CINEMASCOMICS: LA REVISTA. Nº 16

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gla 4.0 (Live Free and Die Hard). Wiseman también tiene experiencia en dirección de arte, ya que trabajó en grandes producciones de ciencia ficción como Independence Day y Stargate. El enfoque de Wiseman para esta película fue la de bucear más profundamente en el personaje principal y crear un híbrido entre thriller psicológico y acción que transcurre, en este caso, en el futuro. “Tuvimos suerte de que quisiera hacerlo porque con él los obstáculos se desvanecieron rápidamente”, afirma Moritz. En lugar de que los eventos ocurran en Marte, Wiseman pone la acción en una tierra que en un futuro lejano está dominada por dos estados-naciones: la Federación Británica y La Colonia. Como en la historia de Dick, asegura Wiseman: “Hay toda una experiencia diferente en la Tierra para este personaje”.

blicó por primera vez en los años 60. “Lo genial de la historia es la idea de que se puede implantar una memoria en el cerebro de alguien y que cuando despierte sienta como si lo hubiera vivido”, explica Jaffe. El argumento abre interrogantes sobre un tema fascinante: ¿qué es la memoria? ¿Cómo sabemos qué fue lo que realmente ocurrió en el pasado? “Este concepto de Rekall, tal como Philip K. Dick lo creó en su historia, es lo que hizo que quisiera dirigir esta película”, afirma Len Wiseman, conocido por ser el director de las primeras dos películas de Underworld y de La Junwww.cinemascomics.com

“Cuando recordamos que Philip K. Dick no envió a sus personajes a Marte, realmente nos abrió todo un mundo de posibilidades”, explica Jaffe. “Una vez que tuvimos la oportunidad de mantener al personaje aquí en la Tierra, tal y como lo hace Dick, ya no estuvimos sujetos al paisaje, la época o los comos y porqués de sacarlo de este planeta”. Para dar vida a Quaid, el personaje principal, Wiseman eligió a Colin Farrell. “Era muy importante que Quaid fuera un tipo corriente”, afirma Jaffe. “Colin como actor le da verdadero genio al personaje. Crea una conexión con el espectador a través de la pantalla y te crees de verdad que es un tipo que trabaja en una fábrica”. “Es una historia muy común, un hombre que siente que no vive la vida que debería estar viviendo, un hombre que se siente descontento con lo que le rodea”, des-

cribe Farrell. “Pero tiene un brutal despertar, porque en realidad no está viviendo su vida. Quaid no tiene idea de quién es más allá de a un profundo nivel celular o emocional. Durante toda la película trata de descubrir quién es el verdadero Quaid”. “Quería involucrarme más en la experiencia de Quaid”, se explaya Wiseman. “Lo que quiero decir es que… imaginad que un día te despiertas -y vas por la vida como si nada y sientes que eres una buena persona-, y sin venir a cuento, todo el mundo alrededor tuyo empieza a decirte que eres uno de los malos. ¿Qué harías?” Con esta idea en mente, Farrell afrontó el papel desde el punto de vista de batalla entre razón y emoción y trató de mantener ese equilibrio. “Saca a la luz conflictos de identidad, el yo y el superyó; y es divertido bucear un poco en esas aguas”, asegura el actor. Como parte de la creación del personaje, Farrell hizo algunas cosas poco usuales, entre las que se incluyen dormir por la noche en el decorado del apartamento de Quaid. “Quería ver cómo era pasar la noche y despertarme por la mañana en ese espacio”, aclara. “Y, por cierto, fue fantástico”. “Colin realmente se entregó a su personaje”, alaba Moritz. “No solo aparece en casi todas las escenas. Sino que hubo muchos días en los que estuvo bajo la lluvia, completamente empapado y todos los días después del rodaje hacía yoga o levantaba pesas”. Los realizadores entonces se enfrentaron al siguiente reto, elegir a las dos actrices para los papeles femeninos decisivos: Lori y Melina. Para retratar a la mujer de Quaid, Lori, quien parece ser una amante esposa y se convierte en una Cinemascomics │septiembre 2012 │

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