Postales de la Asunción de antaño Vol I

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Medicina en las "misiones" L

a enorme tarea de las Misiones Jesuíticas se basó en un meticuloso trabajo de adoctrinamiento de las colectividades indígenas y dirigido a todos sus componentes: niños, adolescentes, mujeres y hombres. La demostración que los poderes de Dios o los variados conocimientos de los sacerdotes era superior a los de los chamanes o brujos, apuntaló el procedimiento. Para la conversión fue necesaria la utilización de una estrategia distinta para cada tribu, una diferente para cada zona. Un operativo para los niños, otro para los adolescentes y de los más variados e ingeniosos para los adultos. En todos ellos estuvo presente la extraordinaria paciencia de los misioneros. Para la seducción o el convencimiento de los indios se mezclaba la enseñanza, desde los preceptos religiosos hasta los más diversos oficios, con la exaltación de la vanidad de los naturales o, en demostrarles que en las Misiones vivirían mejor. Un procedimiento más drástico consistía en infundirles temor mediante terribles visiones del infierno o de los castigo que los esperaba si no se adecuaban a las normas de vida Jesuíticas. También les daban regalos aunque algunos consideran que la voluntad de los naturales en someterse, tanto como la pasión que pusieron en el cumplimiento de los rituales y conocimientos litúrgicos, se basó más -aunque contradictoriamente-"...en sus concepciones paganas que debido a un fervor cristiano aún inmaculado". En cuanto a las enfermedades, dura fue la lucha de los religiosos para desplazar el prestigio de los chamanes. Las primeras conquistas en este campo se lograron ante la evidencia de ciertas enfermedades para cuyas curas los Jesuitas contaban con medicinas en sus alforjas. En otros casos lograban mantener con vida a algunos moribundos y ante la inminencia de la muerte decían a sus llorosos deudos: "...ahora Dios lo quiere con él..", moría el paciente y más que la pena, consternaba a los indios la sabiduría del sacerdote y el poder de "su Dios". Para la cura de los enfermos, aunque siempre hubo una gran carencia de medicamentos, los jesuitas mezclaron -sabiamente- los conocimientos ancestrales de los indígenas con sabiduría popular europea. De esa curiosa combinación salieron medicinas como "raíces de nardoen infusión de aguardiente" para las picaduras de serpientes "...salvo la de cascabel" . Combinando con la aplicación, "...el padre Sepp hace beber a las víctimas un buen trago de ajo triturado y disuelto en agua caliente". El mismo sacerdote cura algunas heridas "..con romero disuelto en vino". Se utilizaba habitualmente"...grasa de jakare para las contusiones" y para el dolor de muelas "...nada mejor que las garras del jaguar calcinadas y mezcladas con polvo de Postales de la Asunción de antaño - Jorge Rubiani

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