Antonio Carlos Zurita Contreras Director Gerente del FAMSI
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omo cierre de este aparato de impresiones voy a aportar la mía también. Desde adentro, con la intención de festejar el paso de las etapas de la vida, haciendo memoria de lo mejor, también de los momentos duros, recordando a quienes estuvieron y no están. Creo que el más antiguo en esta casa soy yo, en esta casa que no es de nadie y es de todos, de todas. Tuve la fortuna de estar en los previos, en los preparativos desde la famosa reunión de Sanlúcar de Barrameda en el año 1994, incluso desde antes. Desde entonces han pasado cuatro periodos de gobiernos locales. Cientos de amigos y amigas, compañeros y compañeras de viaje que han ido dando forma, color y relieve a lo que hoy es el FAMSI. Nombrando a algunos quiero recordar a todos, nombrando a los que no están, los que hicieron ya el largo viaje. Recuerdo a Javier Ojeda, Javi, desde la Dirección de juventud de la Junta de Andalucía, desde los encuentros del ágora juvenil, como director de esta iniciativa de los años 90 por la que tantos jóvenes pasaron construyendo futuro. Javier, ese rubio flaco 28
melenudo, creativo, inquieto, ejecutivo, querido, hizo de puente con la Mancomunidad del Bajo Guadalquivir para poder organizar esta jornada en Sanlúcar de Barrameda. Hizo la ingeniería necesaria para que los recursos, pocos pero suficientes, estuviesen disponibles para poder traer a algunos invitados y algunas invitadas que sabían cosas interesantes. Aunque no era gestor municipal, sí era un convencido de la importancia de la solidaridad promovida desde los ayuntamientos andaluces, y me brindó su apoyo para, de la mano de esta mancomunidad, muy activa en el mundo del desarrollo local, organizar la reunión. Javier Ojeda fue un importante eslabón. Recordamos a David Luque, concejal de Córdoba a partir de 1999, defensor de la justicia, creador de enredos -de redes, no de problemas-, factor clave para entender por qué un ayuntamiento, en materia de solidaridad, puede hacer algo más que financiar proyectos; puede defender los Derechos Humanos en el mundo. David, ese visionario invidente inolvidable, quería estar en el primer Foro Social Mundial y quería estar en el primer Foro de Autoridades por la Inclusión Social. Me propuso acompañarle y así fue. Participamos en todo lo que el tiempo pudo dar de sí, incansable, siempre con su bolsito de apoyo para la salud. Y de ahí nació el compromiso y el papel que el FAMSI tiene hoy en el Foro Mundial de Autoridades Locales por la Inclusión Social. Miguel Juan nos dejó en Mozambique, y no hace tanto, se lo llevó la entrega apasionada y la fragilidad del sistema de salud en territorios donde la pobreza es la reina. Miguel Juan fue sindicalista antes que cooperante, fue formador de empleo en nuestras tierras, desde Valencia recaló en Extremadura y desde Extremadura llegó hasta noso-
tros con la apasionada voluntad de ir “a terreno” a aportar todo lo que pudiera, todo lo que sabía y, si no lo sabía, lo aprendía. Quien lo conoció lo recuerda con los ojos sin parpadear, para no perder ni un detalle de todo lo que pasaba. Fuerte, incansable, hablador, Miguel Juan actuaba como puente desde el FAMSI y la Agencia Extremeña de Cooperación con la región de Gaza en Mozambique. Un mosquito, o varios mosquitos diminutos envenenados, se lo llevaron. Como David, como Javier, como Miguel Juan, por el FAMSI han pasado cientos de personas que han dado lo mejor que tienen y que lo siguen dando donde están. En lo político, han pasado cuatro juntas directivas con dos presidentes, Matías González, hasta el año 2002, y nuestro presidente actual, Francisco Pulido. Aproximadamente cien personas, alcaldes, concejales, diputados y diputadas han pasado como miembros de la Junta Directiva en estos años. Más de 500 proyectos, pequeños, medianos, grandes, de ayuda al desarrollo, de sensibilización, formación o ayuda humanitaria, se han puesto en marcha en estos diez años. De ellos, la mitad en estos últimos cuatro años. Más de 300 personas están actualmente implicadas de manera cotidiana en las tareas del FAMSI, desde lo político o desde lo técnico. Miles de personas en todo el mundo se benefician de las ayudas de las colaboraciones que el FAMSI ha impulsado a partir de las aportaciones de sus socios o de otras entidades. Miles de amigos y amigas acompañan y celebran, porque merece la pena celebrar, que el FAMSI haya cumplido ya más de diez años, que finalice un nuevo periodo de gestión municipal con este balance y que mantenga la energía y la creatividad necesaria para estos malos tiempos que corren. Andalucía es solidaria.