Mensjaero ala Blanca Mayo/Junio de 2012

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Hay un llamado para la joven cosecha y nosotros debemos preguntarnos, “¿por qué el Espíritu Santo está hablando tan claro acerca de alcanzar a la juventud?” Podemos fácilmente comenzar a trabajar para tratar de cumplir con este llamado. Pero, me parece que podríamos ignorar qué es lo que Dios quiere hacer. Este no es un llamado para que tengamos mejores programas o más fondos. Tampoco tiene que ver con alcanzar a los jóvenes y a los niños. Podemos organizar los mejores ministerios de alcance y el programa de niños más innovador, y aún así no cambiaríamos las vidas de aquéllos a quienes servimos. El Espíritu Santo es quien nos atrae a Jesús por lo que debemos unirnos a Él y a Su obra. Él nos está claramente diciendo que estos son los últimos días y que esta es la última generación. Nos encontramos entre niños que tienen una oliva en sus manos. El aceite de la oliva se usa para la unción. La unción que nuestros hijos necesitan es la misma unción que estaba en David. Él era un joven muy talentoso; él era un guerrero, un poeta, un músico, un danzador y un líder. Pero cuando Samuel vino a ungir el hombre que Dios quería como rey, él no estaba mirando sus talentos o sus habilidades. Él escuchó a Dios. David fue ungido porque él fue el escogido de Dios. “El Señor le dijo a Samuel: Éste es; levántate y úngelo. Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos. Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David” (1 Samuel 16:12, 13 NVI). David no salió de la ceremonia de la unción e inmediatamente fue hecho rey. Él regresó a su trabajo. Mientras él trabajaba sus talentos fueron usados (1 Samuel 16:17; 17:15). Él era un pastor y un músico en la corte de Saúl. Nosotros podemos ver el efecto de la unción en la vida de David. En 1 Samuel 17:37, David dice que Dios lo había librado de un león y de un oso mientras cuidaba las ovejas de su padre. También sabemos que cuando David tocaba el arpa para Saúl los espíritus malos dejaban de atormentarlo. La unción que David recibió lo capacitó para hacer actos poderosos. Nosotros también debemos permitir que Dios unja esta generación, no por sus talentos y habilidades, sino porque Dios así los ha escogido. Jesús nos enseña el principio de una nueva unción. Él nunca fue ungido por un sacerdote, sino por Dios a través del Espíritu Santo (Hechos 10:38). Esta generación también necesita recibir la unción necesaria a través del Espíritu Santo. Nosotros solamente tenemos que acercarnos a ellos y hablarles las palabras que Dios nos está susurrando acerca de ellos. En el sueño que tuve cada niño tenía una oliva y estaba diciendo, “el Señor me dio esto, ¿qué hago ahora?” Nosotros debemos ayudarles a convertir la oliva en aceite. He aquí alguna información de cómo se convierte la oliva en aceite: t -PT NFKPSFT BDFJUFT TF TBDBO EF MBT PMJWBT jóvenes y frescas que no hayan sido dañadas mientras se recogen. t Las olivas frescas pueden ser dañadas por los que las recogen. Muchas veces caen al suelo, los

trabajadores caminan sobre ellas, o las tumban con un palo. t La oliva se presiona para que el aceite fluya. t El primer aceite que sale de la prensa es el mejor. Este es el aceite que será usado para la unción, la comida y medicina. t La pulpa de la oliva que sale de la prensa se coloca en una canasta y se presiona nuevamente por segunda vez. Este tipo de aceite se utiliza para trabajo tales como combustible o lámparas. Este es un hermoso paralelo entre la oliva y esta generación de jóvenes: t Su unción es fresca y pura. No está dañada por las marcas del pecado. t Aún así están en peligro. Nosotros como creyentes debemos cuidar sus cuerpos, mentes y espíritus. t Ellos deben ser presionados para que el aceite de la unción pueda fluir libremente de sus vidas. Debemos esperar que el Espíritu se mueva en ellos, por lo que debemos enseñarles a orar, a estudiar la Biblia, a tener las actitudes y las conductas correctas, a servir, y mucho más. t La segunda vez que las olivas se ponen en la prensa se les coloca encima un gran peso para que el aceite fluya. David salió de la presencia de Samuel sabiendo que había sido ungido como rey, pero tuvo que trabajar 15 años antes de ser aceptado como rey. Nuestros niños necesitan saber quiénes ellos son, pero luego deben colocarse a sí mismos y sus habilidades bajo la dirección divina para que Él pueda cumplir todo lo que tiene para ellos. Mientras ellos utilizan sus talentos y habilidades, entonces podrán comenzar a soñar, y podrán preguntarle a Dios, “¿Qué puedo hacer para Ti ahora?” Cada niño tiene una oliva. Nosotros como creyentes tenemos la oportunidad de ayudarles a sacar el aceite de la unción de la oliva y derramarlo en el servicio del Señor. Stephanie Cheek Stephanie Cheek es la pastora de niños en la Iglesia de Dios de la Profecía en Huddleston, Virginia. Ella dirige un equipo de niños, los Escogidos, quienes ministran en eventos de la comunidad, campamentos de verano, Escuela Bíblica de Verano y campañas de niños. Stephanie y su esposo tienen seis hijos, dos de los cuales son adoptados.

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