la lucha contra monsanto

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Lucha contra Monsanto Resistencia de los movimientos de base al poder empresarial del agronegocio en la era de la “economía verde” y un clima cambiante

Resistencia contra Monsanto en América Latina El movimiento en contra de Monsanto también está cobrando fuerza en América Latina y el Caribe: movimientos y comunidades locales de Haití, Brasil, Argentina y Perú están luchando por moratorias a los transgénicos y agrotóxicos, y por el control local e independiente de las semillas y la agricultura.

Movimiento campesino brasileño en contra del agronegocio Desde 1984, el movimiento de trabajadores rurales sin tierra de Brasil ha crecido hasta contar hoy con 1,5 millones de miembros, y ha ocupado pacíficamente tierras ociosas para promover la reforma agraria y la agricultura agroecológica. En todo el país ya se han establecido más de 350.000 familias en tierras ociosas, lo cual es legal según la Constitución de Brasil.91 En marzo de 2011, el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), La Vía Campesina y otros movimientos sociales protestaron contra el uso excesivo de agrotóxicos en Brasil.92 Desde entonces, junto con otras varias organizaciones de la sociedad civil, lanzaron la Campaña Permanente contra los Agrotóxicos y por la Vida,93 con el objetivo de denunciar y generar conciencia sobre los impactos negativos del modelo agrícola predominante y el potencial existente para un nuevo modelo fundado en la soberanía alimentaria. El uso de agrotóxicos es un problema inherente al modelo agrícola actual. Brasil es desde 2008 el mayor consumidor de agrotóxicos del mundo, y más de un millón de toneladas se vendieron en la temporada 2009/10.94 En 2010, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) estimó que el 28% de los alimentos consumidos en Brasil contiene niveles peligrosos de residuos de agrotóxicos.95 Este crecimiento en el uso de agrotóxicos ha venido de la mano con la expansión de los cultivos transgénicos, específicamente la soja transgénica. En 2009, Brasil desplazó a Argentina como segundo productor mundial de cultivos transgénicos. En 2009/10, se cultivaron 23 millones de hectáreas de soja en Brasil, de las cuales 70% o 16,5 millones de hectáreas fueron cultivadas con soja transgénica Roundup Ready (RR).96 La soja RR de Monsanto está manipulada genéticamente para hacerla resistente a su herbicida Roundup a base de glifosato.97 Se estima que los productores de soja de Brasil pagaron, sólo en la temporada 2009/2010, mil millones de reales (US$530 millones) en regalías a Monsanto por el uso de su tecnología Roundup Ready.98 En 2006, miembros de La Vía Campesina y el MST acamparon frente a la Hacienda Santa Rita en el estado de Paraná para protestar contra el hecho que su dueño, Abelardo Lupion del Partido del Frente Liberal de orientación derechista, le compró esos campos a Monsanto a cambio de hacer uso de su influencia política para legalizar el glifosato en Brasil.99 La Vía Campesina Brasil también ha denunciado a los productores industriales de soja transgénica que han contaminado pequeños establecimientos rurales vecinos.

Syngenta y el asesinato del dirigente del MST Valmir Mota de Oliveira

El agronegocio también ha estado implicado en conflictos violentos por la tierra en Brasil. En octubre de 2007, el dirigente del MST, Valmir Mota de Oliveira fue asesinado durante una ocupación pacífica de un campo de ensayos transgénicos en el estado de Paraná, cuando cerca de 40 guardias armados privados subcontratados por NF Segurança, la empresa de seguridad privada contratada por Syngenta para proteger el predio, atacaron el campamento campesino.100 La Vía Campesina Brasil había ocupado el predio en marzo de 2006, en respuesta a las pruebas ilegales con transgénicos realizadas allí por Syngenta. En julio de 2007, 70 familias eventualmente dejaron el campamento, pero en octubre, temiendo que Syngenta reanudara los ensayos transgénicos, el predio fue ocupado nuevamente. Esta ocupación pacífica fue reprimida con un violento ataque armado que terminó con la vida de Valmir Mota, quien recibió dos disparos a quemarropa en la pierna y en el pecho.101 Además, Isabel Nascimento de Souza casi pierde la vida tras haber recibido un disparo en la cabeza que le costó un ojo y perforó su pulmón. Luego fue golpeada y arrastrada por los pistoleros responsables del ataque.102 Estas graves violaciones de los derechos humanos desataron protestas en todo el mundo, no sólo contra el papel de Syngenta en los abusos, sino también específicamente en contra de las semillas transgénicas y el control empresarial de la agricultura.103

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