La correspondencia en tarjeta postal surgió como medio de transmitir mensajes cortos de forma económica, pudiendo ser remitida al descubierto, sin sobre. Aunque comenzaron siendo de edición pública, con el sello impreso, pronto triunfó la edición privada, que dio a los editores libertad de creación y permitió la difusión internacional de imágenes locales, considerándose que la Edad de Oro de la tarjeta postal coincide con las dos primeras décadas del siglo XX. Con este marco de referencia temporal, el monográfico recuerda a los primitivos editores y fotógrafos que reprodujeron el paisaje y el paisanaje malagueños, con un recorrido explicativo por las barcas, por las faenas de pesca y por los propios pescadores y sus duras condiciones de vida, prestando especial atención al simbólico y muy reproducido cenachero.