-Pero me dijeron a la una -Tendrás que esperar. Parece que Dios se está inscribiendo en el PCV y la secretaria no ha llegado. Llega la secretaria. Apurada y sudorosa. -Disculpen, pero estaba en el gimnasio haciendo Pilates... Prende luces, abre puertas, gavetas, se sienta en su escritorio. -¿Tiene cita? -No. El endocrinólogo cree que tengo cáncer hasta que se demuestre lo contrario y desea que el cirujano me realice una biopsia ayer. Le entrego el informe de prioridad. El chico joven de la gorra le explica que el doctor lo operó el sábado de un absceso en el ano y viene a la consulta post-operatoria. -Son seiscientos -¿Seiscientos?!!!!! Yo pensé que esta consulta no se pagaba. El chico está disgustado porque tiene que pagar esa consulta, por la inseguridad y por la escasez de papel higiénico. Son ya las cuatro de la tarde. El doctor no ha llegado. El chico está iracundo por la espera y no halla posición cómoda para su ano. Yo comienzo a pensar que la biopsia no necesariamente es para ayer y que ese endocrinólogo es un alarmista. Seguramente ya el taxista compro la piñata. Llega el doctor y todo el mundo vuelve a repetir: -Llegó el doctor. -Los operados primero, dice la secretaria, y el chico joven de la gorra pasa refunfuñando todavía por tanta espera de más de cuatro horas y el pago de seiscientos por la consulta post-operatoria. Llega una paciente. Viene del mismo endocrinólogo con el mismo “Informe de prioridad” y con los mismos nódulos en la tiroides. No pudo dormir ayer y ella y su familia pasaron la tarde llorando porque tal vez tiene cáncer "hasta que se demuestre lo contrario". Pasó la noche investigando en Internet y esta nerviosísima. Trato de distraerla imitando al endocrinólogo y su sermón cancerígeno y le aconsejo que espere la famosa biopsia. Pero no todo el mundo recibe la información con tanta tranquilidad y ella está asustada por haber escuchado la palabra. Me comenta que le llamo la atención lo lejano del escritorio del endocrinólogo y la gran distancia que lo separaba de la silla del paciente. Le digo que eso forma parte del escenario de autoridad y superioridad del profesional para provocar la capitis diminutio del asustadizo paciente. El chico sale de la consulta y pide la factura de los seiscientos bolívares. Es mi turno y entrego el Informe de prioridad. El cirujano revisa los exámenes. -A esto se le dice nódulos, pero son tumores. Son lesiones. Además, están vascularizados. Hay que hacer una biopsia. ¿De qué murieron tus padres?; ¿nadie murió de cáncer? -¿¿¿¿nadie????; y ¿diabetes????; nadie????. ¿Y por qué fumas?
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