La pres entació de las o n de Sp bras m ider-Ma ás famo resume n 2, una sas de la prime Kyle Co ra pelíc oper, ula con de Alex ilustrac Ross. [C iones edidas por Pro logue]
esplendor efímero, hasta que perdieron su magia y cayeron en el olvido. Aquel panorama tan desolador cambió por completo en 1995 gracias al éxito internacional de Se7en y a su oscura secuencia de créditos, que presentaba de manera sutil al asesino de la cinta. Su creador fue Kyle Cooper, un joven diseñador gráfico de Massachusetts que soñaba con volver a poner de moda este arte y que se ha convertido, por méritos propios, en una estrella de Hollywood. «Todo empieza cuando leo el guión y me pregunto en qué tipo de película estoy trabajando. Conocer el problema que tengo que resolver es lo que más me inspira», nos comenta el propio Cooper desde Los Ángeles. «Primero debo encontrar la metáfora y después pensar en la forma. No digo
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que una cosa sea más importante que la otra, porque una forma bonita puede ser una buena idea, pero yo siempre quiero contar una historia». Esta manera tan personal de abordar los proyectos se puede apreciar en filmes que han arrasado en taquilla, como Misión imposible, la trilogía de Spider-Man y Tropic thunder, además de series de culto como American horror story y The walking dead. Cooper demostró que aún había espacio para la creatividad en aquellos dos minutos iniciales de película y su éxito animó a muchos a emprender este apasionante camino. Adictos a la cultura pop Actualmente, los títulos de crédito se han convertido en piezas audiovisuales con personalidad propia que compiten
directamente con los spots publicitarios y los videoclips para captar la atención del público masivo. Sus realizadores viven inmersos en el mundo virtual y no dudan en tomar prestadas todas las influencias a su alcance para crear unas secuencias transgresoras, que pueden considerarse verdaderos tratados de cultura pop. Una de las propuestas más aclamadas es la de Rok!t, un estudio de diseño de Santa Mónica (California) que se ha inspirado en la iconografía americana de los años cuarenta para dar forma a los títulos de Capitán América: El primer vengador. En este ámbito experimental también destaca el colectivo londinense Shynola, que sorprendió a los aficionados a los cómics con su creación frenética a ritmo de noise rock para los créditos de