Fundación Centro Crianza
Bases de la Estimulación Temprana
en cuenta por los profesionales. Tampoco los trastornos del lenguaje son asistidos a tiempo, con la falsa idea de que no deben ser valorados hasta después de los 2 años, y son pocos los pediatras entrenados en detectar habilidades intelectuales a partir de analizar la capacidad de resolver problemas de los niños pequeños. La necesidad de tener en cuenta las observaciones y las evaluaciones que los padres hacen de sus hijos es marcada
por Sonnander (1987), quien encuentra una alta
correlación entre es tas impresiones subjetivas y los resultados de pruebas estandarizadas. Como conclusión, consideramos que los niños de riesgo biológico deben ser incluidos en programas de estimulación temprana sólo si aparecen trastornos vinculares o síntomas sospechosos
en los seguimientos evolutivos, pero estos últimos presentan
complejidades y dificultades sólo salvables con un adecuado entrenamiento, y disponiendo del tiempo suficiente para un examen y una observación detallada.
I. Consideraciones sobre seguimiento y estimulación temprana en prematuros El avance tecnológico registrado en las Unidades de Terapia Intensiva Neonatal (UTIN) ha permitido modificar en forma significativa los índices de supervivencia, generándose un debate sobre la necesidad de estimulación de niños de bajo peso que suelen estar internados por largos períodos. Mientras que antes de 1975 la posibilidad de sobrevida de los pretérminos de menos de 750 gr. era casi nula, a fines de esa década sobrevivía un 40 % de ellos, presentando un 22 % trastornos de desarrollo. Para fines del 80, algunos seguimientos de neonatos de 24 a 29 semanas de edad gestacional registran mortalidades
que descienden del 52 al 16 % con marcada
baja también
en la
morbilidad (Gorski, 1991). Si pensamos que de la población infantil mundial actual se calcula que un 15 % ha nacido prematuramente, entendemos la preocupación por el desarrollo de estos niños que han abandonado temprana e inmaduramente el útero materno. El pronóstico a largo plazo de estos pretérminos de bajo peso es hoy el centro de atención de los pediatras. Y ya no se trata sólo de evitar secuelas neurológicas mayores, sino de evaluar los factores que de terminan disfunciones menores del desarrollo, alteraciones cognitivas, del lenguaje, y desempeño escolar futuro; y en estos objetivos ampliados, tratar de ubicar el peso que los aspectos emocionales y sociales puedan sumar al riesgo www.centrocrianza.org.ar
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