Precarizados

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Recopilaci贸n de materiales producidos por la Comisi贸n de Precarizaci贸n Laboral de la Junta Interna de Delegados de ATE Senasa Capital Federal (per铆odo 2010-2013)

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l golpe de estado del 24 de marzo de 1976, entre otras cuestiones, se llevó adelante con el propósito de disciplinar a la clase obrera, ya que esta había llegado a un alto nivel de organización en nuestro país. Este alto nivel atentaba contra los objetivos de los empresarios. Desde ese momento los trabajadores venimos sufriendo una ofensiva por parte del capital, cuyo objetivo principal es maximizar sus ganancias, a través del aumento de la explotación de los trabajadores. El Estado, en todos sus niveles, no es ajeno a la flexibilización laboral. Esta política se profundizó en la década del 90, cuando se comenzaron a aplicar las recetas que venían de los organismos de crédito internacional (BID; FMI; BM), en las que se mencionaban que un estado con muchos trabajadores no era eficiente. El objetivo de esto era tener un estado débil y endeudado, ya que, solo se contrataba personal a través de del financiamiento de los propios organismos internacionales aumentando la deuda externa y condicionando las políticas de estado a los intereses de los países centrales. En los últimos 10 años, de gobierno kirchnerista ha ampliado la presencia estatal (lo que conllevó a incrementar la cantidad de trabajadores y mucho más presencia estatal, sobretodo en los sectores más vulnerados), eso no quita, que como política de “Gestión de Recursos Humanos”, vaya por caminos contrarios. Para ejemplificar se pueden mencionar que en el Estado Nacional existe una gran cantidad de trabajadores temporarios (70%) bajo distintas modalidades de contratos con lo cual los mismos no cuentan con estabilidad en su puesto de trabajo, por otra parte los contratos transitorios no permiten que los trabajadores cuenten con una carrera

administrativa llevando a los mismos a NEGOCIAR INDIVIDUALMENTE (si tenés suerte, si conocés a alguien, o si tu jefe reconoce tu trabajo y se juega por vos…), lo cual debilita la negociación colectiva. Todo esto genera y perfila el modelo de UN TRABAJADOR POLIVALENTE, FLEXIBLE Y CON UN ALTO NÚMERO DE ROTACIÓN YA QUE DEPENDIENDO DONDE TE ENCUENTRES TU DESARROLLO PROFESIONAL ENCUENTRA SU TECHO ENTRE 5 ó 10 AÑOS. Como trabajadores de Senasa, venimos discutiendo esta problemática y nos organizamos para poder revertir estar situación, nuestra lucha es por un Estado a beneficio del pueblo. Esta pelea la estamos llevando con nuestros cuerpos y con nuestros bolsillos. Le hicimos frente a todas las embestidas de los anteriores gobiernos. ATE jamás avaló las políticas de achique, ni salariales, ni de personal, peleó contra el intento de formación de un Estado paralelo que planteaban los organismos internacionales… Otros gremios NO, siempre son oficialistas y siempre se benefician con los gobiernos de turno. Su beneficio, claro está, se mantiene a costa de la precariedad de las mayorías, es decir, su beneficio es un privilegio. Nosotros peleamos por un Estado al servicio del pueblo y ellos por un estado que los beneficie. Por ello hacemos un llamamiento a todos los compañeros y compañeras, a organizarse en los distintos sectores de trabajo para terminar con PRECARIEDAD LABORAL EN EL ESTADO.


Esquizofrenia en el Senasa I “…las partes manifiestan que no es la intención de las mismas, ni se deriva del presente contrato, el establecimiento o la creación de una relación laboral de dependencia”. Fragmento extraído de un contrato de locación de obra del Senasa.

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lgo viene pasando en la clase trabajadora. Sabemos que eso está ahí, sin embargo la indiferencia trata de ser una constante en un terreno que no puede admitirla. Reconocemos esta realidad que vivimos pero mediante rebuscados mecanismos de pretextos y discursos repetidos se intenta justificar (absurda, superficialmente) lo injustificable. Esta mutación de nuestra conciencia es característica de situaciones esquizofrénicas en donde se produce una disociación de la realidad: esto es exactamente lo que viene pasando en SENASA. “Vos porque sos ARGENINTA”, “Con los IICA siempre pasa eso”, “Por suerte soy artículo 9”, “Él es pasante”, “Eso porque son contratos BID”, “Están por FUNBAPA, no por SENASA”… Frases que dicen algunos de nuestros compañeros y, lo que es peor, que se creen.

Por esto es necesario entender que todos somos lo mismo, que no somos formas de contratación y que el artículo 9 de ninguna manera es el final de la lucha. Debemos desnaturalizar lo antinatural: yo no soy IICA, vos no sos artículo 9, ellos no son ARGENINTA. Todos somos trabajadores del Senasa. Estamos acá, allá, en todo el país. Somos muchos y aunque funcionarios y gobiernos de turno se resistan

somos parte de este Organismo; un lugar de trabajo más en el que no podemos permitir la existencia de trabajadores de 1era, 2da y hasta de 3ra categoría. El miedo no puede adormecernos, debemos ser trabajadores en todo lo que el término demanda, no contribuyamos a la fragmentación de la clase trabajadora, no repitamos el esquizofrénico discurso de que los atropellos se justifican a partir de modalidades de contratación. Algunos estamos peleando, otros se irán incorporando a la lucha: es acá donde, una vez más, volvemos a convocarte apelando a la conciencia de que formás parte de esta clase trabajadora. El futuro llegó hace rato… Trabajador de SENASA, ¿vos, qué estás haciendo al respecto?

2013. Compañeros precarizados de FUNBAPA durante la toma del Centro Regional

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Esquizofrenia en el Senasa II

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“2011 - Año del Trabajo Decente, la Salud y Seguridad de los Trabajadores”

etomando la situación de esquizofrenia que prevalece en nuestro organismo e involucra a toda una masa de trabajadores que están inmersos en una ‘disociación’ de la realidad laboral, no podemos obviar la cuestión jurídica que opera como marco legal en esta coyuntura. La realidad que disociamos o, dicho de otra manera, que fragmentamos, también nos fragmenta a nosotros mismos generando una individualización de la conflictividad social, contraria a la representación colectiva que ha permitido y permite el logro de notables conquistas laborales y sociales. Este marco legal es el que permite la subsistencia de mecanismos de contratación contrarios a lo que la ley estipula. Según la Constitución Argentina, existen dos regímenes laborales: el público y el privado. Ambos poseen características que los diferencian; por ejemplo, para el régimen público, la estabilidad laboral es absoluta ya que no se puede ejecutar un despido salvo justa causa, y esta cláusula no puede ser reemplazada por una indemnización; por el contrario, para el régimen laboral privado la estabilidad es relativa, ya que el despido puede aplicarse sin justa causa, pero acompañado de la correspondiente indemnización. En el Estado empleador no existe la figura de ‘contrato’ ya que entre el Estado y el trabajador lo que existe es una ‘relación laboral’. Por lo tanto, dicha relación no se enmarca en los parámetros de la Ley de Contratos de Trabajo que rige la actividad privada, la cual no es aplicable a los trabajadores dependientes de la administración pública nacional, provincial o municipal. Pareciera que la línea entre lo público y lo privado, en nuestro organismo, se desdibujó…

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El menemismo fue quien instauró e inauguró la aplicación de mecanismos de contratación en el ámbito de la administración pública. El caso más relevante, en términos de cantidad de personal regido por este contrato, es el art. 9. Este artículo corresponde a la Ley Marco de Regulación del Empleo Público Nacional, que entró en vigencia durante la década del ‘90: “Artículo 9º — El régimen de contrataciones de personal por tiempo determinado comprenderá exclusivamente la prestación de servicios de carácter transitorio o estacionales, no incluidos en las funciones propias del régimen de carrera, y que no puedan ser cubiertos por personal de planta permanente. El personal contratado en esta modalidad no podrá superar en ningún caso el porcentaje que se establezca en el convenio colectivo de trabajo, el que tendrá directa vinculación con el número de trabajadores que integren la planta permanente del organismo. Dicho personal será equiparado en los niveles y grados de la planta permanente y percibirá la remuneración de conformidad con la correspondiente al nivel y grado respectivo. La Ley de Presupuesto fijará anualmente los porcentajes de las partidas correspondientes que podrán ser afectados por cada jurisdicción u organismo descentralizado para la aplicación del referido régimen.” Contrariamente a lo establecido, nuestro Convenio Colectivo de Trabajo establece un máximo del 15% de contratados bajo esa modalidad, cuando es empíricamente comprobable que en nuestro organismo ese porcentaje es ampliamente superior, y los trabajadores y trabajadoras con art. 9 no prestan servicio de carácter transitorio… Asimismo, el Estado ha incorporado trabajadores a


través de vínculos con terceros, que hacen las veces de ‘patrones’ de trabajadores estatales. El vacío legal que genera esta situación surge cuando, contradictoriamente con la ley, una persona que aporta su fuerza de trabajo al Estado es contratado/a por un tercero, ya sea una fundación, un organismo internacional, o un programa nacional. Entonces el Estado no sólo terceriza la contratación de

er el aparato burocrático como soporte fundamental de la organización institucional del Estado, esto no quita la necesidad imperante de hacer valer los derechos obtenidos. Y esto implica lisa y llanamente que el Estado sea quien, por primacía, respete los derechos de sus trabajadores y trabajadoras.

trabajadores, lo que implica no hacerse cargo de esa ‘relación laboral’, sino que avala el cercenamiento de los derechos laborales de aquellas personas que tienen que convertirse en ‘trabajadores independientes’ facturando como monotributistas, cuando lo que verdaderamente existe es una relación de dependencia encubierta. Por lo tanto, la figura de monotributista exime al empleador no sólo de las cargas sociales (aportes jubilatorios, obra social, asignaciones, etc.) sino que también impide al trabajador gozar de los derechos que debería tener por estar ejerciendo sus funciones en la administración pública: Esto genera precarización laboral. Aunque muchos de los mecanismos que rigen la actividad de la gestión pública deban ser objeto de evaluación y transformación a fin de desarrollar y fortalec-

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Esquizofrenia en el Senasa III

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a esquizofrenia que hoy sufren los trabajadores del SENASA no es producto de un problema psicológico, sino que responde a factores más complejos y relacionados a un orden mundial al cual fueron expuestos hace ya mucho tiempo. La flexibilización laboral es un elemento determinante de la situación pasada y actual de los trabajadores. La misma obtuvo su máximo grado de aplicación durante la década del 90, al ser sancionada una ley que permitió instalar modalidades de contratación y empleo que restringen vastos derechos laborales y que, a su vez, propician la precarización laboral y la tercerización del empleo. Es así que a fines de los años setenta, los países más desarrollados comienzan a implementar un nuevo paradigma económico: el neoliberalismo. Era patear el tablero en la distribución de las riquezas donde, por ejemplo, en países como la Argentina de 1974, los trabajadores lograron distribuir el 50% del PBI en salarios; era acabar con un modelo de bienestar, donde los derechos sociales frenaban el avance de un modelo de concentración de las riquezas; y era también una puja por reducir al mínimo la participación política de los sectores sociales, como así también la intervención del Estado en cuestiones sociales y económicas. Allanar el camino para lograr una modificación tan pronunciada en el patrón de acumulación y en la distribución de las ganancias no fue tarea fácil. Nuestro país tuvo que sufrir una brutal dictadura para poder introducir estos cambios. El nivel de organización de los trabajadores, el grado de institucionalidad del Estado, el nivel de discusión y la participación política de la sociedad junto con las grandes banderas del pueblo argentino, fueron atacadas sistemáticamente para poder legitimar, ya en democracia, las modalidades que propician la precarización de los trabajadores. La destrucción de un modelo de desarrollo industrial propio, las políticas de endeudamiento externo y

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el desmedro de las instituciones fueron preparando el terreno para lo que se venía y que, recién a fines de los 80 y principios de los noventa, empezamos a sentir: la verdadera crudeza de estas nuevas políticas. Este es el verdadero contexto donde nace la cuestión de la precarización laboral, la tercerización y el trabajo en negro. No solo era sacarse de encima las obligaciones y aportes patronales, sino que era también llevar al trabajador a un grado de inestabilidad tal que no pueda ni quiera pensar en luchar por algún derecho, sabiendo que es tan fácil despedirlo y que hay muchos más atrás de él que esperan por alguna oportunidad para trabajar. Esta es la esquizofrenia de la que venimos hablando, esto es lo antinatural. Los derechos de los trabajadores no son obligaciones negociables, son derechos, y la única forma de recuperarlos es a través de la lucha y la organización. Como vimos, es un problema íntegro donde la solución no es solo conseguir un contrato laboral de mayor estabilidad sino que, para suprimir de una vez por todas esta discusión y que se convierta en un derecho básico del trabajador, es necesario luchar por un trabajo digno donde se cumplan los derechos de los trabajadores para todos los hombres y mujeres. Es la discusión de un modelo de país. De lo contrario, solo vamos a estar repartiendo parches a los problemas estructurales de todos los argentinos y dejando abierta la puerta a un proceso de retroceso de lo logrado.


Esquizofrenia en el Senasa IV Art. 14 bis. CN-“ El trabajo (…) gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador: condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea (…); protección contra el despido arbitrario; estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática (…) Queda garantizado a los gremios: concertar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la conciliación y al arbitraje; el derecho de huelga…”

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i soy MONOTRIBUTISTA, ¿puedo hacer paro?, como CONTRATADO ¿tengo vacaciones? ¿Me corresponde el aumento?… Preguntas que se escuchan en las oficinas y pasillos. Como ya hemos dicho, el estado de esquizofrenia actual produce que el trabajador no se considere a sí mismo como tal. Es como que “renunciamos voluntariamente” a nuestros derechos, olvidamos o desconocemos las luchas de miles de compañeros que pelearon y pelean por condiciones más justas de trabajo. Acompañamos tímidamente las jornadas de protesta, tal vez por falta de compromiso, por desconocimiento, o por miedo. Deseamos los aumentos que se van dando, pero hay quienes nos quieren hacer creer que “por contrato” no nos corresponde. Nos enojamos y comenzamos a entender esto de la precariedad, que se puede palpar en la realidad. Nos empezamos a dar cuenta que no es la idea de algún compañero; sino que es una verdad, que está aquí y allá, es la realidad. Tenemos impotencia, no entendemos bien qué es lo que pasa, y al preguntar nos responden: “igual, con los contratados es diferente”, “los aumentos no son para ustedes” como si eso explicara la realidad en la que estamos… precarizados! El miedo y la impotencia paralizan. Son como muros que el hombre construye mentalmente. El miedo es un intenso sentimiento, desagradable, provocado

por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. El miedo surge por la incertidumbre laboral, por no saber si nos renuevan o no el contrato (experiencia

vivida cada pocos meses), si nos corresponde o no un aumento, si podemos reclamar, si tenemos vacaciones o no, etc. Impotencia es la incapacidad (física e intelectual) para realizar algo. Es lo que sentimos la mayoría de los contratados, porque tratamos de solucionar los problemas de manera individual, preguntando “¿Por qué?” cada vez que se nos atrasa el sueldo. Consultando cada vez que tenemos que viajar si nos cubren o no los viáticos; si podemos viajar o no. Tenemos que unirnos. La unión hace la fuerza. Somos muchos los que estamos en iguales condiciones, como vos, como yo. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes. Si nos organizamos y nos acompañamos somos más fuertes para reclamar por nuestros derechos y hacerlos valer.

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Esquizofrenia en el Senasa V

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uando el descreimiento o el miedo se utilizan para justificar la resignación se está ante uno de los problemas más graves: sentir que la lucha por los derechos como trabajador es irrealizable o no vale la pena. Más allá de las diferentes relaciones de contratación que “conviven” en el SENASA existe una esencia de lo que es ser trabajador, esta es intransferible e innegociable pero sin embargo muchas veces pareciera ocultada, silenciada e irreconocible. Por esto hay que empezar a minar esta situación antinatural desde cada sector, en cada asamblea, en la charla con cada compañera y compañero, pero haciéndose escuchar: participando.

El “teatro” de la precarización laboral –que bastardea la condición de trabajador de los compañeros– nos quiere cínicamente ahí: divididos, resignados, al margen de las negociaciones sobre nuestras condiciones laborales y al margen de la discusión de un SENASA en función de políticas que sirvan a los intereses de nuestro pueblo. Con diferentes grados de crudeza, esta precarización afecta a compañeros y compañeras de todo el país y de todos los sectores: desde el trabajador que tiene

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un contrato BID en el Central (que suele ser por “consultoría”) hasta el que tiene uno en el norte con AFINOA (en donde tienen que rendir examen para ser recontratados y trabajan estacionalmente), pasando por quienes están bajo las modalidades de FUNBAPA (la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica que administra los contratos de los trabajadores de SENASA que cumplen funciones en la región), IICA (que deja a los compañeros con sistemáticos y prolongados periodos sin cobrar), los múltiples ARGENINTAS u otras de esas raras contrataciones no nuevas (Pama, Federcitrus y Fundanea, entre otros). Por este motivo, lo único que va a causar un impacto transformador es empezar a informarse, a involucrarse, a comprometerse y hacernos concientes de que TODOS somos Trabajadores y Trabajadoras del SENASA del Estado Nacional. Si empezamos a pensar que la existencia de estas formas fraudulentas de contratación es normal e inevitable, caemos en la ceguera de no reconocer lo progresivo de esta situación, progresivo en el sentido más nefasto: el achicamiento de las estructuras y organismos del Estado, la pérdida de la conciencia de los trabajadores, el arrebatamiento cada vez mayor de derechos, la naturalización total de la precarización laboral. La lucha del trabajador por sus derechos es un compromiso inherente a su condición como tal que demanda algo más que cumplir el horario laboral y realizar determinadas funciones. Por todo esto no pueden seguir desmoralizándote, sí, podés hacer algo al respecto, sí, existen espacios, sí, tenés la opción de participar: colaborando, discutiendo, de la forma que puedas. Pero siempre desde el lado de los trabajadores.


Esquizofrenia en el Senasa VI

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Qué es AFINOA?

AFINOA significa “Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino”, es una entidad compuesta por productores, empacadores y exportadores de las provincias de Salta, Tucumán, Jujuy y Catamarca.

¿Cuáles son los contratos AFINOA? En relación con nuestro Organismo, el contrato AFINOA es la modalidad que regula la relación laboral que mantienen los trabajadores técnicos que cumplen funciones para el “Programa de certificación de fruta fresca cítrica para Unión Europea y otros mercados con similares restricciones cuarentenarias”, que entró en vigencia en el año 2002.

¿Por qué una asociación privada establece contratos laborales con un Organismo público? Para la producción de cítricos destinada a la exportación hacia la UE existen ciertas normativas específicas de acuerdo a las exigencias de este mercado. En función de esto, el SENASA –un organismo público de control sanitario– establece un convenio con AFINOA –una asociación privada de empresas dedicadas a la exportación de cítricos– que incluye la firma de contratos de locación de servicios para el empleo de técnicos inspectores con funciones de control y certificación de la producción cítrica. Esto se produce mediante la administración por parte de AFINOA de los fondos recaudados por el SENASA provenientes de tasas cítricas y, por lo tanto, de los contratos de los trabajadores que llevan a cabo este control sanitario, una facultad indelegable atribuida al SENASA. En resumen, se trata de un control sanitario que es parte de un servicio público pero que está

administrado por una asociación privada.

¿Cuáles son las características de esta contratación? Cada año, los técnicos interesados en participar del programa deben presentar sus currículums. Los seleccionados realizan un curso que culmina con dos exámenes eliminatorios (este “proceso de selección” se realiza anualmente y no tiene consideración por la antigüedad que el técnico pueda tener en el programa). Superada esta etapa, se establece un contrato por seis meses de locación de servicio –pese a que pueden recibir sanciones y suspensiones– en el que ninguna de la partes asume ningún tipo de responsabilidad laboral, social o de seguridad con estos trabajadores. Por último, al darse el control de la producción en campañas, estos trabajadores son contratados exclusivamente por períodos, por lo tanto, entre campaña y campaña todos estos técnicos inspectores quedan sin trabajo y sin ningún tipo de remuneración social.

¿Por qué son trabajadores del SENASA y deberían ser reconocidos como tales? En primer lugar, porque la función de estos compañeros es de monitoreo, inspección, establecimiento de condiciones fitosanitarias y certificación de fruta cítrica, es decir, de control sanitario de una producción que se realiza en el país y que es propia de un Organismo estatal y público con un rol de policía sanitario. En segundo lugar, porque dadas sus funciones estos trabajadores suscriben certificaciones en representación del SENASA, cuentan con identificaciones, credenciales e indumentaria que les proporciona el Organismo y deben seguir los deberes y funciones

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consignados en el Manual del inspector de empaque, publicado en el 2007 por el SENASA. Además, la regulación de la distribución de los técnicos –en cuanto al lugar asignado y a la cantidad de horas de trabajo– es realizada por el SENASA y es en sus oficinas locales en donde los trabajadores deben presentar sus currículums y retirar la programación sobre los empaques. Finalmente, deberían ser reconocidos plenamente como trabajadores del SENASA porque nuestros Organismos nacionales no pueden ceder terreno frente a una precarización laboral creciente que basurea a los trabajadores y a las propias funciones del Organismo, y que avanza en detrimento de políticas públicas que deberían ser diseñadas para nuestro pueblo. Por todo esto, desde el SENASA y hacia todos los sectores públicos y privados debemos solidarizarnos como trabajadores para defender las funciones específicas del Organismo y combatir la precarización laboral y la terciarización/privatización de funciones

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específicas de organismos del Estado para dar pelea colectivamente por una lucha que es de todos.


Precarizados VII

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a no hay dudas compañeras y compañeros, ¡el disciplinamiento de los trabajadores es el objetivo de la precarización laboral! Disciplinamiento que lleva adelante el modo de contratación iica, bid, argeninta, funbapa, etc. Disciplinamiento que se representa como un grillete atado a los pies de la clase trabajadora en su lucha por la existencia contra el capital y en un regulador para mantener los salarios en el nivel más bajo que corresponde a las necesidades del capitalismo. Compañer@s, estamos frente a una dminación a través de una disciplina “legal”, una domesticación de lo humano que se legitima en lo racional, en lo legal de la burocracia del aparato de Estado burgués, atravesado este, por la ideología de la clase dominante. Esta disciplina “legal” se nos impone a los trabajadores “silenciosamente”, de tal forma que nuestra conciencia queda velada bajo el oscuro manto de la ley, lo cual es necesario para reproducir sumisos las condiciones de producción de un sistema injusto, para obedecer sin críticas ni resistencias a lo que se nos pida. Por esto sostenemos, compañeras y compañeros, a partir de la realidad, ¡que los execrables contratos son el mayor mecanismo de disciplinamiento y dominación hacia el movimiento de la clase trabajadora! Y de esta forma, la clase dominante, consigue romper cualquier organización de los trabajadores. Esquemáticamente podemos ver en el cuadro siguiente las consecuencias del avance opresivo de esta disciplina legal-racional, que no es otra cosa que la implantación en masa de contratos basuras sobre las espaldas de todos los trabajadores estatales a nivel

En el proceso de producción: - ¡Intensificación del trabajo! - ¡Inestabilidad en el puesto de trabajo! - ¡Competitividad entre los trabajadores!

En las relaciones laborales: - ¡Individualización de la relación salarial! - ¡Debilitamiento de la acción sindical! - ¡Fortalecimiento de la patronal!

En el entorno familiar y social: - ¡Inestabilidad económica! - ¡Deterioro de la calidad de vida! - ¡Problemas psicológicos derivados de la inseguridad laboral! - ¡Desajustes familiares! - ¡Precariedad en la etapa de jubilación!

En las relaciones laborales: - ¡Individualización de la relación salarial! - ¡Debilitamiento de la acción sindical! - ¡Desincentiva la participación sindical! Nacional: Para resistir necesitamos poder, y cada puesto de trabajo que ocupamos hoy es el lugar clave, la trinchera desde donde podemos ejercer nuestro poder de clase para transformarlo todo, en este sentido, cambiar las

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injustas situaciones de precariedad laboral. Pero ese poder solo se puede ejercer desde la organización. Por esto es que por un lado es fundamental juntarnos, conocernos, hablarnos en cada oficina, saber en que condición está cada uno de nosotros, porque reclamar unidos cualquier injusticia es el germen de toda organización. Pero por otro lado nos falta una pata para que la organización se extienda en el tiempo y pueda realmente dar una lucha tenaz, la ferrea her-

ramienta de lucha y organización de todos los trabajadores contra la patronal, ¡esa herramienta es el sindicato compañer@s! Hay que llevar nuestro reclamos al gremio, a cada delegada y delegado de oficina para resolverlo con estrategia, pensando siempre en la estabilidad y seguridad de cada uno de los trabajadores. ¡Exigir mejoras en el trabajo no es malo, lo malo es no hacerlo, porque siempre que ganamos una lucha la ganamos para todos los trabajadores que se encuentran en nuestra misma situación! Es por esto que pelear hasta las últimas consecuencias por barrer con todos los contratos basuras del Senasa se convirtió en uno de los objetivos principales, que nos lleva a ubicarnos codo a codo en el frente de resistencia de todos los precarizados del Estado que arremeten y luchan día a día contra la opresión del Estado burgues. Entonces compañeras y compañeros, si el objetivo de la precarización laboral es el disciplinamiento a la clase trabajadora por parte de la clase dominante, y la resistencia a toda dominación y disciplinamiento legal de los trabajadores es la organización, ¡la lucha de todos los trabajadores precarizados compañeras y

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compañeros, es construir día a día organización, organización y organización en cada rincón del Senasa!

¡La resistencia viene de abajo y está en todas partes!

2012. Flyer de la peña organizada con distintos sectores nacionales y municipales


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Precarizados VIII

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n lo que refiere al trabajo en el estado muy poco ha cambiado. Lo primero que se puede mencionar es que el estado mantiene la misma estructura y la misma lógica que en los años anteriores, esto se puede observar en el alto porcentaje de trabajadores contratados en situaciones de precariedad, lo cual limita sus derechos y deja a muchos fuera del amparo que da un convenio colectivo. Otro problema que trae la mencionada precariedad laboral es la ruptura del colectivo, ya que al haber distintos tipos de contratación hace que se individualice el trato empleador – empleado provocando desigualdades entre personas que realizan la misma tarea y un manejo mas discrecional por parte de los mandos medios de la información, lo cual trae como consecuencia distintos tipos de maltrato laboral, que en muchos casos no se denuncian por miedo a la pérdida del trabajo. Además es importante mencionar que al haber nombramientos y cambios de funcionarios sin concurso se provoca una desconfianza del funcionario entrante que hace, en muchos casos que no se valore el trabajo realizado por las propias inseguridades que trae el nuevo funcionario, cometiendo otro tipo de maltrato en el trabajo. La mayor parte de los trabajadores son contratados bajo el régimen establecido por el Art. 9 de la ley 25.164 (Ley Marco de Regulación de Empleo Público Nacional). Según el mismo sólo se puede contratar personal bajo esta modalidad para actividades de carácter transitorio o estacional y por una duración de no más de 12 meses. El porcentaje de contratados bajo esta modalidad no podrá superar el 15 % del total de la planta (art. 156 del Convenio Colectivo de Trabajo General, Decreto 214/06). Se destaca que casi el 70% del personal de la Administración Pública Na-

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cional reviste carácter de CONTRATADO (o sea sin el goce de su derecho a estabilidad, bajo diversas modalidades contractuales, derecho constitucional expresado en el art. 14 bis). El Estado Empleador viene incumpliendo sistemáticamente, gobierno, tras gobierno con las mencionadas leyes y CCT, constituyéndose esto un INCUMPLIMIENTO DE FUNCIONARIO PÚBLICO. Los trabajadores y trabajadoras del estado que no cuentan con estabilidad, o sea trabajadores precarios, no gozan de los siguientes derechos: 1. No son considerados trabajadores estatales. 2. No son reconocidos como sujetos amparados en el CCT ni en el general ni en los sectoriales 3. No cobran ningún tipo de adicional. 4. En el caso de ser monotributista el Estado no tiene que realizar ningún aporte patronal (obra social, Jubilación, etc., el empleado aporta monotributo y contrata su obra social). En el caso de becarios y pasantes sólo aporta para la obra social y la ART5. No cobran aguinaldo ni vacaciones 6. Tienen jornadas flexibles. 7. En el caso de ser monotributista no se tienen ningún tipo de licencias reconocidas (estudios, enfermedad, ausentes justificados, etc.), que sólo se reconocen por buena voluntad de la autoridad del organismo. 8. No pueden sindicalizarse (ATE afilia a contratados bajo esta modalidad). Y si con esto no alcanza para ejemplificar los altos nivel de precarizad laboral, ningún tipo de contratado goza (bajo las modalidades enumeradas en el cuadro), y a riesgo de ser reiterativos, ni de estabilidad ni de una igual remuneración por igual tarea, ni mucho menos protección contra el despido arbitrario, también derecho emanado por la Constitución Nacional,


lo que significa que ante un despido sin causa justificada no se tiene ningún tipo de derecho a indemnización, a excepción de esto último, de los contratados bajo la modalidad de la Ley de Contrato de Trabajo (20744) que si la tienen. Lo descripto, deja al trabajador en una situación de

alta vulnerabilidad sometido muchas veces a negociaciones individuales y a merced de la buena voluntad del funcionario o jefe de turno.

LAS DIFERENTES MODALIDADES CONTRACTUALES EN EL SENASA COMO FACTOR DE PRECARIEDAD LABORAL

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a Deuda Externa creció enormemente con la última dictadura militar para mantener rehén a la Argentina del sistema financiero internacional y lograr que dejara de ser una nación pujante e industrializada que honraba los intereses de su Pueblo. Esa dictadura empujó a nuestro país hacia el FMI, el Banco Mundial y los acreedores internacionales, lo que resultó en un proceso de endeudamiento de las empresas del Estado y la aplicación de una administración ruinosa cuyo objetivo fue la venta/ privatización de nuestras empresas a precios ínfimos. A partir de ese momento, los intereses agigantaron extraordinariamente la deuda (que como no se puede pagar obliga a nuevos préstamos con intereses más altos para pagar la deuda “vieja”) y generaron un mecanismo de refinanciación del cual es imposible salir. Todo esto fue orquestado para destruir nuestro país, nuestras industrias y nuestra independencia económica. Hace pocos años se terminó la deuda con el FMI pero se refinanció la de los acreedores internacionales. Eso se festejó y se dijo que de esta forma terminábamos con la deuda, aunque no fue así: la deuda con el FMI era pequeña si la comparamos con lo que debemos a otros organismos internacionales y a los acreedores privados. Esto está demostrado en el fracaso del celebrado “megacanje” con los fondos buitres. En la actualidad, las consecuencias de este mecanismo de endeudamiento pueden observarse en nuestros organismos públicos. Con el ajuste que sufrimos los trabajadores –para los que no hay dinero– vemos que la prioridad del gobierno es pagar deuda externa ilegítima e ilegal que viene de la dictadura, despilfarrando los recursos que generamos. Específicamente en el Senasa, muchos de los compañeros precarizados

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y monotributistas reciben honorarios del BID (Banco Interamericano de Desarrollo); estos compañeros cobran siempre fuera de tiempo pero para ellos no hay “intereses” que pueden reclamar por los atrasos. Los principales accionistas de este banco son Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, China e Israel, que de “buena voluntad” prestan dinero a los latinoamericanos. El año pasado, la Argentina no colocó su aporte ($) necesario para la creación del Banco del Sur (realmente latinoamericano y promovido por el UNASUR) pero sí para el BID (ya que como Estado miembro debe aportar capital para que el Banco se financie…¡con la misma plata que luego nos prestarán!). ¿Te imaginás que distinto sería si el gobierno dejara de endeudarse y utilizara ese mismo dinero para ampliar la planta del Estado y sus organismos? Los recursos económicos existen (no hace falta endeudarse), los trabajadores estamos, el discurso nacional y popular de desendeudamiento también está… ¡queremos que se concrete! Solo hace falta decisión política ¡Es decisión política tener una planta estatal más amplia y también es una decisión tener a trabajadores precarizados! ¡Vos sos un trabajador del Estado! No es justo que por una decisión política estés precarizado y que las próximas generaciones deban pagar los intereses por contraer una deuda que desgarra a nuestros pueblos. Somos trabajadores estatales que llevamos a cabo las políticas fitosanitarias del país, de los alimentos de cada uno de los argentinos: organicémonos y defendamos nuestros derechos.


Seguridad social

32%

27%

DEUDA PÚBLICA Servicios económicos

11%

Inversión financiera

8,5%

Educación y cultura

5,3%

Administración de gobierno

4,4%

Defensa y seguridad

3,9%

Servicios sociales

3%

Trabajo

2,7%

Ciencia y técnica

1,1%

Salud

0,4%

Fuente: Presupuesto gastos 2013, publicado en el portal del Ministerio de Economíade la Rep. Argentina

AÑO

DEUDA EXTERNA ARGENTINA (en dólares)

1975

7.800.000.000

1983

45.100.000.000

1990

65.300.000.000

2001

144.453.000.000

2003

178.768.000.000

2012

194.000.000.000

Fuente: Ministerio de Economía de la Nación

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