CINEMASCOMICS: LA REVISTA. Nº 16

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Walker, formado actoralmente en la Escuela Juilliard, con su estatura de 1,90, desde luego, anatómicamente tenía la estatura suficiente como para interpretar al larguirucho Lincoln. Pero ¿podría este joven actor (de 29 años de edad, en aquel momento) representar físicamente a esta figura de la Guerra Civil cuyo icónico y maduro rostro aparece en nuestros libros de Historia y monedas? Bekmambetov, Burton y Lemley sometieron a Walker a una prueba –de cámara– durante la cual pusieron al actor unas prótesis que le envejecían hasta aparentar 55 años, y en la que pronunciaba una de las diatribas más célebres de la Historia: el Discurso de Gettysburg. Walker impresionó más que de sobra a los realizadores. “Mi reacción inmediata fue, ‘¡Dios mío, es Abraham Lincoln pronunciando el Discurso de Gettysburg!”, exclama Lemley. El siguiente ultimátum para Walker fue el imperativo de reducir su pensó en casi 15 kilos para conseguir la necesaria y distintiva delgadez de Lincoln, así como sufrir cientos de horas de entrenamiento con armas para convertir-

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se en el supremo cazador de los no-muertos. Antes de que Walker asuma el protagónico papel de Abraham, vemos al personaje en su infancia. Su aventura vital comienza cuando su madre, Nancy, resulta afectada por una enfermedad de origen desconocido; pero reconocible para el joven Abraham, pues es la consecuencia del mordisco de un vampiro. Nancy era una mujer inteligente y de gran corazón, que impartió a su hijo el principio de que “hasta que no sea libre todo el mundo, todos seremos esclavos”. Abraham nunca olvidó estas palabras, que llegaron a determinar su punto de vista en relación a la esclavitud. Tampoco olvidó nunca al inmortal y maligno ser responsable de la muerte de su madre: un vampiro (y empresario local) llamado Jack Barts, interpretado por Marton Csokas, del cual Abraham jura vengarse. Pero su primer ataque contra Barts fracasa estrepitosamente, y Abraham consigue a duras penas escapar con vida. Es salvado por el carismático Henry, un osten-

toso y refinado donjuán. Henry, interpretado por el actor británico Dominic Cooper, no está interesado en la venganza, que es lo Abraham busca simplemente. En vez de eso, Henry enseña a Abraham a controlar su rabia y a ser más fuerte, así como a luchar por un bien superior: el de la humanidad. “Tienes que elegir”, le dice Henry a Abraham, “entre hacer algo realmente extraordinario o sentirte satisfecho solo con la venganza”. “El ansia de venganza de ese joven no resulta interesante para Henry”, afirma Cooper. “Sin embargo, cree que Abraham es capaz de mucho más, y piensa que puede ayudarle a trascender de su egoísta pretensión”. Henry instruye a Abraham – física e intelectualmente– en el fino arte de la caza de vampiros, con un objetivo mucho más trascendente que el de la venganza. Pero el maestro está lejos de ser una persona íntegra. “Como cazador de vampiros, Henry da lo mejor de sí mismo, pero tambien es una persona muy excesiva”, dice Coowww.cinemascomics.com


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