Génesis de la Biblia de Estudio del Expositor

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GÉNESIS 7:7 no tenían nada que ver con el límite de tiempo hasta el diluvio; de hecho, la Biblia no dice cuánto tiempo transcurrió desde que se le advirtió al pueblo; el número seis es por lo general un símbolo Bíblico de sufrimiento; en el Apocalipsis, el sexto sello, la sexta trompeta y la sexta copa introducen períodos críticos de aflicción). 7 Y entró Noé, y sus hijos, y su mujer, y las mujeres de sus hijos con él al Arca, a causa de las aguas del diluvio (en cuanto a esta época, Pablo dice en Hebreos 11:7 que actuaron «movidos por el temor e impulsados por la fe»). 8 De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la Tierra. 9 De dos en dos entraron a Noé en el Arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé (únicamente poder Divino podría haber logrado la entrada oportuna y ordenada de las criaturas a esta enorme nave). 10 Y sucedió que después de siete días las aguas del diluvio fueron sobre la Tierra (lo que Noé había predicado por varios años ya era una realidad). 11 El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete día del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos fueron abiertas (el agua vinía de arriba y de abajo; además, algunos Científicos creen, y con toda razón, que las aguas vinieron de la Tierra con tanta fuerza, que sólo se habría requerido unos pocos días para abrir el Gran Cañón y otras cosas semejantes). 12 Y hubo lluvia sobre la Tierra cuarenta días y cuarenta noches (la traducción literal en Hebreo es, «Y hubo lluvia violenta…»). 13 En este mismo día entró Noé, y Sem, y Cam y Jafet, hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos con él en el Arca (el día que empezaron las lluvias Noé y su familia entraron al Arca); 14 Ellos y todos los animales salvajes según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la Tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro, toda especie de aves. 15 Y vinieron a Noé al Arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida (el Señor le dio a estos animales el instinto de hacerlo). 16 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios: Y el Señor le cerró la puerta (el contraste

16 entre los dos nombres de la Deidad se presenta aquí más lucidamente; solo en este Versículo, se emplea tanto «Dios» como el «Señor». «Elojím» es Quien ordena a Noé en cuanto a los animales; es «Jehová», el Dios de los Pactos, Quien asegura su protección al cerrar el Arca tras él; nada puede expresar más plenamente la seguridad perfecta del Creyente en Cristo que aquellas palabras: «el Señor le cerró la puerta»). 17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la Tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el Arca, y se elevó sobre la Tierra (donde fuese que Noé construyó el Arca, llegaron las aguas del diluvio, y comenzó a flotar). 18 Y prevalecieron las aguas, y crecieron en gran manera sobre la Tierra; y flotaba el Arca sobre la faz de las aguas (probablemente se refiere a que los mofadores se jactaban de que las aguas bajarían y nunca llegarían a un punto extremo; sin embargo las aguas subieron y prevalecieron). 19 Y las aguas prevalecieron mucho en extremo sobre la Tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos (aquéllos que habitaban en las cumbres de las montañas más elevadas perecieron igualmente como los que vivían en los valles más profundos; no había diferencia; muchos de los que viven en la cumbre de la moralidad se sienten seguros del juicio de fuego que está por venir, y tienen lástima de los que viven en las profundidades del vicio; pero sin Cristo, todos pereceremos). 20 Quince codos en alto (sobre las montañas más altas) prevalecieron las aguas; y fueron cubiertos los montes (muchos Eruditos creen que antes del diluvio la montaña más alta del mundo era de aproximadamente 3.048 metros [10.000 pies] o menos, de altura; «el romperse del gran abismo» cambió mucha de la topografía del mundo, creando enormes cañones y, a la vez, enormes montañas). 21 Y murió toda carne que se mueve sobre la Tierra, así de aves como de ganado, y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la Tierra, y todo hombre (los peces no fueron destruidos); 22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, de todo lo que había en la tierra, murió (ni una ola de ese juicio alcanzó a Noé; él estaba absolutamente a salvo; Noé no podía perecer porque el Arca no podía perecer; el Arca no podía perecer porque Jehová estaba en el Arca; en efecto, el Arca era Cristo; por lo tanto, Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al


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