Un libro como éste solamente se puede escribir como en efecto lo ha hecho José Luis Suárez, desde la mira privilegiada del otoño de la vida, con el sosiego de la jubilación y disponiéndose a reflexionar sobre un camino andado que —por muy increíble que a uno la parezca— resulta que ya es largo. El autor fue durante décadas pastor evangélico menonita. Primero, brevemente, en Bruselas; después en Barcelona.