La defensa será, de nuevo, uno de los grandes argumentos de Butler. El equipo consiguió en la March Madness, partido tras partido, llevar el encuentro a su terreno. Congelar el ritmo, evitar fluctuaciones. Los esquemas defensivos de Stevens, exigentes para sus jugadores, se tornaron tremendamente efectivos una vez sus chicos los ejecutaron correctamente sobre la cancha. Mucha intensidad, presión sobre el balón, gran actividad sobre las líneas de pases, dureza en bloqueos y cortes y constantes ayudas y recuperaciones de posición. En esa trampa defensiva, esa especie de pesadilla para los rivales, creció la figura de Ronald Nored, la cara visible de esa telaraña, el gran ejemplo de lo que Stevens pedía.
Roster No.
Jugador
Pos.
Altura
Año
1
Shelvin Mack
G
6-3
JR
2
Shawn Vanzant
G
6-0
SR
3
Zach Hahn
G
6-1
SR
4
Erik Fromm
F
6-9
FR
5
Ronald Nored
G
6-0
JR
11
Alex Anglin
G/F
6-5
SR
20
Chrishawn Hopkins
G
6-1
FR
22
Grant Leiendecker
G
6-5
SR
23
Khyle Marshall
F
6-7
FR
30
Emerson Kampen
C
6-9
SO
32
Garrett Butcher
F
6-7
JR
33
Chase Stigall
G
6-4
SO
44
Andrew Smith
C
6-11
SO
54
Matt Howard
F
6-8
SR
Entrenador: Brad Stevens
Hablando de números, podemos decir que Butler ganó 25 partidos consecutivos antes de su derrota ante Duke, y que en 18 de ellos, dejó al equipo rival por debajo de los 60 puntos. Ningún equipo superó esa cifra en el torneo NCAA, a excepción de Duke en la final, que llegó a 61. Pero no es sólo cuestión de datos. La defensa de Butler dominaba el partido. Extendía una sensación de dominio, un manto de incomodidad y dureza del que el equipo rival no se sabía desprender. En cada acción defensiva, los Bulldogs se crecían, y ganaban motivación y seguridad. Y paciencia en cada ataque, al tener la tranquilidad de saber su canasta bien resguardada, lo que disminuía muchísimo los efectos de una ofensiva no demasiado productiva ni brillante. Guía BasketMe NCAA 2010-11
El ataque de Butler, a falta de talento superlativo, más allá de Hayward y, en otro nivel, Shelvin Mack, y poderío atlético, tenía una premisa clara: buscar siempre la mejor opción. Circulación de balón constante, bola de un lado a otro, con sentido (casi siempre), con paciencia. Un pase más hasta encontrar una buena posición de tiro. Un movimiento que era además, y no involuntariamente, un castigo para los jugadores rivales, exigidos en defensa durante largas posiciones. Unos jugadores que ya volvían del campo contrario atenazados, impotente y, en algunos casos, doloridos. Los planteamientos básicos, tanto en defensa como en ataque, volverán a repetirse esta temporada. Ahora sin Hayward y Veasley, con mayor presencia de Vanzant y la incógnita del rendimiento del freshman Marshall. Falta pues algo de talento puro, pero la disciplina y la intensidad siguen estando presentes. La base del éxito de este equipo. Un conjunto que convierte, a su manera, en terriblemente exigentes los partidos, desde el punto de vista físico pero también del mental.
Shelvin Mack tomará ahora más protagonista en ataque, aunque tendremos que ver como se mueve sin tantos espacios abiertos. Aquellos que generaba Hayward con su juego sin balón. Con la experiencia del año pasado y mayores galones, Mack debe crecer y convertirse en el líder del equipo. A su lado también debe crecer la figura de Matt Howard, la referencia interior de los Bulldogs. Howard llegó a parecer algo estancado en tramos de la pasada temporada, e incluso perdió cierto protagonismo, pero tienen que volver a ser una pieza fundamental. Su labor sin balón es importantísima para el discurrir normal del ataque y su contribución anotadora tiene que aumentar. Con Nored como especialista defensivo de alto rendimiento, Shawn Vanzant es la tercera parte de un perímetro muy bajo, pero rápido e intenso. Hay muchas esperanzas puestas en este combo-guard, que tiene ahora como senior su gran oportunidad para brillar a alto nivel y, de paso, ganar alguna Pag. 227