiencia única!

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Olfato El pueblo de Mulay Idriss Este pequeño pueblo situado a sólo 5 km de Volubilis es uno de los lugares sagrados más importantes de Marruecos, de hecho, cinco peregrinaciones a Moulay Idriss equivalen a una realizada a La Meca. Aquí se encuentra el santuario del fundador de la Dinastía Idrísida, Idriss I, que fue el introductor del Islam en Marruecos y era descendiente directo del profeta Mahoma. La ciudad, con su fuerte olor a montaña y sus casitas blancas, es una visita obligatoria si pasas por esta región. Llegar allí en un taxi colectivo desde Meknès es una verdadera aventura, pero el simple hecho de pasear por sus callejuelas estrechas y empedradas y observar sus mercados ya merece la pena.

Las mezquitas de Meknès en Ramadán Durante el Ramadán, el mes más sagrado del calendario islámico, hay un peculiar olor en las mezquitas. Durante las oraciones, y sobre todo en la 27ª noche del mes, se quema una mezcla de diversas hierbas e incienso con el objetivo de eliminar la negatividad y apaciguar a los espíritus. Sentir el espíritu del Ramadán y mirar la gente en una especie de comunión total con Dios es una experiencia mágica. Los colores, luces y especialmente los olores crean una atmósfera religiosa tan fuerte que incluso los no musulmanes se dejan llevar por ella.

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Oído Los sonidos de la Plaza El Hedim

A

l igual que la famosa Jemaa el Fna de Marrakech, El Hedim también concentra la vida social de la ciudad. Parecerá vacía durante el día bajo el fuerte sol de verano, pero al atardecer un gran número de malabaristas, saltimbanquis, actores callejeros, humoristas, contadores de historias y recitadores del Corán, músicos, lectores de manos, encantadores de serpientes, vendedores de perfumes y un sinfín de comerciantes se concentran aquí, llenando la plaza de luces, colores, olores y multitud de sonidos. En El Hedim cabe un poco todo, pero nada está directamente destinado a entretener al turista: son los propios marroquíes a quienes se dirigen las diferentes actividades. El viajero va a ver conciertos de música popular y juegos de luces, y todo esto representa un espectáculo lleno de autenticidad. Aquí puedes encontrar a familias enteras, tanto a jóvenes como mayores, concentrados en círculos escuchando música y charlando, mientras muchos de los niños corren y juegan. Si quieres experimentar el verdadero Meknès, ven a El Hedim para disfrutar de una atmósfera única e inolvidable.

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Oído La voz del Imán cantando a la oración El canto del imán que llama a la oración cinco veces al día es un sonido que acompaña al viajero durante su estancia. Su voz, omnipresente, se oye cada día es las calles, y constituye una parte primordial de la cultura islámica. La vida cotidiana en todo el Islam se modifica enormemente en el periodo que dura el Ramadán, cuando los seguidores de la religión musulmana ayunan y no beben ni fuman durante las horas del sol. En este periodo, junto a las cinco oraciones diarias, se realiza una oración adicional llamada tarawih.

Música popular en las calles de Meknès La música marca el ritmo de la vida cotidiana. Inicia las fiestas familiares y los moussem –fiestas populares-, además de las tareas del campo. Podemos distinguir entre dos grandes categorías de música: la música berebere, que está acompañada de bailes que varían en función de la región, y la música árabe, que responde a dos tendencias. Una es clásica y de origen andaluz, mientras que la otra, llamada popular, refleja varias influencias. Es casi seguro que los viajeros presenciarán, junto a los conciertos de música popular, espectáculos de danzas folclóricas, generalmente colectivas. La más representativa en la región del Atlas Medio es la ahudus, que reúne a varias docenas de hombres y mujeres alrededor de un animador. 64


Oído Artistas Callejeros en la Plaza El Hedim Construida durante el reinado de Moulay Ismail y originariamente utilizada para los anuncios reales y las ejecuciones públicas, la Plaza El Hedim es actualmente el punto de encuentro de los artistas callejeros de Meknès. Tras caer el sol, podrás escuchar sus voces y ser espectador, y también participante, de los espectáculos del antiguo imperio. El Hedim es el corazón de la ciudad, como ocurre con Jemaa el Fna en Marrakech. Encontrarás multitud de artistas y de todo tipo: músicos, bailarines, domadores de monos… ¡encontrarás cosas que jamás imaginaste! Sólo tienes que sentarte, relajarte y estar atento para escuchar los latidos de Meknès.

La cortesía marroquí La mayoría de marroquíes son personas muy cordiales y amables, pero sobre todo corteses. Las fórmulas de cortesía para el saludo son mucho más largas que las nuestras, pues siguen antiguos códigos aun vigentes. El nombre de Dios es también muy utilizado. Expresiones como ¡Inch Allah! (si Dios quiere), ¡Salaam aleikum! (¡Qué la paz esté contigo!), Bismillah (en nombre de Dios) y Chukrane (gracias) son oídas en cada esquina. A estas palabras, que introducen una buena conversación, se añaden algunos gestos particulares, principalmente la mano derecha sobre el corazón.

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Dormir en Meknès

Touring hotel Si quieres un hotel low-cost con habitaciones limpias y con baño en la habitación, este hotel es perfecto para ti. No hay internet y las camas son de muelles, por lo que si sufres de la espalda es mejor evitarlo, pero es un hotel bonito y limpio. Además, se encuentra en una buena zona de la ciudad nueva.

Lo encontrarás en: Av. Alllal Ben Abdellah, 34, en la ciudad nueva, Meknès Contacta con ellos en el teléfono: +212 05 35 52 23 51

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Hotel Majestic Este hotel es el más antiguo de Meknès, construido en 1937. Aquí, tendrás la impresión de hacer un viaje al pasado gracias a su decoración de los años 30 y 40, todo intacto. El hotel es muy simpático y grande, tiene Wi-Fi y una terraza con una vista panorámica de la ciudad. El dueño es muy simpático, hospitalario y agradable. Te ofrecerá todo tipo de información que necesites sobre la ciudad. Lo encontrarás en: Av. Mohamed V-Meknes, 19, en la ciudad nueva, Mekenès Contacta con ellos en el teléfono: + 212 05 35 52 20 35 Página web: www.hotelmajesticmeknes.ma e-mail: accuel-client@hotelmajesticmeknes.ma


Dormir en Meknès Hotel Regina Si lo que estás buscando es un hotel básico y barato, sólo para ir a dormir, este hotel es para ti. Las habitaciones son muy simples y no dispone de Wi-Fi. Pero lo que le da valor es su gran patio luminoso y espacioso, y su situación privilegiada al lado del Museo de Meknès y justo en la entrada a la medina. Lo encontrarás en: Rue Dar Smen, 19 Contacta con ellos en el teléfono: +212 05 35 53 02 80

Riad Zahra Este riad es una joya dentro de Meknès. Situado en pleno centro de la medina, cerca de todos los monumentos de interés, encontrarás un sitio donde descansar del ruido y el caos de la medina. La paz y la tranquilidad están aseguradas y tendrás impresión de que te encuentras en dentro de un cuento de las mil y una noches. El riad está construido en una antigua casa andalusí, con habitaciones preciosas y limpias. Además, tiene un patio bonito en el centro al estilo árabe. Dispone de todo lo que se necesita para una estancia más que agradable. Lo encontrarás en: Touta 5 Sidi Abdellah el Kassri, en la medina, Mekenès

Maroc hotel Las habitaciones son básicas pero están muy limpias, con baño propio. Los baños compartidos se limpian varias veces al día y disponen de agua caliente, cosa que no es habitual en la ciudad. Las habitaciones no tienen ventiladores pero son tranquilas, no se escucha el ruido de la calle. La ubicación es buena, por lo que se puede ir dando un paseo hasta la me-

dina y está al lado de la gran parada de taxis para Moulay Idriss. Lo encontrarás en: Av. Rouamzine,7, Derb Ben Brahim, Mekenès Contacta con ellos en el teléfono: +212 05 35 53 00 75

Otros Hoteles en Meknès Hotel Palace

Dirección: Rue du Ghana, 11, en la ciudad nueva Tel: +212 535 400 468

Hotel Toubkal

Dirección: Av. De Mohammed V, en la ciudad nueva Tel: +212 535 522 218

Hotel de Paris

Dirección: Rue de Roumazin, 58, en la medina

Hotel Rif

Dirección: Rue d´Accra Tel: +212 535 522 591 e-mail: hotel_rif@menara.ma

Habitaciones de huéspedes Sweet Sultana

Dirección: Derb Sekkaya Tiberbarine, 4 , en la medina Tel: +212 535 535 720 e-mail: info@dar-sultana.com

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Comer en Meknès

Restaurantes Pavillon des Idrissides:

147 Dar Smen, El-Hedime Teléfono: +212 (0)535 535 080 De 70 a 100 DH

Restaurant Omnia:

8, derb ain el fouki | quartier Rouamzine Teléfono: +212 035 533 938 De 60 a 80 DH

Mille et une Nuits:

Place El- Hedim | Vieille Medinae De 100 a 150 DH

Collier de la Colombe: 67 rue Driba Teléfono: +212 035 555 041 De 100 a 250 DH

Restaurante Metropolis:

12, Av. Hassan II, Ville Nouvelle, Meknes De 80 a 150 DH

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Llegar a Meknès En avión

Transportes públicos

Aeropuerto de Fès Saiss

ONCF

Meknès no tiene aeropuerto, por lo que la forma de llegar por aire es aterrizando en el aeropuerto de Fès Saiss, situado a unos 15 km del centro de la ciudad de Fez.

Autocares CMT

Tel: +212 535 624 800 Tel. reservas: +212 535 948 551 Conexión centro ciudad: Taxi (directo Meknés). Precio: 320 – 400DH Autobús 16 (15DH) + Taxi pequeño (120 DH) o Taxi grande (compartido por 20DH). Autobús 16. Precio: 15DH + Tren. Precio: 35DH.

Trenes que salen hacia Fez, Oujda, Casablanca, Marrakech y Tánger. La estación está en la Rue Emir Abdelkader. Salidas periódicas hacia Rabat, Casablanca, Tánger, Fez, Marrakech, Taza, Nador, Errachidia y Rissani. La estación está en la Av. Des FAR

Por carretera La carretera N-6, amplia y buena, comunica con Rabat por el oeste y con Fez por el este. La autopista A-2 enlaza igualmente con Rabat y Fez, con un peaje bastante caro. La carretera N-13, en buen estado, procede de Errachidia por el sur. Ocasionalmente se corta por la nieve entre Azrou y Midelt. En tales casos, la alternativa es ir a Fez para tomar la carretera de Sefrou y Boulemane.



Rabat

Centro financiero y ciudad capital del paĂ­s, Rabat se ha convertido en una de las metrĂłpolis mĂĄs cosmopolitas de Marruecos. Las construcciones blancas de su medina contrastan con el azul del mar que, a lo lejos, perfila las esencias de una ciudad costera.



TOP 5 RABAT 1.Vista:

Kasbah des Oudayas

2.Gusto:

Dulces Marroquíes

3.Tacto:

Ebanistas en Salé

4.Olfato: Salé

5.Oído:

Música Marroquí

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Vista Kasbah des Oudayas

L

a Kasbah des Oudayas es uno de esos lugares mágicos en Marruecos, donde el tiempo no existe y te olvidas del mundo. Es un recinto fortificado que era la zona defensiva de la ciudad, situado en el punto más elevado para tener unas buenas vistas del territorio. Las paredes de la Kasbah son azules, de ese que enamora, y blancas, en unas calles laberínticas que te atrapan entre las murallas, llegando hasta el mar que se expande por el horizonte. Desde la plataforma que hay al final de la calle principal se ve la playa, la ciudad de Salé y el punto en que se encuentran el río Bou Regreg y el mar. La Kasbah es la parte más antigua de Rabat donde, a parte de pasear sin rumbo, debes ver la puerta principal (Bab Oudaya), las galerías de arte, la mezquita el-Atiqa (la más antigua de la ciudad) y el Museo de los Oudayas, que expone joyas, instrumentos, cerámica y vestimentas tradicionales marroquíes. En la Kasbah, el Café Maure, es un buen lugar para tomar un té marroquí disfrutando de unas buenas vistas al mar y a la ciudad de Salé. Lo encontrarás en: Av. Al Marsa, al lado de la Place des Oudayas, en la medina, Rabat. Precio: entrada gratuita 75


Vista Zoco Tahti Puede que la medina de Rabat no sea tan grande o exótica como la de cualquiera de las otras Ciudades Imperiales, sin embargo, te ofrece la tranquilidad de pasear sin ser atosigado y de poder hablar con los lugareños. El Zoco Tahti se organiza alrededor de la Rue du Consuls y se extiende por las calles de la medina, supuestamente ordenadas pero aparentemente laberínticas. Puedes curiosear entre la amplia oferta de bolsos, babuchas, alfombras y otras artesanías típicas que se ofrecen, intentando no tropezar con el suelo inacabado. Siguiendo hacia el río, llegas al mercadillo más curioso de Rabat, donde los puestos se montan sobre mantas en el suelo, y se venden productos inverosímiles, objetos rotos y carentes de valor. Lo encontrarás en: souk Tahti, en la medina Horario: comercial

Las grandes Avenidas La arquitectura colonial, las avenidas con palmeras y el ambiente de negocios son los protagonistas en Rabat. Es la capital de Marruecos, más calmada que Casablanca y bastante limpia. La ciudad se articula en torno a la Avenida Mohammed V, donde están la mayoría de edificios públicos e institucionales marroquíes, junto a las cafeterías y hoteles más concurridos. En la misma avenida está también la estación principal de trenes (Rabat Ville), bastante moderna y transitada. Siguiendo la Avenida Mohammed V llegamos a la Medina, y encontramos la muralla del siglo XVII que separa la ciudad moderna de Rabat de la parte antigua. La Avenida Hassan II sigue la muralla hasta el mar, donde el Bulevard Tariq al-Marsa te lleva, siguiendo el río Bou Regreg, hasta la necrópolis de Chellah. En la moderna zona de Agdal, las avenidas también protagonizan el paisaje.

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Lo encontrarás en: Av. Mohamed V. Esta es la avenida más importante, con zona de paseo y cafeterías que instalan fuera grandes terrazas


El Mausoleo de Mohamed V

Vista

Muy cerca de la torre Hassan se encuentra este otro monumento fundamental de Rabat. Entre ambos se extiende una impresionante explanada con cientos de columnas, todo lo que queda de la mezquita que nunca se terminó. El mausoleo fue diseñado bajo las pautas del estilo clásico marroquí, con una decoración exquisita en la que destaca el azulejo y siguiendo la tradición de los demás panteones del país. Pese a ello, es obra del arquitecto vietnamita Eric Vo Toan. Su construcción se llevó a cabo entre 1961 y 1969 y en su interior descansa el cuerpo de Mohamed V junto a sus dos hijos. Lo encontrarás en: cerca del Boulevard Abi Regreg Horario: todo el día todos los días de la semana Precio: entrada libre

La Torre Hassan La Torre Hassan es uno de los puntos con mayor interés turístico de Rabat y el símbolo más conocido de la ciudad. Es el minarete de una mezquita que no ha llegado a nuestros días, pero que fue uno de los proyectos más ambiciosos del sultán AlMansur: comenzó a construirse a finales del siglo XII para ser la mayor mezquita del mundo. Quedó inacabada tras la muerte del monarca, pero nos ha llegado este impresionante minarete de 44 metros, lejos, eso sí, de los 80 del plan original. La torre Hassan está rodeada de jardines, cerca del Mausoleo de Mohamed V; visita la zona al amanecer o al atardecer, momento en el que la luz es perfecta para disfrutar de la belleza del lugar. Lo encontrarás en: junto al mausoleo de Mohamed V Precio: entrada libre 77



Gusto Los dulces marroquíes

S

i ver animales decapitados en las carnicerías de la medina quita las ganas de comer, pasar seguidamente junto los puestos de dulces despierta el instinto más goloso. La repostería marroquí es tremendamente empalagosa o deliciosa, según se vea. Un pecado para los golosos y amantes del dulce. Todos y cada uno de ellos poseen una historia, un ingrediente, una mezcla que los hace realmente fascinantes. Los podemos encontrar en un sinfín de puestos a lo largo de la medina, en cualquier pastelería y, por supuesto, dentro de cualquier hogar, donde el hábito de la hospitalidad, hace que te los ofrezcan continuamente acompañados de un té con menta y una sonrisa. Es costumbre consumirlos como aperitivo, aunque los puedes comprar a cualquier hora del día, pero son especialmente importantes durante periodo del Ramadán por su alto contenido calórico y por su simbología cultural. Están hechos principalmente de almendra, canela, agua de azahar, nueces, miel, sésamo y, posteriormente, se fríen en aceite y se recubren con miel. Destacan los cuernos de gacela, las Ghribas de almendra, los Briuats, los rollitos de hojaldre con frutos secos y los pastelillos de dátiles, entre otras delicias. En la ciudad de Rabat es de visita obligatoria la Patisserie Majestic en la Rue Ammane, le Pain Bul en la Av. Moulay Abdallah y La Pâtisserie Le Comédia en la Av. Mohammed V. Te resultará imposible resistir la tentación. 79


Gusto La bastella del Mercado Central Esta delicia marroquí es una especie de empanadilla de masa de hojaldre extra fina que se ofrece como plato especial en bodas, fiestas y otras celebraciones familiares. Se elabora con varios rellenos, que van desde la carne de pollo hasta el marisco, pasando por el pescado y las verduras; aunque la más conocida se hace con carne de pollo, espolvoreada con azúcar glasé y canela en la cubierta para conseguir un contraste sorprendente de dulce y salado. Para los más golosos también hay una versión dulce a base de leche condensada y almendras. ¿Dónde encontrarla? No sólo en restaurantes y pastelerías marroquíes, sino también en los lugares más inesperados, ocultos en puestos de la medina. Si tienes la ocasión, no desperdicies la oportunidad de probar una bastella casera, ¡una delicia!

Restaurante Tagine en la medina La tagine es uno de los platos estrella de la cocina marroquí, conocida por el recipiente de barro donde se cocina. En la medina de Rabat encontramos un restaurante especializado en tagines de verduras, de carne y de pescado, Le Soute Afriqua, en la Rue Ghazza. La cocina de este restaurante está abierta y puedes ver como hacen la tagine en directo, para comer después en las pequeñas y curiosas mesas repartidas por el local. Ir a cenar tagine y descubrir la noche en Rabat es intereante. Puedes ir a bailar en las discotecas de moda Jefferson’s (Av.Patrice Lumumba) y Amnesia (Rue Monastir, 18), o a tomar unas copas en la terraza exterior de algún local como la del Hôtel Balima (Av.Mohammed V). 80


Gusto Sardinas a la brasa Rabat es la única de las cuatro Ciudades Imperiales que queda a orillas del mar. Es por este motivo que, en el centro histórico de la ciudad, es muy común encontrar puestos que ofrecen frituras de pescado, procedentes del “río Bou Regreg, que está en las proximidades, y del mar, especialmente sardinas que cortan en pequeños pedazos y venden por peso. Las raciones presentadas en papel de periódico son generosas y suelen ir acompañadas de salsa de tomate, pan marroquí y verduritas fritas. A pesar de venderse en la calle, no hay ningún peligro en probar estas especialidades locales, puesto que hay una rotación continua de pescado, lo que asegura que los productos son frescos y de calidad.

Las especias La medina tiene calles abarrotadas de puestos donde comprar de todo, degustar la mejor gastronomía local y activar el olfato. En un callejón que sale de la Rue Souika, la calle principal, está el zoco de las especias, un pasillo cubierto donde hay puestos pequeños que venden especias. Canela, comino, azafrán, pimentón, jengibre y cilantro, entre muchas otras, se amontonan en grandes sacos y se compran a peso. En estas tiendas también puedes obtener legumbres y hierbas de cocina tradicionales. Y es que cualquier plato marroquí se cocina con especias, lo que le da el punto interesante al paladar. 81



Tacto Ebanistas en la medina de Salé

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n el souk El Najarine - souk El Kabir de Salé, hay un taller de madera donde trabaja Lididi Abdessamad, ebanista de profesión. Huele a madera, hay virutas en el suelo, polvo en el aire y se escuchan máquinas trabajando. Los ebanistas de MenuiserieSalé Moderne tallan a mano la madera, para crear decoraciones en muebles y puertas artesanas que venden a particulares o exportan a Europa. La técnica se trabaja en madera de cedro original de Marruecos, se dibuja en un papel la cenefa, se tallan los motivos florales y tradicionales marroquíes en la madera y, finalmente, se decora con detalles en hueso y metal. Es sólo un ejemplo de la variedad de artesanías y talleres que puedes encontrar en la medina de Salé. Lo encontrarás en: souk El Kabir, en la medina, Salé.

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Tacto El-Ghezel, el zoco de la lana en Salé La lana virgen se sumerge en agua muy caliente en una bañera de piedra con un horno de leña en la parte inferior. Se le añade pigmento natural, según el color que se desee, y se remueve con un palo largo de madera. Se tintan las distintas balas de lana de color amarillo, verde, azul, rojo, rosa o naranja, en función de las comandas, y se cuelgan en la pared hasta que se secan. El proceso de la lana se vive en el Zoco el-Ghezel de Salé, que está a la sombra de los árboles y es donde se regatea el precio de la lana, tintada o virgen, y se subasta ropa que traen las mujeres al mercado. Lo encontrarás en: Place Souk el-Ghezel, en la medina, Salé.

Los tatuajes de Henna La henna, utilizada para decorar manos y pies, es uno de los elementos más representativos de la belleza y la cultura popular marroquí. Símbolo generador del bien y talismán contra el “mal de ojo” o cualquier otro maleficio, se utiliza desde hace siglos en todas las ocasiones festivas y ceremonias religiosas. Aunque es en las bodas donde la aplicación de la henna adquiere un sentido casi místico. Los diseños abarcan desde los más simples, hasta auténticas obras de arte, en los que abundan motivos florales o lineales. En las Ciudades Imperiales es posible ver muchos puestos callejeros donde tatuadores, mayoritariamente mujeres, trazan auténticas obras de arte sobre la piel.

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Tacto La cerámica de las tagines La cerámica es uno de los productos típicos de Marruecos, y la tagine, es sin duda alguna su pieza estrella. Hechas para el uso práctico o simplemente para la ornamentación, se modelan en un torno y, una vez cocidas, se enfrían durante varias horas, se recubren con un esmalte blanco y, sobre la cubierta, el artesano dibuja rosetones y motivos decorativos con un pincel y a mano alzada. También podemos encontrarlas sin pintar, aunque es típico que cada una de las regiones del país utilicen sus propios tonos, principalmente cuatro: marrón, verde, azul y amarillo. Este último es el más representativo de la ciudad de Salé, uno de los sitios más famosos por su producción. Los alfareros siempre se alegrarán de demostrar su destreza con las manos y te invitarán a un té con menta mientras ves como trabajan. Lo encontrarás en: la medina de Salé y en el complejo artesanal Village des Artisans, Salé.

Productos de belleza Callejeando por los zocos es imposible no detenerse ante la variedad de productos de belleza, para muchos de nosotros inverosímiles, que ofrece la cultura marroquí: aguas florales, como la de rosas; jabón negro, elaborado a partir de aceitunas negras y que es un potente exfoliante natural; polvo Kohl, utilizado para delinear los ojos; aceites, como el extraído del higo chumbo o el famoso aceite de argán; piedra pómez, utilizada como exfoliante; pasta dental al miswak, blanqueadora; diferentes tipos de henna, para cuerpo y cabello; o perfumes sólidos vendidos en bloques de colores. Y es que las mujeres marroquíes utilizan un sinfín de productos para embellecerse, totalmente naturales y artesanales, que no tienen nada que envidiar a los productos cosméticos químicos que compramos en Occidente. Es un gusto perderse y experimentar olores y texturas nuevas en la piel, ¡sólo atrévete! 85



Olfato Salé

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a visita a la ciudad vecina de Rabat, Salé, al otro lado del río Oued Bou Regreg, es obligada, por el contraste con la capital y por las historias que se cuentan de ella. La que fuera el principal núcleo urbano de la región hace unos años, fundada en el siglo X, es ahora parte de la capital del país. Salé es una ciudad de mercados, de pescadores, de antiguos piratas, de recato y vida tranquila, mucho menos turística que Rabat. Accedemos a la medina por la Puerta del Mar (Bab el Mrissa), una de las entradas a la zona amurallada de Salé, o por la zona donde está la estación de tren Gare Salé. El olor intenso de la medina se te mete por todos los poros de la piel, también por las fosas nasales. Es una mezcla de carne, verduras, especias, pescado y comida podrida que transforman el viaje en toda una experiencia. En Salé debes visitar el Mellah o barrio judío, los zocos y la Gran Mezquita, y siguiendo el trazado de la muralla llegas hasta el cementerio de los pescadores, que es precioso y tiene vistas al mar. Lo encontrarás en: saliendo de Rabat por el puente de Mulay Hasan. El Mellah y la Gran Mezquita los encontrarás dentro de la medina, entrando por la puerta Bab Fès, Salé. 87


Olfato Las ruinas de Chellah Uno de los grandes atractivos de Rabat es el conjunto de Chellah, antigua ciudad romana y posteriormente necrópolis de la dinastía de los meriníes. La Santa Colonia fundada por los romanos fue una ciudad próspera hasta su abandono en el siglo IX. Los meriníes aprovecharon las ruinas ya en el siglo XIV y convirtieron la zona en una gran necrópolis, terminada en 1339 tal y como se lee en la inscripción cúfica de la puerta de entrada. A pesar de la grandiosidad del conjunto, en la actualidad se encuentra en ruinas debido al terremoto de Lisboa de 1755. Lo encontrarás en: saliendo por Bab Zaer, al lado de Bd. Moussa ibn Nossair, Rabat. Horario: de 8.30 h a 18 h, todos los días de la semana Precio: 10 DH

Las playas de Rabat Cuando imaginamos Marruecos, siempre nos vienen a la mente exóticos parajes, pero lo cierto es que entre las ciudades Casablanca y Rabat se extiende una de las franjas de playas más concurridas del país. Todos los veranos las playas son invadidas por miles de locales y algún que otro turista despistado, con la intención de respirar del bullicio de la ciudad. Resulta curiosa la imagen de ver a turistas en bikini justo al lado de una mujer marroquí vestida con el niqab que se refresca en la orilla. No obstante, las costas también soy muy concurridas por surfistas, que siempre han considerado las costas de Marruecos como un lugar de referencia para practicar el surf. Es especialmente recomendable la playa de Mehdia, ubicada a 30km de Rabat, porque alberga una de las mejores escuelas de surf del país. Lo encontrarás en: Mehdia, saliendo de Rabat hacia el sur, por la carretera que va a Casablanca. 88


Olfato Mercado Central de Rabat Los mercados son fascinantes y el viajero no debe perder la ocasión de visitarlos. Y es en su bullicio, diversidad desbordante, colores, sabores y texturas, donde verdaderamente se congrega el alma del pueblo. El mercado Central de Rabat es quizás algo menos exótico de lo que podríamos esperar, pero sigue manteniendo el encanto y la hospitaldiad propia de este país encantado. En él podemos encontrar víveres de todo tipo, desde pescados y carnes expuestos al publico en callejones estrechos, a huevos, legumbres, dulces recién hechos, aceitunas, crêpes para degustar in situ… Los tenderos de los puestos te invitan a probar mientras te miran con gesto curioso. En Rabat es un tanto atípico ver turistas paseando por sus calles. Quizás eso sea lo más interesante y no deba perderse la autenticidad de este lugar. Lo encontrarás en: siguiendo la Av.Mohammed V, entrando a la medina a la izquierda.

Las murallas de la medina La zona amurallada de Rabat encierra el casco antiguo medieval: la medina. Dentro de la muralla almohade, los coches circulan con menos frecuencia y las calles son más estrechas y desordenadas. Las paredes del muro son imponentes, de color tierra y están bien conservadas, lo que contrasta con la basura que se acumula en el exterior. Actualmente hay más de dos puertas, pero destacan la de Bab er Rouah (puerta norte, que da a la Kasbah de los Oudayas) y la de Bab Zaer (puerta sur, que conduce a Chellah). Cuando cruces una de las dos puertas de la muralla que rodea la medina, déjate perder: seguro que no eres el mismo al salir. Lo encontrarás en: alrededor de la medina de Rabat, en el extremo norte. 89



Oído La música marroquí

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l panorama musical marroquí tradicional contrasta con el más moderno, que tiene una vertiente underground, conocida como Nayda, cada vez con más seguidores. Algunos de los grupos actuales son Darga, H-kayne, Fez City Clan y la conocida cantante Oum. Todos ellos se mueven en los géneros del hip hop, el reggae, el rock, el pop y la fusión con la música gnoua (música folklórica de trance hipnótico). Un punto de encuentro importante para los cinéfilos y amantes de la música, es el Festival Internacional de Rabat (www.rabatfilmfest.org) que tiene lugar durante los meses de junio y julio. Destaca también la Villa des Arts, en el centro de Rabat, que es un lugar de creación artística abierto, gratuito y participativo, abanderado de la agitación cultural de la capital marroquí. En el recinto de la Ville des Arts hay distintas salas de exposiciones, una mediateca, la Avenida de los Artistas -que es el sitio donde se intercambian ideas y propuestas novedosas- y otros espacios de creación artística. Aunque nació como un centro elitista, ha cambiado el rumbo y actualmente es una propuesta activa y cercana a la sociedad marroquí, donde se realizan festivales y eventos culturales y musicales como el Festival JazzCervantes. Lo encontrarás en: Calle Beni Mellah, 10, esquina con Av.Mohammed V, Barrio Hassan, Rabat. Horario: todos los días de 9.30h a 19.30h. Precio: gratuito. 91


Oído El tranvía que une Rabat con Salé Al llegar a Rabat nunca pensamos que nos encontraríamos el tranvía que une la ciudad con la vecina, Salé. Te aísla auditivamente del exterior por completo, transportándote a la que se asemeja como la más moderna ciudad de Europa, sin ruido, confortable y rápido. La imagen es cuanto menos curiosa, contrastando con los edificios de estilo marroquí y el ritmo de Rabat. Es uno de los ejemplos del desarrollo económico que ha experimentado Rabat en los últimos años, y contrasta con la imagen que se tiene de Marruecos. Existen dos líneas de tranvía, que abarcan cerca de 20Km de recorrido y más de 30 estaciones, pasando por los puntos importantes de la ciudad. El billete cuesta 7 DH.

Niños jugando en la calle No es extraño ver a grupos de niños correteando, riendo y jugando alegremente en las calles del centro antiguo, formando así una atmósfera que se fusiona con el bullicio de la medina. Muchos de ellos, lejos de la mirada controladora de sus padres y en un francés bastante limitado, no dudan en pedir a los turistas que les fotografíen para poder contemplarse en el monitor o entablar conversación. Igual que todos los niños del mundo, son curiosos e inquietos y cualquier excusa es buena para ellos para hacer un nuevo amigo. No importa que no compartáis el idioma, los niños siempre te devolverán la sonrisa. 92


Oído Festival Mawazine en los Jardines Andaluces Es uno de los pulmones verdes de Rabat, un poco escondido en la Kasbah des Oudayas. En los Jardines Andaluces se puede pasear tranquilamente cuando el clima es agradable, y son uno de los escenarios, en mayo, del Festival de música Mawazine, que atrae músicos internacionales. Este festival se extiende por la capital de Marruecos con distintos escenarios a parte de los Jardines Andaluces, como el Bou Regreg y Chellah, ofreciendo conciertos multitudinarios. Es uno de los eventos que promueve la imagen moderna de Marruecos, aunque no se salva de los escándalos que envuelven a menudo este tipo de encuentros. El cartel presenta cada año más de cien artistas de la talla de Karam Najwa, Shakira, Stevie Wonder o Kylie Minogue.

El canto de las cigüeñas en Chellah De Chellah sorprende sus ruinas, pero todavía sorprende más lo que escuchas. En un lugar que transmite una profunda tranquilidad, las cigüeñas son las reinas del lugar y se han asentado en los árboles y en lo alto del minarete en ruinas de la necrópolis. Rompen el silencio cuando gritan de forma estridente y campan a sus anchas en un espacio abierto donde te haces pequeño ante la inmensidad pasada y presente de Chellah. Son cigüeñas blancas, que emigran desde el norte –a menudo desde España- y pasan el invierno en Rabat, soportando lluvias y tormentas, pero a gusto. 93


Dormir en Rabat

Riad Oudaya En un callejón de la Medina está el riad más conocido en Rabat, o por lo menos el más transitado. Es una mezcla de estilo marroquí y occidental, con un patio central y habitaciones encantadoras. Es un riad de categoría.

Los encontrarás en: Lo encontrarás en: Rue Sidi Fateh, 46 Contacta con ellos en el teléfono: +212 537 702 392 www.riadrabat.com 94


Dormir en Rabat Hotel Belère Es acogedor, con habitaciones agradables y cómodas camas, y aunque el desayuno no es lo mejor, es pasable. El Hôtel Belère está a dos minutos de la Estació de tren de Rabat Ville y lo transitan hombres de negocios, por lo que el precio es un poco más elevado que los demás. Lo encontrarás en: Avenue Moulay Youssef, 33 Contacta con ellos en el teléfono: +212 537 203 302 / 537 203 301 www.belerehotels.com

Hotel Balima Imponente hotel en la Av.Mohammed V con discoteca, restaurante y un estilo entre antiguo y retro. Tiene una terraza que es un punto de encuentro y de ocio, donde la gente toma algo tranquilamente viendo volar a las palomas y pasear a la gente por la gran avenida de Mohammed V. Lo encontrarás en: Av.Mohammed V, 283 Contacta con ellos en el teléfono: +212 537 708 625 / 537 707 755 www.hotel-balima.net

Hotel Splendid Es un hotel acogedor, con habitaciones grandes en las que la luz entra con personalidad y un patio encantador. El Splendid está en el centro de la Medina, es gracioso y está bien de precio. Es uno de los hoteles destacados en Rabat, recomendado si eres un viajero intrépido. Lo encontrarás en: Rue Ghazza, 8, Medina

Contacta con ellos en el teléfono: +212 537 723 283

Hotel Central El Hotel Central está justo delante del Hotel Balima y es más económico, así que resulta una buena opción para dormir barato y bien ubicado en la ciudad. Es un alojamiento sencillo y más práctico que encantador, pero si lo que buscas es un sitio para dormir tranquilo, puede ser tu hotel. Lo encontrarás en: Rue Al-Basra, 2 Contacta con ellos en el teléfono: +212 537 707 356

Otros Hoteles en Rabat Hotel Majestic

Dirección: Av.Hassan II, 121 Tel: +212 537 722 997 www.hotelmajestic.ma

Le Piétri Urban Hotel Dirección: Rue Tobrouk, 4 Tel:+212 537 707 820 www.lepietri.com

Dar El Kebira

Dirección: Rue des Consuls, 1 Impasse Belghazi, Medina Tel: +212 537 724 906

Hotel Dorhmi

Dirección: Av.Mohammed V, 313 Tel: +212 537 723 898

Hotel d’Orsay

Dirección: Av.Moulay Youssef, 11 Tel: +212 537 701 319 95


Comer en Rabat

Restaurantes Le Petit Beur:

Rue Damas, 8 Teléfono: +212 537 731 322 De 60 a 150 DH

Tajine wa Tanja:

Rue de Baghdad Teléfono: +212 537 729 797 De 70 a 100 DH

Al Marsa:

Marina du Bouregreg Teléfono: +212 537 845 818 De 80 a 200 DH

La Maison Arabe:

Hôtel Tour Hassan, Rue Chellah, 26 Teléfono: +212 537 704 202 De 80 a 140 DH

Le Grand Comptoir:

Av.Mohammed V, 279 Teléfono: +212 537 201 514 De 150 a 300 DH

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Llegar a Rabat En avión

Transportes públicos

Aeropuerto de Rabat Salé

ONCF

El aeropuerto de Rabat Salé está situado a 10 km del centro de la ciudad, en la carretera de Meknès. Royal Air Maroc: Av. Mohamed V, Rabat. Tel: +212 (0) 537 808 090 Tel. reservas: +212 (0) 537 219 221 Conexión con el centro de la ciudad: Taxi pequeño. Precio: 100DH.

Aeropuerto Mohammed V de Casablanca El aeropuerto internacional de Casablanca está localizado a unos 130 km al sur de la ciudad de Rabat. Hay vuelos regulares a Barcelona, Madrid, Málaga, Bilbao, Alicante, Las Palmas, a todos los aeropuertos de Marruecos y a la mayor parte de las capitales del mundo. Royal Air Maroc: Av. Des FAR, 44, Casablanca. Tel: +212 (0) 522 539 040 Tel. reservas: +212 (0) 522 464 100 Conexión con el centro de la ciudad: Tren. Precio: 65 DH.

Trenes hacia Tánger, Oujda, Fez, Casablanca, Marrakech y al aeropuerto Mohamed V. Existen tres estaciones, la de Rabat-Ville (en pleno centro de Rabat), la de Rabat-Agdal y la de Salé.

Autocares CTM

Salidas periódicas hacia Casablanca, Fez, Tánger, Chefchaouen, Tinerhir, Tissint, Laayoune y Taza. Salen de la carretera de Casablanca, a 4 km del centro de la ciudad.

Por carretera La autopista A-1 comunica con Tánger, la A-2 con Fez y Meknès y la A-3 con Casablanca. La carretera N-1, buena pero con mucho tráfico, enlaza igualmente con Casablanca al suroeste y Tánger al nordeste. La carretera R-322, comunica Rabat con Casablanca. Aunque un poco estrecha, es una carretera que pasa por la costa y tiene un paisaje precioso. También tiene menos tráfico. La carretera N-6, amplia y bien asfaltada, llega a Meknès por el este.



Marrakech

Designada como la ciudad roja, Marrakech encierra en sus murallas una de las medinas mรกs hermosas del mundo รกrabe. Ubicada en las puertas del desierto, tradicionalmente ha sido y sigue siendo el centro de comercio mรกs importante de Marruecos.



TOP 5 MARRAKECH 1.Vista:

Palacio Bahía

2.Gusto:

Crepes Marroquís

3.Tacto: Telas

4.Olfato: Essaouira

5.Oído:

Hospitalidad Marroquí

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Vista El Palacio Bahía

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l pasado y la tradición de Marruecos se unen en este espectacular palacio, uno de los emblemas principales de Marrakech. A pesar de lo que pueda parecer a primera vista, el Palacio de la Bahía es una construcción de finales del siglo XIX proyectado por el visir Ba Ahmed con la intención de poseer el palacio más grande del mundo. Cientos de artesanos trabajaron durante siete años con ese objetivo, y aunque no lograran el cometido, las ocho hectáreas de jardines son muestra de su majestuosidad. Se siguieron las pautas arquitectónicas clásicas árabes y andalusíes, por lo que sus bellos arcos, mosaicos y fuentes te transportarán inmediatamente a monumentos incontestables como la Alhambra de Granada. En tiempos del protectorado, el mariscal Lyautey, principal autoridad francesa en el territorio, se instaló en el palacio como muestra de autoridad. A día de hoy sólo es visitable un tercio del total del conjunto, lo que da una idea del gran poder del visir y de la apabullante arquitectura árabe. La entrada cuesta 10 dirhams y se encuentra en plena medina de la ciudad. Lo encontrarás en: Rue Riad Zitoun Jdid Horario: de 8h45 a 11h45 y de 14h30 a 17h45, de Sábado a Jueves y de 8h45 a 11h30 y de 15h00 a 17h45, los Viernes. Precio: 10 DH 103


Vista

El Museo de Marrakech

El museo de Marrakech se encuentra en un antiguo palacio de más de 2000 metros cuadrados, en los cuales no faltan los jardines y patios. Fue construido a finales del siglo XIX siguiendo el estilo de las grandes casas marroquíes, por lo que es un enorme riad que constituye en su conjunto una gran obra de arte. Del edificio destaca su impresionante palacio interior, pero la exposición que ofrece al visitante no queda en ningún momento en segundo plano. Encontrarás una gran variedad de objetos, desde muebles hasta armas, pasando por vestidos, joyas y todo tipo de artesanía. No falta la pintura, clásica y actual, ni la música, que otorga al museo una potente fuerza evocadora. Lo encontrarás en: Place Ben Yousef Horario: todos los días de 9h a 18h30 Precio: 40 DH, pero si compras la entrada combinada con la Medersa Ben Yousef y la Quobba Almoravide, la entrada cuesta 60 DH por los tres

La Medersa Ben Yousef La Medersa Ben Yousef se construyó en el siglo XVI con el objetivo de ser el mayor centro de estudios coránicos de su tiempo. No sólo lo logró, sino que ha llegado a nuestros días convertido en un monumento tan apabullante como la tradición cultural árabe y andalusí. Los impresionantes arcos y puertas, y la decoración a través de mosaicos, arabescos en piedra, madera y mármol, conviven con las modestas habitaciones de los estudiantes. Entre ellas también pueden verse diferencias, incluso las existentes entre aquellos muchachos que provenían del campo y los que eran parte de familias urbanitas. El patio interior simplemente te dejará con la boca abierta. Lo encontrarás en: Place Ben Yousef Horario: todos los días de 9h a 18h30 Precio: 40 DH, pero si compras la entrada combinada con el Museo de Marrakech y la Quobba Almoravide, la entrada cuesta 60 DH por los tres 104


Vista La Koutoubia Esta mezquita es el monumento más visible de Marrakech. Está situada muy cerca de la plaza de Jemaa el Fna y te servirá como guía para orientarte en la ciudad, tanto a través de la vista como del oído. Su minarete de casi 60 metros de altura, que remite a la Torre Hasan de Rabat y a la Giralda de Sevilla, lleva desde el siglo XII llamando a la oración. Es visible desde muchos metros a la redonda y los cánticos que de allí salen se oyen por toda la medina, con lo que descubrirás una de las razones por las que la palabra minarete, en origen, significaba faro. Lo encontrarás en: Place de la Koutoubia Importante: acceso prohibido a los no musulmanes.

Las tumbas Saadíes Las tumbas saadíes son un imponente mausoleo en el que reposan los monarcas de la dinastía Saadí. Comenzaron a erigirse en la última década del siglo XVI y hasta seis reyes están enterrados en ellas. Los edificios que conforman este panteón están construidos en la más firme tradición arquitectónica árabe y gracias a su belleza fue un lugar admirado y respetado por las dinastías posteriores. Sin embargo, con el paso de los siglos, las tumbas saadíes se convirtieron en un tesoro perdido hasta su redescubrimiento por pilotos franceses en 1917. El interior de las estancias se ha de ver desde el exterior, unos jardines donde se encuentran las tumbas de los sirvientes. Lo encontrarás en: Rue de la Kasbah Horario: de 8h30 a 11h45 y de 14h30 a 17h45, de Lunes a Sábado Precio: 10 DH 105



Gusto Los crêpes, el desayuno tradicional

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unque en dialecto árabe marroquí los crêpes se llaman msemen, la mayoría de la gente les llama por el nombre francés, ya que se trata de una variación de los franceses, introducida y adquirida como propia durante el largo protectorado que dicho país tuvo sobre Marruecos. Los crêpes son el desayuno estrella de Marrakech y de Marruecos en general. Los encontrarás en cualquier puesto de la ciudad durante todo el día, así como en los desayunos de los hostales. Estos crêpes son más gruesos que los franceses, ya que se utiliza una mayor cantidad de masa que se trabaja durante mucho tiempo y se dobla varias veces. El aceite es fundamental en su preparación y le otorga un sabor intenso sin igual, así como una textura suave y esponjosa. En todos los hostales de Marrakech los encontrarás a la hora del desayuno, acompañando al tradicional té con menta que regenta todas las mesas a primera hora de la mañana. Los crêpes se sirven con mantequilla, mermelada o miel, aunque en algunos riads los servirán acompañados de queso, por si prefieres comerlos salados. Tú decides si los quieres dulces o salados, aunque te proponemos que intentes la mezcla de dulce con salado, algo típico en la cocina marroquí. Sólo depende de ti qué mezcla hagas. 107


Gusto Comer en la Plaza Jemaa el Fna La plaza se transforma en un paraíso para el gusto al caer el sol. La transformación se produce hacia las seis o las siete de la tarde (dependiendo de la época del año) cuando los vendedores ambulantes, los encantadores de serpientes y los acróbatas dejan paso al montaje de tenderetes con cocinas de fogones, ingredientes a la vista y una serie de bancos donde poder sentarse a comer. Allí encontrarás numerosos puestos de comida donde cenar muy bien y muy barato. Destacamos tres que no te puedes perder: el puesto número 14, donde comerás el mejor pescado de Marrakech, el número 72, de lentejas y habas a un precio irrisorio, y el 114, donde podrás degustar todo tipo de platos marroquíes. Lo encontrarás en: Place Jemaa el Fna Horario: todos los días de 17h30 a 1h30

Restaurante Oscar Progres Si sales de la plaza en dirección a la Koutubia verás dos avenidas que cruzan a tu izquierda. Allí es donde se encuentra este pequeño restaurante, sobrio en su decoración pero exquisito en sus platos. Su salón, de mesas corridas, acoge a un gran número de visitantes, tanto extranjeros como marroquís, por la calidad con la que se prepara la comida típica marroquí, por las generosas cantidades ofrecidas y porque sus precios son muy bajos. Todos los platos son más que aceptables, pero la especialidad de la casa son las parrilladas de carne, aunque otros platos, como el cordero con ciruelas, son excepcionalmente buenos.

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Lo encontrarás en: Rue Bani Marine, 20 Horario: todos los días de 10h a 24h Precio: de 30 a 50 DH


Gusto

Restaurante N’Zaha En una de las esquinas de Jemaa el Fna se encuentra este restaurante que propone unos platos de comida tradicional marroquí a unos precios muy ajustados para su categoría. Tiene un comedor cerrado y una terraza con mesas en la misma plaza, ésta última más agradable por la noche que durante el día. Tienes dos opciones, o pedir un menú que incluye la bebida y el postre o coger platos sueltos de la carta. Debes tener en cuenta, si eliges el menú, que las cantidades son muy generosas, así que, según el hambre que tengas, platéate la posibilidad de compartir un menú. Lo encontrarás en: Place Djemaa el Fna, rue Riad Zitoun el Kdim Horario: todos los días de 10h a 24h Precio: de 50 a 100 DH

Chez Mariame Bèreber Saliendo del Museo de Marrakech en dirección a los zocos y en medio del barullo de las compras y las ventas se encuentra este pequeño restaurante, de pocas mesas pero muy acogedor y cercano; un buen refugio para el calor del verano. Pinchos de carne, couscous y tagines bastante aceptables por su precio en un ambiente agradable, con un servicio rápido y amable. Los comensales son básicamente marroquís y la cocina se encuentra bajo tierra, en un pequeño sótano desde donde se sirven los platos. Además, está a pie de calle, por lo que no te pierdes nada de lo que ocurre en el zoco. Lo encontrarás en: Derb Sidi Ishak Precio: de 50 a 100 DH

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Tacto Tocar las telas

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uando pasees por los zocos de Marrakech no podrás evitar acercarte a los colores llamativos de las telas. No podrás resistirte a tocarlas, con la textura que sólo un producto artesanal consigue. De hecho, si te interesan las telas, no te puedes perder los secaderos de telas que se encuentran en la medina. Atrévete después a apreciar el producto final, hecho a través de estas telas. Sean pañuelos o Chilabas, que son una túnica masculina cerrada con capucha, o el Caftán, que es el traje tradicional femenino. En cualquier rincón de la medina te encontrarás con telas colgadas aprovechando la estructura de las calles, patios o plazas. Marrakech no sería lo mismo sin la estampa de las telas colgadas, ya sea para su secado o su venta, ¡no te resistas a tocarlas cuando las veas! Lo encontrarás en: La Maison du Tissage, Znikhet Rahba Horario: todos los días de 9h a 19h

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Tacto Instrumentos artesanales En el zoco kimakhine es donde se encuentran los artesanos de los instrumentos musicales. Allí escucharás sonidos y melodías saliendo de los talleres, en las que un maâlem (maestro) estará tallando un trozo de madera que convertirá en un instrumento, probablemente un guembri (tipo de guitarra Gnoua), antes de revestirlo con piel de cabra o de pescado. También es posible que encuentres los maâlem tallando las darboukas (tipo de tambor utilizado por árabes y berebers) y taras (una especie de pandereta). Adéntrate en estos talleres, siempre teniendo el máximo respeto por los trabajadores, y aprecia el arte de fabricar instrumentos con materias primas tradiconales o en su versión más moderna, hechos de materiales reciclados. Lo encontrarás en: el Souk Kimakhine Horario: horario comercial (cambia durante el Ramadán)

El Hammam, masajes y tradición No puedes dejar Marrakech sin experimentar la tradición de purificación del hammam, donde pasarás por diferentes salas donde el protagonista principal es el vapor. Las diferentes piscinas, de distintas temperaturas, te harán conocer la relajación y, por un módico precio, conocerás los placeres de un buen masaje. Déjate relajar y experimenta las distintas texturas de las cremas y aceites que utilizan en estos masajes, como el aceite de argán o los exfoliantes naturales. Existen muchos y variados hammams dentro mismo de la medina, pero recuerda ir siempre bien informado y con respeto. ¡No te olvides de tus chanclas o de comprar unas en los zocos, que allí siempre encontrarás lo que necesites! Lo encontrarás en: Hammam Addi, Rue Riad Zitoun el Kdim Horario: todos los días de 7h a 24h Precio: existen varios precios que oscilan entre los 50 y 400 DH 112


Tacto El zoco de las babuchas Las babuchas son el calzado estrella de Marrakech. Las encontrarás en el zoco Smata, una galería cubierta bañada por una luz tenue, donde los colores y adornos de las babuchas te transportarán a un mundo mágico. Las hay de todas las tallas y formas: las redondas son de origen berebere, mientras que las puntiagudas son típicas de la ciudad. Hechas con piel de camello, de vaca, de cabra, de cebra o de serpiente; no te resistirás a comprar unas. No dudes en tocarlas y a experiméntalas, comprobarás como son cómodas y apreciarás su delicado trabajo artesanal. ¡A la hora de comprar es obligatorio regatear! Lo encontrarás en: Souk Smata Horario: horario comercial (cambia durante el Ramadán)

La curiosidad del incienso El incienso sorprenderá a todo aquél que se dé cuenta de que lo está viendo. Lejos de las barritas que nos venden en Europa, el incienso se obtiene de la resina del árbol del incienso. En los zocos encontrarás unos bloques de resina de incienso que podrás tocar y comprar a granel. Aunque su aspecto te resulte extraño, ya que se asemeja a una piedra o una madera más que al incienso al que estamos acostumbrados, quémalo y huélelo, se te quitarán todas las dudas. Debes preguntar al tendero para poder identificarlo, o quizá él mismo te pregunte ¿sabes lo qué es esto? Probablemente no logres saber qué es. Compra un bloque, no hay problema en pasarlo por la frontera. Lo encontrarás en: Place Rhaba Kdima 113



Olfato El olor a mar de Essaouira

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sólo 180 km del bullicio de Marrakech, te adentrarás en el mundo olfativo del océano Atlántico. El viaje de tres horas en autobús es, por sí solo, toda una aventura, pero al ver a lo lejos la ciudad, cuya medina es patrimonio de la humanidad por la UNESCO, te adentrarás en un ambiente medieval, acogedor y alegre; un ambiente de mar. Paseando entre las murallas, cañones y fortificaciones portuguesas del siglo XVIII, te encontrarás con la isla de Mogador, que en el siglo I ya atraía a los romanos a este pintoresco pueblo. Allí, existía una especie de caracol marítimo que vivía en las rocas de esta isla, y que era el principal constituyente de la tinta púrpura del Imperio, la púrpura de Tiro, uno de los productos más apreciados en el mundo romano. Dentro de la medina, entre calles serpenteantes, te encontrarás varios zocos, entre ellos, el de los tallistas de la conocida madera de tuya, típica de la región. La música Gnaoua, la gastronomía rica en pescado, las maravillosas playas y la amabilidad de su gente, completan el entorno de una forma tan mágica que te enganchará. Y si eres amante de los deportes acuáticos, no dudes en visitar Essaouira. Ubicación: a 180 kilómetros al oeste de la ciudad de Marrakech Duración del viaje: unas 3 horas Precio: Autobús público 50DH. Autobús CTM 80DH 115


Olfato Los colores de los jardines Majorelle Olvídate por un momento del olor de las especias de la medina para adentrarte en los Jardines Majorelle, un auténtico pulmón verde en la ciudad de Marrakech. Deléitate con los colores y con la flora que aquí existe, pasea por los caminos y descansa un rato en sus sombreados bancos. Este jardín fue creado por el pintor francés Jacques Majorelle con el objetivo de encontrar un espacio de paz alejado del bullicio. Disfruta de la exposición pictórica que recorre la vida de Yves Saint Laurent, que está enterrado en estos jardines, recorre el Museo Bereber y siéntate en el café interior, donde unos aspersores de agua te rociarán con vapor de agua fresca mientras te tomas un delicioso té acompañado con pastas. Lo encontrarás en: Avenue Yacoub el Mansour, Guéliz (Ciudad Nueva) Horario: todos los días de 8h a 18h Precio: 50DH (Jardines)/ 15DH (Museo Bereber)

La Menara Se quieres huir de la ciudad, la Menara es una buena opción. Un jardín inmenso de olivares y árboles frutales que está en la zona de Hivernage, en la ciudad nueva. Con el Atlas como telón de fondo, aquí puedes encontrar el antiguo Pabellón de la Menara, que data del siglo XVI, y su lago artificial, una obra maestra de la ingeniería medieval, cuya agua proviene de un acueducto que es alimentado por las aguas puras y frescas de las montañas del Atlas. Estás delante de uno de los paisajes más fotografiados de Marrakech y un refugio excelente para el calor del verano. Lo encontrarás en: Av. de la Menara Precio: entrada gratuita 116


Olfato Los Ciber Jardines A un paso de la medina puedes gozar de un espacio verde y fresco, a la sombra de una palmera, sin desconectarte del mundo virtual. Los Ciber jardines te permiten tener acceso gratuito a internet, al mismo tiempo que encuentras un sito para descansar sin pagar entrada. Este espacio se ideó en el siglo XVIII por el hijo del sultán Alauí Sidi Mohammed Ben Abdallah, quien lo pensó como un jardín de cultivo de productos para el consumo proprio, como dátiles, olivas o frutas, dentro de un espacio cuidadosamente diseñado. Pero el jardín no fue terminado antes de la muerte de su creador y, cuando llegaron los franceses, la mayoría de cultivos fueron eliminados y se apostó por una estructura más lineal. Dentro del jardín encontrarás el Museo de la Telecomunicación de Marrakech. Lo encontrarás en: Av. Mohamed V Precio: entrada gratuita a los jardines y acceso gratuito a internet.

La llamada del desierto

sus imponentes 150 m de altura.

Si sientes la llamada del desierto debes acudir a ella. Las principales excursiones al Sahara salen desde Marrakech. Lo único que tienes que tener en cuenta es de cuántos días dispones. Si tienes pocos días, aventúrate hasta Zagora, una zona más árida y con menos dunas, pero donde puedes visitar la Kasbah Ait Benhaddou en Ouarzazate. Si tienes más días, viaja hasta Merzouga, donde encontrarás la imagen que imaginas cuando piensas en el desierto. Pasarás por Ait Benhaddou, por lo que no te perderás esta impresionante Kasbah, por los valles del Roses y del Draa o las gargantas del Dades y del Todra, hasta llegar a las dunas Erg Chebbi, con

Ubicación: a 360 km de Marrakech (Zagora) y a 550 km de Marrakech (Merzouga) Duración del viaje: 7h a Zagora y 10h a Merzouga Precio: de 300 a 700DH

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Oído La hospitalidad en Marrakech

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i algo hace de Marruecos un destino realmente atractivo es la hospitalidad de su gente. A lo largo del recorrido que une las cuatro Ciudades Imperiales encontrarás tenderos que te invitarán a un té con menta mientras negociáis el precio de un producto, y gente que te abrirá la puerta de su casa con una sincera sonrisa, ya sea para invitarte a comer o para enseñarte sus costumbres. En Marrakech, te encontrarás con fiestas improvisadas en las azoteas de todos los hostales, donde la música y el olor a té con menta harán que te sea imposible rechazar la invitación. En los riads, alguien se ofrecerá para darte clases magistrales de danza del vientre o de cocina tradicional marroquí, donde las risas y las charlas estarán aseguradas. En Marrakech, la hospitalidad tiene nombre de mujer y se llama Kenza. A ella la encontrarás en el Riad Sacr, incluido en la lista de los hostales de esta guía. La frase Bienvenidos, esta es vuestra casa, es una de las máximas de la hospitalidad en Marruecos y, aunque a veces pueda parecer un mito, si tienes los ojos abiertos y rehúyes la desconfianza, te darás cuenta de que la hospitalidad marroquí también existe en Marrakech. Lo encontrarás en: Riad Sacr (para la dirección y los precios, ver el apartado Dónde dormir en Marrakech de esta guía) 119


Oído

La convivencia de las religiones Comunidades judías y cristianas conviven con el Islam en Marruecos. Desde tiempos inmemoriales, Marruecos ha sido un territorio de paso que unía África con el viejo continente, por lo que diferentes etnias y culturas han tomado Marruecos como escenario principal. De las numerosas migraciones que conoció el país a lo largo de los siglos, emanó un espíritu de tolerancia y apertura de mente que ha durado hasta la actualidad. En Marrakech encontrarás mezquitas por todos lados, pero también existe una iglesia cristiana en la Ciudad Nueva (Guéliz) donde podrás ir a misa, así como una antigua sinagoga judía en el barrio del Mellah que, si bien actualmente está en desuso, es un testimonio vivo de la tolerancia del Islam respecto las otras religiones. Sinagoga de Lazana La encontrarás en: Derb Ragrada, 6, Mellah (dentro de la medina) Horario: de lunes a sábado de 9h a18h Église des Saints-Martyrs (Iglesia cristiana) La encontrarás en: Rue el Iman Ali, Guéliz (Ciudad Nueva)

Venta en las calles La medina de Marrakech está repleta de complejos artesanales, como el de la Avenida Mohamed V, así como de zocos laberínticos donde se pueden adquirir todo tipo de productos artesanales procedentes de Marrakech y de otras ciudades, como la madera de Essaouira y la cerámica de Safi. Los vendedores resultan muy empalagosos e insistentes y los precios que piden no guardan relación alguna con la realidad. No debes olvidar que te encuentras en la ciudad más turística de Marruecos, por lo que los precios resultan mucho más caros respecto otras ciudades como pueden ser Fez o Rabat. El regateo, pues, se convierte en algo obligatorio, y esto es algo que debes tener en cuenta si no quieres ser estafado o no quieres ofender a nadie. Regatear es una costumbre marroquí muy arraigada, no tengas vergüenza. Lo encontrarás en: todos los zocos de la medina de Marrakech Precio: el que consigas sacar 120


Oído Gatos y perros Pocas veces en Marrakech verás a un marroquí paseando a su perro. Tampoco verás demasiados perros por la calle y puedes tener la certeza de que, los que veas, probablemente serán de un extranjero. En cambio, te darás cuenta que las calles de la ciudad están llenas de gatos poco asustadizos que se te acercan sin miedo pidiendo comida. Esto es debido a que el Islam considera a los perros como animales non gratos, puesto que antiguamente eran animales sucios que transmitían enfermedades. En cambio, se dice que si una mujer cuida a un gato durante toda la vida, las puertas del paraíso quedarán automáticamente abiertas para ella, por lo que es habitual que las mujeres salgan con comida y tarros con leche para alimentar a los gatos callejeros.

Cuentos y leyendas en la plaza Jemaa el Fna Antiguamente era habitual que una o varias esclavas escenificaran cuentos y contaran leyendas en el harén del palacio del sultán. También era común que una anciana, poseedora de la sabiduría antigua, contara a un auditorio del palacio las aventuras de los héroes míticos o las fábulas que siempre escondían alguna moraleja. Actualmente, esta tradición se puede revivir en la plaza Jemaa el Fna al caer la noche. Junto a los tenderetes en los que se vende comida, se crean unos círculos espontáneos de gente que se junta alrededor de un contador de historias. Aunque no hables ni árabe ni bereber, vale la pena juntarse al círculo (llamado halqa) para participar de los teatrillos que allí se improvisan. Al terminar el espectáculo, no te olvides de dar una propina. Lo encontrarás en: Place Jemaa el Fna Horario: cada día al caer el sol 121


Dormir en Marrakech

Riad ¡So chic, so cheap! Como su propio nombre indica, el Riad So chic, so cheap! es barato y acogedor. Situado en el corazón de la medina, se convierte en un hostal en el que poder descansar del ajetreo de la ciudad y del calor, puesto que tiene una pequeña piscina en la que podrás refrescarte. Aunque no tiene aire acondicionado, su disposición de habitaciones alrededor de un patio árabe descubierto, da al complejo un frescor que se agradece durante las calurosas noches de Marrakech. Además, los trabajadores son muy agradables y te ayudarán con las dudas que puedas tener sobre la ciudad. Tiene baño propio o comunitario según qué tipo de habitación quieras.Tiene wi-fi. Lo encontrarás en: Derb Dabachi, Derb Moulay, 38, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 661 248 481 122

Riad Sacr Se encuentra dentro de la medina, pero para encontrarlo hay que callejear un poco. La chica que lo lleva, Kenza, te ayudará a encontrar el camino de vuelta al riad de forma fácil. Este es el riad más caro de los que proponemos para Marrakech, pero merece la pena hospedarse en él porque está construido en un antiguo palacio árabe precioso restaurado y decorado según la forma marroquí tradicional. Tiene aire acondicionado, televisión, wi-fi, baño y nevera propios en la misma habitación y una terraza en la que poder tomar un té con la compañía de Kenza. La mejor relación calidad precio de todos los riads. Lo encontrarás en: Derb Snane Moussine, 120, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 610 461 277


Dormir en Marrakech Amour de Riad Situado en una de las mejores zonas de la medina, el riad Amour de Riad es muy sencillo de encontrar y es el más barato de los que proponemos para Marrakech. Por su reducido precio, las habitaciones no constan ni de aire acondicionado ni de ningún tipo de lujo, pero tiene una terraza en la que podrás conocer gente y pasar una agradable velada. Los baños son comunitarios. Tiene wi-fi. Lo encontrarás en: Derb Jamaâ, Derb Dabachi, 109, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 650 860 073

Riad Dar Limoun Este riad consta de muy pocas habitaciones, puesto que está construido dentro de un antiguo palacio árabe modesto. El precio de la habitación es un poco elevado pero tiene aire acondicionado y baño privado dentro de las habitaciones. Está también situado en una de las mejores zonas de la medina y es muy fácil de encontrar. Tiene wi-fi. Lo encontrarás en: Derb Ben Amran, 25, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 666 591 759

Equity Point Marrakech Se trata de un hostal juvenil al estilo más europeo. Está construido en el recinto de un antiguo palacio árabe de dimensiones gigantescas. Consta de una zona de recreo con piscina, ordenadores públicos, wi-fi y spa. El precio es un tanto elevado si quieres una habitación privada, pero si te hospedas en un dorm, compartiendo habitación con gente de todo el mundo, el precio se reduce casi a la mitad. Es el lugar ideal para aquellos que tienen un presupuesto

más amplio, pero debes tener en cuenta que se trata de un hostal al estilo occidental, aunque su decoración sea marroquí. Lo encontrarás en: Derb El Hammam, Mouassine, 80, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 524 440 793

Riad waka waka Marrakech Se trata de un hostal juvenil en el que podrás compartir habitación con más gente o tener una para ti y tus compañeros de viaje. Las camas no son demasiado cómodas porque están aprovechadas de un antiguo sofá, pero la terraza es inmejorable y hay guitarras e instrumentos para poder tocar y disfrutar de la compañía de viajeros de todo el mundo. Los baños son comunitarios. Tiene wi-fi. Lo encontrarás en: Rue el Ksour, Derb Sabai, 13, Marrakech Contacta con ellos en el teléfono: +212 664 687 734

Otros Hoteles en Marrakech

Riad Amlal Dirección: 45 Derb Sabaatou Rijal, Moukef, Medina Tel: +212 671 491 598 Riad Hotel Espagne Dirección: Riad Zitoun Lakdim derb Lakhdar, Medina Djemaa El Fna Hotel Cecil Dirección: Derb Sidi Bouloukate, Place Jemaa El Fna El Kennaria Dirección: 10 rue El Kennaria Derb Dabach Teléfono: +212 661 243 306 Riad Sidi Jawad Dirección: Rue el Ksour, Derb Rokni, 3 123


Comer en Marrakech

Restaurantes Chez Bahia (Plaza Jemaa el Fna): Rue Riad Zitoun el Kdim Horario: 8-22h De 15 a 25 DH

Super Marocaine (Ben Yousef): 43-46, Place el Barodienne Horario: 7-21h De 30 a 50 DH

Chez Chegrouni (Medina): Plaza Jemaa en Fna Tel: +212 661 434 133 De 50 a 100 DH

Bar L’Escale (Guéliz – Ciudad Nueva): Rue Mauritanie Tel: +212 524 433 447 De 50 a 60DH

Chez Omar (Mellah): 14, Place Qzadria Horario: 11-17h De 25 a 40 DH

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Llegar a Marrakech En avión

Transportes públicos

Aeropuerto Internacional de Marrakech Menara

ONCF

El aeropuerto internacional de Marrakech está localizado a 6 km al suroeste del centro de la ciudad. Hay vuelos regulares a Casablanca, Madrid y Girona. Royal Air Maroc: Av. Mohamed V, 197 (Marrakech) Tel: +212 (0) 524 447 910 Tel. reservas: +212 (0) 524 425 501 Conexión con el centro de la ciudad: Autobús número 11. Precio: 20 DH (ida) o 30 DH (ida y vuelta antes de 15 días) Taxi pequeño. Precio: 35-50 DH Taxi grande. Precio: 65- 110 DH.

Por carretera La autopista enlaza con Casablanca y Rabat al norte y con Agadir al sur. La carretera N-9 comunica con Casablanca al norte. Aunque está en buen estado, tiene mucho tráfico. Hacia el sur, esta vía se dirige a Ouarzazate, bien asfaltada pero con muchas curvas, cuestas muy pronunciadas y un puerto de montaña de 2.260 metros que a veces está cortado por culpa de la nieve. La N-7 llega de El Jadida y de Safi por el noroeste. Esta carretera está asfaltada y se circula con normalidad. La carretera N-8 enlaza con Fez al nordeste y con Essaouira al oeste. Es bastante buena pero hay algunos tamos de curvas.

Hay trenes a Tánger, Oujda, Fez y Casablanca. Dirección: Av. Mohamed VI.

Autocares Supratours

Salidas periódicas hacia Essaouira, Agadir, Laayoune, Dakhla, Zagora, Tinerhir, Merzouga, Errachidia, Beni Mellal, Meknès y Fez. Dirección: Av. Hassan II.

Autocares CTM

Salidas periódicas hacia Casablanca, Fez, Ouarzazate, Agadir, Essaouira, Errachidia, Smara, Dakhla y Laayoune. Dirección:Rue Abou Bekker Seddik (extremo occidental de Marakech). Importante: Algunos autocares CTM, tienen parada en la estación de Bab Doukkala.


Durante el viaje Historia de las Ciudades Imperiales

Las Ciudades Imperiales hacen referencia a lugares que, en momentos muy diversos de la historia de Marruecos, fueron capitales de diferentes dinastías. No fueron, por tanto, las capitales de un gran imperio, pero su trayectoria y el patrimonio que acumulan las convierten en un lugar de gran interés cultural. Por orden cronológico Fez, Marrakech, Meknés y Rabat son hoy las Ciudades Imperiales.

Fez, el inicio de todo

La primera de estas ciudades que fue considerada capital fue Fez, que lo ha sido en repetidas ocasiones y de reinos diferentes. Fue fundada en el 789 por Idris I como centro comercial bereber y su hijo, Idris II, terminó fijando allí la capital de la dinastía idrísida a comienzos del siglo IX. Durante cien años la ciudad se embelleció y recibió una gran cantidad de población andalusí y procedente de Túnez, lo que la convirtió en una de las grandes joyas del mundo árabe. Con la decadencia de los idrísidas, la ciudad perdió durante siglos la consideración de capital, pero nunca dejó de ser una referencia por su importancia cultural, económica y por su belleza.

interna provocada por los Wattásidas, familias que ostentaban ya importantes cargos. De forma sangrienta acabaron con los meriníes y tomaron el poder, aunque su siglo de reinado estuvo envuelto en un importante contexto de crisis.

Marrakech se impone

Los saadíes, que se autoproclamaban herederos de Mahoma, controlaron desde principios del siglo XVI el sur de Marruecos y se instalaron en Marrakech. Aunque en un principio se mostraron respetuosos con los Wattásidas, pronto se rebelaron contra ellos y, tras años de enfrentamientos, se hicieron con el control de todo Marruecos, trasladando de nuevo la capital de Fez a Marrakech. Hasta mediados del siglo XVII la dinastía saadí reinó en Marruecos, dejando en su capital importantes monumentos como el palacio El Badi o las tumbas saadíes.

Marrakech, capital de almorávides y almohades

Los almorávides tomaron el testigo de la dinastía idrísida a mediados del siglo XI con el objetivo de reunificar el norte de África y al-Andalus, así como devolver el rigorismo al Islam. Para ello, fundaron la ciudad de Marrakech en torno al año 1070 y la convirtieron en capital de su reino, Marruecos. Lograron en muy poco tiempo formar un imperio que controló los actuales Marruecos, Mauritania, Malí, parte de Argelia y buena parte de la Península Ibérica durante casi un siglo. Desde la segunda década del siglo XII una nueva facción, los almohades, amenazó el poder almorávide hasta suplantarlo en 1147 tomando Marrakech. Su poder fue firme durante medio siglo.

De vuelta a Fez

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La decadencia almohade desde comienzos del siglo XII fue aprovechada por la dinastía de los meriníes, que en 1250 traslada la capital a una ciudad que no ha dejado de prosperar: Fez. La capital vivió entonces su auténtico apogeo, sobre todo con una edad de oro en el siglo XIV. En esta época se dota a Fez de toda una nueva parte administrativa (Fez el-Yedid), con palacios, mezquitas, cuarteles y numerosas madrazas para la formación de esa administración. A mediados del siglo XV hubo una importante revuelta

Moulay Ismail transforma Meknés en capital de su imperio

Tras décadas de descontrol y desunión al final del reinado saadí, la dinastía alauí, iniciada por Mulay Ali Sharif, logra unificar buena parte de Marruecos y establecer un periodo de paz que empieza en la década de 1660. La capital vuelve a trasladarse a Fez, pero por poco tiempo, ya que Moulay Ismail, en su ascenso al trono (1672-1727), elige Meknés. Fundada en el siglo IX, Meknés siempre había sido una ciudad secundaria, aunque desde el siglo XIV comenzó a dotarse de infraestructura. Se destruyó buena parte de la ciudad antigua para construir una nueva, empezando por muralla y puertas para seguir con mezquitas, alcazabas e impresionantes monumentos como Dar el Majzen. Muchos de ellos se construyeron a partir de materiales extraídos de otros lugares, como el palacio el-Badi de Marrakech.


Fez, capital de Marruecos durante la época de mayor crisis

Desde la muerte de Moulay Ismail Marruecos entró en una importante crisis, con enfrentamientos internos y las continuas embestidas colonialistas. Durante este periodo, la capital estuvo situada en Fez que, a pesar de las dificultades, recuperó su prestigio en el siglo XIX debido a su fuerza política, intelectual, religiosa y económica.

Rabat, de capital del protectorado a capital del nuevo estado marroquí

Por su buena posición geográfica, el entorno de Rabat ha contado con asentamientos desde el siglo III a.C. Fue una ciudad bereber desde el III d.C. y no tuvo una gran importancia en los sucesivos reinos hasta la llegada de los almohades, quienes la convirtieron en una fortaleza fundamental para ellos. Yaqub al-Mansur, a finales del siglo XII, proyectó convertirla en la ciudad más importante del reino y llegó a situar allí la capital durante cuatro años. Se planeó incluso la construcción de una mezquita mayor que la Koutoubia de Marrakech, de la que sólo nos ha llegado la Torre Hasan. La muerte de al-Mansur provocó la decadencia de la ciudad, que fue incendiada por Alfonso X y hasta el siglo XX sólo tuvo momentos de renacimiento gracias a la ciudad vecina de Salé. Sin embargo, en 1912, tras la conversión de Marruecos en protectorado franco-español, la administración francesa la convirtió en capital, alejada de las constantes revueltas en el resto del país.

Se construyeron nuevos barrios para los europeos, separados de los musulmanes, y la ciudad vivió una absoluta transformación. Mulay Yúsuf, sultán tras el tratado de Fez, también fue trasladado a Rabat. Su hijo, futuro Mohammed V, lideró los movimientos independentistas tras la II Guerra Mundial, lo que le obligó a exiliarse brevemente por la presión francesa. Su vuelta en 1955 provocó la independencia de Marruecos al año siguiente y mantuvo la capital en Rabat, como sigue siendo a día de hoy.

Política

La política contemporánea

La independencia de Marruecos (1956) supuso un cambio de mentalidad política en el seno del estado marroquí, aunque económicamente siguió dependiendo de Francia y, más tarde, de Estados Unidos. La instauración de la monarquía, con Mohamed V en el trono, supuso la casi total soberanía en manos de personalidades marroquíes, pero la situación de desigualdad social prevaleció: la monarquía marroquí se asemejaba más a los antiguos regímenes absolutistas que a las monarquías parlamentarias europeas modernas. No es de extrañar, pues, que gran parte de los años del reinado de Mohamed V hayan pasado a la historia como “los años de plomo”, puesto que supuso un periodo de gran represión política, en la que centenares de personas desaparecieron y otras tantas fueron encarceladas. Con la subida al trono de Hassan II empezó un perío-


pezó en el año 2000 y que ha llegado hasta la actualidad, aunque con algún altibajo.

do aperturista, aunque todavía con cierta represión. Corrían los años 60 y temas como la alfabetización todavía estaban pendientes para un gobierno que se preocupaba más de demostrar el carácter divino del nuevo rey que de reforzar las políticas sociales. La constitución de 1972, promovida durante el reinado de Hassan II, constituía el estado marroquí como una monarquía constitucional. Sin embargo, esta expresión no tiene el mismo valor en África que en Europa. La constitución marroquí no emana, como puede ser la española, de una Cortes Constituyentes elegidas por el pueblo, sino que fue redactada por un equipo de juristas marroquíes y franceses, a instancias del rey Hassan II, y aprobada luego en plebiscito popular. Más tarde, en 1996, se votó y aprobó una reforma constitucional que establecía un sistema parlamentario bicameral, cuya cámara baja era elegida por el pueblo, mientras que la cámara alta era de tipo corporativo. Es decir, el pueblo puede elegir los representantes de la cámara baja, a la cual se presentan diversos partidos políticos, los cuales han ido siendo legalizados poco a poco desde los años 60 hasta bien entrados los años 2000. Este sistema político se ha mantenido hasta la actualidad. No entraremos a analizar los diferentes partidos políticos, sólo diremos que partidos opositores ideológicamente comparten gobierno en el seno de la monarquía y que es bastante difícil perfilar la ideología de los diferentes partidos. Cada uno de ellos se apoya en una rama distinta de la sociedad, como puede ser el campesinado o la defensa de la lengua beréber, pero todos tiene algo en común: su apoyo incondicional a Su Majestad el rey.

La política actual

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La subida al trono del rey Mohamed VI (1999), hijo de Hassan II y actual rey, supuso un periodo de reformas y de voluntad de reconciliación interna que em-

La voluntad de reconciliación interna del rey Mohamed VI se puede resumir en tres puntos principales. El primero consistió en hacer una reforma del Código de la Familia (2004). Esto supuso más libertades para las mujeres –les daba prácticamente los mismos derechos que a los hombres, pese a la oposición de los grupos islamistas radicales. La Reforma también suponía que el repudio se hiciera más difícil, que la poligamia fuera estrictamente controlada y que se posibilitara la ley del divorcio. El segundo punto para la reconciliación interna iniciaba un periodo de investigaciones sobre los llamados “años de plomo” que sucedieron durante el reinado de Mohamed V. Esto suponía la lenta reconciliación con las víctimas, el retorno de los exiliados y la liberación de algunos presos políticos, aunque jamás se impuso ninguna pena para los torturadores y no existió una disculpa pública oficial. El tercer punto se centró en la reconciliación cultural. Se restableció la publicación de algunos libros prohibidos y se reconoció el beréber como lengua oficial del estado. Se calcula que actualmente el 40 por ciento de la población marroquí tiene el beréber como lengua materna. En la actualidad, se permiten diversas asociaciones promovidas por grupos intelectuales que publican revistas que tratan de revitalizar la lengua y la cultura beréber.

Pero este periodo de apertura se vio frenado entorno al año 2003, con el alarmante número de votos obtenidos por los islamistas en ese mismo año, y el atentado de Casablanca, el cual dejó 45 muertos y fue reivindicado por el grupo Autenticidad y Guerra Santa, una denominación genérica que engloba distintos grupos islamistas radicales que coinciden con la órbita ideológica de Al-Qaeda. Sin embargo, la


popularidad del rey Mohamed VI se mantuvo, ya que éste insistió en la lucha feroz contra la corrupción de la administración pública, la cual llevó a la cárcel a un gran número de alcaldes corruptos desde el año 2005 hasta hoy. Del mismo modo, la legalización de algunos partidos islamistas moderados ha sido vista con buenos ojos desde la opinión pública marroquí. Pero esta voluntad reformista y de guiar la transición democrática es limitada. Mohamed VI es un monarca constitucional pero de misión divina. Es la máxima autoridad religiosa, descendiente directo de Mahoma, y también la máxima autoridad política. En él recae el verdadero poder en detrimento del gobierno y del Parlamento. Y, pese a su buena consideración, el pueblo sigue pidiendo más democracia y más igualdad económica y social. A partir del año 2010, y tras el atentado del Café Argana de Marrakech, uno de los más turísticos de la ciudad, presionado por la población y por la situación internacional de la llamada Primavera Árabe, el rey Mohamed VI decide crear una comisión para reformar en profundidad la Constitución. Pero la reforma constitucional, hecha con prisas, no ha acabado de contentar a un gran sector de la población, el cual la ve como una maniobra de distracción sobre las cuestiones que realmente importan.

opuestas. La primera es la voluntad de mantener las tradiciones ancestrales más arraigadas en el seno de la cultura y la religión. La segunda es el espejo tentador de occidente, cuya sociedad de consumo y de nuevas tecnologías es mostrada por los televisores que pueblan los tejados de cualquier rincón del país. Estas dos tendencias están totalmente interiorizadas por los marroquíes, los cuales viven con normalidad el contraste entre tradición y modernidad: la austeridad de las calles se contrapone a las antenas parabólicas de los tejados y los talleres artesanales contrastan con los grandes centros comerciales. Sin embargo, esta doble tendencia convive en los hogares y en el interior de cada individuo, reflejándose en todos los aspectos de la vida cotidiana. De este modo, encontramos ya en la arquitectura un marcado carácter híbrido, donde los materiales utilizados son básicamente de procedencia europea, mientras que en la estructura interna se mantiene

La estrategia política de Mohamed VI respecto el crecimiento de los grupos radicales islamistas y el repentino atentado de Marrakech, no deja de ser ambigua. Por un lado se inicia una estrategia de “mano dura” que es tajante con el terrorismo de signo religioso – persecución violenta de estos grupos por parte de la policía- pero, por otro lado, se tolera el movimiento salafista – radical suní-, el cual comienza a ser cada vez más visible en manifestaciones en la calle, da ruedas de prensa, organiza cenas con personalidades políticas e, incluso, habla de crear un partido político que pueda ser elegido democráticamente. La salida a la luz del grupo salafista ha vuelto más complejo el universo político islamista: ahora están los moderados del Partido Justicia y Desarrollo, que encabezan el gobierno; los ilegales Justicia y Caridad, considerados mayoritarios en la calle; y los salafistas, que practican una lectura estricta del Corán y no esconden su desconfianza hacia la democracia por considerarla ajena al Islam.

La sociedad actual

La sociedad marroquí actual se caracteriza por estar en constante lucha entre dos tendencias totalmente

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la tradición de las estancias grandes, con varios salones. También el mobiliario es básicamente occidental, donde los canapés tradicionales están dejando paso a tresillos o muebles más vulgares procedentes del mundo occidental. También la moda se ve afectada por esta doble tendencia. Se sigue viendo en la calle gente vestida con chilabas y vestidos tradicionales, pero poco a poco va ganando terreno el estilo de moda occidental, y no es raro encontrar, en las ciudades más pobladas, tiendas de ropa de las grandes cadenas europeas. Lo mismo podemos decir de las joyas, el calzado y el maquillaje.

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Por lo que respecta a la cocina, podemos decir que aquí es donde la modernidad no ha tenido un impacto tan marcado. Los platos siguen la tradición, aunque los utensilios tradicionales, como las tagines, han dejado paso a cacharros más modernos, como puede ser el caso de la olla exprés o la sartén. Quizá es en las bebidas donde se hace notar más esta doble vertiente. Aunque el té con menta sigue siendo protagonista en los hogares marroquíes, cada vez se están popularizado más y más los refrescos a base de soda. Es en el consumo de alcohol, prohibido por la religión musulmana, donde se mantiene la tradición. Aunque cada vez se pueden ver más establecimientos y centros comerciales que lo dispensan, el consumir bebidas alcohólicas es un acto mal visto por el ojo de la sociedad.

El idioma que predomina en las calles es el árabe dialectal, seguido del bereber, aunque en la lengua escrita y en cuestiones de estado, predomina el francés, seguido del árabe culto. También el inglés ha ido ganando terreno en los últimos años, llegado de la mano de las nuevas tecnologías, y cada vez es más común encontrar marroquíes que hablan esta lengua a la perfección. Pasa lo mismo si nos fijamos en el arte. Cada vez se ven más pintores y escultores que siguen las tendencias figurativa y abstracta europeas, mientras que también se mantienen las artesanías locales más tradicionales: madera tallada o pintada, yeso esculpido, cerámica o bronce grabado, siempre con motivos geométricos, son algunas de las tradiciones que se mantienen, aunque los focos de producción hayan ido mutando de un lado al otro del país. En la música, aunque predomina el rai cantado en dialecto árabe marroquí, también los instrumentos tradicionales han dejado atrás los instrumentos tradicionales como los guembris (tipo de guitarra Gnoua). En el empleo del tiempo libre también se ve una marcada diferenciación entre tradición y modernidad. Si antes las mujeres se reunían en las casas para charlar o ver la televisión, mientras que los hombres se juntaban en los cafés, ahora es habitual ver parejas tomando un refresco o en sitios de ocio como pueden ser los teatros y los cines. Esto es debido a que, en


los últimos años, Marruecos ha vivido una auténtica revolución sexual: cada vez se ve a más mujeres vendiendo en los comercios, mientras que hace apenas diez años, estaba mal visto que ellas se ocuparan de los negocios. Actualmente es cada vez más habitual ver a las mujeres en los bares o cafeterías, antes reservadas estrictamente a los hombres. En los bares en los que se sirve alcohol, por el contrario, las mujeres que acuden a ellos son consideradas prostitutas o se les atribuye una reputación dudosa. Donde se puede observar mejor el carácter híbrido de la costumbre marroquí actual es una fiesta, sobre todo en una boda. En la ceremonia nupcial, si bien es cierto que el vestido tradicional marroquí se mantiene – los novios se cambian de ropa varias veces durante la boda-, ahora es habitual ver a la novia vestida de blanco y al novio de negro, al estilo más puramente occidental.

masa frita recubierto con azúcar, miel y semillas de sémola de trigo. Después de una comida es casi obligatorio tomar un té con menta, la bebida más estimada en todo Marruecos, y apreciar su ritual al servirlo, cosa que denota el sentido social que tiene esta bebida, considerada la bebida nacional de Marruecos. Cabe destacar que una comida típica marroquí no consta de un primer plato y un segundo, como puede suceder en España, si no que se sirven todos los platos a la vez. La comida más importante del día es el almuerzo, aunque no sea así durante el mes del Ramadán, momento en el que sólo se come al caer el sol. El almuerzo, incluye un plato fuerte y diferentes ensaladas o legumbres que lo acompañan. La cena suele consistir en uno o dos tazones de sopa, siempre con mucho pan. El concepto de postre no existe.

Gastronomía

La gastronomía Marroquí es fruto de un pasado rico en interacciones con otras culturas. Dichas influencias culturales se hacen notar en los aromas, en una inmensa diversidad de platos y en la gran riqueza de los mismos. Los frutos secos, frutas y cereales son básicos en la gran mayoría de los platos. Lo mismo pasa con las especias, como la nuez moscada, la canela, el jengibre, el azafrán y la cúrcuma, las cuales son las protagonistas de la cocina de marroquí. Los platos estrella de esta gastronomía son el cuscús y la tagine, en cualquiera de sus variaciones: de pollo, cordero o ternera. La Bastella es otro plato tradicional que no puede faltar en cualquier dyafa o banquete marroquí. Este plato consiste en una tartaleta hecha con hojaldre y rellena con carne de pichón picada, huevos batidos con miel y limón, almendras en pedazos y uvas pasas, en un equilibrio perfecto entre dulce y salado. En Marruecos, la sopa es también un elemento primordial de la comida. La Harira, comúnmente consumida durante el Ramadán, es una sopa espesa de lentejas en la cual las especias no son menospreciadas. Los dulces tradicionales son también muy ricos en ingredientes propios de la tierra. La seffa es una variación del cuscús que se come como un plato dulce. La seffa está hecha con fruta y uvas pasas, cubierto con cuscús y espolvoreada con azúcar y canela. La mayoría de los pasteles llevan miel y frutos secos en su confección, como es el caso del Sfenj, un bollo de

Los dulces se toman como aperitivo, acompañados de té. Por el contrario, un banquete para invitados incluye tres o cuatro platos fuertes que los comensales se limitan a probar a la espera del último: la carne de vacuno. Tal y como pasa en otros países, ya es común encontrar franquicias de comida rápida distribuidas por las ciudades más turísticas del país. Aún así, es posible descubrir establecimientos tradicionales que sirven tapas y bocadillos al estilo más puramente marroquí. También las bebidas occidentales han llegado al mundo de la gastronomía marroquí. Mientras que antiguamente no se bebía durante las comidas, actualmente es habitual que la gente acompañe las comidas con refrescos industriales de soda. El consumo de alcohol está prohibido para los musulmanes devotos por cuestiones religiosas, pero, para el visitante extranjero, es posible encontrarlo en diversas tiendas, supermercados, bares y restau131


Como la población infantil ha crecido mucho en los últimos años, las escuelas se han quedado pequeñas. Al faltar aulas, se ha adoptado una solución que consiste en la diversificación horaria. Algunos niños van a la escuela de 8 h a 10 h y de 16 h a 18h, mientras que otros van de 10 h a 12 h y de 16 h a 18 h, de lunes a sábado. Es por este motivo que el viajero puede tener la sensación de que los niños se pasan el día en la calle o por los caminos de montaña. La matrícula de los centros educativos es gratuita, pero los padres tienen que comprar los libros, por lo que muchas familias pobres o numerosas no pueden llevar a cabo dicho gasto anual. Existe para ello una organización benéfica que ayuda económicamente a las familias menos favorecidas. La escolarización durante los primeros años es en árabe culto un idioma que a los niños les resulta nuevo, ya que están acostumbrados a hablar en árabe dialectal o en bereber. A partir del tercer año, se empieza a estudiar el francés como lengua complementaria, mientras que las demás materias se siguen dando en árabe culto, que es el idioma oficial del país. Al terminar el sexto curso, el alumno puede decidir si quiere seguir estudiando o si prefiere trabajar, ya que el mínimo exigido por la ley laboral son los 12 años. rantes. Desde cerveza a licores, pasando por los vinos y el champagne. Está permitido comprar todo tipo de bebidas alcohólicas mediante la presentación del documento de identificación y la anotación de los datos personales del comprador.

La enseñanza

En Marruecos es habitual ver a niños jugando y corriendo por las calles a cualquier hora del día. Esto podría llevar a pensar que la escolarización no es obligatoria, o que no es un punto importante en la agenda del estado. Pero la realidad es otra. La escolarización de los niños es obligatoria de los 6 a los 12 años y el Ministerio de Educación hace lo posible para que la ley se cumpla. Existen escuelas en cada pueblo y cada aldea, pero es difícil que las leyes lleguen a todos los rincones de un país mayoritariamente agrícola. Allí es donde es más difícil hacer entender a los padres de la importancia de la educación de sus hijos. Muchos niños no van al colegio porque deben quedarse cuidando del ganado, puesto que sus padres piensan que aprender árabe culto o matemáticas no les va a servir para nada. En este sentido, las niñas son las que más discriminadas se ven por lo que respecta al acceso a la educación, ya que la mayoría de ellas deben quedarse en casa para encargarse de las tareas del hogar. 132

Si lo que el niño quiere es seguir estudiando, deberá acudir a un instituto, en el que seguirá cursando otros tres años y, después, al liceo, donde cursará tres años más de bachillerato. Los institutos sólo se encuentran en las grandes poblaciones o las ciudades, por lo que a los niños de campo se les hace más difícil poder seguir estudiando. Y lo mismo pasa con la universidad, también concentrada en los núcleos urbanos.


Consejos generales Clima · Incluso en invierno, no subestimes el sol: debes llevar siempre crema solar y sombrero. · Cúbrete siempre todas las partes de tu cuerpo para evitar quemaduras solares. Ropa fina de manga larga, es una buena opción. · Si te quieres adentrar en el desierto y zonas aisladas, conviene ir bien equipado y contratar los servicios de un buen guía de confianza, conocedor de la región. · Vestirse adecuadamente y sin llamar mucho la atención puede evitar algún contratiempo, sobre todo si eres mujer.

quiera acompañar a los hostales o los sitios que quieras visitar.

Guías y falsos guías · Hay que tener cuidado con los falsos guías. Por esto te recomendamos contratar un guía oficial (con foto y identificación). Sus tarifas son más caras, pero vale la pena: llegarás a los puntos de interés, te explicará los monumentos, las costumbres culturales y evitará el constante asedio en la medina. El precio de la visita guiada es de 35€ para grupos de 1 a 4 personas y 80€ para grupos de 13 a 16 personas. Es posible reservar estas visitas en la web www.fez.net

Ramadán · Durante el Ramadán todo musulmán adulto, sano de cuerpo y mente, debe dedicarse a la meditación y practicar el ayuno desde la salida hasta la puesta del sol. Por lo tanto, es recomendable evitar comer en público y ser prudente si fumas, bebes agua o eres cariñoso con tu pareja.

Pasaporte y visados · Si eres ciudadano de la Unión Europea, no necesitas visado. Si no es el caso, debes dirigirte al consulado de Marruecos más cercano, con un mes mínimo de antelación, para solicitar tu visado. · Tu pasaporte tiene que estar en vigor y con una validez mínima de seis meses desde la entrada a Marruecos. Puedes quedarte hasta 3 meses si eres de la Unión Europea.

Regatear · Cuando compres cualquier cosa debes tener en cuenta que todo se regatea. No existen normas para esta Interactuar con marroquíes costumbre tan arraigada, así que déjate llevar por cada · Si deseas preguntar algo en la calle, es mejor hacerlo situación. En ciudades más modernas como Rabat, a alguien que sea del mismo sexo que tú. Está mal visto verás que el límite de maniobra es mínimo, mientras que un hombre se dirija a una mujer en la calle. que en Fez, en Marrakech o en los pueblos del sur, no · Cuando mires una carta en un restaurante, debes pre- hay límites. star atención a las siglas “HT” (hors taxes) que están sólo algunas veces. Esta es la indicación de que la propi- Transporte na está incluida en el precio. Si no aparecen estas siglas, · Si dispones de pocos días de viaje, coge el autobús es de buena educación dejar una propina en todos los turístico durante 24h, que te permite subir y bajar donrestaurantes. La cuantía de la propina no está especi- de quieras. Te saldrá más a cuenta que coger un taxi. ficada, pero es costumbre dejar algunos dírhams, 10 Precio: 150 DH. · Un trayecto en taxi, dentro de la ciudad, no debe coscomo máximo. tarte más de 20 DH. Es buena idea llevar el billete de 20 Llamadas telefónicas e internet DH preparado para pagar sólo esta cifra. · Para llamar por teléfono a tu país debes tener en · Si te mueves en coche por Marruecos, debes tener en cuenta que las tarifas son más económicas por la noche cuenta que los límites de velocidad son muy estrictos, y durante el fin de semana. La opción más económica no debes rebasarlos nunca. La red de carreteras está son las cabinas que encontrarás en la calle (1,50 DH el bastante bien, pero debes tener cuidado en las rotonminuto), pero existen también los locales conocidos das, puesto que hay veces en las que tiene preferencia como teleboutiques donde puedes llamar por 10 o 20 el coche que viene por la izquierda y otras no, por lo DH el minuto. que las rotondas resultan bastante caóticas. · La mayoría de ciudades tienen sitios públicos para · Si vas con tu vehículo, conduce con mucha prudencia conectarse a internet. Debes preguntar el precio antes y, en invierno, ten cuidado con la nieve y el hielo. Antes de conectarte. También hay cafés y sitios públicos en de entrar en una pista infórmate de su estado actual y los que encontrarás conexión a internet. comprueba que la rueda de repuesto y los neumáticos están utilizables. Prevé una reserva de carburante y de Moneda agua. · Debes cambiar tus dírhams por monedas pequeñas · Si viajas en transporte público, ten en cuenta que el para evitar gastarte más de la cuenta en propinas y equipaje se debe facturar, pagando según el peso del donativos, puesto que siempre habrá alguien que te mismo.



Cuaderno de Bitácora Siete periodistas de viajes Cinco sentidos Cuatro Ciudades Imperiales Un desafío Descúbrelo por ti mismo Aquí está nuestro cuaderno de bitácora

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FEZ Davi Carneiro

Periodista de viajes. Brasil.

Día 0. Que nuestro camino sea largo

No hay nada que excite más al alma – nos dice Javier Reverte – que los preparativos de un gran viaje, la sensación que te produce lo incierto, la nostalgia de lo nunca visto, el misterio de la palabra partir; y todo ello unido a la euforia que produce cualquier aventura por muy pequeña que sea. Que nuestro camino sea largo, muy largo. Estoy sintiendo esta inquietud que precede un gran viaje. Si viajar y escribir es solamente un pretexto para hacer turismo dentro de mí mismo, esta vez la excusa es producir, junto con todo equipo Travel Pills, una guía para los jóvenes que viajan low cost a las Ciudades Imperiales de Marruecos, en una experiencia sensorial y más auténtica debido a este fabuloso destino.

Día1. Siento que nada ha cambiado

Estoy sentado en una elegante terraza árabe y, poco a poco, el calor impetuoso da paso a la brisa agradable del atardecer. Mi panorámica es privilegiada: a pocos metros está Bab Boujloud, la imponente puerta de acceso hacia la Medina de Fez. Acabo de pedir un couscous con vegetales y un zumo de naranja. Los turistas alemanes de la mesa de al lado deciden lo que van a cenar: una pasta italiana. El cocinero destapa mi plato, me guiño el ojo y me sonríe: “enjoy, my friend.” Yo siento que nada ha cambiado desde la última vez. Visitar Marruecos sigue siendo como pasar las páginas de un iluminado manuscrito persa adornado con formas brillantes y líneas sutiles.

Día 2. La hospitalidad marroquí existe, pero cuidado con los falsos guías

La hospitalidad marroquí existe, no hay duda. Pero en los lugares muy turísticos, como Fez, personas indeseables pueden estropear una visita que uno preferiría hacer sin compañía. Pero evitad ser desagradables o desdeñosos. La paciencia es, seguro, una de las mejores virtudes al visitar Marruecos. Si queréis visitar la medina solos, sed gentiles y decid que no con una cordealidad (algunas veces es difícil, lo admito, pero respirad fondo y intentadlo). Una sonrisa siempre ayuda mucho. 137


Día 3. Vivimos nuestras primeras experiencias juntos

¿Conocéis la expresión comer como un Sultán? Pues bien, es así como estoy comiendo todo los días desde que llegué a Marruecos. Hoy estuve en un pequeño restaurante en la medina. Su nombre es Restaurante del Thami y está cerca de Bab Boujloud. Y fue el Thami en persona quien mi recibió con un acogedor abrazo y una calurosa bienvenida. Mi ensalada acaba de llegar. Está rica. Pregunto cuál es el secreto de las ensaladas tan sabrosas. Thami sonríe: “los magos nunca revelan sus secretos”. Sí: produciendo una guía para jóvenes, con tan poco presupuesto, puedo decir que estoy comiendo como un Sultán de Marruecos, este imperio de los mil y un sabores.

Día 4. Descubriendo Fez

Esta hermosa niña marroquí se llama Kenza. Nosotros esperábamos en la puerta de la Sinagoga judía de Fez, cuando ella se aproximó a nosotros llena de curiosidad: - ¿Puedes sacar una foto? -preguntó en francés. Y después me soltó una simpática sonrisa. Sus amigas, todas mayores que ella, vestidas con ropas típicas, se quedaron observando a lo lejos, tímidas. Pero ella, muy lista, aún tenía un último deseo antes de despedirse. - Bisou, mon ami. Bisou- y me dio dos besos en la cara. ¿Cómo no quedar enamorado?

Día 5. En ramadán

Viajar por Marruecos en ramadán es una experiencia dual, contradictoria y única. Este es el mes sagrado musulmán que conmemora la primera revelación del profeta. Todo musulmán adulto, sano de cuerpo y mente, debe dedicarse a la meditación y practicar el ayuno desde la salida hasta la puesta del sol. Son a las 19:30h y, de repente, un sonido se oye en toda la ciudad. Las familias, reunidas, saborean la sopa tradicional, especialmente nutritiva para recuperarse del ayuno diario, acompañada de dátiles y frutos secos. Silencio, paz y olor a comida por todas partes. Descansan. Durante al menos una hora la ciudad parece haber muerto. Más tarde acuden a la mezquita a hacer uno de los cinco rezos diarios. Abren las tiendas, todo retoma su ritmo. Vuelven a casa y cenan, se visten, salen a pasear. Los marroquíes viven la noche como nunca.

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FEZ Jovana Kostic

Periodista de viajes. Serbia.

Día 1. Vivimos nuestras primeras aventuras juntos

Esta mañana ha sido más agradable y sin duda menos calurosa en comparación con los últimos días en Barcelona... El cielo azul claro prometía un buen día. Mi viaje empieza aquí.. De repente me encuentro en una escena de una película, con un taxista intentando dejarme en alguna parte lejos de mi destino, explicándome en un francés horrible que mi hotel está a 10 minutos caminando de allí... Entonces, como si estuviera en otra escena, algunos chicos locales aparecen de ninguna parte, gritándole al taxista, y me encuentro una vez más en el taxi con el conductor un poco enojado y con un chico local que quiere asegurarse de que el conductor me llevará al hotel. De repente, se escucha un ruido. Es la señal de que es la hora de cenar. Todo cambia. La gente parece más viva, más feliz. Podemos oír el ruido proveniente de todas partes. Los niños están jugando, los hombres hablando: Fez se tiñe de su color verdadero. Pero esta noche no vamos a descubrirlo. Lo haremos mañana. Después de todo, hoy ha sido un día muy largo.

Día 2. Descubriendo Fez

Nos levantamos temprano esta mañana. El aire de la habitación es húmedo y cálido pero estamos emocionados y contentos de comenzar con nuestro proyecto. El día se presenta prometedor y cuidadosamente planificado. Hemos encontrado un guía oficial que nos ha enseñado todos los monumentos importantes de la ciudad. Y no sólo eso, sino que también nos ha dado una lección sobre la historia y la cultura marroquís. Todo incluido. Empezamos a descubrir un mundo nuevo, totalmente diferente a todo lo que conocemos. Empezamos a conocer a la gente y sus costumbres. Estamos aprendiendo a ser pacientes y comprensivos. Estamos aprendiendo a no tener miedo cuando un burro pasa por una estrecha calle de la medina. Estamos aprendiendo a no mirar con incredulidad cuando vemos este mismo burro cargado con 10 tanques de gasolina. Esto es Marruecos y todo es posible aquí. Y todo tiene una buena pinta.

Día 3. En Ramadán

Ayer fue una noche típica de Ramadán. Nuestro anfitrión viene y nos ofrece la comida. -Es la hospitalidad marroquí –dice-, no tenemos mucho, pero os

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ofrecemos lo que tenemos. Y sobre todo, nunca os dejaremos mirarnos comer sin ofreceros nada. La mesa es pequeña, pero no lo son los corazones de la gente que se sientan alrededor de ella. Hemos decidido comer con ellos. Un poco de pan marroquí, pescado frito con cuscús, sopa de tomate y un poco de fruta seca y, sobre todo, la hospitalidad marroquí, han reunido las personas de seis países diferentes esta noche. La risa, la charla amistosa y las sonrisas han llenado el pequeño hotel con vibraciones positivas .Otra experiencia perfecta, otra cosa que me acuerda por qué me gusta tanto viajar.

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MEKNÈS Davi Carneiro

Periodista de viajes. Brasil.

Día 1. En la capital de los Bereberes

Nuestro próximo destino: la ciudad imperial de Meknès. Un destino más tranquilo (y acogedor), sin el agobio caótico de Fez. Pero esto no significa que no sea un destino rico en cultura e historia. Meknès, con aproximadamente medio millón de habitantes, la quinta ciudad del país, es la capital bereber del Medio Atlas y fue construida por el sultán Mulay Ismail. Justo en esta época, Luis XIV creaba el palacio de Versalles. Este sultán embelleció la ciudad, dotándola de murallas con puertas monumentales, jardines, mezquitas, alcazabas y su primer palacio, Dar Kebira. Esta labor hizo que Meknès fuera una de las ciudades más monumentales de Marruecos. Tras la visita, salimos un rato del grupo para pasear por la plaza central de Meknès, la plaza El-Hedim, una versión reducida de lo que es Jemaa el Fna en Marrakech, pero que bulle también al atardecer.

Día 2. Volubilis, una flor romana en el corazón de Marruecos

Volubilis, el sitio arqueológico más importante de Marruecos. La ciudad con nombre de flor. Nuestro próximo destino. Pasado cierto tiempo, dejamos atrás la ciudad imperial de Meknès y nos encontramos en las montañas del Rarb. A lo lejos, una franja de vegetación promete sombra y agua y, por fin, contra un pálido grupo de olivos, nos enfrentamos a una visión que, en cualquier rincón del mundo, siempre produce la misma sensación de asombro: las ruinas de una ciudad romana. Sin dudas, Volubilis, es uno de los sitios más interesantes de Marruecos por lo que respecta al plano cultural e histórico. Sin duda, una visita magnifica que no debéis perderos.

Día 3. En el Atlas: epifanías

Epifanía. Dicen que esta es una sensación repentina, como si, de pronto, encontraras la última pieza de un rompecabezas. Y, en ese momento, se puede entender el significado de algo. Su esencia más profunda. Pero todo va muy rápido… Como un latido del corazón. El hecho es que, de vez en cuando, durante un viaje, suceden cosas inesperadas que cambian toda la naturaleza del viaje. Y todo lo que habíamos planeado. Entonces es cuando la jornada empieza… Y la experiencia adquiere otros significados, trasciende su valor. Así fue nuestra experiencia en Atlas Medio.

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MEKNÈS Jovana Kostic

Periodista de viajes. Serbia.

Día 1. En la capital de los bereberes

Cada momento que pasamos aquí está lleno de emoción y parece una nueva aventura. “En la cultura bereber la mujer no puede mirar a la cara del hombre antes de casarse”, nos explica un agradable vendedor. Pero, por otro lado, lo que la mujer puede hacer es enviar un mensaje a través de la alfombra que teje para él. “No hay dos alfombras iguales – nos dice-, cada una tiene una combinación diferente de colores y adornos. Y cada una lleva un mensaje distinto, por supuesto”.”¿Entonces estas alfombras son una especie de cartas bereberes de amor?”, le pregunto. Empieza a reír y, un poco confundido, responde con una mezcla de francés, español e italiano: “Probablemente tienes razón mi amiga, podrían ser consideradas como una carta de amor bereber.

Día 2. Volubilis, una flor romana en el corazón de Marruecos

A unos 30 kilómetros de Meknès encontramos Volubilis, antigua ciudad romana, la ciudad romana mejor conservada de Marruecos. La imaginación es un don maravilloso. En un segundo, me transporta a tiempos antiguos. Veo ricas damas romanas paseando por este gran bulevar, mirando las tiendas, hablando y riendo. Puedo ver la belleza y los colores del foro y el gran templo, dedicado a sus dioses principales: Júpiter, Juno y su hija, Atenas. Parece increíble. La gloria de Roma está viva ante mis ojos. Ellos sabían cómo vivir sus vidas plenamente y cómo disfrutar de cada momento. “Carpe diem”, decían. Aprovecha el día, saca lo mejor de él. Es algo que realmente hacemos aquí en Marruecos. Y lo hacemos bien.

Día 3. En el Atlas: epifanías

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El Atlas es una cadena de montañas en el centro de Marruecos. Esperamos que sea nuestro oasis en este día caluroso. Aquí se encuentra un bosque de cedros lleno de monos, así que estamos con muchas ganas de visitarlo. La única solución para ir al Atlas es tomar un taxi colectivo que va a Azrou. Ir en un taxi colectivo en Marruecos significa siete personas atrapadas dentro de un Mercedes viejo cuyas ventanas no se pueden abrir. No voy a mencionar el olor o la temperatura dentro. Fuera hay 44 grados, supongo que dentro habrá al menos 50. Hemos intercambiado las miradas y decimos: “vamos”.


RABAT Bibiana Cristina

Periodista de viajes. España.

Día 1. We love Bastella

Aterrizamos en Casablanca alrededor de la 1.30 am. Nos quedaban aún varias horas para poder tomar el primer tren con destino Rabat. El aeropuerto estaba repleto de gente que como nosotras, tenía que pasar la noche ahí y que se las ingeniaba para poder descansar en los rincones más inverosímiles. A las 6 am tomamos el primer tren con destino Rabat. Parece sacado de una película de terror (incluyendo al revisor). En la cola de los billetes conocemos a Sophie, una mujer marroquí que vive en España hace más de diez años y que viene a pasar las vacaciones con sus hijos. Nos ayuda a orientarnos y nos promete una invitación a su casa. Rabat es una ciudad de negocios en la que contrastan infraestructuras modernas (tranvía, edificios de estado, banderas nacionales por doquier…) con construcciones que reflejan la esencia más mística marroquí. Nuestro primer contacto fue en la Medina. Sus cientos de callejuelas ordenadas de forma caótica (algunas de menos de 50cm de ancho), plagadas de colores, olores y ruidos que saturaban nuestros sentidos. Los negocios inverosímiles (barberías improvisadas en cualquier rincón, puestos de costura imposibles, librerías antiguas...), junto con la amabilidad de sus gentes (grupos de niños, comerciantes o ajenos que nos encontramos en el camino) y su sorprendente gastronomía (definitivamente amamos la bastella de pollo) hicieron que nos enamoráramos del lugar.

Día 2. La Kasbah des Oudayas, piensa en azul

No soy demasiado amiga del turismo estrictamente cultural, no obstante, hoy he querido romper prejuicios y nos hemos marcado tres destinos que según las guías y blogs no nos podíamos perder. Dos de ellos, la Tour Hassan y el Mausoleo de Muhammad V, han resultado ser puntos turísticos al que acuden las familias a sacarse la foto de rigor para poner en el salón. Dicen que “allá donde fueres haz lo que vieres” y nosotras no hemos sido menos. Como último destino, la Kasbah des Oudayas nos ha parecido espectacular. Ciudad amurallada dentro del propio Rabat, es un lugar con muchísimo encanto, propio de cualquier paisaje mediterráneo. Sus construcciones son de color blanco y azul infinito. Difícil no dejar volar la imaginación en sus paisajes, donde los niños corren y donde poder tomar un café con vistas al mar. Nuestra aventura gastronómica del día culmina con la primera tagine. 143


Día 3. Olfato activo

La visita a la antigua medina de Salé, al otro lado del río, ha sido sorprendente. Nunca lo hubiera imaginado al descender del moderno tranvía que cruza la ciudad de Rabat. Paseando por los estrechos pasajes del mercado central tienes la sensación de que el tiempo se ha detenido y de que formas parte de ese exótico paisaje sólo por casualidad. A diferencia de otros mercados de las Ciudades Imperiales de Marruecos, éste no es nada turístico y, zigzagueando por sus callejuelas, te das cuenta de que sus gentes te miran con ojos de sorpresa. Salé tiene muchísima animación y en él puedes encontrar artículos de cualquier tipo: de los más comunes a los más inverosímiles. Desde frutas, hortalizas, productos varios para el hogar, especias, electrodomésticos, ropas, talleres de ebanistas, barberías, costureros, trasquiladores de lana, especialidades gastronómicas... Una vez dentro de las murallas es difícil encontrar la salida y el sinfín de olores te machaca la cabeza, desde los más golosos a aquellos que te incitan a vomitar. La gente por lo general es bastante amable aunque a algunos les molesta que les apuntes con la cámara. Después de casi cinco horas caminando, nuestros estómagos delirantes nos exigían comida y nos planteamos seriamente probar alguna de las especialidades callejeras pero nos pareció demasiado arriesgado para nuestros estómagos recién llegados de Europa. En algún punto que desconocemos, un nativo supuestamente altruista se ofrece a acompañarnos a la salida y a pocos metros del tranvía nos exige 100 dirhams (precio de amigos) por sus servicios. Al final resulta que no era tan solidario.

Día 4. Dulces prohibidos

Como fanática de los dulces que soy, no he querido pasar por alto la repostería marroquí. Considerando su importante papel en estas noches de atiborramiento desenfrenado (y que allá donde miremos siempre están presentes), hemos querido solidarizarnos de alguna forma con la causa probando cada una de sus especialidades. Hoy damos prioridad al sentido del gusto y por eso hemos comprado todas las variedades de dulces que se cruzaban en nuestro camino, ya sea en mercados, puestos callejeros, pastelerías recomendadas en las guías o descubiertas en nuestra estancia. La experiencia ha sido empalagosamente dulce e incluso hemos hecho nuestro propio ranking. No tiene desperdicio.

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RABAT Bruna Ricart

Periodista de viajes. España.

Día 1. We love bastella

Primer contacto. Volamos de madrugada, dormimos poco y mal. Pero la suerte fue cambiando y se puso de nuestro lado. En el trayecto en tren de Casablanca a Rabat conocimos a Sophie y sus hijos. Son marroquíes pero viven en Barcelona y nos ayudaron en todo. Entendernos y encontrar el camino habría sido muy difícil sin ellos. Hablamos de todo y empezamos a romper tópicos. Hilos de colores y alubias. En la Medina de Rabat nos dejamos llevar por los olores y la variedad de artesanía, comida y productos tradicionales que se ofrecen. Por ahora la música no está muy presente, la gente vive el Ramadán con calma durante el día y el clima es agradable. Pensábamos que nos costaría respirar pero de momento no estamos ni sudando. Y esperamos ansiosas una cena casera en casa de Sophie.

Día 2. La Kasbah des Oudayas, piensa en azul

Seguimos conociendo Rabat. La parte más cultural e histórica es la que hemos descubierto en la Kasbah des Oudaias, en Chellah, en la Tour Hassan y en el Mausoleo de Muhammad V. Son los lugares más turísticos de la ciudad y aquellos que según todas las guías no te puedes perder. Pues ya los hemos visto. Sin duda la Kasbah es la parte más bonita de lo que por ahora conocemos de Rabat (sin quitar lo emocionante de la medina). Es una fortaleza situada en la cima de un acantilado y está toda pintada de blanco y azul. Un azul de esos que enamora, como en Chefchauen o Asilah (en el norte de Marruecos). Son callejones sin salida, puertas decoradas, niños en la calle y apenas algún coche.

Día 3. Olfato activo

Hemos subido al tranvía de Rabat. Es moderno, insonoriza el ruido del exterior y parece que estés en una ciudad europea por un momento. Luego miras por la ventana y te das cuenta de que sigues en Marruecos. Son algunas de las curiosidades de Rabat. La visita a la ciudad vecina de Rabat, Salé, era obligada por el contraste que supone respecto a la capital y por las historias que se cuentan de ella. Es una ciudad de mercados, de antiguos piratas, de recato y vida tranquila. El olor intenso de la Medina de Salé se nos ha metido

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por todos los poros de la piel, también por la nariz. Pero la experiencia ha resultado interesante e incluso divertida.

Día 4. Dulces prohibidos

Vinimos a Marruecos en Ramadán, y puede que no fuese la mejor opción. Por un lado, es interesante descubrir una realidad antes desconocida, pero por otro, parece que hay cosas más difíciles de conseguir en estas fechas y la rutina habitual de la ciudad se ve alterada en algunos aspectos. Por ejemplo, en el comer. Hablábamos ayer de que casi nos desmayamos en la medina de Salé por aguantar sin beber ni comer durante horas... Pues en Rabat pasa más o menos lo mismo. Podemos comprar comida en casi cualquier lugar de la calle, en pequeñas tiendas o en los mercados, pero comer lo que compramos ya es otra cosa... Nadie nos prohíbe hacerlo, pero nuestro sentido común (uno que no aparece en la guía pero es igual de importante cuando viajamos) nos dice que no debemos comer en público. Si un día viajáis a Rabat, no os perdáis la Pâtisserie Majestic, Le Pain Bul y los puestos que venden dulces en el Mercado Central.

Día 5. Cuando las cosas se complican

Ando cada día por la misma calle, las mismas avenidas, la misma plaza y subo y bajo las mismas escaleras. Atrás queda cualquier idea de lo que sería este viaje, cualquier calendario, horario u organización que había planeado de lo que visitaría y de lo que encontraría aquí. Rabat se ha convertido en rutina, después de pasar seis días en la ciudad, casi todo lo que podía salir mal, ha salido mal. Los contactos que esperábamos no han respondido, no hemos podido localizar a Sophie y nos hemos perdido la cena marroquí, el Ramadán realmente dificulta el turismo y entenderse con los locales es toda una aventura. He recordado que las cosas deben hacerse con el corazón y convencida, para que funcionen. Debemos empezar el viaje con optimismo, y dejarnos sorprender en lo bueno y en lo malo también.

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MARRAKECH Laura Carreras

Periodista de viajes. España.

Día 1. Aterrizaje entre la arena

Cogemos un avión de Ryanair desde el aeropuerto de Girona con dirección Marrakech. Después de esperar colas interminables, de pasar los controles y de meter las mochilas en esas estructuras metálicas que deben comprobar que tu equipaje no exceda los diez kilos, por fin, subimos a un avión de asientos estrechos y todas esas comodidades propias de una compañía low cost (nótese la ironía). El piloto enciende motores y el ruido resultante es parecido al de una licuadora a la que le faltaran piezas. A pesar de ello, conseguimos ganar altura y cruzamos las pocas nubes que regentan el cielo de la ciudad catalana. El ruido a motor estropeado es persistente, pero mis compañeros de viaje insisten en que no es peligroso. Yo, por mi parte, no dejo de pensar en la licuadora y observo los motores del ala con cierta desconfianza. A pesar del miedo, consigo dormirme, para despertarme justo en el momento que cruzamos el mar para ponernos encima del continente africano. Realmente, me repito, vale la pena viajar en avión para tener esta vista de pájaro; pero una voz maliciosa, en mi interior, me contesta que esto de que los humanos vuelen no deja de ser antinatural, que el campo abierto y el cielo deberían estar reservados a los pájaros, que por algo tienen alas. Después de dos horas y media, el clima se viste de desierto, con turbante incluido, y nos confirma que, en efecto, hemos llegado por fin a Marruecos. Su voz suena a azafata española hablando en inglés, diciendo que nos abrochemos el cinturón de seguridad, que estamos pasando por una zona de turbulencias. Por la ventanilla del avión una nube de arena del desierto azota con fuerza a la pobre licuadora aérea. Me agarro fuerte a los reposabrazos y no rezo porque no creo en el dios cristiano, pero me encomiendo a Alá y a todos los dioses griegos (por si acaso). Aterrizamos, por fin, sin más complicaciones. Sólo me repongo con los colores y los olores que salen de la plaza Jemaa el Fna: estamos, al fin, en la ciudad mágica de Marrakech.

Día 2. La hospitalidad de Marruecos existe

Son las cinco o las seis de la madrugada. Debo de haber dormido unas tres horas. Doy vueltas en la cama intentando que el poco aire caliente que mueve 147


el ventilador me refresque un poco. Acerco mis piernas desnudas a la pared buscando un poco de frescor: está exageradamente caliente. Compartimos habitación con un chico sardo: él tampoco ha conseguido pegar ojo en toda la noche. Antes de que suene el despertador ya estamos todos en pie haciendo cola para la ducha. Salimos a la calle y nos cuesta respirar: cuarenta grados a la sombra y sólo son las diez de la mañana. Sólo rezamos porque el siguiente hostal al que nos dirigimos tenga aire acondicionado. Después de dar mil vueltas, de perdernos en medio de las calles estrechas de la medina, de pasar por zocos interminables, de sortear motos, coches, burros y carros, llegamos a la puerta del Riad Sacr. Llamamos al timbre casi sin fuerzas, empapados en sudor. Al rato nos abre la puerta una chica sonriente de ojos negros, es Kenza. Parece que salga de otro mundo, como si el ajetreo de Marrakech y ese calor insoportable no existieran para ella. Nos hace pasar dentro amablemente y lo entendemos todo: el riad es un oasis dentro de la medina y Kenza danza como una palmera meciéndose en el viento. Kenza nos invita a desayunar y pasamos un buen rato hablando con ella. Nos cuenta todo lo que queremos saber sobre Marrakech y nos desmonta algunos mitos sobre Marruecos y los marroquíes. Quisiéramos seguir hablando con ella, pero preferimos poner en práctica sus consejos: nos dirigimos al jardín botánico, el sitio más fresco de la ciudad. Jamás paguéis más de veinte dirhams por un taxi, nos ha dicho Kenza, pero nos cuesta poner sus consejos en práctica: pagamos cincuenta. Al final, esto es Marruecos y sólo llevamos un día aquí. Cenamos con Kenza en su casa, seguros de que mañana no pagaremos más de veinte dirhams por taxi (o al menos lo intentaremos).

Día 3. Caminando bajo el sol

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Son las ocho de la tarde. Nos hemos refrescado en la piscina en el momento del día que menos lo necesitábamos: ya ha empezado a bajar el sol y el agua resulta demasiado fría. A pesar de ello, el baño nos ha dado la vida y decidimos salir a cenar a la plaza Jemaa el Fna. Nos sentamos en el puesto número 114, el que lleva el nombre de Chez Mbark. Cuando terminamos de comer, una niña se acerca a la mesa y me pide que le dé un poco de mi bebida, una Orangina que está a punto de terminarse. Sin pensarlo mucho, le doy la botella y ella marcha contenta con la golosina en las manos. Me quedo mirando cómo se acerca a su amiga, una niña uno o dos años mayor que ella. La amiga le pide un poco y ella no quiere compartir. Le da sólo un sorbito pequeño, aguantando ella misma la botella para que no se pase bebiendo. Al rato, la segunda niña se acerca y nos pide que le demos la botella de Miguel, un poco más llena que la mía. Pero viendo cómo ha sucedido todo, decidimos no darles nada más, ya que imaginamos que será el cuento de nunca acabar: le daremos a ella y empezarán a salir niños y niñas de todos los rincones. Venía avisada: había leído que no hay que dar nada a los niños, que ellos no pasan hambre, que sólo piden por capricho. Al final, no tengo claro si he


aprendido la lección: los niños pasan y me miran con esos ojos y extienden una mano, señalando con la otra mi bebida o el pan que no he comido, y soy incapaz de no sentir ternura. Tendré que controlarme. Todavía quedan días.

Día 4. Marrakech en estado puro

Nos despertamos recuperados después de haber dormido en una casa típica árabe ahora convertida en hostal. Es la noche que mejor hemos dormido, así que nuestro ánimo se encuentra especialmente positivo. Desayunamos rápido para hacer el check-in en el siguiente hostal y poder, así, aprovechar mejor el día. Pero, por algún motivo oculto que todavía ahora se me escapa, empieza a haber señales de que hoy no será nuestro mejor día. Llegamos al hostal y nos dicen que nuestra habitación todavía tardará un poco, que nos la están preparando, y al ritmo de un “la prisa mata, amigo”, nos preparan un té con menta y tomillo que no podemos rechazar. Entre té y charla viene otro té, y se nos escapa el tiempo sin querer: cuando la habitación por fin está lista la aguja del reloj toca ya el mediodía. Sin pensarlo mucho y con ganas de optimizar el tiempo al máximo, nos dirigimos decididos a las tumbas saadíes. Pero la visita es corta, ya que no hay mucho que ver. Salimos hacia el Palacio Bahía, convencidos de que será mucho mejor. Pero, de camino, un chico nos asalta en medio de la calle y nos dice que el palacio está cerrado, que cierra al mediodía, pero que si queremos visitar algo auténtico marroquí debemos seguirle, que allí al lado está el mercado bereber, lugar al que sólo van los árabes a comprar, sin turistas: marroquí 100% original. Al entrar, nos enseña la zona de compra al por mayor, donde no podemos comprar por no ser mayoristas; y nos deja en manos de un amigo suyo, un bereber que vende especias y que nos enseñará las curiosidades de las hierbas aromáticos. Sin apenas darnos cuenta, ya estamos dentro de la tienda tomando té, haciéndonos fotos con él y descubriendo jabones, perfumes y piedras extrañas. Después de tanta demostración y tanto té, somos incapaces de marchar de allí con las manos vacías, así que acabamos comprando cosas que, al rato, descubriremos que las hemos pagado al precio español. Cuando llegamos al hostal, cansados, subimos a la terraza a refugiarnos del calor, y allí está tomando una cerveza un chico que trabaja en el hostal. Le preguntamos por el mercado bereber. Nos contesta que él mismo es bereber y que el mercado bereber es bereber sólo si eres turista. Dice que antiguamente lo era, y que hace unos años los bereberes se fueron y ahora hay árabes que intentan timar a los turistas. Al final resulta que no hemos encontrado la autenticidad de Marruecos. ¿O quizá sí? Quizá lo auténtico en Marrakech sea un mercado bereber en el que no hay bereberes.

Día 5. La Peque-Alhambra de Marrakech

Tomamos el mejor desayuno del viaje: crêpes, pan, huevo frito, café, leche, 149


mermelada, miel, mantequilla y queso. Lástima que el grupo de veinte francesas no haya tenido compasión de nosotros y nos haya dejado sin zumo de naranja. A pesar de no haber tomado la dosis diaria de vitamina C, nos sentimos con ganas de salir a la calle. Estamos convencidos de que hoy será un día mejor y caminamos intentando olvidar lo que sucedió ayer. Tengo ganas de visitar el Palacio Bahía. Pone en mi guía que los patios son parecidos a los de la Alhambra y que, a pesar de estar construido en el siglo XIX, intenta imitar la ornamentación de la arquitectura clásica árabe. Los patios y las habitaciones de las concubinas, dice la guía, son lo más destacable dentro del palacio, pero yo me muero de ganas de visitar la mezquita. Diez dirhams por la entrada me parece más que razonable por la maravilla que encontraremos dentro. Pero esto es Marrakech, no nos olvidemos. Así que, al entrar, el edificio es maravilloso pero está lleno de agujeros por todas partes y no existe ningún tipo de cartel que nos explique en qué parte nos encontramos. Imposible identificar las habitaciones de las concubinas y los patios tienen tanta maleza que los hierbajos parecen árboles. ¿Y la mezquita? Me repito que todo se arreglará en el momento en que vea la mezquita. Pero la mezquita no está. Intuyo que debe de ser ese patio en ruinas que no se puede visitar. Al final concluyo que la imaginación es el mejor aliado para visitar Marraquech. Si esto fuera Francia habría una placa explicativa en cada rincón y los patios estarían llenos de plantas en flor y majestuosos árboles frutales. Pero bueno, no nos pongamos nerviosos: esto no es Europa y, en realidad, el encanto de esta ciudad, lo que me enamora, es precisamente esto, que no puedes prever nada ni ir a los sitios con ideas preconcebidas, porque Marruecos siempre te acaba sorprendiendo.

Día 6. El Occidente Express

Marrakech es una ciudad de contrastes: contrastes en los mercados con el amarillo del curry marroquí y el rojo del azafrán; contrastes en las calles con las mujeres vestidas con el velo que las cubre por completo y las muchachas extranjeras que enseñan las piernas con estrechos shorts o minifaldas apretadas; contrastes en los parques con el verde de las palmeras y el material rojizo de las construcciones; contrastes en los edificios cuando entras en un antiguo palacio ahora convertido en hostal y se percibe la antigua grandiosidad mezclada con la decadencia actual; contraste en las carreteras cuando subes a un taxi Volkswagen y el taxista adelanta un carro hasta arriba de mantas tirado por un pequeño burro que no puede caminar… Pero no te das cuenta de hasta dónde llegan estos contrastes hasta que no visitas Guéliz. La ciudad nueva es una mezcla de tradición árabe en sus construcciones y mezquitas que contrasta enormemente con los comercios más típicamente occidentales. En Guéliz encuentras Bershka, McDonalds, Zara y H&M al lado de una iglesia cristiana y un supermercado Carrefour. Al final, no hay tregua, nadie se escapa a la globalización. 150


MARRAKECH Miguel Lagoma

Periodista de viajes. España.

Día 1. Aterrizaje entre la arena

Nada te prepara para lo que te encuentras en Marrakech cuando llegas por primera vez. Has escuchado a amigos y familiares contarte que esto es otra cosa, que Marruecos es un mundo totalmente distinto a aquel en que te mueves día a día. Que si la gran plaza es un enorme mercado en el que te encuentras desde encantadores de serpientes hasta aguadores milenarios. Que si los comerciantes, que si el calor. Te vas haciendo a la idea de cómo son las cosas y piensas que a ti no te sorprenderá: ya sabes cómo es, no será para tanto. Y cuando realmente llegas puede que supieras cómo era, pero te sorprendes y sí, es para tanto. Nada te prepara para lo que te encuentras en Marrakech cuando llegas por primera vez.

Día 2. La hospitalidad de Marruecos existe

Como viajero primerizo en Marruecos no dejas de sorprenderte por pequeñas cosas. Da igual que todo lo que te hayan contado anteriormente, y no terminabas de creer, se haya ido cumpliendo: sigues pensando que lo que dicen no se va a cumplir exactamente así. Esta vez ha pasado con la hospitalidad de la gente. Nos hemos alojado en un riad cuya encargada nos ha alegrado el día y la semana. Su trato, cercanía y consejos nos serán más útiles que todo lo que hemos leído en cada una de las guías que hemos devorado. Uno de sus consejos ha sido visitar el Jardin Majorelle para huir del calor. Tenía razón. Otra cosa sorprendente ha sido encontrarte como en Francia en pleno Magreb. Ya te lo avisó tu padre: “Marrakech es el pueblo de los pijos parisinos”. En el caso del jardín botánico Majorelle te impacta un concepto tan francés mezclado de forma natural con el sustrato bereber y árabe propio de Marruecos. Tenían razón otra vez. En el fondo, no puedes dejar de estar expectante, esperando la siguiente sorpresa porque lo que te han contado no puede ser exactamente así.

Día 3. Caminando bajo el sol

En un viaje como éste no puedes esperar que los planes cuidadosamente diseñados después de cenar se cumplan el día después. Sabes que tienes que caminar cuando aún no haga tanto calor. Que tienes que estar dentro de los grandiosos (frescos) monumentos cuando el sol achanta hasta al más ávido comerciante. Sin embargo, acabas caminando alrededor de las murallas de

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Marrakech a las cuatro de la tarde porque a las doce estabas cruzando la plaza dirigiéndote a la Medersa Ben Yousef. En la escuela coránica te encuentras de golpe con la Alhambra, convertida en universidad del Islam que aún puedes imaginar llena estudiantes. Descubres sus habitaciones, en las que las diferencias de clase son tan evidentes que las recreaciones se hacen innecesarias. La mejor recreación, sin embargo, es la máquina de Coca Cola visible desde el magnífico patio interior. Tras visitar el museo de Marrakech, esa máquina y unas caras talladas en madera en un carro abandonado son lo único que vuelve a tu mente cuando piensas en lo que has visto ese día. Esto tampoco estaba en los planes.

Día 4. Marrakech en estado puro

Una recomendación que te hacen todos a quienes preguntas sobre Marrakech es que vayas a las tumbas saadíes. Otra es no hacer caso a los locales especialmente amables, aquellos que se ofrecen “no dinero” a cambio de su ayuda. Cumplimos a medias. Con lo primero sí. Las tumbas saadíes son el enésimo conjunto monumental marroquí que sin guía no vale nada. Con uno tampoco mejorarían mucho, quieres pensar. De nuevo, te fijas en algo que no tiene nada que ver, una cigüeña sucia y frágil que no podría migrar aunque lo necesitara. Sigue siendo un ave majestuosa, algo que las tumbas, por blasfemo que sea, no pueden decir. Dijimos que no volveríamos a pagar más de veinte dírhams por taxi, pero en Marrakech puedes acabar pagando mucho más por cosas que no querías dependiendo de la pericia del vendedor. La visita resulta realmente barata. Según íbamos a nuestro segundo destino, el Palacio Bahía, nos saltamos la segunda recomendación. Y vaya que pagas por cosas que no querías, tanto que se hace imposible seguir con nuestro plan y nos vemos obligados a empezar el Ramadán un día antes que los marroquíes. Todos llevamos un guiri dentro.

Día 5. La Peque-Alhambra de Marrakech

Hay días que nunca terminan de despegar. Todo el lastre de los días anteriores los atan al suelo y la nueva jornada es como un epílogo de la anterior, sin nada especial y una sensación de sopor, de piloto automático. Ayer fue así. Mientras paseas por las callejuelas llenas de motos Yamaha MBK*, no dejas de pensar en Christina Aguilera (sí, en Marrakech; han sido días frenéticos) observándote desde una posición privilegiada, desde una caja de perfumes que te indica que el exótico puesto bereber no puede ser tal. Cuando estabas allí, no obstante, te parecía la confirmación de su autenticidad. Que precisamente elementos como ese eran lo realmente auténtico, la integración del mercader en un mundo globalizado; tiene de todo, pero sólo te vende lo real. Así, paseas por Marrakech pensando en estrellas del pop adolescente hasta que llegas, hoy sí, al Palacio Bahía. La “Alhambra Peque”, como la bautizamos, fue terminada hace menos de un siglo. Intenta rememorar el pasado glorioso de Marruecos y de Al-Andalus en plena ocupación francesa. Si se 152


vendiera como hacen los antiguos ocupantes con sus grandiosos vestigios lo lograría fácilmente. Sin embargo, es un monumento vacío, sin decoración ni explicaciones, con las paredes desnudas salvo numerosos enchufes a veces ocultos con cinta aislante. Al salir de otro monumento más tienes la impresión de que no saben sacar provecho de lo que tienen. Sin embargo, pronto vuelves a pensar en Christina. En cinco minutos vuelves a estar en el mercado donde ya habías estado el día anterior, en un epílogo que te confirma todos tus temores. No hay nada auténtico allí y elegiste el lugar menos real. Sacan provecho de lo que tienen: estás equivocado. Sigues sin saber dónde tienes que mirar. *Creo que lo que más me ha fascinado durante estos días en Marrakech ha sido la cantidad de Yamahas y Dacias, ambos vehículos conducidos de forma frenética en cualquier lugar y horario. Las motos en Marrakech merecen más que una mención y más que un post.

Día 6. El Occidente Express

Último día en Marrakech. Harto de ver representaciones de un pasado glorioso tan distorsionado como todos, insistes con Laura en ir a Guéliz, la ciudad nueva. Vânia nos había avisado sobre la falta de interés del lugar, pero queremos comprobar con nuestros propios ojos que Marrakech tiene una zona igual que tantas otras en occidente. Guéliz te recuerda a una urbanización de Murcia en la que pasaste un verano hace casi una década. Tiene Zara, Mango y una iglesia construida igual que el resto de edificios; una cruz encima de una torre es lo que la diferencia. También hay un mercado en el que nos quieren volver a enseñar el auténtico Marruecos. Es difícil que esté en un área residencial para los que aspiran a ser europeos y reniegan de sus raíces. Logramos escapar de la trampa con tiempo para ver una tienda de animales. Los pobres ratones y pájaros están casi tan adormilados como el dueño, que intenta que el segundo día de Ramadán pase cuanto antes. Nosotros, sin embargo, pretendemos comer en un lugar popular entre los locales, sin ser conscientes de lo básico de nuestro error. Ya que nos saltamos las normas del Islam, decidimos hacerlo a lo grande y cruzar la ciudad con el objetivo de comprar una cerveza en un Carrefour para despedirnos de Marrakech. Volvemos a pagar más de 20 dírhams por un taxi en nuestro empeño y abandonamos Guéliz. Vânia tenía razón, como tantos otros que te aconsejaron al comenzar a preparar el viaje. Es el último día en Marrakech y sólo eres capaz de pensar en cuándo volverás para poner en práctica tantos consejos, los que te dieron entonces y los que te ha dado el viaje.

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MARRAKECH Vânia Barreto

Periodista de viajes. Portugal.

Día 1. Aterrizaje entre la arena

Llegué. Aquí estoy otra vez. Algunas cosas cambiaron, pero la danza de la plaza continúa igual. Reconozco algunas caras: vendedoras de globos rojos con sus hijos en la espalda, colores, olores, sabores… En definitiva, África es “mi playa”. Me siento en casa. Llegué. “Primeiro estranha-se… depois entranha-se”, dijo Pessoa. Así me siento… Primero suele venir la desconfianza, la extrañeza, el feeling de que algo pasará, de que algo no encaja. Después de una vuelta por la plaza Jemaa el Fna, de saborear sus platos y su gente, ya me he empapado de todo su espíritu. Estoy lista para el viaje.

Día 2. La hospitalidad de Marruecos existe

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El desayuno del Amour de Riad ya me parecía más que suficiente para aguantar toda la mañana por el calor de Marrakech. Me equivoqué. Al llegar al próximo riad, el Riad Sacr, se nos abren las puertas y con ellas una sonrisa acogedora. Nos dirigimos a una sala que parece salida del cuento de Lawrence de Arabia. En comparación con lo de ayer es un palacio para nosotros. Sin embargo, la mayor sorpresa está por llegar. Llegó Kenza. Es imposible no esbozar una sonrisa de oreja a oreja. Qué bienvenida. “This is your house”, nos dice. Me siento como en casa. Es increíble. Kenza es una persona que refleja toda la hospitalidad marroquí, pero con un toque refrescante, es muy crítica y abierta con su cultura. Se le nota que es una persona viajada por el mundo mientras habla con nosotros durante lo que es nuestro segundo desayuno del día. Vuelvo a encontrar mis adorados crêpes marroquíes que tanto echaba de menos. Me invita a una clase privada de cocina con María, su cocinera, para que me enseñe a hacerlos para mi novio. Estoy estupefacta con toda su autenticidad. Después de tres horas de consejos y de una explicación de todos los monumentos principales de la ciudad, con la historia de las dinastías incluida, nos invita a cenar con ella. Paso el día emocionada, ansiando el momento de la clase de cocina y de la cena. Son verdaderamente monumentales. Después de enseñarnos a hacer los crêpes sigue una clase de gimnasio marroquí: la danza del vientre. Es muy difícil en realidad, y mientras Kenza baila graciosamente, Laura y yo parecemos dos patos descoordinados con epilepsia


intentándolo. Finalmente llega la piece de la resistance: una tagin de ternera. Pienso que no volveré a comer tan a gusto en Marruecos. No tengo ganas de irme de aquí, veo en Kenza una hermana como nos ha dicho que era. Nos vamos por la mañana, nos despedimos con cuatro besos al estilo marroquí. Tengo ganas de llorar, siento que estoy dejando de nuevo otra “mi casa”. Ya tengo saudades de Kenza.

Día 3. Caminando bajo el sol

Al llegar al próximo riad encontramos una piscina que de pronto nos refresca el cuerpo y el alma sin habernos sumergido todavía. Nuestra habitación suele ser muy fresca, pero un tanto descuidada. Para tres exploradores de mochila está bien. Salimos para visitar la escuela coránica y el museo de Marrakech. No me acaban de impactar. Comemos en un café en el zoco pero tampoco me sorprende. Un mal giro en el zoco y salimos fuera de la muralla de la medina. Busco un punto de orientación. Busco la Koutoubia. No la encuentro. Empezamos a caminar por la calle y por fin avistamos a lo lejos la mezquita. El sol es abrasador y el agua de mi botella llega casi a quemarme la garganta. El Ramadán empieza dentro de dos días. No sé cómo lo aguantarán. Para mí es impensable. Yo no veo la hora de llegar a la playa, a Essaouira. Me adormezco contando los días que quedan.

Día 4. Marrakech en estado puro

Finalmente la temperatura del termómetro nos dio un descanso. Una brisa suave me acaricia la cara mientras camino. Visitamos las tumbas saadíes, para mí por segunda vez, y me atrevo a decir que pienso que todos compartimos la misma opinión: faltan elementos explicativos de lo que estamos visitando. Con la poca información que tenemos en nuestras guías no lo llegamos a entender. En realidad, una cigüeña vieja que reposa bajo la sombra de un árbol nos despierta a Miguel y a mi más curiosidad que el monumento que visitamos. Quién sabe si hay venido a buscar su tumba aquí también. Un pequeño desvío para unas compras al azar y nos volvemos al hostel. Las habitaciones están bien, pero no son frescas. Por la noche Laura y yo subimos a la terraza para refrescarnos y nos encontramos al chico bereber de Terfoud que trabaja allí. Lo vemos muy preocupado, siempre mirando abajo para asegurarse de que todo sigue tranquilo. Su jefe lo llama cada veinte minutos y le envía mensajes para ponerse al corriente de todo lo que pasa en su hostel. Siento que tiene ganas de hablar. Su español es un poco limitado, pero hace un esfuerzo para entendernos. Tiene diecinueve años. Quizá veinte añade después. Dentro de dos semanas es su cumpleaños. Hace cinco meses que no vuelve a su pueblo. Hay mucho trabajo en el hostel y creo que lo explotan muchísimo, pues fue al único que he visto trabajar. Baja una vez más y trae consigo tres cervezas marroquíes y nos invita. Nos ha dicho que las compra en Carrefour y que si no fuera por una todas las noches se volvería loco. Duerme en total tres-cuatro horas al día. Ha visto 155


siluetas en el hostel que está delante. Son dos gatos que se pelean. Después de mirar las estrellas una vez más nos dice que árabes y bereberes son como los dos gatos, que se siguen peleando. Está contento por estar hablando con nosotras. Por la tarde un grupo de diez scouts francesas se hospedaron en el hostel. No le gustan. No quieren hablar con él. “No importa la edad, sí la mentalidad”. Añade a estas palabras que nosotras somos buenas chicas pues hablamos con él de igual a igual. La cerveza se termina y el sueño empieza a llegar. Bajamos para nuestra habitación para dormir y dejamos al chico entregado a las llamadas y mensajes de su jefe, que a pesar de la hora tardía que es no cesa su interrogatorio. Por la mañana lo vemos agobiado por el trabajo ingrato de servir el desayuno a las chicas francesas. Dudo que hoy consiga ir a su pueblo. Quizá el día siguiente. Me gustaría creer más que sí.

Día 5. La Peque-Alhambra de Marrakech

Nos resulta un poco difícil encontrar este riad. Las direcciones de la gente están todas equivocadas, ellos tampoco lo conocen, tenemos que buscar un cyber para poder sacar la dirección correcta. Ahora sí, nos ponemos en marcha y la verdad es que está muy cerca de la plaza Jema el Fnaa. Una vez más, no nos encontramos con la habitación lista para hacer el check-in. Decidimos poner al día nuestros posts ya que en la noche anterior no había wifi. Visitamos el Palacio Bahía que parece más una Alhambra en miniatura. Como el resto de monumentos que hemos visitado, está un poco descuidado y peca de falta de información al visitante. A la hora de la comida nos sentamos en un bar de la plaza y empezamos a oír el canto de las oraciones. Admito que me asusta un poco por su sonoridad. La oración se alarga por bastante tiempo y estoy segura de que ha empezado el Ramadán. Por la noche lo confirmo. Se hacen colas de gente junto a pequeños puestos de comida en los zocos. La cantidad de pan en venta también ha aumentado bastante. Las calles se encuentran bulliciosas y caóticas. Se cambió el horario y el estilo de vida marroquí. A partir de ahora durante un mes se vive por la noche.

Día 6. El Occidente Express

Me despierto un poco enferma, no sé qué me pasa, pero tengo ganas de quedarme en el hostel durmiendo. Nos vamos hacia el hostel del miércoles, pero no encuentro la piscina tan refrescante como ese día. El agua está turbia. Tenemos que ir hasta Guéliz, pero hoy, que la temperatura ha subido de nuevo, me encuentro mal para caminar. Por todos lados se ve a gente durmiendo en la calle. Es por el Ramadán, seguro. Todavía me cuesta entenderlo, pero lo respeto muchísimo. Cogemos nuestros tickets de bus para Essaouira. Mañana sobre las 9 nos ponemos en camino. Empieza la segunda parte de nuestro viaje. 156


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Encontrarás también la guía de las Ciudades Imperiales a través de los cinco sentidos, en versión digital adaptada en Let it Guide.com Para descargarla puedes leer este código que te remitirá a la pagina:


CIUDADES IMPERIALES, MARRUECOS. Esta guía Travel Pills es una guía sensorial que te servirá de ayuda en tu viaje pero también de cuaderno de bitácora, de cartera para guardar tu pasaporte y toda la documentación que necesites. Además de poder tomar notas, en ella encontrarás los cuadernos del viaje de los autores y se convertirá en tu compañera durante las horas muertas. Esperamos que en tu regreso a casa, esta guía se transforme en un recuerdo imposible de olvidar.


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