Teología Práctica

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Pero esta palabra también produce fe, es recibida como gracia, como libertad y liberación y quiere encarnar en la vida diaria. Ésta produce sabiduría, arte de vivir. Quizá se podría afirmar que el evangelio nos enseña el arte de la convivencia con los diferentes. Pues éste no es un libro de leyes, recetario o manual de cómo tener éxito en la vida sin esforzarse. El evangelio es convocatoria, llamamiento a un caminar, invitación al seguimiento de Jesús de Nazaret.22 Responder a esta cuestión en el contexto de una sociedad altamente tecnológica y visceralmente dividida por la lógica de la exclusión que genera riqueza, miseria y pobreza jamás vistas en toda la historia humana será, quizá, el gran desafío a la misión en el siglo 21. Además, el evangelio no acontece de manera aislada. Su característica fundamental es que éste reúne personas alrededor del mismo Espíritu, crea koinonia, comunión y servicio mutuo. Por esta razón no podemos separar realidades como evangelio, misión e iglesia, aunque distintas. En la dinámica histórica, el evangelio confronta a la iglesia con el Verbo de Dios en medio de una situación histórica y cultural específicas. Las relaciones entre estas dimensiones constituyen el campo desde el cual el evangelio se vuelve carne en la cultura que lo vehicula.23 10.3 Métodos y prácticas evangelizadoras 10.3.1 La misión católica Las Casas presentó, en su libro Del único modo de atraer a todos los pueblos a la verdadera religión (1537),24 lo que consideraba el único modo válido de evangelizar al Nuevo Mundo. Él lo contrapone a otro modo que prevaleció y fue responsable por la hecatombe de la población nativa. En su argumento, él retoma las palabras de Jesús en la Gran Comisión, condena las guerras contra los pueblos indígenas como injustas y tiránicas y afirma que sólo hay un modo de atraer a estas personas al evangelio, y éste es el modo pacífico. Como éste no fue observado, los españoles son obligados a restituir todo el oro, plata, perlas, joyas y tierras usurpadas a los indios. ¿Por qué debe ser así? Para Las Casas, la razón es sencilla: nadie cree contra la voluntad, de ahí el hecho de Cristo haber establecido predicar el evangelio de forma ²² Cf. BONHOEFFER, Dietrich. Discipulado. Trad. Ilson Kayser. 3. ed. São Leopoldo: Sinodal, 1989; SOBRINO, Jon. Cristología desde América Latina. Esbozo a partir del seguimiento del Jesús histórico. México: CRT, 1976. ²³ Cf. SUESS, P. No verbo que se fez carne, o evangelho se faz cultura. REB, v. 54, fasc. 213, p. 36-49, marzo 1994. ²⁴ Cf. mi artículo Las Casas – um profeta da causa indígena. Estudos Teológicos, v. 31, n. 2, p. 134-150, 1991. p. 141s.

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