Cortesía Arturo López
Lunes 13 de Mayo del 2013 - R E F OR M A
d Raúl Renán (izq.) fue un participante imprevisto en el reconocimiento ayer a José de la Colina en Bellas Artes.
Torturan con elogios a José de la Colina
d Reconocen amigos
trayectoria del escritor, cinéfilo, periodista y crítico en Bellas Artes Jorge Ricardo
Con sus 79 años, su boina y su aparente mal humor encima, José de la Colina (Santander, España, 1934) baja del escenario de la Sala Manuel M. Ponce y acepta, quién sabe por qué, alguna pregunta. El INBA lo invitó a participar ayer en el ciclo “Protagonistas de la literatura mexicana”, como un reconocimiento a su trayectoria que en México inició en 1940. Llegó a vivir aquí, a los seis años, después de pasar con su familia por Francia, Bélgica, República Dominicana y Cuba. “Yo salí de España en el 37, cuando el general Francisco Franco nos invitó, un tanto forzosamente, a salir a conocer el mundo, y volví mucho tiempo después”, dice, agrio, divertido. “Así que si me pregunta qué recuerdo de España, mejor le digo: ¿Todavía existe España? ¿Le paga al Fondo
Así lo dijo
José de la Colina es un árbol de inmensa sombra de cuyas diversas ramas literarias han dado ya muchos párrafos en flor”. Jorge F. Hernández
Escritor
Monetario Internacional, no sabe usted? Mejor hay que preguntarle al cretino de Mariano Rajoy”. La gente se acerca a oír. Mientras estaba en su homenaje, De la Colina se ha pasado refunfuñando. Lo hizo mientras Ana García Bergua, José Luis Martínez y Jorge F. Hernández lo elogiaban y también cuando Raúl Renán leyó un poema en su honor. “Tiene una gran cantidad de amigos, pero no sé por qué hoy no vinieron tantos”, dijo Renán porque la Sala estaba medio llena. “¡Porque ya me conocen!”, gritó De la Colina, quien en su turno se limitó a leer su cuento “El arte de Croconas”.
Los invitados habían citado su paso por las revistas Plural o Vuelta, su actual actividad como columnista en Letras Libres y su ácido humor. De la Colina, un autor autodidacta, ha ganado el Premio Nacional de Periodismo en 1984, el Mazatlán de Literatura en 2002 por su libro de ensayos Libertades imaginarias y en 2009 también estuvo en la Sala M. Ponce para recibir la Medalla de Bellas Artes. Los discursos, como ya se supone, estuvieron llenos de elogios. José Luis Martínez dijo que cada viernes se reúnen en el restaurante del Hotel Imperial, para hacer una tertulia y que De la Colina habla de su niñez, de su padre, de su amistad con Octavio Paz y Luis Buñuel y de su pasión por Mozart y Don Quijote. Pero nada de esto parecía importarle. “Siempre me tortura volver a la Sala Manuel M. Ponce –dice al final– estuve aquí por primera vez a los 16 años, y se ha convertido en un chaleco que me tiene asfixiado, pero aparte de eso me siento muy bien, aquí estoy entre amigos, no he tenido que pagarles mucho para que asistan”. Y luego sus amigos se lo llevan para tomarse la foto. “Que salga como Brad Pitt”, dice él.
CU lT U R A
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