GOLPES DE ÉXITO / ZANFER 2009
TV AZTECA Por Eduardo Lamazón
E
stábamos muy enojados. Nos habían quitado esa felicidad simple y esencial que nos da el boxeo. Los aficionados en México somos millones, pero nuestro clamor no se oía. Una década pasamos así. Yo hubiera apostado que el boxeo mexicano estaba medio muerto para siempre. Medio muerto es que iba a continuar como una actividad deportiva mínima y sin televisión, tal cual ocurrió durante diez años, cuando todo indicaba que los buenos tiempos se habían ido sin remedio. Pero hay que celebrar que Televisión Azteca le abrió la puerta y que Fernando Beltrán y Zanfer pusieron talento y esfuerzo a la misma causa. El boxeo es una industria que fabrica felicidad para una muchedumbre de mexicanos y da trabajo a decenas de miles. El milagro sucedió y la fiesta de los sábados en la noche está más viva que nunca. De Tijuana a Mérida en cada pueblo, en cada rincón, en cada hogar hay un televisor parpadeando luces que encandilan y conmueven. El más serio y demandante de los deportes, el más austero y dramático, el más implacable y real, con un tañer de campana manda a dos a combatir y a cambiar su destino inmediato o definitivo en la lucha impiadosa de las manos y de las inteligencias. En el boxeo no hay simbolismos. Ni reloj, ni puntos, ni goles. Soy mejor que tú sólo si te parto tu madre. La lucha primigenia del hombre desde que el mundo es mundo. La violencia íncita en el alma humana, pero reglamentada para que boxeadores y público podamos sacar toda la basura de adentro sin hacer mayor daño. No hay nada escondido en el boxeo, como lo hay en casi todas las actividades humanas. El boxeo de TV Azteca es el mejor boxeo del mundo. Transmitimos lo que produce Top Rank, la mayor empresa promotora del planeta, y transmitimos el boxeo mexicano en su esplendor. Ora el de Nueva York o Las Vegas, ora el de un pueblo ayer olvidado y hoy rescatado, y puesto en proyección nacional e internacional. Para una legión de jóvenes esta realidad es el cielo que los llama. Ya tienen lo único que pedían: Una oportunidad para cambiar un destino impío, inexorablemente cruel, por otro a la medida de sus talentos y esfuerzos. Si esto no es un milagro, yo no sé qué es un milagro.
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NUESTRA PASIÓN