Nota personal Me di cuenta que quería dedicarme al baile, el día que descubrí y sentí, que bailar era lo que realmente
me gustaba, lo que me hacia verdaderamente feliz. Superé las dificultades que a veces se interponen en
el camino de los sueños, hice caso omiso a las voces del miedo y, aún sabiendo que el camino no sería fácil, decidí perseguir e ir a hacer realidad mi gran sueño.
Mi deslumbramiento por el baile me ha llevado a vivir experiencias irrepetibles e inolvidables, a maravillosos lugares que he podido marcar con mis pasos, a conocer a personas que me han enseñado
grandes cosas, y todo ello ha hecho de mi la persona que soy hoy. El baile ha hecho que me sienta feliz cada día. Aunque es el aprendizaje de la vida el que verdaderamente perdura.
Me gusta ver que las personas cumplen sus sueños, me gusta ayudar a la gente a darse cuenta que todo
es posible si uno quiere, si uno pone todo de su parte. He llegado hasta aquí con constancia, superación, equilibrio, ganas, ilusión y mucho esfuerzo. Con todo ello en estos años, he podido superar los momentos adversos, y disfrutar de mis triunfos y éxitos. Ya que si algo he aprendido, es que todo aporta experiencia, de todo se aprende. Lo importante es caminar, aunque tropieces y te equivoques.
A veces parece que algo es imposible, inalcanzable, más aún si no cuentas con mucho apoyo,… pero puedo afirmar que nada es imposible si se cree firmemente en ello. Al menos hay que darse la oportunidad de intentarlo. Corran los tiempos que corran, y pase lo que pase, sé que seguiré dando todo de mi para seguir creciendo, para seguir formándome, y así ofrecer mi talento a los que también quieran cumplir su ilusión.
Tengo mucha fuerza personal, y confieso que es uno de los pilares que hace mi camino más fácil. Tengo
confianza en el público que disfruta del baile, lo que hace que mi carrera siga creciendo. Eso hace que el
baile siga estando vivo, y siga viva la mágica esencia que solo la danza consigue dando movimiento a sentimientos, dando vida a los gestos, dando energía al ritmo diario.
Gracias al baile he podido conocerme a mi mismo, confiar en mi más que nadie, darme cuenta lo que quiero en la vida y cómo lo quiero, y todo ello, sin desviarme de mi camino. Tuve personas que me desalentaron por venir de la calle, pero otras muchas sabían que lo conseguiría.
Viajé solo por casi todo el mundo, conocí a personas extraordinarias, aprendí de otras culturas. Descubrí que la verdadera llave del aprendizaje en la vida es viajar y conocer. Tener la mente abierta a nuevas experiencias nos hace crecer como personas, porque son estas, las experiencias, las que dan sentido a la vida, y no los años vividos.
Despido este dossier con una pequeña parte de mi, haciendo mención a Málaga, mi tierra, que viene siempre conmigo. Viajar por el mundo me da vida, pero siempre quiero volver a casa, siempre quiero bailar donde he bailado y estar donde siempre he estado. Es una sensación y un sentimiento que sólo quién conoce mi ciudad puede entender. En ella es donde preparo mi vida y donde creo formas para conseguir mis objetivos. Málaga es mi inspiración, ahora y siempre.
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