Si la musica no es más que sonidos combinados, la ilustración no sería más que geometría ordenada, trazos que darían lugar a deliciosos dibujos. Así es el trabajo de Iker Ayestarán, líneas colocadas con gran maestría y talento que nos transportan a suntuosos cruceros, cines de los años 30 y lugares cosmopolitas, mecidos al ritmo del mejor jazz interpretado por el trio de Bill Evans.