Revista Digital Clave7 Nº8 Agosto 2011 AñoII

Page 9

El Enclave ticia… pero en aquellos momentos estábamos a más de 2.000 metros de altitud. Majek se replegaba, dibujando sinuosas formas en las nubes y tiñendo de un azul marino el cielo. Algunos aprovechamos para tomar algunas fotografías desde otro ángulo, mientras otros cargaban pilas atacando los frugales refrigerios que llevábamos. Desde este otro punto pudimos apreciar como la majestuosa sombra del Teide se adentraba ya en el mar. Pasaban las 20:30 horas y la Luna no hacía acto de presencia.

En un momento determinado, nos fijamos que algunos de los que habían tenido la misma idea que nosotros, cruzaban la carretera y se adentraban en un camino forestal. Y decidimos hacer lo mismo. Bajamos por un resbaladizo terraplén y recorrimos el sendero hasta situarnos poco más abajo, junto a unas piedras de gran tamaño que nos sirvieron de asiento. Ya pasaban las 20:00 horas de la tarde y el sol aún permanecía brillando a nuestra espalda. En una consecución de minutos, a nuestro alrededor se iban posicionando pequeños grupos de personas. De entre ellas, una se acercó hasta nosotros y nos saludó afectuosamente. Como si nos conociera. Y nos conocíamos, eso era cierto. Pero no nos habíamos visto antes. La magia del siglo XXI. Soledad y sus dos hijos no quisieron perderse aquel acontecimiento y, sabiendo que estaríamos por allí, se decidió a buscarnos. Nos reconoció, pese a que nuestras camisetas distintivas yacían desde hacía rato bajo los abrigos. En pleno mes de junio, con 26º en la capital y un sol de jus-

El cambio de contraste entre luces y sombras derivado del ocaso nos revelo un nefasto hecho del que no nos habíamos percatado. Una cadena nubosa rodeaba hasta cierta altura la isla. Un hecho habitual en nuestro archipiélago, pero que en aquellos momentos se nos antojaba fatídicamente inoportuno.

21:00 horas. Aun no ha oscurecido. Numerosos coches siguen llegando a aquellos pagos y algún conductor se aventura a adentrarse por el pedregoso camino en que nos encontrábamos, provocando un leve atasco que se soluciona rápidamente sin mayores percances. Nos sorprendió la noble camaradería con la que aquellos, totalmente desconocidos entre ellos, se dieron paso hasta despejar el camino. Un gesto que ayuda a reconciliarse un poco con las gentes de nuestro tiempo, apremiadas por unas prisas impuestas.

Clave7 9

www.clavesiete.blogspot.com

El Sol brillaba con intensidad muy cercano al horizonte, hacia el oeste. Su brillo a aquella altitud es tan directo, espectacular, que nos obligaba a darle la espalda continuamente. Por suerte, bien alejado hacia su izquierda podíamos vislumbrar la majestuosa sombra triangular del volcán que da nombre a este parque nacional. Y justo delante, los implacables destellos que el Sol provocaba en las pálidas cúpulas del IAC. Aparcamos los vehículos en un apartadero, donde permanecimos esperando mientras merendábamos. Poco a poco fueron llegando otros coches que buscaban hueco en aquel terruño.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.